domingo, 30 de abril de 2023

Estados Unidos, China y la hidrovía


En el último mes se han llevado adelante diversas reuniones entre funcionarios del gobierno de Joe Biden y funcionarios argentinos, incluido Massa, para discutir sobre los negocios de China en Argentina, en especial todo lo ligado con la Hidrovía. La semana pasada llegaron a la Argentina Wendy Sherman, subsecretaria de Estado involucrada en negociaciones con Corea del Norte y otros temas de seguridad nacional en Medio Oriente, y Laura Richardson, jefa del Comando sur. También participaron Marc Stanley y del embajador de Bélgica, Karl Dhaene. 
 El control de la hidrovía se ha convertido, para Estados Unidos, en una cuestión de seguridad nacional. La empresa china COFCO tomó la delantera en las exportaciones en Argentina y también en Brasil. ADM, Cargil, Bayer y Monsanto perdieron el liderazgo en las exportaciones. EEUU tiene interés particular en que China no se quede con el control de la Hidrovía en una próxima licitación pública. El embajador de los Países Bajos defiende la bandera que lo liga a Jan De Nul, la principal empresa de dragados mundial que opera en diversos puertos y rutas marítima-fluviales a lo largo del mundo. Actualmente, la gestión provisoria del sistema troncal de navegación está en manos de la Administración General de Puertos (AGP), que lo administra desde finales de 2021, pero las empresas que siguen operando son las mismas desde hace 27 años: la “nacional” EMEPA (del grupo Romero) en la señalización y Jan De Nul en el dragado. 
 Un informe de octubre del 2022 elaborado por el “Eno Center for Transportation” (una organización sin fines de lucro con sede en Washington, con peso sobre temas de transporte multimodal) expuso no sólo el interés estratégico de la Casa Blanca alrededor de la Hidrovia sino también su preocupación sobre la seguridad y la gestión que implicaría la presencia de China en la zona. Estados Unidos prevé, en el tramo paraguayo, enviar ingenieros militares para el establecimiento del Proyecto del “Plan Maestro para la Navegabilidad del Río Paraguay”. Esto le daría control sobre la cuenca alta de la Hidrovía. 
 El botín no solo abarca los aspectos del cobro de los peajes de las embarcaciones, sino, sobre todo, el control sobre el abastecimiento de China en una eventual escalada militar con EEUU. 

 Lucas Benedetto 
 30/04/2023

La OTAN tiene lista la “contraofensiva” en Ucrania


Mientras los titulares de los medios asignan una inusitada importancia a las conversaciones telefónicas entre Xi Jinping, el presidente de China, y su contraparte de Ucrania, Volodomir Zelensky, Clarín informa en un espacio módico al interior del diario que “Kiev ya tiene las armas que pidió para lanzar su contraofensiva”. El propósito, según el jefe de la OTAN, Jens Stolemberg, es “recuperar los territorios ocupados” por el ejército de Rusia. El arsenal acumulado por Kiev no se limita, como consigna la información, a “vehículos de combate”, sino a un profuso suministro de artillería anti-aérea, misiles Patriot y aviones de combate. Alrededor de una decena de brigadas ucranianas fueron adiestradas en territorio alemán para asegurar la inteligencia que debe coordinar las acciones militares. El ofrecimiento de la mediación de China en la guerra de la OTAN contra Rusia no tiene, sin embargo, ni de lejos, el objetivo de abortar esta llamada “contraofensiva”, sino de operar como alternativa política al desenlace que produzca en el terreno.
 El objetivo político-militar de esta nueva fase de la guerra sería desalojar a Rusia de la franja de territorio que cubre la mayor parte de las costas del mar Azov y romper el puente terrrestre que une a los territorios ocupados con la península de Crimea. Quedaría fuera del perímetro de la “contraofensiva” el norte de los territorios ocupados – la región de Donbass. En caso de éxito de la operación, se abrirían dos opciones: encarar un ataque a Crimea o alcanzar un cese del fuego bajo la presión de esa amenaza. El ejército de Rusia se ha abroquelado al este del río Dnipro, que separa precisamente al territorio ucraniano del sur y del este del país. De acuerdo a las informaciones, Rusia habría desarrollado una suerte de línea triplemente fortificada de 800 kilómetros de extensión. 
 Los movimientos diplomáticos no se han circunscripto a China y Ucrania. Macron, el presidente de Francia, y Von der Layen, la presidenta de la Unión Europea, se reunieron con Xi en Pekín. De acuerdo a los relatos oficiales, los funcionarios europeos habrían ido a ofrecer un canje entre un distanciamiento de la Unión Europea de las sanciones en serie que aplica el gobierno de Biden contra China, a cambio de una posición similar de China con Rusia. Macron repitió el propósito de autonomizar a la UE de Estados Unidos; detrás de esa veleidad, el objetivo de Macron es justificar un aumento del presupuesto militar de Francia en casi un ciento por ciento, en medio de la crisis abierta por el aumento de la edad de jubilación a 64 años. La inminente “contraofensiva” de la OTAN en Ucrania viene acompañada con una fuerte presión sobre China. Es parte de la guerra económica que impulsa Biden y del despliegue de la OTAN en Asia, a partir de los acuerdos entre Estados Unidos, Japón y Australia. Lejos de una aproximación de posiciones políticas, que estaría motivada por los perjuicios políticos y económicos que entraña la prosecución de la guerra, se encuentra en desarrollo una escalada, encubierta con fraseología pacifista. 
 Desde la filtración, hace dos semanas, de información reservada de Estados Unidos acerca de la guerra, quedó expuesto, junto a la evidencia de que la guerra ‘nacional’ de Ucrania es manejada en todos sus términos por la OTAN y Estados Unidos, el temor de que la mencionada “contraofensiva” concluya en un fracaso. Es lo que acaba de reafirmar, con variada información, la publicación norteamericana Político – “El equipo de Biden teme al día siguiente de un fracaso de la contraofensiva”. 
En ese caso debería asumir la responsabilidad por no haber escalado la guerra en forma suficiente para derrotar al ejército de Putin, o admitir el fracaso del conjunto de la operación de guerra de la OTAN. Sería la brecha por donde podrían penetrar los planteos de Xi (y de Lula), en favor de una negociación que admita concesiones territoriales de parte de Ucrania y la OTAN. Más allá de estas especulaciones, un fracaso de la “contraofensiva” y un estancamiento militar prolongado en el terreno desataría una serie de crisis políticas y sociales al interior del conjunto de los estados en conflicto. Paralelamente, los datos de la crisis económica -recesión, crisis bancarias e inflación- promueven luchas renovadas de los trabajadores, que asocian cada vez más el ‘ajuste’ a sus condiciones de vida con la guerra imperialista. En vista a un agravamiento de los choques internacionales, los bancos centrales han comenzado a canjear los títulos públicos de Estados Unidos por oro y a retirar inversiones líquidas en el exterior. Ya no se trata de la mayor o menor seguridad que ofrece el dólar sino de la guerra. 
 En este contexto, provocaron un impacto enorme las declaraciones del embajador de China en París, luego denostado como “un lobo guerrero”, que cuestionó el estatus internacional de las tres naciones del Báltico – Estonia, Lituania y Letonia, los lobos más guerreros de la OTAN. En efecto, la disolución de la Unión Soviética tuvo lugar sin la mediación de un tratado internacional que, de un lado, organizara el reparto de activos y patrimonios de lo que había sido una entidad supra-nacional y, del otro, estableciera las nuevas responsabilidades internacionales. Pero mientras el embajador de China cuestionaba el derecho de los estados del Báltico, por ejemplo, para adherir a la OTAN, Finlandia y Suecia quebraban una pseudo neutralidad de varias décadas y se incorporaban a la OTAN para formar un círculo de hierro contra Rusia. Un arreglo negociado en Ucrania no podría tener lugar o vigencia sin un nuevo arreglo internacional, o sea de una recalificación de todo el orden imperialista mundial. Tomada en su conjunto, la guerra entre la OTAN y Rusia plantea una cadena de desarrollos políticos y militares internacionales que la califican como una guerra mundial. 
 Solamente un levantamiento popular en los países en guerra puede poner fin a esta guerra imperialista. No lo lograrán las ‘mediaciones’, los ‘ceses del fuego’ o ‘acuerdos de paz’. Todos los estados imperialistas enfrentan un “peligro existencial”. El mayor temor del imperialismo es que el desarrollo de la guerra opere como un elemento internacional unificador del proletariado y las masas.

 Jorge Altamira 
 28/04/2023

CFK en La Plata: vamos con Massa y el FMI, joder


En su discurso de La Plata, Cristina Kirchner reiteró sólo parcialmente el libreto que venía desarrollando en sus conferencias anteriores. Por un lado, volvió a desplegar un “corte y pegue” de datos y evidencias estadísticas referidas a la crisis nacional, con una prescindencia impropia de quien ha gobernado durante más de una década a la Argentina. Pero a diferencia de las charlas anteriores, donde no se hacía cargo del gobierno que ella integra, en esta oportunidad apoyó sin reservas al “Plan Massa”. Cristina insinuó luego una retirada que parece personal, pero que es inseparable del desbarranque político de esta última, la anterior y la antepenúltima experiencia de gobierno ‘nacional y popular’.

 Clase magistral

 Cristina copió la peor de las costumbres académicas de estos tiempos – la presentación de láminas y gráficos, como si ellos representaran por sí solos conceptos o conclusiones trascendentes. Es así que volvió a hablar de restricción externa y falta de dólares, luego que el gobierno se hubiera rifado dos años de superávits comerciales por 40 mil millones de dólares. La mayor parte del dinero se coló por el cepo proteccionista para el pago de dividendos e intereses al exterior. El kirchnerismo, como antes el peronismo, a partir de 1945, dejó salir la liquidez acumulada por el comercio internacional, para que el capital extranjero repatriara inversiones y ganancias sin mayores limitaciones. La escuela justicialista que inauguró ayer CFK tendrá dificultades enormes para explicar la “independencia económica” conquistada mediante la descapitalización sistemática. 
 La conferencista se anotició recién hoy que Argentina se queda sin dólares después de haber contado con balanzas comerciales rebosantes. Ella misma admitió que el superávit comercial del gobierno FDT superó los 45.000 millones de dólares, que fueron principalmente absorbidos por el pago de capital e intereses de la deuda privada. Los Fernández desendeudaron al capital nacional y extranjero durante tres años de sangría. Además de rifar el superávit comercial, aumentaron el monto de la deuda pública en pesos y en dólares, para evitar que el chorro se detenga. Ahora que se cortó la manguera, confiscan los activos en dólares de Anses y otros organismos públicos, sólo para evitar que se escape el dólar, pero aumentando la deuda externa en poder del capital privado. Joder, se ha dicho. Antes, entre 2007 y 2015, usó los dólares billete de esas mismas entidades para pagar la deuda pública a cambio de bonos condenados a la desvalorización. Ahora vende esos bonos a precios de remate, para redituar al capital una tasa del 45% anual en moneda extranjera. Con gobernantes como CFK, el capitalismo no tiene ninguna dificultad para operar como el sistema que da mejores rendimientos, según explicó ayer,...al mismo capital 
 Cristina también se anotició ayer de que los subsidios fiscales al capital cuadruplican a los planes sociales, y duplican al actual déficit fiscal. Pero el régimen de exenciones, desde la minería hasta Vaca Muerta y los negocios contratistas, fue reforzado sustancialmente por los gobiernos kirchneristas. Ahora, apoya el pedido de Massa de renegociar el acuerdo con el FMI, que consiste en obtener un adelanto de fondos, o sea, un mayor endeudamiento. Una platea embelesada se tragaba todos estos sapos, porque forma parte del elenco que vive de la gestión de gobierno. En la inauguración de la escuela justicialista no se observó la presencia de la clase obrera industrial, en la que el peronismo incrustó por un tiempo la política de la colaboración de clases.

