Carta de un médico a la Gobernadora Sra. María Eugenia Vidal
Sra. Gobernadora: soy médico cirujano en el Hospital Rossi de la ciudad de La Plata y veo con gran preocupación lo que está sucediendo en el hospital público. En mi caso particular, estudié la carrera de medicina en la Universidad Nacional de La Plata durante 7 años, luego realicé la residencia de cirugía 5 años en el mismo hospital donde hoy trabajo, y actualmente llevo mi segundo año como médico cirujano de guardia, trabajando 36 horas semanales.
Durante mi carrera en el hospital he visto que la atención a los pacientes, a pesar del esfuerzo de todo el personal hospitalario por dar lo mejor de sí, se encuentra muy por detrás de las necesidades de todas las personas que llegan para atenderse.
Yo decidí apostar al hospital público y, como dije, es el lugar donde trabajo actualmente. Continué estudiando y formándome después de haber egresado para poder dar a los pacientes la mejor atención posible. No soy el único, la mayoría de mis compañeros de trabajo continúan por el camino de la capacitación y el estudio permanente. Quiero contarle también, aunque quizás ya lo sepa, que estas capacitaciones son siempre costeadas por nosotros mismos ya que el Ministerio de Salud no brinda capacitaciones gratuitas a los profesionales de la salud.
Lamentablemente, el sostenimiento de este compromiso se ha convertido en una carrera de obstáculos. Todos los días estamos expuestos a situaciones de violencia, algunas que terminan con lesiones graves hacia los profesionales, atendiendo en un edificio muy venido a menos, con falta de insumos y recursos tecnológicos, y por un sueldo de $16.000 (como es mi caso), sólo $2.000 por encima de la línea de pobreza que mide el INDEC.
Entienda Ud. que la voluntad por trabajar y el compromiso nuestro es muy grande para poder seguir adelante. Pero veo con mucha preocupación que, a pesar de los discursos del ministerio de salud de “hospitales humanizados”, nada ha cambiado en este año y medio de gestión. Incluso, y producto del aumento de la pobreza, cada vez son más las personas que se atienden en el hospital. Esto es algo que empezamos a notar los trabajadores de salud y que comentamos diariamente entre nosotros. Desde siempre nos hemos preguntado qué otra prioridad puede tener un gobierno que no sea la salud de la población. ¿Hay acaso algo más urgente e importante?
A las malas condiciones económicas y de infraestructura, quienes trabajamos en la salud pública se nos suma tener que vivir cotidianamente la angustia de lidiar con una situación en la que no podemos brindar la atención necesaria ni tratar los casos en el tiempo y forma que deberían hacerse. Por ejemplo, es algo completamente habitual que las drogas que utilizamos para tratar a pacientes oncológicos demoren en llegar mucho más tiempo del que deberían. Esto, como verá, provoca problemas para todas las personas que nos vemos involucradas: para los pacientes que no saben cuándo podrán empezar con el tratamiento, y para nosotros, los médicos, que nos vemos imposibilitados de trabajar porque esos medicamentos no llegan. Vemos como las enfermedades avanzan sin poder dar una respuesta. Ante problemas así nuestra impotencia es enorme.
La he escuchado decir que “los paros de los médicos son políticos”. ¿Sabía que la gran mayoría de mis compañeros del hospital han votado por usted en las últimas elecciones, esperando un cambio real que aún no ha llegado a los hospitales públicos de la provincia? Ni siquiera en lo que se retribuye como salario de los que trabajamos en el hospital todos los días. Entiendo, y la mayoría comparte, que recibió la provincia en malas condiciones pero, ¿no le parece que en lugar de permitir aumentarse los sueldos más de 50% a los diputados y senadores o sacarle el impuesto a la minería y los agronegocios, sería mejor destinar esa plata a la salud y atención de nuestros pacientes de los hospitales públicos?
Señora gobernadora, si Ud. está realmente convencida que la salud de los bonaerenses es parte de sus prioridades, como dijo en su discurso de asunción, la invito a que se acerque a nuestro hospital, que no es distinto del resto de los hospitales de la provincia, y vea en qué condiciones están internados nuestros pacientes, dónde se bañan, qué es lo que comen y se dará cuenta que lo que Ud. dice o cree es muy diferente a lo que sucede en la realidad. Quizás eso sirva para que la salud pública sea la prioridad del Estado.
Manuel De Battista
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