viernes, 30 de noviembre de 2018

Miles nos movilizamos contra el G20 y el pacto con el FMI

Video Acto del Frente de Izquierda en repudio al G20

."El G20 representa la opresión de los pueblos del mundo" // Gabriel Solano en LN+

Jorge Altamira - Partido Obrero

"La masiva movilización contra el G20 no se ha dejado amedrentar" // Romina Del Plá en A24

Así serán las movilizaciones contra el G20



El 30 de noviembre, un conjunto amplio de organizaciones políticas y sociales nos movilizaremos contra el G20, la reunión de los líderes del imperialismo mundial, responsables de las guerras, masacres y la militarización general que sufren los trabajadores y sectores populares en todo el mundo. Con las guerras comerciales entre Estados Unidos, China y la UE como cuestión de fondo, el G20 discutirá reformas previsionales y laborales contra los derechos de los trabajadores activos y los jubilados para seguir descargando la crisis sobre las espaldas de los trabajadores de todo el mundo.
Desde el miércoles 28 el Partido Obrero impulsará actividades de difusión, en todo el país, para debatir con los trabajadores este planteo. Ese día, a las 18h, frente al Congreso, realizaremos una actividad central con Néstor Pitrola, Vanina Biasi, Marcelo Ramal, la diputada nacional Romina Del Plá y el legislador porteño Gabriel Solano.
El viernes 30, a las 13.30, el Frente de Izquierda realizará un acto en Av. San Juan y Av. 9 de Julio por el frente único de la clase obrera contra el imperialismo y por la independencia política de los trabajadores. Luego, a las 15, participaremos de la convocatoria del Encuentro Memoria Verdad y Justicia con las consignas No al G20, Abajo el acuerdo Macri – FMI, Fuera Trump y demás líderes imperialistas, Fuera Bolsonaro, por el no pago de la deuda externa, No al ajuste, la entrega y la represión.
Nuestro partido, sin embargo, no suscribe el documento “consensuado” por la mayoría de los grupos que participan de la marcha, debido a que han decidido no denunciar la complicidad del PJ y sus gobernadores con el ajuste macrista ni la participación de CFK y los gobiernos ´nac&pop´ de la última década en el G20.
Los prolegómenos de la reunión del G20, que incluirá el despliegue de 20 mil efectivos policiales y un virtual estado de sitio sobre la ciudad de Buenos Aires, han estado marcados por una intensificación de la represión. En estos días fueron asesinados dos militantes de la Ctep, Marcos Soria y Ricardo Orellana, y el gobierno se lanzó a un operativo de detenciones, provocaciones y amedrentamiento que alcanzó también a las luchas obreras, como Siam.
Con estas medidas, Bullrich y Macri buscan hacer de buen alumno frente a sus mandantes imperialistas.
El 30, repudiemos la cumbre de los responsables del hambre y las guerras imperialistas en el mundo.

Prensa Obrera

La “contracumbre” al G20 y la “batalla cultural” de García Linera



De visita en Argentina para participar en el Foro Mundial de Pensamiento Crítico de Clacso, Álvaro García Linera brindó un reportaje a Página/12 en el que reflexiona sobre el retroceso de los gobiernos nacionalistas en la región.

El vice de Evo Morales se refiere a estos como “la izquierda” –a contrapelo de otra partícipe del mismo Foro, CFK, que atenta a los reagrupamientos electorales 2019 afirmó que “izquierda” y “derecha” son términos demodé– y traza así su balance: “la izquierda llega al gobierno con un discurso movilizador agrupando a los agraviados, planteando una reivindicación, pero cuando fruto de sus acciones hay una parte que asciende socialmente, el discurso del desagravio ya no funciona (…) la otra cuestión clave es que las políticas de movilidad social de los sectores populares tienen que tener una sostenibilidad en el tiempo porque cuando no lo son, los sectores sociales que ascendieron fácilmente pueden adoptar el punto de vista de los sectores más conservadores que desde un inicio se opusieron a estas políticas de movilidad social”.
Acá, Linera confiesa una verdad y, al mismo tiempo, cae en una mistificación. Cuando señala que la “movilidad” no fue sostenible, reconoce que la mejora estadística de los indicadores socioeconómicos de las experiencias nacionalistas constituyó un artificio, fundado principalmente en el asistencialismo. En el caso de los sectores con estabilidad laboral, esa “mejora” se basó en el endeudamiento. Linera oculta esto, y luego presenta a los ´progresismos´ locales como víctimas de sus propios méritos –cuando mejoraron las condiciones de vida de las masas, el pueblo se volcó hacia sus verdugos. Esta tesis obvia las condiciones concretas del ascenso de la derecha, que tuvo lugar cuando los gobiernos de Dilma Rousseff, CFK, Correa y compañía ya habían tomado en sus manos la descarga de la crisis capitalista sobre la población trabajadora: CFK terminó su mandato con un 30% de pobreza, mientras el PT se había lanzado a una brutal asonada contra la educación, la salud y los programas de vivienda (entre otras) y el ecuatoriano hacía una poda sustanciosa del “gasto social”. Dilma, como parte de su gabinete ajustador, puso a Michel Temer en la vicepresidencia, que luego encabezó el golpe contra ella. CFK candidateó como sucesor (y con poco entusiasmo) a una versión añeja de Macri para la vicepresidencia, Daniel Scioli. Incluso cuando eran parte de ellos, los Macri-Temer pudieron explotar los escándalos de corrupción con la patria contratista, que a la sazón revelan la falsedad del mentado “desarrollo de la matriz productiva” por parte de los nac&pop. El que sí triunfó fue el Scioli ecuatoriano, Lenin Moreno, cuya anunciada política antipopular ha obligado a Correa a pedir disculpas por promocionarlo.
García Linera colige de este éxito fracasado –valga el oxímoron– que “este es un corto invierno para las fuerzas progresistas” y que es necesario “ganar la batalla cultural”. Con ello, está planteando un gran ejercicio de mistificación y engaño político sobre las masas, postulando al nacionalismo como variante progresista al hundimiento de los neoliberales. Lo cierto es que, si los K y otros volvieran al poder, serían ellos los administradores de la agresión a las masas. Es lo que le están explicando hoy CFK y Kicillof en estas horas, a los empresarios y banqueros que quieran escucharlos. Lejos de preparar su regreso sobre la base de una “batalla” (cultural o de otro tipo) contra la reacción y el capital financiero, el kirchnerismo afirma que respetará los acuerdos con el FMI y teje alianzas con el PJ, mientras el lulismo ha limitado su enfrentamiento al ascenso del fascista Bolsonaro a presentar –otra vez sopa– un Scioli menos conocido, Fernando Haddad.
El politólogo y director argentino de Le Monde Diplomatique, José Natanson, saludó el llamado a batallar culturalmente de García Linera y señaló que "se está tratando de articular un movimiento antiliberal en la región, tiene algo de deja vu", trazando un paralelo entre el encuentro de Clacso y el Foro de San Pablo de 1990. El detalle es que entre uno y otro, claro, fueron los progresistas los que tomaron en sus manos el gobierno capitalista, concluyendo con un rotundo fracaso.
Para enfrentar a la derecha necesitamos una “articulación” independiente, de la clase trabajadora del continente, que abra un rumbo de verdadera transformación social.

Tomás Eps

80 millones de niños pobres en América Latina y el Caribe y siete millones de migrantes

Más de 80 millones de niños de hasta 14 años en América Latina y el Caribe se encuentran en situación de pobreza , de acuerdo con un estudio elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (CEPAL), que revela que el 45% de los niños se ve afectado por una privación moderada o grave en sus derechos
El informe advierte que existe una gran diferencia entre países. En Bolivia, El Salvador, Guatemala, Honduras y Perú, más de dos tercios de los niños son pobres ; en Chile, Costa Rica y Uruguay, menos de uno de cada cuatro niños sufre pobreza .
Para elaborar el informe se analizaron temas como la nutrición ; el acceso al agua potable y a servicios de saneamiento ; la calidad de las viviendas y el número de personas por habitación; la asistencia a la escuela ; y el acceso a medios de comunicación . Además, se consideró el nivel de ingresos de los hogares y la capacidad potencial de que estos recursos puedan satisfacer las necesidades básicas de los niños.
Por su parte, María Perceval, directora regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) afirmó en México que hay siete millones de niños migrantes en América Latina y el Caribe, ”que no migran por conflictos armados, sino que salen de sus países para vivir mejor".
Perceval explicó que los menores "creen que en otro lugar puede cumplirse el derecho insoslayable de vivir con dignidad", y alertó que cada vez hay un mayor número de niños y adolescentes que migran por su propia cuenta para huir de la pobreza o la violencia de sus comunidades.

Invertir en la infancia

"A fin de eliminar el flagelo de la pobreza infantil, los gobiernos deben integrar las políticas sociales, las políticas de empleo y las políticas macroeconómicas. Esto requiere asignar mayores recursos para promover los derechos de la infancia , asegurar un entorno protector, aumentar la provisión y la calidad de los servicios, como también ampliar los sistemas de protección social", señala el informe de Cepal y Unicef.
El mismo destaca que para avanzar en la superación de la pobreza infantil es necesario invertir en la infancia y reducir las desigualdades socioeconómicas, territoriales, étnicas y de género presentes en los países de la región. Para eliminar la pobreza infantil debería ponerse en marcha políticas públicas a nivel multisectorial para garantizar los derechos que tienen todos los niños a la alimentación, la educación, la salud, el agua, el saneamiento, la educación y la información.
De 193 millones de niños que viven en la región, 5,1 millones menores de cinco años sufren desnutrición crónica y 3,9 millones tienen sobrepeso.
Mientras, la ONG ProPublica reportó que el gobierno del presidente estadounidense , Donald Trump, reanudó discretamente la separación de familias migrantes en la frontera sur, mediante acusaciones vagas o infundadas contra los padres por irregularidades o violaciones menores, incluidos casos de reingreso ilegal al país, al aplicar su política de "tolerancia cero", -anunciada el 18 de abril por el fiscal general Jeff Sessions, que fue obligado a suspender el 21 de junio ante la catarata de críticas no sólo a escala nacional, sino también internacional.
Durante el último trimestre abogados de la organización Catholic Charities, que asesora a niños inmigrantes bajo custodia del gobierno en Nueva York, detectaron al menos 16 nuevos casos de separación familiar. Sostienen que se encontraron con esos casos casualmente y por medio de su propia investigación, después de que los menores fueron puestos en albergues o refugios con poca o ninguna indicación de que llegaron a la frontera con sus padres.
ProPublica recibió a finales de octubre la llamada de un padre salvadoreño angustiado, detenido en el sur de Texas, cuyo hijo de cuatro años, Brayan, le había sido "literalmente arrancado de un tirón" por un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza después de cruzar la frontera.
La agencia de noticias estadounidense Associated Press afirmó que 2.349 adolescentes, en su mayoría centroamericanos, continúan en un campamento de detención de emergencia "temporal" en Tornillo, en el desierto Texas, que se abrió en junio pasado. En junio el gobierno de Trump dijo que se trataba de un refugio temporal para albergar a 360 menores migrantes, pero ahora se convirtió en un campamento de detención permanente.
En tanto, el Centro de Investigaciones Pew indicó que el número de inmigrantes que viven en Estados Unidos sin papeles disminuyó a su menor nivel en casi una década, pues en 2007 se reportaron 12,2 millones y la cifra para 2016 se ubicó en 10,7 millones.