 Fernández de Massa 

El alegato “crítico” se terminó, sin embargo, a la hora de referirse a la actual gestión económica, No hubo gráficos para ilustrar la confiscación extraordinaria de los fondos públicos, previsionales y, principalmente, de los salarios y gastos sociales, de los últimos tres años. Los subsidios a las grandes empresas durante la cuarentena siguen siendo un secreto bien guardado, pero solamente en Leliq se gastaron alrededor de 30 mil millones de dólares para beneficio de bancos y grandes compañías. Cristina Kirchner tampoco mostró gráficos ni cuadros sobre la emisión monetaria desplegada a fines de 2022 para levantar el valor de la deuda pública en pesos; tampoco se refirió a los beneficios especiales del dólar agro para el capital sojero, y del dólar barato para la burguesía industrial. No tuvo una sola palabra para la sustracción de los bonos en dólares del fondo del Anses, que comenzaron a ser rematados para alimentar el fuego de la corrida cambiaria. La vice presentó a la venta de dólares de las reservas para parar la corrida cambiaria como un acto de “soberanía”, porque se trataría de una acción “no autorizada en el acuerdo (del FMI) con Argentina”. Estamos ante una verdadera necedad; si financiar una corrida resulta un acto de soberanía, Mauricio Macri y Luis Caputo deberían entrar en el panteón de los héroes nacionales. 

 Una clase terminal

 CFK la emprendió contra Milei y la dolarización, como si la dolarización de facto de la economía no fuera el resultado de la política actual. El circulante y las cuentas corrientes en pesos valen hoy alrededor de 10 mil millones de dólares; una devaluación la convertiría en nada. La deuda en pesos del Tesoro está dolarizada, por unos 60 mil millones y subiendo. La deuda pública total, del Tesoro, provincias, organismos públicos y el Banco Central, supera los 550 mil millones de dólares. El discurso de ayer muestra a una persona totalmente entregada al FMI y a la candidatura de Massa. Si la crisis fuerza una mega devaluación del peso, la vicepresidenta pasaría a dar clases magistrales privadas y el peronismo seguiría el destino de los radicales luego del derrumbe de De la Rùa. Cristina se subió luego al carro de la privatización de activos –“el litio, Vaca Muerta”, que solamente serán ‘puestos en valor’ luego de una devaluación y del levantamiento del cepo cambiario. Al igual que la burocracia sindical que la sigue, está jugada a muerte por la sobrevivencia del programa económico del Fondo Monetario; es el puente para el próximo gobierno. Al despotricar contra las ventajas fiscales que recibe la gran burguesía, le ha tendido un puente a los ajustadores de Washington, que reclaman hace mucho una reforma impositiva para que esa burguesía contribuya a pagar la deuda. 
 La clase, en definitiva, no fue magistral: Cristina manipuló explicaciones estadísticas sobre el pasado, mientras encomendaba el “futuro” a los agentes del capital y del Departamento de Estado. Es un remate que podrá ganar aplausos entre los 1800 funcionarios rentados que la aplaudieron, pero jamás podrá darle una salida al pueblo explotado.

 Marcelo Ramal 
 28/04/2023

Argentina no atraviesa una crisis económica sino una estafa financiera colosal

Con un superávit comercial de 45 mil millones de dólares en el bienio 21/22 y un crecimiento del producto bruto sucesivo de casi el 10%, nadie en su sano juicio puede caracterizar que Argentina atraviesa una crisis económica en términos capitalistas. La desvalorización de los salarios y las jubilaciones, el aumento de la ‘informalidad’ laboral y de la precarización de las condiciones de trabajo y una tasa elevadísima de la pobreza han sido seguramente incentivos poderosos para que las patronales aumentaran la contratación laboral y absorbieran la capacidad instalada de la industria. Otro factores poderosos han intervenido también para acicatear la actividad económica: de un lado, los subsidios al capital durante la cuarentena, que se acabaron transformando en 12 billones de deuda del Banco Central con el sistema bancario (Leliq); las excenciones impositivas a las patronales, que Massa situó en el 7% del PBI -unos 30 mil millones de dólares-, y el doble mercado cambiario, que permitió importaciones al tipo de cambio oficial y la venta del producto manufacturado, en el mercado interno, al tipo de cambio paralelo. La inflación ha elevado, como ocurre en todo el mundo, la masa de beneficios del capital en detrimento de los ingresos de la fuerza de trabajo. En Estados Unidos, los monopolios de los alimentos han avanzado en la concentración de la tierra y el capital en el agro. También por la vía de la inflación se ha producido un violento ajuste del gasto fiscal; el déficit de las finanzas públicas es fundamentalmente financiero. El pago de intereses de la deuda pública, en efecto, consume de 35 a 40 mil millones de dólares anuales.
 Aun en la actualidad, luego de dos corridas cambiarias y amenazas de acortamiento del mandato de gobierno, las relaciones de intercambio internacional siguen siendo favorables a Argentina. La sequía no ha permitido aprovechar esta ventaja a pleno, pero el superávit comercial sigue en positivo. O sea que la media histórica de los precios de exportación continúan aventajando a la media de los de la importación. El precio de la soja de Brasil es, colocada en el puerto de Rosario, inferior a la de Argentina. Esto explica en buena parte la riña de las aceiteras con los sojeros por el precio de la llamada “soja 3”. 
 Este dato está diciendo que el tipo de cambio oficial se ajusta a una posición de equilibrio del comercio extranjero, y que no necesita ninguna modificación devaluatoria. La mega devaluación del oficial, sin embargo, se encuentra a la vuelta de la esquina. El reclamo del gobierno para que el FMI adelante 10 mil millones de dólares, por ejemplo, no será gratuito – la contrapartida será alguna forma de aceleración de la devaluación. Se ha calculado que una devaluación del 50%, o sea un dólar oficial de 350 pesos, se traduciría en una inflación mensual del 15 al 20 por ciento. Para muchos, entrañaría la caída del gobierno, la balcanización del peronismo y un nuevo barajeo político de las elecciones.
 El griterío a favor de la devaluación cuando el tipo de cambio no se encuentra desviado de su paridad de equilibrio obedece a un conjunto de intereses muy específicos, típico de una estafa. Una economista de las más consultadas acaba de señalar que la devaluación del peso es necesaria para “licuar el gasto fiscal”. Se refiere, obviamente, a una mayor confiscación de los gastos sociales, pero también a una desvalorización forzada de la deuda del Banco Central (Leliq) con los ahorristas y depositantes de los bancos. Esta desvalorización del pasivo del Central estaría acompañada por la re-valorización del activo constituido por títulos de la deuda de Argentina en dólares. Es exactamente lo que propone Milei, aunque sin una dolarización. Lo importante de todo esto es que asistimos a un planteo de devaluación con objetivos financieros, no con objetivos comerciales, para asegurar el pago de la deuda pública, o sea una gigantesca transferencia de patrimonios y de ingresos a favor del capital financiero. 
 La devaluación en cuestión no afectaría a la deuda pública en pesos -equivalente a 60 mil millones de dólares- porque se encuentra enteramente indexada al dólar o a la inflación. Por la misma razón, no alteraría tarifas de servicios, de educación y salud privadas. Con toda seguridad elevaría la cotización de la deuda pública en dólares, que hoy se encuentra al 20% de su valor original. Si la devaluación viniera acompañada con la formación de un fideicomiso que reúna los activos del estado en YPF y los de Anses en empresas privadas, con la intención de respaldar a la deuda nominada en dólares, Argentina podría reingresar en un cierto tiempo en un nuevo ciclo de endeudamiento público.
 La cuestión de la deuda pública ha alcanzado su pico máximo. La devaluación es una operación de rescate de los acreedores – 70% nacionales, 30% extranjeros. El monto de esta deuda -de la administración nacional, provincias y municipios, empresas estatales y Banco Central- ha alcanzado los 600 mil millones de dólares. El superávit comercial se ha despilfarrado en el pago de intereses de esta deuda usuraria. La pulverización de la moneda argentina no es sino la contrapartida de la bancarrota financiera del Estado. La deuda pública se ha convertido en una barrera fundamental contra la actividad económica en general, y en un pulpo confiscatorio contra los trabajadores.
 Argentina no atraviesa una crisis económica sino que enfrenta una gigantesca estafa del capital financiero nacional e internacional. Esta estafa apunta a una nueva confiscación de la fuerza de trabajo, de un alcance sin precedentes (en un país que acumula muchos).

 Jorge Altamira 
 29/04/2023

jueves, 27 de abril de 2023

Uruguay: Diputados trata la reforma previsional, en medio de un paro de rechazo


Ante el tratamiento del proyecto de reforma jubilatoria en la Cámara de Diputados, se desarrollaba este martes en Uruguay un paro y movilización convocado por el PIT-CNT, la central sindical charrúa.
 La norma eleva la edad jubilatoria de 60 a 65 años, rebaja los ingresos (merced a una nueva forma de calcular los haberes), liquida las cajas jubilatorias especiales y establece la obligatoriedad para todos los trabajadores de afiliarse a las Afap (administradoras privadas). Es un brutal ataque contra la clase trabajadora. 
 Entre los sectores que se plegaron a la medida de fuerza figuran los bancarios, municipales, lecheros, trabajadores del transporte y la salud. 
 Con respecto al proyecto aprobado en el Senado el año pasado, el gobierno de Luis Lacalle Pou introdujo algunas modificaciones, a raíz de cuestionamientos internos por parte de sectores de Cabildo Abierto y el Partido Colorado, que integran la coalición gubernamental. Pero se trata de cambios que no alteran su naturaleza antiobrera. 
 Durante todo este período, en lugar de un plan de lucha progresivo, el planteo de la conducción del PIT-CNT ha sido el de “otra reforma” en base a un “diálogo social” (página de la central, 17/11), una posición conciliadora en medio de la ofensiva de Lacalle Pou. En función de ello, siguió una línea de administración del conflicto, con medidas aisladas, dilatadas en el tiempo. 
 La elevación de la edad de retiro forma parte de la agenda de los gobiernos capitalistas a nivel internacional. En Francia, el proyecto de Emmanuel Macron desató el proceso huelguístico más importante desde 1995.
 Es posible derrotar esa agenda, a condición de una lucha consecuente.

