domingo, 29 de octubre de 2006

CANJE DE PRISIONEROS : COMUNICADO DE LAS FARC-EP.


Comunicado de las FARC-EP

1. El portazo presidencial en la cara de los prisioneros de guerra reafirma la profunda animadversión de Álvaro Uribe hacia el canje por considerarlo lesivo a su estrategia de seguridad.
2. Su demagogia y ausencia de compromiso real con los familiares de los prisioneros, con las organizaciones amigas del intercambio, con los colombianos que lo anhelan y con los gobiernos que ofrecieron su concurso, quedaron al desnudo abruptamente bajo el pretexto de lo ocurrido en la Escuela Superior de Guerra, como si el país no fuese escenario cotidiano de una intensa confrontación aupada por el mismo Presidente y conociéndose que los generales ponen bombas para culpar a las FARC e impedir cualquier salida política al conflicto.
3. Vale recordar que no ha pasado un solo día desde su posesión en agosto del 2002, en que los aviones, helicópteros y la Fuerza Pública Oficial hayan dejado de lanzar bombas y metralla sobre selvas, campos y poblados buscando afectar opositores armados y desarmados. Ni un solo día ha cejado en su empeño por rescatar los prisioneros. Su frustración es muy grande, pues tanto en uno como en otro caso, sus fracasos son de público conocimiento.
4. El desastroso impacto socio económico que sobre los sectores populares ha tenido la gestión uribista, la impúdica generosidad presidencial con las mafias del narco- paramilitarismo y con los infames "Falsos Positivos" de la fuerza pública, así como sus "pírricas" victorias sobre la Insurgencia Revolucionaria, le están acarreando múltiples dificultades de gobernabilidad, que aspira a sortear reciclando su machacado discurso de tono camorrero contra todos aquellos que se aparten de su concepción dictatorial del poder.
5. No aspiramos a lisonjas de nuestros adversarios, pero tampoco creemos que la ofensa personal acerque a la reconciliación ni mucho menos que aproxime el triunfo militar. Eso sencillamente denota ausencia de grandeza.
6. Ratificamos nuestra voluntad y propuesta para materializar el canje y la plena disposición para que una vez superada esa etapa, podamos entre todos avanzar en procesos políticos que lleven a acuerdos de convivencia y de paz.

Secretariado del Estado Mayor Central

FARC-EP

Montañas de Colombia, octubre 26 del 2006

sábado, 28 de octubre de 2006

Resistiendo los desalojos.

Adhiere el Partido Comunista de los Trabajadores
Gran festival del MUR (Músicos Unidos por el Rock) No al desalojo de Anchorena 76. Anchorena 76 nuestra sede, tiene una larga y reconocida historia entre los militantes populares y revolucionarios, como una casa que estuvo siempre al servicio de la lucha contra las políticas de hambre y miseria del sistema. Aquí funcionan diversos agrupamientos sociales y políticos que luchan por los derechos de los más pobres, los derechos humanos y para transformar esta sociedad injusta. Además aquí cumpliendo nosotros una función que debe cumplir el gobierno, generalmente recibimos transitoriamente a los desalojados, hoy viven aquí 10 familias. También funciona un comedor comunitario. Paradójicamente nuestra casa que no es ni más ni menos que la casa de los trabajadores, de los pobres, de los que luchan por el derecho al acceso a una vivienda digna, también esta por ser desalojada. En Cap. Fed. Hay una oleada de desalojos, esta no es una situación nueva. El año pasado la propia legislatura de la ciudad, reconoció que estamos en emergencia habitacional, parece que la Reina del Plata trata mal a sus plebeyos. A pesar de reconocer la gravedad del hecho esa misma legislatura no aprobó ni produjo ninguna herramienta efectiva para enfrentar esa situación. Aproximadamente 75.000 familias según datos oficiales, esto es cerca de medio millón de personas, viven en esta ciudad en condiciones realmente calamitosas; hacinados en villas, asentamientos, hoteles (la mayoría de ellos truchos que no cumplen los mínimos requisitos de habitabilidad), inquilinatos y las llamadas casas tomadas. Muchos estamos además en situación de próximo desalojo, con lo que iremos a engrosar el ejército ya numeroso de habitantes de la calle de esta ciudad. Diez familias por día son desalojadas sin que el gobierno les ofrezca alguna solución, más allá de un subsidio que no resuelve nada y que además es casi imposible de cobrar. Este problema no solo afecta a los más pobres, ya se esta desbordando hacia los trabajadores con ingresos regulares y los llamados sectores medios. Los alquileres están casa vez más caros y el mercado inmobiliario de la ciudad es artificialmente inflado por la mafia inmobiliaria y desalojadora, que pretende una cuidad solo para los ricos y el turismo internacional. Por ello queremos plantear un debate de cara al conjunto de la sociedad ¿Qué ciudad queremos? ¿Los pobres tenemos derecho a vivir y trabajar en ella? Los que con nuestro sacrificio y esfuerzo en los lugares peor pagos que esta misma sociedad genera, cotidianamente producimos la riqueza que otros disfrutan, ¿tenemos derecho a la educación, la salud y a una vivienda digna en esta ciudad? Esto es lo que está en debate y nosotros nos pronunciamos públicamente y llamamos a todos los que aspiramos a una ciudad democrática que nos incluya a todos, a luchar contra los desalojos y contra el proyecto de una ciudad solo para los ricos y el turismo. Exigimos políticas estatales efectivas de intervención en el mercado inmobiliario, para hacer real lo que es un derecho garantizado por la constitución nacional y la de la ciudad: una vivienda digna para todos los habitantes de este suelo. Entendemos el derecho a la vivienda como parte de una concepción integral de los derechos humanos, por eso confluimos en esta actividad múltiples sectores que no entendemos a la ciudad desde Puerto Madero, sino desde una concepción popular, por ello también reclamamos el cese de la persecución a la cultura popular, al Rock hecho con sacrificio desde abajo, y a toda expresión cultural alternativa. Finalmente estaremos el Sábado 28 gritando con todas nuestras fuerzas por la libertad de los presos políticos contra la andanada de amenazas fascistas que pretende sumergirnos en el miedo nuevamente y por la aparición con vida de Julio López NO AL DESALOJO DE ANCHORENA 76. POR UNA LEY DE SUSPENSIÓN DE LOS DESALOJOS. TIERRA Y VIVIENDA DIGNA PARA TODOS. NO A LA CENSURA DEL ROCK BASTA DE PERSECUCIÓN AL MUR. - LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS. DESPROCESAMIENTO DE LOS LUCHADORES POPULARES. APARICIÓN CON VIDA DE JULIO LÓPEZ. Fiesta popular Sábado 28 de Octubre 16Hs Anchorena y Rivadavia C.I.B.A. ( COORDINADORA DE INQUILINOS DE BUENOS AIRES) - B.O.P. ( BLOQUE OBRERO Y POPULAR) - MOV. 26 DE JUNIO - E.C.C.A. (ENCUENTRO DE COORDINACIÓN DE COOPERATIVAS AUTOGESTIONADAS) – MTL REBELDE - REFUNDACION COMUNISTA

lunes, 23 de octubre de 2006

Vasco Gonçalves, General del Pueblo.