Cecilia Vergara Mattei. Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

jueves, 29 de noviembre de 2018

Las nubes negras de Trump se posan sobre el G20



El presidente estadounidense, Donald Trump, llega a la Cumbre del G20 en Argentina con un misil bajo el brazo: se trata del poder de veto que viene ejerciendo para hacer naufragar todas y cada una de las instancias multilaterales a las que asiste.

Más allá de los resultados que quiera presentar el gobierno de Mauricio Macri, es probable que la reunión termine en un fracaso estrepitoso o en un documento tan anodino que no deje contento a nadie.
Trump ya había dinamitado la Cumbre del G7 de Canadá en junio, calificando de “deshonesto y débil” al primer ministro Justin Trudeau, anfitrión de la reunión. El presidente estadounidense se fue de la Cumbre sin firmar el documento, haciendo fracasar las negociaciones previas.
Lo mismo había hecho antes con la OTAN, exigiendo a los países europeos que paguen por su seguridad, con la OMC, a la que califica de organización para garantizar un comercio deshonesto hacia EE.UU. y también anunció su retirada del Acuerdo de París sobre cambio climático, al que ha calificado en reiteradas oportunidades de “farsa inventada por los chinos”.
Ante este panorama sombrío, los funcionarios que trabajaron en el documento final del G20 hicieron todo lo posible para despojarlo de cualquier definición que lo dé por muerto antes de empezar la Cumbre. El borrador de resolución no exigirá ningún posicionamiento claro sobre el libre comercio, en un momento de fuerte proteccionismo por parte de EE.UU., no sugerirá ningún cambio en la OMC, ni definirá posicionamiento alguno sobre el cambio climático.
Sobre este último punto Trump envió un mensaje inequívoco este martes, a solo tres días del inicio del G20. Ante un demoledor informe, respaldado por cientos de científicos y una decena de agencias federales, que muestra los devastadores efectos del cambio climático en la economía, la salud y el medio ambiente, Trump se limitó a señalar: "No les creo". Una clara afirmación de su negacionismo, que no deja dudas sobre la imposibilidad de que la cumbre capitaneada por Macri tenga algún viso de ambientalismo.

Trump vs Xi Jinping: sin lugar para los débiles

Ante el pobre escenario que muestra la Cumbre de conjunto, todas las miradas se situaron en la posibilidad de acuerdos bilaterales entre potencias, en particular en la reunión que tendrán Trump y el presidente chino Xi Jinping, que tiene implicancias para la economía mundial.
Si bien durante las elecciones de medio término en Estados Unidos, a principios de este mes, Trump había anunciado su intención de llegar a un acuerdo con China que sea “beneficioso para ambos”, el escenario se volvió sombrío en los últimos días.
Hace tan solo una semana, Estados Unidos hizo fracasar el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que, por primera vez desde su fundación en 1989, finalizó sin una declaración de consenso entre los líderes participantes. En su lugar hubo denuncias cruzadas entre el vicepresidente estadounidense Mike Pence y el presidente Chino, que se acusaron de ladrones, deshonestos y de llevar adelante prácticas comerciales desleales.
Tras este desacuerdo en la cumbre de APEC, Trump volvió a enviar un mensaje este lunes que disminuyó las expectativas de los que al menos esperaban un acuerdo para asegurar un “control de daños” entre ambas economías, para evitar una profundización de los aranceles que repercuta en una tendencia recesiva de la economía mundial.
Si bien nadie esperaba que Estados Unidos retroceda sobre los aranceles que ya aplica sobre los productos chinos, la expectativa estaba puesta en intentar que no se avanzara en el plan de aumentar los mismos de 10% a 25% a partir del 1ro de enero de 2019, o al menos intentar una negociación sobre esa tasa o los productos afectados.
Incluso este escenario de mínima es el que fue puesto en entredicho por Trump el lunes cuando anunció en una entrevista con el Wall Street Journal que era "altamente improbable" que acepte una solicitud de Pekín para detener el incremento previsto para 2019.
No es la primera vez que Trump intenta negociar golpeando a su rival, y al igual qu en otras ocasiones sus exigencias son tan abstractas como difíciles de cumplir: "El único acuerdo sería que China abra su país a la competencia de Estados Unidos", dijo Trump al WSJ, en el mensaje para Xi Jinping a cuatro días de la reunión bilateral.
El salto en belicosidad ante la reunión con el mandatario chino se produjo al mismo tiempo en que Trump recibía la venenosa noticia de que la automotriz estadounidense GM planeaba despedir a 15.000 trabajadores y cerrar varias plantas por las dificultades provocadas por la guerra arancelaria desatada contra el gigante asiático.
El magnate neoyorquino no dejó lugar para que la noticia sea aprovechada por China y amenazó, “Si no logramos un acuerdo, entonces voy a poner los aranceles adicionales sobre bienes por 267.000 millones de dólares", dejando un margen más que estrecho para algún tipo de negociación y sembrando dudas sobre la única reunión relevante que tendrá la Cumbre en Argentina.

Mandatarios en problemas

El G20 Se podría definir como la “cumbre de los odiados”, que incluye xenófobos, racistas, golpistas, guerreristas, ajustadores y asesinos.
Dejando de lado a Trump que, a pesar de tener la economía a su favor, viene de sufrir un importante traspié en las elecciones de medio termino que lo deja cuestionado, la Cumbre estará signada por una mayoría de mandatarios y mandatarias que ya están en retirada o sufren problemas domésticos de distinta magnitud.
Uno de los casos más extremos es el del príncipe heredero de Arabia Saudita Mohamed Bin Salman, acusado por la propia CIA del asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi, y responsable del genocidio en Yemen, mediante una guerra brutal que lleva adelante con armamento estadounidense. El príncipe llega a la Argentina con una denuncia de Human Rights Watch por los crímenes contra la población de Yemen y por la violación de derechos humanos de ciudadanos saudíes.
Por su parte el golpista brasileño Michel Temer, participará de la Cumbre al mismo tiempo que se despide de la presidencia con el índice de aprobación más bajo de la historia del país, cercano al 3%. El ultraderechista presidente electo Jair Bolsonaro, por su parte, declinó la invitación de Temer a participar para evitar exponerse antes de tiempo.
Dos de las que están en retirada son Angela Merkel de Alemania, que anunció que no buscaría una reelección, desatando una interna en busca de su sucesor, y tras haber sido responsable por el brutal ajuste exigido a Grecia, que dejó a su población en la miseria, y la primera ministra del Reino Unido Theresa May, que está en la cuerda floja tras la negociación del brexit con la Unión Europea, que puede ser su último acto como mandataria.
De Italia participará el primer ministro, Giuseppe Conte, elegido por la coalición derechista que llegó al poder de la mano del movimiento 5 estrellas y la ultraderechista Liga, prometiendo expulsar a 500.000 inmigrantes refugiados, a quién el líder de esa agrupación, Mateo Salvini, comparó con esclavos.
Macron por su parte acaba de enfrentar dos jornadas multitudinarias de bloqueos y protestas en Francia contra el aumento de los combustibles, que se suman al descontento por las reformas contra los trabajadores y los pensionados, que hizo bajar su popularidad a 25 puntos.
Es posible entonces que por fuera de la reunión entre Trump y Xi Jinping, el resto de las (pocas) reuniones bilaterales pasen sin pena ni gloria por la Cumbre Argentina.
Ante este escenario, el anfitrión Mauricio Macri espera algún resultado modesto en inversiones, y sueña con la promesa de Trump de regalarle el ingreso a la OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Trump había deslizado la posibilidad de hacer ese anuncio durante el G20, e incluso el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne estuvo la semana pasada en Europa tratando de hacer los méritos del caso. Pero la OCDE emitió un informe lapidario donde muestra que el PBI de Argentina caerá al menos 1,9 % en 2019.
Con la posibilidad del ingreso a este organismo lejos del horizonte, Macri deberá conformarse con el anuncio de inversiones que ya adelantó Trump, y con el posible ingreso de China en proyectos de Participación Público Privada. Con la tormenta que existe entre ambos países, no es difícil adivinar que las promesas de inversiones serán variables y que, como siempre, vendrán acompañadas de condicionamientos para el Estado argentino.

En las calles contra la Cumbre

Para defender esta Cumbre, que no va a resolver nada y en la que los mandatarios más odiados del mundo van a hacer gala de su poderío, el gobierno argentino dispuso la militarización de la Ciudad de Buenos Aires con más de 20.000 efectivos de las fuerzas represivas y un gasto de 3.000 millones de pesos.
Al igual que en todas las Cumbres del G20, están convocadas movilizaciones para repudiar a estos mandatarios y sus políticas, y en solidaridad con los pueblos del mundo que sufren su opresión cotidianamente.
El PTS en el Frente de Izquierda participará con un contenido antiimperialista y anticapitalista, y convoca a una concentración el viernes 30 desde las 14 en San Juan y 9 de Julio.
En esta oportunidad nos toca a las trabajadoras y trabajadores de Argentina estar en primera fila, en el lugar de los hechos para repudiar esta Cumbre, así como los hicieron miles de jóvenes durante años, desde las marchas contra la OMC en Seattle en 1999, hasta la Cumbre en Hamburgo el año pasado. Es por esto que el viernes tenemos que estar todos en las calles y derrotar el blindaje que el gobierno de Macri nos quiere imponer. Tenemos la oportunidad de levantar junto a nuestras demandas en contra del FMI y el no pago de la deuda externa, las banderas de todos los oprimidos del mundo.

Juan Andrés Gallardo
@juanagallardo1

Julian Assange acorralado



El cerco se aprieta sobre el fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien sigue en condición de asilado en la Embajada de Ecuador en Londres. La persecución internacional crece y sus derechos son coartados.

