jueves, 31 de agosto de 2017

Caso Maldonado: sobran pruebas contra Noceti, la fiscal oculta el contexto represivo



En Esquel y El Bolsón este diario habló con la comunidad mapuche y con varios testigos de la represión de Gendarmería. La reconstrucción de los hechos como mejor "respuesta" a la fiscal Silvina Ávila.

Un equipo de la La izquierda Diario se instaló en los lugares centrales donde se desarrolla el caso de la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Algunos de esos lugares, al día de hoy, nunca fueron visitados ni por la fiscal del caso Silvina Ávila y mucho menos por el juez Guido Otranto.
Este diario dialogó con varios de los protagonistas de los hechos ocurridos hace un mes. La mayoría de las certezas que se expresan a continuación fueron confirmadas por Julio Saquero y Mabel Sánchez, referentes de la Asamblea Permanente Por los Derechos Humanos de la región, quienes tienen acceso directo a la causa. Su testimonio, junto al de otros protagonistas y testigos, permiten armar parte del rompecabezas y darle cuerpo a una sospecha fundada: el Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad de la Nación, Pablo Noceti, no sólo tuvo una participación directa en la represión al Pu Lof en Resistencia de Cushamen. ¿Pablo Noceti ordenó de forma directa la desaparición de Santiago Maldonado?

Escalada represiva

Desde la liberación del lonko Facundo Jones Huala, a fines de 2016, las declaraciones del gobernador de Chubut Mario Das Neves, de los voceros de la Sociedad Rural de la región (integrada entre otros por la familia Benetton) y de altos funcionarios nacionales fueron acompañadas por una escalada represiva contra los miembros de la comunidad mapuche y sectores solidarios con su lucha por la recuperación del territorio ancestral, comprado por Benetton hace más de veinte años.
Entre otros “hitos” de esa escalada, en enero de 2017 miembros de la comunidad ya habían estado al borde de la muerte e incluso de la desaparición. La nueva detención del lonko Jones Huala el 27 de junio (por un hecho que ya había sido juzgado y del que había sido absuelto) tuvo su correlato fuera del penal de Esquel con acciones de los gobiernos nacional y provincial, con sus fuerzas represivas y hasta con el uso de “guardias blancas” que operan desde la propia estancia del magnate italiano.
Par dar sólo un ejemplo, es conocido en la región el accionar permanente de una camioneta 4x4 blanca que regularmente, en su paso por la Ruta Nacional 40, dispara con armas largas hacia adentro de la Pu Lof.
Así se llegó al 31 de julio, cuando al cumplirse un mes de la detención de Jones Huala, y al haber éste comenzado una huelga de hambre, se reprimió una movilización pacífica en Bariloche (con nueve detenciones) y desde esa misma ciudad el Gobierno orquestó la represión a la Pu Lof.

Los hechos

El lunes 31 de julio, previo a las declaraciones periodísticas de Noceti vaticinando la detención de toda la comunidad de la Pu Lof, el segundo de Patricia Bullrich mantuvo una reunión secreta con altos mandos de la Gendarmería Nacional de la región (como el jefe de la Agrupación XIV Conrado Héctor Balari, el del escuadrón 35 de El Bolsón Fabián Méndez y el del 36 de Esquel Pablo Badie) y también de las policías de Río Negro y Chubut. Incluso se presume que participó Pablo Durán, el ministro de Gobierno de Das Neves.
Por esas horas, mientras se reprimía y detenía en Bariloche, desde la comunidad de Cushamen decidieron subir al asfalto de la ruta 40 para comunicarle la situación a los automovilistas que por allí pasaban, pidiendo apoyo y solidaridad. El Gobierno decidió entonces acabar con ese “delito” y activó un operativo inusitado, ayudado por la rápida orden de desalojo de la ruta emitida por el Juez federal Guido Otranto. Así fue que Gendarmería hostigó al puñado de jóvenes mapuches que seguían sobre la ruta, quienes al caer la noche decidieron regresar a sus casas.
En ese momento, y por primera vez, Santiago Maldonado estaba acompañando a la comunidad. Frente a la amenaza represiva decidió aceptar la invitación a quedarse en el puesto de guardia, montado unos 200 metros campo adentro.
Según el relato de quienes quedaron del lado de adentro del alambrado (colocado por Benetton), durante las horas que siguieron y hasta el amanecer Gendarmería no dejó de hacer constantes movimientos amenazantes, incluyendo ráfagas de munición antimotín.
Enterados de esos aprestos represivos, otros miembros de la comunidad que se encontraban en las ciudades lindantes de Esquel y El Bolsón viajaron hasta la Pu Lof para conocer el estado de sus hermanos y llevarles novedades (allí no hay señal de teléfono). Tres de ellos ingresaron al predio a las 9 de la mañana y dos horas después salieron en auto con rumbo a Esquel, para desarrollar actividades de denuncia sobre lo que estaba ocurriendo.
A dos kilómetros de ahí, hacia el sur, se encuentran el casco de la estancia Leleque (propiedad de Benetton) y un destacamento de la Policía de Chubut que hace las veces de guardia del terrateniente italiano. Allí se apostaban decenas de gendarmes, quienes detuvieron a las tres personas de la comunidad mapuche, les retuvieron los documentos, los papeles del vehículo y los teléfonos celulares (impidiéndoles poder hacer llamados). Ante la interpelación de por qué no se les dejaba avanzar, los agentes respondieron que se las detenía por “averiguación de antecedentes”.
Durante las siguientes dos horas esas personas pudieron ser testigos “privilegiados” de los movimientos de la Gendarmería y de civiles en camionetas, entrando y saliendo de la estancia con dirección a la Pu Lof. Y promediando el mediodía vieron acercarse desde la zona de la comunidad una camioneta con vidrios polarizados y luces led azules entre los faros delanteros. De allí descendió Pablo Noceti, quien saludó uno por uno a los gendarmes y miró con desprecio a quienes estaban detenidos al costado de la ruta.
Una de las personas detenidas se acercó a preguntarle quién era él y por qué se las detenía. “Soy el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad de la Nación y a ustedes los podemos detener hasta seis horas por averiguación de antecedentes”, respondió Noceti. Segundos después se subió a la camioneta y arrancó con dirección sur, rumbo a la zona de Esquel.
Para ese momento la ruta 40 se encontraba hacía varias horas cortada por la propia Gendarmería varios kilómetros a un lado y al otro de la Pu Lof.
Se desconoce a ciencia cierta hacia dónde fue Noceti y qué tipo de directivas dio. Lo cierto es que inmediatamente después de su retiro del lugar los movimientos en el casco de la estancia se aceleraron y las comunicaciones telefónicas y por handy se multiplicaron.
Los relatos recogidos por este diario, tanto de los miembros de la comunidad que estaban dentro del predio como fuera del mismo y también de referentes de derechos humanos que aguardaban en los retenes de la ruta, coinciden en tiempos y espacios sin fisuras. Luego de la partida de Noceti comenzó el ingreso, sin orden judicial alguna, de más de un centenar de efectivos de la Gendarmería Nacional a balazo limpio, con el segundo jefe del escuadrón de Esquel, Juan Pablo Escola, al frente del operativo y al grito de “¡disparen, cacen a uno!”.
Como ya se relató en diversos artículos en ese momento los miembros de la comunidad que estaban próximos al puesto de vigilancia (y junto a quienes estaba Santiago Maldonado) decidieron bajar hacia la orilla del río. Hasta allí llegaron parte de los efectivos con un camión unimog, cuyas huellas quedaron marcadas.

Secuestro y desaparición

La versión de Gendarmería es que nunca detuvo a nadie, menos aún a Santiago Maldonado. Y desde el Gobierno nacional insisten en propagar la idea de que posiblemente el joven ni siquiera haya estado en el lugar. Pero los testimonios de los perseguidos son contundentes. En la desesperación por salvarse de la balacera, decidieron cruzar el río casi congelado. Pero Santiago Maldonado no cruzó y hubo quienes escucharon los gritos de los efectivos diciendo “agarramos a uno”.
Otros testigos de la comunidad, ubicados en una zona alejada pero con vista clara hacia la ruta, minutos más tarde vieron al unimog salir del campo con dirección norte y en una tranquera contigua, a unos cientos de metros, se detuvo junto a una camioneta blanca y verde de la Gendarmería. Allí, previo armado de una barrera de gendarmes para intentar impedir la visión, se pasó de un vehículo a otro un “bulto”. Acto seguido la camioneta salió rumbo al sur, dirección en la que rato antes se había dirigido Noceti.
¿Qué se encuentra en esa dirección? Las localidades de Esquel y General José de San Martín (cuyos destacamentos de Gendarmería participaron del operativo) y también se encuentra la estancia de Benetton (quien posee dentro un destacamento informal de la misma fuerza).
Julio Saquero y Mabel Sánchez, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y activos acompañantes de la lucha mapuche, llevaban horas intentando llegar a la tranquera de la comunidad. Recién pudieron hacerlo cuando la parte más feroz del operativo había concluido y cuando Santiago Maldonado ya no estaba. Frente al ingreso al predio, y custodiados por un grupo de gendarmes que habían tomado posesión de la entrada, pudieron hablar con mujeres que se habían quedado refugiadas en la casilla junto a sus niños durante la represión.
Saquero y Sánchez mantuvieron fuertes discusiones con los uniformados, que se contradecían respecto de quién daba las órdenes (desde el juez Otranto hasta el “Estado” a secas) e incluso reconocían que varios miembros de la comunidad se encontraban adentro y bajo su control.
Mientras tanto las personas de la comunidad mapuche detenidas frente a la estancia de Leleque volvían a ver movimientos de Gendarmería. Entre los varios vehículos que vieron pasar, posiblemente se encontraba la camioneta en la que se trasladaba a Santiago y otra más, cargada de muchas de las pertenencias de la comunidad secuestradas durante la irrupción violenta (desde herramientas de trabajo hasta ropa, utensilios y mochilas). Otras pertenencias, quizás menos apetecibles para los gendarmes, fueron quemadas en sus lugares.
Fueron no menos de cinco horas en las que Gendarmería Nacional, ante la mirada de organismos de derechos humanos a los que se les impedía siquiera acercarse a conocer la situación de quienes habían sido corridos más allá del río, sitió esa parte del territorio mapuche, con la impunidad absoluta para destruir, retirar, fraguar y/o plantar pruebas de su accionar.

Encubrimiento criminal

Entre tantas mentiras que dijo durante este mes Patricia Bullrich, se le escapó una verdad. Efectivamente Pablo Noceti pasó por el casco de la estancia de Benetton “a saludar” a sus subordinados. Pero hay algo que no dijo: cuántas veces pasó por allí su jefe de Gabinete. La Izquierda Diario recogió varios testimonios que ubican al hombre dos veces en el mismo lugar con una diferencia de entre cinco y seis horas.
Como ya se dijo, el funcionario pasó por allí minutos antes de la violenta cacería en el Pu Lof. Y volvería al atardecer, coincidiendo con el retiro de los gendarmes del territorio mapuche y con la desaparición de Santiago Maldonado consumada. En ese momento también serían liberados los miembros de la comunidad detenidos frente a la estancia de Benetton, al cumplirse las seis horas límite que Noceti había estipulado para la supuesta “averiguación de antecedentes”. No sin antes ser anoticiados, inesperadamente y con un acta, que se les iniciaba una causa por “entorpecimiento de investigación”.
Quizás con lo que no contaba Noceti es que además de esas personas se encontrarían en el lugar algunos periodistas de la región preocupados por los acontecimientos. La foto que lo muestra junto a un uniformado a metros del ingreso a la estancia fue registrada en el atardecer invernal, como grafican las sombras sobre el asfalto y como lo certificó el fotógrafo que disparó contra Noceti.
A partir de entonces comenzaría otra historia. Del lado de la comunidad mapuche y de quienes se solidarizan con su causa se comprobaría que la Gendarmería hizo desastres en el lugar y que se llevó al joven que había llegado el día anterior a sumarse a su lucha. “El brujo” o “El Lechu”, como le decían a Santiago desde que pocos meses antes se había asentado en la casa lindera a la Biblioteca Popular del Río, en el barrio Los Hornos de El Bolsón, había sido “chupado” por el Estado.
Del lado del Gobierno, sobrevino toda una serie de negaciones sobre lo actuado, de tergiversaciones sobre lo sucedido y de ataques sobre Santiago Maldonado, su familia, la comunidad mapuche de la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, los organismos de derechos humanos, las organizaciones políticas de izquierda, los trabajadores de prensa comprometidos con la verdad y gran parte de la sociedad.
Pablo Noceti no quiere hablar desde hace semanas. En su lugar habla su jefa Patricia Bullrich, abocada a mostrar una historia plagada de delirios y victimización. Sin embargo, casi todas las medidas investigativas ordenadas por el juez Otranto durante este tiempo fueron ejecutadas nada menos que por la Policía Federal, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Es decir que Pablo Noceti y la Gendarmería se investigan a sí mismos.
Por si fuera poco, gran parte de los peritajes en los destacamentos de Gendarmería de El Bolsón, Esquel, Bariloche y General San Martín no contaron con la presencia de ningún funcionario del juzgado federal que encabeza Guido Otranto. Obviamente aun no fueron ni peritadas ni allanadas ninguna de las dependencias de la estancia de Benetton.
Sin embargo Otranto sí pudo hacerse el tiempo para encabezar el allanamiento en la casa que habitada Santiago Maldonado. De allí se secuestraron pertenencias varias que no sirven para su búsqueda al tiempo que efectivos de la Policía Federal ingresaron a las patadas, con armas largas y con rostros tapados a la biblioteca contigua, amedrentando a quienes conocían a Santiago en momentos en que realizaban un taller para niñas y niños.
Hace pocas horas la fiscal del caso Silvina Ávila comunicó que “los múltiples testimonios que se realizaron mediáticamente nunca pudieron ser judicializados, fundados en un supuesto temor a ser incriminados u hostigados por las autoridades judiciales”. Estas declaraciones son un intento de detener el curso de la causa aduciendo que las víctimas de la represión constante serían los responsables de impedir que se llegue a la verdad de los hechos.
Ávila no puede desconocer que la comunidad de donde fue arrancado Santiago Maldonado está aterrorizada y cuenta con más de 40 miembros procesados por el mismo Poder Judicial (con causas armadas por delitos que no cometieron). Los supuestos “no colaboradores” de Ávila son los mismos que estuvieron al borde de correr la misma suerte que Maldonado. Ellos saben perfectamente quién es quién en esta historia, desde Pablo Noceti hasta los uniformados que entran a balazo limpio a su comunidad.

