miércoles, 29 de agosto de 2012

Manifestación realizada en Buenos Aires en solidaridad con las y los presos políticos vascos




Con motivo del festejo "Buenos Aires celebra al Pueblo Vasco" Euskal Herriaren Lagunak (Amig@s del Pueblo Vasco) capítulo argentino, mostraron su solidaridad con Iosu Uribetxeberria, l@s 13 pres@s enferm@s graves y l@s más de 600 pres@s, que sufren prisión en las cárceles francesas y españolas.
Rodeados por un importante cordón policial que vallaron el Consulado, cientos de manifestantes convocados por el Capítulo Argentino de Euskal Herriaren Lagunak (Amig@s del Pueblo Vasco) exigieron la libertad del preso político vasco Iosu Uribetxeberria, que lleva cumpliendo más de dos semanas de huelga de hambre y padece un cáncer terminal. Adhirieron a la marcha que se realizó desde la Avenida Callao y Las Heras hasta las puertas del Consulado, en el barrio porteño de Recoleta, diversas organizaciones políticas, sociales y estudiantiles, entre ellas la Federación Universitaria de Buenos Aires, el Movimiento Asambleas del Pueblo, Convocatoria por la Liberación Nacional y Social, Organización Fogoneros, el Movimiento Popular La Dignidad, la Organización Social y Política Los Pibes, el Comité Argentino por la Libertad de los 5 héroes cubanos, Organizaciones Libres del Pueblo (OLP), Frente de Resistencia Nacional, el partido Marcha Patriótica (de Colombia) y el MOVADEF, de Perú. Adhirieron también la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Secretaria de Derechos Humanos de la Asociación deTrabajadores del Estado (ATE).
Con consignas exigiendo la libertad y la amnistía para los presos vascos, y otras que proclamaban "Independencia y socialismo para Euskal Herria, los manifestantes se concentraron frente al consulado, mientras un funcionario del mismo se esmeró en tomar nota de los nombres de los convocantes, y otros dos filmaban de manera policial a quienes alli se expresaban en solidaridad pueblo a pueblo con los presos. A pesar de esas acciones intimidatorias, varios jóvenes colocaron una pancarta de "Amnistía", con las fotos de los presos en la misma puerta del Consulado.
En primer lugar se dirigió a los presentes, el presidente de la FUBA, Igal Kejsefman, quien expresó la solidaridad estudiantil con los presos vascos y el derecho de autodeterminación de Euskal Herria, señalando que "el fascismo español que castiga a su propio pueblo es el mismo que reprime las ansias de libertad del pueblo vasco". En términos similares, planteando la necesidad de redoblar la movilización solidaria con los presos y presas vascas, hablaron luego Eduardo Soares, de la Gremial de Abogados y Convocatoria, Carlos Aznárez, por Resumen Latinoamericano y EHL. Adhirieron también a los motivos del acto, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, el actor Norman Briski y el poeta y escritor Vicente Zito Lema. Posteriormente, una compañera vasca, integrante de EHL, describió la grave situación por la que están pasando tanto Iosu Uribetxeberria e Iñaki Erro, los más graves de los otros 14 presos y presas vascas que padecen graves enfermedades. Señaló que actualmente alrededor de 600 prisioneros políticos de Euskal Herria se hallan en huelga de hambre.
Trayendo el "apoyo incondicional de los trabajadores argentinos a la lucha heroica de los presos y presas vascas por su dignidad y la de su pueblo", se expresaron Fernando Cardozo, secretario de Relaciones Internacionales de la CTA y Héctor Carrica, secretario de DDHH de ATE. Cerró el acto, el dirigente de la OLP e integrante de Euskal Herriaren Lagunak, Roberto Perdía, quien historió "la larga trayectoria de opresión contra los pueblos protagonizada por España", y en ese marco, les exigió que liberen a los presos y presas vascas, que se convenzan de "que Euskal Herria está decidida a ganar su futuro peleando, como siempre". Señaló que "incluso aunque ocurriera de que Iosu se nos muriera en la prisión, no podrán parar la lucha de los vascos y vascas, que durante décadas han apelado primero a la lucha armada y ahora ganando elecciones, para demostrar que desean la independencia y el socialismo". La concentración terminó con gritos de "Gora Euskal Herria askatuta", "Libertad para los presos y presas vascas", y "Libertad, libertad, a los presos por luchar".

75 aniversa­rio de la Liga



En el año de su setenta y cinco aniversa­rio, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, al valorar su historia de lucha como parte de todas las luchas por la conquista de todos los derechos humanos para todos, propone y se compromete a luchar por los siguientes actos gubernamentales, legislativos o jurídi­cos, necesa­rios para derrotar plena­mente la impunidad y avanzar hacia el pleno acceso de todos a todos los derechos humanos.
Desde el 20 de diciembre de 1937, los militantes de la Liga hemos aportado à la lucha por la libertad de todos los presos políti­cos, todos los tortura­dos y perseguidos de todos los gobiernos. Hemos enfrentado absoluta­mente todas las dictaduras, la del 30, la del 43, la del 55, la del 62, la del 66 y por supuesto à la aupada en el poder el 24 de marzo de 1976; y no hemos dejado de luchar bajo los gobiernos electos bajo normas constitucionales. Fuimos los prime­ros, y no solo en la Argentina, en toda América; y por mucho tiempo fuimos una de las pocas organiza­ciones popula­res dedicada à la lucha por los derechos humanos, aunque nunca estuvimos solos. Hereda­mos las luchas del Socorro Rojo y los esfuerzos de los anarquistas, socialistas y comunistas para que el movimiento sindical de las prime­ras déca­das del siglo pasado se hiciera cargo de esta causa.
También la de los combatientes radicales que enfrenta­ron el primer golpe militar del Siglo XX tanto como la de la Resistencia Peronista al Golpe Gorila del 55. En los 60, convivimos con las comisiones de familia­res y organiza­ciones de aboga­dos que promovió la izquierda peronista, guevarista y de otras tradiciones como la Gremial de Aboga­dos. Apoya­mos y fuimos parte de las comisiones de derechos humanos de la C.G.T. de los Argentinos, la Federa­ción Universitaria de la Argentina y otras instancias de coordina­ción como fue la primer Asamblea Permanente por los Derechos Humanos así como contribuimos decisiva­mente al fortalecimiento del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, la Comisión de Familia­res de Presos Políti­cos y otras. Nunca nos sentimos solos y hoy nos alegra que el campo de los defensores de los derechos humanos se haya expandido del modo que lo ha hecho. Conside­ra­mos que el 75º aniversa­rio de la Liga es mucho más que un cumpleaños, es un valor cultural del pueblo argentino que da cuenta del compromiso histórico de los trabaja­dores y los sectores popula­res con la lucha contra todas las impunidades; no es solo una de las razones de los nuevos tiempos que vivimos, también es una base sólida para seguir adelante. En este aniversa­rio ni nos auto conforma­mos con nuestra historia de luchas ni tene­mos una mirada conformista sobre lo logrado en la Argentina que no es poco siendo el tema de Juicio y Castigo a los Genocidas donde más se visualizan los avances, real­mente históri­cos y de relevancia regional. Asumir lo logrado como el punto de llegada, como el súmmum de lo posible; no solo sería un error conceptual enorme, también sería una falta de compromiso con el mandato que nos viene del fondo de la historia, y sobre todo con todas y todos los que no vacila­ron en seguir luchando no importa las consecuencias que el Poder les amenazaba y hoy son parte de ese acumulado histórico de lucha­dores al cual nos debe­mos. Permítannos, en esta ocasión, nombrar a nuestra Teresa Israel, a Baldomero Varela y Freddy Rojas que fueron parte de la gota de sangre que la Liga aportó al cauce común y plural de los que fueron asesina­dos y/​o des­a­parecidos en ejercicio de la militancia por los derechos humanos. Es por ello, que en el año del setenta y cinco aniversa­rio de la Liga, que cumplire­mos el 20 de diciembre próximo, propone­mos y nos compromete­mos a unir nuestros esfuerzos a todos los que luchan por los siguientes puntos, entre tantos otros que el pueblo reclama.
Uno. La inmediata deroga­ción de la llamada Ley Antiterrorista, la anu­la­ción de todos los acuerdos firma­dos con el Gobierno de los EE.UU. que permiten la injerencia de sus Fuerzas Arma­das en la prepara­ción y forma­ción ideo­lógica de cualquiera de las Fuerzas estatales de seguridad. Es inaceptable que se nos diga que los ejercicios “técnico milita­res” no son parte de la imposición de una cultura emanada de los EE.UU., inspirada en la guerra contra el terrorismo que se plasmó en el Acta Patriótica de 2001 y viene demoliendo toda la estructura jurídica internacional de protección a los derechos humanos. No ceja­re­mos en la denuncia del carácter represivo de la Ley y de la función colonialista de la intromisión del Comando Sur en nuestro territorio, no importa la excusa que invente. Las Mal­vinas son argentinas tanto como el resto del territorio continental. Ni allá ni acá, tropas de la OTAN al servicio de la guerra contra el terrorismo. Defensa irrestricta del derecho à la autodetermina­ción de los pueblos, condena a los golpes de Estado perpetra­dos en Honduras y Paraguay e intentado en Venezuela, Bolivia y Ecua­dor por una alianza perversa entre las derechas originarias y el imperialismo norte­americano. La lucha contra todas las impunidades, la democratiza­ción de las democracias formatea­das por el terrorismo de estado y el neoliberalismo por el camino del protagonismo popular creciente y la satisfacción de las demandas popula­res contra los grandes grupos económi­cos que procuran monopolizar nuestras riquezas naturales, sigue siendo el camino más eficaz para derrotar las derechas. Cree­mos que esa es la primera lección del “golpe constitucional” de Paraguay.
Dos. La completa depura­ción de todas las Fuerzas estatales de seguridad (no solo las Fuerzas Arma­das, también Gendarme­ría, Prefectura, el Servicio Penitencia­rio y todas las Policías: la Federal, las provinciales y las nuevas como la Metropolitana o las comunales de la provincia de Buenos Aires) de todos los elementos que hayan servido en el periodo de despliegue del terrorismo de Estado, hayan estado comprometidos en hechos de represión à la protesta social, tráfico de drogas, trata de personas o de corrupción. Deroga­ción del articulo de la Ley de Agencias priva­das de Seguridad que obliga à la contrata­ción de personal retirado de las Fuerzas de seguridad para su dirección. Directa responsabilidad administrativa, política y penal de los gobernantes nacionales y provinciales por los crímenes cometidos por las fuerzas bajo su mando. Nunca Más una sola desa­parición forzada de personas como la de los compañe­ros Julio López o Luciano Arruga; Nunca Más una sola víctima del Gatillo Fácil, la tortura en sede policial o carcelaria o los apremios de todo tipo contra los jóvenes, las prostitutas, travestis o hermanos latinoamericanos residentes en el país. Basta de criminalizar y judicializar la protesta social. Donde hay una necesidad hay un derecho y la represión es la señal de la voluntad del Poder de no renunciar a los privilegios que agravian y despojan al pueblo de sus derechos. El Federalismo no puede servir de excusa para el consentimiento del gobierno nacional y el Parlamento sobre los crímenes de la Bonaerense, la Policía Santafecina, Jujeña o Formoseña, para nombrar a las más brutales y represoras de las policías provinciales. Es total­mente inaceptable que las seccionales de las policías y las cárceles sean escena­rios cotidianos de torturas, vejámenes, viola­ciones sexuales, ataques a las personas en estado de prostitución y otros sectores de los más vulne­ra­bles de la sociedad y todo tipo de atropellos à la dignidad humana. Nada lo excusa. La Liga seguirá al lado de todos los que luchan por la vivienda digna, la educa­ción pública y el trabajo de ocho horas en condiciones sanas y con una paga suficiente para vivir digna­mente y sere­mos solida­rios con todos los reprimidos por el estado cualquiera sea su identidad política y los modos de ejercer el sagrado derecho a luchar por los derechos humanos, primer derecho a defender, no importa quien lo agravie ni el modo en que se defienda.
Tres. Elabora­ción de una política estatal unificada de avance en la lucha contra la impunidad de los perpetra­dores del genocidio enfrentando la estrategia de la impunidad bio­lógica (“estirar” los procesos judiciales para que los represores mue­ran “acusa­dos” pero sin condena, como Pinochet en Chile); la impunidad del Poder Económico (que pretende un genocidio sin sentido, sin beneficia­rios, que niega aquello de Walsh en su Carta: “En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explica­ción de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la planificada.”) y la estrategia de los condena­dos para sostener su impunidad exigiendo un trato preferencial para ellos: detenciones domiciliarias, eximición de juicios o cárcel por razones de salud y que ahora pretenden acceder al sistema universita­rio de educa­ción. La Liga seguirá sosteniendo su rol querellante en más de cuarenta cau­sas y nos compromete­mos a concentrar­nos en las cau­sas contra el Poder Económico como la que sostene­mos contra Alfredo Martínez de Hoz y el directorio de la empresa Acindar convencidos que estas cau­sas son un aporte eficaz à la crea­ción de condiciones para recuperar todo lo que la dictadura nos robó y el Poder Económico se apropió en tantos años de dominio ininterrumpido.
Cuatro. Respeto irrestricto a los derechos de los pueblos origina­rios y de la tierra a no ser avasalla­dos por un modelo extractivista que no vacila en demoler montañas, envenenar el aire, la tierra y el agua de todos nosotros. La megamine­ría y la producción de soja transgénica son el nuevo nombre de la coloniza­ción que sufrimos. No faltan voces, cada vez más crecientes que denuncian que el capitalismo, como civiliza­ción mundial dominante, lleva à la humanidad à la catástrofe económica, financiera y ambien­tal. No se trata de pensar “amplia­ciones democráti­cas” de un sistema que condena à la humanidad à la muerte, sino de buscar su supera­ción en base al protagonismo popular y la construcción de un poder popular que abra debates y amplíe las fronte­ras de lo posible. Cambiar la lógica capitalista que lleva al desastre, exige romper la matriz neoliberal que todavía condiciona la distribución de las riquezas, la obtención de la energía, el transporte y las comunica­ciones que sigue en manos de los privatiza­dores, herede­ros de la obra de Martínez de Hoz y Cavallo; de Videla y Menem. Terminar con la herencia de la dictadura exige empezar por recuperar el trabajo estable y formal para todas y todos con un sala­rio digno que permita vivir con ocho horas de trabajo, no alarga­das por un sistema anárquico y asesino de transporte. Como aporte à la recupera­ción de la memoria del genocidio cometido contra los pueblos origina­rios la Liga impulsará la querella en la causa abierta en Formosa por la masacre de Rincón Bomba de 1947 y apoya­mos todas las acciones en defensa de los comune­ros de Susques que llevan adelante las organiza­ciones hermanas de Jujuy.
Cinco. Hay que democratizar la democracia argentina. Dejar atrás un modelo de democracia liberal que solo concibe “que el pueblo delibera y gobierna solo a través de sus representantes”. Hace falta una Nueva Constitución, no para satisfacer los apetitos de poder de nadie, sino para ponernos a tono con los nuevos tiempos que recorre América Latina. Parece intere­sante tener en considera­ción los nuevos modelos constitucionales que emergen en Nuestra América rompiendo los límites del constitucionalismo liberal: la nueva Constitución Boliviana que reconoce el carácter multi cultural y multi nacional de la nación andina y establece mecanismos de elección popular para casi todos los cargos; la Constitución Venezolana que fija que todos los recursos naturales son del pueblo o la Constitución Ecuatoriana que establece todo tipo de mecanismos de consulta y protagonismo popular para que la democracia deje de ser un rito periódico que se agota en la urna. En ese camino, hace falta avanzar en la prometida reforma del Código Penal que tiene en su origen influencia de la Italia fascista de Mussolini y que en los últimos años se ha caotizado con las reformas de “mano dura” que impulsa­ron Blumberg y la derecha de todo rango, y que el “progresismo” no resistió. Conside­ra­mos una base apta para el debate de la Reforma al Código Penal el llamado Informe de la Comisión Baigún que trabajó años atrás sobre este tópico.
Seis. La lucha por la Segunda y Definitiva Independencia es una causa común de todos los pueblos y por eso somos solida­rios con todas las luchas de todos los pueblos. La verdadera integra­ción debe comenzar por la integra­ción de las luchas para lo cual hace falta superar el chantaje de los que ven en cada reclamo popular una conspira­ción o peor aún, una excusa para reprimir e intervenir con fuerzas extranje­ras. Acaso en primer lugar, hay que imponer una salida negociada y política al conflicto colombiano, y para ello hace falta que la Unasur exija firme­mente un proceso de negocia­ción en donde el movimiento popular sea tan protagonista como el gobierno y las fuerzas insurgentes. El estado y el ejercito colombiano extienden su nefasta influencia por toda América con sus convenios de colabora­ción con las fuerzas policiales (tal como ocurrió en Paraguay); las fuerzas policiales, hoy con alto poder de fuego y capacidades de combate, se han transformado en el vector de domina­ción por excelencia y la sombra de la Cuarta Flota y el Comando Sur del Ejercito de los EE.UU. asoma por aquí y por allá.. El gobierno argentino debe reconocer la misión diplomática de la República Saharaui Democrática, sumándose al grupo de países latinoamericanos que ya lo han hecho, superando las presiones sionistas y de la monarquía marroquí. También debe exigir en los escena­rios internacionales la inmediata libertad de los cinco patriotas cubanos presos por luchar contra el terrorismo del imperio contra el pueblo cubano. Con todos ellos, con los saharauis y los palestinos, con la lucha del pueblo colombiano contra el genocidio y por la solución política, pacífica y negociada del conflicto, con la libertad de los Cinco Cubanos y de los Seis campesinos paraguayos, con todas y todos los que luchan en toda nuestra América, la Liga seguirá comprometida, porque para eso hemos nacido.