A mediados de noviembre, se filtró (aparentemente de forma involuntaria) que existe efectivamente una acusación sumaria contra Assange en EEUU, cuya naturaleza aún no se ha divulgado. Este martes, 27 de noviembre, una jueza federal de EEUU postergó una decisión, solicitada por el Comité de Reporteros por la Libertad de Prensa, de ordenar que se revele el contenido de la acusación, una vez que queda confirmado que ésta existe. El Departamento de Justicia, por su parte, defiende mantenerla en secreto, hasta que el acusado sea detenido.
Mientras tanto, las autoridades británicas mantienen su intención de detener a Assange si sale de la embajada, por haber violado la libertad condicional, cuando entró a la embajada hace seis años, (a pesar de que ya ha vencido la investigación judicial que realizaba Suecia, sin que se haya planteado cargo alguno). Lo más probable es que, si ello sucede, EEUU solicitará su extradición. Estos hechos refuerzan los argumentos de Assange y su equipo legal de que corre el riesgo de un juicio en EEUU, que podría acarrear la pena de muerte. Ese es el principal motivo que justifica mantener el asilo.
Para EEUU es complicado enjuiciar al periodista/editor por la publicación de miles de documentos confidenciales, ya que implicaría un atentado a la libertad de prensa. Es más, tendrían que acusar también a los grandes medios que replicaron la información. Vale recordar que Wikileaks es un portal donde se publican documentos entregados por quienes en inglés se llaman “whistleblowers”, o sea, denunciantes que develan irregularidades en las instituciones donde trabajan, por consideraciones de interés público. Wikileaks verifica el origen de los documentos, pero protege la identidad del denunciante. Por lo mismo, Assange no es, como a veces se le tilda, un “hacker” (en el sentido de alguien que viola la seguridad de equipos electrónicos sin autorización[1]), sino el director de un editorial.
Por ello, EEUU más bien trata de vincularlo a espionaje, pero ello implicaría demostrar que trabaja para algún otro gobierno. Hay indicios ahora de que se busca acusarle de colusión con Rusia, en el caso actualmente bajo investigación de la posible implicación de servicios de inteligencia rusos en la sustracción de emails del Partido Demócrata, que posteriormente fueron publicados por Wikileaks durante la última campaña presidencial, hecho que puede haber favorecido la candidatura de Donald Trump. Wikileaks ha negado cualquier vínculo con los rusos en el caso.
Más allá de los pormenores de la acusación, lo que es evidente es que los gobiernos afectados no le perdonan a Wikileaks haber revelado sus documentos confidenciales. Mucho menos quieren reconocer que Wikileaks ha brindado un gran servicio a la humanidad al sacar a la luz pública asuntos sobre los cuales los gobiernos deberían rendir cuentas, máxime cuando está en juego el uso de fondos públicos.

Ecuador bajo presión

Entretanto, la situación de Julian Assange en la embajada ecuatoriana, donde está prácticamente incomunicado desde hace seis meses, es cada vez más insostenible; todo indica que es justamente esto lo que busca el gobierno de Lenin Moreno, que le considera un huésped indeseado y una herencia incómoda del gobierno anterior. La Corte Interamericana ratificó, en julio pasado, que Ecuador tiene la obligación, no sólo de garantizar el asilo, sino de adoptar medidas positivas para que el asilado no sea entregado, lo que sin duda frenó la intención de expulsarlo de la embajada. Desde octubre se le ha impuesto un protocolo de “reglas de convivencia” que atentan a sus derechos básicos y libertad de expresión. Llama la atención, además, que el 21 de noviembre, por decreto presidencial, se cesó al embajador en funciones, Carlos Antonio Abad Ortiz, antes de que cumpla el plazo normal; también se ha cambiado todo el personal de la embajada. Y a partir de diciembre el asilado debe cubrir sus propios gastos de alimentación y comunicación. Todo indica que, al no poder expulsarle, se le quiere hacer la vida tan difícil para obligarle a abandonar la embajada, sea por voluntad propia o por un quiebre de su salud (la cual ya está bastante delicada por el encierro y la falta de acceso a atención médica adecuada).
No es coincidencia que el gobierno de Ecuador, que en el campo internacional ha pasado a priorizar las relaciones de cooperación y acuerdos comerciales con EEUU y Reino Unido, esté sometido a múltiples presiones para rescindir el asilo de Julian Assange. Cuando el Vicepresidente estadounidense, Mike Pence, visitó Quito, en junio pasado, abordó el tema con el presidente Moreno, a instancias de varios senadores, principalmente del Partido Demócrata. Si bien Moreno negó que se haya abordado el tema de Assange, la Casa Blanca lo confirmó y señaló que acordaron mantenerse en coordinación estrecha para los próximos pasos. ¿Se debe entender que las actuales presiones sobre Assange son parte de estos “pasos”?
Ecuador se destacó en el escenario mundial por haber otorgado el asilo a Julian Assange, desafiando la presión de las potencias mundiales. Incluso fue el gobierno actual que le dio la ciudadanía hace un año. Parece que esto quedó atrás, y que, a estas alturas, solo una fuerte campaña internacional en defensa de los derechos de Julian Assange y de Wikileaks podría evitar un desenlace fatídico.

Sally Burch
ALAI

Nota:

[1] Vale reconocer que para el movimiento hacker, el término refiere más bien a la experticia en informática.

Sally Burch, periodista británica-ecuatoriana, es directora ejecutiva de la Agencia Latinoamericana de Información -ALAI-. Twitter @SallyBurchEc

Un gobierno quebrado, un G20 fracturado



Los negociadores y redactores de los países del G20 prevén una “breve” declaración final, que disimule los antagonismos económicos, políticos y militares

Cuando a Mauricio Macri le encomendaron la organización de la cumbre de presidentes del G20, imaginaba, con seguridad, un escenario muy diferente al actual. Tanto para el G20 como para su propio gobierno.
Si Macri guardaba alguna esperanza de que la reunión de Buenos Aires redujera en alguna medida las disidencias entre sus miembros, los últimos acontecimientos han borrado esta posibilidad. La reunión de Buenos Aires tendrá como telón de fondo la acentuación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Como “aperitivo” para la cumbre de estos días, Trump anunció la suba de aranceles a productos de China que hoy representan 200.000 millones de dólares de importaciones desde ese país. La reunión viene precedida también por el acuerdo entre la premier británica Theresa May y la Unión Europea respecto de los términos del “Brexit”, cuyo debate en el parlamento de aquel país ya ha colocado en la picota a su gobierno. Finalmente, y a horas de la “cumbre” de Buenos Aires, ha estallado un grave conflicto entre Ucrania y Rusia por el apresamiento de tres naves de aquel país. Esta crisis podría conducir a que naufrague la reunión bilateral prevista entre Trump y Putin en Buenos Aires. Mientras tanto, los negociadores y redactores de los países del G20 prevén una “breve” declaración final, que disimule los antagonismos económicos, políticos y militares. Del lado del “proteccionista” Trump, su partida de Estados Unidos hacia Argentina ha sido acompañada por el anuncio de cierre de varias plantas de General Motors en aquel país. Significativamente, los directivos de GM le achacan la crisis... al proteccionismo oficial. Es que las represalias internacionales le han cerrado mercados a este pulpo, al tiempo que se han encarecido sus importaciones. Estos anuncios, junto a la evidencia de un desinfle bursátil, anticipan el final de la frágil recuperación económica de la primera parte del gobierno Trump. Guerra comercial, militarismo y guerras lisas y llanas. Este es el escenario del G20, que tiene como anfitrión a Mauricio Macri.

Y por casa…

A este G20 en crisis, Macri no tiene para aportarle más que la realidad de un régimen quebrado, que sobrevive con el pulmotor del FMI. En los días previos a la cumbre, el gobierno Cambiemos ni siquiera pudo exhibir la “paz cambiaria” que había logrado en las últimas semanas, al costo, claro está, de remunerar a los especuladores en pesos con intereses astronómicos y -por ende- paralizar la economía.
La nueva corrida hacia el dólar ha estado acompañada por una fuerte suba del riesgo país -o sea, por la manifiesta desconfianza del capital internacional respecto del rumbo del programa económico oficial. Aún con tasas de interés superiores al 60%, los especuladores abandonan sus colocaciones en pesos. Por un lado, se teme a la bola de nieve insostenible de la nueva deuda del Banco Central, que se renueva cada siete días a un ritmo explosivo y, por el otro, está muy claro que Argentina sólo cuenta con el financiamiento ya pactado con el FMI, y del cual no quedará un peso en 2020. Finalmente, los ‘mercados’ toman nota de las encuestas favorables a Cristina Kirchner en las elecciones del año que viene. Pero la respuesta del kirchnerismo a esta corrida no se hizo esperar: a quien quiera oírlos, Kicillof y Cristina salieron a dar garantías de que no patearán el tablero del FMI y, con él, al edificio ajustador que el macrismo ha pergeñado con la excusa de evitar un default.
Pero la lista de los motivos que -según los analistas financieros- explican la fuga de capitales es más larga y sirve para radiografiar todo el alcance de la crisis de régimen. En estas horas, la crisis de los cuadernos ha llevado al procesamiento del pope mayor de la burguesía argentina, Paolo Rocca (Techint). La concurrencia de la “patria contratista” al banquillo de los acusados le ha asestado un golpe feroz a la participación de la burguesía nacional en la obra pública. Y es aquí donde vuelve a ingresar la cuestión del G20 y la lucha de buitres por la recolonización del país. Los voceros oficialistas presentan a un Macri que, aprovechando su condición de anfitrión, cerraría acuerdos ventajosos con Trump, por un lado, y el presidente chino Xi Jinping, del otro. Pero lo cierto es que el macrismo será un rehén de la guerra comercial entre los dos bloques y, naturalmente, de su propia bancarrota económica. El gobierno argentino ha anticipado acuerdos de inversión con China, entre ellos, la reactivación del proyecto para la central atómica Atucha III. A la concreción de este proyecto se encuentra condicionada la posibilidad de reducir el déficit comercial argentino con aquél país, por un lado, y de sostener la “cuenta corriente” (swap) con la cual China aporta a las reservas del Banco Central, del otro. Pero Trump ha salido al choque con estos acuerdos, señalando al gobierno argentino la “inconveniencia” de avanzar con ellos. Estados Unidos, a su turno, domina la parada en el directorio del FMI, de cuyos recursos depende no llevar a la deuda argentina -que ya representa el 90% del PBI- a la cesación de pagos. La guerra comercial internacional se ha metido de lleno en la Argentina y divide al propio gobierno: mientras “FMI” Dujovne desaconseja los préstamos chinos, el secretario de Energía pretende avanzar con ellos. La alforja del G20, como se ve, es otro factor de crisis política.

Los trabajadores

Pero en estos días, no sólo los especuladores o la burguesía industrial han colocado la lupa sobre el gobierno. El G20 también ha estado precedido por importantes intervenciones obreras, como se ha visto en el paro de Aerolíneas, en Siam, en el parazo de Firestone contra los despidos; en la gigantesca movilización de las enfermeras y enfermeros, en las movilizaciones de los colegios terciarios de Capital y Buenos Aires, así como en la enorme movilización piquetera que encabezó el Polo Obrero bajo los helicópteros norteamericanos que sobrevolaban el cielo porteño. En este cuadro, el fracaso de la superfinal entre River y Boca ha contribuido con lo suyo a la crisis política, al desnudar una aguda pugna al interior del aparato represivo del Estado -el mismo que tendrá que dar cuenta de la inquietud popular contra el ajuste. La marcha de este viernes por el G20 se inscribe en esta tendencia de lucha, de la cual, como ocurre en todos los anteriores episodios, ha desertado la burocracia sindical. Pero también ha desertado el kirchnerismo en masa, tanto político y sindical como “social”. El defol de lucha de la CGT, con la complicidad de las organizaciones sociales opositoras, abre un período importante de luchas por abajo contra la virtual tregua electoral ya en marcha. El gigantesco operativo represivo, que paralizará la Ciudad el viernes 30, apunta a presentar una ficción de “orden” o disciplina social, por parte de un gobierno crecientemente repudiado.
En definitiva, al G20 lo recibirá un anfitrión golpeado por una manifiesta crisis de régimen. Pero una y otra cosa están ligadas: la pretensión del macrismo de “subir” a la Argentina al carro del capital “global” ha quedado severamente golpeada por la crisis capitalista y el derrumbe de su “globalización”, algo que quedará expuesto en la cumbre de este viernes y sábado. En la movilización del 30 le opondremos, a la fracasada aventura macrista y a sus socios internacionales, la unidad internacional de la clase obrera y de los explotados contra los ajustes, el militarismo, las guerras y la barbarie imperialista. Saldremos con la perspectiva estratégica de gobiernos de trabajadores en nuestros países, por la Unidad Socialista de América Latina. A movilizar con todo, junto al Partido Obrero, al Frente de Izquierda y todas las organizaciones que han resuelto ganar las calles ese día.