 Prensa Obrera

¿Se viene la hiperinflación? ¿Dónde termina la corrida?


Lo que todos nos preguntamos. 

 Las condiciones para una hiper están reunidas. 

Todo el país se pregunta hasta dónde puede llegar la crisis actual. Cuánto más va a subir el dólar y acelerarse la inflación es la preocupación unánime, en medio de la corrida que disparó al blue hasta rondar los $500 y un aumento de precios ya insoportable pero que no afloja. ¿Qué va a pasar? A este interrogante generalizado, agregamos nosotros uno que nos parece el más importante: ¿qué tenemos que hacer? 
 A muchos jóvenes que no vivimos la crisis de finales de los ’80 se nos hace poco claro distinguir la situación actual de lo que se denomina una hiperinflación. Los precios se remarcan permanentemente, el IPC interanual supera el 100%, el dólar no para de subir, algunos productos -importados o que requieren insumos importados- ni siquiera tienen un valor previsto hacia adelante, y no hay señales de que esto se calme. La diferencia con la hiper es una cuestión de escala y de tiempos, porque esta significa saltos muy bruscos en muy cortos períodos, que en el caso de 1989 llevaron el índice anual de precios al 3.000%.
 Como sea, hoy acumulamos ya más de una década de inflación en ascenso y devaluación progresiva del peso, por lo cual ya venimos sufriendo un deterioro sostenido en el poder de compra. Por eso la estampida inflacionaria es inaguantable, aunque no hayamos cruzado el umbral para considerar una hiper (convencionalmente del 1.000%). Y la cuestión es que hay una fuerte inercia, con fuertes subas de los precios mayoristas que después se trasladan a las góndolas, y todo un cronograma oficial de tarifazos, naftazos, boletazos y aumentos de los precios regulados que ponen un piso al IPC de los próximos meses. 
 De todas maneras, las condiciones para que se desate una verdadera hiperinflación están reunidas, por clara responsabilidad del gobierno y del programa del FMI que defienden todos los políticos capitalistas.
 El primer aspecto es justamente la presión por una devaluación. La corrida que llevó los tipos de cambio paralelos a rozar los $500 tiene impacto sobre los precios, especialmente en el rubro de la construcción. Además tenemos a los sojeros que no liquidan la cosecha a pesar del precio privilegiado del dólar agro, porque apuestan a más. Los bancos que hicieron grandes negocios especulando con las altísimas tasas de interés que les paga el Estado (135% anual, más del doble de lo que quieren fijar como techo salarial) ahora desarman sus tenencias en pesos porque ven un default en el horizonte, prefieren cobrar los vencimientos y correr a comprar dólares. Por eso es el gobierno el que financia la corrida: es la plata que él emite la que usan los capitalistas para dolarizarse. 
 Massa todavía resiste a este golpe de mercado, a sabiendas que una devaluación terminaría de desatar los pecios y de enterrar cualquier chance electoral del peronismo. Pero si aún lo logra es exclusivamente porque el Fondo Monetario hasta ahora le sigue tirando soga, lo cual obedece a la preocupación del capital financiero y el imperialismo yanqui en evitar un estallido social. Es el mismo trato que tuvieron con Macri, tan cuestionado por los caraduras del kirchnerismo. Ahora el Frente de Todos llega al final de su mandato jaqueado por los mismos elementos que Cambiemos en 2019: inflación creciente, corrida cambiaria, rescate del FMI, y la gente perdiendo por todos los flancos. 
 La preocupación del gobierno es que un fuerte salto del tipo de cambio oficial se trasladaría inevitablemente a los precios. La economía argentina está fuertemente indexada. Un ejemplo es cómo aumentan los alimentos al compás del dólar agro. Lo mismo vale para la vivienda, basada en tasaciones en dólares, o los productos importados, que componen gran parte de los artículos que se fabrican en Argentina. Ni hablar de las tarifas de los servicios públicos, cuando la segmentación tarifaria pretende recortar masivamente los subsidios al mismo tiempo que fija un precio base dolarizado del gas y la electricidad. 
 Los políticos capitalistas y los economistas agregan a la lista de precios indexados los salarios, porque las paritarias se pactan con varias cuotas y por períodos cada vez más cortos. Pero es evidente que la realidad es al revés: los trabajadores corremos a la inflación siempre de atrás, tratando de recomponer lo que vamos perdiendo. Por eso es insultante que la CGT, en lugar de plantear que se rediscutan los acuerdos salariales, se siente con Massa a ver cómo mantener el orden. Nada más justo en este escenario que luchar por una efectiva indexación de los ingresos de la población trabajadora, o sea que se actualicen mensualmente según el IPC, como planteamos desde la izquierda y el sindicalismo clasista. 
 Es obvio que este planteo se va a topar con la resistencia de las cámaras empresarias, del gobierno y la oposición derechista. Lo saben los obreros del neumático, que se plantaron en la negociación paritaria hasta que arrancaron un aumento salarial por encima del índice de precios, para lo cual tuvieron que soportar la presión de multinacionales y pulpos nacionales, y los ataques y amenazas del propio ministro de Economía. Es una demostración práctica de cómo, tanto los que prometían mejorar los salarios como los “liberales” que claman por el libre mercado, cerraron filas contra la potestad de los laburantes de organizarse colectivamente para no tener que vender su fuerza de trabajo a un precio inferior al costo de vida.
 A este ejemplo de intervención de los trabajadores podemos sumar fuertes peleas como la de los docentes, los piqueteros, médicos y residentes, entre varios sectores. Pero hace falta además pujar por una irrupción con un programa político propio de salida a la crisis, para que no sigamos pagando los platos rotos nosotros. Un mayor análisis puede verse en el editoral semanal de Prensa Obrera escrito por Eduardo Salas. 
 Si Milei levanta en las encuestas hablando de dolarización y prometiendo terminar con la inflación es porque eso le permite explotar esta incertidumbre, a la vez que intenta diferenciarse del fracaso de todos los que nos gobernaron -aún cuando reivindica el fiasco menemista. Claro, lo hace presentando como indolora una salida que en realidad implicaría que la población trabajadora pague con sus condiciones de vida (salarios, jubilaciones, puestos de trabajo, derechos laborales) los costos de una política que vendría en primer lugar a rescatar a los bancos y financieras -que están metidos hasta el cuello en negocios especulativos con la deuda pública y con la brecha cambiaria. 
 Dice que la factura sería cobrada a “los políticos”. Pero si estos hundieron al país fue por gobernar no solo en su propio beneficio personal sino en el de los grandes capitalistas -que son los que se embolsaron los subsidios todos estos años, los pagos de deuda externa, los que fugaron sus dólares al exterior. En conclusión, su supuesto “plan motosierra” preserva la misma orientación social de clase que toda la casta de políticos capitalistas enquistada en el Estado, y el mejor ejemplo es que seguiría subordinado al FMI. Por ese camino siguieron transitando también los países que dolarizaron sus economías, y siguen recayendo en crisis de deuda. 
 La clave de la situación, que tiende a agravarse, es la preparación política de la intervención de los trabajadores en esta crisis. Es la única clase social realmente productiva, que puede romper el parasitismo que fuga las riquezas de Argentina y abrir paso a una reorganización económica sobre nuevas bases sociales. Para eso, en lugar de reventar el Banco Central y ajustar al pueblo, hay que empezar por romper con el Fondo y tomar en nuestras manos los resortes claves como el sistema financiero y el comercio exterior, terminar con la fuga de capitales y el pago de una deuda externa fraudulenta, para invertir los recursos en un desarrollo nacional en función de las necesidades de las mayorías.
 La campaña electoral del Frente de Izquierda Unidad, delimitando campos con todos los políticos capitalistas, es parte de esa preparación política.

 Iván Hirsch

Explosión de casos de dengue en CABA

Informaciones del Ministerio de Salud señalan que las enfermedades transmitidas por el mosquito aedes aegypti (dengue, sika, chikungunya) presentan un escenario de alto riesgo sanitario por casos confirmados en CABA. Mientras los partidos gobernantes se encuentran en una interna feroz con miras a las PASO de agosto, los trabajadores enfrentamos la mayor epidemia de dengue conocida en nuestra región. 
 El crecimiento de los casos en 14 barrios de CABA está acompañado por una situación similar o aún peor en más de 15 provincias. Los serotipos 1 y 2 de dengue y chikungunya ya están circulando en agrupamientos dispersos por comunas y barrios. Se define como agrupamiento la ocurrencia de cinco o más casos cada 200 metros en los últimos 14 días. 
 La dramática situación sanitaria en la que nos colocó el COVID, ubica al Hospital Muñiz a la cabeza para enfrentar este brote, ya que cuenta con los servicios necesarios para el abordaje de todos los casos febriles, incluido el dengue. Se ha convertido en el lugar de derivación de todos los hospitales del GBA y las obras sociales, donde escasean los reactivos. 
 Por citar solo un caso, Tucuman tiene colapsados sus sistemas de internación. La falta de reactivos para la detección de la enfermedad es un claro síntoma de desinversión que no sólo atañe a las obras sociales. Para los trabajadores, no sólo es un calvario lidiar con la enfermedad, sino exponerse a traslados innecesarios hasta dar con centros que puedan brindar un seguimiento adecuado. 
 Estamos ante un cuadro que requiere una intervención enérgica no sólo en el tratamiento, sino en la prevención de la enfermedad, por medio de la organización en los lugares de trabajo, de estudio y en los barrios. A través de esa acción, el descacharreo puede realizarse efectivamente. Esto, acompañado de la provisión de repelentes, necesarios en los horarios de la mañana y la tarde donde abunda el mosquito. 
 El Estado debe acompañar con la implementación de los mecanismos necesarios de vigilancia epidemiológica. La detección temprana de esta enfermedad permite generar acciones oportunas, políticas y sanitarias. El cambio climático, producto de la depredación capitalista del medio ambiente, provocó una adaptación del mosquito a las zonas frías, lo que hace que año a año progresen las áreas de infección. En este cuadro, las políticas de prevención son escasas. 
 El caso particular de la CABA, que ya cuenta con dos fallecimientos, se relaciona con la política llevada a cabo por el PRO de achique y modificación de estructuras hospitalarias que trae aparejado reducciones en los presupuestos del sistema de salud, con la consiguiente disminución de recursos humanos e insumos. 
 Los equipos de atención primaria encuentran sus energías agotadas por los ritmos extenuantes de trabajo, debido al incremento en la demanda de atención. La comunidad trabajadora, usuaria de este sistema, debe comenzar a intervenir activamente en el cuidado de su ambiente, como con las denuncias de falta de infraestructura y el apoyo de las diferentes medidas de lucha que se están llevando adelante. 
 Las políticas de ajuste que despliegan los gobiernos chocan con un sistema sanitario que otra vez se encuentra en jaque.
 Resulta necesaria la intervención de los trabajadores por medio de asambleas y plenarios en los barrios, escuelas y hospitales, para debatir una solución de urgencia, porque nuevamente, como fue con el COVID, está en juego nuestra vida. 

