martes, 30 de agosto de 2011

El agua vale más que el oro


La minería metalífera a gran escala tuvo un importante revés en Mendoza. En un contexto provincial de sostenido rechazo y movilización popular contra la megaminería, la Legislatura frenó por unanimidad el proyecto de oro y cobre San Jorge, que había tenido vía libre del gobernador y esperaba luz verde de la Cámara de Diputados para comenzar su construcción.
La compañía canadiense Coro Mining recibió el golpe menos esperado: la negativa del sector político, que había sido el principal impulsor de la actividad extractiva en la provincia. “Felicitamos al pueblo mendocino que se expresó manifestándose en la calle y luchando contra la imposición de una actividad económica de saqueo, corrupta y contaminante”, festejó la Asamblea Popular por el Agua.
La canadiense Coro Mining controla 120 mil hectáreas en Uspallata, en el norte mendocino. Allí planea explotar oro y cobre a cielo abierto, con un consumo de agua de 140 litros por segundo, doce millones de litros de agua por día.
El agua fue el punto que unió a las asambleas socioambientales, campesinos e, incluso, grandes fincas. Las asambleas fueron el motor del rechazo minero, que en 2007 habían logrado la aprobación de la Ley 7722, que prohíbe la utilización de sustancias tóxicas en minería y que establece la obligatoriedad de audiencia pública, una Comisión Evaluadora Interdisciplinaria Ambiental Minera (Ceiam), aprobación de Declaración de Impacto Ambiental (DIA) por parte del Poder Ejecutivo y la ratificación legislativa.
La audiencia pública, realizada en octubre de 2010, tuvo rechazo mayoritario de los exponentes de la comunidad. La Comisión Evaluadora (Ceiam) resaltó 140 objeciones. Se sumó el dictamen de la Universidad Nacional de Cuyo: “El informe de Impacto Ambiental presenta gran cantidad de falencias e inexactitudes, las que impedirán garantizar su viabilidad ambiental”.
Aun así, el gobernador Celso Jaque aprobó en febrero la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Las manifestaciones de rechazo se multiplicaron, con hechos históricos para la provincia como la marcha de ocho mil personas que gritó “el agua no se negocia” en la tradicional Fiesta de la Vendimia.
Para la concreción del proyecto sólo restaba la aprobación legislativa, que se esperaba para luego de las elecciones de octubre. El miércoles 17 de agosto las organizaciones nucleadas en las Asambleas Mendocinas por el Agua Pura (Ampap) cortaron el acceso a la capital provincial durante siete horas.
Y la política preelectoral comenzó a incidir. El candidato a gobernador por el justicialismo y ex ministro a cargo del área de Minería Francisco Pérez prometió que –de ser electo– llamaría a consulta popular para decidir sobre el proyecto minero. Pero sus competidores le redoblaron la apuesta: la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Demócrata (PD) llamaron el miércoles a tratar sobre tablas la cajoneada Declaración de Impacto Ambiental.
Entonces, sobrevino lo inesperado. Pérez cambió su histórica posición y llamó a sus legisladores a presentarse en el recinto y votar contra la Declaración de Impacto Ambiental. En la noche del miércoles, por unanimidad, todos los partidos rechazaron el informe de Impacto Ambiental y frenaron el proyecto San Jorge.
“Es un triunfo del pueblo, no de los políticos que reaccionaron ante la presión de la gente en la calle y que instaron a rechazar en la Legislatura lo que antes, en algunos casos, habían impulsado y defendido desde el Poder Ejecutivo”, advirtió en un comunicado la Asamblea por el Agua. Francisco Pérez era ministro de Infraestrucura cuando acompañó, con su firma, la misma Declaración de Impacto Ambiental que el miércoles llamó a rechazar.
Desde el área de Prensa del gobierno de Mendoza no respondieron los llamados. Pérez tenía el teléfono apagado y con la casilla de mensajes llena. Desde Coro Mining nadie hablaba en on.
“San Jorge, San Jorge, lucha popular, que ningún partido se lo quiera apropiar”, fue el canto que se escuchó en la Legislatura de boca de las asambleas socioambientales mendocinas, que celebraron el freno a San Jorge, pero aclararon que seguirán movilizados hasta que la “última empresa megaminera se haya retirado” y recordaron que el rechazo no es sólo contra un proyecto minero sino “contra todo el modelo extractivo”.

Darío Aranda / ACTA

Milonga del Tartamudo - Alfredo Zitarrosa

Julián Conrado - Mi Canto

La mina de oro.

La Mina de Oro from FAO Frente Amplio Opositor on Vimeo.

lunes, 29 de agosto de 2011

Hay pruebas: los EEUU financiaron el golpe de Banzer


En ocasión del 40 aniversario del golpe de Estado del general Hugo Banzer Suarez, 21 de agosto de 1971, republicamos un artículo que salió en junio de 2009 en el numero 9 de nuestra revista en que prueba la injerencia de EEUU en el golpe. El escalofriante dialogo en los días del golpe entre el entonces presidente Nixon y el Secretario de Estado Kissinger – traducido del inglés y reportado en el artículo – es una prueba más del cinismo del imperialismo.
El 1º de marzo de este año el Departamento de Estado de EEUU desclasificó documentos que prueban que la supuesta acción revolucionaria nacionalista, como Banzer defino su golpe, fue digitada por EEUU. Estos documentos (disponibles en inglés en la página web history.state.gov) contienen memorándums, transcripciones de conversaciones entre el entonces Secretario de Estado Kissinger y el propio Presidente de EEUU Nixon, informes del entonces embajador de EEUU en Bolivia Siracusa, sobre la situación desde Barrientos hasta el golpe de Banzer.

De Barrientos a Ovando

El primer documento es un memorándum de Kissinger al Presidente de EEUU en que se analiza la sucesión a Barrientos. El panorama en las fuerzas armadas se considera tranquilo y unificado bajo el mando del Jefe pro EEUU Rogelio Miranda. La llegada al poder de Ovando es vista sin preocupaciones. Kissinger recuerda que “el general Ovando ha estado en los EEUU como huésped del general Westmoreland, por lo cual concluye que no hay, por ahora, ninguna razón para suponer desordenes inmediatos o un cambio de política en el gobierno de Bolivia”. Cuando se nacionaliza la Gulf bajo la presión de masa Kissinger escribe un telegrama al embajador estadounidense a La Paz pidiéndole referir al gobierno Ovando que EEUU estarían dispuestos a acordar “una participación adicional [para Bolivia] a los beneficios” de la explotación del petróleo, pero si el gobierno insiste con la nacionalización deberá indemnizar congruamente a las empresas estadounidenses y definir su política hacia EEUU o serán revisados todos los programas de ayudas e inversiones de EEUU en Bolivia. Ovando optará por otorgar a la Gulf una indemnización de lejos muy superior a las inversiones de la empresa.

La nacionalización de la Gulf

Los informes del embajador Siracusa demuestran que Ovando teme las amenazas de EEUU y al mismo tiempo teme la popularidad de la figura de Marcelo Quiroga Santa Cruz. En los diálogos entre Siracusa y Ovando este ultimo parece más preocupado de buscar apoyo estadounidense en contra de Quiroga Santa Cruz y de las masas que de los rumores de golpe que la Gulf, la embajada y la CIA comenzaban a orquestar. Marcelo Quiroga Santa Cruz será sucesivamente alejado del gobierno. El embajador entonces escribe al Departamento de Estado que Ovando ha entendido que “Bolivia podrá ganar más si demuestra respeto a sus obligaciones internacionales”, es decir si renuncia a su soberanía a favor de los intereses imperialistas. Sin embargo el mismo no puede evitar de referirse a la “general turbulencia política que llevará de allí a unos meses a la experiencia de la Asamblea Popular.

El golpe de Banzer

El 8 de julio de 1971 se reúne el Comité 40, un grupo dirigido por el mismo Kissinger que es responsable de operaciones encubiertas. La CIA pide 410.000,00 dólares para pagar dos exponentes de alto nivel de la oposición para que apoyen el golpe. Es lícito suponer que se trate de Paz Estenssoro (MNR) y Mario Gutiérrez (FSB) siendo sus dos partidos los únicos que apoyaron el golpe. Uno de los asistentes considera que se deba actuar con cuidado porque “podríamos acabar con un líder peor y más peligros que Torres”. En EEUU entendían que el problema no era Torres sino el movimiento obrero y popular que el mismo general se demostraba incapaz de controlar (desde el punto de vista imperialista). Torres intentaba contener el ascenso revolucionario de las masas obreras y populares que se preparaban a la toma del poder. Por esto Siracusa en un primero momento pide esperar antes del golpe. Sin embargo por las vacilaciones de Torres por un lado y del movimiento revolucionario por el otro la situación de doble poder estaba en un impasse que el imperialismo consideraba peligroso. Por esto Torres “debía” ser derrocado. La luz verde al golpe está en esta conversación entre Nixon y Kissinger
- Nixon: ¿Qué cree Karamessines [de la CIA] que necesitamos? ¿Un golpe?
- Kissinger: Veremos que es posible, en el contexto que sea. Dentro de dos meses nos habrán echado a un lado. Ya se libraron del Cuerpo de Paz, que es un activo nuestro, pero ahora quieren botar a USIA y a la gente militar. Y no sé si podemos siquiera pensar en un golpe, pero tenemos que ver cómo luce el terreno por allá.
- Nixon: recuerda, ya dejamos que estos malditos bolivianos se lleven el estaño;
- Kissinger: bueno, podemos todavía recuperar esto…
- Nixon: recupéralo.
La desclasificación de estos documentos – que publicamos en exclusiva – nos enseña: a) a desconfiar en el nacionalismo burgués siempre dispuesto a entregarse al imperialismo para combatir a las masas; b) a desconfiar en los militares aun cuando manejen un discurso nacionalista; c) que es necesario expulsar no solo un embajador sino también a las distintas (casi 100) ONGes que son agencias de los EEUU. En cambio, a pesar de las denuncias, USAID sigue corrompiendo nuestra militancia con cursillos de fortalecimiento de la democracia que sirven solo para reclutar gente al imperialismo.