En este tiempo sombrío, en que un gobierno autodenominado socialista se esfuerza por destruir lo que queda de la herencia de Abril, ejecutando una política profundamente reaccionaria, es natural que el ejemplo del General Vasco Gonçalves funcione como estimulo a las luchas de su pueblo. En el Aula Magna de la Universidad de Lisboa, el Portugal del 25 de Abril rinde hoy, 21, homenaje al general Vasco Gonçalves. El pueblo portugués no olvida que en el breve espacio de un año, durante sus 5 Gobiernos de Emergencia, el país avanzó más, en el reencuentro consigo mismo y con la Historia, que en los cien años anteriores. Soldado e intelectual revolucionario, asumió con firmeza el Proyecto de Abril, resistiendo a las presiones del imperialismo y a las conspiraciones de la contra-revolución interna. Conquistas fundamentales como las nacionalizaciones, la Reforma Agraria, el salario mínimo, y otras, como la descolonización, que han transformado radicalmente la sociedad portuguesa, no habrían sido posibles sin su convicción inapelable de que el pueblo es el sujeto de la Historia, y que sin su participación activa y permanente no hay democracia ni progreso real. Por la misma grandeza de su concepción del futuro, la derecha nostálgica del fascismo y las fuerzas que hoy están en el Poder, representando al gran capital, lo han combatido siempre con extraordinaria agresividad, abriendo incluso en la Alianza Pueblo-Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) fisuras que provocaron el fin de la fase creadora de la Revolución Portuguesa. Reconforta constatar que la iniciativa de este homenaje partió de camaradas suyos del MFA, algunos de ellos ex-miembros del Consejo de la Revolución. En este tiempo sombrío, en que un gobierno autodenominado socialista se esfuerza por destruir lo que queda de la herencia de Abril, ejecutando una política profundamente reaccionaria, es natural que el ejemplo del General Vasco Gonçalves funcione como estimulo a las luchas de su pueblo Entrevista al general Vasco Gonçalves, líder histórico de la Revolución de los Claveles de Portugal x Néstor Kohan - La Haine Nuevo aniversario de la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974, que sería traicionada por la socialdemocracia, como tantas otras luchas... Para conmemorar la fecha reeditamos esta entrevista de Néstor Kohan a Vasco Gonçalves, el fallecido general que fuera uno de los conductores de la movilización, que defendía a Cuba y Venezuela, trataba de asesinos a los militares represores y se declaraba abiertamente marxista citando con familiaridad a Lenin Entrevista realizada el 25 de septiembre de 2004 Los argentinos, los chilenos y muchos otros latinoamericanos estamos acostumbrados a ver a los principales jefes militares con su tradicional pose prepotente, arrogante y autoritaria. En nuestra América, cada vez que estos personajes siniestros se dirigen al pueblo muestran sus dientes como perros asesinos. Fieles guardianes de sus amos, los empresarios locales y el imperialismo norteamericano, estos militares ven a sus propios pueblos —el “enemigo” le dicen en sus textos doctrinarios, el “civilacho” en la intimidad del hogar— con desprecio y soberbia. ¡Tremendo contraste! Cuando uno se acerca al general Vasco Gonçalves tiene la impresión exactamente opuesta. Este hombre, que encabezó el 25 de abril de 1974 la célebre Revolución de los claveles que derrocó al fascismo en Portugal, habla pausado, suave y con calma. Tiene todos los gestos amables y la actitud de un viejo profesor universitario. Se dirige a sus interlocutores con un énfasis pedagógico que no puede disimular. La Revolución de los claveles fue atípica. Se produjo en Europa Occidental, justo cuando se suponía que la revolución ya estaba fuera de la agenda. Según ha escrito el mismo Vasco Gonçalves, “la Revolución de abril ha sido, en Europa Occidental y después de la Comuna de París, la mayor ofensiva hecha contra el sistema capitalista”. Precisamente cuando en el resto de los países europeos se abrían las flores mustias del eurocomunismo y la socialdemocracia (corrientes que renunciaban a toda rebelión radical, no por una debilidad de fuerzas momentánea sino por principios políticos) Portugal puso a la orden del día la cuestión del poder. Esto se produjo en plena crisis capitalista (1973-1974), cuando el dólar y el petróleo sufrieron un temblor mundial, liquidando el keynesianismo de posguerra y abriendo camino al neoliberalismo. Esta revolución realizada en plena guerra fría descolocaba el papel tradicional de las Fuerzas Armadas europeas, especialistas en la guerra contrarrevolucionaria en las colonias africanas y, a su vez, asesoras en contrainsurgencia y en tortura de los militares latinoamericanos (Brasil, Argentina, Chile, etc.). La de Portugal fue una revolución que cuestionaba en un mismo movimiento el vínculo inmanente entre capitalismo, fascismo y colonialismo. Tres formas de la dominación que suelen presentarse en la literatura política como si fueran fenómenos desconectados entre sí. En la gestación de esa situación explosiva convergieron diversas circunstancias históricas. Por un lado, la rebeldía indoblegable de los movimientos insurgentes y guerrilleros de las colonias portuguesas (Angola, Mozambique, Guinea-Bissau, etc.). Por otro lado, la creciente movilización interna del pueblo portugués y su clase trabajadora, hartos de casi 48 años de dictadura fascista (la más extensa de Europa, encabezada primero por Salazar y luego por Caetano). Movilización que derivó, incluso, en la aparición de núcleos de resistencia político-militar, como la encabezada por la Acción Revolucionaria Armada (ARA), brazo de autodefensa impulsado por el Partido Comunista Portugués a partir de 1970, aunque por esos años la Unión Soviética propiciara para toda la órbita occidental la “coexistencia pacífica” y el respeto a las “áreas de influencia”. Producto de esa variada gama de circunstancias, emergió una creciente politización y radicalización de los militares portugueses, quienes el 25 de abril encabezaron un levantamiento contra la dictadura. Algunas trabajadoras vendedoras de flores que estaban en las calles les regalaron claveles rojos a los soldados insurrectos contra el fascismo. Éstos los colocaron en la boca sus fusiles. Una fotografía que recorrió el mundo y le dio nombre a la revolución. Los insurrectos fueron acompañados por la movilización de todo el pueblo y por eso el levantamiento militar se transformó vertiginosamente en una revolución. El general Vasco Gonçalves fue uno de sus principales líderes y sin duda el más radical. Fue miembro del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) y del Consejo de Estado. Ocupó el cargo de Primer Ministro durante varios gobiernos provisorios que debieron sortear tanto golpes reaccionarios palaciegos como golpes de estado clásicos. En noviembre de 1975, un año y medio después del inicio de la Revolución de los claveles, el gobierno revolucionario fue derrocado. Cayó ante un golpe de estado de derecha (en el cual se reprimió el levantamiento de algunas unidades militares de la izquierda radical). A diferencia de las intentonas anteriores, este nuevo golpe contrarrevolucionario resultó victorioso. Había sido impulsado por Estados Unidos, por el Partido Socialista de Portugal —Mario Soares como cabeza civil—, por la socialdemocracia internacional y por la internacional demócrata cristiana. En cuanto al papel de la democracia cristiana internacional, cabe recordar que por la misma época ésta había participado de la desestabilización y del golpe de estado contra el presidente marxista Salvador Allende en Chile mientras preparaba un golpe en Italia si el PCI ganaba las elecciones. En torno al rol de la socialdemocracia, no puede olvidarse que el 15 de septiembre de 1975, apenas dos meses antes del golpe, el líder del Partido Socialista Mario Soares había denunciado públicamente, alentando la conspiración de derecha que se preparaba en las sombras, que Portugal corría el riesgo de convertirse en “una especie de Cuba en Europa”. ¡Un pecado imperdonable!. Años después se hizo público el estrecho “entendimiento” alcanzado entonces entre Mario Soares y Frank Carlucci, por entonces embajador de EEUU en Portugal y prominente hombre de la CIA, para impedir que surgiera “una nueva Cuba”, ahora en Europa. A partir del triunfo de la reacción de derecha con máscara socialdemócrata, en Portugal todo vuelve a la “normalidad”... es decir al capitalismo, a la explotación, a la obediencia. Vasco Gonçalves es hoy un hombre mayor, pero se le sigue encendiendo la mirada como un adolescente cuando habla de la revolución que lo tuvo como principal exponente de las fuerzas populares. Modesto y sencillo, se siente sorprendido cuando una humilde campesina, viejita y todavía mayor que él, toda vestida de negro, desde la cabeza hasta los pies, se acerca para tocarle la cara, expresarle su admiración y sentarse junto a él como si fuera su hijo. Este general atípico defiende a Cuba y Venezuela y trata de asesinos a los militares represores; se declara abiertamente marxista citando con familiaridad a Lenin; le envía saludos a Fidel y a Raúl Castro mientras elogia con entusiasmo a Hugo Chávez y critica ácidamente a la socialdemocracia. Sin duda es una rara avis. Dialogar con él deja una sensación extraña que surge espontáneamente cuando se lo compara con cualquiera de los militares tradicionales, sean “nacionalistas” o liberales, entrenados en la represión popular y en la protección servil de los poderosos con dinero. Néstor Kohan: ¿Cómo recuerda usted hoy la revolución del 25 de abril de 1974? General Vasco Gonçalves: La revolución que se extendió entre abril de 1974 y noviembre de 1975 fue el momento más importante de mi vida, desde el punto de vista personal. Participar de la revolución fue la mayor alegría que me tocó vivir. Pienso en muchas cosas, en lo cotidiano, en la voluntad de las personas, en el espíritu reivindicativo y de lucha... N.K.: ¿Cómo fue el proceso de la revolución? Gral. Vasco Gonçalves: A partir de que se produce el levantamiento contra el fascismo en abril de 1974 nuestra revolución va profundizando en sus conquistas, en la modificación de las estructuras últimas que caracterizan el sistema. A medida que se suceden las transformaciones, la lucha de clases se va agravando. Pienso que en esa situación no estábamos preparados, no teníamos un grado de maduración político y social capaz de defender y consolidar la revolución. No teníamos este grado de maduración. En los primeros tiempos, en los primeros meses, hubo un gran entusiasmo popular. Después, en la medida en que las conquistas se fueron profundizando, ya empezaron las nacionalizaciones y expropiaciones, la reforma agraria; la fuerza política de los trabajadores fue ascendiendo. Los trabajadores conquistaron mucho desde el punto de vista político y social, en las relaciones de trabajo, en las relaciones entre patrones y asalariados y eso hizo que se agravasen muchas cosas. Fundamentalmente se agudizó la lucha de clases. N.K.: ¿Qué falló en el proceso revolucionario? ¿Por qué no pudo consolidarse y triunfar? Gral. Vasco Gonçalves: En Portugal no hubo de hecho fuerzas suficientes porque en las masas populares terminó predominante ese espíritu pequeñoburgués tradicional, el miedo a las transformaciones, el miedo al comunismo, la supervivencia del anticomunismo, la acusación de que nosotros queríamos llevar el país hacia el comunismo... todos esos mensajes reaccionarios y propagandísticos tuvieron cierta receptividad entre nuestra población. Y por lo tanto, el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) fue dividido. Hubo militares que se pusieron en contra de las conquistas de la revolución, en lugar de defenderlas. Los propios vencedores del golpe contrarrevolucionario del 25 de noviembre de 1975 que fue realizado contra los militares ubicados más a la izquierda, contra los militares progresistas y revolucionarios —un golpe que fue protagonizado por una fracción de militares que habían participado en el levantamiento del 25 de abril de 1974— paradójicamente aceptaban conquistas del socialismo. Algunos de estos militares que protagonizaron el golpe de derecha de 1975 estaban convencidos de que nosotros, los militares de izquierda, queríamos implantar una nueva dictadura en Portugal, que ahora sería una dictadura comunista. Pero en realidad esta creencia provenía de una propaganda de la reacción. Así se dividió el MFA y a la propia población. Entonces, hasta los mismos vencedores del golpe contrarrevolucionario de fines de 1975 aprobaron una ley constitucional que decía que la misión de las Fuerzas Armadas era garantizar la vía pacífica y pluralista para la democracia y para el socialismo. El preámbulo de la Constitución de la República también propiciaba: “abrir el camino para una sociedad socialista, en el respeto de la voluntad del pueblo portugués, teniendo en vista la construcción de un país más libre, más justo y más fraterno”. ¡Precisamente lo que nosotros queríamos! Ellos, los que nos derrocaron, estaban convencidos de que nosotros íbamos a implantar una nueva dictadura, ahora comunista, y entonces hicieron esa ley en defensa del socialismo. Ellos estuvieron en contra nuestra, en contra de nuestros camaradas militares, en contra de los que apoyábamos las reivindicaciones populares y queríamos precisamente consolidar esas reivindicaciones que habían sido alcanzadas. N.K.: Usted habla de propaganda reaccionaria y anticomunista destinada a dividir el proceso político. Los latinoamericanos conocemos muy bien eso. ¿La CIA estaba metida en Portugal? Gral. Vasco Gonçalves: ¡La CIA estaba metida! ¡Sí! Junto con la CIA también estaban metidos los servicios de inteligencia británicos, en particular el MI6, en la preparación del golpe contrarrevolucionario del 25 de noviembre de 1975. En cuanto a la CIA, es bien conocido el caso del ex embajador norteamericano en Portugal en tiempos de la revolución, Frank Carlucci, quien luego de su actuación en Portugal fue ascendido en Estados Unidos a vice-director de la CIA. También son bien conocidos los elogios mutuos que se han dirigido Mario Soares, jefe del Partido Socialista y apoyo civil de la contrarrevolución, y Frank Carlucci. Soares llegó a enaltecer recientemente y en forma pública el gran papel de este hombre de la CIA en “la instauración de la democracia en Portugal!”... Después de esas declaraciones, ¿qué más se puede agregar?... N.K.: ¿La CIA también estaba infiltrada dentro de las Fuerzas Armadas? Gral. Vasco Gonçalves: Sí, estaban metidos en todos lados. Sin embargo, las condiciones que vivimos en Portugal no fueron las mismas que se vivieron en Chile en 1973 donde la CIA tenía mayor poder. Aquí se logró dividir a las Fuerzas Armadas, tuvieron consigo a la dirección del Partido Socialista y también al Partido Popular Democrático. Es decir que aquí hicieron la contrarrevolución por una vía casi “pacífica”, a diferencia de Chile. No fue completamente pacífica porque también hubo un levantamiento militar e incluso algunas acciones terroristas en la preparación del golpe contrarrevolucionario. N.K.: ¿Cuál sería entonces el balance? Gral. Vasco Gonçalves: A la hora de hacer un balance de las causas por las cuales fuimos derrocados, yo pienso que la supervivencia y permanencia de la ideología pequeñoburguesa y burguesa entre la mayoría de las masas trabajadoras y entre la mayoría de los militares posibilitaron que la derecha y la dirección del Partido Socialista golpearan contra la dirección de la revolución. De este modo la dirección del Partido Socialista se esforzó por definir a los militares revolucionarios y al Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) como comunistas. Nos decían que éramos todos comunistas, para así poder acusarnos, aislarnos y rechazarnos. Eso fue lo que la dirección del Partido Socialista logró conseguir. De allí en adelante, desde 1976 hasta nuestros días, a Portugal lo gobernó y lo gobierna la derecha. N.K.: ¿Usted era en ese entonces comunista? Gral. Vasco Gonçalves: Yo era entonces marxista y lo sigo siendo. N.K.: ¿Cómo se formó? ¿Cómo llegó al marxismo dentro de las Fuerzas Armadas? Gral. Vasco Gonçalves: En los tiempos de estudiante. N.K.: ¿Usted qué estudiaba? Gral. Vasco Gonçalves: Yo estaba en la Facultad de Ciencias. Estudiaba ingeniería militar. N.K.: ¿Era una universidad civil? Gral. Vasco Gonçalves: Sí, era una universidad civil. Para entrar en la escuela militar estudié en un curso de ingeniería que se seguía durante tres años en la Facultad de Ciencias. Allí nos vinculamos con amigos, que eran estudiantes, y con otro gran amigo, un profesor que nos llevó a comprender las relaciones sociales. N.K.: ¿Eran muchos los estudiantes marxistas? Gral. Vasco Gonçalves: No, en realidad no eran muchos. De unos cuarenta, por ejemplo, sólo cuatro o cinco se interesaban por cuestiones políticas y tenían una gran politización. Estos grupos propiciaban la resistencia a la dictadura fascista que perseguía a las personas, que censuraba los libros, que censuraba los periódicos y la prensa. ¡Por entonces todo era censurado! Nos faltaba la libertad. Esa profunda falta de libertad de nuestro pueblo le dio sentido al levantamiento militar y a la revuelta popular contra la dictadura y contra la falta de libertad, contra las posiciones patronales, contra la explotación de los trabajadores. Entonces el Partido Comunista tenía una gran influencia en la población y en la implementación de esa revuelta. Era prácticamente el único partido organizado que luchaba contra el régimen fascista [el Partido Socialista recién se formó en 1973 y fuera de Portugal, en Alemania occidental. Nota de N.K.]