 Santiago Barugel y Silvia Allocati 
 25/04/2023

La OTAN captura a Finlandia


Después de un año de tira y afloje con Hungría y Turquía, la OTAN finalmente consumó la incorporación de Finlandia. Es la culminación de un proceso que data de varias décadas de infiltración del aparato militar finlandés junto a los medios de propaganda. Ya en su momento, Finlandia colaboró con la OTAN en la ocupación de Afganistán. La expansión a Finlandia es la confesión de que al fin y al cabo la expansión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia tiene el fin explícito y estratégico de ir por esta última y provocar un ´cambio de régimen´. En todos los antecedentes históricos, toda vez que Finlandia conformó una alianza militar (hasta con el III° Reich) fue para hacer la guerra contra Moscú.
 El camino de la OTAN para el zarpazo final a Finlandia fue más sinuoso de lo previsto. A lo largo de todo el año, Hungría y Turquía obstaculizaron el proceso de ingreso de los nuevos aplicantes. La primera es señalada por otros países de la OTAN como una quinta columna pro China y putinista, mientras que la segunda hace su propio juego de equilibrio con los rusos en el Medio Oriente. Erdogan estuvo bloqueando el ingreso de Suecia y Finlandia, aduciendo el apoyo de éstos al PKK kurdo y el asilo a varios políticos y activistas kurdos perseguidos por Turquía. Erdogan demanda incluso la extradición de ciudadanos suecos y finlandeses de ascendencia kurda y un cambio en las leyes de estos países para reconocer a las organizaciones prokurdas como terroristas. Este trabajo de chantaje es inseparable de la agresión militar y ocupación de regiones kurdas en Siria desde 2016. Lo que busca Erdogan es luz verde para llevar a fondo la guerra contra el pueblo kurdo, que requiere que los estadounidenses le suelten la mano a las milicias de Rojava. Por otro lado, Erdogan se encuentra en plenas negociaciones con los rusos, iraníes y sirios para ponerle fin a la guerra civil en Siria. Poder bloquear el ingreso de nuevos miembros a la OTAN le daba a Turquía una posición de fuerza para negociar con Putin. Erdogan, confiado en poder ganar las elecciones de este año, adelantó los comicios varios meses. Se debe estar arrepintiendo de ello, ya que el demoledor terremoto de febrero, agravado por las extendidas denuncias de corrupción en torno al incumplimiento de normas de seguridad, puso en crisis sus planes. La oposición pronorteamericana se aglutinó en torno a un candidato único (Kemal Kılıçdaroğlu) que está disputando con Erdogan cabeza a cabeza. En tales condiciones, el presidente turco ya no está para soportar la presión norteamericana. Comenzó primero por moderar sus demandas y luego, finalmente, por dar el brazo a torcer con Finlandia, aunque todavía insista en bloquear a Suecia. 
 Uno de los propósitos estratégicos de expandir la OTAN hacia Suecia y Finlandia es convertir al Mar Báltico en un “Mare Nostrum” estadounidense, con la posibilidad de bloquear la salida de Rusia a este. Algo similar podría decirse de la expansión de la OTAN a Bulgaria, Rumania y el trabajo en proceso para hacerlo en Georgia y Ucrania (y la obsesión con Crimea): presionar al máximo a Rusia en su acceso al Mar Negro. Estos mares son la ruta de acceso de Rusia al Mediterráneo (y a Europa). La diferencia es que, si los rusos tuviesen que elegir entre el acceso a un mar o al otro, elegirían al último sin dudarlo. Sucede que en los meses de invierno el Mar Báltico se congela y el puerto en San Petersburgo queda cerrado. Es el Mar Negro entonces la última ruta permanente que debe conservar, a como dé lugar. 
 Un segundo objetivo al agregar a Finlandia es extender la frontera de Rusia con la OTAN. Es congruente con la estrategia de “sobreextender y desbalancear” a Rusia, descrita en un paper de la corporación RAND en 2019 (donde precisamente se proponía usar a Ucrania para presionar militarmente a Rusia). El año pasado, Rusia anunció el inicio de reformas militares en respuesta a la expansión de la OTAN. Se incluye entre estas una expansión significativa de las fuerzas terrestres, con la conversión de varias brigadas en divisiones, la creación de divisiones nuevas y la reactivación de los distritos militares de Moscú y San Petersburgo. O sea, una reversión parcial de las reformas del período 2008-2012 (a su vez producto de la experiencia de la guerra contra Georgia). Traer de nuevo al Distrito Militar de San Petersburgo y aumentar las unidades terrestres destinadas al DM Norte significa que Rusia va a reforzar militarmente la frontera con Finlandia. El incremento de fuerzas rusas en la frontera altera el balance militar con los finlandeses. En otras palabras, a cambio de haber ingresado en la OTAN y haberse convertido en hostiles a Rusia, los finlandeses ahora necesitan que la OTAN estacione de manera semipermanente unidades de combate en la frontera con Rusia. Entre la OTAN y Rusia se incorporan, a través de Finlandia, 1.500 km de frontera.
 ¿Puede la OTAN defender esta frontera expandida? Actualmente, despliega menos de 8.000 efectivos en los países Bálticos. Los ejércitos europeos son sombras de lo que fueron durante la Guerra Fría. La mayoría de los anuncios del año pasado de enormes incrementos en gasto militar y rearmes no se han materializado en pasos concretos. La excepción a la regla es Polonia, que se encuentra realizando compras masivas de material militar, fundamentalmente estadounidense y surcoreano. Por lo tanto, defender adecuadamente la nueva frontera de la OTAN con Rusia es imposible sin tropas y recursos estadounidenses, que están también demandados por la escalada de la tensión con China. Estados Unidos, además, está atravesando una verdadera crisis de reclutamiento: el año pasado solamente reclutó un 60 % de la cantidad necesaria (Washington Post, 21/4 ). La ampliación de la OTAN y las contradicciones que le plantean a sus miembros –en primer lugar al imperialismo yanqui- refuerza la caracterización del choque entre la OTAN y el régimen putiniano como una guerra de alcance mundial. 

 Leib Erlej
 26/04/2023

Uruguay para las multinacionales


Esta semana comenzará a estar operativa la tercera mega papelera en Uruguay y la segunda de la empresa de capitales fineses UPM. Será la inversión más grande en la historia del país que requirió de 3.470 millones de dólares. 

 La semilla de la forestación 

 Ante todo hay que recordar que la inserción del país en el mercado forestal tiene su impulso con las políticas públicas neoliberales y particularmente la Ley forestal de 1987. Estamos hablando de una de las pocas políticas de Estado que se sostiene a lo largo del tiempo y por 35 años. Una política que subsume al Uruguay en el lugar de país subdesarrollo que exporta productos de escaso valor agregado.
 Podemos incluso hablar de la Santa Trinidad neoliberal que gobiernos de todos los partidos (Colorados, Nacionalistas y Frenteamplistas) han respetado y sostenido a rajatabla. La primera es la ya nombrada Ley Forestal de 1987, la segunda es la Ley de zonas francas del mismo año y por último la Ley de Protección de Inversiones de 1998.

 Las plantas 

 Asumiendo que la nueva planta iba a empezar a producir en marzo -como se preveía-, la agencia de promoción de la inserción externa del país Uruguay XXI estimó que este año las exportaciones de celulosa crecerían 50% y totalizarían US$ 2.606 millones, posicionando a ese rubro como el principal, por encima de la carne vacuna (US$ 2.352 millones) y la soja (US$ 1.172 millones). 
 El Ministerio de Ambiente firmó la autorización para el comienzo de la operación y el de Economía le dio el aval para que empiece a funcionar como zona franca exonerada de impuestos nacionales. La economía uruguaya se encontraba en recesión técnica en el segundo semestre del 2022 y el inicio de UPM 2 dará un empuje. Algo similar había sucedido en el segundo mandato del frenteamplista Tabaré Vazquez (2015-2020). 
 La obra de construcción de la planta, ubicada en las cercanías de Pueblo Centenario, en el central departamento de Durazno y de la ciudad de Paso de los Toros (Tacuarembó), se inició en 2021 y terminó en diciembre pasado. 
 UPM ya posee una planta en el litoraleño departamento de Río Negro, adquirida en 2009 a la compañía Botnia, del mismo origen. Preocupados por su posible impacto ambiental, la construcción de esa fábrica fue férreamente resistida por los pobladores de la vecina provincia de Entre Ríos mediante el corte del puente sobre el Río Uruguay, con el apoyo de los gobiernos kirchneristas, y motivó un conflicto bilateral que llegó a los tribunales del Mercosur y a la Corte Internacional de La Haya, pero no consiguió detener la obra. 
 Recordemos el episodio de los cortes de puentes binacionales, los desencuentros entre los gobiernos del centroizquierdista Frente Amplio y Cristina Fernández de Kirchner. Incluso la nefasta anécdota que contara el propio Tabaré Vazquez, que ante un posible ataque de los “ambientalistas de Gualeguaychú”, el ex mandatario y ya fallecido Tabaréz Vazquez habría recurrido a la ayuda militar de nada más y nada menos que del presidente de Estados Unidos George Bush. Un gesto de nula unión de la Patria Grande.
 En el negocio de la celulosa en Uruguay está, además de UPM, Montes del Plata, una fábrica de capitales sueco-finlandeses (Stora Enso) y chilenos (Arauco) ubicada en el departamento de Colonia activa desde 2014. En conjunto, las tres plantas consumirán 17 millones de toneladas de madera al año y producirán 4,7 millones de toneladas de pasta de celulosa.
 Para traer desde Pueblo Centenario al puerto de Montevideo los 2,1 millones de toneladas anuales de pasta de celulosa que producirá, se está construyendo una línea de tren -el Ferrocarril Central-, otra mega obra que ya tiene más de 90% de avance. Mientras no esté pronta, la mercadería será transportada por carretera, con un flujo que rondará los 300 camiones diarios por la ruta 5 con pasta de celulosa, hidróxido de sodio, ácido sulfúrico y fueloil.

