lunes, 30 de noviembre de 2015

El Clarín del ajuste: devaluación del 40 % a días de asumir



Marcelo Bonelli, periodista de Clarín afín al nuevo gobierno, afirmó que las dos primeras medidas serán el dólar libre a 14 pesos y un aumento importante del mínimo no imponible en ganancias. ¿Cuándo? A partir del lunes 14 de diciembre.

Según publicó en Clarín.com un periodista allegado al equipo macrista de gobierno, Marcelo Bonelli, una de las dos primeras medidas que se implementarán luego de la asunción presidencial el 10 de diciembre consiste en llevar adelante el paso fundamental de todo plan de ajuste sobre los trabajadores que ha ejecutado históricamente la burguesía a lo largo de los años en Argentina: una fuerte devaluación.
Sin perder ni un segundo de tiempo, el ajuste “cantado” que iba a realizar quien resulte victorioso en las elecciones presidenciales terminará siendo aplicado por la nueva administración, casi con absoluta certeza, a partir del lunes 14 de diciembre, según los documentos técnicos “secretos” que circulan entre los funcionarios macristas. A la devaluación de la moneda local le llaman “unificación del tipo de cambio”, “sinceramiento”, “reacomodamiento” e incluso “corrimiento”, como ha sabido nombrarla sutilmente el actual ministro de Economía Kicillof. Pero los trabajadores necesitamos estar muy conscientes de qué significa: ajuste.
En los planes está liberar el tipo de cambio (levantar el famoso “cepo”) y elevar el mismo un 40 %, llevando el dólar a un precio local de 13 o 14 pesos, es decir, a una paridad similar al valor actual del dólar bolsa, según informó Bonelli.
El propio periodista, que expresa cabalmente la visión general del empresariado, explicó la segunda medida planeada que acompañará a la devaluación como una forma de “hacerla más digerible” por quienes serán los principales perjudicados, los trabajadores. Pero sólo para compensar a una pequeña franja, los que tienen el “privilegio” (en palabras de Cristina Fernández) de tener un ingreso mensual de 15 mil pesos y se ven perjudicados por el impuesto al salario, es decir el fragmento de contribuyentes del impuesto a las Ganancias que se ubica en la cuarta categoría.
Así, el presidente Macri cumpliría exactamente la misma promesa que formuló Daniel Scioli al iniciarse la carrera por el balotaje luego del 25 de octubre: el piso de Ganancias se elevaría a ingresos que se encuentren arriba de 30 mil pesos al mes que, cabe recordar, con una devaluación del 40 % ya no van a “valer” lo mismo que ahora. De esta manera la medida alcanzaría a cerca de un millón de trabajadores, mientras que para el 70 % de la población que percibe menos de 7 mil pesos al mes los anuncios de gobierno son nulos, profundizando así el intento de dividir las filas obreras.
Por otra parte, no debe olvidarse que se trata sólo de las primeras medidas del plan orquestado desde el “team” para atacar las condiciones de vida de la clase obrera.
Los anuncios brindados en los últimos días por el gabinete de gobierno se proponer “ir por más” en el mediano plazo e incluyen un importante tarifazo de los servicios públicos que impactarían proporcionalmente sobre los gastos de transporte, energía y otros servicios que son de consumo corriente por los asalariados, una ya garantizada quita y reducción de las retenciones a las exportaciones agrarias para beneficiar doblemente a las patronales del sector y al mismo tiempo lograr la entrada de dólares frescos para “pasar el verano”, una renegociación de la deuda con los buitres y nuevo endeudamiento externo para financiar el estrechamiento de las reservas dando lugar a nuevos mecanismos de acumulación en el sector financiero, una política monetaria restrictiva de la emisión de dinero junto a un ajuste del gasto, y posteriormente un desmantelamiento de políticas de fomento al consumo popular como los Planes Ahora 12 que se estima retirar en un plazo de 6 meses, entre otros mecanismos de “sinceramiento” de los mercados.

¿Por qué una devaluación afecta a los salarios?

Como venimos dando cuenta en La Izquierda Diario, la elevación del tipo de cambio (o devaluación) es una forma de beneficiar al conjunto del empresariado en detrimento de los trabajadores, y particularmente beneficia a los sectores vinculados con la exportación como los sojeros y el agropower. Al mismo tiempo, los empresarios que venden sus productos en el mercado interno ganan “competitividad” vía precios al encarecerse los productos importados, no obstante esta ventaja tiende a licuarse una vez que la inflación va reduciendo los efectos sobre el tipo de cambio real. Por ello es una particular preocupación del gobierno y las patronales frenar la aceleración de precios internos, y para ello el empresariado exige “moderar” los reclamos salariales.
Las devaluaciones por definición reducen el poder de compra de los asalariados, debido a que se realiza una modificación de un precio muy importante (el tipo de cambio) que comienza a generar una serie de desequilibrios internos y una carrera de los distintos sectores empresarios por “ganar” la rentabilidad disponible a partir de distintas remarcaciones de precios. Los únicos que no pueden elevar inmediatamente los precios de lo que venden son los asalariados, esto es, su salario nominal no se ajusta automáticamente por inflación. Por ello deben pelear por no perder poder adquisitivo y de ello dependen las negociaciones en las paritarias. Pero estamos en diciembre y para las paritarias faltan algunos meses, en el medio… se produce un ataque muy profundo sobre el salario real. Asimismo, nada garantiza que el próximo gobierno no intente imponer “techos” en las paritarias mediante acuerdos con las dirigencias sindicales burocráticas llamados comúnmente “Pactos Sociales”. Por ejemplo, con la devaluación de 2014, este perverso mecanismo fomentado desde el gobierno de Cristina Fernández y el ministro Kicillof generó una pérdida del salario del 5 %. Y peor destino tiene el 35 % de los trabajadores informales, los contratados, los tercerizados, que están por fuera de los convenios paritarios, o quienes tienen gran parte de su ingreso dependiendo de la ayuda del estado, que quedaría planchada hasta nuevo aviso.
Por ello es necesario para los trabajadores y sectores populares que emprendamos una fuerte resistencia al ajuste. En primer lugar, rechazar la devaluación que prepara el conjunto del empresariado que se alineará a las medidas antiobreras del gobierno actual y del entrante, exigir a las burocracias sindicales un plan de lucha para romper los techos a paritarias, y prepararnos para lograr que no impongan los costos del ajuste sobre nuestras espaldas, ¡que la crisis la paguen los capitalistas!.