El Militante

Bolivia

Finalmente suspenden al juez Romano por haber sido funcional a la dictadura


Fue acusado por unanimidad de haber “omitido en forma reiterada y prolongada” la investigación de “delitos de lesa humanidad de los que habría tomado conocimiento en su condición de fiscal federal y de juez federal subrogante”, entre 1975 y 1983.

por Irina Hauser

Quedará suspendido hasta que termine su juicio político, algo que deberá ocurrir antes de que se cumplan 180 días hábiles.
En Tribunales, en territorio de la Justicia en general, esperar es costumbre. Es un dato insalvable, casi naturalizado, que la realidad depara. Esperar un trámite, un papel, un fallo. Los organismos de derechos humanos y las víctimas que ayer llenaban buena parte de la sala de audiencias del Consejo de la Magistratura tuvieron que aguardar cerca de dos horas a que empezara esa reunión plenaria que tanto ansiaban. Era, de todos modos, la prolongación de un continuo que llevaba más de un año y medio, cuando una medida cautelar frenó casi todo lo que habían avanzado en sus denuncias contra jueces de Mendoza por complicidad con la última dictadura. Pero ellos apostaron a convertir ese paréntesis en un tiempo activo, en el que sacaron a la luz sus historias y las de otros ex detenidos-desaparecidos ignorados por ciertos integrantes del Poder Judicial durante el terrorismo de Estado, cuyo auxilio ante el secuestro y la tortura nunca llegaba y devenía en una de las más crueles esperas. Cerca del mediodía, cuando el público se acomodaba para escuchar largos discursos, el Consejo sorprendió con una decisión expeditiva: sin mediar discusiones aprobó por unanimidad la “inmediata suspensión” y la apertura del juicio político del camarista federal mendocino Otilio Romano, a quien le adjudicó una conducta “funcional” al terrorismo de Estado al haber “omitido en forma reiterada y prolongada en el tiempo” la investigación de “delitos de lesa humanidad de los que habría tomado conocimiento en su condición de fiscal federal y de juez federal subrogante”, entre 1975 y 1983.
Romano quedará suspendido como camarista hasta que termine su juicio político, algo que deberá ocurrir –según la Constitución– antes de que se cumplan 180 días hábiles contados a partir de la sesión de ayer. La decisión del Consejo señala sospechas de “mal desempeño” y la “posible comisión de delitos” en función de un dictamen que propuso el representante del Poder Ejecutivo, Hernán Ordiales, quien estuvo al frente del expediente. A su vez, este consejero se basó en los fallos judiciales, de primera instancia y de Cámara, por los que Romano está procesado como partícipe primario en 103 delitos de lesa humanidad que van desde secuestros, torturas, allanamientos ilegales y robo de bienes hasta el archivo de la causa por la apropiación de una hija de desaparecidos que impulsó invocando las leyes de impunidad (pese a que no eran aplicables a ese delito). Se le adjudican conductas como no haber denunciado o investigado evidentes violaciones a los derechos humanos de las que habría tenido conocimiento por los detenidos o por visitas a los centros de detención como el D2 –el del Departamento de Policía de Mendoza– y la U9 de La Plata (ver testimonios aparte), e incluso haberse basado en testimonios obtenidos bajo tortura para promover causas por la llamada “ley antisubversiva”, de los tiempos de la Triple A.
La acusación y suspensión fueron votadas por integrantes de todos los sectores y fuerzas políticas representados en el Consejo: el camarista laboral y presidente del cuerpo, Mario Fera; el académico Manuel Urriza, el representante del Poder Ejecutivo, Hernán Ordiales; los senadores kirchneristas Ada Iturrez y Marcelo Fuentes y el radical Mario Cimadevilla; el diputado oficialista Carlos Moreno y el de la UCR Oscar Aguad, y los abogados Alejandro Fargosi y Daniel Ostropolsky. Este último, un mendocino que había sido cuestionado por vínculos con el acusado, apoyó la suspensión, pero acotó que había que investigar y juzgar por igual a jueces que pudieran tener “claudicación en la independencia judicial” cualquiera fuera el gobierno de turno. Los únicos ausentes fueron el camarista Ricardo Recondo –asumido militante antikirchnerista y referente de la Asociación de Magistrados– y la diputada del Frente para la Victoria Stella Maris Córdoba, de campaña por Tucumán, donde es candidata a gobernadora.
En el recinto, que desbordaba de gente, estaban la secretaria de Derechos Humanos de Mendoza, María José Ubaldini; el subsecretario de Gobierno, Ariel Pringles; representantes de organismos de derechos humanos como el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) –que impulsó la causa–, algunas de las víctimas que comprometieron a Romano con sus relatos, el abogado Rodolfo Yanzón y Angela Urondo, secuestrada junto con sus padres, el escritor Paco Urondo, asesinado, y Alicia Raboy, desaparecida. Había un grupo encabezado por el secretario de Derechos Humanos de la CGT, Julio Piumato, y unos cuantos curiosos del Poder Judicial. A medida que los consejeros encendían su micrófono y anunciaban su voto, la platea iba ganando sonrisas, que terminaron en un intenso aplauso ante el anuncio de la suspensión.
Si hay algo que desconcierta a los mendocinos es haber pasado de ser una de las provincias más rezagadas en los juicios de lesa humanidad, con record de represores sueltos, a tener audiencias y condenas y en menos de un año dos jueces suspendidos por haber actuado en complicidad con la maquinaria dictatorial. Uno de ellos, Luis Miret, juez durante la última dictadura, fue destituido en marzo último. Tenía imputaciones y hechos en común con Romano, quien en forma contemporánea era fiscal. El caso de Miret abrió un nuevo ciclo donde crece el número de investigaciones que involucran a jueces en acciones colaboracionistas con la dictadura y/o en conductas tendientes a evitar el juzgamiento del terrorismo de Estado aún en la actualidad. Pero Romano recurrió a todo a su alcance para frenar su juicio penal y su proceso de destitución, y lo logró por un tiempo: con una medida cautelar de un conjuez abogado puso stop en el Consejo hasta hace poco. En la causa judicial hizo apartar al juez que lo procesó, algo que llevó meses revertir. Los consejeros Ordiales y Moreno, que fueron fiscales en el jury a Miret, también lo serán en el juicio a Romano.
El dictamen acusatorio aprobado propone siete cargos contra Romano, que precisan algunos casos concretos de omisión de denuncias y requerimiento de medidas, pero confluyen en una conclusión: “La conducta omisiva del Dr. Romano respecto de delitos de lesa humanidad resulta sistemática, ya que no se reduce a uno o pocos casos aislados, sino que por su reiteración demuestra un patrón de conducta, un modus operandi, y por otra parte resulta prolongada, ya que ha perdurado en el tiempo. Ello se registra no sólo (...) entre 1975 y 1983 sino que (...) hasta el día de hoy nada hizo el juez Romano para promover la investigación de los delitos de los que tuvo conocimiento mientras se desempeñaba en el cargo de fiscal federal de primera instancia, sin perjuicio de haber continuado ininterrumpidamente siendo funcionario, ya sea como miembro del Ministerio Público Fiscal o del Poder Judicial de la Nación”.

Las voces de las víctimas

“Después de visitarme en la celda, Romano le dijo a Miret que yo era una delincuente subversiva”, cuenta Luz Faingold, que fue detenida en 1975. La denuncia de Fernando Rule ante el Consejo de la Magistratura que permitió la aparición de otros testimonios.

Por Irina Hauser

Romano y otros funcionarios del Poder Judicial aplicaron desde 1975 la “ley antisubversiva”.

Fernando Rule tiene una barba gris muy tupida y anteojos pequeños, ovalados. Estuvo siete años detenido desde febrero de 1976 en el D2 (el centro de detención del Departamento de Policía de Mendoza), en la cárcel provincial, la U9 de La Plata y en Caseros. Sufrió torturas, vio morir a varios amigos y presenció la violencia sexual a su propia compañera a pocas celdas de la suya. Cuenta que hace algunos años, reunido con el abogado de derechos humanos Pablo Salinas, intentaban descifrar qué pasaba en Mendoza que no lograban que avanzaran los juicios por los crímenes de la última dictadura, que todo se dilataba y hasta los represores salían libres. Le dieron vueltas al tema, hasta que cayeron en la cuenta de que “la clave estaba en la Cámara Federal”, dice. “Los mismos jueces de ese tribunal que ponían escollos para avanzar habían sido jueces o fiscales durante el terrorismo de Estado. Es más, vimos que Luis Miret defendía como profesor de Etica en la Universidad de Cuyo a la dictadura porque había puesto orden; Miret había sido juez antes de camarista, Otilio Romano, su fiscal”, cuenta. Fue así como se convirtió en el primero en denunciarlos junto con David Blanco, quien falleció, ante el Consejo de la Magistratura.
Miret fue destituido en marzo último por el jurado de enjuiciamiento, por haber omitido investigar denuncias de torturas y secuestros. Romano fue suspendido por las mismas razones, y por más hechos todavía. A Rule aún le parece increíble haber estado preso en calabozos del palacio policial cuyo diseño había seguido de cerca, ya que era técnico en electrónica y proyectaba las comunicaciones de los edificios públicos. No recuerda haberse cruzado personalmente con Romano o Miret, aunque sí que este último, quien actuó como su defensor oficial, les dijo a sus padres: “Si su hijo atentó contra el Estado, tenga en cuenta que a mí me paga el Estado”. La denuncia de este ex detenido dio pie a la aparición de otros testimonios que fueron ayudando a reconstruir el papel que estos funcionarios del Poder Judicial tuvieron ya desde 1975, cuando aplicaban la llamada “ley antisubversiva”.
Invocando esa norma fue como detuvieron a Luz Faingold, en 1975, cuando militaba en la escuela secundaria, en la Organización Revolucionaria Poder Obrero y era delegada de su curso, en quinto año. Luz, de pelo lacio y ojos color miel, era menor de edad, tenía 17 años, pero la mandaron al D2, una cárcel de adultos, donde estuvo una semana. Un día –le cuenta a Página/12–, alguien abrió la puerta de su celda. “Pensé que venían a buscarme, para irme a casa. Vi un hombre con aspecto de abogado”, repasa, junto a su hija.
–¿Me voy? –preguntó Luz, ilusionada. El hombre hizo un “no” con la cabeza.
“Nunca supe quién era verdaderamente ese señor –dice Luz–, hasta hace un tiempo, cuando vi en los diarios de Mendoza una foto de Romano que había salido a festejar con champán en un restaurante con otro camarista, Julio Petra Fernández, que habían apartado al juez que lo había llamado a indagatoria por crímenes de lesa humanidad. Hasta ese día, la única foto que circulaba de Romano no se parecía a la imagen que yo recordaba. Esta sí.” Durante su cautiverio, Luz sufrió ataques sexuales que incluso eran oídos desde otros calabozos. En uno de ellos estaba su pareja, quien denunció lo que sucedía, además de las torturas a otros detenidos. Ni el fiscal Romano ni el juez Miret, dice Luz, investigaron nada. “Después de visitarme en la celda, Romano le dijo a Miret que yo era una delincuente subversiva y que desaconsejaba la restitución a mis padres, que me buscaban. Estuve en un hogar de niños por tres semanas, hasta que pude volver a casa”, cuenta.
Luis Toledo también fue detenido en Mendoza a los 18 años, cuando militaba en la Juventud Peronista. Su primera parada fue también el D2, donde un suboficial que le fue a tomar los datos le leyó lo que le imputaban: “Delincuente subversivo sin Dios y sin Patria, al servicio de la sinarquía internacional y en contra de la Iglesia Católica y el Ejército Argentino”. Lo conoció a Romano, cuenta a este diario, pero no fue en Mendoza, sino mucho más lejos, en la U9 de La Plata, donde lo trasladaron. “Primero vinieron a verme unos tipos, que me querían hacer firmar unos papeles. Con el tiempo entendí que eran para armarme una causa, pero en ese momento estaba muy golpeado y no tenía claridad para pensar. Después aparecí en un expediente con otras tres personas sobre un allanamiento a una casa donde habían encontrado cientos de panfletos. Luego apareció Romano, que me pidió el nombre, me informó de la causa y preguntó si tenía algo que decir. Dijo que si firmaba un arrepentimiento tendría una condena menor. Para esto me sacaban de la celda, me llevaban a otro lugar dentro del mismo centro. Más adelante me vino a tomar declaración el juez Gabriel Guzzo. Cuando me están llevando a una oficina, me cruzo con Romano otra vez”, repasa Luis, con mezcla de acento norteamericano, producto de haberse exiliado a Wa-shington cuando recuperó la libertad. Allí terminó el secundario, estudió sociología y construyó su vida hasta hace dos meses, cuando volvió a la Argentina.
Eugenio Pais, quien también estuvo ayer en la audiencia en el Consejo de la Magistratura, es otra de las víctimas que se sumaron a las denuncias contra los camaristas por no haber investigado ni su secuestro, en el D2, ni el de sus compañeros. Angela Urondo pudo reconstruir que estuvo al menos una noche en el D2 con apenas un año (luego la llevaron a Casa Cuna), mientras mataban a su papá, el escritor Paco Urondo, y desaparecían a su mamá, Angela Raboy. “¿Cómo es que nadie investigó mi paso por ahí?”, se pregunta.

http://casapueblos.blogspot.com/2011/08/finalmente-sus-penden-al-juez-otilio.html

domingo, 28 de agosto de 2011

Revolución Estudiantil Chile 2011 - Reflexiones para la lucha

Inti Illimani - A Luis Emilio Recabarren

Protesta en Buenos Aires por el asesinato de Manuel Gutiérrez.