 Reclamos

 Ante esta situación y otras que vienen de largo aliento, 28 organizaciones de la sociedad civil uruguayas y finlandesas se manifestaron y sostienen que nueva planta de UPM “limita la soberanía nacional, derechos humanos y afecta negativamente la calidad ambiental.”
 Los colectivos denuncian que la empresa tendrá “un nivel de rentabilidad” que “no obtiene en ningún lugar del mundo, logrado a partir de la explotación del territorio, en especial el agua y los suelos, la exoneración de impuestos y la asignación de fondos del Estado a obras que benefician a la empresa”. 
 En el comunicado también resaltan la situación de “crisis hídrica y floraciones excepcionales de cianobacterias” durante este año. Sostienen que el sistema de efluentes de la nueva planta, “pieza fundamental para evitar empeorar la comprometida situación del Río Negro y en especial de los embalses”, no cumple “con las especificaciones requeridas”. 
 “El empleo que se genera es mucho menor del publicitado por la empresa, como demuestran investigaciones sobre los datos del Banco de Previsión Social donde se observa que los empleos de la industria forestal se han reducido en un 25% entre 2007 y 2020”, describen. 
 “También se reproduce la división sexual del trabajo, ya que el empleo que se genera es masculinizado (la mayor parte de los trabajos de la cadena forestal los tienen varones), se reproducen redes de trata y explotación sexual y se limitan los derechos laborales a nivel nacional e internacional, como sucedió luego de la larga huelga de trabajadores de UPM en Finlandia en 2022”, agregan.A su vez, remarcan que para los habitantes de nuestro país queda “la expansión de monocultivos forestales” y sus “impactos negativos”. 
 “No hay contrapartida económica, social o ambiental para el Uruguay, salvo el crecimiento artificial del PBI por una actividad económica que no se refleja en lo interno y el espejismo de un ‘desarrollo sostenible’ que no es tal y que evidencia una forma de colonización, contaminación y extractivismo”, finalizan.
 Desde el año 2014 el grupo Vecinos de Guichón por los Bienes Naturales ha venido denunciando públicamente su preocupación por los vertidos del Vivero Santana de UPM, incluso la mortandad de peces en el arroyo del mismo nombre en Paysandú. La respuesta siempre fue decir que las denuncias carecían de sustento técnico, acompañada por desmentidos de la empresa en la misma dirección .
El vivero de UPM en Paysandú arrojaba vertidos de 14 agrotóxicos prohibidos al afluente del arroyo Santana, en 2022 luego de recibir una mínima sanción el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca autorizó esos mismos insumos legalizando lo que unos meses antes fue categorizado como tóxico y continúa siendo prohibido en Europa. El tren de UPM no cumple con las normativas del Plan de Ordenamiento Territorial de Montevideo pero su recorrido no fue prohibido por la Intendencia.
 El Estado uruguayo ha modificado y manipulado la legislación y normativas vigentes cuyo fin es defender y proteger los derechos de la ciudadanía y el territorio poniéndose al servicio de los intereses de la empresa. 
 El médico uruguayo José Zapicán Mattiauda, referente del movimiento ambientalista Uruguay soberano en Paysandú, denunció que 40% de los trabajadores del vivero reportaron “alergias en la piel”, 70% “ardor, picazón o dolor en la piel” y 75% “dolor de cabeza o mareos”.“El Ministerio de Salud Pública de Uruguay no está preparado para hacer tamizaje de los productos que van a tirar al río Negro, y en diez días van a llegar al río Uruguay”, advirtió. 
 Lo que va al arroyo Santana termina en el río Uruguay. Se murieron peces, se mueren las tortugas. Ha habido multas, pero son muy leves, son irrisorias para las empresas que ganan miles de millones de dólares.
 La Dirección General de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca señaló en un comunicado que en los análisis realizados de los vertidos del vivero “se encontró fungicida, insecticida, herbicida, hierro y arsénico”Las venas abiertas de América Latina siguen abiertas desde época de la conquista y parece ser que el cazador muda de camuflaje pero no de mañas. 

 Nicolás Centurión | 27/04/2023

Dólares, bonos del Tesoro y cleptocracia internacional


La estrategia del secuestro del esfuerzo ajeno y la acumulación de sus réditos no se reduce sólo a los inventos y a las nuevas tecnologías sino a casi cualquier otro aspecto de la vida social, desde (1) el económico (2) el político hasta (3) el narrativo. “Con nuestro éxito y nuestra riqueza, nosotros aportamos a la prosperidad de los países mientras los vagos de abajo nos roban con los impuestos”, etc. Máscaras narrativas que, por supuesto, se cultivan en los medios masivos y germinan siempre en una buena porción de los de abajo, porción suficiente para ganar elecciones o mantener el statu quo cuando se pierde alguna. 
 De la manipulación política para incrementar los beneficios económicos nos detuvimos hace años cuando analizamos la corrupción legal, sobre todo en potencias hegemónicas como Estados Unidos, por la cual las corporaciones evaden impuestos en los paraísos fiscales, presionan a países pobres a través de los bancos mundiales y de sus propias inversiones volátiles (“hot money”) por la cual determinan las “políticas correctas” de desregulación, desprotección de trabajadores y destrucción de la soberanía de los países a través de tratados de “libre mercado”―aparte de escribir casi a su antojo las leyes en los países centrales, imperiales o como quieran llamarlos.
 A través del control político de los gobiernos, de los parlamentos y hasta del sistema judicial, el gremio del Uno Porciento controla las instituciones capitalistas e imperiales como el ejército de Estados Unidos, los bancos nacionales e internacionales como el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio establecen leyes que se aplican según el poder económico y militar de cada país. Gobiernos como el de Washington, administran la divisa global y su fuerza militar para continuar y acelerar la transmisión de riqueza de las clases trabajadoras hacia el Club del Uno.
 Un ejemplo más es la dinámica impuestos-bonos del Tesoro. En los últimos cien años, las organizaciones populares como los gremios de trabajadores han sido demonizados por los grandes medios (caso de William R. Hearst a principios del siglo XX, entre otros) hasta desmovilizarlos y casi anularlos. Este proceso, que a partir de los 80 produjo un crecimiento de la diferencia entre producción y salarios, y un distanciamiento entre el Club del Uno y el resto de la población, se aceleró con el aumento del déficit del gobierno de Estados Unidos. 
 Los gastos de las guerras siempre fueron a las arcas de El Uno. Para eso están. También los sacralizados “recortes de impuestos para estimular la economía”. En 2017, por ejemplo, el gobierno de Donald Trump aprobó un recorte de impuestos para los ultra millonarios por billones de dólares, mientras sus votantes y los votantes del partido Demócrata estaban distraídos en una disputa sobre racismo, el patriotismo y el peligro de los inmigrantes pobres de América Central. Este recorte para estimular la economía, como muchos otros, no tuvo ningún efecto en la economía, pero todos los estudios posteriores confirmaron lo más obvio: el único efecto, aparte de crear un abismo en el déficit público, fue que quienes menos necesitaban de una ayuda del Estado incrementaron sus fortunas de forma notable. Es decir, a más capitales acumulados, más poder político y mediático de El Uno y, consecuentemente, más conflictos entre los de abajo: blancos pobres contra negros, negros contra indios, indios contra mujeres, mujeres contra inmigrantes, inmigrantes legales contra inmigrantes ilegales, jóvenes contra viejos, viejos contra chinos, destra contra sinistra… Bueno, así es como ha funcionado desde siempre y en casi todos los países. Lema del movimiento social Occupy Wall Street (Estados Unidos): «Nosotros somos el 99 %». 
Ahora ¿cómo hace un gobierno para cerrar la brecha entre gastos e ingresos? Una solución es imprimir dinero. Los países del Sur Global no pueden hacerlo, porque producen hiperinflación casi inmediatamente. Washington tiene un margen mucho mayor, porque el dinero que imprime está distribuido por cada rincón del planeta y sus efectos inflacionarios también. Claro que todo tiene un límite. Así que para no imprimir tantos cientos de miles de millones por año la otra opción es emitir “Treasury securities”, títulos, notas y bonos del Tesoro, dependiendo del tiempo de maduración de cada uno. Se llaman seguros porque se asume que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos siempre tendrá capacidad de pago―es decir, capacidad de imprimir cada vez que está al borde del default. Otra razón para entender los peligros que acarrea la dolarización de las economía de los países vampirizados por el BM y el FMI, otros dos instrumentos imperialistas de Washington que les exige e impone a las neocolonias una responsabilidad fiscal que Washington nunca, jamás ha practicado. 
 ¿Quienes compran estos bonos? Los millonarios y las corporaciones ultra millonarias. No los trabajadores. ¿Alguien conoce un compañero de trabajo que ha decidido poner, por decisión propia, sus ahorros en bonos del tesoro de Estados Unidos o de sus propios países? No es algo imposible ni está prohibido por ninguna ley, pero en la práctica son rarezas. Los trabajadores pagan impuestos. Es decir, cuando un trabajador asalariado o el dueño de un pequeño negocio, sea una pizzería o una fábrica de baldosas paga sus impuestos, le está entregando el cien por ciento de ese dinero al Estado. Si recibe algo a cambio será de una forma muy indirecta y a través de un servicio público que no es de su propiedad. Diferente, cuando un capitalista o sus corporaciones compran notas o bonos del Tesoro, lo que están haciendo es prestarle al Estado el dinero que no han pagado en impuestos. Los bonos suelen ser de varios tipos; unos maduran en un año, otros, en quince o en treinta años. En cualquier caso, el prestamista del gobierno no sólo se asegura que su capital estará bien guardado, sino que recibirá el cien por ciento de regreso más intereses. Estos bonos en realidad son deuda del Estado, la que, llegado el momento de honrar sus compromisos con los inversores, deberán pasarla a los trabajadores en forma de impuestos o de reducción de servicios básicos como salud y educación. Todo en nombre del sinceramiento y la responsabilidad fiscal, “como la de cualquier hogar decente”. 
 El negocio es redondo y prácticas como estas, legalizadas por las mismas instituciones nacionales y globales, sólo incrementan el poder de los de arriba a costa del sudor de los de abajo, al tiempo que los convence de que si hoy están algo mejor que ayer (en el mejor de los casos), si hoy textean desde un teléfono de última generación mientras que sus abuelos tenían que escribir cartas a mano, todo se debe a las bondades del capitalismo y de que el Club del Uno ha sido protegido de los destructivos y fracasados críticos de siempre que quieren que los pobres y los vagos vivan del Estado sin trabajar―castigando el éxito de los ricos e impidiendo que la República X no se convierta en un país desarrollado como aquellos que saben cómo hacer las cosas, que tienen “otra cultura y otra mentalidad”, como Inglaterra o Estados Unidos. 