Marcelo Ramal

miércoles, 28 de noviembre de 2018

"El dialogo internacional debería darse entre los trabajadores" // Marcelo Ramal en Crónica

El FIT repudia la presencia del G20 en Argentina y llama a movilizarse el viernes 30



El 30 de noviembre concentramos a las 13:30 horas en avenida San Juan y 9 de Julio, en la Ciudad de Buenos Aires, donde realizaremos un acto para luego sumarnos a la movilización general contra el G20 que comenzará a las 15.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) repudia la cumbre del G20 en Argentina, que reunirá a los jefes de Estado que ejecutan la política de guerra, militarismo y agresión a los explotados y explotadas de todo el mundo.
Los mandatarios que concurren a Argentina (Trump, Merkel, Macron, May, Putin, Erdogan y otros) son los responsables de las masacres y bombardeos contra los pueblos de Siria, Libia, Irak, Palestina, Yemen, Kurdos, entre otros.
Son quienes, como Trump, militariza toda la frontera de Estados Unidos para reprimir a las caravanas de miles de hondureños y guatemaltecos que huyen de la miseria que provoca el propio imperialismo y sus personeros locales.
O como Macron, que en Francia reprime la lucha popular de los “chalecos amarillos” que se está dando contra la suba de los combustibles y la ruina a las que los ha llevado el gran capital.
O como el derechista gobierno italiano que estigmatiza y reprime la entrada de refugiados del Africa y Siria.
En Buenos Aires, colocarán su agenda al servicio del capital internacional y la hipoteca de la deuda externa.
Las principales potencias imperialistas del G20 son las que comandan al FMI y el saqueo en curso al pueblo argentino: pulverización del salario y las jubilaciones, tarifazos, cierres y despidos, para pagarle la fraudulenta deuda a los especuladores.
Pero el G20 será también el escenario de feroces disputas por el mercado mundial; entre los Estados Unidos de Trump y la burocracia restauracionista de China; Entre estos y la Unión Europea de los ajustes y la persecución a refugiados.
América Latina y Argentina, anfitriones de la Cumbre, serán otro botín de disputas comerciales e incluso militares.
Denunciamos que, en las llamadas reuniones bilaterales, querrá reforzarse el eje de colaboración militar continental con Estados Unidos, por medio de la instalación de nuevas bases imperialistas. El derechista Bolsonaro ya está discutiendo esta posibilidad para la región del Amazonas.
Con el pretexto del narcotráfico y el terrorismo, se quiere reforzar la presencia represiva del imperialismo, con vistas a reprimir la reacción popular de los trabajadores y oprimidos del subcontinente contra los ajustes.
Anticipando esta política de ajuste, el gobierno de Macri y su ministra Bullrich ha montado un feroz operativo represivo en la Ciudad de Buenos Aires para la reunión del G20, con el claro objetivo de bloquear y agredir a quienes se van a manifestar.
El Frente de Izquierda repudia este operativo represivo y llama a defender, con una gran movilización, el derecho a luchar contra el imperialismo, sus gobiernos y sus agentes políticos locales.
El gobierno de Macri es un anfitrión del G20 a la medida de los Trump, Macron y otros. Junto con rendirles pleitesía con el brutal ajuste del "déficit cero" para pagarle la deuda a los especuladores, ha incluido en el debate de la “cumbre” la “cuestión del trabajo”, que no es otra cosa que la promoción continental y mundial de la liquidación de las conquistas laborales.
Quiere servirse del G20 para reinstalar la sanción de la reforma laboral en Argentina, que no ha podido tratarse después del gigantesco repudio de la clase obrera a la reforma jubilatoria.
Denunciamos esta política reaccionaria, que el gobierno del macrismo y sus cómplices del PJ, en el Congreso y en las gobernaciones, aplican todos los días contra los trabajadores argentinos, a cuenta del FMI y de las patronales.
El Frente de Izquierda denuncia también la política del kirchnerismo y sus socios regionales -como Dilma Rousseff y Correa- que le pavimentaron el camino a la derecha en el continente y, luego, ya como opositores, no lucharon contra sus ajustes, cuando no fueron directamente cómplices de los mismos.
En la Argentina, los voceros del kirchnerismo le están prometiendo al gran capital que, en caso de volver a gobernar, respetarán la deuda externa y el acuerdo colonial con el FMI. Cuando presidentas, Dilma y Cristina participaron de todas las reuniones del G20, suscribiendo sus pronunciamientos y políticas reaccionarias.
Al movilizar contra el G20, el Frente de Izquierda plantea el frente unido de la clase obrera del país y del continente, contra el imperialismo, la guerra y todos los gobiernos ajustadores.
Por la independencia política de los trabajadores, frente a los gobiernos derechistas y al progresismo fracasado. A la barbarie capitalista, le oponemos la lucha por gobiernos de trabajadores y el socialismo internacional.

¡Fuera el G20 de Argentina!
Abajo el imperialismo. Abajo el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores. Por la ruptura de todos los pactos con el FMI
Por el retiro de todas las bases militares imperialistas de América Latina
No a las reformas reaccionarias laborales y previsionales
Por el no pago de las deudas externas
Por la Unidad Socialista de América Latina

Contra el G20: ocho reclamos y banderas para llevar a la marcha de este viernes



Ellos son la guerra, la deuda, la miseria. Nosotros somos la caravana inmigrante, los chalecos amarillos, los pañuelos verdes, la lucha antimperialista. Por qué marchamos.

Porque el G20 es el gran circo donde los líderes imperialistas “debaten” cómo se reparten el mundo. Allí estarán los presidentes de 19 países y la Unión Europea, pero también los jefes del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC). O sea, los organismos internacionales que comandan el saqueo a la Argentina y cientos de pueblos del mundo.
Porque vamos a repudiar a esos “líderes” como los repudian en sus países. Saqueadores, racistas, misóginos y guerreristas. A Donald Trump, el millonario que gobierna EEUU y le ha declarado la guerra a las familias trabajadoras migrantes, encarcelando hasta a sus hijos. A Xi Jinping, que puso la mayor parte del armamento para la Cumbre, con el mismo espíritu represivo con el que persigue en su país a huelguistas y homosexuales. A su “gemelo” Vladimir Putin. A Angela Merkel, la canciller alemana que diseñó el brutal ajuste a Grecia. A Emanuel Macron, cuya imagen cayó al 25% tras las reformas previsionales y el aumento de los combustibles. A Giuseppe Conte, el primer ministro italiano que quiere expulsar 500.000 inmigrantes a los que sus funcionarios llaman “esclavos”. Al golpista y ajustador Temer, que no pudo traer de compañero de viaje al "facho" Bolsonaro, como hubiera querido. A Peña Nieto, el presidente mexicano que termina su gestión con los asesinos de los estudiantes de Ayotzinapa impunes. A Sebastián Piñera, el derechista mandatario chileno experimentado en reprimir estudiantes y asesinar mapuches. A Theresa May, la heredera de Tatcher que sigue con la ocupación inglesa de las Malvinas.
Porque nos sentimos cada uno de los agraviados y agraviadas por esos “líderes”. Somos las familias migrantes hondureñas que caminan día y noche hacia la frontera. Somos los estudiantes chinos que apoyan las huelgas y los sindicatos independientes en Jasic y decenas de fábricas. Somos los obreros indios de la Royal Enfield y Hyundai que cumplen 50 días de huelga. Somos los huelguistas de Amazon en Alemania y España, que se rebelan contra sus pésimos salarios. Somos los inmigrantes que huyen de las guerras que siembra el imperialismo en África y Asia, los “esclavos” que arriesgan sus vidas en el mar y ante los guardacostas europeos. Somos los “chalecos amarillos”, los ferroviarios y los jóvenes franceses que dicen “¡abajo Macron!”. Somos los comuneros mapuches. Somos los 43 de Ayotzinapa.
Porque somos las cientos de miles de mujeres que marcharon en EE.UU. rechazando al misógino Trump. Somos el movimiento LGTBI que enfrenta el régimen opresivo de Putin. Somos las jóvenes sudafricanas que denunciaron ante el presidente Cyril Ramaphosa que su país tiene el récord mundial de violaciones y los femicidios no paran de crecer. Somos las estudiantes chilenas por la educación pública. Somos las pibas de la marea verde que hicieron temblar Argentina y su grito sacudió a las mujeres de otros países.
Somos esa bandera internacionalista que se agita delante de cada lucha de la clase trabajadora, del movimiento de mujeres y de la juventud del mundo que enfrentan a los más odiados.
Porque vamos a rechazar que Argentina se siga arrodillando ante las grandes potencias. A repudiar la entrega que Macri sigue haciendo de nuestros recursos y la explotación de la clase obrera. Porque quiere firmar acuerdos con EE.UU. para explotar Vaca Muerta, con China para “obras públicas” y con otras potencias para que los dos tercios de las grandes empresas del país sigan estando en manos del imperialismo. Pero sobre todo, para seguir pagando “religiosamente” la deuda a los especuladores. En el Presupuesto 2019 acaban de destinar $ 600.000 millones para “intereses de deuda” a pedido del FMI.
Porque vamos a repudiar el operativo represivo que montó la impresentable ministra Bullrich con los jefes militares y de inteligencia de Trump, Putin, Xi Jiping y Merkel. Porque van a gastar $ 12.085 millones en logística y armamento para sitiar la ciudad con 20 mil efectivos de fuerzas propias y extranjeras. Todo ese arsenal para intentar amedrentar y desalentar a quienes quieran movilizarse. Por eso vamos a defender el derecho a manifestarnos, vamos a rechazar la criminalización de la protesta que en los últimos días se cobró dos víctimas populares y a repudiar la militarización de la ciudad.
Porque vamos a rechazar el saqueo de nuestros recursos, la contaminación y la destrucción del medio ambiente que los líderes del G20 vienen a consagrar. En los últimos días un informe científico denunció que “el cambio climático está transformando dónde y cómo vivimos, y presenta un desafío creciente para la salud pública y la calidad de vida, la economía y los sistemas naturales que nos ayudan a vivir”. Trump dijo “no le creo” y se niega a firmar los acuerdos para la reducción de emisión de dióxido de carbono y el calentamiento global. Quieren destruir el planeta para las futuras generaciones.
Por todo eso, este viernes tenemos que estar allí. Para levantar nuestra voz y nuestras banderas contra los poderosos que hunden a millones en guerras, hambre y miseria. Para rechazar la entrega del país, el pago de la deuda y el saqueo en marcha. Para hacer nuestras cada causa de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud que se levanta contra este sistema de explotación y miseria.
Vení con el PTS en el Frente de Izquierda al acto antiimperialista y anticapitalista, y después a marchar con nosotros. Este viernes 30 a las 13:00 horas, en Av. San Juan y 9 de Julio.