Liga Argentina por los Derechos del Hombre

martes, 28 de agosto de 2012

Testimonio de María Villalba



Nuevo testimonio en el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra.

María Wenceslada Villalba caminaba junto a Elsa Rodríguez y la vio caer herida de bala. Muy cerca encontró tirado a Mariano Ferreyra. Ella pensó que Elsa no iba a sobrevivir. Contó cómo actuó la patota ferroviaria.
La audiencia de hoy se compuso de tres partes: en primer lugar, las defensas anunciaron que volverán al ruedo con los pedidos de excarcelación de los imputados; en segundo lugar, testificó María, militante del Partido Obrero de Varela, que describió un cuadro desgarrador; finalmente, empezaron a declarar los policías afectados a la investigación de los hechos.

María

El primer testimonio que se escuchó en la audiencia fue el de María, y fue desgarrador.
En la sala había muchos jóvenes, sobre todo militantes de la UJS y amigos. Sus rostros reflejaban conmovidos el horror del relato de María. Fue la voz de todos en ese momento, de Mariano, de Elsa, de los obreros tercerizados, de los centenares de miles que acompañan activamente esta lucha.
Fue un alegato en sí mismo, aunque se tratara ni más ni menos que de un relato cronológico de los hechos. El tribunal dispuso un cuarto intermedio de cinco minutos a mitad de su testimonio. María, que sollozaba, dijo que no hacía falta, que quería seguir atestiguando. El tribunal insistió. No era el estado anímico de ella (firme, fuerte, convincente hasta el más mínimo detalle) lo que imponía una pausa: era la tensión que surcaba toda la sala de audiencias. Los procedimientos judiciales son en general muy impersonales, el ritual es extremadamente burocrático. Ahora se caían todas las defensas, se quemaban todos los papeles. Ahí estaba María de Varela, de casi 60 años, que crió cuatro hijos, que fue obrera en el ex Frigorífico Regional Santa Elena en su Entre Ríos natal, que militó en el Partido Comunista hasta poco después del Cordobazo, que se vino a Buenos Aires en el año 79, que se incorporó al Polo Obrero y al Partido Obrero en el 2001; ahí estaba para hablar, recién salida del trabajo, para decir la verdad, y la dijo. ¡Vaya si la dijo!
“Teníamos una cita a las nueve y media en el local de Avellaneda para acompañar a los ferroviarios despedidos a un corte de vías por su reincorporación y por el pase a planta permanente. Tardamos en salir. En la esquina del local, había 3 personas mirando insistentemente, después llegaron 2 patrulleros. Una compañera de Varela vino en tren y contó que había muchos policías, que el clima no era bueno. Otros compañeros dijeron que no íbamos a ir para ese lado, y salimos para el otro. Adelante la bandera, los tercerizados, los chicos que cantaban. Yo llevaba un banderín junto a otro compañero. Dimos la vuelta manzana porque estaban provocando. Empezamos a caminar por la calle a lo largo del terraplén. La policía nos seguía al costado, encolumnada; arriba, los ferroviarios agitaban banderas verdes y nos gritaban. Nosotros cantábamos. Se veía que no íbamos a poder hacer el corte”.
“Pasamos un puentecito y había un espacio para subir al terraplén. Los compañeros se mandaron. Traté de subir pero sentí como una jauría de perros que venía a los gritos por la vía y tirando piedras. Era una lluvia de piedras, era imposible subir”. María relató que alcanzó a ver a un Policía Federal con el arma desenfundada junto a la patota ferroviaria y contó de la represión con balas de goma de la infantería policial contra la columna. A María la alcanzó un piedrazo en el estómago. Otras compañeras también resultaron heridas en esa primera agresión, entre ellas, Elsa.
Agrupados en torno a la parrilla de Luján y Santa Elena, mientras se desarrollaba la asamblea que daría por concluida la movilización, María se dedicó a atender a los heridos y le hizo el cabestrillo a Elsa para resguardar su brazo. María tiene conocimientos básicos de enfermería y primeros auxilios –lo dijo frente al tribunal- que luego resultarían fundamentales para salvar la vida de Elsa.
La columna comenzó a retirarse. Habían recorrido cien metros cuando desde el fondo comenzaron a llegar gritos de alerta porque la patota se venía a la carrera.
María: “yo seguí para adelante. Iba conversando con Nancy y Elsa. Atrás se sentía bullicio. Hicimos una cuadra marchando medio desordenados. Yo no miraba para atrás porque lo que quería era que nos fuéramos, así no distraía a los demás, pero se sentía un griterío, mucho lío".
“Iba conversando con Elsa. En la esquina había agua y barro. Yo salté y seguí caminando. Elsa se quedó atrás. En eso, un compañero me dice ´se resbaló Elsa´. Me di vuelta y la vi en el piso. Pensé que no era nada, pero le di la mano y no respondía, tenía los ojos cerrados. Creí que estaba desmayada. La agarré de la pera para darle una bofetada y le veo en la sien un pedazo de carne desprendido. Cuando miré bien, veo que es hondo, que era una bala de verdad. La dejé despacito”. Elsa perdía “un hilito de sangre”; María dejó la cabeza de Elsa en cierta posición para que la sangre fluyera, evitando que se le formara coágulo.
“Grité ´escóndanse, nos quieren matar´. Yo pensaba que nos tiraban de arriba de los árboles, de las paredes. Tratamos de parar un auto pero se fue. Empecé a correr por el medio de la calle gritando que habían matado a Elsa, que tenía un tiro de verdad”. Pedía desesperadamente un celular para pedir ayuda. En la esquina, María se encontró con un grupo de compañeros muy agitados y lo vio a Mariano, tirado contra la pared. “Ya está, no supe ni los números que quería llamar”. Fue hasta Mariano. Le subió la remera y encontró el orificio del disparo. “Tenía una pierna doblada, se había hecho pis, tenía los ojos abiertos, la nuez no se le movía, no reaccionaba”. Lo trataron de acomodar. Un compañero la ayudó a sacarle la mochila y acostarlo. “Yo le decía a Mariano que ya habían pedido ayuda, que estaba viniendo, pero era mentira. Le estaba mintiendo”, relató con la voz quebrada.
Luego llegó la ambulancia. Elsa y Nelson ya estaban arriba. “Sentía como que era un sueño, que no estaba pasando”. Caminaron hacia una avenida. Todos los compañeros estaban muy conmocionados. No apareció ningún policía. Se subieron a un colectivo. En el viaje supo que a Elsa la iban a operar. Algunos chicos de la UJS dijeron que iban al hospital y les dio la mochila de Mariano. Antes de llegar, Lisandro Martínez les dio la noticia de que Mariano había muerto. “Ahí fue un descontrol”. En Corrientes y Callao, María y un puñado de compañeras y compañeros cortaron el tránsito, el punto de partida de una movilización que todavía no acaba.
Uno de los defensores, el doctor Laporta –una de las personas más insignificantes que alberga la sala de audiencias de este juicio- pidió que le explicara que era la bandera de arrastre y que significaba. “Es una bandera que llevamos con las manos y que expresa las consignas que habíamos ido a apoyar ese día: somos todos ferroviarios, reincorporación de los despedidos, pase a planta permanente”. Algún otro defensor balbuceó algo más. Estos abogados de grandes estudios se quedaron acobardados frente a esta mujer de Florencio Varela, frente a esta militante de casi 60 años que apenas había hecho tiempo de salir del trabajo y llegar puntual a declarar. “Grandes estudios”: la nada misma.