Fuera el imperialismo de Libia


En menos de 48 horas, durante el pasado fin de semana, las tropas "rebeldes" libias, apoyadas por un feroz bombardeo de la Otan, lograron romper la última resistencia de las tropas de Gaddafi y penetraron en Trípoli, la capital del país.
Ya en las últimas semanas se venía observando un avance militar de los rebeldes y una disgregación de las fuerzas leales al régimen. En la semana anterior a la caída de Trípoli, tres destacados miembros de la camarilla de Gaddafi habían abandonado el país: según el Financial Times, "la facilidad con la cual los rebeldes avanzaron hacia la capital sugiere que buena parte de sus fuerzas de seguridad y simpatizantes habían decidido rendirse o desaparecer" (21/8). Se entregó incluso sin oponer mayor resistencia la 32º Brigada, considerada una de las tropas de elite más leales al régimen y comandada por Khamis Gaddafi, uno de los hijos del coronel. Los rebeldes anunciaron durante el fin de semana que habían detenido a varios hijos de Gaddafi, y que la caída del coronel era cuestión de horas, aunque el lunes 22 uno de ellos se mostró en libertad ante la prensa internacional y llamó a prolongar la resistencia. Al momento de escribir estas líneas sigue el combate en las calles de Trípoli, pero todas las informaciones dan cuenta de una abrumadora superioridad militar de las fuerzas rebeldes reforzadas por la Otan, que bombardea el palacio presidencial. El paradero de Gaddafi es desconocido.

El papel del imperialismo

La debacle final de las fuerzas de Gaddafi y el avance de las fuerzas rebeldes sobre Trípoli sólo fue posible por la intervención de la Otan, cuyas fuerzas militares incrementaron las operaciones de bombardeo sobre las posiciones del régimen en la última semana, inclinando la balanza y acelerando el desenlace. Según el británico The Independent, "las fuerzas del régimen, después de ser pulverizadas durante meses por la Otan, no parecen tener la capacidad de enfrentar a los rebeldes y restablecer una línea de contacto con el exterior" (21/8).
La entrada de los rebeldes en Trípoli fue recibida con subas generalizadas en las bolsas europeas, motorizadas por el alza en la cotización de las acciones de las principales empresas petroleras, y con una baja en el precio del crudo. Los "mercados" recibieron con favor lo que consideraron un paso hacia el recambio del agotado régimen pro-imperialista de Gaddafi por uno compuesto por títeres del imperialismo, capaz de establecer una cabeza de playa en un norte de África conmovido por las rebeliones populares que se iniciaron en enero. Tal como se planteó en estas páginas hace varios meses, la intervención de la Otan en Libia, iniciada en marzo de este año, no tuvo como objetivo dar impulso a la lucha de las masas árabes contra sus gobiernos sino, por el contrario, regimentar y controlar estos movimientos, con el objeto de establecer un protectorado militar que sirviese de base contra la propia revolución árabe: tanto Sarkozy, afectado por la caída del régimen pro-francés de Ben Ali en Túnez, como Barack Obama, que vio derrumbarse al gobierno pro-yanqui de Mubarak en Egipto, dieron vía libre a una intervención militar que apuntó a reforzar sus posiciones en una zona atravesada por una gigantesca conmoción social.
Los dirigentes del Consejo de Transición de Bengasi, reconocido como "gobierno legítimo" por las potencias extranjeras, no pierden oportunidad de demostrar sus lazos con el imperialismo -que se ven potenciados además por la necesidad de que sean desbloqueados los multimillonarios fondos que el régimen de Gaddafi tenía en el exterior: el imperialismo los mantiene "congelados" como un auténtico botín de guerra y pretende administrarlos en cuotas para asegurar la docilidad de cualquier gobierno post-Gaddafi en la tarea de la "reconstrucción de Libia". Todas las cancillerías imperialistas están operando para picar en punta en el armado de un nuevo régimen: según el New York Times, "Jeffrey D. Feltman, un asesor del Departamento de Estado, estuvo en Bengasi el fin de semana participando en reuniones con los líderes políticos de los rebeldes para discutir una transición estable y democrática" (22/8). Francia, por su parte, "convocó a una reunión en París, la semana que viene, a los gobiernos que se han comprometido a ayudar en la reconstrucción de Libia, a la que acudirán, previsiblemente, los líderes rebeldes". Italia envió funcionarios a Bengasi "para que asistan de forma inmediata en la restauración de las explotaciones comerciales de crudo y gas natural" (El País, 23/8).

La guerra civil después de la guerra civil

La realidad muestra, sin embargo, que la "transición" no será asunto sencillo. Las diferencias entre los distintos sectores que integran la coalición "rebelde" son manifiestas y han quedado al rojo vivo en las últimas semanas -con enfrentamientos armados incluidos, luego del asesinato en un confuso episodio de uno de los principales jefes militares de las fuerzas opositoras, que sus partidarios atribuyeron a un ajuste de cuentas por parte de los dirigentes de Bengasi. "Un alto dirigente militar norteamericano expresó su cautela sobre las perspectivas incluso si cae el gobierno de Gaddafi. Aún con la caída del régimen, dijo, no hay ningún plan claro para una sucesión política o para mantener la seguridad en el país" (New York Times, 21/8).
En rigor no existe una "coalición rebelde" sino un conglomerado heterogéneo de múltiples grupos y sectores, que abarcan desde fuerzas islamistas, opositores liberales, tribus de distintas regiones del país y una plétora de ex funcionarios y miembros del régimen de Gadafi que se han pasado a la oposición. Diversas informaciones dan cuenta, por otra parte, de las dificultades de las autoridades del Consejo de Bengasi, ciudad ubicada en el este del país, para controlar a las fuerzas militares del oeste, que son las que han tenido un papel determinante en el avance sobre Trípoli. Según The Economist, "en febrero la transición de Bengasi a manos de los rebeldes fue relativamente pacífica debido a que el gobierno interino dejó en su puesto a todo el aparato de "tecnócratas" estatales", pero todo indica que no resultará tan sencillo ahora: aunque las autoridades han anunciado que se trasladarán a Trípoli en cuanto les sea posible, "no está claro cuánta autoridad podrán tener sobre los diversos grupos de milicianos que controlan las calles de la capital".
Está planteado un escenario de disgregación regional del país. Tanto la dirigencia rebelde como el imperialismo quieren evitar una descomposición del aparato del Estado: según el Financial Times, "los rebeldes usarán los contactos que tienen desde hace tiempo con tecnócratas y ‘pragmáticos' del régimen de Gaddafi, y de otros cuerpos como la policía, para asegurarse de que permanezcan en su lugar durante la transición política" (23/8). El ejemplo a evitar es el de lo ocurrido tras la caída de Saddam Hussein: "a diferencia de lo ocurrido en Irak, el Consejo de Transición, muchos de cuyos miembros eran parte del gobierno hace sólo unos meses, buscará mantener tanto como sea posible las estructuras que hoy existen" (ídem).
Otro sector del imperialismo directamente reclama que la intervención de la Otan se profundice y dé paso a una ocupación directa de fuerzas militares sobre el terreno, para evitar que la situación derive hacia una guerra civil de alcances imprevisibles.
La ocupación militar de Libia, para convertirla en un protectorado imperialista en el centro de una región convulsionada por las rebeliones populares, pone de manifiesto la tendencia del imperialismo a enfrentar la bancarrota capitalista mundial por medio de la guerra y la colonización de las naciones más débiles. Pero precisamente porque se procesa en el marco de esa bancarrota, será un factor de profundización de la crisis y agudización de las contradicciones en todo Medio Oriente y el Norte de Africa.
Denunciemos la ocupación de Libia, una amenaza para la independencia nacional de todos los pueblos oprimidos del mundo, que agravará además la miseria de los pueblos de Africa del Norte y Medio Oriente. Fuera el imperialismo de Libia y de todo Medio Oriente. Viva la revolución árabe.

Martín López

Tucumán. Represores, otra vez al banquillo: 17 de noviembre comienza otro juicio contra Bussi y Menéndez


Los represores Antonio Domingo Bussi, Luciano Benjamín Menéndez y Roberto “El Tuerto” Albornoz tendrán que volver al banquillo de los acusados el próximo 17 de noviembre por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.

Junto a Roberto “El Tuerto” Albornoz, ambos represores serán juzgados por la muerte de Juan Carlos Aguirre y Margarita Azize Weiss, quienes fueron asesinados el 12 de julio de 1976 en Las Piedras 710 de la capital tucumana. El debate oral y público se extenderá hasta el 9 de diciembre.
Los represores Antonio Domingo Bussi, Luciano Benjamín Menéndez y Roberto “El Tuerto” Albornoz tendrán que volver al banquillo de los acusados el próximo 17 de noviembre por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. Así lo fijaron el miércoles pasado los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán (TOF), en el marco de la causa por la muerte de Juan Carlos Aguirre y Margarita Susana Azize Weiss. Ambos fueron asesinados el 12 de julio de 1976 en Las Piedras 710 de la capital tucumana.
En el Decreto que fija la fecha del debate oral y público, firmado por el presidente del TOF, Gabriel Casas, también se aprobaron las pruebas presentadas por el fiscal general subrogante Leopoldo Peralta y el defensor Público Oficial Ad Hoc Edgardo Adolfo Bertini, quien defenderá a Bussi y Menéndez. En el escrito consta que la defensa de Albornoz no presentó ninguna prueba.
También se ordenó el examen mental obligatorio a los imputados por parte de especialistas del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El juicio se realizará a partir de las 9.30 de los jueves y viernes, entre el 17 y el 9 de diciembre próximos.
Este debate se suma al ya previsto para 4 de octubre próximo, cuando el ex dictador Jorge Rafael Videla tendrá que sentarse por primera vez en el banquillo de los acusados frente a un tribunal de Tucumán.
Junto a Menéndez y otros cuatro imputados, Videla será juzgado por la muerte de Osvaldo de Benedetti, que habría ocurrido -en un lugar que no fue identificado del territorio tucumano- el 21 de julio de 1978 en manos del personal militar perteneciente al III Cuerpo del Ejército en un simulado intento de fuga.