Lucho Aguilar
@lukoaguilar

Un asesino en casa: llegó a Argentina el príncipe heredero de Arabia Saudita



En medio de las acusaciones por el asesinato del periodista Khashoggi y el genocidio que lleva adelante en Yemen, el príncipe heredero Mohamed Bin Salman fue recibido con honores en Argentina.

El perfil del príncipe heredero de la corona saudí es tan parecido a un prontuario, que el propio gobierno argentino tuvo que aclarar que tiene inmunidad diplomática y no será detenido en el país.
La preocupación tenía que ver con la denuncia presentada el lunes por la organización Human Rights Watch, en la que pedía a la Argentina que aplique una cláusula de la Constitución sobre crímenes de guerra para investigar la presunta implicación del príncipe en posible crímenes contra la humanidad en Yemen y en la muerte del periodista Khashoggi.
Los brutales ataques sobre Yemen, que son llevados adelante con armamento estadounidense y han sido cuestionados por todas las organizaciones de derechos humanos del mundo, tienen como objetivo enfrentarse en forma indirecta a Irán, enemigo de la monarquía saudita en la región y señalado como una de las principales amenazas por Trump.
Además de la guerra contra la población de Yemen, Bin Salman está envuelto en un escándalo de magnitud internacional, tras el brutal asesinato del periodista saudí opositor, Jamal Khashoggi.
Khashoggi, que estaba autoexiliado en Estados Unidos y escribía en el Washington Post artículos críticos sobre la monarquía saudí, fue asesinado en la embajada de Arabia Saudita en Estambul. Según audios de la inteligencia turca a Khashoggi lo habrían asesinado y descuartizado dentro de la embajada y enterrado su cuerpo en distintos lugares.
La propia CIA presentó un informe sobre una conversación telefónica donde se escucha a Salman diciendo que había que silenciar al periodista. Sin embargo el príncipe heredero cuenta con el respaldo y apoyo de Trump, lo que es suficiente para que pueda pasearse por la Cumbre en Argentina con total impunidad.

Un asesino en casa

En la mañana de este miércoles muchos trabajadores y trabajadoras se desayunaron de la llegada de Bin Salman por el caos que generó su comitiva cerrando el tránsito en la autopista, en plena hora pico, y partiendo el sur de la ciudad al medio, cortando la Avenida Entre Ríos.
Este asesino apañado por Estados Unidos y recibido con honores por el gobierno de Macri, cuenta con inmunidad diplomática para evitar ser detenido por sus crímenes. Se podrá pasear por las calles de la ciudad y hacer ostentación de su poder, lo que incluye el bizarro pedido de tener a su disposición inodoros de oro (que se hizo traer de su país) y una exclusiva grifería inglesa.
Sus excentricidades contrastan con las miserables condiciones de vida a las que ha llevado al pueblo yemení, mediante bombardeos genocidas que ya provocaron más de 10.000 muertos y "la peor crisis humanitaria" en el mundo, según la ONU.
Antes de llegar a Buenos Aires, el príncipe saudí pasó por Túnez, donde hubo manifestaciones en las que le acusaron de asesino por la muerte de Khashoggi.
A contramano de las exigencias de las organizaciones de derechos humanos en todo el mundo, Macri va a recibir Salman con honores y ya anticipó que mantendrán una reunión bilateral. Lo mismo ocurrirá con otros mandatarios que asistirán a la reunión del G20 que, cómo se ve, no tiene reparos en recibir asesinos, como lo hace con otros mandatarios responsables de guerras, racismo, xenofobia, homofobia y misoginia, que sufren los pueblos del mundo.

LID

Movilización de repudio al G20 | 30 de noviembre. Buenos Aires. Argentina

Myriam Bregman | Siempre del mismo lado

Cristina propone sumar a los antiderechos celestes ¿para ir contra la derecha?

El Gobierno legaliza el trabajo infantil en el norte argentino

El Gobierno de la norteña provincia argentina de Jujuy - el mismo que mantiene presa sin sentencia firme desde hace casi tres años a la lideresa social y diputada al Parlasur, Milagro Salas- dio luz verde a las empresas tabacaleras y a otros grupos empresariales para emplear a menores de edad.
En lo que va de 2018, el Gobierno de la alianza oficialista Cambiemos otorgó 45 autorizaciones oficiales para el trabajo de niñas y niños de entre 10 y 17 años, un medida que alarmó al país y produjo cruces a nivel político y social.
¿Qué implica ésta explotación infantil en un contexto crítico? Cuando los capitales avanzan y el Estado se desdibuja, la filosofía de la maximización de ganancias no encuentra freno, aún cuando se trate del proyecto de futuro de una sociedad.
Los datos de la primera Encuesta de Actividades de Niñas, Niños y Adolescentes (EANNA) realizada por el Ministerio de Trabajo, señala a Argentina como un país que históricamente ha mantenido tasas bajas respecto de este problema y pone en relevancia la reducción de la tasa de trabajo infantil.
Este proceso se evidenció a nivel regional durante los años 2000 y 2016, en coincidencia con los períodos en que la región estuvo gobernada por proyectos políticos que promovieron procesos redistributivos e inclusivos de amplias masas de la población. Pero ¿qué sucede hoy cuando el Estado se desdibuja?
El estudio recoge información entre los años 2016 y 2017 y revela que 9,4% de los niños argentinos realiza alguna actividad productiva y que cuando se habla de poblaciones rurales, la cifra se duplica: el 20% de las niñas y niños de entre 5 y 15 años que viven en zonas rurales del país, realiza alguna actividad productiva.
El 70% del trabajo infantil del mundo, se concentra en el sector agrícola, según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Expresado en números, hay en Argentina más de un millón 100.000 menores de 18 años que participan en actividades económicas, productivas o domésticas intensivas, interrumpiendo su formación y desarrollo.
Si se toma la problemática a nivel nacional, según UNICEF, en América Latina y el Caribe, unos 17,4 millones (16%) de los niños y niñas de 5 a 17 años trabaja, y según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 77% realiza trabajos peligrosos. Esta cifra equivale a cinco veces la población total de Uruguay. Si el total de niños y niñas trabajadoras conformara la población de un país, sería el octavo país más poblado de América Latina sobre un total de 33.
Aunque en comparación con la tasa regional las cifras argentinas no parecen alarmantes ¿a cuánto debe llegar esta cifra para que represente un llamado de atención a nivel gubernamental? En este contexto, la actitud permisiva del gobierno de la provincia de Jujuy, frente al tema es un dato a destacar. ¿Será el inicio del ascenso de esta tasa para el país y la región?

Retrocesos

Entre las principales causas que dan origen a esta problemática social y humanitaria se encuentra la pobreza; la falta de acceso a una educación de calidad completa un círculo vicioso de origen y reproducción de este problema.
El patrón cultural, como la naturalización del trabajo infantil -en el caso argentino avalado por la Ley- complica la situación en los contextos en los que los gobiernos son más benévolos con los intereses empresariales.
Marcelo Nasiff, diputado jujeño del oficialismo , justificó el empleo de niños y niñas para “tareas livianas” como “encañar y desencañar tabaco”, en la Legislatura de Jujuy donde otros diputados opositores pidieron explicaciones.
“En el campo los chicos ayudan a sus padres, en esas frágiles economías, y muy bien les vienen algunos pesos que hacen con el trabajo que sólo los chicos pueden hacer”, justificó. Aclaró que los niños “no van a hacer cosas que no pueden hacer”, dividiendo así las tareas que estarían permitidas para el trabajo infantil de las que no.
Según Nasiff, el trabajo y las herramientas de trabajo “no matan a nadie.Es bueno que todos aprendamos porque hay algunos que si de chicos ni ven una pala cuando la ven de grande se infartan”.
De acuerdo con los datos que dió a conocer la EANNA, en la región norte donde se encuentra ubicada la provincia de Jujuy, el porcentaje de niños y niñas que trabajan escala a 13%, tres puntos por encima de la cifras nacionales . Allí las principales actividades productivas, vinculadas al trabajo agrícola, configuran realidades sociales excluyentes, condenando a familias completas a trabajos forzados, en condiciones de precariedad y con salarios bajos.
No son buenos los pronósticos si se consideran, como lo plantea un informe de la OIT, las vinculaciones entre contextos de crisis financiera y el crecimiento de las cifras de trabajo infantil. Los procesos inflacionarios, la contracción de la economía y las pérdidas de puestos laborales formales, ponen en la mesa familiar el problema de la urgencia económica, que obliga a buscar alternativas.
En agosto de 2018 el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica (UCA) advirtió que el porcentaje de pobreza alcanza a 33% de la población y que uno de cada 10 personas se encuentra en situación de indigencia.
En un mundo globalizado, donde el sistema económico necesita maximizar sus ganancias para repartir entre unos pocos, la explotación laboral de niños y niñas es uno de sus destinos preferidos.
¿Qué medidas ha tomado el Gobierno argentino al respecto? En 2015, un fallo de la Corte Suprema de Justicia disolvió el Registro Nacional de Trabajadores Agrarios (Renatea), que intentaba avanzar en la fiscalización para el control del Trabajo Infantil en el campo y en la consolidación de alternativas, como espacios de cuidado para niños y niñas y programas de alfabetización y capacitación para los trabajadores y trabajadoras.
En el mismo sentido, este año, cerró la Secretaría de Agricultura Familiar, destinada a acompañar a los pequeños productores, hoy desamparados frente a los monopolios de la producción de alimento y la concentración de la propiedad en cada uno de los eslabones de la cadena de valor.
La definición que rige a las legislaciones respecto del trabajo infantil se expresa de manera diferente en cada país, obedeciendo a realidades particulares que “obligan” a considerar situaciones como el trabajo en el seno familiar o para el auto consumo.
La legislación argentina acompaña la definición de la OIT respecto de las prohibiciones al trabajo infantil, por considerar que interfiere con el desarrollo del niño, pero contempla tareas aceptables que se incorporan como excepciones a la norma general. Así, en la ley 26.390, artículo 189 bis, se permite el trabajo para los niños de 14 años y más en la empresa familiar, bajo ciertas condiciones.
La ley no ayuda en este contexto de disputa, donde en brutales condiciones de desigualdad y cuando no hay un Estado presente, los actores que pugnan son los poderes económicos (las empresas), en la búsqueda de maximizar ganancias, contra las familias inmersas en contextos laborales cada vez más adversos.
La crisis recrudece la voracidad de los capitales por reducir costos y pone a las familias en contextos de vulnerabilidad. La permisividad legal, lo avala.
Al analizar un poco más a fondo los datos de los niños y niñas trabajadoras en Argentina, surge que un 57,5% en el área urbana lo hace por la necesidad de ayudar a su familia por cuenta propia, mientras que, en áreas rurales, el número alcanza a 50,1%. El 5,7% de niñas y niños que trabajan, entre la población urbana, no asiste a la escuela, mientras que en el ámbito rural el porcentaje asciende a 10,1%.
En pleno siglo XXI, somos conscientes de que el trabajo infantil amenaza la integridad física y psicológica, el proceso de educación y acceso a la salud en millones de niños y niñas. En un contexto de neoliberalismo en ascenso estas desigualdades amenazan con profundizarse dejando presos a los niños y niñas en condiciones cada vez más degradantes de vida.