Nulidades

Al comienzo de cada audiencia, antes de la comparecencia de los testigos, se plantean cuestiones preliminares al debate. Las defensas venían de un duro revés: el día viernes, el tribunal rechazó el enésimo pedido de excarcelación de Pedraza y sus matones. La solicitud ya recorrió varias instancias sin encontrar eco. Era de esperar que los defensores volvieran sobre el punto y así ocurrió. Plantearon adelantar la citación de los testigos que denunciaron amenazas (“amenazas inventadas”, según dichos del inefable doctor Froment, abogado defensor de José Pedraza, a los medios) para despejar lo que las defensas entienden como el único obstáculo para la libertad de sus clientes. Esto es falso. Pedraza se encuentra además acusado en una causa paralela por intentar sobornar al tribunal de la sala III de la Cámara de Casación Penal. Su objetivo era comprar la excarcelación de los primeros detenidos y evitar, de ese modo, su propia detención (´sin autores materiales presos, no le dictarían la prisión preventiva al supuesto instigador´ era el razonamiento). Además, un “perito de parte” introducido por los defensores (en este caso, por el doctor Igounet) se encuentra procesado por golpear contra una mesa la bala que mató a Mariano delante de varios testigos. Su objetivo –cumplido a medias- era anular el proyectil como elemento de prueba. Numerosas amenazas, intimidaciones a los trabajadores ferroviarios (incluso con el concurso de la empresa Ugofe) intentos de soborno y destrucción de pruebas: Pedraza no debe ser excarcelado bajo ningún concepto, ya que todo acusa su intención de entorpecer la investigación para lograr su impunidad. De paso, recordemos que los abogados defensores han apelado a todos los recursos posibles por retrasar la realización del juicio y anular la investigación realizada durante la instrucción.
El tribunal señaló que estudiaría la cuestión del orden de los testigos, pero añadió que -en principio- no sería modificada.

Policías

Luego de María, comenzaron a desfilar algunos policías que participaron de la investigación. La defensa de Cristian Favale hizo un exhaustivo interrogatorio. Su objetivo era encontrar alguna irregularidad formal para anular el procedimiento. Los policías se remitieron a las actas de procedimiento. La defensora pidió citar a más uniformados, que hasta ahora no formaban parte de la nómina de testigos. La fiscal y las querellas se opusieron. La abogada Verdú –que tiene una larga experiencia en casos de ´gatillo fácil´ y que, junto a Claudia Ferrero, representan a los militantes del Partido Obrero heridos el 20 de octubre de 2010- argumentó que esos testimonios eran innecesarios “porque la policía nunca se acuerda de nada, o no sabe, y se remiten a lo que dicen las actas”.
La audiencia terminó temprano. Afuera brillaba el sol. Mañana continuarán testificando más policías.

Fuente: http://impunidadayeryhoy.blogspot.com.es/2012/08/testimonio-de-maria-villalba.html

"Supe que mi mamá me habia salvado la vida"



El testimonio de Manuel Gonçalves Granada en el juicio por masacre de San Nicolas, cometida por la dictadura. Casapueblos-AEDD
El único sobreviviente de la llamada Masacre de la calle Juan B. Justo, cuando fue asesinada su familia en 1976, contó cómo recuperó su identidad y destacó la importancia del juicio: “Sólo en días como hoy le encuentro sentido a haber sobrevivido”, dijo.

Por Sonia Tessa
Desde San Nicolás

Manuel Gonçalves Granada se pregunta todos los días por qué le tocó sobrevivir. Tenía cinco meses el 19 de noviembre de 1976, cuando las fuerzas conjuntas de la Policía Bonaerense, la Federal y el Ejército atacaron la casa de Juan B. Justo 676 en San Nicolás, acribillaron a su mamá, Ana María del Carmen Granada; al matrimonio de Omar Alfredo Amestoy y Ana María Fettolini, y asfixiaron con gases lacrimógenos a Fernando Amestoy, de tres años, y a María Eugenia, de cinco. Manuel fue protegido por su mamá con colchones, adentro de un placard, y por eso se salvó. El juez de menores de San Nicolás, Juan Carlos Marchetti, lo dio en adopción de manera irregular, sin buscar a su familia. “Ahí perdí mi identidad”, contó ayer. Durante 19 años fue Claudio Novoa, y en 1995 empezó a averiguar quién era. “Cuando me encontré con esta historia, supe que no sólo mis padres no me habían abandonado sino que mi mamá me había salvado la vida”, expresó frente al Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario, que juzga a los militares Manuel Fernando Saint Amant y Antonio Bossie, así como al ex jefe de la Policía Federal Jorge Muñoz, por esa masacre. “Más allá de que la Justicia llega tarde y no repara todo, es necesaria”, dijo. “Para algunos de los que están acá, esto es un trabajo, a otros los incomoda estar acá. Lo cierto es que para mí es la historia de mi vida”, argumentó sobre el valor del juicio en marcha. “Sólo en días como hoy le encuentro sentido a haber sobrevivido”, se sinceró.Manuel Gonçalves Granada se pregunta todos los días por qué le tocó sobrevivir. Tenía cinco meses el 19 de noviembre de 1976, cuando las fuerzas conjuntas de la Policía Bonaerense, la Federal y el Ejército atacaron la casa de Juan B. Justo 676 en San Nicolás, acribillaron a su mamá, Ana María del Carmen Granada; al matrimonio de Omar Alfredo Amestoy y Ana María Fettolini, y asfixiaron con gases lacrimógenos a Fernando Amestoy, de tres años, y a María Eugenia, de cinco. Manuel fue protegido por su mamá con colchones, adentro de un placard, y por eso se salvó. El juez de menores de San Nicolás, Juan Carlos Marchetti, lo dio en adopción de manera irregular, sin buscar a su familia. “Ahí perdí mi identidad”, contó ayer. Durante 19 años fue Claudio Novoa, y en 1995 empezó a averiguar quién era. “Cuando me encontré con esta historia, supe que no sólo mis padres no me habían abandonado sino que mi mamá me había salvado la vida”, expresó frente al Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario, que juzga a los militares Manuel Fernando Saint Amant y Antonio Bossie, así como al ex jefe de la Policía Federal Jorge Muñoz, por esa masacre. “Más allá de que la Justicia llega tarde y no repara todo, es necesaria”, dijo. “Para algunos de los que están acá, esto es un trabajo, a otros los incomoda estar acá. Lo cierto es que para mí es la historia de mi vida”, argumentó sobre el valor del juicio en marcha. “Sólo en días como hoy le encuentro sentido a haber sobrevivido”, se sinceró.
La audiencia se realizó en el Concejo Deliberante de San Nicolás, adonde se trasladó el Tribunal. Afuera estaba repleto de militantes de derechos humanos y nietos recuperados, que fueron a acompañar a uno de los suyos.
Manuel rescató que, pese a haber hecho “montones de cosas” para que estos procesos llegaran, nunca los tomó de “manera personal”. “Yo quiero que este país sea otro y no puedo tolerar que los tipos que vinieron a esa casa, la destruyeron y asesinaron a todos, estén libres”, dijo con la voz apretada por la emoción. “Todos los días”, contó, se pregunta por qué sobrevivió sólo él. “Siempre estoy en falta, y seguramente no estoy haciendo todo, pero hago lo que puedo. Al resto sólo le pido que haga lo que corresponde”, fue su frase final, con la voz quebrada. Todo el público lloraba y los aplausos fueron interminables. La presidenta del Tribunal, Beatriz Caballero de Baravani, le agradeció el testimonio.
El relato de Manuel comenzó desde el principio de su recobrada identidad. Su papá era Gastón Roberto José Gonçalves y su mamá, Ana María del Carmen Granada. Eran militantes en Escobar, perseguidos desde antes del último golpe militar. Gastón desapareció el mismo 24 de marzo de 1976. Cuando Manuel supo quiénes eran sus padres, en 1995, en la Argentina estaban vigentes las leyes de impunidad. “Difícilmente alguien se pueda poner en el lugar de una persona que perdió su identidad. A mí me cuesta hoy todavía”, explicó ayer. Apareció la necesidad de saber. “Nunca los iba a conocer, la construcción de quiénes fueron ellos la hice a través de terceros”, rememoró. El primer destino fue Escobar, donde militaban Gastón y Ana. “Eran alfabetizadores de adultos. A través del testimonio de mucha gente, fui conociéndolos. Gente que aprendió a escribir con mi papá y mi mamá, y me lo agradecía a mí porque a ellos no se lo podían decir.”
Por entonces, el intendente de Escobar era el comisario Luis Patti, condenado a prisión perpetua el 14 de abril del año pasado por la desaparición del papá de Manuel, entre otros delitos de lesa humanidad. Ese padre le legó un hermano, Gastón, el bajista de los Pericos, que tras el testimonio de Manuel no paraba de secarse las lágrimas en la vereda del Concejo.
Cuando fue a San Nicolás, Manuel empezó por el cementerio, ya que el cuerpo de su madre estaba en el osario. Después visitó el lugar de la masacre. Sólo tenía un recorte de diario, con la foto de una ventana. Un día se animó a tocar el timbre en la casa lindera al 676. Lo atendió una señora “bastante mayor”, por la ventana, sin abrir la puerta. “Sí, es la casa que está acá a la izquierda. Cuando vos golpeaste la puerta, estaba hablando de eso, porque nosotros nunca nos olvidamos de lo que pasó acá. Hace 24 años de eso”, le dijo la mujer. No pensaba decirle quién era porque “no podía casi hablar”. La mujer le dijo: “Siempre lo recuerdo porque de acá sacaron a un bebé que estaba vivo y nunca supimos qué pasó con él”. Cuando Manuel le dijo que él era ese bebé, la vecina cerró la ventana. El pensó que era el momento de irse, pero la mujer abrió la puerta, lo abrazó y lo invitó a comer. En un rato, los vecinos de toda la cuadra estaban a su alrededor, contando lo que había ocurrido. “Me costó mucho procesar esa información, era lo que yo había vivido, pero con otros ojos. Después me di cuenta de que yo lo tenía registrado de alguna manera”, rememoró.
En sus constantes idas a San Nicolás, Manuel ingresó en la casa donde fue la masacre. “Los dueños me permitieron entrar. Para mí significaba mucho estar ahí porque en esa casa había estado con mi mamá.” Y siguió: “El dueño de casa me fue relatando que estaba todo roto, los muebles agujereados a balazos. Me contó que se habían llevado todo lo que había en la casa. Me dijo que habían encontrado la casa destruida, que tuvieron que hacerla de nuevo”.

El contexto de los fusilamientos de Trelew



Declaró la cineasta Mariana Arruti en la causa por los asesinatos de 1972.