 Jorge Majfud | 26/04/2023

martes, 25 de abril de 2023

De la corrida cambiaria a una crisis de poder


La escalada del dólar paralelo al borde de los 500 pesos debe ser inscripta en una caracterización de conjunto. El planteo económico y político que llevó a Massa al ministerio de Economía, para prolongar la vida del gobierno del FdT, está definitivamente agotado. La última tentativa por impedir una devaluación masiva -el dólar especial de 300 pesos para el agro- nació muerta. Para liquidar su escasa cosecha, los sojeros reclaman un dólar superior, con el argumento de que la inflación galopante terminará devorándose la paridad cambiaria ofrecida por el gobierno. Lo mismo ocurre con los exportadores del limón y de otras producciones regionales, que han detenido sus embarques a la espera de una devaluación hecha y derecha. Esta “rebelión del campo” tiene lugar cuando el FMI no ha dado ninguna señal de adelantar las remesas prometidas para el segundo semestre, y que el gobierno reclama urgentemente. 
 Días atrás, cuando comenzó la presente escalada del dólar, algunos especulaban con que el gobierno dejaba correr esa suba, para extorsionar al FMI con un agravamiento de la crisis y acelerar una 'reconsideración' del acuerdo con Argentina. Si ello fue así, está claro que la maniobra se fue de las manos. En estas horas, el gobierno sólo atina a apagar el incendio con los dólares que aún tiene, y, principalmente, con la venta furibunda de los bonos que le confiscó al Anses y a otros organismos. Como resultado de ese remate, los bonos sometidos a la “ley argentina”, que son los que mayoritariamente se emplean en estas operaciones cambiarias, se derrumbaron otro 5% en dos días. Hace una semana, Antonio Aracre, un agente del agronegocio en el gabinete fernandista, le advirtió al presidente que la burguesía exportadora reclamaba una devaluación en regla. Aracre se fue, pero su planteo se abre camino a través de una corrida.

 FMI

 El gobierno, en este cuadro, cuenta las horas para conseguir un “replanteo” de su acuerdo con el Fondo Monetario, que le aporte los dólares necesarios para atravesar la transición electoral. Pero el FMI podría colocar como exigencia la misma que suena en estas horas en la “city”, o sea, una fuerte devaluación del dólar oficial. Ese cimbronazo cambiario tendría lugar cuando las estimaciones inflacionarias para abril tienen a un 7% como “piso”. Por lo pronto, la disparada del dólar ha conducido a una semiparálisis comercial, es decir, a un colapso del sistema de precios, “justos” o no. Un salto del dólar a $350, por ejemplo, terminaría de desencadenar un curso hiperinflacionario. Aracre quería complementar esa devaluación con un posterior congelamiento de precios y un “bono” salarial. O sea que le pedía un “pacto social” a un gobierno en estado de remate.
 El dólar devaluado y único es resistido por la burguesía industrial abroquelada detrás de Massa y De Mendiguren, que ha conseguido en estos meses el 'milagro' de importar sus materias primas a 215 pesos mientras remarcaba sus precios internos según el valor del dólar financiero. Pero no es el único motivo por el que Massa se ha abroquelado en el esquema cambiario actual: por sobre todas las cosas, el kirchnerismo y Massa le temen como la peste a una reacción popular frente a la “híper”. Por ese mismo motivo, la burocracia sindical ha cerrado filas con Massa y su plan desvencijado.

 La corrida es política

 La corrida cambiaria tiene lugar después del renunciamiento de Alberto Fernández a su candidatura, una decisión que colocó enteramente el destino del gobierno en manos de Massa y el FMI. Ahora, el desmadre cambiario e inflacionario, que es también el hundimiento del acuerdo con el Fondo, coloca a Massa al borde del precipicio. Una renuncia de Massa que devuelva el timón del Estado al presidente “renunciado”, es una crisis de poder. La transición electoral de seis meses -con PASO y generales incluidas- se ha convertido en una eternidad. El estallido del plan Massa puede precipitar un adelantamiento electoral o la supresión de las PASO. La “gran remesa” de dólares que Massa espera podría terminar llegando, pero sólo después que la crisis arrase con su gobierno. En ese caso, el socorro financiero tendría como propósito pavimentar el camino de una futura administración, a cuenta de una contrarrevolución laboral y previsional y de un remate de recursos a gran escala. Es lo que plantean, en todas sus variantes, los “dolarizadores”. 
 Massa -y el kirchnerismo que lo apoyado sin reservas- se desmorona después de haber ejecutado uno de los 'planes' económicos más parasitarios de la historia. Endeudó hasta el cansancio al Tesoro y al Banco Central para rescatar a la burguesía industrial, a los acreedores de la deuda y a la banca. Como ocurriera antes con Guzmán, los dólares ingresados a través de las sucesivas devaluaciones no hicieron más que financiar fugas de capitales gigantescas. El costo de este salvataje al capital lo han pagado los trabajadores y los jubilados, a través de la degradación de sus ingresos. Un estallido financiero y político en medio de la transición electoral colocará al eje del proceso político en la situación de las masas, y la necesidad de una lucha de conjunto de los trabajadores se convertirá en una cuestión de sobrevivencia. La campaña electoral, en ese cuadro, quedará subordinada a un choque abierto entre las clases sociales, y ella misma será la ocasión para agitar y propagandizar una salida a la crisis de poder protagonizada por la clase obrera. 

 Marcelo Ramal 
 25/04/2023

El plan Massa se queda sin aire… ni dólares


El dólar paralelo se dispara y al gobierno se le acaban los cartuchos. 

 La crisis económica no da tregua y al gobierno se le acaban los cartuchos. El dólar blue roza los $500. Cuando Sergio Massa asumió, el precio era de $314. La idea de esta asunción era que Economía pudiera llevar adelante un plan de contingencia que le de aire al gobierno para llegar a las elecciones. Sin embargo, el ministro y su esquema tambalean mientras Argentina se hunde por el peso del endeudamiento, la inflación y las presiones devaluatorias. 
 Desde agosto del año pasado, fecha en la que asumió el nuevo ministro de Economía, el endeudamiento del país ha pegado un salto exponencial. Esto sucede porque el Tesoro financia el déficit fiscal mediante la emisión de deuda como impone el FMI, y toma créditos con organismo internacionales para tratar de zafar de la devaluación y seguir pagando los vencimientos de deuda. Así, para julio 2022 el stock de deuda bruta ascendió a un monto total equivalente a USD 380.760 millones, mientras que para diciembre llegó al récord de US$ 396.539 millones, según datos oficiales de la Secretaría de Finanzas. 
 Este incremento de la deuda pública se ha dado al ritmo de los canjes esgrimidos por el gobierno para patear los vencimientos para más adelante mediante intereses más jugosos, garantías frente al dólar y la inflación, y plazos más cortos, tornando a esta hipoteca cada vez más explosiva. Tal es así que, esta semana, el Tesoro buscará renovar vencimientos por $959.952 millones mediante el incremento de esta usura, especialmente con bonos linkeados al dólar para cubrirse de una devaluación, pero existe una enorme desconfianza por parte de los acreedores frente a la posibilidad de default. Esto hace que siga firme la corrida hacia el dólar. 
 Para frenar la estampida, Massa salió a vender a precios de remate los títulos públicos nominados en dólares pero que se negocian en pesos, que es con los que opera el contado con liqui (CCL). Es un intento por intentar frenar el dólar CCL, lo cual en un punto beneficia la dolarización de las carteras privadas. Esto lo hace mediante los organismos públicos, que tienen en su poder gran parte de estos títulos, como el FGS -o sea, metiendo la mano en la lata de los jubilados. Esta venta de bonos cuya cotización está por el piso equivale a endeudarse con acreedores privados a pagando una tasa superior al 50%, según el cálculo de las consultoras. 
 Por otra parte, para cuando asumió Massa, las reservas netas del Central oscilaban alrededor de U$S 2.000. Para nutrirlas impulsó el dólar soja I y II, y el dólar agro, todas devaluaciones encubiertas para seducir a las patronales agrarias a que liquiden las divisas retenidas mediante un dólar más caro, y que supuestamente iban a ser destinadas a nutrir las reservas del Central. Al contrario, no solo que no sucedió (en las arcas del BCRA hay entre entre U$S 500 y U$S 1000 millones netos), sino que la medida atizó la corrida de esos pesos hacia el dólar paralelo y necesitó de un enorme nivel de emisión que promueve la inflación. Con el mismo presunto objetivo, también acrecentó el endeudamiento, el cual aumentó U$S 8.000 millones en el cuarto trimestre de 2022.
 Nada de esto generó un acopio de reservas. Las divisas fueron destinadas a financiar la corrida cambiaria, la fuga de capitales y el propio pago de la deuda externa, disminuyendo estrepitosamente la capacidad del gobierno para contener la corrida. Esta a su vez estanca cualquier posibilidad de liquidación de divisas por parte del sector agrario, quienes ahora van a pugnar por un dólar más caro o una devaluación en regla. 
 En lo que concierne a la fuga de capitales mucho tienen que ver las maniobras de las patronales importadoras y exportadoras para beneficiarse con la brecha cambiaria. Mientras tanto, frente a la crisis de reservas y el cepo a las importaciones, se multiplicó por ocho el monto el pago en yuanes para pagar las importaciones desde China, lo que activa el uso del swap; esto equivale a tomar deuda externa con el gigante asiático a intereses usurarios.
 Queda claro que el plan Massa fracasó pero son los políticos capitalistas en su conjunto los que nos trajeron a esta debacle. Hay que echarlos para terminar con esta sangría. Solo la clase que genera las riquezas del país puede dirigir la economía para que los recursos nacionales sean destinados a cubrir las necesidades populares.

 Camila García

"Hoy gobierna Massa con el apoyo de CFK aplicando el ajuste del FMI" // Solano en CronicaTv