Javier Pellegrina, abogado, analista-redactor argentino del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

martes, 27 de noviembre de 2018

Candombe, tambores de lucha



El documental “Candomberos – De dos orillas”, presentado en el festival de Doca, aborda la historia de resistencia del género y de la cultura afrodescendiente en Buenos Aires y Montevideo.

En el marco del 1° Festival Internacional de Cine Documental DOCA tuvo lugar el sábado 24 de noviembre el preestreno de “Candomberos - De dos orillas”, dirigido y producido por Ernesto Gut (Cuarenta balas - El caso Fischer-Bufano; Una historia de Madres: 40 Años de Lucha).

Este documental, filmado durante cinco años de trabajo en Buenos Aires y Montevideo, aborda el surgimiento y líneas trazadas en la historia del género musical del candombe en ambas orillas del Río de la Plata. La película atrapa desde el primer momento hasta el final. Los artistas muestran su arte y relatan su experiencia histórica de lucha por permanecer como género musical, tanto en la actualidad como en el pasado.
El candombe, tal como explica uno de los entrevistados y protagonista del documental, ha sido borrado de la memoria histórica en la tradición musical porteña y reprimido durante años en Montevideo. Al preguntarse dónde está el género, donde está el acervo cultural de los negros en Buenos Aires, afirma que “los negros en esta ciudad son los primeros desaparecidos…”. Del otro lado de la orilla, Montevideo, el film realiza un recorrido por historias de barrios Sur y Palermo, llevándonos a la cuna de un mundo plagado por el acervo cultural de los afrodescendientes que hacía “temblar los conventillos al ritmo de los tambores”.
Como dijo uno de los espectadores, “el relato se realizó con sensibilidad y cariño, amén de las tomas y la fotografía excelentes.” Y como agrega otro: “la fotografía increíble y el ritmo del documental está muy bien. El foco en el sentir de las personas, nuestra geografía y obviamente la músico” Son algunas de las impresiones de los que vivieron el preestreno de este gran trabajo a sala llena en el Gaumont, que terminó -como no podía ser de otra manera- con la comparsa África Ruge tocando en las puertas del cine.

Ricardo Lusso

La Corte santificó que los salarios paguen Ganancias



Un fallo a la medida de los capitalistas.

La Corte Suprema finalmente emitió un fallo que establece que los jueces ingresados al Poder Judicial a partir del 1° de enero del 2017 deberán comenzar a pagar el impuesto a las Ganancias como lo establece una ley aprobada en el 2016 cuya aplicación estaba frenada por una medida cautelar, ahora derogada por el máximo tribunal.
La decisión, que se presenta como acotada a esa escala de altos funcionarios del Poder Judicial, en realidad es un golpe al conjunto de los trabajadores porque, en primer lugar, santifica que los salarios son ingresos pasibles de ser gravados por ese impuesto y los incorpora en el concepto de ganancia.
El alcance amplio, además, se ratifica en la misma acordada, ya que la Corte establece que no solo los jueces deberán aportar Ganancias, sino que la imposición también alcanza a empleados, funcionarios, fiscales y auxiliares de justicia que hubieran asumido en sus cargos a partir del primer día del 2017.
Este es un aspecto de la decisión de la Corte que satisface enormemente al gobierno. Es que, más allá de la campaña oficial donde éste exhibía que el no pago por parte de los jueces suponía que el Tesoro dejaba de ingresar $6.000 millones al año, lo que supuestamente se corregiría con la aplicación de la ley –y ahora la acordada– en realidad, de momento, el ingreso para las arcas del gobierno es mínimo, ya que solo alcanza a la franja de quienes ingresaron al Poder Judicial en los dos últimos años.
La decisión de la Corte es un punto de apoyo para la ofensiva oficial contra el conjunto de los trabajadores que cobran por encima del mínimo no imponible. Justamente contra esta imposición es que los trabajadores del transporte realizaron hoy un paro que la burocracia limitó al pequeño lapso de 4 a 7 de la mañana.
El fallo le da un barniz “popular” a la generalización del impuesto al salario, frente a los “privilegios” de la casta judicial. El gobierno lo valora tan así que el ministro de Justicia, Germán Garavano, salió rápido a saludar a la Corte y se mostró exultante porque el tribunal hace “cumplir la ley”. Otro de los hombres del gobierno vinculado a la Justicia, Pablo Tonelli, miembro del Consejo de la Magistratura, celebró calurosamente la medida y añadió que "esta sentencia contempla la necesidad de fomentar y respetar el principio constitucional de igualdad en las cargas públicas”. Sin embargo, el presidente del tribunal, Carlos Rosenkrantz, anticipó su acuerdo con el pago del tributo si tuviera como contrapartida un incremento de los salarios de los jueces. El resultado, para las arcas del Estado, puede llegar a ser inocuo, no así para los empleados judiciales ni para el resto de los trabajadores.
Para el gobierno –y la oposición pejotista, coautora de la ley de perpetuación del impuesto al salario–, son ganancia los miles de millones de pesos de beneficios de los grandes capitalistas y sus empresas –que, además, tienen especialistas en la tarea de como evadir impuestos– y también lo es el salario de un trabajador, que cubre con él sus necesidades de subsistencia.
Uno de cada cinco trabajadores tiene retenciones por este impuesto y hoy lo pagan 560.000 trabajadores más que en el 2015. Sobre 1.939.994 titulares que aportan Ganancias, 1.638.433 son trabajadores en relación de dependencia (Clarín, 4/10).
El salario no es ganancia. Además, los trabajadores ven sus ingresos seriamente gravados por impuestos no evadibles como el del Valor Agregado (IVA), que se paga con cada una de las compras de los bienes de consumo y que recaen mayoritariamente sobre los sectores populares.
Rechazamos el pago del impuesto al salario. Que lo paguen los capitalistas, no los trabajadores. Basta de exacciones al salario.

Nelson Marinelli

Así serán las movilizaciones contra el G20



El 30 de noviembre, un conjunto amplio de organizaciones políticas y sociales nos movilizaremos contra el G20, la reunión de los líderes del imperialismo mundial, responsables de las guerras, masacres y la militarización general que sufren los trabajadores y sectores populares en todo el mundo. Con las guerras comerciales entre Estados Unidos, China y la UE como cuestión de fondo, el G20 discutirá reformas previsionales y laborales contra los derechos de los trabajadores activos y los jubilados para seguir descargando la crisis sobre las espaldas de los trabajadores de todo el mundo.
Desde el miércoles 28 el Partido Obrero impulsará actividades de difusión, en todo el país, para debatir con los trabajadores este planteo. Ese día, a las 18h, frente al Congreso, realizaremos una actividad central con Néstor Pitrola, Vanina Biasi, Marcelo Ramal, la diputada nacional Romina Del Plá y el legislador porteño Gabriel Solano.
El viernes 30, a las 13.30, el Frente de Izquierda realizará un acto en Av. San Juan y Av. 9 de Julio por el frente único de la clase obrera contra el imperialismo y por la independencia política de los trabajadores. Luego, a las 15, participaremos de la convocatoria del Encuentro Memoria Verdad y Justicia con las consignas No al G20, Abajo el acuerdo Macri – FMI, Fuera Trump y demás líderes imperialistas, Fuera Bolsonaro, por el no pago de la deuda externa, No al ajuste, la entrega y la represión.
Nuestro partido, sin embargo, no suscribe el documento “consensuado” por la mayoría de los grupos que participan de la marcha, debido a que han decidido no denunciar la complicidad del PJ y sus gobernadores con el ajuste macrista ni la participación de CFK y los gobiernos ´nac&pop´ de la última década en el G20.
Los prolegómenos de la reunión del G20, que incluirá el despliegue de 20 mil efectivos policiales y un virtual estado de sitio sobre la ciudad de Buenos Aires, han estado marcados por una intensificación de la represión. En estos días fueron asesinados dos militantes de la Ctep, Marcos Soria y Ricardo Orellana, y el gobierno se lanzó a un operativo de detenciones, provocaciones y amedrentamiento que alcanzó también a las luchas obreras, como Siam.
Con estas medidas, Bullrich y Macri buscan hacer de buen alumno frente a sus mandantes imperialistas.
El 30, repudiemos la cumbre de los responsables del hambre y las guerras imperialistas en el mundo.

Prensa Obrera

Violencia contra la mujer y Estado capitalista



La cifra de un femicidio diario, las tasas de embarazos entre niñas y adolescentes que al menos registra 3.000 nacimientos anuales de gestaciones llevadas a término o la constatación de que entre el quintil más pobre de la sociedad las mujeres representamos el 70% de esa franja más castigada, en la que la brecha salarial salta a más del 40% son, definitivamente la muestra de que el Estado capitalista ha educado desde su creación bajo los principios de una particular opresión y explotación hacia la mujer.

Hoy es el día internacional de acción contra todas las formas de violencia hacia las mujeres. Rememora el asesinato de las “mariposas” Mirabal por parte de la dictadura de Trujillo en República Dominicana. Un asesinato político del Estado contra tres mujeres que se rebelaron contra la barbarie criminal impulsada por el imperialismo.
Las mujeres en nuestro país, nacidas aquí o no, descendientes de pueblos originarios o de europeos, las migrantes, las ocupadas, las desocupadas y precarizadas, las pibas de los colegios, la comunidad LGTBI, son las protagonistas de una rebelión contra la violencia del Estado desde hace 3 años que alumbró un despertar de este movimiento en otras partes del mundo.
La violencia contra la mujer no es acción natural ni desvio cultural nacido de la nada. El Estado capitalista hunde sus raíces en ella. La iglesia, los partidos del régimen, los gobiernos educan en ella, porque el fomento de la violencia entre pares es un instrumento de dominación económico, político y social de primer orden y fundamental para garantizar la tasa de beneficio del capital.
Las organizaciones que defienden el régimen de explotación, se inscriben en el llamado “neoliberalismo” o en el nacionalismo, sostienen las bases materiales y sociales de la violencia estatal.
En este nuevo aniversario que será coronado con una movilización callejera en todo el país y en el mundo, la principal batalla es la de defender las aspiraciones del movimiento de mujeres sin arriar banderas ni colocar sus demandas en un plano secundario.
Si el ataque a la “derecha neoliberal” no es con un programa definido de guerra contra ella, entonces es una estafa que busca que seamos el vehículo de un pasamanos en el poder del Estado, otorgando privilegios a un puñado de burócratas para que defiendan intereses contrarios a los de las mujeres. La falacia de punta a punta que representa este artilugio es la base política sobre la que está montada el “Volveremos 2019”.