Pablo Noceti es responsable

Todos los hechos arriba relatados dan cuenta de que el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad fue el responsable directo de la represión y las detenciones del 31 de julio en Bariloche y de la represión y militarización en la Pu Lof en Resistencia de Cushamen el 31 de julio y el 1° de agosto.
A su vez, los diversos y coincidentes relatos reunidos por éste y otros medios a lo largo de semanas permiten suponer que el mismo funcionario tuvo también una responsabilidad principal en la concreción del plan represivo, incluyendo la detención ilegal de personas en la Ruta Nacional 40, el ingreso sin orden judicial a la Pu Lof y, por último, la detención y desaparición forzada de Santiago Maldonado.
¿Fue Pablo Noceti quien también ordenó qué hacer con el joven que sin, ser mapuche, ese día había decidido solidarizarse con la recuperación del territorio ancestral? Si es así, Pablo Noceti puede responder dónde está Santiago Maldonado.

Daniel Satur
@saturnetroc
Alan Gerónimo

A 66 años del Cabildo Abierto del justicialismo



El 22 de agosto una movilización popular presiona para que Eva Perón sea elegida vicepresidenta para las elecciones que se iban a realizar el 11 de noviembre de 1951.

El llamado a elecciones nacionales para el 11 de noviembre de 1951 hacía inminente la declaración del binomio que presentaría el peronismo. No había dudas acerca de quién encabezaría la fórmula presidencial: Juan Domingo Perón. Faltaba definir quién lo acompañaría para ocupar la vicepresidencia.
El 2 de agosto la CGT lanza la fórmula Perón-Eva Perón y anuncia un Cabildo Abierto a realizarse el día 22.
Los que se movilizaron en forma masiva cuando todavía faltaban nueve meses para las elecciones presidenciales fueron los sindicatos. La CGT le hizo un planteo oficial a Perón para que Eva sea proclamada vicepresidencia de la nación. La idea era que la fórmula oficial sea Perón-Perón. El contexto era muy favorable, las mujeres votarían por primera vez en la historia del país y centenares de agrupaciones políticas se sumaron al pedido cegetista.
Sin embargo no todos tenían la misma opinión. Sectores militares afines al gobierno, presionaban para limitar la participación de Eva Perón en cuestiones de gobierno. El principal referente de ese movimiento fue el general Sosa Molina, ministro de Guerra.
Tal era la presión política en ese momento que el gral. Lucero, ministro de Guerra le solicita al empresario peronista Jorge Antonio, “que intercediera ante Perón para que baje la candidatura de Eva ya que iba a caer muy mal en el Ejército y que le era imposible aguantar tanta presión. Yo no puedo hablar Perón no me recibe”.
“Por otro lado sectores de la Iglesia no veían con buenos ojos esa candidatura. Sus prejuicios se basaban en que no veían con buenos ojos tanto a los hijos naturales como a las actrices y a quienes pensaban por fuera de sus parámetros morales y posiblemente tampoco les agradara ser gobernados por una mujer”.
A pesar de las presiones la CGT convocó a un Cabildo Abierto para lanzar la fórmula presidencial Perón-Perón el 22 de agosto de 1951 en la avenida 9 de julio. Una importante concurrencia se movilizó por la avenida Corrientes hasta Belgrano. José Espejo, secretario general de la CGT, leyó una resolución en la que proclamaba la fórmula. Posteriormente habló Eva que dijo: “Mi General: aquí en este magnífico espectáculo vuelve a darse el milagro de hace dos mil años. No fueron los sabios, ni los ricos, ni lo poderosos los que creyeron; fueron los humildes. Ricos y poderosos han de tener el alma cerrada por la avaricia y el egoísmo; en cambio, los humildes, como viven y duermen al aire libre, tienen las ventanas del alma siempre expuestas a las cosas extraordinarias. Mi General: son los descamisados que os ven a vos con los ojos del alma y por eso comprenden, os siguen, y por eso, no quieren más que a un hombre, no quieren a otro”.
Eva no habló de su candidatura así como tampoco hizo comentario alguno sobre lo que pedía la gente que había sido convocada a ese Cabido Abierto. Una vez que terminó su discurso, Espejo tomó el micrófono y le pidió que aceptara la candidatura, ella pide cuatro días para contestar pero la multitud irrumpió en gritos que articulaban un estridente ¡No!, pedían al unísono que aceptara en ese mismo instante.
La multitud, presionaba para que Eva tomase una decisión en ese momento, sin embargo ella solicitó tomarse unos días para pensar y dijo: “Compañeros: No renuncio a mi puesto de lucha, renuncio a los honores. Yo me guardo, como Alejandro, la esperanza, por la gloria y el cariño de ustedes y del General Perón… compañeros: se lanzó en el mundo que yo era una mujer egoísta y ambiciosa; ustedes saben muy bien que no es así. Pero también saben que todo lo que hice no fue nunca para ocupar ninguna posición política en mi país. Yo no quiero que mañana un trabajador de mi Patria se quede sin argumentos cuando los resentidos, los mediocres que no me comprendieron, ni me comprenden, creyendo que todo lo que hago es por intereses mezquinos…”. “Compañeros: yo se que ustedes lo hacen porque son un pueblo agradecido. Si estuvieran en mi corazón, verían cuánto se lo agradezco y ustedes me darían la oportunidad para que yo pueda pensarlo“.
Eva pidió que le dieran algunas horas para contestar esa misma noche a las 21:30. El mismo José Espejo tomó el micrófono y dijo: “Compañeros: la compañera Evita nos pide dos horas de espera. Nosotros esperaremos aquí su resolución. No nos moveremos hasta que no nos de una respuesta favorable a los deseos del pueblo trabajador”. (El Historiador-Documentos históricos)
Si bien no hubo respuesta esa noche, los manifestantes se retiraron con la sensación de que había aceptado esa postulación pero 9 días después, el 31 de agosto a las 20:30 horas anunció por la cadena nacional su decisión de “renunciar al honor que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron conferirme en el histórico Cabildo Abierto del 22 de agosto”. (La compañera Evita. Vida de Eva Duarte de Perón, Norberto Galasso, Editorial Colihue)
Existen algunas versiones sobre lo sucedido ese día. Para la historiadora Marysa Navarro: “es posible que Perón haya convencido a Eva para que renunciara por la situación política, sobre lo que no hay mucha coincidencia es sobre si Eva quería o no ocupar la vicepresidencia. Lo que si queda descartada que haya sido la salud de Eva el impedimento para la postulación”.
Ante la decisión de Eva de renunciar a la vicepresidencia su reemplazante fue Hortensio Quijano (quien a partir de una larga enfermedad falleció el 3 de abril de 1952).
Los problemas para Perón recién comenzaban al interior de las fuerzas armadas se estaba ‘planeando una conspiración para derrocar al gobierno través de una logia integrada por altos oficiales que se llamó “Sol de Mayo”. Eduardo Lonardi y Carlos Von Der Becke eran sus líderes.
El 27 de agosto de 1951, cinco días después del Cabildo Abierto y antes que Eva renunciara a la postulación, Lonardi pidió su pase a retiro alegando que: “Los últimos acontecimientos políticos de pública notoriedad han creado al suscripto un estado espiritual incompatible con la adhesión a los actos de gobierno…por lo que informo que solicito en la fecha mi pase a situación de retiro efectivo”.
Esta medida fue supuestamente tomada a partir de la disidencia por la candidatura de Eva Perón sin embargo, se utilizó esa excusa como justificación de su conspiración. En 1951 el entonces general Lonardi participó en un fallido intento de golpe contra Perón, por lo que fue pasado a retiro.
En junio de 1952, cuando Perón asumió por segunda vez la Presidencia. el país atravesaba una importante crisis agrícola por la sequía, inflación y el desabastecimiento de productos esenciales fueron moneda corriente.
El Segundo Plan Quinquenal pretendió abrir la economía a las inversiones extranjeras e incentivar la productividad, pero hubo fuertes resistencias tanto fuera como dentro del oficialismo. Por otro lado la muerte de Evita incidió negativamente en la imagen de Perón que, tuvo que asumir personalmente el papel de conductor del movimiento restándole eficacia a su función en la presidencia.
A fines de ese año aparecen las primeras movilizaciones obreras en demanda de mejoras salariales y otras conquistas sociales, bancarios, gráficos y obreros de la carne y de los ingenios golpean por primera vez el rostro de un gobierno que sustentaba en la doctrina de la justicia social.
Otros de los factores fundamentales de este periodo fue el enfrentamiento con la Iglesia cuando el gobierno suprime la enseñanza religiosa en los colegios. Se aprueba la primera ley de Divorcio Vincular y el proyecto de reforma constitucional que declara la separación entre la Iglesia y el Estado.
Este enfrentamiento con la Iglesia sirvió para qué toda la oposición se agrupe detrás de esta institución y genere en cierta medida una crisis gubernamental de que desembocó en el levantamiento de militar en junio de 1955 y el posterior golpe de Estado en septiembre de ese mismo año.

Darío Brenman

La historia oculta de Menéndez, el “Rey de la Patagonia”



Menéndez Rey de la Patagonia es un libro imprescindible para entender una historia violenta, sanguinaria y de exterminio.