Libia, OTAN y después


Triunfo rebelde o triunfo de la OTAN Las contradicciones de las protestas en el mundo árabe

Finalmente después de siete meses de guerra civil e intervención armada imperialista, el gobierno del coronel Kadafy se extingue. Lo hace después de 41 años de audaces e innovadores proyectos y virajes conservadores; de enfrentamientos con el imperio y asociación con él; de presentar un liderazgo dinámico y carismático o ser un original y extravagante señor del desierto. Si el coronel sobrevive a los combates por la capital del país podrá exiliarse, ser capturado y asesinado o replegarse con leales al interior a una lucha clandestina esperando que el caos y el tiempo le den una nueva oportunidad, aunque eso parece muy improbable. En cualquier caso el pueblo libio ingresa en una nueva, difícil e impredecible etapa de su historia. Donde dependerá de sus propias fuerzas e iniciativa para salir adelante y eludir las maniobras de occidente que pretenderá esclavizarlo nuevamente. La construcción de una fuerza que haga posible a los libios ser dueños de su futuro es algo que en este conflicto no aparece claro y que configura una de los principales desafíos de las protestas del mundo árabe.
Desde el mismo momento en que la OTAN definió el apoyo a la rebelión armada, el desenlace de la guerra se transformó en un juego de paciencia de ambas partes. La incapacidad de los rebeldes de estructurar una fuerza militar seria, unificada, que en poco tiempo se hiciera del gobierno, obligó a la OTAN a desnudar que “proteger a la población civil” era proteger a los rebeldes, frenando los ataques del ejército libio leal a Kadafy, que en varias ocasiones pareció estar a punto de aplastar la rebelión. Mientras que del lado del gobierno se lograba, superando el caos inicial, estructurar una base de apoyo, mostrando que conservaba apoyo popular (al menos de una parte del pueblo). Reordenando el control de una importante parte del país, (entre ella la capital que concentra la mitad de la población). Y buscando correr el eje del conflicto por reformas hacia una confrontación con el imperialismo. Si el tiempo provocaba que la OTAN relajara su intervención militar antes de que los rebeldes contaran con una fuerza eficiente como para imponer el control territorial, Kadafy se sostendría en el poder. Pero eso no sucedió. Finalmente los rebeldes ya mejor organizados y equipados entraron enla capital. Es importante recordar que la situación social en Libia (país de solo cinco millones de habitantes con enormes recursos petroleros) era mejor que en el resto de la región, a pesar de que las reformas neoliberales de los últimos años deben haber provocado cierto deterioro y desigualdades notorias. Buenos servicios de salud, educación e infraestructura para la vida cotidiana subsistían desde la época en que la “revolución verde” era “árabe y socialista”. Por lo cual no debemos dudar de que Kadafy haya sostenido una base social de apoyo importante (combinado con el enorme peso de los recursos de un Estado petrolero en un país poco poblado).
Si bien esta clara la naturaleza imperialista de la intervención extranjera, no hay un análisis lo suficientemente satisfactorio para explicar los motivos efectivos de la misma. Se reclama que es el petróleo la principal razón de los occidentales para jugarse en esta partida. Sin embargo hace ya casi dos décadas que el gobierno libio comenzó un camino de apertura a occidente, que no debe ser ignorado al evaluar la actual situación. Detallemos algunas cuestiones: Se dieron generosas concesiones petroleras a multinacionales que operaban con absoluta libertad y garantía en suelo libio. Se privatizo la banca para garantizar el flujo de capitales y dividendos, tal es así que Libia fue considerada una nación que mejor había seguido los consejos del FMI en la región. Se entregaron las reservas a la banca extranjera, con la consecuencia de su robo por occidente con el inicio de la intervención y la negativa actual de devolverlas al nuevo gobierno sin antes “discutir” en que se van a usar. Políticamente se acusa a Kadafy de asesinar al fundador de Hezbollah. De expulsar a 30000 palestinos del suelo libio. De acordar con Mubarak el aislamiento de la franja de Gaza. De desmantelar los campamentos y entregar las listas de los guerrilleros del IRA que se habían entrenado en su territorio. También tuvo actitudes conciliadoras con occidente en la guerra con Irak, y se proclamó adalid de la lucha contra el terrorismo y el fundamentalismo, además que se propuso ante occidente como el hombre que podían utilizar para frenar a los migrantes.
Con toda esta lista de concesiones que Kadafy realizo a occidente después de la caída del muro de Berlín pareciera ilógico la actual intervención extranjera a favor de “rebeldes” poco seguros. Pero no fue así. Hay varios elementos que pueden servir para explicar por qué. Si dudas hace años que Kadafy archivo sus ideas tercermundistas y socialistas del “Libro Verde”, pero eso no significa que haya pasado a ser solo un peón de occidente. Mantuvo la decisión política estratégica en sus manos, con negociaciones tanto con Europa accidental como con China y Rusia. De sus prioridades resultó que los EEUU tienen poca incidencia en Libia. Como podemos ver en el inicio del conflicto: fueron los franceses, ingleses, italianos y alemanes protagonistas centrales y los yanquis aparecieron casi como pares en las decisiones mas allá de la imprescindible necesidad del poder militar de estos últimos para las potencias europeas en estos tiempos de crisis. Esto no significa que los EEUU no se reserven un rol central en la “transición”, pero sí que no fueron los actores más importantes de principio. Las otras dos potencias, Rusia y China mantuvieron posiciones diferenciadas. Una lucha económica por recursos entre potencias en este momento de crisis mundial aparece detrás de estas diferencias.
Otro elemento explicativo en la necesidad de occidente de operar políticamente sobre el movimiento de las masas árabes. Estas a lo largo de toda la región aparecen como una ola sin liderazgos ni programas, pero que expresa una gran disconformidad popular. Este movimiento tomo de sorpresa no solo a los gobiernos de diferente signo de la región sino también a las potencias occidentales. Podemos proponer que se trata de un movimiento por reformas democráticas y nacionales que se produce en reacción a casi dos décadas de retrocesos, falta de proyectos hacia el futuro y reformas neoliberales.No son temas de esta nota analizar Egipto o Túnez. Pero podemos afirmar que en todas las situaciones nacionales el imperialismo se introduce, opera y conspira para encontrar una resolución lo más favorable a sus intereses. Por ello en los regímenes satélites apoya abiertamente la represión sin preocuparse por los costos en vidas. Si la represión no basta, y el régimen se muestra débil y agotado, comienza a buscar salidas, amigos dentro de la oposición que sean un recambio favorable. Nadia protesta por las represiones en Arabia Saudita, Marruecos, Argelia, Yemen, Barhein. Creemos que la inestabilidad y movilización de las masas árabes abre un terreno de disputa en el que el imperialismo opera de acuerdo a como se presenta cada situación, poniendo en juego a los grupos pro-ccidentales “dormidos”, que desde años atrás viene siendo preparados en los EEUU. Pero esta certeza de intervención extranjera no debe negar la existencia de descontento popular.
Todos los argumentos usados para la intervención fueron insostenibles, y podrían ser usados como un calco para ser difundidos por la prensa occidental en la intención de legitimar cualquier intervención (el caso sirio merece atención). Mas allá de que nosotros rechazamos cualquier excusa para intervenir en los asuntos internos de otro país y que creemos que los pueblos deben resolver sus problemas ellos mismos. Las masacres no existieron, al menos no fueron mayores que en Egipto, y los cadáveres se fueron amontonando con el estallido de la guerra civil y de la intervención extranjera. Las tremendas violaciones a los DDHH, tampoco fueron mayores que en los países árabes amigos de occidente, seguro menores que las de Israel y las del propio EEUU. Y si el régimen era tan asesino como para obligar a una intervención, no se entiende como hasta principios de este año Kadafy era recibido en los países occidentales con honores y amistad sorprendente. Sin dudas se fue definiendo una estrategia sobre la marcha, sacar partido donde más conveniente sea. Libia a pesar del giro de los últimos años, seguía siendo, bajo el gobierno de Kadafy, un socio incomodo, con pretensiones de juego propio, con el cual se debía negociar y que podía cambiar de posición. En cambio una rebelión triunfante gracias al apoyo extranjero, dividida en fracciones políticas de ideología y objetivos diferentes,en un país desbastado y dependiente de acuerdos con el extranjero, en el peor de los casos, sería más manipulable. Y sin dudas, a través de alguna de sus fracciones, permitiría a occidente controlar directamente los recursos y establecer una base geoestratégica en la región. Ese parece ser el razonamiento de occidente, acosado por la crisis y necesitado de cotos de saqueo. Recordemos además que los EEUU si bien siguen siendo una potencia económica de primer orden, no basan hoy su hegemonía solo en su potencia económica. Por el contrario su poder militar es el más importante argumento para intentar un comportamiento de única superpotencia. Por lo tanto la opción militar aparece siempre entre las más rápidamente utilizadas.
Un tema aparte es el tratamiento del conflicto libio por la izquierda. De un lado un cierto optimismo romántico hace pensar a una parte de la misma que cualquier atisbo de levantamiento popular es, en sí mismo una “revolución”. Que cualquier régimen nacionalista, ex nacionalista, o ex comunista será derrocado por masas que luchan conscientes por llevar a término los ideales traicionados. Creemos que para que las rebeliones árabes sean catalogadas de revoluciones no será suficiente, solo, que se produzcan cambios de gobierno. Debemos ver si en un plazo más largo se ve un cambio de políticas, y de ruptura de la dependencia y el atraso económico. Un cambio de las clases sociales que se beneficiaban con el régimen derrocado por otras más amplias. Si no sería como pensar que la transición democrática argentina o chilena fue una revolución. La movilización de las masas populares abre un abanico de posibilidades. En las movilizaciones no se ve una dirección política, ni programas mínimos, mas allá delo que intuimos como expectativas de las masas. Por lo tanto los que resuelvan a nivel estatal la cuestión serán los que le pongan la orientación a la revuelta (aunque también tengan que responder a ese espíritu de las masas movilizadas). Sinembargo, muchos aferrados a no aprender nada de la historia, insisten en un excesivo optimismo en la espontaneidad popular.
Otros, principalmente desde la usina ideológica que hoy representa Venezuela. Se colocaron en la vereda de la defensa irrestricta del líder libio. Una posición que admitimos posible de ser aceptada si sabemos que debemos estar siempre en frente de la vereda del imperialismo. Pero esto es así con sus matices. La información de Telesur era tan apologética del régimen que generaba dudas, ya que chocaba con las imágenes que el mismo canal transmitía y con una evolución de los hechos contraria. Tal es así que se ponían en dudas afirmaciones inmediatas anteriores de los mismos periodistas del canal. La agresión extranjera no transforma automáticamente a Kadafy en un líder antiimperialista después de veinte años de agachadas. También es difícil creer que el poder en Libia fuera ejercido por el pueblo en forma directa y que por ello no había constitución, ni instituciones y se estuviera disolviendo el ejército. Casi una utopía anarquista. Si el pueblo ejercía el poder directamente ¿cómo no derroto a algunas bandas de mercenarios extranjeros pagados por Al Qaeda? (afirmación también muy dudosa propalada por el gobierno, sin dudas para confundir a occidente).Mucha de la información transmitida parecía más bien una forma de estructurar una contrainformación entendida esta como dar vuelta, decir lo contrario que los yanquis.Entonces, es difícil entender como los rebeldes parecen muchas veces gente común, o las mezquitas instan a la rebelión, o hay manifestaciones de apoyo a los rebeldes. Pueden estar equivocados y podemos nosotros creer que lo mejor es que siga Kadafy antes que se instaure una semi-colonia de la OTAN. Pero no podemos inventar historias como forma de propaganda y buscar teorías conspirativas para salvar las anomalías evidentes de nuestrosplanteos. La contrainformación es algo más complejo que “decir lo contrario” que las cadenas noticiosas occidentales. Igualmente es un hecho positivo de que un canal de acceso libre en América Latina transmitiera la versión kadafista de la historia.
Vamos a hacer un paralelismo válido, no por ser equivalente, sino por ser de sentido común. Saddam Hussein no enfrento ninguna rebelión popular significativa. Los mercenarios y fuerzas preparadas por occidente para dividirle el frente interno no contaron con apoyos suficientes ni siquiera en la última invasión, donde no hubo disidencias hasta después de la toma de Bagdad. Esta fue obra exclusiva de fuerzas extranjeras y después de 10 años de bloqueo salvaje ybombardeos periódicos. El partido dirigente e inclusive una buena parte de la oposición se unieron ante la agresión imperialista, tampoco hubo disidencias significativas en esos 10 años. Y los basistas fueron la cabeza de la resistencia durante años. Cuando las fuerzas aliadas se retiraban de una zona, inmediatamente resurgían las viejas autoridades basistas, y aun cuando se intentó armar una nueva fuerza iraquí satélite los oficiales demostraron continuar con las antiguas lealtades como en el caso de Falluja. Se necesitaron varios años mas de incentivar conflictos sectarios y masacrar la población para desarmar a l antiguo régimen del Baas. Indudablemente Saddam era más sólido que Kadafy, el cual sufrió disidencias notables desde el primer día. Hoy Iraq es una semi-colonia, y el país más pobre de la región, cuando solía ser reconocido como uno de los de más alto nivel de vida y de progreso. Esto último es lo único que emparienta los dos países, los libios deben mirar en Iraq su futuro si no logran salvar su independencia y su Estado nacional.
Entonces, tenemos en Libia un actor que no conocemos. Los “rebeldes”. Que son estos rebeldes apoyados por la OTAN. No basta, comose esperanzan los ingenuos, pensar que son “la juventud de la primavera árabe que pelea por libertad y democracia”. Una visión muy occidental, twitera, de izquierda o derecha. Más bien pensamos que debemos recurrir a la historia. Allí tenemos tres ejemplos. Las revoluciones de colores. La intervención de mercenarios contra Jacobo Arbenz en Guatemala. Y los rebeldes afganos contra el gobierno pro soviético. Quizás en Libia haya un poco de las tres. El régimen libio esta desgastado y estancado como los antiguos gobiernos de Europa oriental y una parte de las masas buscan nuevos horizontes.Hay apoyo militar directo logístico y aéreo como en Guatemala. Y existe una base local de heterogéneos grupos dispuestos a tomar las armas como en Afganistán. Pero en Guatemala el gobierno instalado fue una monolítica dictadura bananera. Y en Europa oriental la caída del comunismo instauro democracias liberales que empobrecieron y volvieron más injustos aún los antiguos países “comunistas”. En Afganistán en cambio el incomprensible tablero político del país resulto incontrolable para los EEUU, tal es así que después de un romance inicial el país volvió a ser invadido en una guerra que se prolonga hasta hoy. Aunque Afganistán un país muy atrasado es un ejemplo poco auspicioso para la mucho más modernay culta Libia.
Pero creemos que estos ejemplos dan cuenta principalmente de algunas formas de intervención imperialista y solo en menos medida de las condiciones internas de los países intervenidos. Para nosotros los sucesos libios se originan en la misma ola de movilización popular que tiene lugar en el mundo árabe. Que, a diferencia de lo que muchos piensan, no son agitaciones de jóvenes que buscan una democracia occidental y las formas de vida de occidente (aunque en occidente se esfuercen por potenciar a los grupos de elite pro-occidentales). Por el contrario, visto desde una perspectiva regional e histórica, están movilizaciones se vienen incubando hace más de diez años, desde la invasión a Iraq, con el pasaje de todos los gobiernos del mundo árabe-islámico al campo del imperialismo (salvo el caso sirio parcialmente, y el iraní, y de las monarquías del golfo que siempre fueron pro-occidentales). Esta derrota iraquí coincidió con la caída del bloque soviético y el auge del neoliberalismo. Y con ello el ataque a la identidad colectiva y las expectativas populares en proyectos nacionales. Con la crisis mundial y las consecuencias de la penetración occidental en la estructura de estas naciones, los viejos regímenes esclerosados no tienen capacidad de respuesta. Y entonces a nivel “sociedad civil” se manifiesta la agitación, en una situación en la que años de gobierno fuertes destruyeron a toda oposición política que representara un desafío. Por eso estos movimientos tienen una forma tumultuaria y sin referencias (y son “operables” por el imperialismo).
Según se dice en el conglomerado rebelde libio hay nacionalistas, basistas, marxistas diversos, islamistas de diferentes tendencias, pro-occidentales, liberales, kadafistas disidentes, monárquicos, mercenarios, jóvenes rebeldes. Se habla de treintaiuna fuerzas y en ese análisis no debe ignorarse una importante presencia de tribus de estructuraclánica, con intereses contrapuestos, ligazones diversas con el Estado, las empresas y el imperio. Conglomerado que Kadafy logro unir en su contra con algunas muy desacertadas políticas de sus últimos años como la ejecución de unos 1200 presos políticos comunistas e islamistas a los que acuso de terroristas, las privatizaciones y quita de subsidios, o el apoyo a los regímenes de Ben Alí y Mubarak durante las rebeliones inmediatamente anteriores a la guerra civil libia, el arresto del abogado de DDHH defensor de los familiares de los presos ejecutados en 1996 y la amenaza por los medios masivos de que iba a matar a cualquier opositor (acompañada de represiones concretas, aunque mucho menores de las difundidas en occidente y de las que Kadafy amenazaba). Pero esa unidad no sobrevivirá a la caída del régimen. Sin dudas occidente estará trabajando para lograr que el nuevo gobierno libio esté en manos de alguien muy dócil. No será preocupación de occidente ni la unidad nacional, ni el progreso social ni la libertad (para un espejo podemos ver que estos tres ítems retrocedieron enormemente en Iraq). Mientras que Libia sea una base segurapara las empresas extranjeras, mientras no tenga ningún juego propio significativo, mientras la recolonización del país sirva para ayudar a rescatar al capitalismo occidental en crisis. Occidente habrá triunfado. Pero mostros guardamos esperanzas de que los libios sepan sacar fuerzas para seguir adelante y vuelvan sus armas contra las potencias que pretenden valerse de este momento de guerra civil para apropiarse del país. El capítulo final de esta historia aún no se ha escrito.

