domingo, 23 de abril de 2017
Apareció el Nieto 122: seguimos buscando a los que faltan
Haber encontrado al Nieto 122 es un nuevo impulso para seguir luchando por encontrar a todos los que aún nos faltan.
Con inmensa alegría recibimos la noticia, como cada vez que uno de los nietos y nietas gracias a la lucha, logran recuperar su identidad. Se trata del hijo de Enrique Bustamante, "el Lobito" y de Iris Nélida García Soler, detenidos-desaparecidos, quienes estuvieron secuestrados en el Club Atlético. Aún no sabemos su nombre, pero lo que sabemos es que un hijo de desaparecidos encuentra su identidad, y eso nos da emoción.
Alicia, una de sus tías dio a conocer la noticia a través de las redes sociales, una carta: "Hola a todos, familia, amigos y conocidos, quiero compartir esta emoción e indescriptible alegría que acabo de vivir al conocer la noticia que ha sido encontrado mi sobrino apropiado, nacido en la ESMA en 1977, hijo de mi prima hermana, Iris Nélida Garcia Soler, alias Tita o la Lobita. ¡Imaginarán la enorme felicidad de toda la familia al saber que pronto este joven de 42 años, padre de dos hijos, que vive en el interior, podrá conocer a su familia biológica después de una larga espera y quizás una eterna búsqueda!
Haber encontrado al Nieto 122 es un nuevo impulso para seguir luchando por encontrar a todos los que aún nos faltan. La lucha de los sobrevivientes, familiares, organismos de derechos humanos, de la izquierda para saber finalmente el destino de aquellos hermanos que aún no han podido recuperar su identidad y lograr condenar a los responsables ha sido incansable.
No fue ni es una tarea fácil. Costó décadas, pero quedó demostrado que la apropiación de niños fue parte del plan genocida de conjunto, de lo que da cuenta el juicio por el plan sistemático de robo de bebés.
Desde la gestión macrista, es evidente la política negacionista acerca de los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos y el profundo desprecio para tratar el tema porque representan, y hasta son parte, de aquellos que fueron a golpear los cuarteles. Y como no pueden tapar el sol con una mano, pretenden instalar nuevamente una especie de teoría de los dos demonios, subidita de tono hablando inclusive de guerra sucia.
Lo cierto es que la enorme campaña de desprestigio que mediante declaraciones de sus funcionarios y el fogoneo constante de los medios de comunicación, atentando de esta manera contra la verdad histórica, es parte de una campaña permanente que debemos enfrentar. Buscan y festejan la impunidad para todos los que fueron parte del plan de exterminio de estas generación, militares, empresarios, autoridades eclesiásticas, civiles, así como la reconciliación con las fuerzas armadas es permanente.
Frente a esta avanzada del gobierno de Macri, que supo incluir denuncias de personajes nefastos acusándonos a los nietos como truchos y estafadores, necesitamos no solo la exigencia de la apertura de los archivos de la dictadura (nóminas de quienes revistieron en destacamentos, comisarias maternidades que hoy sabemos clandestinas, etc.) sabiendo que el Estado fue quien desapareció a más de 400 hermanos y por tal es quien debe responder. Sino también en la búsqueda de la verdad, y para la creación de un banco de datos a nivel nacional de archivos y registros correspondiente al periodo comprendido entre los años 1975 y 1983 (lo que implica concentrar como mínimo los expedientes de adopción y partidas de nacimiento).Poner en pie una comisión independiente , integrada por las víctimas y familiares de víctimas del terrorismo de Estado, que permita investigar la identidad de niños apropiados, con pleno acceso a la investigación , seguimiento y control de las causas.
¿Pero qué pasó durante el kirchnerismo, que se hizo llamar “el gobierno de los derechos humanos” mientras apañaba a genocidas como Milani (encargado de la inteligencia militar) o servicios de la dictadura como Gerardo Martínez, por sólo nombrar algunos ejemplos?
El discurso no tenía que ver con la realidad. Hasta 1987 se encontraron 53 nietos y nietas, y hasta hoy, que ya pasaron 30 años, sólo logramos recuperar a 69 más. Durante los 12 años de gobierno kirchnerista no se abrieron todos los archivos y nóminas para poder imputar, juzgar y condenar; para poder tener acceso a partidas de nacimiento y otros documentos e información que existe. Fue negado todo ese tiempo.
Es inadmisible que madres como Chicha Mariani, Mirta Baravalle fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, que tienen más de 90 años todavía no hayan podido saber la verdad, encontrar a sus nietos y lograr que condenen a los genocidas responsables. Es indadmisible que todavía nos falten casi 400 hermanos a más de 40 años.
Durante el gobierno k tampoco se condenó a un sólo empresario genocida, sino que se los premió ya que “se la llevaron en pala”, como la misma Cristina decía. La Ford con su centro clandestino en la fábrica, la Mercedes Benz que donó equipo de obstetricia a la maternidad clandestina de Campo de mayo y están sospechados (uno de sus gerentes) de la apropiación de un bebé, están impunes (como lo destaca el documental de la periodista Gaby Weber).
Quedó más que comprobado que hubo un plan genocida en toda la región para aplastar la organización de nuevas generaciones a la dictadura del capital. La idea de revolución, de una sociedad sin explotadores ni explotados era de miles y miles de trabajadores, jóvenes, estudiantes.
Después de 40 años de lucha logramos recuperar a 122 hermanos y hermanas, 122 hijos de nuestros compañeros desaparecidos, que luchaban como mis viejos y tantos otros trabajadores y jóvenes por una sociedad sin explotadores ni explotados. Nada más y nada menos que para que un sector de parásitos no viva y se enriquezca del trabajo ajeno de la mayoría.
A los que todavía no pudimos encontrar, los seguiremos buscando cada vez con más fuerzas y vamos a seguir exigiendo que se abran absolutamente todos los archivos, las nóminas de los que prestaron funciones durante todo ese período y que toda esa información sea pública y la controlemos los familiares para que de una vez por todas después de 40 años podamos saber dónde están, acusar a los responsables civiles y militares y que vayan a cárcel común.
Las nuevas generaciones de trabajadores, jóvenes, estudiantes, tienen que ser parte de esta búsqueda y de la lucha contra la impunidad, porque el genocidio de clase que se llevó adelante en Argentina y otros países de América Latina a través del Plan Cóndor es parte de su propia historia. Es un problema del futuro, porque si dejamos avanzar el negacionismo y la impunidad entonces los empresarios entenderán junto con quienes lo planificaron que podrían volver a llevar adelante semejante barbarie.
Es necesario que hoy redoblemos la lucha contra la impunidad, la represión y por encontrar a todos los que todavía nos faltan. Queremos festejar por el encuentro del nieto o nieta 123,124,125…así hasta recuperarlos a todos.
María Victoria Moyano
Nieta restituida y miembro del CeProDH
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