. El Partido Comunista contaba con una considerable influencia entre los trabajadores de las fábricas. En ese momento los trabajadores portugueses eran principalmente trabajadores agrícolas, porque Portugal era esencialmente un país agrícola. Eso influyó para que predominara entre la mayoría de los trabajadores la ideología pequeñoburguesa y hasta burguesa, casi tradicional. Portugal tenía una influencia muy fuerte de la Iglesia y pesaba mucho la tradición. Esa debilidad en el desarrollo capitalista de Portugal y su atraso desde el punto de vista industrial contribuye a explicar que entre los trabajadores predominara de hecho la ideología de la clase dominante. Como usted sabe, las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante. La población luchaba contra el fascismo. Comenzó entonces la guerra colonial, que tuvo una gran influencia en la maduración de la conciencia política de un número determinado de los militares que protagonizaron el levantamiento del 25 de abril de 1974. N.K.: ¿Cuánto duró la guerra colonial de Portugal con sus colonias? Gral. Vasco Gonçalves: La guerra duró 13 (trece) años, desde 1961 hasta 1974. Durante la guerra colonial los militares fueron comprendiendo que esa guerra no tenía solución por la vía de las armas. El problema colonial tenía que ser resuelto reconociendo el derecho de los pueblos a la autonomía y a la independencia. N.K.: ¿Cuáles eran esas guerras coloniales de Portugal? Gral. Vasco Gonçalves: La guerra colonial se desenvolvió en África: en Angola, Mozambique y en Guinea-Bissau. A partir de 1964 había tres frentes simultáneos. En esas tres colonias había tres campañas militares. N.K. ¿Usted participó en las guerras coloniales? Gral. Vasco Gonçalves: Sí, he participado. N.K.: ¿Dónde? Gral. Vasco Gonçalves: Estuve en Angola y en Mozambique. N.K.: En esa época Francia educaba a sus militares en la doctrina de la guerra contrainsurgente que aplicó en Argelia e Indochina. Estados Unidos también, tal como lo aplicó en Vietnam. En América latina esa doctrina de la guerra contrarrevolucionaria se difundió mucho gracias a Francia y Estados Unidos. ¿A ustedes también los educaron en ese tipo de guerra contrarrevolucionaria? Gral. Vasco Gonçalves: Cuando comenzó la guerra colonial vinieron a nuestro país oficiales del ejército francés de Argelia. Ellos nos hablaron de las operaciones. No era una enseñanza o una instrucción formal. Daban conferencias sobre la guerra de Argelia, sobre las operaciones militares y sobre el modo en que había que enfrentar a los guerrilleros. N.K.: ¿En qué año esos instructores dieron sus conferencias? Gral. Vasco Gonçalves: Yo calculo que fue en 1961, 1962, 1963. Fueron al principio del desencadenamiento de la guerra colonial. En esas conferencias hablaban desde un punto de vista operacional-militar, desde el punto de vista de las operaciones anti-guerrilla y también desde el punto de vista de la acción psico-social: ¿cómo conquistar a las poblaciones cuando había movimientos de liberación, movimientos de guerrilla anticolonial? ¿Cómo conquistar las ideas de la poblaciones? Eso era llamado “Acción psico-social”. N.K.: ¿Cómo percibían los militares portugueses las guerras coloniales y la resistencia de los pueblos oprimidos? Gral. Vasco Gonçalves: Los militares de Portugal fueron percibiendo que la solución no podía ser militar, que la guerra no se ganaría. Además, el malestar de las colonias condujo a la politización. Quiero decir que los movimientos de liberación de las colonias portuguesas aportaron una gran contribución para nuestra propia liberación del fascismo y del colonialismo en Portugal. Los militares portugueses fueron reconociendo que cada lucha de cada uno de estos pueblos era una lucha justa; en cambio, nuestra guerra, desde el punto de vista de Portugal, era una guerra injusta. La guerra colonial no era una guerra sentida ni querida por las propias masas portuguesas. Desde el punto de vista moral los militares portugueses estábamos derrotados en la guerra colonial. También por eso entre los oficiales y los cuadros militares permanentes surgió el descontento y la oposición contra la guerra colonial. Entre ellos, una minoría constituyó el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA). Esto significa que una cosa es el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) y otra cosa son las Fuerzas Armadas. El MFA estaba constituido por una pequeña parte de los oficiales de carrera y cuadros permanentes que eligieron como profesión la vida militar. Las Fuerzas Armadas también estaban constituidas por los milicianos, quienes luego de pasar por el servicio militar obligatorio volvían a la vida civil. Estos últimos eran militares sólo eventualmente. N.K.: ¿Qué importancia tuvo la existencia de estos milicianos? Gral. Vasco Gonçalves: La participación de milicianos en nuestras fuerzas era cada vez mayor porque no se podía mantener tres frentes de batalla al mismo tiempo. Esa gran participación de milicianos condujo también a la concientización de los cuadros permanentes y los oficiales de carrera. Esa fue su importancia. Además de la lucha de los pueblos coloniales y del descontento de los militares portugueses existía una gran efervescencia en el movimiento estudiantil. Todo esto confluyó. N.K.: ¿El Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) sólo agrupaba a los militares y cuadros permanentes o también incluía a los milicianos? Gral. Vasco Gonçalves: Incluía a ambos. Fue la propia guerra colonial la que condujo a que los cuadros permanentes contactaran inmediatamente con los cuadros milicianos. De manera que ambos grupos hacían la misma vida, corrían los mismos riesgos en la guerra, entonces eso influyó en que hubiera intercambio de ideas y de opiniones entre los cuadros profesionales permanentes y los militares milicianos. Ellos, los milicianos, estaban mejor preparados políticamente que nosotros, los militares profesionales, porque en las universidades civiles había una discusión ideológica, política y social que no existía en las escuelas militares. Entonces los militares milicianos estaban mejor preparados ideológicamente. Eso condujo a crear mejores condiciones de maduración en la concientización política de los militares y cuadros permanentes. N.K.: ¿El Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) tenía una orientación marxista? Gral. Vasco Gonçalves: No, de ninguna manera. El MFA no era un movimiento revolucionario. Era un movimiento que pretendía poner fin a la guerra colonial y resolver el problema de la independencia de las colonias portuguesas que era, en verdad, la causa de la guerra colonial. El fascismo y el colonialismo no podían conceder la autonomía y la independencia a los pueblos coloniales. Nosotros lo que pretendíamos era encontrar una solución política para la guerra colonial. Y la única solución política tenía que consistir en el reconocimiento de la autonomía y la independencia de todos los pueblos coloniales. Ese era nuestro objetivo fundamental. En ese objetivo la gran mayoría de los militares estaba de acuerdo, pero los más audaces, los más activos, los que tuvieron más coraje en intentar lograr ese objetivo fueron aquellos que constituyeron el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA). N.K.: ¿Con cuántos integrantes contaban ustedes en el MFA? Gral. Vasco Gonçalves: Alrededor de 300 ó 400 militares, aproximadamente, mientras que el conjunto de oficiales permanentes de las Fuerzas Armadas eran en total nos 7.000 u 8.000. N.K.: ¿El MFA operaba en la clandestinidad? Gral. Vasco Gonçalves: Sí, éramos clandestinos. En ese momento el gobierno fascista ya estaba muy deteriorado y en Portugal había una gran contestación contra el fascismo en el seno de las masas populares y trabajadoras. Por eso las reivindicaciones del Movimiento tuvieron gran receptividad. N.K.: ¿En qué año nació el MFA? Gral. Vasco Gonçalves: En 1973. El dictador Salazar ya había muerto y sus sucesores pretendían hacer una política que aparentemente era más “suave”, pretendían dar una cara más “liberal” al fascismo. Nuestra situación se estaba agravando día a día. La guerra colonial estaba empeorando a cada momento. Poco a poco, el Movimiento de las Fuerzas Armadas fue planteando sus reivindicaciones a cielo abierto. Las reuniones de discusiones del Movimiento sobre el futuro de las Fuerzas Armadas y de Portugal no se hacían abiertas porque existía una policía política fascista llamada PIDE que también estaba metida dentro de las Fuerzas Armadas. Se llegó entonces a una situación en la cual el gobierno ya no tenía poder suficiente para imponer su voluntad y nosotros, los oficiales, ya no estábamos dispuestos a aceptar todas las órdenes. Se comenzaban a dar las condiciones subjetivas necesarias e imprescindibles para una revolución. N.K.: ¿Usted está pensando en el análisis de Lenin sobre una situación revolucionaria? Gral. Vasco Gonçalves: Sí, por supuesto. Estoy pensando exactamente en eso. Por lo tanto estas múltiples circunstancias iban conformando las condiciones subjetivas para el triunfo de la revolución. N.K.: ¿Cómo fue el vínculo entre el ascenso de las masas trabajadoras y la propia dinámica del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA)? Gral. Vasco Gonçalves: Aunque las Fuerzas Armadas en Portugal no tenían un objetivo de revolución social, queríamos una democracia política, mejores condiciones de vida para los trabajadores, mejores condiciones para el desarrollo de la cultura en Portugal... En el conjunto, como Movimiento —repito y subrayo las palabras “como Movimiento”— no estaba entre nuestros objetivos hacer una revolución socialista. Después, con el impulso del movimiento popular y de las reivindicaciones populares, y con el impulso de la justicia de estas reivindicaciones, la lucha de clases nos llevó al proyecto de la revolución socialista. Así se explica el proceso iniciado el 25 de abril de 1974. Alguna vez un intelectual brasilero dijo que nunca había visto en el mundo un movimiento popular en las calles como lo había visto en Portugal. Un movimiento en las calles con sus reivindicaciones... existía la enorme influencia entre los trabajadores del Partido Comunista que era el único partido organizado políticamente que había combatido al fascismo. Una influencia que se extendía a los trabajadores rurales. De manera que se fue desenvolviendo un proceso de reivindicaciones populares que eran justas y que eran consideradas como justas por los propios militares. Era entonces natural que ese proceso desembocara por su propio desarrollo en una lucha por el socialismo. Aquellos militares que estaban de verdad identificados con los intereses populares y con la razón de las masas trabajadoras dominaron las relaciones de fuerzas dentro del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA). Este último era un movimiento unitario. Tenía como base la necesidad de la solución política del problema colonial. En eso estábamos todos de acuerdo, desde la derecha hasta la izquierda y eso nos llevó a la conclusión de que para solucionar el problema colonial era preciso derrocar al gobierno fascista. Al comienzo muchos pensaban, dentro de nuestros camaradas militares, que se podía imponer al gobierno fascista otra solución al problema colonial sin necesidad de derribarlo, pero eso no funcionó. Pero luego la propia formación del Movimiento de las Fuerzas Armadas, desde el verano de 1973 hasta abril de 1974, fue haciendo madurar las ideas de los militares. Esto permitió hacer madurar las condiciones subjetivas, las condiciones ideológicas, las condiciones del factor subjetivo para derribar al gobierno fascista. Nosotros concluimos que con aquel gobierno no era posible llegar a una solución política del problema colonial. Se tornaba necesario derribar, tirar abajo al gobierno fascista para recién entonces solucionar el problema colonial conversando con los movimientos de liberación, como por ejemplo el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA). Por lo tanto el gobierno fascista fue derrocado a través de una gran acción popular. En esa acción popular existió una gran orientación del Partido Comunista; los militares más progresistas apoyaban las reivindicaciones populares y cualquier fuerza que el pueblo necesitaba. Nosotros dominamos las relaciones de fuerza dentro del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), pues el MFA estaba tensionado desde la derecha y desde la izquierda. El MFA constituyó una Junta de Salvación Nacional que fundamentalmente estaba formada y constituida por oficiales generales que eran gente de derecha pero que también acordaba con la solución del problema colonial por vía pacífica y a través de una solución política. N.K.: ¿La izquierda del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) tenía por objetivo el proyecto de la revolución socialista? Gral. Vasco Gonçalves: En ese momento todavía no. Había algunas personas que tenían ideas auténticas y verdaderas sobre el socialismo y el marxismo, pero pensaban que no había condiciones en Portugal para hacer una revolución socialista. Pero a lo largo del proceso revolucionario surgió una vía de transición hacia el socialismo a través de la realización de las diversas y sucesivas conquistas populares. Por ejemplo, la nacionalización de la banca, la nacionalización de los seguros, la nacionalización de los principales centros básicos de la producción industrial, la nacionalización de las principales empresas de transporte y comunicaciones, la reforma agraria basadas en unidades colectivas, el control obrero, los derechos cívicos, sindicales, laborales y políticos de los trabajadores. Todas estas conquistas y derechos se fueron ganando y se fueron modificando las estructuras económicas. Cuando se nacionalizan la banca y las finanzas, los seguros y los centros básicos de la producción, se comienza a caminar por una vía de transición al socialismo. ¡Es posible conquistar y hacer el socialismo con el conjunto de estas fuerzas! La vía de transición al socialismo fue surgiendo del mismo proceso de las luchas de clase. Lo importante que hay que destacar es que lo que surge como un golpe y un levantamiento militar contra el fascismo y el colonialismo se va transformando en una revolución social. N.K.: Al describir aquel proceso revolucionario del cual actualmente se cumplen 30 años usted destaca la perspectiva del socialismo. Sin embargo, hoy en día, tres décadas después, algunos teóricos proponen reemplazar el proyecto del socialismo por una supuesta “tercera vía”. ¿A partir de su experiencia política, qué opina usted de la “tercera vía”? Gral. Vasco Gonçalves: Yo pienso que hoy no hay espacio para una “tercera vía”. La experiencia del pasado y del presente nos demuestra que la “tercera vía” camina siempre para la derecha, camina siempre hacia un rumbo reformista del capitalismo, hacia la idea de una supuesta “reforma del capital”. No se trata de alcanzar un capitalismo reformado sino de superar el capitalismo. El capitalismo no es reformable, porque las relaciones sociales en las que se basa y sin las cuales no puede sobrevivir son intrínsecamente injustas y de explotación del hombre por el hombre. La “tercera vía” no persigue conquistas profundas en las estructuras económicas y sociales. Hay que fijarse en Inglaterra, en Francia y en Alemania para corroborarlo. Jospin en Francia, Schoeder en Alemania y Blair en Gran Bretaña adoptaron en la práctica políticas neoliberales y de privatizaciones. Todos los que pretenden colocarse entre el capitalismo y el socialismo al final terminan adoptando políticas neoliberales. N.K.: Tomando en cuenta los procesos políticos en los que usted participó, ¿qué opina de la situación que actualmente está viviendo Venezuela con el liderazgo de Hugo Chávez? Gral. Vasco Gonçalves: Yo pienso que allí también se ha producido una alianza entre el pueblo pobre y las Fuerzas Armadas, en las propias condiciones geográficas, económicas, políticas de Venezuela y de América Latina. Allí también se está produciendo una tentativa de una vía pacífica y pluralista para el socialismo. El gobierno del presidente Hugo Chávez está partiendo de un proceso institucional pero está haciendo de hecho una revolución. N.K.: Algunos teóricos le recomiendan al presidente Hugo Chávez seguir el camino de la “tercera vía”. ¿En su opinión es viable en Venezuela una “tercera vía”? Gral. Vasco Gonçalves: Yo pienso que en Venezuela se está desarrollando algo bien distinto de una “tercera vía”. Allí no hay “tercera vía” sino el desarrollo, de hecho, de un proceso institucional, a través de las instituciones y a través del voto popular, hacia la revolución y hacia el socialismo, no hacia la “tercera vía”. Eso es lo que yo pienso. Para que eso se consiga, es necesario que las Fuerzas Armadas apoyen las reivindicaciones populares, sociales y políticas. Dentro de las Fuerzas Armadas los sectores más progresistas tienen predominio en las relaciones de fuerza. Cuando hubo un golpe contra Chávez y lo metieron preso, ¿quién lo liberó? La acción popular y una fracción de las Fuerzas Armadas que estaba de su lado. En Venezuela hay camaradas con bases sociales de apoyo entre la población civil. Apoyo entre los militares y entre los civiles. Yo creo que Venezuela se está transformando en un proceso, por una vía pacífica y pluralista, de camino hacia la revolución y hacia el socialismo. Digo “vía pacífica y pluralista” porque en Venezuela no hay presos políticos, no hay partidos políticos prohibidos ni nada de eso. ¡Ni siquiera los golpistas fueron fusilados o presos! ¿No es verdad? N.K.: Sí, es verdad. Pero la vía pacífica al socialismo, para dar un ejemplo, no tuvo graves consecuencias en el fracaso de la experiencia de Chile en 1973? ¿No se corre ese peligro? Gral. Vasco Gonçalves: Sí, Chile, ¡claro que sí! Por eso mismo uno no puede decir que esté consolidada la vía pacífica e institucional de transición al socialismo en Venezuela. Yo no pienso que Venezuela no pueda sufrir o padecer problemas de contrarrevolución; problemas de intervención de los Estados Unidos, problemas de manipulación de las masas populares. Yo pienso que lo que está pasando en Venezuela no excluye que haya grandes amenazas para la democratización, la revolución y el futuro camino al socialismo. En Venezuela también hay un proceso. A mí me da la impresión que ese proceso tiene cada vez más apoyo popular. Eso se verificó en el reciente proceso de referendo revocatorio. La mayoría de apoyo a Chávez aumentó. Por eso, una persona que está afuera, como yo, tiene la impresión que esta revolución en Venezuela avanza, que tiene cada vez más apoyo social. Pasan cosas que también sucedieron en Portugal como la acción de los militares entre la población, las campañas de dinamización cultural del pueblo hechas por los militares. En Venezuela el gobierno está ocupado en grandes tareas sociales que tienen que ver con la mayoría de la vida de las poblaciones, con la mayoría de las infraestructuras y el problema del acceso popular a éstas, de las organizaciones, de la instrucción, de la salud pública, etc.En Venezuela los militares están muy empeñados en eso. Nosotros, en Portugal, también nos esforzamos fuertemente en ese sentido. N.K.: Hugo Chávez y Venezuela han recibido un apoyo masivo por parte de Fidel Castro y del pueblo cubano. ¿Qué opinión tiene usted de la revolución cubana? Gral. Vasco Gonçalves: Yo pienso que la revolución cubana es un ejemplo de que es posible resistir, cuando existe la voluntad política para ello y con el apoyo de las masas. Cuba demuestra que la resistencia al imperialismo, la resistencia a Estados Unidos y al resto de los países imperialistas, es posible. Claro que eso cuesta sacrificios. Eso obliga a tener mucha conciencia política y mucha conciencia social. ¡Nuestra resistencia es posible!. Yo pienso que la revolución cubana es un ejemplo para todo el mundo, para todos nosotros. Tanto Cuba como Venezuela son ejemplos para todos aquellos que quieren un mundo mejor. Yo, como portugués, estoy profundamente agradecido a la revolución cubana y no me cabe la menor duda de que Cuba es un ejemplo para todo el mundo. Un ejemplo de que es posible resistir el avance del sistema capitalista y su globalización e incluso al poder militar más poderoso de la toda la historia, porque la “mano invisible” de la globalización no es la de Adam Smith sino la fuerza militar de los Estados Unidos y en forma subsidiaria de la OTAN. La revolución cubana demuestra que la política neoliberal no es fatal ni ineluctable. Yo tengo plena confianza en que la revolución cubana no bajará los brazos y continuará resistiendo. N.K.: En su carácter de militar y tomando en cuenta su grado de general, ¿cuál es su opinión sobre militares como el general Videla, sobre Pinochet, sobre Stroessner...? Gral. Vasco Gonçalves: ¡Por supuesto que todos esos militares son unos criminales! Yo tengo la peor impresión de todos ellos. No tengo la menor duda de que son unos criminales y unos asesinos. ¡Criminales de guerra! ¡Asesinos! No se los puede concebir de otra manera más que como vulgares asesinos.