Guillermo Caviasca

Le inventan una causa a Félix Díaz como instigador del asesinato de un policía


Felix Díaz se siente confiado a pesar de la imputación. La causa por la muerte dos
personas, el oficial Eber Falcón y Roberto López, acaecidas en la colonia “La
Primavera” tuvo algunas novedades puesto que Félix Díaz, el dirigente Qom ha
sido imputado por instigación a cometer delito. En comunicación con Radio Uno,
el Dr. Sergio Tomasella, abogado de la viuda de Falcón explicó que: “La
presentación se hizo hace mucho tiempo, en marzo o abril si mal no recuerdo, lo
que ha ocurrido ahora es que se lo ha imputado, que no se confunda con
procesado, se lo ha imputado recién, por el delito previsto por el art. 209º del
código penal que es la instigación a cometer delito.
No es lo que nosotros pretendemos, lo que nosotros pretendemos es que se lo
tenga como instigador del homicidio de Eber Falcón, en calidad participativa, o
como alguien que participó en la ejecución del hecho.
Esa es la diferencia con relación a esta figura del art. 209º que no lo tiene
como un participador de hecho en si, pero es un avance importante que no quita
que nosotros continuemos con la postura nuestra que ya la hemos hecho ver. Para
nosotros es un coautor en calidad de partícipe, no como lo prevé el art. 209”.
Agregó ademas que: “Él es responsable de la muerte, aunque fuese a título
eventual, de Eber Falcón, él mismo fue el que determino a todos los que estaban
ese día a la vera de la ruta, a enfrentar a la policía a la mano armada y sabía
perfectamente que podía causar la muerte de cualquier persona.
Nosotros esperaremos los tiempos procesales de Félix Diaz, cuando el resuelva su
situación, pediremos lo que a nosotros nos parece, la recalificación en todo
caso y el juez resolverá.
Si bien no compartimos lo que hasta ahora ha imputado, porque como te digo
pretendemos mucho más, es un avance. Tomasella afirmó que apelarán si la calificación no es la que piden: “El Juez
Garzón no tiene la última palabra y cualquier cosa tendremos la apelación,
recurriendo eso y tratando que la calificación se cambie.
A partir de esta imputación formal, el juez tiene que llamar a Díaz a
indagatoria y después de indagarlo tiene 10 días para resolver su situación.
Procesarlo por ese delito, como él lo imputo formalmente o cambiar a lo que
nosotros podamos pedirle.
En referencia a si estaba conforme por como se va llevando la causa, dijo que:
“En algunas formas, por ejemplo de lo que va de la investigación si, pero por
ejemplo en la imputación que le hace no. Convengamos que no, porque te lo repito
por tercera vez, no es lo que nosotros pretendemos pero es un camino que abre
por lo menos un avance en lo que es la causa porque hasta esto, prácticamente no
existía nada”.
Finalmente el abogado defensor de la familia del oficial Eber Falcon expresó
que: “Si da lugar a lo que nosotros podamos pedir, o después de esta
indagatoria, recalifica, de hecho tiene que ordenar la detención porque estamos
ante un delito que tiene penas de prisión perpetua. Ahora ante la imputación de
este delito del art. 209º, es un delito pequeño que es absolutamente
excarcelable”

Para Félix Díaz “hay presión de la policía y de punteros políticos”