De los cuatro años de producción de su documental Trelew, la antropóloga y cineasta Mariana Arruti recordó ayer, entre otras cosas, el momento en el que no aceptó las condiciones que uno de los médicos de la Base Almirante Zar, que asistió a las víctimas de la Masacre de Trelew, le impuso para dejarse entrevistar. “El doctor Talavera me dijo que aceptaba que lo filmara, pero que el tape se lo iba a quedar él. Hoy me arrepiento. Nunca pensé que iba a estar en un juicio para poder contar lo que me habría dicho”, dijo Arruti frente al Tribunal Oral Criminal Federal de Comodoro Rivadavia durante su testimonio en el marco del juicio por los fusilamientos del 22 de agosto de 1972. Talavera falleció y se llevó consigo su versión de las muertes.
El repaso de la realización de una de las dos producciones audiovisuales que existen sobre la masacre –la otra es Ni olvido ni perdón, del desaparecido Raymundo Gleyzer– aportó a la “contextualización” de los asesinatos “en el marco de las violaciones a los derechos humanos”, evaluaron las partes acusatorias en el juicio. La persecución a las familias de dos de las víctimas –los Sabelli y los Capello– y a Daniel Carreras, el periodista que cubrió para la televisión local la entrega en el viejo aeropuerto de Trelew de los presos políticos que se habían fugado del penal de Rawson, fueron algunos de los puntos más fuertes de su declaración.
Arruti comenzó a responder preguntas de las querellas y defensas frente al Tribunal Oral de Comodoro Rivadavia pasadas las 16 de ayer. Los acusados –los marinos retirados Luis Sosa, Emilio del Real, Roberto Pacagnini y Jorge Bautista– la oyeron desde Buenos Aires. El cabo Carlos Marandino participó de cuerpo presente. La cineasta mencionó los puntos sobresalientes de la producción del documental que realizó sobre la masacre, que se proyectó en el marco del juicio a principios de mes. “En muchos tramos de su declaración, Arruti logró entablar una conexión directa entre la Masacre de Trelew y las violaciones a los derechos humanos que sucedieron desde 1976 en el país, lo cual refuerza mucho la caracterización de los crímenes de 1972 como delitos de lesa humanidad”, analizó el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos Germán Kexel.
Kexel se refirió a lo que mencionó la cineasta respecto del periodista de Canal 3 de Rawson Daniel Carreras, la tía de María Angélica Sabelli y la madre de Eduardo Capello, quienes en el marco de la realización del documental aseguraron haber sido víctimas de persecución política durante la última dictadura. También a las dificultades que Arruti dijo que tuvo al encontrar imágenes de la toma del aeropuerto, el 15 de agosto de 1972. “Era material que no se encontraba en los canales y después me enteré de que las fuerzas de seguridad en el ’76 comenzaron a retirar cintas que podrían haber sido utilizadas para identificar personas”, consideró.
“Carreras me contó las consecuencias en un montón de aspectos que tuvo para hacer esa entrevista en el aeropuerto”, mencionó Arruti en relación con el periodista que había hablado con los referentes de los 19 presos políticos fugados del penal de Rawson en el viejo aeropuerto de Trelew. “Me contó que de la toma se llevó una púa que le regaló (una de las víctimas, Mariano) Pujadas y una foto de los militantes; que después de eso se fue a vivir al conurbano bonaerense y que allí le allanaron la casa, lo detuvieron y desaparecieron durante diez días en Campo de Mayo, donde fue ferozmente torturado.” El material de esa charla quedó afuera del documental, pero Arruti lo cedió al tribunal para que sea incorporado en la causa ya que, si bien el periodista declaró en la etapa de instrucción, falleció antes del juicio. El tribunal analizará la incorporación de otra prueba sumada por la querella de los familiares: el audio de una entrevista que ofrecieron los tres sobrevivientes a los fusilamientos, María Antonia Berger, Ricardo Haidar y Alberto Camps. “Es una prueba importante por lo simbólico, porque se recupera su voz”, analizó Kexel.
Las charlas con Soledad Capello y Chela Sabelli, en tanto, “impactaron mucho” a la antropóloga. Luego de mudarse en varias oportunidades por sufrir “amenazas”, los padres de Eduardo Capello sufrieron la desaparición de su otro hijo, Jorge, quien “había ido a reconocer el cuerpo de su hermano a Trelew y aparecía en varias notas periodísticas de la época”. “Jorge fue secuestrado con su mujer, Nené, y su hijo de 14 años. Los vieron por última vez en El Vesubio”, apuntó la cineasta. Chela fue quien “reconoció el cuerpo de su sobrina en la morgue, antes de que le hicieran la autopsia”, a dos meses de haber sido asesinada, y cuyo resultado arrojó que “el tiro mortal fue dado a 10 centímetros de la nuca”. Su familia entera se exilió en Italia tras la masacre. Los documentos descubiertos en el archivo de la Armada hace poco más de un mes contienen el informe de esa autopsia, en tanto que el dato del tiro de gracia en la nuca lo mencionó durante su declaración Miguel Marileo, el empleado de la funeraria que contrató la Armada para trasladar los cuerpos.

Ailín Bullentini

Todo por seis pesos



Con un índice de inflación manipulado por la intervención del INDEC, los datos que componen las canastas básicas con las que se mide el nivel de pobreza e indigencia son irreales. Se ocultan así más de 9 millones de pobres y más de 4 millones de indigentes, es decir, que pasan hambre. Por Red Eco Alternativo

Por ANRed - Sur (redaccion@anred.org)

Los últimos datos del INDEC mostraron que en julio una familia tipo (padre, madre y dos hijos) puede alimentarse durante un mes con 688,4 pesos, o sea 6 pesos por persona y por día. Si le alcanza con ese dinero, entonces no se considera indigente. Y si además llega a cubrir alimentos, esparcimiento, viáticos, vestimenta, salud y educación con $1.528,6 mensuales, es decir con $13 por día por cada integrante, ya no es pobre.
Que las canastas no tienen nada que ver con la realidad parece ser un descubrimiento reciente de los medios opositores al gobierno. Por su parte, los medios oficialistas trataron de justificarlas o ningunearlas.
La justificación llegó rápidamente con una promoción de la cadena de supermercados Carrefour, publicitando que con $6,99 diarios se puede comer. Aunque esa promoción, en caso de que haya stock (cosa que casi nunca sucede) está llena de restricciones: corre del 13 al 26 de agosto, no se pueden comprar más de 10 productos de la lista de 36, sólo una unidad por producto, no más de un kilo en caso de verduras y frutas y una sola canasta por familia. “Yo tengo cámaras acá, si ven que te vendo hoy y volvés mañana y te lo vuelvo a vender me retan a mí”, confesó una empleada del supermercado a un periodista de plazademayo.com
Enojada por lo de los “6 pesos por día”, la actual directora del INDEC, Ana María Edwin, acusó a un “presunto periodista que se ha infiltrado en el INDEC a lo largo de toda su vida, de nombre Ismael Bermúdez” del multimedio Clarín, de sacar información para hacer una operación mediática.
En un reportaje de la Agencia Paco Urondo (de línea oficialista) dijo: “Nosotros somos sumamente críticos de esta canasta”, pero no explicó por qué el gobierno la sigue utilizando para medir la pobreza y la indigencia en nuestro país. Agregó que “el INDEC nunca ha difundido ni difundirá que se necesitan seis pesos para que una persona coma por día”.
Con un tinte macartista (trayendo a colación que Bermúdez es hermano de Jorge Altamira, dirigente del Partido Obrero) afirmó sin sonrojarse que el periodista “ha descubierto esto de hacer una división simple para tornar en un hecho mediático lo que el INDEC no dice”.
Subestimando el sentido común, la inteligencia y sobre todo a una realidad que vivimos todos –la del aumento constante de precios -, pretendió poner el eje en el cálculo matemático para cuestionar lo incuestionable y defender lo indefendible.
El equipo de trabajo del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP) que coordina el diputado Claudio Lozano (presidente del bloque Unidad Popular e integrante de la CTA), viene desarrollando mediciones con las cuales estima que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) estaría rondando $2.251 mensuales y la Canasta Básica Total (CBT) $4.152, es decir, un 227% y un 172% por encima de las canastas publicadas por el INDEC, respectivamente.
“La metodología utilizada para estas mediciones es tomar la última canasta que había preparado el propio INDEC para medir ambas cosas y actualizarlas no por los precios del INDEC intervenido sino tomando en cuenta aquellas direcciones de estadísticas provinciales que manejan evoluciones de precios que realmente son mucho más creíbles y confiables, sobre todo teniendo en cuenta que estas direcciones y estadísticas provinciales, cuando el INDEC funcionaba de manera normal, tenían una evolución de precios similar al INDEC nacional”, comentó Lozano.
Tomando estas cifras cercanas a la realidad de los que somos consumidores, los pobres en Argentina, que según el gobierno son poco más de 3,3 millones (8,2%), superarían 12 millones (31,5%). Y los que están en la indigencia pasarían de casi 1 millón (2,4 %) de personas a 5 millones (12,8%). O sea, se cuadriplicarían.
Estos datos son aún menores que los que arroja la carrera de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires, que ha tomado los componentes de una dieta calórica mínima para establecer los importes de referencia de la canasta de indigencia.
En una entrevista realizada en el programa Los Locos de Buenos aires (FM La Tribu) al diputado por el Frente Amplio Progresista Roy Cortina, comentó que a fines de julio, antes que se conociera el dato del INDEC, realizaron un relevamiento de los precios que componen la canasta básica de alimentos para los jubilados.
Tomaron los alimentos que según el organismo la conforman (50 ítems) los cuales en el sitio del INDEC no tienen precios de referencia en forma individual sino que en conjunto totalizan 180 pesos mensuales. O sea que un jubilado hace sus cuatro comidas diarias con 6 pesos (cifra equivalente al último aumento recibido por los trabajadores pasivos en sus haberes).
"Varias bolsas de pan, papa, 6 litros de leche, 2 paquetes de vainillas, 2 paquetes de fideos, 1 paquete de harina y con eso comería un jubilado en todo el mes", afirmó Cortina.
Constataron los precios en un supermercado de la Ciudad de Buenos Aires, eligiendo la marca más barata y eso arrojó $530. Con los $180 solo llegaban al alimento octavo en la lista.
“Hay un intento de terminar con la pobreza en las estadísticas”, afirmó. Y agregó que este gobierno ha invertido la ecuación de solidaridad de la jubilación pública, de los trabajadores activos con los jubilados. “Los que tienen que ser solidarios son los jubilados pero con los déficits de las cuentas públicas del país a costa que no puedan cobrar jubilaciones dignas”, señaló.

Nada nuevo

Quienes venimos siguiendo los valores CBA y la CBT, con las cuales se mide la indigencia y la pobreza, podemos decir que esto sucede desde que el organismo fue intervenido y se comenzaron a violentar las metodologías que se usan para tomar las muestras de precios que componen esas canastas.
Ninguno de los medios de las “corpos” enemigas del gobierno y menos aún los oficialistas y los públicos-gubernamentales, han recurrido a los trabajadores organizados en ATE-INDEC que vienen denunciando esta situación desde hace muchos años.
Hace 5 años, quien tenía a su cargo el cálculo de la pobreza e indigencia dentro del INDEC, fue desplazada de su tarea. Cynthia Pok era entonces directora de la Encuesta Permanente de Hogares.
En ese momento, los trabajadores del organismo estadístico resolvieron hacer un paro que duró 45 días, para repudiar la medida tomada contra Pok. Hubo en represalia 13 despedidos que finalmente lograron, a través de la lucha de sus compañeros de ATE INDEC, ser reubicados. Ese compromiso fue una de los acuerdos que figuran en tres actas firmadas entre el Ministerio de Economía, la Jefatura de Gabinete, la CTA y ATE. Salvo ese punto, el resto de los acuerdos nunca se cumplió.
Uno de los firmantes de las actas fue el actual Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, quien el mes pasado, en el Congreso Nacional, interpelado por las diputadas Graciela Iturraspe (Unidad Popular) y Alcira Argumedo (Proyecto Sur) sobre la situación de los trabajadores del INDEC y esas actas dijo: “Córtenla, el INDEC no está intervenido”.
Sin embargo, lo que Abal Medina no pudo explicar fue cuál es la idoneidad profesional, la experiencia en estadísticas o cuáles fueron los concursos públicos ganados por quienes ocupan hoy cargos en el INDEC, como el de la desplazada Cintia Pok.
En un comunicado de 2009 -uno de los tantos dados a conocer por los trabajadores de ATE INDEC– los trabajadores denunciaban la crisis técnica, institucional y laboral del organismo iniciada en enero de 2007 a raíz de la intervención comandada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Comenzaron por el área del Índice de Precios al Consumidor (IPC), luego se extendieron a otros programas del Instituto (Pobreza e Indigencia, Estimador Mensual Industrial, PBI, etc.), hasta llegar a ser total.
Se desplazaron directores, profesionales y equipos técnicos y operativos completos que se opusieron a la manipulación estadística, se despidieron a algunos de ellos, el hostigamiento a los trabajadores se tornó permanente, imponiendo rebajas salariales, sumarios y causas judiciales, y múltiples represalias, incluyendo la presencia de una “patota” reclutada para el amedrentamiento de quienes denunciaban la intervención.
Entonces denunciaban la instalación de cámaras filmadoras en pasillos, oficinas y donde se realizan las asambleas del personal, los monitores de las cámaras a disposición de los grupos de choque, los micrófonos, etc.
“Insistimos en que la salida de la crisis institucional del INDEC y la recuperación de las estadísticas públicas dependen de poner fin a la Intervención, a la manipulación de los datos y a la persecución interna de los trabajadores que se oponen a ella”, afirman los trabajadores.