"Para una jubilada es imposible llegar a fin de mes" // Aurora en IP

Entrevista a Marcelo Ramal. 24/4/2023

lunes, 24 de abril de 2023

El kirchnerismo se aferra al bote de Massa, la embajada yanqui y el FMI


El plenario de la militancia K, celebrado en el microestadio de Ferro, formalmente ´clamó´ por la candidatura de Cristina Kirchner, pero a sabiendas de que los huevos habrá que ponerlos en otra canasta.
 En estas horas, aunque faltan algunas semanas que serán importantes para las definiciones, el kirchnerismo se mantiene aferrado a la candidatura de Sergio Massa, al que imaginan como una tabla de salvación. El ´operativo clamor´ es otra cosa: apunta a mantener en el candelero a la jefa de la tribu y a asegurarle cobijo a La Cámpora y, en particular, a su hijo Máximo, para quien se baraja una posible candidatura a senador por la provincia de Buenos Aires. Fuera de eso, ni siquiera ella demuestra gran entusiasmo. Sus candidatos en las elecciones de Neuquén y Rio Negro tuvieron una performance pobre. A las marchas a Tribunales no concurrió ni el aparato del PJ. “La vicepresidenta manifestó en privado -la última vez, a sindicalistas que la visitaron- cierta preferencia por Sergio Massa” en la interna del Frente de Todos (Clarín, 23/4). La prudencia tiene razón de ser: Massa será el candidato a condición de que logre sobrevivir a su propia gestión en el ministerio de Economía y de que la bomba no estalle primero. 
 En su discurso de cierre, en Ferro, Máximo Kirchner apeló a un embuste clásico de la politiquería universal - “pongámonos de acuerdo en un programa antes que en un candidato”. Pero el candidato es también el programa. Massa es un hombre de la AmChan y de la embajada norteamericana. Todos trabajan para despejarle el camino, tal como ha reclamado, para convertirse en un candidato de ´consenso´ - “Del kirchnerismo y de Cristina Kirchner, que aún lo tiene al tope de su lista de postulantes. De la CGT, que lo invitó, según trascendió, al acto de principios de mayo. Y de los gobernadores” (Clarín, ídem). Es el verdadero ´operativo clamor´ que se ha puesto en marcha en las últimas semanas. La CGT se colocó en ese terreno sin ambages, luego de la cita con el embajador Marc Stanley. Su consejo directivo completo -Pablo Moyano incluido- se reunió por primera vez en el año para reclamar ´acuerdos estratégicos´ en nombre de preservar la ´cohesión social´ y, en estas horas, proclama a los cuatro vientos su alineamiento detrás de la candidatura de Massa. El acto de la burocracia sindical por el Día del Trabajador escenificará ese apoyo. Casi al mismo tiempo, el camporismo y otras tribus le pegaron un apriete a Alberto Fernández para que decline su candidatura antes de la reunión del Consejo del Partido Justicialista que se hizo el viernes pasado – “sin reelección, el encuentro duró apenas unos minutos” (ídem). La reaparación de Scioli es, por el momento, un accesorio. La línea maestra del gobierno sigue siendo apelar al rescate del Departamento de Estado. El kirchnerismo no ignora que las condiciones que los yanquis impondrán para ello serán draconianas: “obviamente, va a haber que hacer un sacrificio inmenso para sacar al país adelante”, reconoció Máximo (elDiarioAR, 22/4). 
 El deterioro del “plan aguantar” es indisimulable. El ministro protagoniza por estas horas un toma y daca febril con el Fondo. Pretende que le adelante a junio los 10 mil millones de dólares que tiene previsto desembolsar de aquí a diciembre. Las precauciones de la burocracia del FMI son palpables. Participó de una maniobra similar en 2019, en un último intento por salvar al gobierno Macri. El resultado: los dólares financiaron la fuga de capitales y Macri perdió las elecciones. Temen que ocurra lo mismo, en medio de una corrida cambiaria, 7,7% de inflación mensual y el fiasco del dólar soja tercera edición. Por eso, como contrapartida, según fuentes citadas por La Nación (23/4), el FMI exigiría tres condiciones de improbable cumplimiento en víspera de las elecciones: un mayor ajuste fiscal -las ´metas´ fueron incumplidas en un 50%-, una devaluación del tipo de cambio oficial y un acuerdo con la oposición. Massa lo presenta a sus interlocutores de otro modo: “soy yo o el caos”. Según los mentideros periodísticos, Massa sueña con que Patricia Bullrich derrote a Horacio Rodríguez Larreta en la interna de Juntos por el Cambio. Imagina que eso allanaría el camino a un gobierno de coalición, claro, para después de las elecciones. 
 Como un moscardón, detrás de la oreja de los conspiradores, zumba la amenaza de una rebelión popular que haga saltar por los aires los restos del sistema político. 

 Jacyn 
 23/04/2023

Tucumán: tapires, negociados y depredación capitalista


La noticia sobre la muerte de una tapir – Suyana- que había sido liberada para su reinserción en las yungas tucumanas, causó indignación, reflejada especialmente en las redes sociales . La misma fue víctima de la caza ilegal fuera del área de protección de la Reserva Ecológica Horco Molle. Suyana formaba parte del Proyecto Tapir, llevado a cabo por la Reserva y la Universidad Nacional de Tucumán, que buscan reinsertar esta especie en la provincia. Los tapires se extinguieron hace 80 años en Tucumán y en todo el país están amenazados.
 El responsable de la reserva explicó que Suyana habría salido del área protegida porque no pudieron monitorear debidamente a los animales, debido a la caída del servicio de internet, que se prolongó por tres semanas. 
 La investigación de los hechos y la determinación de los responsables constituye sólo una parte del problema. La extinción de los tapires en Tucumán tiene como principales causas el avance de la frontera agrícola e inmobiliaria. El desmonte masivo para estos fines ha provocado la pérdida de especies animales de gran valor para la biodiversidad y la liquidación del bosque nativo, que en muchos casos han sido sustituidas por otras especies extrañas que no subsanan el valor y función que tenían y que cumplían esas especies en la fijación del terreno y en la interrelación con las especies de animales, además de disminuir la capacidad de retención del agua. Como resultado de ello, en el sur de la provincia hay pueblos y parajes habitados enteros que, en cada temporada de lluvia, sufren inundaciones sin que los gobiernos pasen de los lamentos y promesas de obras y de reforestación que nunca se cumplen. En consecuencia, se trata de zonas inundables que están empujando a sus pobladores a abandonarlas para salvar sus vidas y algunos de sus bienes, como está ocurriendo con habitantes de la localidad de Níogasta. 
 El gobierno provincial ha favorecido los negocios de las citrícolas y los sojeros en las zonas más atractivas, otorgándole todo tipo de privilegios para ocupar espacios vírgenes o directamente mediante acciones mafiosas, con la expulsión de sus reales pobladores. En todas las zonas de valor turísticos (Tafí del Valle, San Pedro de Colalao, Amaicha, etc.) llueven las denuncias y los choques con pobladores que resisten. En muchas zonas estas mafias han logrado su cometido, y emergen mansiones o country. 
 El caso de la tapir ha desatado el debate de cómo se protege a otros ejemplares y otras especies nativas en la reserva de Horco Molle. Desde Política Obrera hemos levantado el planteo de reclamar a la Universidad Nacional de Tucumán, en tanto entidad a cargo de la reserva, que destine los recursos necesarios para su adecuada preservación y la formación de una brigada para el cuidado de las especies, con salario de convenio y la infraestructura y equipamientos necesarios. La movilización de la comunidad universitaria junto a las organizaciones de defensa del medio ambiente es fundamental para imponer este reclamo a la UNT en tanto desde hace más de una década las autoridades retacean los fondos para las distintas necesidades educativas y de investigación. Se debe impulsar también la formación de una comisión de control independiente de las autoridades y del gobierno provincial para el seguimiento de las medidas. 
 En el resto del territorio provincial, la organización y movilización de los vecinos en unidad con los reclamos y luchas de los trabajadores, es la vía para enfrentar y defender sus posesiones (vivienda, terrenos, etc.) y propiedades ante la política mafiosa y usurpadora de los grandes pulpos inmobiliarios y de grandes capitales que pretende avanzar en la monopolización de las tierras en la que pueden desarrollar negocios diversos altamente lucrativos. La marcha por el día de la tierra, a realizarse el 22 de abril, será el escenario para llevar estos reclamos. 

 Alejandra del Castillo 
 22/04/2023

domingo, 23 de abril de 2023

Pasos al costado


La renuncia de Alberto Fernández a su candidatura, la salida de Aracre y el fracaso del gobierno.

 La renuncia de Alberto Fernández a competir por la reelección es un reconocimiento del fracaso del gobierno del Frente de Todos, bajo el cual la inflación, el endeudamiento y la pobreza continuaron la senda ascendente de la administración de Cambiemos. La verdad es que Alberto, como señaló Gabriel Solano, precandidato presidencial del Partido Obrero para el Frente de Izquierda Unidad, sostenía su aspiración a un segundo período no tanto porque imaginara alguna chance de ganar, sino para no quedar aún más desautorizado en los meses que le quedan de mandato. “Fernández venía manteniendo una ficción de candidatura para no terminar de liquidar una autoridad política totalmente golpeada. Por eso, esta renuncia termina de licuar su figura presidencial”, apuntó.
 Las vísperas del renunciamiento fueron agitadas. El asesor presidencial Antonio Aracre, un hombre del grupo empresario Syngenta, dejó su cargo en medio de rumores sobre disputas palaciegas con el ministro de Economía, Sergio Massa. En el círculo del exintendente de Tigre le atribuyen a Aracre la elaboración de un plan alternativo frente a la inflación con el que se inmiscuía en sus funciones. Incluso circuló la versión de un posible reemplazo del titular del Palacio de Hacienda. Las pujas internas en el Frente de Todos, que envuelven también al kirchnerismo, son otro síntoma del fracaso del gobierno.
 El “affaire Aracre” hizo su aporte a un nuevo salto en la cotización del dólar blue y las presiones por una devaluación de la moneda. Para calmar a “los mercados”, el gobierno volvió a incrementar las tasas de interés para asegurar retornos positivos reales a los especuladores. Antes lanzó el “dólar agro” para conseguir la liquidación de divisas del capital agrario. Con estas medidas, el gobierno busca calmar la situación en el corto plazo, al costo de agravar el quebranto económico. Aún así, tras el discurso de Fernández, el blue volvió a crecer. 
 “La orientación social del gobierno es clara: mientras le garantiza al capital financiero ingresos por encima de la inflación, promueve aumentos salariales y jubilatorios a la baja y utiliza el alza inflacionaria para licuar las partidas sociales”, señala Sofía Hart en un análisis de las últimas medidas oficiales.
 Conforme se acentúa la debacle del gobierno, cobra mayor relevancia el mapa político de la oposición, aunque en estas tiendas políticas las internas no son menos virulentas, como lo mostraron los cruces entre Macri y el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta por el diseño de la votación en la Ciudad de Buenos Aires. 
 En el foro empresario de Llao Llao, los discursos de los precandidatos de Juntos por el Cambio (Larreta y Patricia Bullrich) y de Javier Milei son los que despertaron mayor interés entre los hombres de negocios. Los tres fueron a rendir examen frente a los dueños del país, prometiéndoles el oro y el moro. Milei volvió a agitar un planteo de dolarización que podría conducir a salarios miserables de 30 dólares mensuales.
 Por debajo, la insoportable carestía empuja la lucha. La Unidad Piquetera protagonizó una impactante marcha de antorchas desde Puente Pueyrredón hasta Plaza de Mayo, seguida de un acampe nocturno en ese centro del poder político. Al día siguiente, se movilizó al Ministerio de Desarrollo Social. Trabajo genuino, asistencia integral a los comedores populares y rechazo a las bajas en los planes fueron los principales reclamos. Organizaciones obreras como el Sutna (sindicato del neumático) acompañaron la jornada. “La alianza entre ocupados y desocupados es fundamental para el triunfo de la clase trabajadora”, sostuvo Alejandro Crespo, secretario general de ese sindicato. En el mismo sentido, la Unidad Piquetera expresó su apoyo a los trabajadores de prensa, gremio en el que se abrió una lucha contra los 48 despidos en Clarín. 
 Estas batallas acontecen en vísperas de un nuevo día internacional de los trabajadores. Para el 1° de Mayo, el FIT Unidad prepara un acto en Plaza de Mayo bajo el lema “por la derrota del ajuste y el pacto del gobierno con el FMI, apoyado por todos los partidos patronales”. 
 Necesitamos un gobierno de los trabajadores y la izquierda.
 Buen domingo. 

 Gustavo Montenegro

Panorama económico: una bomba de tiempo


La encerrona del gobierno. 