El representante de la comunidad aborigen de “La Primavera”, Félix Díaz afirmó
que la policía de la provincia y punteros políticos de la zona de Laguna Blanca
tratan de incriminarlo en la causa de la muerte del oficial Eber Falcón.
En el día de ayer Díaz recibió la notificación de que ha sido imputado en la
causa por presunta instigación al delito en lo referente al corte de ruta.
“Hemos recibido la notificación sobre la causa de parte de la responsable de
menor cuantía de Laguna Blanca, la Dra. Alvarenga. Estamos muy tranquilos porque
estas cosas que nos pasan son muy desagradables pero no son nuevas”, indicó el
referente al tiempo que se mostró dolido por lo que llama “una constante amenaza
a la vida del aborigen”.
Asimismo expresó que “nos quieren molestar todo el tiempo para que dejemos de
reclamar lo que nos corresponde, recibimos mucha presión de parte del gobierno
de la provincia”. También afirmó que tiene mucha confianza en el desarrollo de
las acciones judiciales.
“En estos días estoy en mi casa en Laguna Blanca. Las cosas se están debatiendo
a nivel judicial, vamos a hacer un pedido de excarcelación próximamente a modo
de protección para todos nosotros. Somos muchos los que estamos imputados en la
causa, así nos lo aconsejó la abogada nuestra”, indicó Díaz en charla con Radio
Uno.
En un cambio en la actitud hacia la causa judicial, los integrantes de “La
Primavera” empezarían a declarar ante el Juez a cargo de la causa, Santos
Garzón: “Mi esposa y su hermana se presentaron hoy (por ayer) ante el juez para
declarar y dar su visión de lo que pasó. La policía y la familia Celia son
responsables de muchas mentiras terribles. A esto se le suma la presión de los
punteros políticos de la zona. Presionan a los indígenas para que dejen de
reclamar sus tierras y una forma de vida digna”.
Consultado sobre las afirmaciones de la viuda del oficial Ever Falcón que lo
acusan de ser el instigador, no sólo del corte de ruta, sino también de la
muerte del policía, se limitó a decir que “hay que dejar que los profesionales
de la justicia dictaminen que fue lo que en verdad pasó. Yo creo que la esposa
de Falcón no tiene razón pero la justicia dirá quien tiene razón”.
El delegado redondeó afirmando que tiene cita para declarar el día 7 de
septiembre y muchos de los integrantes de la comunidad “desfilarán” para dar su
declaración, “la idea es empezar a aportar a la causa”, expresó.

Ignacio Canaparo

viernes, 26 de agosto de 2011

Chile: Carabineros asesinan a un menor en Santiago


Miles de detenidos, heridos y el estudiante de 14 años Manuel Gutierrez Reinoso muerto por balas de los carabineros son el saldo de la segunda jornada de Paro Nacional, convocada por Central Única de Trabajadores (CUT) y el sector estudiantil. Convocatorias en Buenos Aires para solidarizarse con el pueblo chileno.

Por ANRed- E (redaccion@anred.org)

Reproducimos comunicado de prensa:

En la madrugada de hoy 26 de agosto, Manuel Gutiérrez, un compañero de 14 años fue cobardemente asesinado por Carabineros de Chile (la policía transandina). El compañero que participaba de la última noche del Paro Nacional convocado por la Central Unitaria de Trabajadores de Chile (CUT), recibió un impacto de bala en el pecho, lo cual causo su fallecimiento.
Por esto, convocamos a una concentración para hoy 26 de agosto frente del Consulado General de la República de Chile a las 14:00 hrs. (Av. Pte. Roque Sáenz Peña 547, estación de Subte Catedral, Línea D).
Pedimos por favor difundir la concentración.

Asamblea de estudiantes chilenos exiliados por la educación en Argentina

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Comité de apoyo a la lucha de los estudiantes chilenos

Reproducimos Comunicado de Prensa:

¡Manuel Gutierrez vive en cada compañero!

En la madrugada del 26 de Agosto en Santiago de Chile fue asesinado por Carabineros, la policía chilena el estudiante de 14 años Manuel Gutierrez Reinoso, de un disparo en el pecho. Otro estudiante, Mario Parraguez Pinto, se encuentra gravemente herido tras recibir una bala policial en el ojo.
El movimiento estudiantil, con gran apoyo entre la población, se levanta en pie de lucha desde hace meses exigiendo al gobierno de Piñera un sistema educativo público y gratuito, al servicio de los intereses del pueblo. La respuesta del gobierno ha sido dilatar el conflicto, apostar al desgaste y reprimir y detener a los estudiantes movilizados, con el objetivo de mantener el sistema privatista y de lucro que solo beneficia a los grandes empresarios de la educación.
Exigimos la aplicación YA de un sistema de educación público y gratuito.
Exigimios juicio y castigo a los responsables materiales y políticos del asesinato de Manuel Gutierrez Reinoso y responsabilizamos al gobierno y a los Carabineros, asimismo, de la vida de Mario Parraguez Pinto.
Todo el apoyo a la lucha de los estudiantes chilenos.
Concentramos en el Obelisco a partir de las 16.30hs. para movilizarnos al Consulado de Chile

Tendencia Universitaria Nacional 29 de MAYO

Un muerto y más de mil detenidos dejó la segunda jornada de paro en Chile

Un adolescente falleció la noche de este jueves a consecuencia de un impacto de bala disparada desde un grupo de Carabineros (policía) que se dirigía hacia los focos de protestas, en el marco de la segunda jornada de Paro Nacional, según reseñan medios locales.
El joven de 14 años de edad fue identificado, por sus vecinos, como Manuel Gutiérrez Reinoso.
Uno de los acompañantes de Manuel Gutiérrez relató que “pasó una patrulla de Carabineros que disparó y ellos se lanzaron al suelo, pero el joven ya había recibido el impacto de bala”, reportó la corresponsal de teleSUR en Santiago, Beatríz Michell.
La periodista informó que los cuerpos de investigaciones y la Fiscalía indaga sobre el suceso y han llamado “a no especular con la muerte de este joven”.
Michell señaló que pese a la calma, la Central Unitaria de Trabajadores, junto a los estudiantes y otros movimientos sociales “han dicho que continuarán en conjunto la lucha que viene por un sistema democrático más justo”.
No han dado a conocer fechas de las próximas movilizaciones, pero este fin de semana los estudiantes se reunirán para fijar el cronograma de las manifestaciones.
De acuerdo con los medios chilenos, el menor caminaba en compañía de su hermano y un amigo por la comuna de Macul (ubicada en el sector centro-este de Santiago de Chile) cuando sufrió un balazo.
Una vez herido, Gutiérrez Reinoso fue trasladado al Servicio de Urgencia de Ñuñoa (comuna), pero murió al poco tiempo de haber ingresado a dicho centro.
El abogado de la Defensoría Popular, Washington Lizana, quien se hará cargo del caso del menor asesinado, declaró a la prensa y advirtió que no descarta acciones judiciales en contra de los responsables de la muerte del joven chileno.
Se informó que el joven Mario Parraguez Pinto, de 18 años de edad, atraviesa un estado grave de salud después de recibir un disparo en un ojo mientras participaba de una barricada en el norte de Santiago.
Se conoció que el proyectil entró hasta su cerebro, dejándolo con riesgo vital. Parraguez Pinto fue trasladado también la madrugada de este viernes al hospital San José y desde allí hasta el hospital de Neurocirugía.
La segunda jornada de Paro Nacional, que fue convocado por la mayor central sindical del país, dejó un saldo de 1.394 detenidos y cientos de heridos, según un balance oficial.
"Tenemos mil 394 detenidos, gran parte de ellos por desórdenes graves y robo a la propiedad, 153 carabineros lesionados a lo largo del país, 53 civiles lesionados de distinta naturaleza y el joven fallecido", reveló este viernes el subsecretario chileno de Interior, Rodrigo Ubilla.
Esta huelga nacional es la primera que enfrenta Sebastián Piñera, en sus 17 meses de Gobierno, pese a que se habían registrados otros que eran segmentados por diferentes gremios, entre ellos el educativo y minero.
La primera jornada de este paro, realizada el miércoles, que exige reformas laborales y denuncia la indiferencia aplicada por el gobierno de Piñera, fue calificada como “un gran éxito” por la Central Única de Trabajadores (CUT) y el sector estudiantil.
La segunda protesta de 48 horas, convocada por la CUT y respaldada por el gremio estudiantil exige la utilización de los plebiscitos como método de expresión de la voluntad popular, la re-nacionalización del cobre, una reforma nacional tributaria y una nueva constitución que reemplace a la impuesta

La lucha de los estudiantes en Chile


A escala mundial los estudiantes chilenos son un ejemplo de lucha y tenacidad pues con sus movilizaciones iniciadas desde mediados del mes de mayo, han demostrado decisión en no retroceder al momento de exigir al gobierno derechista de Sebastián Piñera garantizar una educación pública y de calidad para cada chileno.
Durante ya mas de tres meses miles de estudiantes, padres de familia, trabajadores y maestros han protagonizado en Chile movilizaciones y paros históricos no vistos desde la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
El pasado 22 de mayo los trabajadores y la juventud daban muestras muy claras de una fuerte inconformidad con el gobierno de Piñera; para ese día se reunieron más de 100 mil chilenos en 35 ciudades distintas por motivo del segundo informe de Gobierno. Seguido de esta situación los estudiantes al no sentirse conformes en avances en el tema educativo y además de percatarse que las reformas planteadas por el gobierno eran mantener el sistema educativo heredado de la dictadura y avanzar en una serie de regresiones en la enseñanza, se convoca a un primer paro el 1 de junio. Ese día solamente en Santiago, la capital de Chile, se aglutinaron 30 mil estudiantes iniciando con ello una escalada de tomas de institutos, llegando al 26 de junio con 600 liceos de secundaria tomados. A la fecha podemos hablar de la totalidad de las escuelas secundarias y universidades paradas y controladas por el movimiento estudiantil. Estos paros no sólo han incorporado a las escuelas “publicas” sino también a las privadas.
Ya para el 16 de junio la convocatoria contaba con 200 mil asistentes en todo Chile. Quince días después este mismo número de manifestantes se repetía solamente en una concentración frente al palacio de gobierno, La Moneda. Lo que hemos presenciado a lo largo de todo el mes de julio y lo que va de agosto (marchas, paros, plantones, huelgas de hambre, caminatas, cacerolazos, maratones, tomas de instituciones públicas e incluso la ocupación de Chilevisión por unos momentos, etcétera) demuestra, muy a pesar de la brutal represión que arroja la fecha más de 1,914 estudiantes detenidos, el potencial revolucionario tan enorme que tiene la juventud chilena, misma que está dispuesta a ir hasta el final con tal de transformar esta realidad que lo único que nos garantiza es miseria y explotación.