sábado, 21 de octubre de 2006

Enfrentar el avance de la derecha con mayor calidad de organización popular.

La desaparición del compañero Jorge López, cuyo testimonio fue fundamental para encarcelar de por vida al asesino Echecolatz bajo la figura de genocidio, ha enrarecido definitivamente la atmósfera del país. Se multiplican las amenzas a los luchadores populares, y a jueces y fiscales que investigan a los represores. A los avances de la extrema derecha parapetados fundamentalmente detrás de la figura de Blumberg, se ha agregado la aparición mediática de sectores organizados de las fuerzas armadas y de seguridad junto con grupos de civiles y eclesiásticos que reivindican la dictadura genocida y el terrorismo de estado.La confirmación oficial de que aún perduran en las instituciones del estado individuos que participaron en “grupos de tareas” durante los años de plomo, no hace más que dejar a las claras la responsabilidad y la complicidad con ellos de los sucesivos gobiernos “democráticos” desde el ’83 hasta la fecha, y su carácter antipopular. Es que esos gobiernos –incluído el actual- administraron el estado defendiendo el interés de los dueños del poder económico en contra de los intereses del pueblo. Por eso reprimieron cada lucha de las mayorías asalariadas y desocupadas por dignificar sus vidas. Por eso mantuvieron intacto el aparato represivo, recurriendo a esa “mano de obra” entrenada durante la dictadura. Que los “señores” Solá y Kirchner “descubran” ahora su existencia suena a cargada: como si ellos no hubieran tenido nada que ver en el manejo de la cosa pública en la última década y media. Ahí están los vergonzosos hechos en el Hospital Francés para demostrar cómo se manejan estos nefastos personajes. El aparato de disciplinamiento social no sólo abarca a las instituciones oficiales de seguridad, sino a los “camisas pardas” de los partidos del sistema –principalmente del peronismo en su actual expresión, el kirchnerismo-: las patotas, dirigidas fundamentalmente por los caciques sindicales que han traicionado a su clase.Quedan expuestos entonces los puntos de contacto entre el fascismo y el doble discurso, pues, aunque en la retórica parecen enfrentados, uno es consecuencia del otro. Los dos son funcionales a los intereses de los mismos amos: los explotadores. En definitiva, del capitalismo y el estado burgués.De ello son cómplices también –cuando no activos actores- los sectores que desde el campo popular apoyan semejantes atrocidades. Un párrafo aparte merecen las palabras de la señora de Bonafini, que, respecto de la desaparición del compañero López, intentó victimizar a la víctima, poniendo en duda su honorabilidad y credibilidad, al mejor estilo del “algo habrán hecho” de la dictadura.En ese marco, el gobierno continúa con su política de saqueo al pueblo: el miércoles pasado el senado convirtió en ley el proyecto oficial sobre hidrocarburos, que continúa la línea entregadora de los ’90 del menemato y la Alianza; aumenta los subsidios a las privatizadas, e insiste en su intención de promulgar una nueva ley educativa que ponga a la educación bajo el paraguas de los intereses de las empresas y no del pueblo. Las declaraciones de la Senadora Fernandez de Kirchner en EEUU en defensa del sistema capitalista, y el campanazo en Wall Street por parte del santacruceño demuestran el carácter de clase de este gobierno.Este escenario encuentra a la izquierda envuelta en la dispersión y la confusión de siempre. Creemos que es necesaria otra disposición para el momento, dejando atrás los egoísmos y vanidades: si no nos une el amor, que nos una el espanto. Un espacio de discusión fraternal para enfrentar la coyuntura se torna imprescindible, entonces. Podemos empezar por cuidarnos las espaldas entre los que luchamos por una sociedad sin explotadores ni explotados. En ese sentido, la marcha del próximo miércoles 18 por la aparición con vida de Jorge López será un hito fundamental, al que debemos volcar todas nuestras energías.Pero debemos apuntar hacia algo más estratégico, un ámbito unitario que potencie nuestras identidades y proporcione una base mucho más sólida en la lucha por el poder. Un agrupamiento sin condicionaientos electoraleros ni iluminados que nos digiten desde su óptica cerrada y sectaria. Podría ser el comienzo de un camino que nos lleve a un Congreso de la Izquierda, y a la tan declamada y necesaria unidad de los revolucionarios.


Perspectiva de Clase, órgano de prensa del Partido Comunista de los Trabajadores

Año 1 - N° 2 - Octubre de 2006 - c.e: pct@pctargentina.org


- Enfrentar el avance de la derecha con mayor calidad de organización popular - Editorial
La desparción del compañero Jorge López ha enrarecido definitivamente la atmósfera del país. Este escenario encuentra a la izquierda envuelta en la dispersión y la confusión de siempre. Creemos que es necesaria otra dispocisión para elmomento, dejando atrás los egoísmos y vanidades divisionistas.

- Por la aparición con vida del compañero Julio López

-Homenajeamos al Comandante. A 39 años de su caída en combate. Bautizamos con su nombre la Plaza de la Estación de Florencio Varela.
- El Che, memoria y actualidad

-Las cosas por su nombre - comunicado de la CORREPI
-Cobarde agresión a militante de la UJS en La Plata
-La patota kirchnerista contra los trabajadores del Hospital Francés - ¿Este es el gobierno del pueblo?
-Alquimistas de los votos
-Acto de la Comisión de Homenaje a los Combatientes Revolucionarios
-En busca de una identidad latinoamerica - A propósito del 12 de Octubre
- ¿Quién le debe a quién?
- Benedicto XVI, soldado del imperialismo
- Sobre el USZUK y el BRICK
- La cuestión del poder y las vías de la Revolución

jueves, 19 de octubre de 2006

DECLARACION PARA QUE ARGENTINA VOTE POR CUBA Y EN CONTRA DEL BLOQUEO DE EE UU EN LA 62 ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU.