En estos días tan difíciles donde ocurrió la desaparición de Santiago Maldonado y se intenta desde los medios oficiales defender a los grandes terratenientes como Benetton o Lewis para justificar la represión a los pueblos mapuches por parte de los Estados argentino o chileno, es necesario contar la otra historia que ocultan sobre como surgieron estos grandes hacendados de la Patagonia.
En el 2014 salió la primera edición de éste libro que con documentos históricos pudo recolectar el historiador asturiano José Luis Alonso Marchante con que los que llega a realizar un interesante aporte para debelar lo que realmente ocurrió en el extremo sur de la Patagonia argentina y chilena. Eso lo hará a través de la historia de José Menéndez y el desarrollo de su enorme poder económico a costa del genocidio de las comunidades originarias que habitaban la región y de la masacre de los obreros patagónicos de Argentina y Chile que reclamaban mejores condiciones de trabajo.
Aquí en Argentina lo publicó la editorial Losada y en Chile fue lanzado por la editorial Calonia.
Hace unos meses pude entrevistar al autor José Luis Alonso Marchante para que cuente en primera persona sobre su libro.
¿Cuál fue el interés por hacer este libro sobre José Menéndez, que es un personaje muy importante aquí en el extremo sur de la Patagonia?
El interés nace en un viaje que hago a Buenos Aires en 2007, donde al visitar el Centro Asturiano veo un busto de José Menéndez que dice “El Rey de la Patagonia”. A mí siempre me apasionó la historia de la inmigración, de todas esas personas que ayer y hoy tienen que marcharse a otros países a empezar una nueva vida, porque donde han nacido no hay economía para ellos.
Menéndez fue uno de esos muchísimos millones de inmigrantes asturianos, que partió para Ámerica y que a pesar de viajar en las bodegas de tercera clase de un barco, llega al final de su vida a ser dueño de una flota entera de barcos. Esa historia me atrapó inmediatamente, para preguntarme como fue posible pasar de ser un inmigrante sin recursos, a dueño de una flota entera y un enorme poder económico. Allí comencé la investigación.
¿Cómo fue el viaje de José Menéndez hasta el extremo sur de la Patagonia?
Primera llega a Cuba, luego se va a Buenos Aires y allí se radica. Pero donde empieza a tener sus primeros negocios en 1875, es en la ciudad chilena de Punta Arenas que para entonces era la única ciudad importante que había en el Estrecho de Magallanes. Él se hace comerciante y junto a otros comerciantes vive el boom de la ganadería ovina que es un negocio que viene dirigido desde Gran Bretaña porque allí estaba la industria textil más importante y siempre estaba en busca de nuevos territorios para la producción de lana. Esto sucede a causa de que en las Islas Malvinas ya habían agotado la capacidad de producción lanera, entonces la introducen en Tierra del Fuego y en el extremo sur de la Patagonia continental. Y serán los latifundistas cómo José Menéndez y Mauricio Braun principalmente quienes controlaran el negocio desde su inicio.
¿Qué relación tenía Menéndez con las comunidades como los Selk´nam que habitaban en esos territorios?
Los Selk´nam, Kawéskar y Aonikenk comerciaban en ése momento con la ciudad de Punta Arenas y a partir de 1881, cuando el tratado de límites separa ambos territorios algunos quedan dentro de la influencia argentina. Entonces no les quedaba más remedio a estos pueblos que luego de miles de años de habitar allí debían obedecer a quién tuviera más poder.
A medida que la Patagonia se va transformando en una región colonizada, las comunidades se ven muy afectadas de distintas manera. Esto se ve culturalmente y físicamente. En Tierra del Fuego los Selk´nam, fueron los últimos que tuvieron contacto con los colonizadores, o dicho de otro modo fueron los que consiguieron retrasar ese terrible encontronazo lo más posible.
Pero irremediablemente llegará ese choque cuando la ganadería ovina se convierta en un negocio extensivo y se empiece a crear estancias con millones de ovejas en propiedad de un puñado de latifundistas. Lo cierto es que no eran pequeñas familias con pequeñas estancias, sino grandes estancias de esas caudalosas familias. Los Selk´nam se convierten en un estorbo y al principio se los asesina y luego se articula una especie de solución final que consiste en la deportación de toda la población a la Misión Salesiana de Isla Dawson, de donde nunca saldrán.
¿Qué papel cumplieron las misiones salesianas?
Las primeras imágenes que se tenía de los salesianos es que habían sido los únicos que habían protegido a los Selk´nam y a otros pueblos originarios y que de una manera irremediable todos habían muerto.
Pero después estudié la documentación interna de los salesianos y me dí cuenta que habían acompañado a las tropas de la mal llamada “Conquista del Desierto”. Quiero decir de la conquista de la cruz y la espada, que hicieron desde el principio los conquistadores españoles y que el ejército argentino continuó en la Patagonia.
Las misiones en realidad tenían la finalidad de evangelizar y convertir en personas útiles, pero lo que pasó fue una transformación en campos de concentración con una mortandad de casi la totalidad de la población Selk´nam y fue así tanto en la Misión de Isla Dawson en Chile, como también en la Misión de Río Grande de Argentina.
Luego los salesianos fueron los constructores de una historia complaciente, en la que los grandes terratenientes fueron hombres sin errores y una especie de próceres. Un grupo de los salesianos cuentan la historia oficial ocultando las matanzas y los exterminios. Algunas cartas que pude ver de los salesianos atestiguan que hubo matanzas, pero no pueden enfrentar a los terratenientes y al final terminan siendo cómplices de esa historia.
¿También hubo complicidad de los gobiernos chileno y argentino en el crecimiento económico de estos comerciantes de ganado y lana?
Hay que tener en cuenta que tanto Braun como Menéndez no eran chilenos ni argentinos y empiezan a comerciar desde Punta Arenas, luego a Tierra del Fuego y finalmente en la Patagonia argentina. Estos grandes latifundistas se desenvolvían muy bien en los palacios de gobierno, en los parlamentos y con los diputados de Santiago de Chile y Buenos Aires. En el libro aporto documentación de cómo sobornaban a los senadores para cambiar las leyes a su favor. Es decir que los gobiernos de ambos países contribuyeron decisivamente a la creación del latifundio en el sur de América.
La explotación ganadera generó una ola inmigratoria y migratoria para ocupar los puestos de trabajo que necesitaban estos terratenientes. ¿Esos trabajadores también sufrieron condiciones terribles de explotación?
Una vez que estos grandes terratenientes ponen en marcha los frigoríficos, las estancias y flotas de navegación, crea una clase obrera en la zona de Magallanes, Tierra del Fuego y en la Patagonia Argentina.
Esa clase obrera fue conciente de las desigualdades producto de la acumulación de riquezas y empieza a plantear sus reclamos a sus patrones terratenientes. Llegan a organizar huelgas y protestas que son reprimidas muy duramente no sólo en la famosa Patagonia Rebelde que contó Osvaldo Bayer sobre las huelgas de 1920-1921 en Santa Cruz. En Chile hubo protestas muy fuertes como ocurrió en Puerto Natales donde los obreros tomaron el frigorífico Bories, luego se colgaron pendones rojos y declararon el comunismo libertario para ese pueblo y es conocido como La Comuna de Natales de 1919, hasta que fueron terriblemente reprimidos. Los que pudieron huir de la represión fueron perseguidos por la policía argentina que junto a las fuerzas armadas de Chile reprimían por igual a los obreros. Ambas fuerzas trabajaban para los mismos capitales o intereses de los grandes terratenientes.
En Punta Arenas se encontraba la Federación Obrera de Magallanes que tuvo muchos muertos entre los obreros de ésa organización el 27 de julio de 1918.
Es una época muy interesante porque demuestra que estas organizaciones obreras de Río Gallegos, Punta Arenas y Río Grande dan una dura lucha fuerte pero son masacrados.
Esos obreros que llegaron de otras partes del mundo y yo traté de rescatar a algunos de ellos que nunca van a salir en los libros o diarios de la historia oficial como fue el caso del obrero fusilado más joven durante las huelgas de Santa Cruz en 1921 que era asturiano (del mismo origen que Menéndez) y con tan solo 17 años y se unió a la revuelta porque pensaba que la situación de los peones era terriblemente injusta. Entonces el Ejército y los terratenientes le dieron la opción de no ser fusilado, pero el joven decidió seguir la suerte de sus compañeros de faena fusilados.
Nunca habrá una calle que tenga el nombre de alguno de ellos ni de los pueblos originarios que es la historia viva y real.
¿Cuál fue tu conclusión en base a la investigación que realizaste en esta zona de la Patagonia?
El libro me llevó 6 años de trabajo realizados en varios viajes a ésa región y a medida que avanzaba en la investigación fui moldeando la visión que vuelco en el libro. La historia de la Patagonia es trágica y hasta ahora fue contada desde un solo punto de vista en general, con algunas excepciones de algunos autores como Osvaldo Bayer y lo mismo en Chile.
Hay una historia oficial monumental complaciente contada desde arriba hacia abajo que no se sostenía. Hoy en día es una tierra fabulosa donde hay un atractivo fascinante y por eso llega gente de todo el mundo, tiene riquezas inmensas, pero hubo una colonización de unos pocos que llevó a hipotecar el futuro de las poblaciones que viven allí. Es decir que el modelo agro exportador que existe en ambos lados de Chile y Argentina enriquece a unos pocos y todo esto tiene que ver con el pasado de cómo se construyó la historia de esos países.

Ernesto Zippo

A 30 años del asesinato de Fredy Rojas, un crimen de los orígenes del bussismo



El militante comunista fue baleado durante un acto de Antonio Domingo Bussi en Tafí Viejo.

En la noche del 27 de agosto de 1987, un puñado de militantes y pobladores de Tafí Viejo se movilizaron hasta el acto donde el represor Antonio Domingo Bussi publicitaba su candidatura a gobernador. En el ocaso de la “primavera alfonsinista”, genocidas de la talla de Bussi se encontraban libres gracias a las leyes de obediencia debida y punto final. La candidatura de Bussi fue fomentada por el ex diputado conservador Exequiel Ávila Gallo, quien puso a disposición del genocida el sello de Bandera Blanca, un viejo partido conservador de los años 30.
En la esquina de Alem y 9 de Julio, Bussi se proponía hacer lo que no pudo hacer previamente en Monteros. Allí, una movilización impidió hasta el armado del escenario y, por lo tanto, la llegada del represor. Para lograr su objetivo, el naciente bussismo realizó un despliegue operativo para controlar los accesos a la ciudad, con un comando de radio centralizado en el lugar del acto. El operativo incluyó, además de custodia policial, hombres armados provenientes de los grupos de tareas que operaron durante los años del Operativo Independencia y la dictadura, con figuras como el Tuerto Albornoz o Capucha Triviño.
La movilización -motorizada por familiares de desaparecidos de la zona, militancia comunista y un sector del radicalismo- subía por la avenida Alem y, tras unos minutos de tensión entre cánticos y bombos, el sector de hombres armados llevados por el bussismo comenzó a disparar a quemarropa. Los manifestantes fueron retrocediendo, mientras del otro lado lanzaba pirotecnia para confundir los disparos. En ese momento fueron heridos Fredy Rojas (20 años) y otros dos manifestantes, Víctor y Daniel. Los tres fueron baleados cuando se retiraban del lugar. El impacto de una bala en la parte trasera de la cabeza dejaron en coma a Fredy, quién murió el 29 de noviembre.
Según testimonios, el padre de Fredy, asustado por la inminente confrontación, le había pedido previamente que saliera de la columna. Éste le contestó que no se iría y que nunca había estado en un lugar tan adecuado. Fredy era un joven militante de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y de la Federación Juvenil Comunista, lugares a donde había llegado tras una decepción con el alfonsinismo.
El crimen de Fredy Rojas fue un sello en el nacimiento del bussismo que logró llegar a la gobernación en 1995. Los autores materiales e intelectuales nunca fueron investigados, y la causa quedó archivada. Los partidos del régimen político, el PJ y la UCR, fueron parte de garantizar la impunidad sobre este crimen.

Maximiliano Olivera
@maxiolivera77

miércoles, 30 de agosto de 2017

Caso Maldonado: lo que la fiscal oculta



Reproducimos el comunicado de Myriam Bregman, María Victoria Moyano Artigas y Alejandrina Barry, del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos.

Ayer se dio a conocer un informe que presentó la fiscal federal de Esquel, Silvina Ávila, a requerimiento de una comisión de la ONU y la CIDH, que distintos medios y el propio Gobierno nacional utilizan para tratar de seguir encubriendo el rol fundamental y excluyente de la Gendarmería Nacional y de funcionarios del propio Ministerio de Seguridad en la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
El sesgado informe de la fiscal invierte la carga de la prueba: en una desaparición forzada es el propio Estado el que debe dar cuenta de lo que sucedió con la víctima.
Es la propia fiscal la que debe dar cuenta de todo lo realizado hasta ahora para encontrar a Santiago. Por el contrario, la fiscal da a entender que debe ser una comunidad mapuche perseguida, que está siendo asediada por las fuerzas represivas del Estado y paraestatales desde hace meses, la que dé las pruebas de una desaparición provocada por el propio Estado.
La fiscal no responde a los siguientes elementos, que son claves para encontrar la verdad de lo sucedido con el joven Maldonado.

1) Por qué al menos 120 efectivos de Gendarmería, de al menos tres escuadrones distintos, ingresaron violentamente al Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen y estuvieron en el territorio alrededor de seis (6) horas, impidiendo el ingreso de los integrantes de la APDH local y el periodismo durante todo el inusitado operativo para reprimir a no más de 20 personas sin ningún tipo de orden judicial (la misma solo se refería al desalojo de la ruta 40, lo que se había producido varias horas antes). Es evidente que en ese lapso de tiempo de seis horas se pueden destruir, retirar, fraguar y/o "plantar" cualquier tipo de pruebas para encubrir el accionar delictivo que significa la desaparición forzada de Santiago Maldonado.

2) Por qué no se menciona que increíblemente Gendarmería dice no tener las filmaciones de todo el operativo, cuando es de público conocimiento que por protocolo interno deben filmar todo su accionar, más aún cuando se produce en el marco de una protesta social.

3) Por qué no se menciona en el informe cuál fue el rol del jefe de gabinete de asesores del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, quien se encontraba en la región desde varios días antes de la desaparición de Santiago. Noceti realizó declaraciones radiales amenazantes contra la comunidad de la Pu Lof días antes. Durante su estadía se dio una violentísima represión en la ciudad de Bariloche contra manifestantes que exigían la libertad de Facundo Jones Huala, con algunos manifestantes heridos y casi una decena de detenidos. Noceti realizó una reunión el 31 de julio con altos mandos de la Gendarmería Nacional de la región, como el jefe de la Agrupación XIV, Conrado Héctor Balari, el del escuadrón 32 de El Bolsón, Fabián Méndez, y el del 36, Pablo Badie, todos partícipes directos del accionar represivo del 1º de agosto en el que es desaparecido Santiago Maldonado.
Pablo Noceti estuvo presente en el lugar de lo hechos, no una vez "para saludar", como afirmó la ministra Patricia Bullrich, sino que también fue visto varias horas después en el mismo lugar, como lo afirman varios testigos.
La Gendarmería es una fuerza vertical que responde directamente a los mandos del Poder Ejecutivo.