 Esta nota encuentra al país en medio de un cuadro económico explosivo: una corrida cambiaria que ubica al blue en $437, una caída de casi un 10% de los bonos en dólares y de las acciones argentinas y un aumento de tasas de interés impulsado por el gobierno para contener la brecha cambiaria, todo enmarcado además en un contexto de acuerdo con el FMI que refuerza permanentemente el saqueo de los recursos nacionales. Esta expresión del fracaso del Frente de Todos tiene a su vez, como contrapartida, una enorme crisis política, lo que se verifica con la renuncia de Aracre como jefe de asesores y la del propio presidente a la campaña por la reelección, e incluso corren rumores del tambaleo de Massa como ministro de Economía. 

 El Tesoro 

Repasemos. Por un lado, para cumplir con el ajuste fiscal que impone el Fondo, el Estado tiene como objetivo recaudar más y gastar menos. Además, para poder financiar el déficit sin emitir, el Estado recurre a la erogación de deuda pública. Esta deuda el Tesoro debe refinanciarla permanentemente, por lo que tiene que ofrecer mayores intereses, lo que hizo que solo entre enero y marzo, se destinaran $695.678 millones en el pago de intereses de deuda. Si los acreedores desconfían de la capacidad de pago y quisieran cobrar, el Tesoro no podría afrontarlo, tendría que salir al rescate el BCRA con una emisión gigantesca o declarar el default. Esto hace que los especuladores se alejen cada vez más de los reperfilamientos, lo que representa un primer problema para el gobierno a la hora de financiarse.

 El dólar

 Ahora bien, el mercado, como bien lo demostró la disparada del dólar blue, está corriendo hacia el dólar. Esto significa que los capitalistas vienen deshaciéndose de sus tenencias en pesos para dolarizar sus carteras y así blindarse de una devaluación, pero también presionar por una. El Central viene dilapidando sus reservas, las cuales se encuentran en rojo producto del pago de la deuda externa, la fuga de capitales y la contención de la brecha cambiaria mediante la venta de divisas. Esto hace que cada corrida deje cada vez con menos herramientas a la entidad para intervenir sobre ellas y contener la disparada.
 Para nutrir las arcas de divisas, Massa lanzó el dólar agro, otro beneficio cambiario para que las patronales agrarias liquiden sus divisas, una devaluación encubierta que impacta en el precio de los alimentos. Si la medida tuviera como contrapartida el ingreso de U$S 5.000, como el gobierno espera, además se necesitaría una emisión monetaria de $1,5 billones, lo que echaría más leña al fuego inflacionario e iría también a parar a los dólares paralelos. Igualmente, como la liquidación se esta realizando a cuenta gotas, todo indicaría que las patronales agrarias están a la espera de una devaluación en regla.
 Economía también obligó a organismos públicos, como el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, a vender los bonos en dólares a pérdida, puesto que son con los que se opera el dólar CCL, para que este baje de precio. Es decir, financió la corrida a costa de las jubilaciones, pero el gobierno se va quedando sin tela para cortar, sobre todo porque Argentina tiene cada vez más cercenado el mercado de crédito internacional para pedir préstamos en dólares, producto del sobrendeudamiento que ya cursa el país. 
 La desconfianza que generó la corrida y los simbronazos políticos que conllevó la misma hizo que los bonos y las acciones argentinas cayeran en picada, y el riesgo país hoy se acerca a los 2600 puntos. Este cuadro es atizado además por el alza de las tasas de interés en Estados Unidos y la Unión Europea, que tiene el efecto de retraer a los capitales desde los países periféricos hacia los centros financieros. 

 La deuda en pesos 

El Banco Central tiene una enorme deuda, de Leliqs y pases. Esta hipoteca empezó como una medida para absorber pesos del mercado y así contener la inflación como si esta fuera tan solo un fenómeno monetario, algo que finalmente tuvo el efecto contrario. 
Ahora, el BCRA tiene un stock de estos pasivos que supera los $12 billones, cuyos intereses va pagando a costa de emisión, que se vuelve a absorber mediante Leliqs y pases. Ahora el gobierno aumento la tasa de referencia en un 3%. El FMI exige que esta se ubique por encima de la inflación para que los plazos fijos en pesos no vayan al dólar. Esto significa, además del carácter recesivo que tiene la medida, que la entidad deberá emitir $1 billón de pesos mensuales en concepto de intereses de Leliqs y pases, los cuales intentará reabsorber colocando nuevas letras, agrandando así el pasivo de la entidad y su carácter explosivo. 
 De esa usura solo se benefician los bancos, que usan la plata de los depositantes para adquirir esta deuda, incluidos los encajes bancarios que deberían estar reservados como garantía para los ahorristas. Lo que significa que, de haber una devaluación abrupta que implique retiros masivos de los depositantes para correr hacia el dólar, estos quedarían atrapados en un corralito.
 Todo este cuadro a su vez está condicionado por el imperialismo y el capital financiero internacional, un elemento no menor, puesto que demuestran tener una injerencia cada vez mayor dentro de la vida política del país. 
Esto quedó demostrado, por ejemplo, en la implementación inmediata de tarifazos luego de la última revisión del FMI o en la modificación de la Ley Antiterrorista y la participación de Argentina en ocho ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos y otras potencias que aprobó ayer el Congreso.

 ¿Y entonces? 

Queda claro que el gobierno se encuentra en una encerrona y que este esquema para cumplir con el Fondo se ha demostrado inviable. Es lo que ha conformado esta bomba de tiempo a punto de explotar. Para salir de la crisis, Milei propone dolarizar, lo que conllevaría una devaluación tan grande como para que cada dólar, dentro de las expectativas más optimistas, equivalga a $3.000. Así se pulverizarían los salarios, se confiscaría a los ahorristas, y se terminaría con la industria nacional.
 Demostrado está que esta propuesta busca rescatar a los mismos que se benefician hoy con este esquema económico ruinoso: la banca y los especuladores. Mientras tanto, los trabajadores padecen un sinfín de penurias: el aumento constante en el costo de vida, la incapacidad para poder ahorrar y así evitar la pérdida del poder adquisitivo, topes paritarios que mantienen pisados los salarios por debajo de la línea de pobreza y el desempleo.
 Hay que echar a los políticos capitalistas que nos arrastraron a este cuadro, solo la clase que genera las riquezas del país puede dirigir la economía para que los recursos nacionales sean destinados a cubrir las necesidades populares. 

 Camila García

sábado, 22 de abril de 2023

Renunciamiento de Alberto deja al gobierno en manos de Massa, y su desfalleciente “plan aguantar”


Es difícil creer, como se afirma en estas horas, que la renuncia de Alberto Fernández a su reelección es un intento por “ordenar la interna oficialista” de cara a las PASO. Alberto, en esa interna, no movía el amperímetro del voto, y carecía de cualquier chance electoral en agosto o en octubre. Fernández se bajó de una candidatura derrotada de antemano, en una versión agravada de los dos renunciamientos que lo antecedieron: el de Cristina, arguyendo la condena en su contra, y el de Macri, en nombre del ´trabajo en equipo´ (sic). Ninguno de los tres era capaz de asegurarse un resultado electoral victorioso, en medio de una disgregación de partidos y candidaturas cada vez más acentuada.
 ¿Entonces? El renunciamiento albertista, en verdad, tuvo un propósito mucho más inmediato: dejar en claro que la gestión económica y política del Estado quedará en manos de Massa y de su “plan aguantar”, aunque ese plan se encuentre en un desbarranque manifiesto. Con el paso al costado, Fernández avisó que la transición electoral será monopolizada por Massa, el FMI y la embajada yanqui, sin interferencias ni “salidas alternativas”. Ese es el sentido de la renuncia a la candidatura. La decisión de hoy es inseparable de la crisis de gabinete que condujo, días atrás, a la renuncia del ex gerente de Syngenta, Antonio Aracre, como jefe de los asesores presidenciales. Aracre le había presentado a Alberto nada menos que un plan económico alternativo, como salida al derrumbe del plan Massa. Según informan los diarios, ese plan contemplaba una devaluación hecha y derecha, un posterior “congelamiento de precios” -seguramente después de que estos se hubieren ajustado al nuevo dólar- y un bono para ´compensar´ el cimbronazo sobre salarios y jubilaciones. Aracre, cercano a los sojeros, le anticipó a Alberto un posible fracaso del dólar “Soja 3”, la necesidad de un salto cambiario e, incluso, alguna ventaja para los productores en materia de retenciones. Aracre reclamó, además, ponerle fin “al dólar de 200” a las importaciones, algo que la burguesía industrial agradece con fervor a Massa y a De Mendiguren, el hombre de la UIA en el gabinete oficial. 
 Es evidente que el “aracrazo” -un rodrigazo del siglo XXI- implicaba la salida del devaluado Massa del gabinete. Desde el punto de vista político, constituía un recurso extremo para darle sobrevida a Alberto Fernández – incluso después del fracaso de Massa. Pero el arco de intereses capitalistas que se articula detrás del superministro se encargó de correr a Aracre y a su plan. Malena Galmarini, la esposa de Massa, dejó estampado en un tuit la advertencia en relación a esta crisis: “después de Massa, no hay nada”. 

 Pato más que cojo

 Los analistas políticos denominan “pato cojo” al gobernante sin chances de continuar en el poder, lo que constituye una debilidad flagrante para su gestión presente. Fernández ha resuelto ese “inconveniente” anticipando el papel decorativo que cumplirá de acá a octubre, aunque en su mensaje por redes dijera exactamente lo contrario. La gestión política del Estado ha quedado reducida casi por completo al acuerdo con el FMI y a sus gerenciadores. Pero ese acuerdo se encuentra en ruinas, como lo manifiesta la inflación desbocada, la semiparálisis industrial, el empobrecimiento creciente y una salida de capitales sin freno. A la luz de este escenario, el “control” de la transición electoral ha quedado en manos de quien no puede controlar nada. El vaticinio de Galmarini podría terminar confirmándose en su aspecto negativo – o sea, un colapso político del gobierno después de una salida de Massa. 
 En medio del proceso de descomposición económica, el gobierno deberá enfrentar pagos netos de deuda al FMI por unos 4.000 millones de dólares y a los bonistas privados por otros 1.500, además de las necesidades de los importadores. La suerte de Massa está jugada a un “préstamo puente” que hasta ahora no consiguió en Washington, a pesar de las promesas reiteradas de alineamiento con la OTAN en la guerra imperialista en curso. Es posible que ese socorro se encuentre atado a una devaluación en regla, que el gobierno del “pato cojo” debería pilotear en medio del proceso electoral. Como ya le pasó a muchos en la historia, Aracre vería avanzar su plan después de haber sido expulsado del poder. 
 La CGT se ha sumado a la tesis de “Massa o el abismo”, colocando su compromiso con las paritarias a la baja y la destrucción del salario. La marcha de la crisis, sin embargo, está devorando los esquemas salariales pactados hace meses o semanas atrás. El “gesto” de Fernández Alberto podrá tranquilizar a “la PASO oficialista”, pero no calma de ningún modo el escenario de desintegración económica, y la crisis social que se agiganta en su torno. 

 Marcelo Ramal
 21/04/2023