Los argentinos y latinoamericanos abajo firmantes demandamos al gobierno argentino y a los demás gobiernos de Latinoamérica que voten por Cuba y en contra del bloqueo yanqui el 8 de noviembre próximo, cuando el tema sea puesto en consideración ante la 62º Asamblea General de la ONU. Motiva este pedido el hecho de que ese criminal bloqueo no sólo se mantuvo, desde que fuera impuesto en forma total en febrero de 1962, sino que, peor aún, la administración Bush lo ha recrudecido en los últimos años. En mayo de 2004 y en julio de 2006, en la primera y segunda versión del Informe de la “Comisión de Ayuda a una Cuba Libre”, el gobierno imperial anunció nuevas medidas para asfixiar a la población cubana y tratar de hacer caer a su gobierno legítimo. En la versión más reciente se anunciaron 82 millones de dólares para acelerar la caída de la revolución cubana y lograr la restauración neocolonial en la patria de José Martí. De ese dinero al menos 37 millones serán para financiar la contrarrevolución en la isla, los mal llamados “disidentes” (léase mercenarios como la promocionada médica Hilda Molina), la radio y TV Martí que emiten desde Estados Unidos y aviones C-130 ilegalmente hacia la isla, etc. Ese Informe tiene un capítulo secreto que preanuncia agresiones militares directas, teniendo en cuenta los antecedentes de Playa Girón contra la misma Cuba, las invasiones a República Dominicana, Panamá y más recientemente a Irak y Afganistán, así como el golpe de Estado contra Hugo Chávez en abril de 2002. El bloqueo contra Cuba ha provocado daños económicos directos por 86.000 millones de dólares, además de la muerte y lesiones graves a 5.000 personas por medio de atentados terroristas. Este 6 de octubre se cumplieron treinta años del atentado de los elementos de la CIA como Luis Posada Carriles, ligados al terrorismo de Miami, que derribaron con bombas el avión de Cubana de Aviación que volaba sobre Barbados y asesinaron a 73 personas. La prolongada e injusta prisión que cumplen cinco jóvenes cubanos en EE UU es otra expresión de ese bloqueo e irracional castigo al pueblo cubano. ¿Qué tiene Cuba que tanto molesta al imperio, además de su revolución? ¿Será su sistema educativo puesto de relieve por la Unesco como el que educa a los alumnos de nivel primario de mejor rendimiento en el continente? ¿Será su sistema de salud tan elogiado por al OPS y la OMS como una atención de calidad que no gozan incluso los ciudadanos que viven en el llamado Primer Mundo? ¿Será su baja mortalidad infantil de 5,8 por mil nacidos vivos? ¿Será su apoyo internacionalista y solidario a la alfabetización en el Tercer Mundo con el programa “Yo sí puedo”, o la ayuda de sus 24 mil médicos en 69 países? ¿Será su aporte a la “Operación Milagro” con la que han recuperado la visión más de 400.000 venezolanos y de otros países? Lo más probable es que el imperio sangre por todas esas heridas y también por la constitución de la Alternativa Bolivariana de las Américas (Alba) integrada por Cuba, Venezuela y Bolivia. Es que el Alba ha colaborado para enterrar el ALCA. Nos parece una grave conciliación de la ONU con EE.UU. el hecho que desde 1992 a la fecha se voten resoluciones a favor de que se termine el bloqueo, calificado como un hecho de genocidio, y que sin embargo la Casa Blanca ignore olímpicamente tales votaciones. Cabe recordar que el año pasado fueron 182 países, sobre un total de 191 miembros de la ONU, los que sufragaron en contra del bloqueo. Por eso los firmantes de esta declaración, exigimos al gobierno de Néstor Kirchner y a los demás gobiernos de la región: 1) que voten por Cuba y contra el bloqueo estadounidense en la 62º Asamblea General; 2) que reclamen a la administración Bush dé a conocer el capítulo secreto de su informe que encubre nuevas agresiones contra el país víctima; y 3) que planteen formalmente ante la Asamblea General la necesidad de adoptar sanciones políticas y diplomáticas contra EE UU si insiste en violar, como lo hizo durante estos catorce años, la justa resolución de la abrumadora mayoría de países del planeta por el fin del bloqueo. Firman Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba, Coordinación Nacional. Multisectorial de Solidaridad con Cuba, Buenos Aires. Mil por Cuba. Casa de la Amistad Argentino Cubana de Capital Federal. Lidia Donnini, Marta Speroni y Delia Pardo, Comité Argentino por la Libertad de los Cinco. Rubén Zaccaro, Comisión de Solidaridad con Cuba de Almirante Brown, Bs As. Elisa Rando y Tati, Multisectorial de Solidaridad con Cuba. Irma Othar, Casa de la Amistad de Lanús. Pablo Masciángelo, CTA Provincia de Buenos Aires. Fernando Cardozo, ATE Nacional. Sergio Ortiz, sec. Gral. Partido de la Liberación. Jorge Kreyness, Comité Central del Partido Comunista. Nelly Collantes, Amigos de la Revolución Cubana. Alberto “Champa” Galiotti, Multisectorial Rosario Santa Fe. Susana, PCR. Liliana Mazea, sec gral Fidela (Fundación Investigación y Defensa Legal Argentina). Irene Perpiñal directora Museo “Ernesto Che Guevara” de Buenos Aires. Eladio González (Toto) director Escuela de Solidaridad con Cuba “Chaubloqueo” Nelson Suárez, Movimiento de Solidaridad con Cuba de Rosario. Humberto Lenzi, CAAC de Capital Federal. Casa de Amistad Argentino Cubana de Villa Mercedes, provincia de San Luis. Camilo Emiliano Sosa, San Luis. LISANDRO BONILLA ARGENTINO RESIDENTE EN CUBA CI 4 777 516 ROBERTO ROMEO DI VITA, escritor. Agrupación "De igual a igual" de los trabajadores del Banco Credicoop ELIDA BARCELÓ, DNI 8.584.370. Ulises Pimentel Rubén Sacchi Co-director Revista Lilith Pablo Kilberg, argentino residente en Cuba. Mariví Rodríguez Triana, Cuba. Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina. Jorge Ramírez, secretario de Organización de la Mesa Ejecutiva Central de CONADU Histórica. Carmen Hernández, secretaria de Finanzas de ADIUNSa (docentes universitarios de Salta). Miguel Delgado, Movimiento Antiimperialista y por la Paz Mundial (MAP). Partido Comunista de los Trabajadores. Se reciben adhesiones hasta el 4 de noviembre próximo. Esta declaración será entregada por una delegación amplia del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba en la cancillería argentina antes del 8 de noviembre. Adhesiones a: milporcuba@yahoo.com.ar casaargentinocubana@hotmail.com mulseccuba@yahoo.com.ar

domingo, 8 de octubre de 2006

A 39 AÑOS DEL ASESINATO DEL CHE GUEVARA.




El 9 de octubre de 1967 fue asesinado, después de meses de desigual y heroico combate, el Comandante Ernesto Che Guevara. El imperialismo intentó convertir su caída, en Bolivia en un medio para aniquilar su pensamiento y todo lo que pudiera contribuir a su divulgación. En particular, quisieron y quieren demostrar que su muerte significa la derrota definitiva de sus ideas con relación a la lucha revolucionaria en América Latina y el resto del mundo. A todos ellos les replicó Fidel Castro: “Los que ven en el desenlace de su lucha en Bolivia el fracaso de sus ideas, con el mismo simplismo pudieran negar la validez de las ideas y las luchas de todos los grandes precursores y pensadores revolucionarios, incluidos los fundadores del marxismo, que no pudieron culminar la obra y contemplar en vida los frutos de sus nobles esfuerzos”. Siguiendo con estos análisis superficiales se podría concluir que en Cuba no existían condiciones para la lucha directa y el impulso de un proceso revolucionario, puesto que allí el combate comenzó con dos derrotas: el asalto al Cuartel Moncada y el desembarco del Gramma en la zona de “alegría del Pío”, donde fueron sorpresivamente atacados por fuerzas enemigas. El decurso de la historia y de la lucha de clases es mucho más complejo. Está cargado de múltiples alternativas, de avances y de retrocesos, de victorias y derrotas, y no se lo puede reducir al concepto estrecho de quien no triunfa no tiene razón. Además cabe resaltar que el pueblo en armas siempre se encuentra enfrentado contra las fuerzas armadas del propio país financiadas, adiestradas y apoyadas directamente por el imperialismo, que, fiel a su esencia, es capaz de recurrir a los miedos mas inhumanos para aniquilar a cualquier pueblo que busque su liberación. Ningún sistema de ideas, ninguna doctrina económica, política y social, pierde vigencia mientras no se modifiquen las circunstancias histórico concretas que le dieron origen, salvo que se demuestre la caducidad de las tesis y principios sostenidos. Nada de esto ha ocurrido con las enseñanzas de la Revolución Cubana y con los aportes esenciales del pensamiento del Che, que está vivo hoy más que nunca en la lucha de todos los pueblos de la tierra. Entonces debemos decir, mientras haya capitalismo, estará viva la alternativa socialista, mientras haya explotación del hombre por el hombre, los obreros y los campesinos tienen el derecho a finalizar con la opresión a que fueron sometidos por unos pocos. Por lo tanto, realizamos este homenaje a un hombre que en todo el mundo es el símbolo luminoso de la rebeldía contra toda injusticia, opresión y explotación del capital imperialista. Efectuamos este homenaje a un ejemplo viviente que promueve en cada uno de nosotros la necesidad de batallar por una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria, una sociedad socialista. En definitiva, realizaremos este emotivo homenaje a un ser humano integral, imagen fiel del hombre - mujer nuevos, que es sinónimo de la expresión política más hermosa: Revolución. Sin duda que estas actividades se prolongarán y desarrollarán durante todo el año próximo, porque se cumplirán los 40 años de su asesinato y donde el deseo común debe ser de encontrarnos junto a todos los revolucionarios y antiimperialistas que en nuestro país se identifican con la figura y los objetivos del Che. Tal vez éste pueda ser un indicio de que seremos capaces de revertir la momentánea derrota militar sufrida en el año 1976, recorriendo el camino que nos señaló Guevara, el camino de la unidad de los revolucionarios, mensaje que nos dejó en una muy clara y precisa frase: “Si fuéramos capaces de unirnos, que bello y cercano sería el futuro”. Suena muy fuerte y muy actual este llamamiento del Che, en momentos muy difíciles en que van quedando cada vez más definidos en la encrucijada de nuestra época, particularmente en América Latina, dos caminos y fuerzas opuestas frente a frente: los objetivos y planes de la burguesía imperialista, sus aliados o socios locales, y por el otro lado, los objetivos y las luchas de los trabajadores ocupados y desocupados y demás sectores oprimidos y explotados. De tal manera que va apareciendo con más claridad el socialismo como la única solución real, que superando errores del pasado, posibilita vencer al subdesarrollo neocolonial y los tremendos efectos de la superexplotación y el atraso: desocupación, pobreza, miseria, hambre y marginación, lacras propias de una estructura de dominación e insuperables dentro de ella. En una palabra (estamos frente a una dicotomía), la alternativa de hierro es: o el proyecto del capital imperialista, o el proyecto de la clase obrera y demás sectores populares. No son las burguesías del continente las que encabezarán un proceso de liberación nacional y social, puesto que éstas están integradas al gran capital financiero internacionalizado, son en consecuencia, completamente estériles. Por tal motivo, debemos tener siempre presente la firmeza y la contundencia de una frase del Che, en su conocido “Mensaje a los pueblos del mundo”: “las burguesías autóctonas han perdido su capacidad de oposición al imperialismo –si alguna vez la tuvieron- y sólo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer: o revolución socialista o caricatura de revolución”. Hoy día es de suma importancia esta conclusión del Che, dado que para frenar o descomprimir el alza de las luchas populares, el imperio del norte ha impulsado una nueva, o no tan nueva táctica: la implantación de supuestos gobiernos progresistas, también llamados de “centroizquierda” como los Kirchner, los Lula, los Tabaré Vazquéz o Bachelet, que con sólo cambios de forma, siguen impulsando el mismo contenido, la misma política económico y social: el patrón de acumulación capitalista conocido comúnmente como “modelo neoliberal”. Es decir, la centroizquierda es la izquierda del sistema, que viene a consolidar dicho modelo saqueador de pueblos y no a combatirlo, planteando siempre la teoría de la conciliación de clases, con acuerdos donde los laburantes somos siempre “el pato de la boda”. Por supuesto que este no es un hecho fatal, si aprendiendo de la enseñanzas de nuestro querido Ernesto Guevara, somos capaces de dejar de lado actitudes sectarias y hegemonista y pasar a construir una auténtica organización revolucionaria y un fuerte poder obrero y popular, capaz de disputarle, de todas las formas posibles, el poder a la burguesía local e internacional. Se trata a la vez de comprender de que la unidad es una condición necesaria pero no suficiente, que debe irse logrando una integración cada vez más amplia con las luchas de nuestro pueblo, posibilitando así un fuerte apoyo de masas. Sólo la conjugación de tres cuestiones: la unidad, las masas y la lucha revolucionaria, pueden despejar el camino a las transformaciones de fondo, sino correremos el riesgo de convertirnos en fuerza de apoyo de los planes de los partido burgueses. Esta es una lección más de la vida y la prédica del Che y de la Revolución Cubana. Por todo lo expresado nos parece oportuno concluir con una breve parte del conmovedor discurso que realizó Fidel Castro el 18/10/67, en un multitudinario acto en homenaje al Che en la Plaza de la Revolución, de la Habana: “Si queremos expresar como aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡Que sean como el Che! Si queremos expresar como queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡Que sean como el Che! Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilaciones: ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che!...... Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡Queremos que sean como el Che!” En nuestro caso, creemos que además nuestro deseo debe ser que su pensamiento, cargado y enriquecido de un marxismo creador, con un profundo análisis de la específica realidad de nuestro continente, y unido siempre a la práctica de la lucha de los pueblos, ilumine el camino de liberación nacional y social de nuestra patria y de la “Patria Grande” Latinoamericana. ¡Hasta la victoria siempre! ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!