Privatización de la educación

Estos hechos no han surgido de la nada. Desde la dictadura de Pinochet el presupuesto educativo en Chile se fue reduciendo del 7% del PIB en 1973 al 2.4% al final de la dictadura. En la actualidad se le destina un 4.4% del PIB nacional a la educación cuando por lo menos se necesita un 8% para ir resarciendo los problemas actuales, de acuerdo a la ONU. También durante este periodo se aprobó la municipalización de la enseñanza, significando que la administración y financiamiento de esta ya no correspondiera al Estado en su conjunto sino a la administración de municipios y comunidades donde están ubicados los institutos; esto en los hechos trae como consecuencia que los municipios tengan que obtener recursos privados para su funcionamiento aunque sean instituciones públicas. Otro estrago de la dictadura es la creación indiscriminada de escuelas privadas, situación fomentada por la misma, del millón de universitarios que hay en chile el 80 % estudia en escuelas privadas creadas en la época de Pinochet. Y en el caso de la educación secundaria de los 3.5 millones de estudiantes de este nivel el 50% estudia en escuelas subvencionadas en las que el Estado y los padres contribuyen con el pago de las mensualidades, el 40 en “públicas” y el 10% en privadas.
A todo esto el apoyo en becas es sumamente reducido, teniendo las familias trabajadoras como única alternativa para financiar los estudios de los hijos, el uso de créditos privados que alcanzan el 5.3% de intereses. Estos créditos incluso son más altos que los hipotecarios, esto significa que ¡te sale más caro pagar la escuela de tus hijos que adquirir una vivienda! En la actualidad según el propio Piñera hay más de 110 mil estudiantes que no han podido pagar sus créditos.
La situación es tan grave que la propia Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO), admite que Chile es el único país en todo el mundo que cuenta con la educación universitaria casi en su totalidad privatizada.
Es decir que las escuelas se encuentran financiadas por empresarios particulares que no ven en la educación otro fin que el lucro y la obtención de ganancias. Como cualquier negocio uno tiene derecho a acceder a este si tienes la posibilidad de pagarlo; bajo ese panorama la educación en Chile se volvió un magnifico negocio. Por ejemplo un universitario al finalizar sus estudios adeudará a las instituciones de crédito ¡30 mil dólares!
Esta insoportable situación arroja el siguiente saldo: uno, la exclusión de miles de jóvenes hijos de trabajadores de la educación; dos, que los que tienen acceso a la educación sea a costa de endeudarse hasta el cuello y, tres, que la deserción escolar vaya en aumento debido a la crisis económica, que aunque Chile tiene un crecimiento anunciado del 6% para 2011, esto no se ve reflejado en la economía de los trabajadores Chilenos.
Ante la realidad tan difícil de la educación se suman otras problemáticas: el desempleo alcanza el 7%, además de que el 18,9 % de los chilenos viven en la pobreza y el salario mínimo es de 172 mil pesos chilenos (4,465 pesos mexicanos). Todo ello paralelo al hecho de que las cuotas escolares en promedio son de 220 mil, además de que los precios del gas han aumentado drásticamente.

Lucha de clases

La oposición por parte de habitantes a la construcción de las cinco hidroeléctricas en la zona protegida de la Patagonia, los damnificados que siguen reclamando indemnización tras el sismo y tsunami del 2010, la lucha de indígenas Mapuches y los problemas de índole sindical que atraviesan todo el país son solo una muestra que Chile no es el país estable que quiso mostrar Piñera en su visita a México el pasado mes de julio, sino todo lo contrario.
Una primera muestra del fastidiado ya existente dentro de la juventud fue la lucha de los estudiantes de secundaria en el 2006, la llamada lucha de los pingüinos, que exigía la derogación de la LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, promulgada por Pinochet en 1990) y el desmantelamiento de la municipalización. Esta batalla magnifica antecede a este gran movimiento actual que continua reivindicando la educación pública, democrática, gratuita y de calidad para todos y sigue reclamando en que se elimine la municipalización, aumento al presupuesto educativo y la democratización de las escuelas.
Esta batalla ya tiene connotaciones históricas, porque desde hace décadas la juventud chilena no salía a luchar con esa grandeza. Estos hechos podrán sorprender a uno que otro analista que decía que la juventud era apática, apolítica e indiferente, aquí les demostramos todo lo contrario. Estos acontecimientos se enmarcan y se suman al tejido de movilizaciones a nivel internacional de la juventud y de los trabajadores en defensa de nuestros derechos más básicos ante la ofensiva del capitalismo de arrebatarnos lo poco que poseemos. No debe quedarnos ninguna duda que las demandas de los estudiantes chilenos son completamente justas y debemos de apoyarlas; un paso al frente en esta batalla significará un paso también en nuestra lucha por la defensa de la educación pública en México y en todo el mundo.
Esta lucha de ser victoriosa se traduciría en un duro revés a la burguesía y sus planes de seguir lucrando con la educación y por ello dicha clase no estará dispuesta a dejar este excelente negocio sin resistirse, por ello los estudiantes debemos plantear la unidad con el movimiento obrero y agitar en torno a un huelga general en todo Chile exigiendo solución no sólo del problema de la educación, sino también de todas las demandas del pueblo chileno.
El movimiento estudiantil chileno ha demostrado mucho potencial, ahora es necesario demostrar que somos capaces de paralizar todo chile en unidad con el movimiento obrero. La clave de la victoria en la lucha es la vinculación con los trabajadores, debemos de pugnar por que los paros trasciendan las escuelas y se extiendan a las fábricas, minas y empresas. La unidad en una huelga nacional de estudiantes y trabajadores adoptando un programa que reivindique a la verdadera educación pública, aumento salarial de emergencia ante la crisis, renacionalización de la minería bajo control de los trabajadores, alto a las hidroeléctricas en zonas protegidas, derechos democráticos a los indígenas, alto a la inflación en la electricidad, gas y alimentos etcétera, pondría al gobierno de Piñera en lona. La discusión de un programa que aborde los problemas de la población pobre chilena significara poder ampliar el movimiento y proveerlo de nueva y más fuerza.

La lucha por el socialismo

La lucha de los estudiantes chilenos es un eslabón mas en la cadena de movilizaciones y luchas que está llevando acabo la juventud y la clase obrera a nivel mundial por mejorar las condiciones de vida que padecemos pues el capitalismo solo nos ha ofrecido miseria y explotación. Los estudiantes chilenos, al igual que la juventud proletaria en el Estado Español, en Inglaterra, Francia, Grecia o en el mundo árabe, están demostrando no estar dispuestos a recibir con los brazos cruzados los golpes de esta crisis y que, por el contrario, están decididos a ir hasta el final en sus demandas. Es común ver en la pancartas de las movilizaciones la necesidad de transformar de raíz a la situación actual y esto es posible en medida que la lucha de la juventud y de la clase obrera se unifique no solo expropiando las escuelas para ponerlas bajo control de la comunidad escolar, sino además con la clase obrera tomando bajo su control las principales palancas de la economía y la planificación de la producción en todas las aéreas de la sociedad, es decir por medido de la eliminación de la propiedad privada y la instauración de socialismo.
La lucha de los estudiantes chilenos significa un ejemplo muy claro para millones de jóvenes proletarios a nivel mundial sobre el camino a seguir en la defensa de sus intereses, porque a pesar de la represión la movilizaciones continúan e indican que la juventud como la clase obrera no tienen nada que perder en su lucha contra el capital más que las cadenas que nos condenan a la explotación y a la miseria.

Únete al Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) y lucha por una educación pública gratuita, de calidad y científica.

¡Viva la lucha de los estudiantes chilenos!

¡Viva la lucha de la clase obrera a nivel mundial!

¡Unidos y organizados… venceremos!

Valeria Patri

Derecha, izquierda y neutral


Posición política de la clase trabajadora de Europa y EE.UU.

Las crisis económicas cada vez más profundas de Europa y EE.UU. generan respuestas socio-políticas contrastantes de la clase obrera y de la clase media. En Europa, especialmente en los países mediterráneos (Grecia, España, Portugal e Italia) los jóvenes desempleados han organizado una serie de huelgas generales, ocupaciones de plazas y otras formas de acción directa. Al mismo tiempo, la clase media, los empleados del sector privado y pequeños empresarios han hecho un giro hacia la "derecha dura" y han elegido, o están a punto de elegir, primeros ministros reaccionarios en Portugal, España, Grecia y hasta quizás en Italia. En otras palabras, las crisis cada vez más profundas han polarizado el Sur de Europa: fortaleciendo el poder institucional de la derecha dura y al mismo tiempo incrementado la fuerza extra parlamentaria de la izquierda de movilizar 'el poder de la calle'.
Por el contrario, en el Norte y Centro de Europa, la derecha dura y los movimientos neo-fascistas han logrado avances significativos entre los trabajadores y la clase media baja a expensas de la centro-izquierda tradicional y de los partidos de centro derecha. [1] La estabilidad relativa, la afluencia y el empleo estable de la clase trabajadora nórdica han estado acompañados de un apoyo creciente a partidos políticos racistas, antiinmigrante e islamofóbicos. [2]
En el caso de EE.UU., con pocas excepciones notables, la clase trabajadora ha permanecido como un espectador pasivo ante el giro a la derecha del Partido Demócrata y la captura del Partido Republicano por la derecha dura. En EE.UU., a diferencia del Sur de Europa, no hay presencia política de la izquierda en las calles, solamente un pasivo rechazo y repudio de la política de extrema derecha del Congreso y de la Casa Blanca.
La crisis económica ha subrayado la fragmentación, la desunión y la polarización interna, y no la solidaridad.