4) Por qué en la búsqueda de pruebas en el escuadrón de Gendarmería de El Bolsón no se hizo presente ningún funcionario judicial, sino que quedó en manos de efectivos de la Policía Federal, acompañados por los propios gendarmes, todos subordinados del propio Ministerio de Seguridad.

5) Por qué la fiscal Ávila omite que la comunidad de donde fue arrancado Santiago Maldonado está atemorizada y cuenta con más de 40 miembros procesados penalmente por el mismo Poder Judicial en el marco de acciones de protesta, provocaciones constantes de la Gendarmería y de la Policía provincial de Chubut, así como también de anónimos que disparan desde camionetas hacia la comunidad.
Los supuestos "no colaboradores" de la fiscal Ávila son los mismos que podrían haber estado al borde de correr la misma suerte que Maldonado.

6) En el marco represivo que sufre le comunidad mapuche, la fiscal Ávila también oculta que el 11 de enero de este año el juez Guido Otranto ordenó otra brutal represión al Pu Lof en Cushamen, donde actuaron más de 300 efectivos, hubo varios heridos y detenidos con el supuesto fin de liberar las vías de La Trochita. En el operativo se utilizó la caballería, drones, carros hidrantes y helicópteros. Nadie investigó todas las denuncias de apremios ilegales, dejando el hecho en la total impunidad y como un oscuro antecedente de lo que sucedió meses después, el 1º de agosto.

7) La fiscal debería saber que la propia historia en los últimos años demostró que no es fácil ser testigo contra las Fuerzas Armadas o de seguridad en la Argentina. Jorge Julio López volvió a ser secuestrado y desaparecido por haber sido testigo en una causa de lesa humanidad. No aceptamos la revictimización de las víctimas.

Insistimos: como lo indican taxativamente la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas y la Convención Americana sobre desaparición forzada de personas, ambas ratificadas por la Argentina, son las instituciones del Estado, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial las que tienen la obligación y responsabilidad de dar explicaciones de qué sucedió con Santiago Maldonado, forzosamente desaparecido a partir del 1º de agosto de 2017, y de sancionar penalmente a todos los responsables.
Si la doctora Silvina Ávila continúa acusando a la propia comunidad mapuche de no poder ejercer sus propias obligaciones como fiscal, emanadas de tratados internacionales, estaría encubriendo un crimen de Estado cometido por la principal fuerza de seguridad estatal, la Gendarmería Nacional. Lo que solo deberían responder la señora fiscal, el juez Otranto, la ministra Patricia Bullrich y todas las instituciones del Estado involucradas es: ¿dónde está Santiago Maldonado?

Myriam Bregman
María Victoria Moyano Artigas
Alejandrina Barry

Centro de Profesionales por los Derechos Humanos

Censura en las escuelas: el gobierno no quiere que se hable de la desaparición de Santiago Maldonado



La campaña del gobierno para evitar que los docentes debatan sobre la desaparición forzada del joven con los estudiantes.
Luego de la extensa campaña de fotos entre los docentes, a casi un mes de la desaparición forzada del joven Santiago Maldonado, el gobierno ha montado un operativo de censura para que no se trabaje en el aula dicha situación.
Tanto la Ctera y sus entidades de base como el sindicato Ademys –dirigido por la oposición multicolor– sacaron aportes y sugerencias dirigidas a los docentes para trabajar en las clases y eso provocó un ataque de parte del gobierno y los medios intimidando a los docentes, conducciones escolares y familias para que no se mencionara el tema.
El operativo incluye supuestas familias que se niegan a que se trate el tema del aula, reflotando el 0800 buchón para denunciar a los docentes y escuelas.
La línea del gobierno es que mientras la justicia investiga no se puede trabajar de temas de la realidad social, en particular del caso de Santiago. Sin embargo, el propio gobierno es el que construye un relato desde el primer día, primero negando la desaparición, luego encubriendo el accionar de la gendarmería, culpando a la familia y tratando de desviar la causa y encubrir su propia responsabilidad política.

De esto sí se habla

Los aportes para el aula –secuencias didácticas y textos– están completamente vigentes en los diseños curriculares de primaria y secundaria, pues se trata de analizar fuentes historiográficas, fragmentos de medios de comunicación y fomentar debates que colaboren en la reflexión sobre los mensajes que vienen de los medios, como así también brindar herramientas para que el estudiante construya su propio punto de vista.
La propia convención sobre los derechos del niño de las Naciones Unidas en su artículo 29 promueve inculcar al niño el respeto por los derechos humanos y las libertades democráticas. Incluso dentro del estatuto del docente, capítulo III artículo 6, se menciona como deber del docente educar en los principios democráticos y en los derechos humanos.
El ataque del gobierno es a todos los docentes, en tanto crece el reclamo popular y se acerca la movilización del 1 de septiembre que promete ser multitudinaria.
La dirección de Ademys, en particular, defendió públicamente el tratamiento del tema y las orientaciones para trabajar en cada escuela y viene sosteniendo un compromiso con los organismos de derechos humanos nucleados en el EMVyJ convocando a las acciones por la aparición de Santiago.
Una vez más los estudiantes y docentes nos preguntamos: ¿dónde está Santiago Maldonado?

Amanda Martin Secretaria Adjunta de Ademys

Aparición con vida de Santiago Maldonado // Gabriel Solano y Nicolas del Caño en A24

"Queremos la inmediata separación de Bullrich de su cargo" // Soledad Sosa a Marcos Peña

Aparición con vida ya de Santiago Maldonado..

Entrevista a Facundo Jones Huala: “Soy preso político de un nuevo Plan Cóndor”



Preso en Esquel, Prensa Obrera lo entrevistó luego de su encuentro con Jorge Lanata. "Vino a provocar, no fue un debate. Intentó tomarme el pelo".

En Esquel, una pequeña ciudad al pie de las montañas del noroeste de Chubut, se encuentra preso Facundo Jones Huala a la espera de que la Justicia decida por el pedido de extradición realizado por el gobierno de Chile. Jones Huala es el lonko -es decir, el líder- de la comunidad Pu Lof Cushamen, que en marzo de 2015 recuperó y se instaló en unas tierras cuyos títulos de propiedad dice tener el grupo latifundista italiano Benetton, pero que los mapuche reclaman como suyas. Allí fue visto por última vez con vida Santiago Maldonado el 1 de agosto, luego de que un operativo represivo desalojara el corte de ruta en protesta por la detención de Jones Huala y de que Gendarmería ingresara en la comunidad a los tiros, momento en el que detuvo a Maldonado y se lo llevó para que -hasta hoy- no se supiera más de él. Prensa Obrera dialogó con el lonko Jones Huala sobre su situación. El día anterior había sido entrevistado por Jorge Lanata, que había sido parte del operativo estatal que pavimentó la represión de la gendarmería, ya que antes de la desaparición de Maldonado y en concordancia con hechos represivos sobre los mapuche previos al 1 de agosto, preparó un informe sobre una supuesta guerrilla mapuche. También sobre este encuentro abrevó la entrevista.
–¿Cuál es su situación de detención?
–Se trata de una detención política hecha por un acuerdo político entre los Estados de Argentina y Chile. Es un nuevo Plan Cóndor. Dos veces juzgado por la misma causa por presión de la Sociedad Rural. Se trata de un plan conjunto en base a acuerdos bilaterales. Es una reedición del Plan Cóndor o de la pacificación de la Auraucania del siglo XIX. Hay un intento de caratular mi detención como si correspondiera a un delito común, sin embargo, en lo mediático y en declaraciones y procedimientos políticos la plantean como propia de los estándares del terrorismo, podrían aplicar la ley chilena de antiterrorista, es a las claras una detención política. La prensa chilena de derecha vincula mi detención a la supuesta violencia mapuche. Incluso el fiscal chileno reconoció que se trata de una cuestión política, habla del conflicto político pero a la hora de la justicia quieren juzgarme como un delincuente común.
–¿Qué diferencia implica una y otra denominación en la decisión sobre su extradición?
–La justicia argentina no determina la existencia o no del delito que la justicia chilena investiga, sino que debe pronunciarse si corresponde la extradición. Ya fui liberado porque la acusación sobre mí se montó sobre la base de torturas a los testigos. Esto lo determinó el juez de Esquel, Otranto. Ahora otra vez piden mi extradición. Están juzgándome dos veces. Pero deben definir si se trata de una situación política y, en ese caso, negar la extradición. Y esto es así. Además, tengo la opción de pedir ser juzgado en la Argentina si quisiera. Pero la justicia local no decide sobre la acusación, sino sobre el orden de la acusación. Soy un preso político, es una causa política, no deben extraditarme. Este juicio está viciado de nulidad.
–¿Cómo cree que se resolverá la cuestión de su extradición o no?
–Creo que depende de la movilización política y social, del pueblo mapuche y de todos los grupos y organizaciones. Se trata de torcerle el brazo al poder. Se trata de un hecho político. Si logramos torcerle el brazo vamos a evitar que situaciones políticas sean juzgadas como crímenes comunes. Y vamos a vencer a esta ley de extradición.
–Usted fue entrevistado por Jorge Lanata, ¿cómo evalúa esa entrevista?
–Primero, rompieron un acuerdo. Yo había pedido que me entrevistara en vivo, pero no lo hizo, de todos modos respondió. Entonces accedí a la entrevista, pero acordé con la productora que charlaríamos antes unos minutos sobre cómo sería la entrevista ya que no era en vivo. Lo recibí, lo saludé y no sabía que ya estaba grabando, porque no era el acuerdo, pero decidí seguir, podría haberme levantado e ido, pero eso habría hecho que Lanata dijera que era un violento que no aceptaba una entrevista, cuando él sabía que no había respetado un acuerdo. Igual me quedé.
–¿Cómo se desarrolló el encuentro?
–Lanata vino a provocar. No fue un debate, me vino a bolacear, a tomar el pelo. Yo aproveché ese rato para plantear nuestra posición. En un momento me trató de “oligarca”.
–¿En qué sentido?
–Yo le explicaba que no eramos mapuche por elección, sino que era por un linaje, una cultura. “Ah, como la oligarquía, vos sos oligarca”, me dijo. Pero no se puede comparar una cultura con una clase social. Nuestra lucha es de pueblo, nacional y cultural. Hay lucha de clases y no es un insulto que nos digan clasistas, como me dijo Lanata. Yo no sabía si me estaba piropeando o qué. En un momento le dije: “Hace quince años yo te vi llamando a la rebelión, ¿por qué cambiaste?”. Y me respondió: “La situación era otra, ahora estamos bien”. Eso me dijo. “Vos porque tenés ese reloj”, le dije, “yo tengo las mismas alpargatas desde que entré al penal. Para vos es distinto, yo trabajaba en la construcción, eso es ser un obrero”.
–¿Cómo era su trato hacia usted?
–Lanata quería mostrarme como el violento o el subalterno. Me parece importante que se note cómo quiere mostrar esa imagen subalterna. Sigue pensando que los indios somos mano de obra. “Sos una persona inteligente, pero te falta leer mucho”, me dijo fuera de cámara. Después me dijo: “Quién te creés que sos, ¿Sartre?”. Qué forro.
–¿Qué piensa sobre la desaparición de Santiago Maldonado?
–Están negando una desaparición forzada. Lo más jodido es que nosotros, con todo el hostigamiento y la represión, nos preparamos para esto. Nos preparamos psicológicamente para la cárcel, hemos pasado un montón de situaciones, Pero cuando le pasa a una persona que vino en solidaridad, ajena al conflicto, te pega de otra manera. Si hubiera pasado con alguno de los miembros de la comunidad, nos hubiera pegado mucho, claro. Pero como no era un miembro de la comunidad, nos pega más. Lo importante es recalcar que era una persona consciente, que se quedó frente a la represión y que se lo llevaron. Dicen que era anarquista. Yo soy crítico del anarquismo, pero respeto esa identidad. El era un militante social que apoyó la causa del pueblo mapuche. Es importante rescatar eso.
–¿Hablaron con Lanata sobre el tema?
–Para él no hubo desaparición forzada. “Esto no es como la ESMA”, me dijo, “no es un plan sistemático”. Pero nadie dice eso. Yo le creo a mi gente que dice que vio cuando Gendarmería se lo llevó. Bullrich nos declaró “enemigos internos” desde el año pasado y Pablo Noceti estuvo dirigiendo el operativo. Fue una desaparición con responsabilidad del Estado.
–En su columna de Clarín del sábado, Lanata decía que ustedes querían volver al siglo XVIII, a la poligamia.
–(Ríe) La folklorización de nuestra cultura tiene el objetivo de quitar la explicación. Los mapuche tenemos un bagaje cultural y espiritual. Hoy es un tabú la poligamia. Pero no entre los mapuche no era sólo de un lado. Hombres y mujeres podían tener varias parejas. Es en los últimos años que la influencia católica hizo que todo esto sea tabú. En nuestra cultura existe desde siempre el divorcio. La homosexualidad no fue nunca condenada. Los viejitos cuentan que había homosexualidad y no se mataba a la gente por gay. Esos tabúes tienen que ver con occidente y su cultura.
–En los últimos días hubo actos que el gobierno señaló como responsabilidad de los mapuche. ¿Qué piensa sobre esto?
–Hay varias situaciones en que fue la policía, no nosotros. Otras protestas las reivindicamos, claro. Pero el gobierno dice que los actos violentos son de los mapuche para generar el repudio de la población. Una vez hubo un corte que nos atribuyeron pero no era nadie nuestro, muy violento. Por ahí fue la patota de los terratenientes, pero no nosotros. Son operaciones para embarrarnos.