Bonus: Un ejercicio curioso

Sacando cuentas, un cibernauta argentino hizo el siguiente cálculo:
Desayuno $1: un saquito de café $ 0,85 (la caja de 20 saquitos cuesta $17) para usarlo en desayuno y merienda. Costo final $0.425. Una factura $ 1,50 para dividirla en tres partes (para aprovechar en merienda y próximo desayuno) Costo final $ 0,50 = Costo final desayuno: $ 0,925
Almuerzo $2: 1/2 Hamburguesa Paty "finitas" (el paquete por 2 sale $6,50) Costo final: $ 1,625 + 1/2 Salchicha "Panchín" (el paquete por 6 sale $ 4.29) Costo final: $ 0,3575 = Costo final almuerzo: $ 1,9825
Merienda $1: repetir desayuno aprovechando el saquito de la mañana y la tercera parte de la factura. Costo final merienda: $ 0,925
Cena $2: repite almuerzo aprovechando las mitades de la hamburguesa y la salchicha. Costo final cena: $ 1,9825 Bebidas: agua a gusto y nada de pan (está muy caro y engorda)
Su conclusión: el costo final diario de la dieta estaría en $ 5,815, razón por la cual no solamente estaría cuidando mi salud adelgazando un montón, sino que además tendré una capacidad de ahorro diario de $ 0,185 (para derrochar en las vacaciones).

Represión policial en Córdoba contra los trabajadores estatales



La Asociación de Trabajadores del Estado expresó "el más profundo repudio a la represión desatada en contra de los manifestantes, frente al edificio de Tribunales y zona aledaña", quienes realizaron la tercera movilización de los empleados públicos provinciales, contra los recortes en las jubilaciones del gobernador José Manuel de la Sota.
Mediante un comunicado, la entidad sindical sostiene que "así se manifiesta el presunto espíritu dialoguista del gobernador De la Sota, que no mide las consecuencias que generan las medidas autoritarias que promueven la pérdida de derechos previsionales, tal como sucedió con la aprobación de la ley 10078", que afecta a los salarios de los jubilados cordobeses.
Además agrega que "el ensañamiento policial con los trabajadores da cuenta de cuál es el objetivo que persigue el gobierno provincial: ajuste y represión para activos y jubilados de la provincia de Córdoba".
En ese sentido la conducción de ATE sostiene que "De la Sota prosigue con su juego político y campaña publicitaria, para evadir sus responsabilidades institucionales sobre el desmanejo de la Caja de Jubilaciones en particular, y de las finanzas provinciales en general".
Por último, el sindicato advierte que "alarma la magnitud de la represión, que no se condice con el clima de la concentración. Pareciera que la jornada de hoy fue un mensaje del poder a los trabajadores para que detengan sus protestas".

Se expresó la voluntad popular contra la megaminería en Bariloche



Se realizó un análisis sobre el panorama político actual de Rio Negro, donde se mantiene la resistencia y el aumento de la movilización para que se restituya urgentemente la “ley anticianuro”.
Una vez más los vecinos se convocaron a debatir sobre el flagelo de la megaminería como una de las caras del modelo de saqueo y contaminación. En las instalaciones del CEM 37 de Bariloche y con participación de asambleistas de Jacobacci, Bolsón y Puelo, este sábado 25 se llevó a cabo la “Gran Asamblea Contra la Megaminería”.
El evento está encuadrado en un marco patagónico de articulación con las otras asambleas que llegaron y expresaron sus problemáticas. En el encuentro se generaron herramientas en común para continuar la lucha desde un enfoque regional.
Los vecinos de Ingeniero Jacobacci aportaron la visión desde la línea sur, donde recientemente han estado recibiendo avisos de cateo y manifestaciones de descubrimiento minero en sus campos.
Además se trabajó en la interpretación del Catastro Minero y se compartió el esbozo de un instructivo con consejos prácticos de asistencia jurídicapara hacer frente a la presentación de las mineras en los campos privados.
Finalmente se realizó un análisis sobre el panorama político actual de Rio Negro, donde se mantiene la resistencia y el aumento de la movilización para que se restituya urgentemente la “ley anticianuro”.
Durante la asamblea se comentaron y discutieron, además, las posiciones contradictorias de funcionarios provinciales y sus exabruptos mediáticos.
Como resultado de la jornada se decidió realizar las siguientes acciones:
· La próxima publicación del plan de lucha, tanto local como regional.
· Se determinó que la próxima marcha, la número 24, se realice en el inicio de la primavera con el lema será “Marcha por la Vida” el miércoles 19 de septiembre.
· Además se consensuó convocar la próxima Asamblea el 22 de septiembre con la mirada puesta en la 4° UAP (Unión de Asambleas Patagónicas) a realizarse el 6 y el 7 de octubre en Gan Gan, Chubut.

domingo, 26 de agosto de 2012

Una vida con la clase obrera



FALLECIÓ EL ABOGADO LABORALISTA HORACIO ZAMBONI

En las últimas horas del 22 de Agosto de 2012, falleció en Rosario el Dr. Horacio Zamboni, abogado laboralista profundamente comprometido con las luchas de los trabajadores. Supo formar a activistas y dirigentes sindicales, dando a los obreros las herramientas necesarias para defender sus derechos. Uno de sus muchos aportes fue su insistencia y claridad en la reivindicación del Salario Mínimo, Vital y Móvil. El historiador obrero Leónidas Ceruti y el colectivo Indymedia Rosario le rendimos este pequeño homenaje. Por Leónidas Ceruti e Indymedia Rosario.

Por ANRed - L (redaccion@anred.org)

CAMARADA HORACIO ZAMBONI
UNA VIDA CON LA CLASE OBRERA



Desde 1962 se formó en el marxismo en forma independiente. Fue crítico del dogmatismo stalinista, y durante toda su vida realizó aportes teóricos y prácticos para enfrentar a los patrones y al capital.
De la primera etapa de su vida como militante, recordaba que los primeros pasos fueron en la agrupación estudiantil de la Facultad de Derecho de Rosario, “Nueva Estructura Programática de la Reforma Universitaria”, acompañado entre otros por Luis Díaz Molano, Mario Sensi, “el loco” Calgaro, etc. De esa época, siempre hacía mención al MASPLA (Mov. de Solidaridad con los Pueblos Americanos) y al acto cuando De Gaulle visito el país y fue orador por la FUA junto a J.W.Cooke, Coronica Segura, Sofía (por los egresados del PC), y Raúl Salaberri también por la FUA.
Después vinieron las elecciones en el Colegio de Abogados por los años 1967-68, en las cuales participaron en acuerdo con compañeros como Zanella, Lezcano, enfrentando a la agrupación conformada por radicales y demoprogresistas, y que ganaron los desarrollistas.
Y hacemos hincapié en esa votación, porque en esos días planteó que el trabajo en ese espacio estaba agotado, y que debían ir a contactar a la clase obrera. Su opción fue “por el derecho colectivo, en lugar de tener muchos juicios individuales”.
Por esa situación fue “sancionado”, lo removieron de ser responsable del frente de abogados. Fue enviado “castigado” como responsable de la célula de la Zona Industrial, en donde estaban los petroquímicos Juan Dowling, el Flaco Moglia y Tito Sacrispandi.
Cuando la Lista Verde, recuperó el SOEPU (Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos)”, que conducía como secretario general Antonio Diez y el flaco Moglia como adjunto, “ellos impulsaron la contratación mía como asesor y propusieron que se me contratara en un periodo de prueba como asesor sindical, por seis meses”. Tenía 25 años, fue en mayo de 1968.
Se iniciaría una etapa de muchas luchas, huelgas. Desde el primer conflicto “que se encaró y que resultó el punto de partida para el desarrollo de esta organización sindical fue un tema que está hoy a la orden del día, y en San Lorenzo sobre todo con los aceiteros de esa localidad, pero en todo el país y en el mundo, que era la lucha por la eliminación de los contratistas, en ese caso la de los obreros de la construcción”. El triunfo fue total.
Fue abogado de los petroquímicos desde mayo de 1968 hasta noviembre de 1974.
En el SOEPU y luego en la Intersindical de San Lorenzo, estuvo junto a los trabajadores en muchos conflictos históricos y con aportes que tienen y seguirán teniendo vigencia, como en la Lucha por la Capacitación y la Rotación del Trabajo, la Experiencia de la Toma de PASA Petroquímica con Gestión y Control Obrero de la Producción durante 26 días, entre julio y agosto de 1974, y la Asamblea Obrero - Popular de Julio de 1971, entre otros tantos ejemplos.
Fue también abogado del Sindicato Obreros Ceramistas, Porcelanas y Afines y del Sindicato de la Alimentación de Firmat.
Primero la Triple A lo condenó a muerte. Después, en el mes de noviembre de 1974, cuando Isabelita declaró el estado de sitio en todo el país, fue detenido y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. La reacción de los Petroquímicos fue inmediata, reclamando su liberación a través de distintas declaraciones y solicitadas de denuncia, una de ellas dirigida expresamente a la “Sra. Presidente”, firmada además por otros Gremios. Se denunció que el día 8 de noviembre a la madrugada había sido detenido por efectivos de la Policía. Luego de un allanamiento en su domicilio que se prolongó por más de dos horas, fue trasladado a la Jefatura de Policía de Rosario; posteriormente a la Policía Federal ante un Juez Federal. El magistrado resolvió que debía ser liberado de inmediato, por no encontrarse motivo que justifique su detención. Pese a esa determinación, la Policía Federal dio a conocer el Decreto Nº 1404 /74, por el cual era puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, siendo trasladado a Buenos Aires.
Los Gremios firmantes de la publicación expresaron:
“Nuestro compañero de lucha de estos últimos años, el abogado que no mira la camiseta política ni el gremio al que pertenece el obrero que reclama su ayuda, el hombre que está en cada una de las conquistas de los trabajadores ceramistas, petroquímicos y de la alimentación; el hombre que está junto a nosotros compartiendo alegrías y amarguras, corriendo los mismos riesgos, recibiendo amenazas, es ahora un preso político, un preso por su militancia de años junto a la clase obrera para la cual vive dedicado todos los minutos de su vida. Por todo lo dicho, consideramos este hecho como un agravio contra el conjunto de los trabajadores de los gremios a los que pertenecemos.” (Rosario, 13 de noviembre de 1974).
Llegó el exilio en Perú con su familia. Continuó la lucha y escribiendo sobre marxismo, economía y rescatando la historia del SOEPU. Allí conoció a quien sería uno de sus grandes amigos, el histórico militante de la “resistencia” Ricardo “Petiso” Fernández.
Retomó la representación del SOEPU desde el 86 hasta la huelga de los petroquímicos en noviembre de 1989. Ese fue el primer conflicto testigo de década del 90, en materia de resistencia a la avanzada neoliberal contra los derechos de los trabajadores, durante el primer gobierno de Carlos Menem. Supo escribir sobre esa experiencia “La patronal aplastó la ocupación de la Planta y una huelga de 29 días En esa huelga se defendió la vigencia del convenio colectivo de trabajo, iniciándose con ese conflicto la derogación sistemática de la legislación laboral y convencional propia del neoliberalismo”
Con los años y hasta su fallecimiento fue asesor legal del Sindicato Aceitero de Rosario (Soear) y de la Federación de Aceiteros.

Hizo docencia para los trabajadores y la militancia

Fueron muchos los cursos, seminarios y conferencias que dio para la formación y capacitación de los trabajadores, como también a militantes con posturas antisistema.
Siempre impactante, con un discurso atrapante e ingenioso, siempre con nuevos aportes, siempre polémico y dando el debate, siempre frontal, siempre defendiendo los derechos e intereses de la clase obrera.
Desde las agrupaciones obreras de base, los trabajadores que empezaban a organizarse hasta las conducciones de muchos sindicatos, fueron a su encuentro, a consultarlo, pedir su opinión, orientación, como también los estudiantes universitarios.
Defensor y difusor de la democracia obrera, de las asambleas obreras, de los cuerpos de delegados. Siempre decía y enseñó que los que deben deliberar, decidir y ejecutar son los obreros.
Por eso, no solo luchó contra los patrones y el capital, sino contra todos aquellos que buscaron y buscan sustituir en la lucha a los trabajadores
Sus posiciones antisistema y por la construcción de una sociedad sin explotadores ni explotados, hicieron que fuera reprimido y se ganó enemigos, y los enfrentaba con la convicción de lo que fue: UN REVOLUCIONARIO.