El Che murió como vivió: lleno de optimismo.


Los diez años más importantes de la vida del General de Brigada Harry Villegas Tamayo fueron al lado de Ernesto Che Guevara. Ese es uno de sus mayores orgullos. Oriundo del poblado de Yara, es conocido mundialmente como "Pombo", nombre que utilizó en las guerrillas internacionalistas en el Congo y Bolivia. También le llamaron de esa manera en las ocasiones en que durante 12 años estuvo cumpliendo otras misiones internacionalistas. En un libro que publicó y que lleva como titulo: "Pombo: un hombre de la guerrilla del Che", ofrece una amplia información de la gesta boliviana basado en su diario de campaña. Durante sus estancias en Cuba ha desempeñado diversos cargos en las Fuerzas Armadas, desde participar en Ciego de Ávila en la "Operación Mambí", hasta permanecer durante siete años como Jefe de la Brigada de la Frontera, después su labor educativa como Jefe de la Sección Política del Ejército Occidental o actualmente cuando se desempeña como Secretario Ejecutivo de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. Este militar tan sencillo como audaz; tan valiente como sincero; tan temerario como leal, muestra orgulloso en su pecho la Estrella de Héroe de la República de Cuba. Si el Che pudiera verlo estaría feliz de que este hijo suyo no haya olvidado las patrióticas lecciones que él comenzó a darle en la Sierra Maestra y terminaron en la Quebrada del Yuro (Tomado del libro Secretos de Generales) LUIS BÁEZ —¿Qué imagen guarda de sus padres? Fidel condecora al General de Brigada Harry Villegas con el título de Héroe de la República de Cuba. —Recuerdo a mi padre leyendo, especialmente sobre temas históricos, aunque su oficio era la carpintería. También gustaba mucho del ajedrez. La gente le tenía mucho cariño, quizás porque siempre lo daba todo, era muy extrovertido. Una persona sumamente sincera. En cambio mi mamá era distinta, ella era muy reservada; quizás por su origen campesino o por su descendencia africana directa por parte del padre. Pero era muy trabajadora, llegó a tener pequeños negocios en Yara, Las Tunas y Palma Soriano. A los dos los recuerdo con un amor inexpresable. —¿De dónde es usted? —Mi origen es campesino, nací en las inmediaciones de la Sierra Maestra, en el pueblo de Yara. Me crié en un ambiente muy particular, ya que la historia que rodeaba nuestra zona influía directamente en cada habitante: en Yara quemaron al indio Hatuey, recordado por su resistencia ante los conquistadores de España, y allí también se dio el "Grito", el primer combate por la Independencia de Cuba. Todo eso creaba un sentimiento patriótico en la juventud. Recuerdo que la celebración del 10 de Octubre era algo muy solemne, de gran importancia. Particularmente para mí, nacer en Yara fue esencial para el desarrollo posterior de mi vida. —¿Dónde pasó sus primeros años? —La enseñanza primaria la hice en la escuela Carlos Manuel de Céspedes. Después continué los estudios en Manzanillo, a la par que trabajaba en un comercio. Estuve un tiempo con los boy scout de la Iglesia Católica, aquí me daban un ticket que iba reuniendo y al final del año podían ser cambiados por juguetes, por otra parte asistía a los cultos de la Iglesia Protestante, porque aquí me daban un dulcecito. Estas eran las cosas que los muchachos de mi edad hacían. También me sentía atraído por el cine y como no le podía pedir todos los días una peseta al viejo para ir a ver una película, conseguí que me dejaran pegar en las paredes los pasquines de los filmes; de esa manera tenía asegurada mi entrada. Incluso durante un tiempo fui el locutor del cine del pueblo, anunciaba la película y me pagaban un peso. La guerrilla de Bolivia. De izquierda a derecha: Gustavo Machín, Harry Villegas, Leonardo Tamayo, Eliseo Reyes, Comandante Ernesto Guevara, Carlos Coello, René Martínez y Octavio de la Concepción de la Pedraja. Llegué a ser posteriormente el administrador de este. También me gustaba jugar pelota. —¿Qué base? —Jugaba la primera base. Una tarde fuimos a San Ramón y cuando llegamos me encontré que el juego estaba suspendido por lluvia. Se negaron a pagarnos el pasaje y tuvimos que hacer una colecta entre los vecinos para regresar. Pero sobró dinero y nos dimos unos tragos antes de volver. Cuando llegué a mi pueblo, era tarde para abrir el cine y el dueño me botó. —¿Qué hizo el 10 de marzo de 1952? —Yo tenía un hermano que militaba en el Partido Ortodoxo, era concejal y se metió en la lucha contra la tiranía. De esa forma, caigo también en el enfrentamiento a Fulgencio Batista. Me incorporé a una célula en la que se encontraban Leopoldo Cintra Frías (Polo), Teté Puebla, Manuel Lastre y otros compañeros. Empezamos a realizar diferentes actividades: interrumpir el alumbrado eléctrico, regar tachuelas, etc. —¿En qué momento decidió irse para la Sierra Maestra? —En esa lucha me detuvieron tres veces. Era muy peligroso mantenerme en el pueblo y decidí irme para la Sierra Maestra en unión de siete compañeros. —¿Se encontraron con los rebeldes? —Nos tropezamos con Gerardo González (le decían El Sapo), él comandaba un pelotón de escopeteros que operaba en la zona. Con ellos participo en mi primera acción de guerra. —¿En qué consistió? —Hicimos una emboscada a una patrulla que se movía en la carretera de Manzanillo a Bayamo. Logramos capturar algunas armas, aunque los soldados tiraron varias al río. En un momento del combate aparecieron unas tanquetas pintadas de negro que nos abrieron fuego. Eso nos obligó a darnos a la fuga. Algunos cogieron hacia Bayamo. Yo me fui para Manzanillo con la intención de internarme en la Sierra. No fue fácil agruparnos. Me quedé merodeando por el llano. El ejército, que nos había seguido, logró cercarnos. En la noche, logré escabullirme y tomé camino a las montañas. —¿Hacia qué zona? —Llegamos a Canabacoa, a casa de un campesino que tenía una panadería. Comimos pan y al otro día continuamos la marcha. Nos encontramos a un grupo de combatientes del Ejército Rebelde. Era un pelotón dirigido por el chino Idelfredo Figueredo, de Santiago de Cuba. Pertenecían a la Columna del Che. —¿Qué sintió cuando estuvo frente al Che? —Una impresión muy fuerte. Ya el Che era una leyenda viva. Me hizo varias preguntas. Le dije que era hermano de Diógenes Villegas, que estaba en el mortero con Pepín Quiala. Le pedí que me aceptara. Yo llevaba un fusil 22. Se resistió. Me dijo que no podía quedarme: ¿Crees que vos vas a poder combatir con ese fusilito? Con eso no se puede hacer la guerra; allá en el llano están los soldados, baja y desármalos. —¿Bajó? —Qué remedio me quedaba. Pero con tan mala suerte de que me vio un chivato y me denunció. —¿Adónde se dirigió? —A hacer contacto con mi familia. Estando en casa, tocaron a la puerta. Eran los soldados. Pude irme por una salida trasera y me escondí en un platanar. De ahí me marché para la vivienda de uno de mis hermanos. A los pocos días me fui para el antiguo central Sofía. Logré, con algunos amigos, conseguir unos revólveres y una escopeta. Con ese armamento regresé al monte. Localicé nuevamente al Che. —¿Y lo aceptó? —Esta vez sí. Me dejó en el pelotón de la Comandancia. Empecé a cargar mochilas, servir de mensajero, o sea, ganándome la posibilidad de ser guerrillero, a la vez que asistía a la escuelita que él había organizado. En esos momentos estaba en la Pata de la Mesa. —¿Quién impartía las clases? —El propio Che. —¿Qué materias? —Historia de Cuba. Nos hablaba de Antonio Maceo, Máximo Gómez y otros patriotas, de la grandeza de sus acciones desde el punto de vista militar, la táctica empleada, etc. También estudiamos las obras de Marx, en forma comentada. Nos explicaba detalladamente cada concepto. Igualmente nos enseñaba Matemáticas. Hasta que lo designaron para Minas del Frío. —¿Qué tareas realizaron? —Comenzamos a levantar casas para instalar la escuela, el hospital, etc. El enemigo detectó, desde el aire, esas construcciones. Trajo como consecuencia que diariamente recibíamos una lluvia de balazos de ametralladoras y racimos de bombas procedentes de los aviones. El Che lo sabía y lo tenía como un elemento de depuración de la tropa, porque nos formaba y la gente al escuchar la presencia de la aviación se aterraba. Rompíamos la formación y se formaba un correcorre tremendo. En todo ese tiempo no hubo heridos por los aviones, pero sí hubo cientos de lesionados por la desbandada que se armaba. Después que pasaban los aviones siempre había un grupo que decidía abandonar la guerrilla. En ese campamento varios compañeros tuvimos un fuerte encontronazo. —¿Con quién? —Con un norteamericano llamado Herman Mark, que había sido combatiente de la guerra de Corea. Era una gente que tenía dominio de la táctica y lo pusieron a entrenarnos. Muy exigente, déspota y además glotón. Un gran hp... Le teníamos un odio del carajo. Eso provocó que se formara una especie de sedición. Nos negamos a seguir recibiendo sus instrucciones. El Che se hallaba de recorrido. Al regresar al campamento se encontró esa situación. —¿Qué hizo? —Tomó medidas muy drásticas, propias de su carácter. Al responsable de la insubordinación planteó fusilarlo. A mí y a otros compañeros, tres días sin comer. En medio del problema, llegó Fidel. —¿Se enteró de lo ocurrido? —Sí. El Che se lo informó. Después que hablaron un largo rato, el Comandante en Jefe decidió rebajarle la sanción a todo el mundo. Al que tenían previsto fusilar, lo castigaron a tres días sin comer y al resto un día sin ingerir alimentos. A los que no estaban muy involucrados los exoneraron de responsabilidad. Para mí constituyó una importante enseñanza. Después tuve otro altercado con el Che. —¿Cuál fue la causa? —Me mandaron al llano, por la parte de Campechuela, a buscar miel. Subí cargado de miel. Llegué a casa de un campesino y me brindó café. Le pedí que me diera una botella y la llené de miel y se la regalé para endulzarlo. Cuando llegamos al campamento uno de los acompañantes se lo informó al Che. Como era el Jefe del grupo me pasó la cuenta. Me llamó, reprimió y me dijo que cómo era capaz de coger algo que era propiedad del colectivo y distribuirlo. Fue una nueva lección. Después me mandó un tiempo con Fidel. —¿Con qué intención? —A fortalecer, en unión de otros compañeros, las fuerzas rebeldes que estaban combatiendo en El Jigüe y para que nos fogueáramos ya que éramos muy jóvenes. —¿En qué lo pusieron? —Fidel nos mandó a que todas las noches teníamos como tarea hostigar al ejército: tirándole tiros, hacer sonar latas para no dejarlos dormir. En un momento determinado me enviaron a reforzar la emboscada que estaba ubicada en La Plata para rechazar a un batallón de la tiranía que venía en apoyo de la tropa del comandante José Quevedo. Tuvimos que combatir duramente. No se me olvidará que iba por la loma y sentía que me caían los cañonazos al lado. Miraba y no veía a nadie. Me preguntaba cómo podían saber dónde estaba. Tuve que abandonar el camino y meterme a campo traviesa, hasta que llegué a la Comandancia. Después me explicaron que los disparos provenían de una Fragata que contaba con un equipo de visión larga (GMT). —¿Cómo le fue en la Comandancia? —Nos encontramos con un tipo llamado Puebla que era muy anticomunista. Al vernos dijo: "Llegaron los comunistas del Che". Yo no tenía ninguna noción del comunismo pero ese anticomunismo nos lo quiso cobrar a nosotros. —¿De qué manera? —El primer día nos dio un cubo de congrí con malanga. Al otro nos puso el mismo cubo y al tercero repitió la operación. Ya esa comida tenía muy mal olor. No había quien se la comiera. La rechazamos. Nos dijo: "bueno, ya no hay más comida". Fuimos a ver a Celia Sánchez y le explicamos que llevábamos varios días sin comer. Enseguida mandó a darnos alimentos a la vez que nos comentó: "Miren, niño que no llora no mama". —Después de la victoria en El Jigüe, ¿se quedó con Fidel? —No, fuimos enviados nuevamente para la tropa del Che. Antes de irnos Fidel nos entregó algunas armas. Cogí un fusil ametralladora Browning con un montón de peines. Yo era muy flaquito, Fidel se quedó mirándome y me preguntó: "¿Tú crees que puedas con eso?" Le respondí: "¡cómo no voy a poder!" Nunca me había echado una cosa así al hombro. Cuando estaba sentado no lo sentía pero al subir las lomas me lo sentía en el alma. —¿Dónde estaba el Che en esos momentos? —Había tirado un cerco desde Las Vegas a las Mercedes para impedir que el ejército avanzara. Me quedé atrás debido al enorme peso que cargaba. Al llegar me metió una nueva bronca. Le comentaron que me había quedado durmiendo en casa de un campesino. Me volvió a castigar. —¿En qué consistió el castigo? —En no portar armas durante toda la guerra. —¿Lo cumplió? —Afortunadamente no. Cuando se le quitó el encabronamiento le expliqué lo ocurrido. Lo comprendió y me cambió la Browning por una ametralladora San Cristóbal de origen dominicano. Posteriormente participé en los combates de Las Vegas de Jibacoa, Las Mercedes y otros, hasta que vinimos en la Invasión. —¿Tenía alguna responsabilidad en la Columna? —Formé parte de la Comandancia, tenía la misión de enlace. Iba constantemente de un extremo a otro de la Columna a buscar información. Por eso siempre digo que hice la Invasión dos veces. La hicimos en condiciones muy difíciles, adversas, complejas, caminamos en las peores condiciones. Pasamos por momentos muy peligrosos, como fue el cruce de la trocha de Júcaro a Morón y el combate en Cuatro Compañeros. Además, sin comida. Recuerdo que traía un paquete de gofio, pero no podía tocarlo. El Che me lo controlaba. —¿Cómo está el gofio?— Cuando se lo entregué, lo revisó para ver si le faltaba una onza. Antes de la toma de Santa Clara tuvimos combates muy duros. Uno de ellos fue la toma del cuartel de Cabaiguán. Los guardias hicieron una fuerte resistencia. En un gesto de temeridad el Che me dijo que lo acompañara. Lo miré y me soltó: "¿Estás apendejado?" Le respondí que no. Subimos al techo descubierto de una casa que estaba frente por frente al cuartel. Desde ahí observamos las posiciones del enemigo, que mantenía un fuego cerrado de ametralladora que impedía que pudiéramos avanzar. Bajamos. El Che trató de brincar un muro. Resbaló. Ahí es donde se rompió el brazo. Aquello de apendejado me mortificó. Había que tomar unas casas donde estaban refugiados elementos masferreristas. Nos tiraban granadas. Me quedé con los compañeros. Traté de sacar a un rebelde herido. Lo logré. Al no verme junto a él, me recriminó. Le manifesté que como me había dicho lo del apendejamiento, me había quedado junto a mis compañeros combatiendo. Me puntualizó que esa no era mi tarea y que tenía que aprender a hacer lo que se me ordenara en cada momento. Durante la Invasión, me mandó unos días para el pelotón de los Descamisados. —¿Qué infracción cometió? —Me quedé dormido arriba de un caballo y se me fue un disparo. En los Descamisados me dieron una olla gigante. Me la tiré arriba, con la cantimplora y todo lo que llevaba. A los tres días me mandó a buscar y me incorporó a la Comandancia. El pelotón de los Descamisados, el Che lo concebía como algo educativo. Ahí eran enviados todos aquellos que cometían indisciplinas: el que se dormía en una posta, el que incumplía alguna orden, etc. Primero hizo la Escuadra de los Descamisados en la Columna 4 y después en la Invasión lo convirtió en pelotón. Al frente puso a Armando Acosta. —¿Sabían para dónde iban? —Sabíamos que íbamos rumbo a Las Villas. Se hablaba del Escambray, pero desconocía dónde quedaba. Estaba seguro de que era en Cuba, pero el Escambray propiamente, no lo tenía como una cosa concreta. —¿Perteneció al pelotón suicida? —No. Eso lo creó estando ya en Las Villas. Era de manera voluntaria. Me propuse, al igual que Juan Alberto Castellanos y Leonardo Tamayo. Aceptó a los dos últimos. A mí me dijo que era necesario en la Comandancia. El Che siempre nos hablaba de que había que ser valiente y audaz como Camilo. Nos contaba cómo Camilo se había tropezado sorpresivamente en una carretera con