Diego Rojas (@zonarojas)

Benetton y el Estado argentino, cómplices de la desaparición de Santiago Maldonado

El joven de 28 años apoyaba la protesta en la que la comunidad mapuche reclamaba como propios los terrenos comprados por la marca Benetton en la provincia argentina de Chubut.
El grupo Resistencia Ancestral Mapuche había bloqueado una carretera que comunicaba la zona con Chile como medida de presión.
Testigos aseguran que los efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina fueron muy violentos.
"Cuando empezó la represión con balas de plomo y balas de goma todos corrimos y cruzamos a nado el río Chubut", denuncia uno de los testigos de la manifestaciónVentana nueva. "Lo vimos (a Santiago) aferrado a un árbol, sin cruzar el río. Entonces se escuchó: ’Estás detenido’. Después se escuchó: ’Ya está, ya está’, pero no sabemos si eran palabras de Santiago o de los gendarmes (…) "Luego ya no lo vimos más". Otros testigos aseguraron que el joven argentino había sido rodeado por gendarmes y golpeado. La Gendarmería niega haberle detenido.
La comunidad mapuche reclama el territorio de la Compañía de Tierras del Sud Argentino, propiedad de Benetton desde 1991. Un total de 900.000 hectáreas (una superficie que supera al tamaño de la Comunidad de Madrid) en la Patagonia argentina. Allí la empresa cría casi 100.000 ovejas, que llegan a producir hasta el 10 % de la lana de la marca. Ante esta situación, la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), liderada por Facundo Jones Huala, ocupó una pequeña parte de las tierras de Benetton. La policía ha intentado desalojarlos en varias ocasiones pero hasta ahora no lo ha logrado.
Santiago desapareció mientras exigía la liberación de Huala, detenido en junio pasado, y cuya extradición es reclamada por la justicia chilena. Durante la manifestación, la RAM bloqueó la carretera que comunicaba la provincia de Chubut con Chile. Debido a estas reivindicaciones el Gobierno argentino criminaliza a los mapuches acusándoles de terroristas. Cabe destacar que la inmensa mayoría de las acciones de lucha mapuche son pacíficas, y en los casos en los que se recurre a algún tipo de violencia se trata de acciones defensivas (sabotajes que afectan a maquinaria o a instalaciones agrícolas).
La campaña popular por la aparición con vida de Maldonado crece cada día. El 30 de agosto habrá actos frente a las embajadas argentinas de todo el mundo y el 1 de septiembre, cuando se cumpla un mes de su desaparición, se ha convocado una gran manifestación en Buenos Aires, en la Plaza de Mayo. La repercusión de esta desaparición también ha dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales. Twitter y Facebook se han llenado de mensajes de apoyo: “Estoy en casa con mi familia. ¿Dónde está Santiago Maldonado?”. Además, en todas las acciones queda patente el malestar con el Gobierno de Macri y su Gendarmería y la nefasta gestión de la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Por todas estas razones, Ecologistas en Acción exige al Gobierno de Argentina:
Que se ponga fin a la impunidad estatal y que se investigue la desaparición de Santiago Maldonado y de todas las compañeras y compañeros que han luchado por la justicia social y el medio ambiente en Argentina.
Que Benetton y todas las empresas denunciadas por las personas que defienden los derechos humanos se retiren de la zonas reclamadas por los pueblos originarios.
Que acabe la persecución y criminalización del pueblo mapuche y de quienes defienden los derechos humanos.

Ecologistas en Acción

El hijo de Julio López desmintió a Hebe: “Siempre fue albañil, nunca policía”



Fue luego de que la titular de Madres de Plaza de Mayo se refiriera a López como un “guardiacárcel” e intentara marcar diferencias entre su desaparición y la de Santiago Maldonado.

El día de ayer, en una entrevista ante Radio del Plata, Hebe de Bonafini buscó establecer diferencias entre la desaparición reciente de Santiago Maldonado y la de Jorge Julio López, ocurrida en 2006. Allí, la titular de Madres de Plaza de Mayo no sólo lavó de responsabilidades al gobierno kirchnerista sino que fue aún más lejos: pretendió rescribir la historia de López mediante falsificaciones. “¿No sabían? López trabajaba de guardiacárcel. Igualmente no tiene que estar desaparecido pero no es lo mismo que un militante comprometido como este pibe”, planteó.
El hijo de Jorge Julio López, Rubén Eduardo López, respondió a Bonafini. “Me molesta que Bonafini diga mentiras de mi padre y más en un contexto político en el que todos estamos pidiendo por la aparición de Santiago Maldonado”, replicó frente a la agencia DyN. Y aclaró: “Mi viejo trabajó en la quinta de mis abuelos y a los veinte años se vino a vivir al barrio Los Hornos a la casa de un familiar. Desde entonces trabajó de albañil hasta que se jubiló”.
Según Rubén, no es la primera vez que Hebe expresa falsedades sobre su padre. Además aseguró que no lo recibió cuando quiso hablar con ella: “Si tiene dudas, tendría que venir y preguntarme a mí, no por soberbio, sino porque le voy a decir la verdad”.
Pero la valentía y el compromiso de Julio López, que era efectivamente albañil, fue reivindicado no sólo por sus compañeros de cautiverio, sino por los organismos de derechos humanos que pelearon por su aparición, denunciando la responsabilidad del Estado y la impunidad que beneficiaba a las fuerzas que los desaparecieron. Y también defendiéndolo de acusaciones falsas e interesadas.
Vale recordar que, al momento de desaparecer López, la Policía bonaerense –principal cómplice- contaba con nueve mil integrantes que provenían de la dictadura. El Gobierno reconoció ese dato pero jamás tomó medidas para separarlos y juzgarlos. Tampoco abrió los archivos que están en poder de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, ni los pertenecientes a la ex Secretaría de Inteligencia del Estado.
El próximo 18 de septiembre van a cumplirse once años de la segunda desaparición de López, querellante y testigo en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. Las similitudes con el caso de Santiago Maldonado son muchas y apuntan en el mismo sentido: el rol del Estado y sus fuerzas represivas. La lucha consecuente por los derechos humanos y contra la impunidad, debe incluir como exigencia imprescindible la aparición con vida de Jorge Julio López. Hace una década, como hoy, el Estado es responsable.

Ana Sardi

Gendarmería Nacional, fiel a su rol represivo a lo largo la historia



Algunos momentos de la historia argentina donde la Gendarmería Nacional Argentina deja bien en claro su naturaleza represiva y los intereses de quiénes defiende.

Aunque la historia oficial dice que la Gendarmería Nacional Argentina nace como una nueva fuerza de seguridad militar con funciones de policía para proteger las zonas de frontera, lo cierto es que su rol siempre fue otro: intervenir en los conflictos sociales dentro del territorio nacional como brazo armado del Estado para sofocarlos y restaurar el “orden”. Gobiernos radicales y peronistas la utilizaron adecuándola a cada coyuntura pero sin perder “su razón de ser” como instrumento clave del aparato represivo estatal.
Los llamados “centinelas de la Patria” tienen sus antecedentes en las “gendarmerías volantes” de alcance provincial como la creada por Yrigoyen en 1921 para reprimir las huelgas de los peones rurales en Santa Cruz o la que reprime en Chaco ese mismo año la protesta delos obreros de la compañía inglesa La Forestal. Para el sociólogo Esteban Rodríguez Alzueta la ley sancionada en 1938 que crea formalmente la Gendarmería Nacional fue un pedido de la firma Bunge & Born para terminar con las andanzas de los bandidos rurales Mate Cocido y el “Vasco” Zamácola dentro en la provincia de Chaco, donde la empresa nacional tenía importantes intereses. En sus casi ochenta años de vida la GNA fue y sigue siendo un enemigo de los trabajadores y de los pueblos originarios, en esta nota recorremos algunos momentos de la historia argentina donde queda demostrada su naturaleza y los intereses de clase que defiende.

1. A la caza de los Pilagá (una masacre silenciada)

Octubre 1947. Formosa que aún no era una provincia sino un territorio nacional era explotada por grandes latifundios vendidos a empresarios nacionales y extranjeros mientras que la mayoría de la población integrada por pueblos indígenas vivía en la extrema pobreza. Los pilagá, despedidos por el empresario azucarero Patrón Costa en Tartagal (Salta), regresaron a su comunidad cercana a Las Lomitas. El miedo al “malón indígena” hizo que la prensa local y las autoridades pidieran a gritos la intervención del gobierno que utilizó a su nuevo perro de caza: la gendarmería nacional. El 10 de octubre el Director Nacional de la GNA dio la orden al Regimiento 18º para atacar con ametralladoras, fusiles y carabinas a los Pilagá concentrados en ese momento en el paraje Rincón Bomba (1). Los gendarmes de varios escuadrones cercanos se sumaron para masacrar y perseguir en el monte a la comunidad completa durante tres semanas. Se estima que el número de asesinados ronda entre 750 y 1000. Hasta ahora pocos cuerpos fueron hallados y reconocidos mientras que la mayoría permanecen desaparecidos.
Actualmente la masacre de Perón al pueblo pilagá es considerado un crimen de lesa humanidad, es decir crímenes organizados y ejecutados por el Estado. Perón, como presidente y jefe de las Fuerzas Armadas fue responsable de su accionar pero los hechos fueron ocultados y silenciados durante décadas. Muchos años después, la documentalista Valeria Mapelman fue una de las que mejor reconstruyó esta historia en el documental "Octubre Pilagá" que puede verse aquí abajo.

2. La represión en el frigorífico más grande de Latinoamérica

El barrio de Mataderos se convirtió en un verdadero campo de guerra en enero de 1959. Trabajadores del frigorífico Lisandro de la Torre y los vecinos del barrio de un lado; el gobierno y sus Fuerzas Armadas y de Seguridad del otro. La planta fue ocupada el día 15 por sus empleados en respuesta a las intenciones de Frondizi de privatizar el frigorífico con reducción de personal y aumento de los ritmos de producción incluidos. La toma fue apoyada por los vecinos y comerciantes de la zona. El 17 a la madrugada veintidós micros repletos de policías, carros de asalto de Infantería, jeeps del Ejército y hasta cuatro tanques Sherman aguardaron la llegada de los refuerzos de la Gendarmería Nacional e iniciaron una violenta represión adentro y afuera de la fábrica. No fue una tarea fácil, los obreros resistieron durante tres horas el desalojo. En los días siguientes la batalla se trasladó a las calles de Mataderos donde son recordadas las barricadas organizadas por los vecinos.
En este contexto la GNA estrenaba una nueva forma de intervenir en los conflictos sociales: estaba operando en zona urbana y actuaba bajo las órdenes directas del Ejército. Esto último se debía a la aprobación de la Ley Orgánica (1958) que ponía a la Gendarmería bajo jurisdicción militar, por lo tanto, estaba bajo sus órdenes. Además recibían la misma instrucción que el Ejército basando su doctrina de defensa en las enseñanzas del Ejército francés que consideraba como verdadero enemigo al comunismo que se camuflaba en la población civil moviéndose como “un pez en el agua”. El general francés Bentresque (2) brindó exposiciones y cursos en sedes de Gendarmería sobre “guerra revolucionaria” y “lucha contra la subversión”, conceptos que empezaron a formar parte del lenguaje cotidiano de las fuerzas militares.