Si la alianza es con la iglesia, no lo es con las mujeres.

Si la alianza es con el FMI, entonces no es con las pibas ni con las trabajadoras, no importa cuánta teoría sociológica barata se esgrima para justificarla.
Brasil es un testimonio cercano de esta advertencia politica. #EleNao es el grito de las mujeres brasileñas que hoy se ven obligadas a poner el cuerpo contra el fascismo que llega al poder precedido por la derechización completa del propio PT, la ejecución de un brutal ajuste de su parte y luego la parálisis ante el golpe de estado contra su gobierno y contra la detención de Lula.
La Cámpora, en boca de su máximo referente “Cuervo” Larroque ha defendido que no hay propósito ni programa en ellos que implique luchar o fomentar la separación de la Iglesia del Estado.
La propuesta de CFK , primero de no enojarse con la iglesia para luego pasar a poner en pie una monumental falacia al respecto de las creencias populares de los que rezan o no rezan, para finalmente fomentar la coexistencia entre verdes y celestes constituye un operativo político contra las niñas y mujeres.
Las recientes promesas de sostenimiento de negociaciones con el FMI por parte del bloque político que quiere encabezar una alianza para destronar a Cambiemos, van poniendo sobre la mesa un programa de ataque a las mujeres, que, de la mano de la Iglesia y del FMI no tiene más que destinado hambre, miseria y resignación para las mujeres.
No buscamos edulcorar nuestras penurias, no aspiramos a que las sometidas sigan siéndolo con un plan social unos pesos por encima de los actuales, ni con discursos progres con vivencias y realidades reaccionarias. No hay margen para combatir la violencia contra la.mujer sin combatir a los gobiernos que defienden intereses capitalistas sostenidos sobre la opresión a las mujeres.
Esta operación política se puso en marcha el mismo día que las iglesias con la anuencia de todos los bloques políticos patronales a excepción del FIT, sancionó la derrota parlamentaria del aborto legal.
El intento de punto final a la rebelión de la ola verde, que se gestó con movilizaciones masivas, paros nacionales e internacionales y la maduración de la lucha contra la Iglesia está en marcha y vamos a combatirlo. La marcha contra la violencia, el #8M y el Encuentro Nacional de Mujeres de La Plata seran testimonio de luchas políticas en el seno del movimiento de mujeres y de acciones.
El ajuste en curso que tanto profundiza las violencias contra las mujeres es el fruto de una politica macrista acompañada fielmente por los y las gobernadoras peronistas, por la dirección de los sindicatos burocráticos y por la contención social que fomentan organizaciones ligadas al clero.
La lucha conciente e independiente de estos sectores es la llave para avanzar en nuestras demandas.
Este 25 de noviembre puede ser el puntapié de la organización de un gran paro internacional de mujeres para el próximo 8M sobre la base de un programa claro de acción y lucha contra los ajustadores de todos los colores y latitudes.

Vanina Biasi

Rafael Nahuel, un año de impunidad

Este lunes 26 el Juzgado Federal de Bariloche amaneció vallado y robustamente custodiado. Es el centro de la inutilidad y complicidad de un juzgado que a un año y un día del asesinato por la espalda de Rafael Nahuel no da respuesta, y las consecuencias de su inoperancia voluntaria eran más que esperables. No ha encarcelado a los implicados del grupo Albatros [NdeR: de Prefectura] que en Villa Mascardi el 25 de noviembre de 2017 descargaron una lluvia de plomo a la ocupación mapuche de la lof Lafken Winkul Mapu. Tampoco ha encarcelado a toda la cadena de mando correspondiente. Todo el agravio que la comunidad ha vivido y vive desembocó en la muerte de un joven de 21 años que abrazó el peso de su identidad y decidió unirse a la reivindicación.
Hoy él es una causa en sí misma. En su memoria y por la falta de respuestas, una movilización fue organizada por sus padres. Ellos reclaman justicia. Su comunidad repudia la falta de respuestas por el asesinato, por la persecución de su gente y el des-oimiento total de la lof Lafken Winkul Mapu. Persiguen a los testigos de la comunidad y apañan a los responsables del asesinato. Es una tomada de pelo a la familia, que dividen sus preocupaciones entre tener las ollas con comida y creer en que existirá justicia.
Luego de la movilización, el grupo se concentró frente al nefasto juzgado. “Ya no soy persona, no me importa si me matan […] sicarios, son ustedes los que matan por un salario, no van a dormir tranquilos” gritaba una mujer antes de que se la llevaran en patrullero, apresada antes de cualquier disturbio, palpada sin portar armas, todo registrado en cámaras. Ante este hecho la gente se dispersa, pero las fuerzas acordonan a quienes se corrían de la escena incluso subidos a la vereda. Entre ellos madre, padre y hermano de Rafael. APDH [Asamblea Permanente por los Derechos Humano] mediante pidiendo que los dejen moverse. Acorralándolos como si fueran criminales. No podían pasar, pero no se dejaron amedrentar “Nosotros queremos justicia para Rafael: que vayan presos los responsables”, repetía su madre. “Pedimos hablar con el juez, tiene que entender que no podemos venir cuando nos citen, porque vivimos de changas”, dijo el padre. Los medios capciosos mostrarán las imágenes posteriores -para presentarlos como supuestos criminales-, de un pueblo agraviado descargando su dolor en un juzgado del que no pueden esperar nada: ni justicia, ni que los comprenda, ni que los escuche.
No es aleatorio el origen humilde de Rafael, es producto de la historia miope en la que habían visto su oportunidad de explotación los dueños del pasado lejano y cercano. La exclusión en una sociedad irracional y obsecuente. Carne de trabajo que mediante la vulnerabilidad le negó una y otra vez a su familia un piso desde el cual despegar. Hasta que Rafael comprendió que ese no era su destino, que mendigando dignidad no encontraría más que migajas, y que tenía que sudar y erguirse por restituir el futuro que en el pasado le arrebataron. No era ataque, era defensa. No había armas, solo herramientas con las que levantaban precarias construcciones para resguardarse en un pedazo de tierra en el que querían desarrollarse. Pero ese pedazo de tierra hace agua la boca de la especulación inmobiliaria. Por esa tierra se mata, como se mató a Rafael Nahuel sin remordimientos y se persiguió (y persigue) a los que defienden su causa y su pedido de justicia también.

Desde Bariloche.
Por L.D.B

lunes, 26 de noviembre de 2018

"La gente quiere trabajar, no un plan social" // Eduardo Belliboni en A24

La podredumbre que se oculta detrás del escándalo en el clásico Boca-River



Negocios millonarios y crisis política.

El entramado que se esconde detrás del escándalo que generó el ataque al micro que llevaba hacia el Monumental a los jugadores de Boca, incluye tanta podredumbre que ya le resulta imposible al gobierno y a los dirigentes de los clubes y de la Conmebol, evitar la aparición de pruebas de falsedad en la afirmación de que los responsables de la agresión y sus consecuencias son simplemente “los 15 inadaptados que perjudicaron a millones de personas que esperaban ver el partido en paz”.
El chofer del ómnibus dijo con todas las palabras algo que aparece como evidente: “la zona fue liberada” por parte de la policía y las otras fuerzas para que los barras pudieran lanzar las piedras y botellas que rompieron los vidrios y golpearon al propio conductor y a varios de los jugadores.
El periodista Gustavo Grabia, de Infobae, que es especialista en el tema barras, dice que no se tomaron las medidas de seguridad habituales y que esto “no hubiese ocurrido si el servicio policial seguía el protocolo de actuación habitual para este tipo de encuentros”, es decir colocar vallas para que los barras no se pudieran acercar. “El vallado se ubica a 50 metros, algo que esta vez no se hizo”.
La crisis remontó hacia los funcionarios responsables y desnudó las peleas que los enfrentan. Después de muchas horas sin decir media palabra, Rodríguez Larreta –previa charla con Macri– incriminó a la policía de la Ciudad por los “errores que pudo haber habido en el operativo”, quitándole responsabilidad –para evitar una crisis mayor– a Patricia Bullrich, responsable del megaoperativo de seguridad para el G20 de la próxima semana, quien hace una semana se ufanaba de poder controlar sin problemas la seguridad en el clásico.
El columnista de La Nación, Claudio Jacquelin, destaca la gravedad para el gobierno de lo que sucedió en los alrededores del Monumental, ya que “millones de personas en todo el mundo estaban atentas al partido”, que se jugaba días antes de la cumbre. Destapó la cantidad excesiva de horas que tardaron en aparecer funcionarios del gobierno para dar la cara y que esto se debió a las graves peleas internas entre Ciudad y Nación por la responsabilidad de los sucesos, ya que estaban a cargo en la zona fuerzas de la policía de la Ciudad y la Prefectura que depende de Patricia Bullrich.
Informa, asimismo, que el propio Macri habría pedido que “las bochornosas internas se calmaran” por lo inapropiado del momento y que las peleas entre la administración porteña y la nacional en temas de seguridad son permanentes y que alcanzan a temas que van más allá de estos.
Es inexplicable –dice– que pueden haber estado centenares de hinchas de River a metros del ómnibus y por qué “se ve a Prefectura impertérrita durante los incidentes. Trabajo para los investigadores”, añade, mostrando la crisis que se desenvolvía por detrás de los incidentes.
En un primer momento, los dirigentes y los pocos funcionarios que dieron la cara intentaron limitar toda la responsabilidad del escándalo a “un grupo de inadaptados”, tratando de que la cadena de responsabilidades se cortara en el anillo más bajo, sin llegar siquiera a las fuerzas de seguridad de la Ciudad y nacionales y, mucho menos, subir hacia las responsabilidades políticas de los funcionarios de seguridad porteña y de la cartera de Patricia Bullrich.
Pero los intereses encontrados, generadores de una crisis que el gobierno trata de morigerar pero que aún no han logrado bloquear, hace que salten a la luz que, en el terreno marginal –pero de una repercusión enorme– del partido por la copa Libertadores, aparezca la descomposición de un gobierno que tiene goteras en distintos lugares del techo.
Rodríguez Larreta también trató de colocar el centro del problema en las barras. Dijo que el ataque estaba vinculado con el allanamiento a la casa del jefe de la barra de River donde se encontraron 300 entradas para el clásico y $10 millones. Pero escondió que el jefe de la barra –Héctor “Caverna” Godoy– no fue detenido pese a que era un delito flagrante y a que, luego, amenazó con hacer lo que luego sucedió. “Caverna” obtuvo la excarcelación en mucho menos tiempo que los detenidos sin prueba durante la jornada del 18 de diciembre contra la reforma previsional.
Además, los funcionarios insisten en que las entradas incautadas eran “para que ingresara la barra y que, como no pudieron hacerlo, organizaron el ataque”. El mismo Grabia y un periodista del diario La Voz del Interior los desmienten. Dicen que entre 150 y 200 barras ya habían ingresado sin entradas, sin que la policía hiciera nada para impedirlo, pese a que las autoridades y hasta la Justicia sabían que habían amenazado a los empleados para que les levantaran los molinetes para dejarlos entrar al estadio.
En realidad, se trata de algo más que las dificultades para el ingreso. Es la reventa de entradas que, si siempre es un importante negocio, en estos dos partidos por la copa Libertadores, alcanza montos millonarios.
Las entradas para el primer partido en la reventa llegaron a cotizarse hasta a $50.000. Es decir que, si los valores se mantienen –y es de suponer que es así– esas 300 entradas –y no hay por qué descartar que hubiera más en manos de los barras– pueden suponer $15 millones; bastante como para repartir entre “Caverna” y varios comisarios.
El periodista de La Voz añade que, “más allá de los pases de factura por la contingencia que se materializaron en la noche del sábado entre los ministerios de Seguridad de ambas jurisdicciones (Ciudad y nacional)” estaría también “el conflicto policial” con sectores de la antigua Federal que no quieren estar en la policía de la Ciudad.
Lo cierto es que este desmadre ha liquidado lo que quedaba de futbolístico en el clásico y ha mostrado hasta qué punto, aún en este hecho, se trasluce la podredumbre de un gobierno y un sistema para el cual el fútbol importa poco como deporte. Es un gran negocio capitalista y de carrerismo y utilización política.