un camión lleno de soldados. Se paró frente al vehículo y comenzó a disparar con su ametralladora. El desparramo de guardias fue tremendo. El Che admiraba y quería mucho a Camilo. —¿De qué manera se concibió la toma de Santa Clara? —Bajo el principio de ir aniquilando al enemigo por partes e ir fijándole los puntos de resistencia. Los guardias brindaron tenaz oposición. Incluso la aviación desató feroces bombardeos a la ciudad. Para tomar la estación de policía fue necesario ir atravesando el interior de las casas, rompiendo las paredes, para poder acercarnos al objetivo. Los guardias del tren blindado no querían rendirse. Hubo que levantar las líneas para que se descarrilara. Después tuvimos que lanzarles cócteles Molotov para que el fuego y el calor los obligara a salir. A medida que se entregaban, eran enviados a una fragata que estaba anclada en Caibarién. Este tren venía cargado de soldados y armamentos para reforzar a las tropas del ejército que estaban operando en la región oriental. También tuvimos que desalojar a elementos masferreristas que se habían atrincherado en habitaciones del hotel Clory (Santa Clara Libre) como francotiradores. Fuimos pegando candela piso por piso para que salieran. En los bajos del hotel, en horas de la madrugada me enteré de la huida de Fulgencio Batista. —¿Con qué grados terminó la guerra? —De Primer Teniente. Ya era Jefe de Pelotón. —¿En qué viajó para La Habana? —En el propio vehículo con el Che. Yo pensaba hacerlo en el auto de un esbirro que había requisado en Remedios. Cuando el Che me vio con el automóvil me dijo: "¿Caballerito, qué hace con ese carro?" Le expliqué dónde lo había capturado. Me dijo que lo dejara. Me montó con él y así entré a La Habana. —¿Qué sintió al verse en la capital? —En mi vida había visto una ciudad tan grande. Resultó impresionante. Solamente conocía Manzanillo, Bayamo y algo de Santa Clara. El Che nos buscaba mucho la lengua. Al ver el mar nos comentaba: "¿Vieron qué bosque más grande?" Nos impactó mucho el paso por el túnel de la Bahía. No queríamos creer que íbamos por debajo del agua. Ya en La Cabaña tenía un terror inmenso de ir a la ciudad. Hasta que un día, a varios compañeros y a mí, el Che nos obligó a salir. Para no perdernos, nuestro punto de referencia fue el malecón. A la ahora de regresar a La Cabaña, siempre buscábamos el litoral habanero para orientarnos. Lo primero que hizo el Che fue conseguirnos un maestro para superarnos culturalmente. Yo había aprobado la primaria, no así la mayoría de los compañeros. Además, siguió enseñándonos a jugar al ajedrez. Me mantuve junto a él en el Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA), el Banco Nacional, el Ministerio de Industrias. Como jefe de su escolta dondequiera que se movía lo acompañaba. Al regreso de su segundo viaje al exterior, nos reunió y analizó cómo nos habíamos portado los integrantes de su escolta. A Castellanos y a mí nos sancionó a sembrar, por no haber seguido los estudios. Al resto del personal que sí había asistido a las clases, lo ascendió. Cuando me casé me fui a vivir a mi casa, pero seguía de responsable de la suya. —¿Dónde lo sorprendió Playa Girón? —Me encontraba al frente de las inversiones de la fábrica de cerámica "Sanitarios Nacional". Me presenté al Che. Me dijo que me mantuviera en la fábrica. En dos o tres oportunidades estuvo a punto de botarme. —¿Por qué razón? —Era una fábrica compleja. Trabajaban ingenieros checos, brasileños, mexicanos, cubanos. Cada uno tenía una escuela para hacer la cerámica. También puse en práctica mis fórmulas. Había leído que un estudiante en México construyó un horno circular. Consideré que era el ideal y mandé a comprarlo. Contaba con un fondo de sesenta mil dólares para la construcción de naves y almacenes. Cogí cuarenta mil para comprar el horno. Cuando el Che se enteró me mandó a buscar y me dijo que había violado la disciplina financiera. Me tiró los caballos encima. Le expliqué. Comprendió. Cada vez que me veía me preguntaba si el horno ya había empezado a producir. —¿Y en la Crisis de Octubre? —Estaba pasando la Escuela de Administradores de Empresas que radicaba en Vento. En esa ocasión me fui con el Che para su puesto de mando en la Cueva de los Portales, en la provincia de Pinar del Río. Después me incorporé a la zafra. —¿En qué provincia? —En Camagüey, en el central Brasil, antiguo Jaronú. Convivíamos con los haitianos. Era impresionante verlos cuando se levantaban con deseos de pelear cómo se fajaban a machetazos. También formé parte de las comisiones para la construcción del Partido y posteriormente me designan Jefe de Personal del Ejército Occidental (me reintegré a las Fuerzas Armadas Revolucionarias en la División de Infantería 2350, en el Ejército de Occidente) hasta que me comunicaron la misión en el Congo. —¿Quién le dio la noticia? —Tuve una reunión con Manuel Piñeiro y me preguntó si estaba en disposición de cumplir una misión internacionalista. Respondí que sí. Me manifestó que posteriormente el Comandante en Jefe me informaría del contenido de la tarea. Al poco tiempo, Ramiro Valdés me dijo que el Che estaba fuera del país y me había mandado a buscar. No reveló dónde se encontraba. Después de permanecer varios días en una casa en el reparto Cubanacán, en unión de Carlos Coello (Tuma), vimos a Fidel. —¿Qué les planteó? —Nos informó que el Che estaba al frente de un grupo de combatientes cubanos en la guerra de liberación del Congo Belga y que nuestra misión consistía en garantizar su seguridad. Al despedirnos nos regaló un reloj. Nuestro tránsito hacia África fue vía Moscú, El Cairo, Dar es-Salaam. En nuestros documentos aparecíamos como técnicos agrícolas que íbamos a ayudar al desarrollo agropecuario de Tanzania. —¿Qué impresión se llevó al llegar a África? —Tremenda. Me percaté enseguida que estaba en otro mundo. El cruce del lago Tangañica fue impresionante. Lo hice en una pequeña chalupa. Las marejadas eran peligrosas. Aquello era prácticamente un mar. Me costó mucho trabajo llegar al campamento de Luluaburg, donde se encontraba el Che. El lugar, conocido como "La Base", estaba a una altura de casi dos mil metros. Como no me había entrenado, tuve enormes dificultades en el ascenso. Además, llevaba una mochila que pesaba setenta y cinco libras. A la mitad del camino me agotó. El Che mandó a uno de los hombres de su escolta a auxiliarme. Este me dio a tomar té con azúcar. Cuando me recuperé reinicié la marcha. No permití que me cargaran la mochila. Solo le entregué al compañero el fusil y la canana. Ya el encuentro con el Che fue muy emotivo. Encontré un campamento que no estaba estructurado militarmente. La gente de la zona vivía en pequeñas chozas. Desde ese instante no me separé de él en ningún momento, cumpliendo las instrucciones del Comandante en Jefe. A los pocos días de estar en el campamento salí con unos compañeros a buscar mercancías al lago. La gente bajaba las lomas a gran velocidad. Quise hacer lo mismo y se me aflojaron las piernas a mitad de camino. Eran como las seis de la tarde. De repente me vi rodeado de mandriles (monos africanos) que empezaron a gritar y a darme vueltas, tratando de reconocerme. Eso me atemorizó, pero saqué fuerzas de no sé dónde y continué la marcha. Esa noche dormí en el campamento del lago. —¿Con qué nombre era conocido el Che? —Tatu. —¿De qué año está hablando? —1965. Permanecimos varios meses en territorio congoleño, pero debido a los planteamientos de la Organización de Estados Africanos (OUA) de prestar solamente colaboración a aquellos movimientos que luchaban contra la colonia, tuvimos que marcharnos. El Che exigió que se le diera por escrito la solicitud de retirada de nuestras fuerzas, para dejar bien esclarecido ante la historia el papel desempeñado por Cuba en la prestación de ayuda internacionalista al pueblo congoleño. —¿En qué condiciones hicieron la retirada? —En las peores. El Che tuvo que tomar enérgicas medidas. La mayoría de los combatientes africanos se querían ir con nosotros, pero solo contábamos con tres lanchas ligeras, en las que ni siquiera cabíamos todos los cubanos; les habló a los congoleños y les solicitó que se dispersaran, que no esperaran la llegada de los mercenarios, pues serían asesinados. Seleccionó a algunos de los combatientes para que vinieran a prepararse y a superarse a Cuba. —¿En qué momento el Che le habló de la nueva misión internacionalista? —Increíble, pero fue en medio del lago Tangañica. —¿Cómo ocurrió? —Estábamos cruzando el lago en condiciones muy peligrosas. Por un lado asediados por lanchas rápidas tipo Petit, francesas, y por el otro el mar muy encrespado. En medio de esa situación el Che nos preguntó a Papi (José María Martínez Tamayo), a Tuma y a mí nuestra disposición de continuar con él la lucha revolucionaria por la independencia de los pueblos sudamericanos. Nos explicó que era una tarea difícil, en la cual íbamos a arriesgar nuestras vidas y que era una decisión estrictamente voluntaria. Los tres respondimos que continuaríamos luchando a su lado. —¿Les reveló el país? —No. Ni siquiera nos dio la más mínima referencia. Me cruzaron muchos sitios por la mente pero no llegué a tener la menor idea de que sería Bolivia. Solo nos orientó que al llegar a Dar es-Salaam nos separamos del resto de los cubanos. Hubo un momento en Dar es-Salaam en que palpé la discriminación a que son sometidos esos pueblos: fui a una barbería para indios y se negaron a pelarme. Allí las barberías están repartidas: blancos, indios y negros. Fue una proeza convencerlos para que me pelaran. De ahí seguimos para Francia. —¿Qué tiempo estuvo en París? —Varios días. También viajaron Osmany Cienfuegos y Emilio Aragonés. Por cierto, durante nuestra estancia en el Congo había llegado a un acuerdo con Aragonés de darle el cincuenta por ciento de mi ración de carne a cambio de un reloj de platino que él tenía. Ya en París me fue a entregar el reloj, pero no se lo acepté. En definitiva no era justo cobrarle tan cara la carne. Hicimos una vida ordinaria. Visitamos a un gallego amigo de Osmany y lugares de interés cultural e histórico. De ahí nos trasladamos a Moscú. —¿Qué tal la estancia? —Normal. Aunque nos ocurrió algo muy gracioso. Estábamos alojados en el hotel del Partido y un funcionario le preguntó a Tuma si él era miembro del Comité Central, y este, que no era militante, le respondió que "él no sabía ni en dónde se hacía el Partido". Ahí mismo nos botaron a Tuma y a mí del hotel. Nos pusieron en la calle en medio de tremendo frío. En esa situación permanecimos hasta que llegó Osmany e intercedió por nosotros y nos permitieron entrar nuevamente en el hotel. Posteriormente partimos para Checoslovaquia. —¿Con qué objetivo? —Reunirnos con el Che. Nos instalamos en una finca en las afueras de Praga, en un área rodeada de lagos. Diariamente hacíamos caminatas. A veces marchábamos hasta veinte kilómetros. También teníamos nuestras prácticas de tiro. Igualmente jugábamos voleibol. En una ocasión en que estábamos celebrando un partido de voleibol contra el Che, Pachungo (Alberto Fernández Montes de Oca) que ya se había incorporado al grupo, nos planteó que había que dejarlo ganar porque era el jefe, a lo que nos opusimos. Se formó una tremenda discusión. Intervino el Che. Nos dio la razón y señaló que tenía que ganar el que mejor jugara. En otro momento nos percatamos de que la señora que cocinaba diariamente se llevaba un poco de carne. Hablamos con ella y le dijimos que eso no era correcto. Le explicamos lo que era el socialismo. La vieja nos increpó. Nos dijo que de cuál socialismo hablábamos, pues ella no tenía oportunidad nunca de comer carne. Se lo comentamos al Che y tomó la medida de comer carne solo algunos días de la semana, para que no se estableciera esa diferencia tan grande, que la vieja nos había señalado. Una vez que Tuma y yo caminábamos por la Avenida Wenceslao nos tropezamos con un negro grande que iba con tremenda rubia. Pensamos que era un africano. Cuando le pasamos por al lado le dijimos: "Negro, aprovecha, que eso no se da todos los días". El tipo resultó cubano. Empezó a gritar: "cubano, cubano". Nos echamos a correr. Y él detrás de nosotros queriendo establecer contacto. Cuando se lo contamos al Che montó en cólera, pues estábamos haciendo una vida clandestina y lo menos que podíamos hacer era mantenernos callados para que no se notara nuestra nacionalidad. Después de ese hecho comenzó un régimen más estricto de compartimentación. Él salía solo con Pachungo. Tuma y yo por nuestro lado. De manera tal, que nunca estuviéramos los cuatro juntos. —¿En algún momento volvieron a La Habana? —El Che nos autorizó a viajar una semana a Cuba para ver a nuestra familia. De regreso a Praga, nos informó que nuestro próximo destino sería Bolivia. Antes de partir me entregó un maletín preparado que llevaba dentro una pistola con su respectivo parque y treinta mil dólares. En los momentos de la despedida cogió nuestro Sansonite y lo agitó en el aire. Se percató de que algo se movía en su interior. Me cambió el maletín. Me dio el suyo, que tenía más o menos una composición similar al mío pero estaba mejor preparado. Entonces, sonriente, me comentó: "hasta en estas cosas los negros son discriminados". —¿Con quién hizo el viaje a Bolivia? —En unión de Tuma. En el avión nos sentamos separados. A Tuma le cayó al lado un cura que trató de establecer conversación con él. Le habló en francés, inglés, español y Tuma no contestaba. El sacerdote seguía insistiendo. En un momento Tuma me gritó: "Pombo, dile a este señor que yo no hablo español, sino swahili. Al cura no le quedó más remedio que echarse a reír. —¿Qué lo llevó a escribir un diario de la guerrilla en Bolivia? —El diario no fue escrito con la intención de que se publicara, ni con la idea de escribir posteriormente un libro. Además, no tengo pretensiones literarias. Esas páginas recogen desde el catorce de julio de 1966, en que llegué a La Paz, hasta el seis de marzo de 1968, cuando los sobrevivientes de la guerrilla regresamos a Cuba. Mi interés inicial fue ir plasmando aquellos hechos que tuvieron una connotación que me permitiera explicarles a mis hijos y nietos esa etapa de mi vida, con un poco más de detalles, ya que con el decursar del tiempo la memoria empieza a fallar y los hechos comienzan a olvidarse o a tergiversarse. El primer cuaderno de este diario —14 de julio de 1966 a 28 de mayo de 1967— estaba en la mochila del Che cuando fue capturado en la Quebrada del Yuro. Una copia mecanografiada del mismo fue hecha llegar a Cuba por Antonio Arguedas, en esa época Ministro del Interior de Bolivia. La segunda parte la comencé a escribir el veintinueve de mayo de 1967 pero me fue incautada al entrar en territorio chileno. Salvador Allende, por esos años presidente del Senado de Chile, le entregó fotocopias a las autoridades cubanas. Antes de hacerlo público, mediante mis anotaciones y documentos de la época, le hice una profunda revisión sin cambiar ni modificar lo escrito al calor de la lucha revolucionaria. —¿Cuándo vio al Che por última vez? —Cuando detectamos la presencia del ejército, el Che organizó todas las acciones combativas. A mí me dio la tarea de defender un extremo de la quebrada, la parte más alta, conjuntamente con Urbano, y nos explicó dónde teníamos que volvernos a reunir con él. Esa fue la última vez que vi con vida a Ernesto Guevara. —¿Cómo era su estado de ánimo? —Bueno. No hubo un solo momento en que el Che perdiera el control, entusiasmo y la confianza en la victoria. Todavía el propio día 8 de octubre, él pensaba en las posibilidades del éxito y por eso estaba analizando cómo salir de la zona y buscar otra parte del territorio boliviano en donde continuar la lucha. —¿En algún momento el Che les habló de la muerte? —Nunca. Él no la concebía. Como una cosa hipotética, sí. En la guerra se llevan dos jabas: la de ganar y la de perder. Pero hablar de la muerte como tal, jamás la mencionó. El Che murió como vivió: lleno de optimismo.