3. El “Apagón” en Ledesma

Entre el 20 y el 27 de julio de 1976 se produjeron una serie de apagones de luz en los barrios del departamento de Ledesma (Jujuy) durante los que fueron secuestradas 400 personas de las cuales 55 aún permanecen desaparecidas. Desde las 22 hs hasta las 6 hs del día siguiente la Gendarmería y otras fuerzas de seguridad cortaban el suministro de electricidad de la usina ubicada en el barrio Libertador General San Martín y en el medio de la oscuridad recorrían las calles a punta de pistola. Iban con una “lista negra” realizada por el mismísimo directorio del Ingenio Ledesma para identificar y secuestrar a los trabajadores organizados y torturarlos para obtener información.
La GNA y los Blaquier compartían el mismo enemigo desde hace años. En 1966 se creó una guarnición en Ledesma por decreto presidencial con la excusa de combatir un foco guerrillero en Salta, desarticulado un año antes. Pero en vez de instalarse en la zona de frontera lo hizo dentro del establecimiento de los Blaquier porque el objetivo central era otro: detener el ascenso obrero que repercutía muy fuerte en los ingenios jujeños. Para ello la empresa les brindaría alojamiento y suministros necesarios para cumplir la tarea con eficacia; además de vehículos y combustibles para realizar operativos como los ocurridos durante el apagón.
Esta metodología represiva es similar a la usada el año anterior en las represiones de Villa Constitución y Tucumán durante el Operativo Independencia; donde también intervino la GNA. De los años de "plomo" la Gendarmería tiene mucho que explicar, sobre todo su rol dentro de Centros Clandestinos de Detención particularmente Campo de Mayo.

4. Guardián del “orden interno” en los 90: el Cutralcazo

El piquete, como histórico método de lucha usado por el movimiento obrero, fue usado en los 90 para visibilizar los reclamos de “trabajo digno” frente al enorme aumento de la desocupación. La Gendarmería intervino en la mayoría de estos conflictos como fuerza de choque del gobierno nacional para desalojar las rutas nacionales y resguardar el “orden interno” pegando un salto importante con respecto a décadas anteriores. El primer gran levantamiento de los “piqueteros” durante los años de ofensiva neoliberal fue conocido como el Cutralcazo en junio de 1996 en Neuquén.
El 20 de junio estalló el conflicto luego de falsas promesas del gobernador Sapag de crear nuevas fuentes de trabajo. La ruta nacional 22 fue cortada por los pobladores de los municipios vecinos de Plaza Huincul y de Cutral Co. Cinco días después la orden de desalojo puso a 400 gendarmes con perros, decenas de vehículos, camión hidrante, balas de goma y gases lacrimógenos frente a frente con los manifestantes. La GNA avanzó sobre el primer piquete pero el pueblo resistió con palos y gomeras logrando el repliegue de la tropa (3). Más de 20 mil personas presentes protagonizaron una verdadera pueblada. En abril del año siguiente volvería a producirse otro levantamiento en Cutral Co también reprimida por Gendarmería y por la policía provincial. En una de esas jornadas, una bala de la policía asesinó a Teresa Rodríguez, una empleada doméstica de 25 años con tres hijos.
De la Rúa heredó esta Gendarmería garante de la “paz interna”. Debutó reprimiendo en 1999 sobre el Puente General Belgrano, que une Chaco y Corrientes. El saldo fueron 2 muertos, 28 heridos de bala. Los niveles de desprestigio de las Fuerzas Armadas en ese momento iban en aumento, la experiencia de los 70 habían marcado a fuego la memoria de miles.
En junio de 2014 la autopartista Lear despidió a 240 trabajadores por participar o simpatizar en una organización gremial independiente de la burocracia del SMATA. El plan fue orquestado por la multinacional y el sindicato. El Ministerio de Trabajo demostraba su apoyo dejando en claro nuevamente que el Estado prefiere defender la propiedad privada de los grandes empresarios antes que el derecho a trabajar de las mayorías. Los trabajadores despedidos respondieron con 21 piquetes en Panamericana. La GNA dirigida por el ex carapintada Sergio Berni fue la encargada de reprimir brutalmente el corte como en tantas otras oportunidades hasta que por orden judicial tuvo que dejar de intervenir. El caso se mediatizó cuando el jefe de Gendarmería Torales se tiró grotescamente sobre el auto de uno de los manifestantes para proceder a la detención provocando un repudio generalizado. En aquellas jornadas también se infiltró un coronel retirado de Inteligencia hasta que las cámaras lo descubrieron.
La GNA, como el resto de las Fuerzas de Seguridad y Armadas, fue muy favorecida con las políticas de la era K, sobre todo durante el gobierno de Cristina que en 2010 creó por decreto el Ministerio de Seguridad –con Nilda Garré a la cabeza- con la Policía Federal, Agroportuaria, Prefectura y a la Gendarmería bajo su cargo, con la intención de reforzar el control civil sobre el aparato represivo del Estado. La reconciliación de la sociedad con las FF.AA. –luego de años de desprestigio y rechazo popular- y el fortalecimiento de las fuerzas a través de una serie de leyes fueron las políticas claves del ministerio, además darles más presupuesto. En el 2013 la GNA impulsó el Proyecto X espiando a dirigentes sociales e infiltrándose en movilizaciones. Además sumarían un nuevo rol: “Combatir el delito” a través del Operativo Centinela, trasladando gendarmes al conurbano, o como centinelas dentro de los barrios pobres del sur de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, quiénes más los conoces son los pibes de las villas, constantemente hostigados y estigmatizados.
El gobierno de Mauricio Macri se encontró con una Gendarmería más fuerte que en otras décadas que sumado al envalentonamiento de la derecha luego del triunfo de Cambiemos provocó una avanzada represiva que en terminó con la desaparición forzada de Santiago Maldonado aunque el presidente, Patricia Bullrich, Nocetti y la Gendarmería Nacional quieran ocultarlo.
1. Según la Gendarmería estaban allí reunidos en una celebración religiosa que pretendía provocar un enfrentamiento (Ver Causa).
2. La influencia de la escuela francesa comienza en 1957 en la Escuela Superior de Guerra. Bentresque fue agregado militar especialista en “Guerra subversiva”. Para más información puede leerse La misión militar francesa en la escuela superior de Guerra y los orígenes de la Guerra Sucia, 1957-1962 de Daniel Mazzei.
3. La jueza Margarita de Argüelles se declaró incompetente.

Claudia Ferri

Los 43 de Ayotzinapa y Maldonado, un mismo reclamo: aparición con vida ya



Mensaje solidario desde México

Familiares de los 43 estudiantes de la combativa Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos en 2014 en el municipio de Iguala (Guerrero), en un operativo que involucró a carteles del narcotráfico y el aparato estatal (el clan político de los Abarca, la policía municipal y presumiblemente el Ejército), han enviado un video con un mensaje reproducido en la página www.santiagomaldonado.com

Este dice:

“Muchísimas gracias por las jornadas de lucha que van a hacer. [Le damos] un fuerte abrazo a los padres de Santiago Maldonado que están sufriendo lo mismo que estamos sufriendo nosotros, por lo que nos solidarizamos con la exigencia de presentación con vida de él, porque no es justo que por malditos del Estado tenga que sufrir la gente o que queden truncas las ilusiones, las aspiraciones de los muchachitos. Estamos con ellos y vamos a seguir mencionándolo y nombrándolo [a Santiago] en cualquier lado que estemos, como ustedes nombran los 43 normalistas. También nosotros desde México acogemos a esos padres y esas madres que tienen desaparecidos, que sufren del rechazo de la justicia”.
Como Santiago, los normalistas guardan un compromiso inquebrantable con su pueblo. Fueron desaparecidos en medio de una actividad de recolección de fondos para viajar al Distrito Federal a una conmemoración de la masacre de la Plaza de Tlateloco, ocurrida en 1968 y en la que el gobierno mexicano ahogó en sangre una rebelión estudiantil.
Como en Argentina con Maldonado, en México el gobierno (con el presidente Enrique Peña Nieto a la cabeza) lanzó un operativo de autoencubrimiento. Difamó a las víctimas y familiares y difundió hipótesis falsas.
Pero sobre todo, tanto en México como en Argentina las desapariciones han tocado la fibra íntima de un pueblo que exige la aparición.

martes, 29 de agosto de 2017

Astiz y la patota de la ESMA siguen presos



Los jueces Slokar y Mahiques se pronunciaron contra el otorgamiento de cualquier beneficio en el cómputo de las penas para nueve miembros de los grupos de tareas de la Escuela de Mecánica.

Aunque la Corte Suprema aún no revisó su sentencia a favor del dos por uno para los represores, una sala de la Casación Penal rechazó ese beneficio para Alfredo Astiz y otros miembros del grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada. Con un sí de los jueces, Astiz y los demás oficiales hubieran quedado en libertad.
La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal, la instancia inmediatamente anterior a la Corte Suprema, no les dio el dos por uno tampoco a Antonio Pernías, Jorge Rádice, Ricardo Cavallo, Miguel Donda, Ernesto Weber, Juan Carlos Fotea, Carlos Capdevilla y Juan Azic. Votaron en contra los camaristas Alejandro Slokar, Carlos Mahiques y Angela Ledesma.
Slokar dijo en su voto que los crímenes de lesa humanidad son “imprescriptibles” y no pueden ser “pasibles de indulto ni amnistía”. En la misma línea, según Slokar “tampoco puede conmutarse o reducirse la respuesta punitiva impuesta, pues se ingresaría nuevamente en un pasaje de impunidad que se ha desandado paulatinamente durante los últimos 20 años a partir de la incorporación de los tratados de derechos humanos al bloque de constitucionalidad y, especialmente, ante la reapertura de estos procesos, originados en una respuesta legislativa y jurisdiccional, tardía pero concluyente”.
Es una referencia, por un lado, a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final de 1987 y 1986 y a los indultos decretados por Carlos Menem, que terminaron de dejar afuera a los comandantes juzgados en 1985. Por otro lado, al hablar de reapertura, Slokar aludió al proceso iniciado en 2003 para dejar sin efecto las leyes y los decretos por parte de los tres poderes del Estado.
Según el camarista que lideró el rechazo, cumplir con el marco internacional “se impone toda vez que su desconocimiento configura una situación de gravedad institucional que no solo constituye la lesión a un pilar básico del orden constitucional sino también un injusto de carácter internacional que pone en riesgo de sanción a la Nación tanto frente al sistema universal de derechos humanos como al regional latinoamericano”.

Estados partes

Las presentaciones de los represores se hicieron más intensas tras el fallo de la Corte Suprema, a principios de mayo, que concedió el dos por uno a un torturador que empalaba prisioneros. Votaron por la libertad de Luis Muiña los jueces Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Elena Highton de Nolasco. Votaron en disidencia Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda.
PáginaI12 reveló en ese mismo mes que Rosenkrantz fue el arquitecto que diseñó e impulsó la maniobra dentro de la Corte Suprema. El diario no recibió ninguna desmentida.
Rosenkrantz y Rosatti son los dos miembros nuevos del tribunal supremo. Ambos habían estado de acuerdo inicialmente en asumir por DNU y luego, durante las sesiones previas al acuerdo en el Senado, dejaron en claro que desde el punto de vista doctrinario eran partidarios de la fijación de límites contra la jurisdicción universal en derechos humanos tal como venía funcionando en la Argentina.
En mayo la ola de indignación fue tan inmensa que desató una marcha multitudinaria en Plaza de Mayo y, solo una semana después, una ley del Congreso contra el dos por uno.
Tras varios períodos muy cortos de detención seguidos por tramos largos de libertad, Astiz está detenido desde el 16 de septiembre de 2003. Su pena vencerá a las 24 del 7 de abril de 2028. La libertad condicional sería una opción recién el 7 de abril de 2023.
Hasta el fiscal general Raúl Pleé dictaminó antes del fallo de Casación que “en casos como el presente, donde se juzgan crímenes contra la humanidad, existe el deber irrenunciable del Estado de evitar situaciones jurídicas que se traduzcan en supuestos de impunidad”. Para el fiscal, la aplicación del dos por uno en este caso “contraría las exigencias que rigen el Derecho Internacional de los Derechos Humanos de sancionar adecuadamente a los responsables de crímenes de lesa humanidad y frustra el objetivo de evitar que hechos similares vuelvan a ocurrir”.
Slokar sostuvo que ni siquiera vale como reparo la cuestión de cómo se integró la sala, un tema en el que se opuso a la incorporación de Mahiques a la Casación sin concurso específico previo. “Cabe abocarse a la decisión de las presentes actuaciones a fin de evitar mayores dilaciones y en resguardo del apropiado ejercicio de las ingentes funciones del tribunal”, escribió.
La argumentación internacional de Slokar rescató que, sobre todo en el ámbito regional, “los Estados partes en la Convención Americana sobre Derechos Humanos deben garantizar la observancia de las disposiciones convencionales y sus efectos propios en el plano de sus respectivos derechos internos, principio que se aplica no solo en relación con las normas sustantivas de los tratados de derechos humanos sino también en relación con las normas procesales, como las que se refieren al cumplimiento de las decisiones del tribunal”. Juegan allí los criterios de practicidad y eficacia. Es decir, de cumplimiento real.
El razonamiento es que, al adherir a normas colectivas como la Convención Americana, los Estados no solo contraen obligaciones con otros Estados sino “hacia los individuos bajo su jurisdicción”. Si esas obligaciones se vulneran el sistema de protección queda debilitado.
La Argentina, además, adhirió a ese tratado y lo incorporó al orden interno “durante la transición democrática”, recuerda Slokar.
A comienzos del gobierno de Raúl Alfonsín fue el entonces experto Leandro Despouy, que pasó de exiliado de la dictadura a funcionario de la Cancillería democrática, quien propuso y articuló la efectivización de esa movida internacionalista desde el punto de vista de los derechos humanos. Lo hizo al activar la ratificación del Pacto de San José de Costa Rica. Slokar constata que la Argentina fue “el quinto país de América Latina en aceptar al competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. En 1994 la Convención Constituyente incluyó en el inciso 22 del artículo 75 una frase: “Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes”. El texto cita los tratados y convenciones internacionales sobre derechos humanos y establece que “no derogan artículo alguno de la primera parte de la Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos”. Slokar hace una lista de los convencionales que intervinieron en favor de esta doctrina: Eugenio Raúl Zaffaroni, Alicia Oliveira, Elisa Carrió, Juan Pablo Cafiero y Enrique de Vedia.
La jurisprudencia de la Corte Suprema anterior al dos por uno ideado por Rosenkrantz y su secretario Federico Morgenstern interpretaba que los constituyentes habían redactado el inciso 22 después de verificar que no había contradicción sino armonía con el resto de la Constitución. Las cláusulas constitucionales y las de los tratados tienen la misma jerarquía. No pueden destruirse recíprocamente. Y hacen que el combate contra la impunidad no solo sea un derecho sino un deber del Estado que firmó las normas del sistema interamericano de derechos humanos.
El cómputo de las penas no podría alterar, tampoco, el principio de la necesidad de imponer “penas adecuadas” dentro de la Convención contra la Tortura.