Nelson Marinelli

La renuncia de Ocampo, un coletazo de la crisis



Golpeado por la crisis que les generó al gobierno nacional y al de la Ciudad el escándalo de la final de la copa Libertadores, renunció el ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo. La salida del funcionario, más las declaraciones de Rodríguez Larreta sobre la responsabilidad de la Policía de la Ciudad por los “errores” en el operativo, dejan a cubierto a Patricia Bullrich a días de comenzar la reunión del G20.
La crisis fue creciendo con el correr de las horas y al conocerse detalles y declaraciones de testigos –como el chofer del micro– que denunciaban que se había “liberado el territorio” para la agresión al ómnibus que transportaba a los jugadores de Boca Juniors. Las responsabilidades recayeron tanto en las autoridades de seguridad de la ciudad como de la Nación. Ocampo era el responsable de la policía local y la Prefectura, que tenía a su cargo el control del punto donde se produjo la agresión, depende de la cartera de Bullrich.
Según fuentes periodísticas, entre ambos funcionarios había fuertes peleas. El largo silencio de Rodríguez Larreta luego del escándalo se explica, según La Nación (25/11) porque los cruces de acusaciones entre los funcionarios de las dos administraciones hacían imposible dar una versión unificada. Ocampo es un hombre vinculado a Angelici, quien también ha recibido un golpe político. La designación del vice jefe porteño Diego Santilli como reemplazante de Ocampo compromete personalmente a Rodríguez Larreta en el control del próximo operativo.
El escándalo ha supuesto una crisis muy grande para un gobierno que ya ve diluirse su poder. En un hecho inédito, Macri se entrometió en la conferencia de prensa que estaba por dar Patricia Bullrich para anunciar el envío a sesiones extraordinarias de un proyecto de ley “contra los barras”. En su monólogo, –Macri no admitió preguntas– se ocupó de culpar a la Justicia y a los políticos opositores de amparar a los barras –¡el ex presidente de Boca!– y anunciar su cruzada y la de Bullrich contra ellos, vía el proyecto de ley. Olvidó, quizá, sus largos años de connivencia con la barra de los Di Zeo. Scioli reflotó un proyecto similar, de su autoría.
La convivencia entre la policía y las barrabravas, la mayoría de los dirigentes de los clubes y los vínculos de éstas con los políticos, gremialistas y funcionarios, que se sirven de ellas como fuerza de choque, es una cuestión medular del régimen.
Para deshacer esa madeja es necesario terminar con este sistema que las ampara, protege y utiliza.

Nelson Marinelli

¿Qué se puede esperar de la Cumbre del G20?

Recordemos que el G20 emergió como “Cumbre de Presidentes” en medio de la crisis mundial capitalista de 2007/08, montada sobre una estructura global gestada desde 1999 entre responsables de la política económica y financiera, la que estaba abocada entonces a tratar los problemas del endeudamiento endémico de algunos países.
Esa es la razón primigenia de la inclusión desde el origen de los países latinoamericanos: Argentina, Brasil y México. No integran el G20 por ser parte de los países más grandes por su producción o actividad económica, sino por ser grandes deudores, ayer y hoy.
De todos modos, el G20 como Cumbre Presidencial incluye la ampliación del consenso a la hegemonía disputada de EEUU en el G7 (EEUU, Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Japón y Canadá) a la que se suman los emergentes, especialmente China, que en rigor es la potencia que hoy concreta la disputa por la hegemonía del sistema mundial. No solo da cuenta de ello la capacidad productiva, de relaciones comerciales y financieras de China con el mundo, sino las alianzas que despliega.
Esta semana, China junto a la Unión Europea demandaron ante la OMC a EEUU por las restricciones arancelarias a la comercialización del acero. Además, hay que destacar la alianza de China con Rusia y más allá, con Irán y otras potencias con capacidad de intervención en el sistema mundial desde ciertas y relativas ventajas en la producción petrolera o en sus capacidades defensivas/ofensivas del punto de vista militar.
Como podemos observar, los problemas son diversos en el sistema mundial contemporáneo, expresados en la disputa por la hegemonía, en el ámbito económico, político, militares e incluso cultural. Lo que está en juego es quien dirige los destinos del mundo. Es un tema que afecta a toda la humanidad.
EEUU decretó la guerra comercial a China y el gigante asiático responde al nivel de la agresión y con iniciativa mundial por instalar su moneda en la disputa global. La mundialización del yuan actúa contra la hegemonía del dólar en el sistema monetario. El despliegue militar de China y sus aliados contienen las agresiones imperialistas en diversos territorios amenazados desde Washington, sean Siria, Venezuela o cualquier punto de interés estratégico para EEUU.
Con la cumbre bonaerense del G20 en pocos días, difícilmente pueda avanzarse en “resolver” estas contradicciones del sistema mundial, e incluso, está en dudas cualquier acuerdo global que suponga alguna declaración pública más allá de los parámetros del lenguaje profesional y anodino de la diplomacia internacional.
Igualmente, para el gobierno de la Argentina resulta atractivo codearse con el poder gubernamental del mundo para imaginar atracción de inversiones que sustenten el funcionamiento del capitalismo local. Es lo que vienen logrando con la asistencia financiera del FMI por 57.000 millones de dólares y la ampliación del crédito chino (swap) en unos 19.000 millones de dólares.
Sin asistencia financiera no puede sustentarse la estrategia macrista para el funcionamiento del capitalismo local, que favorece la fuga de capitales de la clase dominante.

Contra Cumbre de los NO y de los SI

Sin perjuicio de las tensiones en el poder mundial y la estrategia del gobierno Macri, destacará la diversa presencia crítica durante la semana de acción contra el G20 y el FMI entre el 25/11 y el 1/12; donde sobresalen las actividades de las diferentes redes de movimientos sociales, la Cumbre Popular con su cierre formato “festival” en las puertas del Congreso de la Argentina y la movilización popular del 30/12.
A contramano del secretismo oficioso en el G20, el movimiento popular coincide en las consignas críticas al G20 y al FMI por lo que representan sus estrategias para el conjunto de la sociedad popular, es decir, todo aquello que está más allá del 1%, o siendo generoso, del 20% de mayores ingresos, los que concentran lo principal en la apropiación del producto social del trabajo.
La articulación diversa en la movilización argentina o en otras ciudades del mundo expresan el NO a una agenda que solo favorece a las grandes empresas transnacionales y que se evidencia en las demandas de reformas previsionales y laborales. Lo central de la agenda de los monopolios y del poder mundial apunta a la quita de derechos de trabajadoras y trabajadores para favorecer y recuperar capacidad de producción de ganancias y su acumulación para la mayor dominación en el ámbito global.
El NO sigue constituyendo el centro de la articulación popular, aunque en el camino aparecen algunos SI que necesitan extenderse para transformare en programa generalizado del imaginario para una sociedad alternativa al orden capitalista.
Destaca en ese plano de los SI la lucha por la soberanía alimentaria, esencial en cualquier proyecto emancipador que se proponga un proyecto alternativo. El primer desafío de cualquier intento de liberación nacional y social debe resolver la condición de posibilidad para alimentar a la población. Solo desde allí puede sustentarse a largo plazo un proceso liberador.
En el mismo camino actúa la soberanía energética, ya que los hidrocarburos constituyen desde más de un siglo el principal insumo de la producción contemporánea. La dominación del petróleo, el gas, la energía es la base del conflicto territorial hegemónico que hoy despliegan las potencias dominantes del sistema mundial. Por eso es fundamental recuperar el sentido de la producción y el consumo energético para un proceso de independencia y liberación nacional y social.
La soberanía financiera constituye un tercer eslabón en la construcción de los SI de los pueblos. Superar la dependencia financiera y la lógica subordinada que supone la integración al sistema financiero mundial con los organismos internacionales a la cabeza del mismo. El FMI y el Banco Mundial son parte dirigente de una lógica financiera y especulativa internacional que sustenta la dominación monopolista y transnacional en nuestro tiempo.
Todo lo dicho supone al mismo tiempo la lucha por los derechos a la educación o la salud entre muchos, ya que la educación pública y gratuita puede sustentar el aliento a la formación técnico profesional para la independencia tecno científica para sustentar nuevos y alternativos modelos productivos y de desarrollo. Ni hablar de la salud pública gratuita que asegure el disfrute de la mayor expectativa de vida de la población contemporánea, a contramano de las tendencias privatizadoras subordinadas a la lógica de la ganancia.
Esto es lo que se debate en el G20 de Buenos Aires entre el 30/11 y el 1/12, con una agenda del poder atravesada por las tensiones en la disputa del poder mundial, lo que se conjuga con la dinámica popular en confrontación contra el poder, más allá de sus propias internas. La articulación popular, aun con proyectos políticos ideológicos y culturales diferenciados es la base para pasar de los NO compartidos a los SI en construcción y a profundizarlos como resultado de la experiencia de organización y lucha del movimiento popular.
Con el programa desplegado en los días previos a la Cumbre presidencial y en su desarrollo se juegan dos estrategias.
Una resulta del poder mundial, incierta y con variadas tensiones. La otra se juega en el campo de las organizaciones populares, confluyendo en los NO al G20 y al FMI, a la agenda de liberalización, a la dependencia, etc.
La cuestión de fondo en la agenda de los de abajo pasa por los SI señalados y lógicamente ensayando una mejor respuesta táctica y estratégica para el objetivo de transformación social más allá y en contra del capitalismo.

Julio C. Gambina