Nada de lo humano le fue ajeno

Amó a su familia, y fue solidario con sus amigos y compañeros de lucha.
Deportista desde muy joven, gran lector, amante de la música, del cine, de la literatura, del baile.
Le gustaba compartir una comida con amigos, para charlar y debatir sobre todos los temas de la vida.
Vivió la vida a pleno, con una pasión y entusiasmo que contagiaba.
Por todo eso vayan estas

Palabras para un revolucionario

Cuánto aprendimos y seguiremos aprendiendo de vos
Muchos nos formamos en la militancia con su ejemplo y tus ideas
Horacio fue y será ante todo: un revolucionario
Siempre estuviste junto a la clase obrera y luchaste por sus derechos
Esa fue tu elección de vida
Por eso te detuvieron, por eso la “Triple A” te condenó a muerte
Luego el exilio para seguir peleando
La lucha y el debate fue tu vida
Lo hiciste con una pasión y tenacidad como pocos
Desde muy joven hasta estos días viviste intensamente cómo contribuir a la emancipación de la clase obrera y al derrocamiento de esta sociedad irracional e injusta
Recordamos tanto tus charlas, conferencias, tu maravillosa discurso en 1973, en el Cine Ambasador
Pero sobre todo recordaremos tu valentía para plantear tus convicciones y sobre todo en público
No sólo luchaste contra los patrones, el capital, sino contra todos aquellos que buscaron y buscan sustituir en la lucha a los trabajadores
Camarada, Amigo, Hermano, Horacio siempre estarás en cada huelga, cada conflicto y con nosotros
Te recordaremos como lo que fuiste, un revolucionario de puño en alto
Nos vemos en cada lucha de los trabajadores

Leónidas Noni Ceruti

Reprimen a trabajadores de El Tabacal en Salta



La policía salteña reprimió salvajemente con balas de goma y gases lacrimógenos a trabajadores que se encontraban manifestando frente al ingenio El Tabacal, en el departamento de Orán, en cercanías de caminos alternativos a la Ruta Nacional 50. Hasta el momento, según confirmó el hospital de Hipólito Irigoyen, ingresaron 40 personas con heridas de diferente magnitud. En el corte hay mujeres y niños. En Salta Capital la CCC, CTA y el Partido Obrero convocaron a una marcha en apoyo a los trabajadores de Tabacal y en repudio al gobierno de Juan Manuel Urtubey. Por Agencia de Noticias Copenoa. AMPLIAREMOS.

Por ANRED - C (redaccion@anred.org)

La Agencia de Noticias Copenoa emite las primeras imágenes de la represión a trabajadores del Ingenio San Martin del Tabacal:
Desde el hospital de Hipólito Yrigoyen, confirmaron a la Agencia de Noticias Copenoa que ingresaron 40 personas con distintas heridas.
Luego de la cruel represión concretada por infantería de la policía de la provincia de Salta, contra obreros que se encontraban junto a sus familias, estos quemaron una bandera del azúcar el Chango que comercializa la multinacional norteamericana Seaboard hoy dueña del Ingenio San Martin del Tabacal:






sábado, 25 de agosto de 2012

Masacre obrera en Sudáfrica



Cerca de 40 mineros huelguistas sudafricanos de la empresa británica Lanmin fueron brutalmente asesinados por la policía mientras que otros 70 resultaron heridos y, además, 259 personas fueron detenidas. La masacre, perpetrada el jueves 16/8, se dio en el marco de una dura huelga por aumento de salarios que vienen sosteniendo más de 3000 obreros operadores de taladros mineros desde el 10/8. Armados hasta los dientes con armas largas de guerra, unos 500 policías perpetraron la sangrienta matanza montando una artera y cobarde emboscada.
Los diarios publicaron en primera plana las fotos de los cadáveres regados por el suelo, rodeados de policías que seguían apuntándoles con ametralladoras, escopetas y pistolas. Es la primera vez desde el fin del régimen del Apartheid en 1994 que se vive la matanza en grupo de sectores de la población negra. La gravedad de los hechos generó una importante crisis política al gobierno de Jacob Zuma, del partido Congreso Nacional Africano (CNA), que se vio obligado a decretar una semana de luto en todo el país.
Al día siguiente, las valientes mujeres de los mineros realizaban una movilización, haciendo frente a los cobardes policías asesinos en reclamo de justicia. Días después seguían exigiendo conocer el paradero de varios de sus esposos. La crisis es tal que el domingo 19/8 el ex dirigente juvenil del CNA, Julius Malema, de gran prestigio entre la juventud negra, denunció la represión en un acto realizado en el lugar de la matanza, se solidarizó con los mineros que lo vitorearon y exigió la renuncia de Zuma y la nacionalización de la mina. Esta crisis surge en medio de los preparativos de la Convención Nacional del CNA, que en diciembre tendrá que definir el próximo candidato a presidente.
El mismo 19/8 la empresa envió telegramas intimando a los obreros a volver al trabajo bajo amenaza de ser despedidos. Pero la compañía, blanco de críticas por su respuesta ante los trabajadores en huelga, se vio obligada a retroceder, y su presidente tuvo que retirar la amenaza de despido. Los trabajadores no se dejaron amedrentar y siguen en huelga. Grandes negocios imperialistas, miseria obrera y popular La mina produce platino y está ubicada en Marikana, 100 kilómetros al norte de Johannesburgo, la ciudad más poblada y con mayor concentración obrera de Sudáfrica. Pertenece a la multinacional inglesa Lonmin, que es la tercera productora mundial de ese metal y emplea unos 28.000 obreros (de un total de medio millón de mineros en todo el país). Sudáfrica es parte a nivel mundial de las “economías emergentes”, los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), pero su crecimiento económico está basado en aumento de las exportaciones mineras y no en un desarrollo industrial. La política del CNA ha sido sostener el crecimiento en base a políticas neoliberales y a la exportación de minerales, garantizando a las grandes mineras la imposición de bajos salarios y condiciones laborales precarias.
Sudáfrica tiene la mayor reserva mundial de platino y es el principal exportador, uno de los mayores productores de oro y carbón, y el mayor productor de diamantes. Una fenomenal explotación de recursos en manos de las multinacionales imperialistas, que va de la mano de un mayor empobrecimiento de las masas y aumento de las desigualdades. Sudáfrica tiene uno de los mayores índices de “desigualdad social” entre blancos y negros, e incluso entre una casta burocrática de funcionarios negra, desarrollada alrededor del CNA. La huelga de los mineros de Marikana es una respuesta obrera a las consecuencias de la crisis internacional con epicentro en Europa (principal socio comercial de Sudáfrica), que actualmente está afectando esta economía, que ya tiene un 30% de desocupación, por la caída del precio del platino y el encarecimiento del crédito externo. Pocos días después de la masacre en Marikana, ha estallado otra huelga en la minera Bafokeng Rasimone Platinum, mostrando la explosividad de estos sectores obreros superexplotados, que cobran los salarios más bajos de Sudáfrica y viven hacinados en chozas al lado de la mina. Al cierre de esta edición se daba a conocer una tercera huelga en la Anglo American Platinum, también por aumento de salarios.

Gran lucha y activismo obrero

La huelga es durísima porque la burocracia del Sindicato Nacional de Mineros (NUM, en inglés), aliada al gobierno, viene intentando quebrar la lucha con distintos métodos, incluyendo el envío de matones. El activismo, que cuenta con más de 3000 obreros sosteniendo la concentración en la mina, se nuclea en la Asociación de Mineros y Trabajadores de la Construcción (AMCU, en inglés). El AMCU es una ruptura de la NUM, uno de los principales sindicatos de la central obrera nacional COSATU, también en manos de la burocracia oficialista. La huelga fue declarada ilegal por el gobierno, y en los días previos a la masacre del jueves se habían producido algunos enfrentamientos contra guardias de seguridad, matones de la burocracia y policías, dejando un saldo de 10 muertos. Así, la huelga está mostrando no sólo la disposición a la lucha contra la patronal por las reivindicaciones económicas, sino también la tendencia a una ruptura más profunda de miles de obreros con sus direcciones sindicales burocráticas. En el sector minero, la burocracia parece conservar sólo un tercio del apoyo de las bases, mientras que otro tercio estaría con la AMCU y el resto con ninguno de los dos.
Las declaraciones del líder de la COSATU, que llamó a la unidad del movimiento obrero, parece mostrar que este proceso no está limitado sólo a la minería sino que se extiende a otros sectores del movimiento obrero sudafricano. Ya en 2010, cuando los dirigentes levantaron la gran huelga de trabajadores estatales, habían sido abucheados por sus bases. En enero de 2012, los obreros de la minera de platino Impala llevaron adelante una histórica huelga ante el despido de 5.000 trabajadores. 17.000 mineros sostuvieron la huelga sin el apoyo del sindicato NUN y pese a ser declarada ilegal por el gobierno.
Los activistas de la AMCU denunciaron que los matones de la burocracia están trabajando abiertamente con la policía y seguridad privada para amedrentar a los trabajadores. Tras la represión, los dirigentes de la NUM y COSATU mostraron un rol aún más antiobrero, justificando de hecho la masacre al repetir el discurso de la policía de que los manifestantes estaban armados y de que hubo disparos de ambos lados.
Esta gran lucha minera y el surgimiento de sectores sindicales más combativos que rompen con la dirección de la COSATU reflejan un creciente descontento obrero y popular con el gobierno del Consejo Nacional Africano (CNA). Este partido-movimiento, junto al Partido Comunista y la COSATU, gobiernan Sudáfrica en una alianza tripartita desde el ’94, luego de ganar las elecciones la primera vez que la población negra pudo votar. Millones de trabajadores y sectores pobres urbanos lo veían como el gobierno que les permitió conquistar derechos civiles y democráticos y despertaba la ilusión de mejorar su nivel de vida. El ANC, fundado en el año 1912 con el objetivo de formar un estado nacional-democrático que incluyera a blancos y negros, creció exponencialmente en los años ’50 por su rol en las luchas contra el régimen del Apartheid, convirtiéndose en la dirección histórica de la lucha de las masas sudafricanas por su liberación del régimen separatista, con la figura emblemática de su dirigente Nelson Mandela.

El régimen del Apartheid

El Apartheid (que significa “separación” en afrikan - la lengua de la minoría blanca) rigió desde 1948 y estaba basado en considerar a los negros como raza inferior que no debía mezclarse con la blanca. Las masas negras estaban destinadas solamente a ser mano de obra barata, sin derechos laborales básicos (como el derecho a sindicalizarse ni agruparse, y no tenían acceso a los trabajos cualificados o mejor pagos), para la burguesía blanca y los monopolios imperialistas. No tenían siquiera los mínimos derechos que existen en un país capitalista, incluso con regímenes dictatoriales, de ser considerados ciudadanos. De la mano del imperialismo inglés y norteamericano, la minoría blanca segregaba a los negros de todos los ámbitos de la sociedad: no podían votar, tenían que vivir en barrios alejados de los blancos, viajar en autobuses especiales, no podían utilizar los mismos baños y los niños negros no podían asistir a las mismas escuelas. No se les permitía viajar libremente por el país, debían hacer filas distintas, estaba legalmente establecido que un negro cobrara menos que un blanco por hacer el mismo trabajo, no podían usar las mismas playas ni edificios públicos (como escuelas), los programas de estudio para negros eran inferiores a los de los blancos y las relaciones sexuales y el matrimonio entre personas negras y blancas estaban prohibidos por ley.