Valores

Mahiques es un juez afín al macrismo pero también votó en contra del dos por uno. En su voto desarmó el argumento de la defensa al replicar que mientras regía el dos por uno, vigente desde el 22 de noviembre de 1994 hasta el 30 de mayo de 2001, los actuales condenados no estaban sometidos a proceso.
En cuanto a los delitos de lesa humanidad, escribió Mahiques que “en la ponderación de los valores sociales imperantes actualmente” son los delitos “de mayor gravedad contra los cuales la sociedad reclama su efectiva punición, declarando incluso su imprescriptibilidad e imponiendo a los Estados la obligación de perseguir y sancionar a sus responsables”.
La jueza Ledesma dijo que “corresponde remitir las actuaciones a su procedencia”.

Martin Granovsky
martin.granovsky@gmail.com

Este viernes: todos a Plaza de Mayo por Santiago Maldonado



Ya comienzan los preparativos para la jornada que este viernes, al cumplirse un mes de su desaparición, reclamará la aparición con vida de Santiago Maldonado. El Encuentro Memoria, Verdad y Justicia será parte de la actividad.

El viernes 1° de septiembre se cumple un mes de la desaparición de Santiago Maldonado. Ese día distintas organizaciones, entre ellas el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, convocan a las 17 horas a Plaza de Mayo para exigir su inmediata aparición con vida.
El gobierno, en la figura central de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, ha dado sobradas muestras de estar protegiendo y encubriendo a la Gendarmería, la fuerza de seguridad que están directamente implicadas en la represión al pueblo mapuche y el posterior secuestro y desaparición de Santiago el 1° de agosto pasado.
Desde ese día, con las grandes empresas de medios como voceros, no han hecho más que buscar demonizar a la comunidad mapuche, agraviar a la familia de Santiago y brindar la más absoluta defensa hacia el personal de la Gendarmería que no solo siguen apostados en la ruta 40 a la altura de Esquel sino que no han sido separados de la fuerza, en una muestra del manto de impunidad que los protege,
Solo la movilización de miles y la persistencia de la familia y los organismos de derechos humanos ha permitido que la exigencia de aparición con vida de Santiago crezca día tras día.
“Porque esta causa no puede convertirse en un ‘Monumento a la impunidad’ como lo ha sido la desaparición de Jorge Julio López y porque sabemos que el Estado y el gobierno son responsables, es que este viernes convocamos a estar en Plaza de Mayo junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia”, señalaron los integrantes del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH), que llaman a movilizar masivamente este viernes. El Frente de Izquierda será parte de la jornada.

A propósito de mi nota en Clarín sobre estados aborígenes



¿Cómo debe definirse la organización social, política y militar de las tribus aborígenes que habitaban la Pampa y la Patagonia en el siglo XIX? Hay un debate en curso.

¿Solo “pueblos preexistentes”?(1)

A veces, las polémicas historiográficas tardan en desarrollarse. Una idea lanzada, una hipótesis de investigación, aunque despierte momentánea curiosidad, puede tardar años en ser recogida como tema de polémica. Pasa a veces que ese planteo, de pronto, adquiere actualidad por un hecho político, o sea, porque el presente obligue a mirar el pasado en búsqueda de caracterizaciones precisas. Si algunos hechos de violencia hicieron de pronto visible los reclamos postergados de la comunidad mapuche, la posterior desaparición de Santiago Maldonado –hasta el día de hoy “misteriosa”, como si el muchacho se hubiera evaporado por los aires mientras huía de la persecución de la Gendarmería− puso la cuestión en la “agenda diaria”, como se dice ahora.
Decidí entonces desempolvar un planteo que, reiteradamente, había publicado en diversos medios en la última década, reflexión que presenté por primera vez hace casi diez años en mi libro La joya más preciada. Una historia general de la Argentina.(2) Aquel texto despertó algún interés en medios especializados y motivó que se me invitara a desarrollar el tema en diversos ámbitos sociales como bibliotecas populares −e institutos terciarios y académicos. Tomando parte de mi visión, un profesor desarrolló estas ideas en un folleto sobre el cacique Calfucurá.(3)
Años después la revista Todo es Historia recogió la propuesta y en el año 2014 publicó un suplemento educativo titulado “Los imperios del desierto (1835-1885)”.(4)
Recientemente, la revista Legado que publica en formato digital el Archivo General de la Nación, en una edición especialmente dedicada a los pueblos originarios, insertó un nuevo y extenso escrito mío muy bien ilustrado con valioso material fotográfico: “Calfucurá y Sayhueque, los emperadores del desierto”.(5)
“Los ‘chilenos’ se apoderan de las pampas” fue el título de una nota que publiqué en 2016 en el suplemento dominical de La Nueva Provincia, diario del sur bonaerense donde tengo una columna quincenal.(6)
Finalmente, el 22 de agosto el diario Clarín, en su sección “Tribuna” que va en la página editorial, publicó una nota mía: “¿Estados aborígenes en nuestro territorio?”. El mismo Clarín ya había dado lugar a esta posición con motivo de la polémica –otra vez, el presente irrumpiendo en la historia− sobre la cuestión de si la estatua de Roca debía reemplazarse por una que rindiera homenaje a la “mujer india”.(7)
Por eso, ajenos de algún modo a estas discusiones sus principales protagonistas, la lucha del pueblo mapuche y de las otras etnias y naciones precolombinas, volvió a poner el tema sobre el tapete.
Es sabido que aquello que la historia intenta “invisibilizar” solo sale a la luz como consecuencia de la lucha de los desposeídos y despojados: así sucede con varios otros temas de la historia nacional o americana como el papel de Artigas en el período de la independencia, la oprobiosa guerra del Paraguay o la Semana Trágica de enero de 1919. Algunas voces de historiadores −profesionales o aficionados buceadores como Augusto Roa Bastos en la guerra de la Triple Alianza, el Eduardo Galeano de Las venas abiertas… que desnudó la oprobiosa explotación de los nativos en la minas del Potosí o las revelaciones de Osvaldo Bayer con su libro y película conocidos como La Patagonia rebelde− ayudaron a que procesos soterrados ganaran la luz.
Bien, mi última referencia al tema ha motivado una airada contestación desde el correo de lectores de La Nación periódico que abre sus páginas al presbítero que me refuta sin demasiado fundamento, de modo errático en su argumentación pero de modo enfático, alarmándose ante la idea propuesta por mí de que ya reconocidos como “naciones”, los conglomerados aborígenes del siglo XIX debía también discutirse si no configuraron “estados”. Lo bueno es que los dos principales diarios argentinos han instalado ya el debate sobre la posible existencia de estados aborígenes. Y pido disculpas por anticipado: si me extendí sobre la variedad de ponencias que hice sobre la cuestión es porque intento refrendar que no se trata de una idea peregrina y provocadora lanzada de modo irresponsable o aprovechando el momento político: es una batalla que −dentro de mis posibilidades− vengo dando de modo sistemático y en diversos ámbitos desde hace una década y me da gusto que, al fin, adquiera la vigencia de una polémica que permita analizar qué otros temas encierra. Agradezco por lo tanto esta nueva ventana que me abren los editores de La izquierda Diario para que sus lectores se adentren en la cuestión y sumen sus voces. Vamos entonces a lo nuestro.(8)

Lo que escribí en 2008(9)

Transcribo: “Mientras tanto, araucanos, ranqueles y vorogas, los tres grandes pueblos que, de Oeste a Este ocupan el ‘desierto’, lograron entre ellos cierta delimitación de territorios y una convivencia sin mayores altercados. Cada tanto se realizaban reuniones de caciques y ‘capitanejos’ en las que se buscaba solucionar pacíficamente los problemas. Rosas, al culminar su primer período como gobernador provincial en 1832, se abocó nuevamente al tema y, en forma personal, organizó una nueva campaña punitiva, en las que siempre, según su estilo, combinaba los ‘castigos’ con negociaciones e intentos por atraer a grupos de ‘indios amigos’. […] La expedición se organizó con tres columnas, [la de Rosas] alcanzó Bahía Blanca, llegó al río Colorado y permaneció allí cuarenta días en el fin de año de 1833. Con tropas de vanguardia, acorralaron a varios grupos de aborígenes al pie de la cordillera. La expedición terminó con la vida de unos 3.200 indios, tomó prisioneros a más de 1.200 –de “lanza” y de “chusma”–(10), rescató cerca de un millar de cautivos y recuperó numerosas cabezas de ganado que, a juicio de los criollos, era robados, aseveración siempre dudosa tratándose de ganado cimarrón sobre el que cualquiera, en aquellas épocas, podía adjudicarse derechos o supuesta propiedad. Durante los quince años siguientes la frontera quedó establecida por una línea que, de norte a sur, unía Cruz de Guerra (25 de Mayo), Melincué, Fuerte del Arroyo Azul, Federación (Tandil), Laguna Blanca Grande, Bahía Blanca y Carmen de Patagones, es decir no más de la mitad del actual territorio provincial.
”Pero los avances realizados no se consolidaron con poblaciones estables y, de a poco, los aborígenes recuperaron ese gran territorio. Una confederación de tribus reconoció el liderazgo de Calfucurá,(11) que se convirtió en amo y señor de las pampas, sumando contingentes venidos desde Chile. Con “cinco mil lanzas”, Calfucurá dirigió un malón –entre muchos otros incidentes que lo posicionaron como dueño de las Salinas– contra la zona de Bahía Blanca horas después de producido el combate de Caseros en 1852, en el que ocasionó enormes pérdidas y cosechó un valioso botín. Inteligente, astuto y valiente, Calfucurá, nacido en Llaima (Chile), fundó la llamada “dinastía de los Piedra”, que dirigió un Estado casi independiente conocido como la Confederación de Salinas Grandes, con “capital” en las tolderías cercanas al lago Epecuén. Esa poderosa confederación de comunidades libres reunió a cerca de 20.000 aborígenes y mantuvo un ejército regular de 3000 guerreros llamados “de lanza”, pero dotados también de armas de fuego. Su eje de poder geográfico abarcaba un triángulo con vértices en las Salinas Grandes, Carhué y Choele-Choel, el gran centro comercial del sur, con líneas hacia la Patagonia –donde habitaban, diseminados, los tehuelches– y la Cordillera, donde moraba el grupo –también mapuche– dirigido por el cacique Sayhueque, [región] conocida también como “el país de las manzanas”. Desde 1844, las posiciones de Calfucurá se consolidaron progresivamente, y en 1852 su ‘imperio’ no sólo dominaba los territorios confederados, también influía poderosamente sobre todas las culturas vecinas.
”En 1852 Calfucurá sirvió a las órdenes de Urquiza y participó del sitio a la ciudad de Buenos Aires. La Constitución votada en 1853 estableció, en su artículo 67, inciso 15, la necesidad de ‘proveer a la seguridad de las fronte­ras; conservar el trato pacífico con los indios, y promover la conversión de ellos al catolicismo’. La política hacia los aborígenes era un aspecto central de la etapa de organización nacional que se abría. El problema, sin embargo, se centró en los terratenientes y colonos bonaerenses que, intentando ganar terreno, provocaban la reacción violenta, incluso, de las tribus hostiles a Calfucurá y consideradas ‘amigas’, como las de los caciques Catriel y Cachul, que se sublevaron aduciendo que no se les entregan las raciones comprometidas por las autoridades.(12) Manteniendo un permanente hostigamiento sobre la frontera, en 1855 Calfucurá atacó Azul y derrotó al ejército de Mitre en Sierra Chica, aunque dos años después sufrió dos severas derrotas y, en 1858, perdió muchos hombres en Pigüé, en un combate que se prolongó durante dos días. Al año siguiente, nuevamente, unió sus hombres con los de Urquiza y combatió en la batalla de Cepeda, en la que participaron también, en el mismo bando, los ranqueles acaudillados por Manuel Baigorria. Después de la batalla de Pavón de 1861 Calfucurá buscó un acuerdo con Mitre, su anterior enemigo y, durante bastante tiempo, intercambiaron misivas y misiones mutuas. Los diplomáticos indios varias veces visitaron Buenos Aires para sostener reuniones con las autoridades o renovar acuerdos, sobre todo, referidos a los compromisos de abastecimiento, sueldos y ‘raciones’.
”En esos años, el poder de los araucanos y sus pueblos amigos en la inmensa pampa era absoluto. Habían construido un gran circuito mercantil que, de océano a océano, comerciaba con alimentos elaborados (azúcar, harina, licores), telas, cueros, plumas y pieles, ganado en pie, sal, metales preciosos (en particular, plata y piedras), adornos, ropas europeas y armas. El negocio más lucrativo lo constituía la venta de ganado en el mercado chileno. El poderío aborigen llegó a ser tan dominante que, más de una vez, vendían a los ‘huincas’ –el hombre blanco– lo mismo que le habían ‘robado’ en el último malón. El contacto entre ambas culturas era permanente y, por lo general, de mutuo interés. Las tolderías solían recibir visitas de comerciantes y militares de las ciudades. […]
El 8 de marzo de 1872, Calfucurá sufrió su peor derrota en Pichi-Carhué, cerca de la actual ciudad de [San Carlos de] Bolívar.(13) Fue su último gran combate: perdió allí 200 hombres. El jefe porteño, general Ignacio Rivas, contó en esa oportunidad con el respaldo de los caciques Catriel y Coliqueo. Calfucurá, viejo y derrotado, murió en sus toldos ubicados cerca de General Acha, en La Pampa, el 3 de junio de 1873. Tenía 16 hijos y 5 sobrinos ‘príncipes’ que prestaron servicios como oficiales del cacique, pero quien heredó el mando fue su hijo Manuel Namuncurá, de 62 años, un indio cristianado y bautizado bajo el padrinazgo de Urquiza.
En 1875 la ciudad de Azul, que alcanzaba ya los 16.000 habitantes –en 1842 tenía sólo 1600– y que, al decir del explorador Francisco P. Moreno, era “todo dinero y carísimo” –una curiosa observación tratándose de una población de frontera– sufrió una gran irrupción de aborígenes. El 26 de diciembre de ese año se desencadenó la llamada “Invasión Grande”, en la que confluyeron las lanzas de Juan José Catriel aliado con los ranqueles de Baigorrita y las tribus de Namuncurá, Pincén, Purrán y el chileno Renque-Cura. Pese a esa resistencia feroz la ofensiva ‘civilizadora’ tenia las de ganar. Namuncurá fue el último jefe voroga-araucano en rendirse a las tropas de Julio Roca, en 1884. Cuando juró lealtad a la República Argentina se le otorgó una concesión de tierras y fue elevado a la categoría de coronel del ejército en reconocimiento a su trayectoria y poder.