jueves, 5 de octubre de 2006

COMUNICADO DE LAS FARC-EP.



02 de Octubre de 2006
Carta abierta a los integrantes de las tres ramas del poder público
"El futuro de Colombia no puede ser el de la guerra civil".Jacobo Arenas
La paz, la solución política del conflicto, sigue siendo el más caro anhelo en el alma colectiva de los colombianos. No ha sido posible porque los de arriba no quieren ceder a sus privilegios, ni desean compartir, atrincherados en su democracia excluyente y tras las garras del águila imperial.
La Uribe, Caracas, Tlaxcala y San Vicente, fueron oportunidades perdidas porque las oligarquías en el poder solo querían la desmovilización de la insurgencia sin cambios en las estructuras.
Cinco décadas perdidas, cientos de miles de muertos, miseria, soberanía mancillada, dependencia y falsa democracia, han sido el resultado del terco empeño de aniquilar por la vía de las armas la inconformidad del pueblo. Todas las operaciones militares, del 64 al 2006, desde el Plan LASO hasta el Patriota de los gringos, terminaron en el fracaso. Todos los presidentes desde Guillermo León Valencia hasta Álvaro Uribe se fijaron plazos breves para la derrota militar de la guerrilla, y terminaron más distantes de ese objetivo.
Si el gobierno actual decide otorgar las plenas garantías para adelantar el canje de prisioneros de guerra, desmilitarizando por 45 días los municipios de Florida y Pradera en el Valle del Cauca, una vez liberados todos ellos, quedará al orden del día la búsqueda de acuerdos para superar el conflicto social y armado que azota al país.
Ustedes bien saben que nuestra lucha no busca privilegios personales para quienes conformamos las FARC sino el bienestar del conjunto de la sociedad y, en primer lugar, de los sectores mayoritarios de la población. Es nuestro juramento, compromiso de vida e hilo conductor de cualquier aproximación que intentemos mancomunadamente hacia la reconciliación nacional.
Por ello, le proponemos al Estado colombiano que una vez realizado el canje y frente a la imperiosa necesidad del país por encontrar la solución política del conflicto:
Desmilitarice los departamentos de Caquetá y Putumayo para iniciar conversaciones de paz.
Suspenda las órdenes de captura para los integrantes del Estado Mayor Central de las FARC.
Solicite a la comunidad internacional suspender la calificación como organización terrorista a las FARC. Resuelto este problema, quedan abiertas las puertas para que los distintos países, si lo estiman conveniente, jueguen su rol como mediadores, o facilitadores, etc.
Reconozca la existencia del conflicto social y armado.
Suspenda los operativos militares a escala nacional y regrese las tropas a sus Cuarteles, Divisiones, Brigadas y Batallones.
Otorgue plenas garantías para el desplazamiento de miembros del Estado Mayor Central en los dos departamentos donde se efectuaran los diálogos Gobierno- FARC.
Los encuentros Gobierno- FARC serán de cara al país.
Bajo estas condiciones las FARC, en acuerdo con el gobierno nacional, entrarían de inmediato a explorar caminos que conduzcan a un cese bilateral del fuego y a analizar la solución política al conflicto social y armado llevando a la mesa los siguientes materiales para su discusión:
Agenda Común del Caguán y Plataforma para un Nuevo Gobierno de Reconciliación y Reconstrucción Nacional.
Paramilitarismo de Estado.
Depuración de las fuerzas armadas ligadas al paramilitarismo.
Libertad inmediata para la población civil sindicada de nexos con la guerrilla.
Reparación económica por parte del Estado a todos los afectados por el conflicto interno.
El TLC con los Estados Unidos.
Reforma Agraria inmediata que incluya la restitución de propiedad sobre fincas y parcelas al campesinado afectado por el conflicto.
Retorno de los desplazados a sus áreas con plenas garantías personales, económicas, sociales y políticas por parte del Estado.
Reforma Urbana inmediata.
Política de Estupefacientes.
Tratado de Extradición.
Asamblea Constituyente.
Política Energética.
Sobre estas bases, los invitamos a trabajar conjuntamente por la construcción de caminos de entendimiento.

Secretariado del Estado Mayor Central, FARC-EP
Montañas de Colombia, Octubre 1 de 2006