Rebelión de las masas y transición pactada con el CNA

Las masas negras que venían luchando heroicamente contra esta ignominiosa opresión racista de los blancos y el imperialismo fueron víctimas de grandes masacres como la de Sharpeville en 1960 o la de Soweto en 1976. A fines de los ‘80 esta lucha venía en claro ascenso, amenazando con transformarse en una abierta revolución obrera y popular. Para evitar esta perspectiva, el imperialismo y la minoría blanca en el poder pusieron en marcha una transición ordenada y negociada con el CNA. Esta dirección, que había encabezado la lucha anti-Apartheid y fue, junto al PC, la mediación reformista entre las masas y el régimen, pactó esta salida, con Mandela a la cabeza, garantizando que no se tocasen los intereses económicos de los blancos y el imperialismo, así como la impunidad por los crímenes cometidos contra los negros, que se garantizó con la Comisión de la Verdad (ver aparte).
El proceso para desmontar el ascenso duró varios años: desde 1989, cuando Federik De Klerk comenzó el desmantelamiento del régimen, hasta 1994, cuando asume Mandela. El fin del Apartheid y la obtención de los derechos civiles para las masas negras son por lo tanto una concesión que se vieron obligados a hacer la minoría blanca opresora y el imperialismo, ante el riesgo de perderlo todo frente a las masas negras. Aceptaron el sistema de “una persona un voto” que llevaría a un gobierno negro, mientras que el CNA y el Partido Comunista imponían una política de "reconciliación nacional" para frenar la movilización de las masas. Esto se dio en el marco, además, de que el Apartheid ya era insostenible por otros factores, como la derrota de Sudáfrica en la guerra de Angola y la presión internacional contra el Apartheid que había llevado a que el imperialismo pusiera en marcha las negociaciones. El CNA, que fue legalizado en 1990, con el apoyo del PC, fue el que permitió que este plan se llevara a cabo, aceptando las condiciones de la burguesía blanca y el imperialismo. Junto a la COSATU y el PC, formaron la “alianza tripartita” con Nelson Mandela (liberado en 1990 tras 27 años en prisión) a la cabeza. Se transformó así en el garante de la estabilidad capitalista y en el aplicador de los planes neoliberales de ajuste y privatizaciones, sobre todo a partir de los gobiernos de Mbeki y su “Plan de Crecimiento, Empleo y Redistribución” (GEAR, por sus siglas en inglés), lo que desató la resistencia obrera y popular y abrió crisis recurrentes en la “alianza”. El actual gobierno de Jacobo Zuma, también del CNA, llegó en medio de la crisis económica internacional de 2008/2009. Los capitalistas realizaron cientos de miles de despidos con el visto bueno del gobierno, que siguió la política neoliberal de su antecesor. Hubo una dura resistencia obrera y popular en 2009 y 2010. Se produjo la gran huelga de la construcción (que paralizó las obras en los estadios para el mundial de fútbol) y la electricidad en 2009, la de los trabajadores estatales en 2010 por aumentos salariales, y las movilizaciones contra la pobreza y por la falta de infraestructura en los antiguos guetos del Apartheid, que son enormes villas miseria donde las paupérrimas condiciones de vida se mantienen intactas. La mayor parte de estas protestas y movilizaciones, que constituyeron verdaderas crisis políticas para el gobierno de Zuma, fueron reprimidas fuertemente por la policía, dejando muchos manifestantes muertos. Esta ola de huelgas y conflictos fueron convocadas y dirigidas por la central obrera nacional, COSATU, y sus sindicatos, que pese a estar dirigida por burócratas afiliados al oficialista CNA debió ponerse a la cabeza del descontento social para que éste no se saliera de cause.

El poder económico sigue en manos del imperialismo y de la élite capitalista blanca

Hoy, después de 18 años de gobierno del CNA, queda demostrado que la conquista de los derechos civiles y hasta de un gobierno negro, no resolvió ninguno de los problemas democráticos profundos, estructurales ni sociales más acuciantes de las mayorías laboriosas. El resultado de la transición pactada fue que el imperialismo y sus monopolios sigan con sus grandes negocios, explotando a los trabajadores negros y expoliando los recursos naturales. La burguesía blanca mantuvo sus posiciones económicas, como las grandes tierras cultivables, entre otras. De esta manera, los derechos civiles y la legalidad de los sindicatos y partidos negros, se vuelven formales para las grandes masas negras. Incluso el ex dirigente juvenil, Julius Malema, guiado por el interés de posicionarse mejor en la interna del CNA, declaró que “nos dieron la democracia pero ninguna conquista social”.
La masacre de Marikana es una trágica muestra de esto. Los guetos siguen existiendo en tanto barrios muy precarios y marginales, casi sin agua ni luz eléctrica, sin gas ni cloacas eficientes. La basura debe ser quemada por los propios habitantes porque no hay servicio de recolección. La pobreza incluso aumentó con respecto a décadas anteriores, afectando a más de la mitad de la población, lo mismo que la desocupación, que llega a casi el 30% (y al 50% entre los jóvenes). Las condiciones de trabajo precario se mantienen de la mano de la tercerización masiva que se impulsa desde el mismo gobierno. La epidemia del SIDA afecta a una de cada siete personas en el país y la expectativa de vida apenas supera los 50 años. Este “Apartheid social y económico”, es producto de que se ha mantenido intacta la estructura capitalista semicolonial del país, e incluso del desarrollo de una pequeña y nueva élite y burguesía negra que avanzó en una mayor entrega al capital internacional.

La necesidad de la revolución obrera y socialista

El caso sudafricano nuevamente muestra que las demandas democráticas estructurales como la independencia del imperialismo y el reparto de la tierra entre los campesinos pobres, sólo pueden resolverse de forma íntegra y efectiva contra la burguesía nativa y extranjera, imponiendo con la lucha el poder obrero y popular. Una revolución obrera y socialista es la única que puede significar una salida real a las penurias de las masas. Sólo un gobierno obrero y campesino basado en sus organismos de lucha puede acabar con la estructura de clase capitalista, nacionalizando los monopolios extranjeros, estatizando las grandes empresas de la burguesía blanca y la nueva élite negra, llevando a cabo una amplia reforma agraria, y poniendo todos estos resortes fundamentales de la economía bajo administración y control de sus trabajadores, para satisfacer las necesidades sociales más elementales de la población: vivienda, salud y educación. El desarrollo de los organismos de lucha como verdaderos parlamentos obreros (soviets) es el único camino para que las masas tomen en sus manos el destino del país. Para avanzar en este camino, los trabajadores sudafricanos que han dado sobradas muestras de combatividad y heroísmo, deberán romper definitivamente con el CNA y sacarse de encima a la burocracia sindical traidora para emprender el camino de la revolución social.

¿Qué fue la Comisión para la Verdad y la Reconciliación?

La Comisión para la Verdad fue un organismo oficial creado por el gobierno de Sudáfrica para la reconciliación social al fin del Apartheid, entre la élite blanca asesina y los trabajadores y el pueblo mayoritariamente negros que fueron sojuzgados y segregados durante décadas. Se basó en la Ley para la Promoción de la Unidad Nacional y la Reconciliación, de 1995, un año después de la asunción del presidente Nelson Mandela. Fue encabezada por el arzobispo Desmond Tutu, quien planteó el lema: "Sin perdón no hay futuro, pero sin confesión no puede haber perdón", es decir que los asesinos del pueblo podían confesar sus crímenes y si se arrepentían lograban la impunidad por sus actos. Aquellos que hubieran confesado totalmente, con detalles, y mostrado un sincero arrepentimiento, podían beneficiarse de una amnistía. Solamente los que se negasen a reconocer los crímenes cometidos serían entregados a la justicia.
Esta impunidad para los crímenes del Apartheid fue una pieza clave en la transición pactada que negoció el CNA y sus socios del PC y la COSATU con la minoría racista blanca y el imperialismo.
Sólo se juzgarían los casos más “extremos” dejando un sinfín de asesinos y torturadores impunes. Por último, la comisión igualaba las grandes violaciones de derechos humanos cometidos por el régimen con las acciones de aquellos que lo habían combatido, como fueron los grupos armados que enfrentaron por esa vía al régimen. Una teoría de “los dos demonios” que bien conocemos en muchos otros países.

Diego Dalai
PTS, Argentina

El reencuentro



Los rasgos físicos Jacob Alejandro Ñancupil lo identifican como un descendiente de los pueblos originarios de América Latina.
De estatura pequeña, ojos rasgados y muy negros, labios carnosos y dentadura blanca, pelo negro y lacio, hablar bajo y pausado, andar lento y de pasos cortos, muestra la timidez de pertenecer a una comunidad mapuche, excluida por siglos de una sociedad que los redujo hasta casi el exterminio y les arrebató su tierra y cultura.
Jacob es uno de los siete hijos de un padre agricultor en la provincia de Río Negro en la ciudad argentina El Bolsón, quien temió del poder de la discriminación y no quiso transmitir a sus hijos su lengua y cultura para que no fueran negados en su entorno social.
Sin embargo la sociedad argentina le brindó a Jacob los oficios de ayudante de carpintería y albañilería, obrero en la instalación de agua y gas, que debió combinar con estudios nocturnos para concluir su formación académica preuniversitaria.
Un hermano habló de la oportunidad de estudiar medicina en Cuba y aunque su inclinación vocacional tendía hacia el arte y la literatura, se decidió por la beca cubana porque podría estudiar a tiempo completo, sin pagar matrícula, libros, alimentación y vestuario.
Al llegar a la Isla conoció otros jóvenes chilenos y argentinos pertenecientes a su etnia quienes le transmitieron los valores de un pueblo ancestral que se destaca por su valentía y el amor a la tierra como fuente de valor para la vida.
Así, en Cuba, Jacob asistió a la ceremonia del Wei Tri Panto para dar la bienvenida al año nuevo mapuche el 14 de junio, y junto a los ritos para agradecer a la Mapu (tierra) vistió por vez primera el atuendo de su pueblo, compartió la comida a base de cordero, bailó danzas producidas por los tambores cultrum y la flauta tutruca.
Sólo entonces, escribió a su padre: “En Cuba me formo como médico y me reencuentro con mi etnia”.

Nuria Barbosa León, periodista de Granma Internacional y Radio Habana Cuba

Luis "Nono" Ortolani - El preso 26



Entrevista con uno de los participantes de la fuga del penal de Rawson (Trelew), en 1972. Casapueblos-AEDD

Negoció la entrega del penal de Rawson por parte de los presos que se habían quedado adentro el 15 de agosto de 1972, después de que salieran los primeros 25 y se frustrara la fuga del resto. En Devoto, dos sobrevivientes le contaron los detalles de los fusilamientos del 22 de agosto.