TOTAL ESTIMADO DE ABORÍGENES MUERTOS EN 78 AÑOS DE CAMPAÑAS (1821-1899) EN COMUNIDADES INDÍGENAS LIBRES (CHACO-PAMPA Y PATAGONIA)

Araucanos 4879
Ranqueles 2052
Vorogas 2038
Tehuelches-mapuches 1237
Tobas 780
Mocovíes 549
Pehuenches 450
Abipones 350
−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−−
Pampa y Patagonia 10.656
Chaco 1.679
Total 12.335(14)

Y tras este breve relato, nuestra primera enunciación de la conclusión principal: “Desde nuestro punto de vista, entre 1845 y, por lo menos, 1880, la Confederación aborigen constituyó un Estado de hecho. ¿Qué es, si no, un grupo organizado de miles de personas que reconoce un gobierno, que celebra reuniones de “parlamento”, que defiende un territorio bastante bien definido, que comparte “leyes” –aunque no estén codificadas– y valores, que comercia con otras naciones y consume y transporta productos “importados”, que firma acuerdos diplomáticos y se cartea “de igual a igual” con otros jefes de Estado, y que, por fin, integra un ejército regular y bien armado que participa de las luchas civiles que se desarrollan en sus fronteras? Bajo la jefatura de Calfucurá y Namuncurá, durante esos 25 años nada podía hacerse en ese inmenso territorio sin su expresa autorización. Ese Estado tenía, además, una peculiaridad: no existía la propiedad privada, por lo menos, en el sentido moderno del término.
Continué entonces bajo el subtítulo “Los nuevos dueños de la tierra”, señalando: “Destruir ese Estado –esos estados, diría ahora− y disolver esas naciones fue la propuesta de la ‘solución drástica’, expresión acuñada por Estanislao Zeballos en su libro La conquista de quince mil leguas, y concretada por el joven Julio A. Roca, que se convertiría en héroe como consecuencia de esas campañas y heredaría buena parte del apoyo que lo llevaría a la presidencia en 1880 primero, y en 1898 por segunda vez. La construcción de un único Estado nacional, con los mismos regímenes de propiedad –con escrituras expedidas–, con la misma legislación, con autoridades delegadas del Poder Ejecutivo –por eso no serán provincias sino territorios nacionales–(15) y con una similar cultura era la uniformidad que, más allá de los matices, impulsarán las autoridades político-militares de la nueva República Argentina”.
Tras la derrota de la nación aborigen, las enormes extensiones patagónicas no tardaron mucho en tener nuevos propietarios. La mayoría del territorio se concentró en muy pocas manos, y el boom de las ovejas y la lana nutrió a una nueva oligarquía.
El objetivo de la campaña al desierto no fue solo matar a los indios “de pelea” sino, en particular, destruir su organización en los diversos órdenes –tribal, popular, estadual− haciendo desaparecer los toldos que los agrupaban y los fortalecía como grupo social y cultural. Se trataba pues de “aniquilar” el vestigio social y por eso no solo la muerte física, sino la disgregación, el reparto, el encarcelamiento, el destierro.
Porque, de algún modo, como señala la antropóloga Orita Carrasco, “la pelea de los indígenas por la tierra es una demanda de identidad”.(16) Pero para evitar que nos desviemos acá del tema principal recomiendo la lectura de esa nota que explicita muy bien ideas sobre la tierra y la identidad en relación con la constitución vigente.

Entre pueblos, naciones y estados

Pero la discusión debe ser más cercana en el tiempo. Hablar de pueblos preexistentes nos remite… a 1500, a cinco siglos atrás borrando de un plumazo –ignorando de hecho− lo sucedido entre el siglo XVI y el presente, esto es, que la ocupación del Chaco y la Patagonia –la mitad del territorio actual, más o menos− se produjo luego de que el Estado argentino adquiriera su forma actual, entre 1853 y 1861. De allí que hay un “reparación” especial que debe asumir la continuidad del estado nacional argentino si es que se supone que produjo una ruptura política y social con la época en que estas tierras fueron colonia española.
Entonces… ¿en qué estadio de organización estaban los pueblos cuando fueron invadidos y sometidos por el Estado nacional argentino? Definitivamente no se trataba de “tribus” dispersas, sin entidad, errantes, desperdigadas, sino –al revés− culturas y naciones que avanzaban en la conformación de “instituciones” que le otorgaban, a mi entender, un carácter de estados.
Claro, esta definición será resistida por todos quienes creen que “estado” es solo el estado capitalista que tiene normas escritas y el derecho de propiedad como su derecho básico.
Según la definición clásica de Lenin, el estado es un órgano de opresión de una clase social en el poder sobre las otras, poder que se ejerce sobre la base del monopolio de la fuerza armada. Esta definición implica que esa clase social –esclavista, señorial o burguesa−es la propietaria de los medios de producción y de cambio. Adoptando esa definición, sería erróneo usar la categoría de “estado” para los pueblos que no reconocían –ni reconocen− la propiedad privada de la tierra y los medios de producción aunque lo hagan con sus bienes de consumo. Pero esto nos plantea un problema: ¿las sociedades asiáticas como las de la Mesopotamia y las primeras del Egipto antiguo, con castas gobernantes, ¿no conformaron estados? Y más cerca en el tiempo… ¿acaso el estado formado por la Unión Soviética, tanto en su época revolucionaria como en su época “burocrática” –la era estalinista y después− no fueron estados sin propiedad privada aunque su economía centralizada era “de transición”, no capitalista y sin “dueños privados” de los medios de producción y de cambio?
La hipótesis entonces es si durante los cincuenta años de existencia de la Confederación de las Salinas Grandes “gobernados” por Calfucurá y Namuncurá (1835-1879) y los casi veinticinco años del “País de las Manzanas” bajo la tutela de Sayhueque (1860-1884) no deben ser considerados organizaciones estales o protoestatales. Si fuera así el reclamo de esos pueblos –como el mapuche− adquiere otras resonancias más cercanas al del pueblo palestino y otros casos similares y más cercanos en el tiempo. El tema es sacar esta discusión de sus vestigios ancestrales –que tiene importancia pero es aplicable a los derechos de las naciones aborígenes más desperdigadas y transculturalizadas durante siglos− y traer la cuestión a lo que sucedió en el silgo XIX. ¿Hubo entonces estados “paralelos” –el de las provincias unidas, el de la confederación de las salinas y el país de las manzanas−, con entidades similares y uno de ellos ocupó las tierras de los otros provocando un etnocidio para hacer desaparecer a esos pueblos y sus derechos? La Nación Argentina, al convertir a esas regiones en “territorios nacionales” – o sea, gobernados desde Buenos Aires de modo centralista y negándoles el carácter de provincias hasta bien entrado el siglo XX− brinda una evidente pista de que no estoy tan errado en mi consideración. Pero, como digo en la nota de Clarín, lanzo la piedra para aceptar el debate y, desde ya, quienes deben tomar la palabra, son en primer lugar los propios interesados.

Ricardo de Titto
Historiador y ensayista

Notas:

1. Clarín, 22 de agosto de 2017, disponible en https://www.clarin.com/opinion/aborigenes-territorio_0_BkLfEHL_W.html.
2. La joya más preciada. Una historia general de la Argentina, El Ateneo, Buenos Aires, 2008.
3. Barrera, Sergio Alberto, Calfucurá y la Confederación Indígena de las Salinas Grandes, Ed. del Autor, Buenos Aires, marzo de 2012.
4. Todo es Historia Nº 562, mayo de 2014.
5. Legado 5, julio de 2017, en https://issuu.com/legadolarevista/docs/legado_n_5.
6. La Nueva Provincia, Suplemento Domingo, 17 de abril de 2016, en http://www.lanueva.com/domingo-impresa/861007/los-chilenos-se-apoderan-de-las-pampas.html.
7. Clarín, 17 de noviembre de 2012, disponible en https://www.clarin.com/opinion/estatua-Roca-junto-mujer-india_0_Synf9pjwQl.html.
8. http://www.lanacion.com.ar/2056733-de-los-lectores-cartas-e-mails.
9. La joya más preciada, op. cit., pp. 315-319.
10. “Indios de lanza” era la denominación que se usaba para designar a los varones mayores de 15 años, aproximadamente, que participaban de los malones y los combates; la “chusma” era la forma de llamar a los niños, las mujeres y los ancianos.
11. El nombre admite diversas grafías. También se lo llamó Callvucurá y Calloucurá. En araucano significa “Piedra Azul” por callou –azul– y curá –piedra–.
12. El cacique Cipriano Catriel vivía en las inmediaciones de Azul, donde tenía varias propiedades y una de las mejores cuentas bancarias de la región. Se consideraba “indio y argentino” y luchó contra Namuncurá. Acusado de traidor a su pueblo, fue asesinado en 1874 y lo sucedió en el mando su hermano Juan José Catriel.
13. En la “historia oficial” ese combate se conoce como “Batalla de San Carlos”.
14. Fuente: C. Martínez Sarasola, Nuestros paisanos los indios, Buenos Aires, Emecé, 1992.
15. Las provincias argentinas eran catorce. Misiones, Chaco, Formosa, La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego eran “territorios nacionales”, por lo cual sus habitantes no elegían gobernantes provinciales sino que éstos eran designados por el presidente de la Nación. La mayoría adquirió estatus de Estado federal durante el primer gobierno de Juan Perón. Tierra del Fuego, Islas Malvinas, islas del Atlántico Sur y porción antártica son provincia desde 1990.
16. Clarín, 15 de mayo de 2011, disponible en https://www.clarin.com/zona/pelea-indigenas-tierra-demanda-identidad_0_S1hZIvfpDQe.html.