Las polarizaciones de derecha/izquierda

Una de las razones clave para el crecimiento de las ideas de derecha entre los trabajadores del Norte de Europa es la desaparición de ideologías, partidos y líderes de la clase trabajadora. Los Partidos Laborista y Social Demócrata instalaron gobernaron instaurando programas neoliberales, y promoviendo al mismo tiempo, estrategias de exportación dirigidas por las corporaciones multinacionales. Impulsaron beneficios impositivos retrógrados para las grandes empresas; participaron en guerras imperialistas de agresión (Afganistán, Irak y Libia); apoyaron la llamada "guerra contra el terror", principalmente contra los países musulmanes mientras toleraban el crecimiento de los neo-fascistas, de los islamofóbicos de extrema derecha que practican la "acción directa" de expulsar a los inmigrantes de Europa. Los partidos europeos gobernantes de centro-izquierda (social-demócrata y laborista) y de centro-derecha (Sarkozi, Cameron y Merkle) han realizados ataques explícitos al "multiculturalismo", código para "derechos de los inmigrantes musulmanes". Su tolerancia y manipulación de la islamofobia les sirve para conseguir de manera barata votos entre el electorado xenofóbico y para justificar su participación en las guerras de agresión llevadas a cabo por EE.UU. e Israel en el Medio Oriente y el Sur de Asia. Como resultado de ellos, los regímenes neoliberales debilitaron la solidaridad de la clase trabajadora con los trabajadores inmigrantes y socavaron cualquier esfuerzo coordinado entre el estado y la sociedad civil para contrarrestar activamente a los racistas neo-fascistas que practican una versión islamofóbica más virulenta reivindicando la visión de limpieza étnica de los ideólogos sionistas.
Los sindicatos han perdido afiliados debido especialmente al incremento de "trabajadores temporales" quienes son particularmente susceptibles a la propaganda de la extrema-derecha. Igualmente importante es el hecho de que los sindicatos ya no desarrollan programas de educación política que fortalezcan la solidaridad de clase entre todos los trabajadores. Aunque en el Norte de Europa mejoren los salarios, la colaboración de los sindicatos con la élite corporativa ha dejado a los trabajadores en una situación de vulnerabilidad ante la propaganda antiinmigrante e islamofóbica. En este contexto una "lucha de clases" perversa enfrenta a los trabajadores desorganizados contra los de "abajo", los inmigrantes. Los neo-fascistas logran avanzar promoviendo y explotando las creencias culturales y chovinistas, a las que los sindicatos y los partidos social democráticos no se oponen activamente mediante la educación de los trabajadores y la lucha de clases. En otras palabras, la práctica neo-liberal y la ideología de los partidos de "centro-izquierda" socava las identidades políticas de clase y abre la puerta para la penetración y la influencia de la derecha. Esto se hace especialmente evidente cuando los líderes de centro-izquierda y los sindicatos no se molestan en consultar o debatir sobre temas políticos con los miembros: Imponen sus políticas desde arriba, dándole así a la "extrema derecha" un arma formidable para atacar la "naturaleza elitista" del sistema político de centro-izquierda.
En contraste, en el Sur de Europa la crisis económica cada vez más profunda, debida en gran parte a las duras condiciones impuestas por el Norte y por los banqueros de Europa Occidental y los políticos locales de centro-izquierda y de derecha, ha fortalecido y agudizado la conciencia de clase y las posiciones políticas. La propaganda de derecha contra los inmigrantes y los musulmanes halló poco eco entre los trabajadores del Sur de Europa frente al desempleo rampante y los brutales recortes a salarios y pensiones.
Los trabajadores del Norte de Europa se han aliado con la derecha, y con sus propios políticos y banqueros, en exigir que se impongan medidas de mayor austeridad en los países del Sur de Europa, adoptando la ideología racista de que los trabajadores mediterráneos son perezosos, irresponsables y que viven de vacaciones. De hecho, los trabajadores de Grecia, Portugal y España trabajan más días al año, tienen menos días de vacaciones y jubilaciones menos seguras. Los mismos sentimientos racistas que enfrentan a los trabajadores del Norte de Europa contra los inmigrantes también fomentan estereotipos chovinistas contra los trabajadores militantes del Sur de Europa y alimenta las simpatías con la derecha.
Los banqueros acreedores y los líderes políticos del Norte de Europa exprimen mediante los impuestos a la clase obrera y a la clase media con el fin de rescatar a sus colegas de las élites deudoras del Sur de Europa, los que por su parte, se ponen de acuerdo para seguir exprimiendo a los trabajadores y empleados públicos para cumplir con los pagos de la deuda exigidos por el Norte. Los trabajadores de los países imperiales del Norte han sido convencidos de que sus estándares de vida están amenazados por la irresponsabilidad y las deudas de los del Sur, y no por la actividad especulativa y la irresponsabilidad prestamista de sus propios banqueros. En el Sur, los trabajadores tienen que cargar sobre sus hombros con ladoble explotación de los acreedores del Norte de Europa y la de sus propias élites locales; y por lo tanto, tienen una mayor conciencia de clase sobre la injusticia del sistema capitalista imperial y local.
Los trabajadores del Norte son vulnerables a la propaganda de derecha porque hacen causa común con su propia clase dominante acreedora y transfieren su resentimiento hacia los trabajadores de otros países y los inmigrantes. Expresan abiertamente su resentimiento contra los trabajadores en huelga de Grecia, España o Portugal, cuyas luchas militantes podrían interrumpir sus planeadas vacaciones en las islas del Mediterráneo o en los balnearios de la costa. La batalla ideológica que debería enfrentar a los trabajadores del Norte de Europa contra sus propios estados acreedores y la élite financiera especuladora se ha transformado en hostilidad hacia los trabajadores del Sur de Europa y los inmigrantes. Rescates ultramarinos, guerras imperiales y recortes de los programas sociales condujeron a una mayor competición sobre la reducción del gasto social y conflicto entre empleados y desempleados, 'nativos' y trabajadores 'inmigrantes'.
Se ha debilitado considerablemente la solidaridad internacional de los trabajadores, la que en algunos casos, fue reemplazada por la proliferación de redes internacionales de extrema derecha que difunden virulenta propaganda antiinmigrante y, en el caso de la masacre de casi 70 jóvenes de izquierda -en su mayoría adolescentes, activistas del Partido Laborista- representa una amenaza directa de muerte a los que defienden los derechos de los inmigrantes. La extrema derecha comenzó atacando a los inmigrantes y a los musulmanes, y ahora se ha enfocado en atacar a la izquierda y a los movimientos progresistas locales que los apoyan. Esto ha adquirido una dimensión incluso más compleja por la vinculación de los rábidos ideólogos sionistas pro-israelitas (mayoritariamente radicados en EE.UU.) y los neo-fascistas islamofóbicos que agreden a los defensores de los derechos de los palestinos, una cuestión repetida varias veces por el asesino en serie fascista de Noruega, Anders Behring Breivik. El problema es que los partidos liberales, social demócratas y conservadores de apariencia 'respetable' en sus campañas electorales han condescendido con la postura antiinmigrante y antiislámica de la extrema derecha en el afán de atraer a los trabajadores, en lugar de proponer reformas profundas de clase que disminuyan las desigualdades -financiadas con una política impositiva progresista- y un incremento de la inversión pública para unir a todos los trabajadores (locales e inmigrantes) contra el capital.
Ante la falta de solidaridad de clase, los hijos e hijas de inmigrantes, en especial la desproporcionada cantidad de jóvenes sin empleo, participan en formas de acción directa como el saqueo de negocios, confrontaciones contra la policía y desorden generalizado, como se vio en los disturbios ingleses del "agosto ardiente" de 2011. La desaparición de políticas de la clase trabajadora produjo entonces un extremismo de derecha violento, y saqueos y disturbios protagonizados por inmigrantes. La élite laborista es una espectadora, confinada en el rol de condenar el extremismo y la violencia, haciendo llamados a investigaciones, pero sin siquiera esbozar una auto-crítica o cualquier programa para cambiar las estructuras socio-económicas que producen el giro a la derecha y la violencia entre los trabajadores y los desempleados.

Estados Unidos: El avance de la derecha

A diferencia de Europa, la extrema derecha se siente como en casa dentro del orden establecido en EE.UU. Las brutales políticas antiinmigrante condujeron a la expulsión de casi un millón de trabajadores indocumentados y sus familiares en los primeros tres años del régimen de Obama (tres veces mayor con respecto a los años de George W. Bush). El "Tea Party" ha promovido como congresistas a políticos del Partido Republicano que están a favor de recortes masivos de la red de seguridad social, en colaboración con la Casa Blanca. Los medios corporativos, el Congreso, la Casa Blanca, los políticos fundamentalistas cristianos, y personalidades y organizaciones sionistas promueven activamente la islamofobia y llevan adelante campañas virulentas contra los musulmanes manipulando la inseguridad pública. El "establishment" de EE.UU. se ha apropiado del proyecto racista de la extrema derecha de Europa; apuntando directamente a la destrucción del programa social de los pobres, de la clase obrera y de los empleados públicos (especialmente de los maestros y profesores). Más aún, el asalto de la financiación de la deuda y del gasto público condujo a conflictos entre sectores de la clase capitalista, que dependen del estado. En el transcurso del "debate" reciente en el Congreso sobre si se levantaba o no el techo de la deuda, Wall Street se unió en una lucha selectiva contra la extrema derecha; llamando a un "compromiso" respecto a recortes sociales y reforma impositiva y por otra parte, apoyando la ofensiva de la extrema derecha contra los sindicatos de empleados públicos.
A diferencia de Europa, en EE.UU. la masa de la clase trabajadora es pasiva. Ha sido neutralizada: nunca participa en disturbios callejeros como los de Inglaterra, tampoco forma parte de giros drásticos a la derecha como los tomados por la clase trabajadora del Norte de Europa, ni participa en huelgas como las del Sur de Europa. Los sindicatos de EE.UU., a excepción del Sindicato de Empleados Públicos de Wisconsin, estuvieron totalmente ausentes de cualquier confrontación importante. Los jefes de los sindicatos estadounidenses están concentrados en hacer lobby dentro de corporativizado Partido Demócrata y son incapaces de movilizar a los afiliados, cuyo número decrece.
El Tea Party, a diferencia de sus equivalentes del Norte de Europa, no logra atraer masivamente a los trabajadores por sus ataques virulentos a los programas públicos populares, como Medicare, Medicaid, seguro de desempleo, y especialmente Social Security (Seguro Social) -todos estos programas benefician principalmente a los trabajadores y a sus familias. Por otra parte, la crisis económica en EE.UU. no ha generado acciones masivas estilo Mediterráneo porque los sindicatos de EE.UU. o no existen (93% de empleados del sector privado no están sindicalizados) o han hecho tantas concesiones a la patronal que están paralizados.
Hasta ahora, la clase trabajadora de EE.UU. es un mero espectador del avance de la extrema derecha porque sus líderes han atado su suerte a la del Partido Demócrata, el que a su vez, ha adoptado partes significativas del programa de la extrema derecha.

Conclusión

Estados Unidos, a diferencia de Europa, está haciendo una transición pacífica del neo-liberalismo a la extrema derecha, donde la clase obrera y la clase media son víctimas pasivas más que combatientes activos de izquierda o de derecha. En Europa, la crisis actual revela una profunda polarización entre el giro a la izquierda de los trabajadores en el Sur y el creciente movimiento hacia la extrema derecha entre los trabajadores del Norte de Europa. La idea de una solidaridad internacional de los trabajadores está siendo reemplazada, en el mejor de los casos, por una solidaridad regional entre los trabajadores del Sur de Europa y, en el peor de los casos, por una red de partidos de derecha en los países del Norte de Europa. Con la caída de la solidaridad internacional, las tendencias chovinistas y racistas son rampantes en el Norte, mientras que en el Sur a los movimientos de trabajadores se les ha unido un amplio espectro de movimientos sociales, incluyendo desempleados, estudiantes, pequeños comerciantes y jubilados.
Mientras que, por un lado, los partidos políticos de derecha están capitalizando el descontento con la centro-izquierda en el Sur de Europa, por otro lado, enfrentan una formidable resistencia por parte de los movimientos obreros y otros movimientos sociales. En cambio, en el Norte de Europa y en EE.UU. no existe una oposición conciente de este tipo contra la extrema derecha, ni en las calles ni en los sitios de trabajo. En estas regiones sólo el colapso del sistema económico o una recesión económica prolongada y grave en combinación con recortes devastadores de programas sociales y protecciones elementales podrían reactivar los movimientos de la clase trabajadora y, esperemos, que esto surja desde una conciencia de clase de izquierda y no desde la extrema derecha.

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[1] Según una investigación sobre el apoyo de los trabajadores a los partidos de extrema derecha en Europa Occidental, "los trabajadores se han convertido en sus clientes principales". Véase el artículo de Daniel Oesch “Explaining Workers’ Support for Right-wing Populist Parties in Western Europe: Evidence from Austria, Belgium, France, Norway, and Switzerland” International Political Science Review 2008: 29; págs. 350 -373.
[2] Mientras que las motivaciones de los trabajadores varían, los que se benefician son los partidos de extrema derecha.

James Petras