Por Victoria Ginzberg

La fuga del penal de Rawson se planeó en tres niveles. El primer grupo era de seis, los máximos dirigentes de las organizaciones Montoneros, PRT-ERP y FAR, que lograron subirse al avión que los llevó a Chile. Un segundo, de 19, salió de la cárcel, pero se quedó en el aeropuerto y terminó en la base Almirante Zar. Esos 19 fueron fusilados el 22 de agosto de 1972. Había un tercer grupo hasta contar 116, que era el número de personas que entraban en el avión que se pretendía tomar. “Si algo salía mal, el primero que se quedaba adentro, el preso número 26, que vengo a ser yo, tenía que llamar a los remises para que se fueran los otros”, cuenta Luis “Nono” Ortolani. El 15 de agosto de 1972 fue el encargado de negociar la rendición de quienes habían quedado dentro del penal. Una semana después, se enteró por radio de la muerte de sus compañeros. Desde ese mismo momento supo que la versión oficial era mentira de principio a fin, pero el detalle de cómo fueron los asesinatos lo supo en uno de sus traslados a Buenos Aires, cuando pudo hablar en el patio de Devoto con René Haidar y Alberto Camps, dos de los tres sobrevivientes de la masacre. Ortolani militaba en el PRT-ERP, estaba a cargo del área de propaganda. Lo arrestaron en 1972, en Córdoba, después de una reunión de la Escuela de Cuadros, en Salsipuedes, cuenta, y hace notar la ironía del nombre del lugar. Tiene 73 años, vive en Rosario y hace 24 años conduce el programa Hipótesis, en LT28.
–¿Cómo se empezó a hablar de la fuga?
–El preso político cae y lo primero que piensa es cómo fugarse. Cuando declaré el 2 de agosto en el juicio oral, hice esta comparación: en los ejércitos convencionales, en una guerra entre países, los soldados son civiles llamados a filas, no tienen obligación de fugarse, pero los oficiales sí, porque ellos han elegido la carrera militar. Como nosotros todos habíamos elegido ser combatientes y militantes teníamos obligación, nuestro pensamiento estaba en la lucha junto al pueblo, junto a nuestros compañeros, organizando a la gente.
–Y primero se pensó en un túnel.
–Al principio habíamos pensado en un túnel, pero el terreno de Rawson es muy jodido, salía tierra con piedras y eso lo llevábamos disimulado en mochilas que hacían las compañeras arriba y nos las mandaban. Había cosas que entraban de afuera, yo no sé cómo. Una de las claves de la fuga fue un celador. Los compañeros de la dirección iban entablando charlas con los celadores y encontraron uno que era afable y que tenía cierta afinidad. Sobre eso se le ofreció una compensación económica si contribuía con la fuga. Uno de los elementos que se tuvieron en cuenta para definir la fuga el día 15 de agosto era que estuviera él de guardia. Otro elemento era que fuera feriado.
–¿Y cómo se planeó esta fuga?
–La fuga se planeó con tres escalones: el primero eran los dirigentes principales, Mario Roberto Santucho, Enrique Gorriarán Merlo y Domingo Menna, del PRT-ERP; Carlos Osatinsky y Roberto Quieto, de las FAR, y Fernando Vaca Narvaja, de Montoneros. Ellos se fueron en un auto, son los que alcanzaron a tomar el avión, lograron llegar a Chile y después se exiliaron en Cuba. El segundo escalón era de 19, que completaba el número de 25. Durante la toma, ese grupo iba asegurando las distintas posiciones, la enfermería, por ejemplo. Los otros iban abriendo las puertas. El resto, hasta completar 116, participaba en la fuga desde distintos pabellones. A Agustín Tosco, que estaba en el penal, se le ofreció participar. El dijo que era un dirigente sindical y que iba a esperar que lo sacaran las masas con su lucha, pero que estaba de acuerdo y que lo que pudiera hacer por los compañeros estaba a disposición. Los milicos pensaban que ese lugar era inexpugnable, porque realmente era imposible venir desde afuera a tomarlo. Por eso, se invirtieron los términos: tomar el penal desde adentro e irse en un avión de línea. En el avión había 120 asientos, pero en Comodoro Rivadavia subían cuatro compañeros, por eso la fuga era para 116. Tenían que venir dos camiones o un camión y una camioneta. El problema es que en la guardia de prevención, que es el lugar más exterior de la cárcel, que está bastante adelante del muro, hay un guardia que se resiste, se produce un tiroteo y muere un guardia. El que venía en el primer camión escuchó los tiros e interpretó o creyó haber visto una señal con unas mantas y entendió que la operación había fracasado, pero no es correcto porque no había ninguna consigna para decir que la acción había fracasado. Si había problemas con los camiones, el preso número 26, que era el primero que se quedaba adentro, que vengo a ser yo, tenía la tarea de llamar a los remises para que se fueran los 19. Desde una de las oficinas que habíamos tomado, pregunté a los guardias, que estaban esposados, el número de los remises. Les dije que vinieran a buscar visitas. Teníamos 26 rehenes. Quedaron, además, de rehenes involuntarios, un matrimonio con una hijita que eran visita de un preso común.
–¿Qué hicieron ustedes en el penal mientras los 25 se iban al aeropuerto? ¿Se enteraron de lo que pasaba?
–Teníamos radio, nos enteramos de que los 19 habían quedado en el aeropuerto, que había habido algún problema, escuchamos la conferencia de prensa que se hizo allí. Mientras tanto, nos organizamos. Yo me coloqué muy cerca de una barricada que armamos con muebles en la puerta, en una puertita que conducía a las calderas, para poder, desde allí, hablar con alguien de afuera. Detrás de mí se iban formando escalones de compañeros armados. Yo hablaba con alguien, no sé quién era, pero algunos compañeros que tienen mejor oído me han dicho que era el capellán del penal, que después les transmitía a los penitenciarios. Yo nunca di mi nombre, éramos dos voces en la noche. De acuerdo con las instrucciones que yo había recibido de los compañeros de la dirección, pido lo mismo que los que ocupan el aeropuerto, que vengan jueces y periodistas para garantizar nuestra vida y nuestra integridad física. Me contestan que no se puede porque la zona ha sido declarada de emergencia al mando del general de brigada (Eduardo) Betti. Entonces yo le digo, después de una consulta rápida con mis compañeros, que las garantías nos las dé el general Betti por radio. Les digo, “si ustedes intentan tomar la cárcel por asalto, nosotros somos 110 personas, hemos tomado armas y estamos dispuestos a resistir y esto va a ser una masacre”. Lo primero que pedí es que dejaran salir a los tres civiles que habían quedado de rehenes involuntarios y no los dejaron salir. Cuando declaré en la causa les dije, “señores jueces, nosotros luchábamos por la vida y no por la muerte, porque el proyecto de la represión, que era tomar la cárcel por asalto, hubiera causado muchas muertes de los que estábamos adentro, pero también de los rehenes, e iban a tener bajas ellos, entre las cuales había soldados que eran ciudadanos civiles llamados a la conscripción, que, como sucedió con los soldados de Malvinas, nadie les preguntó si querían ir, y a estos otros nadie les preguntó si querían o no tomar una cárcel donde había guerrilleros armados dispuestos a defenderse”. Intenté con esta descripción decir que nosotros actuábamos con profesionalismo militante y no improvisados. El presidente del tribunal preguntó si era posible que hubiera una fuga improvisada. No mencionó la versión oficial de la marina sobre Trelew, pero se refería a eso. Le dije que las fugas siempre eran muy bien planificadas.
–Pero ustedes estaban dispuestos a resistir...
–Yo les decía que estábamos dispuestos a combatir pero que no queríamos hacerlo, que queríamos entregarnos, entregar las armas y los rehenes con la sola condición de que por radio se nos dieran garantías de nuestras vidas y nuestra integridad física. Eso se repitió varias veces a lo largo de la noche, porque el general Betti no estaba en un escritorio, estaba en su brigada. Las tropas iban llegando en camiones o helicópteros y cada vez que llegaban nuevas tropas, ellos avanzaban hacia el penal, Cuando los compañeros de atrás veían que avanzaban, se corría la voz hacia adelante, yo pedía nuevamente el diálogo y repetía mis argumentos. Esto se sucedió cinco o seis veces a lo largo de la noche hasta que a las siete treinta, el general Betti, dándole la formal de ultimátum, para mantener el principio de autoridad, nos dio las garantías. Dijo más o menos lo siguiente: “Este comando informa a los extremistas que se encuentran en estado de rebelión, ocupando ilegalmente la cárcel de Rawson, que a las ocho la cárcel será tomada por asalto. Si se rinden antes de esa hora y entregan las armas y los rehenes que tienen, este comando les garantiza su vida y su integridad física”. Ahí yo pedí hablar con un jefe penitenciario y dije que las garantías habían sido dadas, que ellos eran parte de esas garantías y que íbamos a enviar a los rehenes con las armas, que las íbamos a cargar en mantas para que los rehenes las arrastraran y que a las 8.15 íbamos a estar cada uno en su celda. Ellos dijeron que estaban de acuerdo y que a las 8.15 iban a entrar y si había gente fuera de su celda se iba a hacer fuego. Entraron, las garantías se cumplieron, no hubo, en ese momento, represión. Sí nos quitaron todo, quedamos a celda pelada, nada más que con el uniforme puesto, una muda de ropa muy escasa, una manta y el colchón. Nos proveyeron unas bacinillas porque el régimen quedó de puertas cerradas.
–¿Y el 22 cómo se enteraron de la masacre?
–Todas las cosas que sacaron de nuestras celdas, por lo menos en el caso del pabellón 5, quedaron en el medio del pabellón. En una salida al baño, un compañero logró robarse una radio pequeña y pudimos escuchar las noticias. De esa manera, la mañana del 22 de agosto nos enteramos de la masacre. Comenzamos a los insultos por la ventana y a avisar a los otros pabellones y se generalizó. La radio informó que hubo un intento de fuga, era la versión oficial, que la fuga había sido reprimida y que había muertos y heridos. Nosotros estábamos seguros de que había sido un fusilamiento, nunca se hace nada improvisado y menos en las condiciones en las que estaban ellos, los habían humillado, los habían hecho barrer desnudos, los golpearon. El 22 de agosto, sobre llovido mojado, aparte del dolor de saber que habían matado a nuestros compañeros, se nos vino una requisa con todo. Hubo golpes, costillas rotas, narices rotas, y todo lo que había quedado en el medio del pabellón lo tiraron en la cancha de fútbol y le prendieron fuego, guitarras, libros. Así quedamos durante 30 días. Después empezamos a salir de a poco, pero nunca fue el régimen de antes.
–¿Y cuándo pudo hablar con los sobrevivientes?
–En diciembre me trasladaron a Buenos Aires para declarar en el Camarón (La Cámara Federal en lo Penal, que se ocupaba de los presos políticos) y tuve oportunidad de hablar con Alberto Camps y René Haidar. Ellos estaban aislados en Devoto, en dos lugares distintos, pero después empezó a haber una vida más normal y pude hablar con ellos en el patio. El reencuentro fue muy triste, muy doloroso. Me contaron lo que se divulgó después, lo que escribió Paco Urondo en La Patria Fusilada. Relataron que a la madrugada les dijeron que hicieran el mono, en el lenguaje carcelario es poner todas las cosas en una manta y hacerle cuatro nudos, y que se formaran que los iban a trasladar a Rawson. Camps y Haidar estaban en las últimas celdas, por eso pudieron sobrevivir. Camps estaba con Mario Delfino, mi cuñado, al que le decían Cacho. Haidar estaba con Carlos Astudillo. En determinado momento empiezan a escuchar disparos de ametralladora. Primero creen que es un amedrentamiento, pero cuando miran adelante, ven que están cayendo, se dan cuenta de que los están matando y se tiran adentro de la celda. Ahí aparecen (los capitanes Luis) Sosa y (Roberto Guillermo) Bravo y empiezan a escuchar tiros de 45, están rematando. Camps y Delfino se despidieron de forma muy sencilla. Camps le dijo: “Bueno, Cacho, ésta es la boleta, chau”. “Chau, Alberto.” Entraron a la celda y les preguntaron si iban a declarar, contestaron que no y les pegaron un tiro a cada uno. A su turno, Haidar, para desorientar dijo “podemos declarar”, el tipo se desorientó, venía con la pistola a martillar y se retiró, pero vino otro y sin preguntarles nada les pegó un tiro a cada uno. Haidar me contó que el tiro le hizo dar una vuelta en redondo, cayó de rodillas con el cuerpo sobre la cucheta. El era muy corto de vista y los lentes se le habían caído a unos 30 centímetros de su cabeza. Veía los lentes, veía el charco de sangre que se formaba y sentía el silbido de sus pulmones, o sea que la bala le había atravesado los pulmones. Pensaba “¿agarro los lentes o no agarro los lentes? Si no los agarro, no veo nada, pero si intento agarrarlos y alguien me está mirando se da cuenta de que no estoy muerto y me remata”. Después entró otra gente de la Base que estaba ajena al grupo que perpetró la masacre. Haidar vio por el rabillo del ojo un guardapolvo blanco y se quejó para que vieran que estaba vivo y lo pusieron en una camilla, donde se desmayó. Se despertó en el Hospital Naval de Bahía Blanca.
–¿Cómo se vivía en el penal? ¿Había temor de que pudieran tomar las mismas represalias?
–Pensábamos que no. Confiábamos mucho en la solidaridad de la gente y eso es lo que nos salvó. Cada vez que había actitudes agresivas empezábamos a los gritos y desde afuera se escuchaba. El penal estaba en medio de la ciudad y siempre había alguien que iba a la cárcel a presionar. Salía en los diarios, movían a los abogados. A su vez, los periodistas, los abogados, los familiares eran amenazados.
–¿Cuándo salió en libertad?
–Salí de Devoto, con el Devotazo. Fuimos a visitar a nuestras familias y volvimos a la militancia. Caí preso de nuevo en 1975, estuve ocho años y medio, gran parte en Coronda.
–¿Qué expectativa le genera el juicio sobre la masacre que se está haciendo actualmente?
–Quiero destacar el apoyo que me dio la gente de Protección al Testigo del Ministerio de Justicia y las secretarías de Derechos Humanos de la Nación y de Chubut. Mi expectativa es positiva. Espero que les den un castigo merecido. En aquel entonces pensábamos en una justicia revolucionaria. Bueno, ahora se está juzgando por la lucha de muchos años, de familiares, de gente y también por la voluntad política de los gobiernos actuales.

Fuente: http://casapueblostrelew.blogspot.com.es/2012/08/luis-nono-ortolani-el-preso-26.html