Lucía Ruiz

Myriam Bregman en 678

Intragables

Farándulas de la intolerancia en la televisión argentina

Atrincherados en esa especie de egolatría burguesa a la que ellos llaman “periodismo”, desfilan todas las canalladas ideológicas que la oligarquía ha sabido financiar para cultivar opinadores serviles al mercado. Dicen que son muy “plurales” cuando la mayoría son parciales y anti Estado. Son autoritarios, parvularios e ignorantes que camuflados como “libres pensadores” inoculan en público su verborrea de cortesanos conspicuos. No aprobarían un examen elemental en ninguna escuela de periodismo. Dicen conocer de “política” y de “políticos” pero de la clase trabajadora, de sus intereses emancipatorios, de las luchas de los pueblos y de las miserias que fabrica el capitalismo -a diario- minuciosamente omiten toda referencia. Ese es su mejor retrato.
La fuerza que los sostiene en las pantallas no es su lucidez, no es su audacia informativa, no es su talento politológico sino los anunciantes que pagan por esas vociferaciones estereotipadas con que salen a exhibirse los “periodistas” tarifados por la farándula del subjetivismo reaccionario. La decadencia misma. No hay emisión en la que, con el pretexto de la “libertad de expresión” (de ellos) no saboteen al pensamiento crítico, al pensar en disenso o a las consignas de base popular. A la primera afirmación critica saltan al unísono (como hienas) para sepultar con interrupciones, “chicaneadas”, risas burlonas o gesticulaciones descalificadoras, la voz siempre en desventaja de los invitados presos de las celadas consuetudinarias e intragables. Por ejemplo, es un emblema patronal inequiovoco cómo el conductor quita y da el micrófono.
Pero lo más deleznable suele ser la hipocresía, la mascarada y la puñalada planificadas para descargar los odios que, a raudales, chorrean por las pantallas. El acuerdo tácito o explícito radica en hacer parecer sus vociferaciones altaneras como reglas de una “democracia” de la palabra en la que ellos deciden el momento de dar la tarascada silenciadora contra el que opina diferente. Se les puede tomar el tiempo. Se trata de una vieja trampa practicada añejamente en los laboratorios de la intolerancia más rancia. Pero estos lo repiten como una “novedad” que vende publicidades. Y su utilidad coyuntural debe cobrar mucho por eso.
Uno no se engaña. Uno sabe siempre que la lucha de clases tiene escenarios muy diversos (incluidos los programas de televisión) en los que se disputa sentido y en los que se agudizan las contradicciones sociales todas. Uno no se engaña y sabe que la burguesía adiestra a sus lebreles para que salgan por todos los frentes a combatir cualquier idea que no admita la hegemonía del capitalismo contra los seres humanos. Uno no se engaña y sabe, muy bien, de qué maneras los vendedores de noticias han creado mercados de falacias donde a punta de gritos, ofensas y canalladas de todo género se trata de silenciar la expresión de lo popular en sus sentidos más revolucionarios. Y justamente porque uno sabe todo eso es por lo que debe denunciarlo y no trágaselo tal como se lo empaquetan o se lo imponen.
Es verdad que uno puede siempre cambiar de canal (para ver lo mismo en otro canal) y también puede no cambiarlo para desmontar críticamente las argucias planificadas para mentirnos. Uno puede elegir, también, entre ejercer su derecho a cuestionar los intereses y los “ingresos” de esas operaciones ideológicas burguesas disfrazadas de “periodismo” y las consecuencias que eso tiene cuando se mezcla el odio y la falsedad como cóctel nocturno para mandarnos a dormir en la desolación y atemorizados porque si uno opina diferente a esos “periodistas” comenzarán a gritarle y a silenciarlo con el repertorio de bajezas con que ellos trabajan a diario y cobran de lo lindo. Porque cobran. No hay duda.
Ellos dicen que tienen derecho a ser y hacer del “periodismo” que inventaron lo que les dé la gana porque trabajan para empresas privadas y para el mercado de las noticias. Creen que eso les autoriza una extraterritorialidad moral o ética desde donde su estulticia dicta cátedras. Ellos creen que eso es incuestionable e intocable y ellos hacen lo indecible por defender su trinchera de impunidad a toda costa y costo. Nosotros no le creemos a esa fórmula mercenaria ni a ese periodismo de mercaderes. Ya hemos visto sus fechorías en la historia de las comunicaciones dominadas por el capitalismo. Simplemente no lo tragamos.
Es otro el periodismo que los pueblos necesitan y alientan. Es otra la necesidad de la verdad y la urgencia de la ciencia en las tareas de una comunicación social libre de mercachifles y petulantes de turno. Es muy otra la necesidad de un periodismo de base inspirado en el pensar, el sentir y el malestar de los pueblos y no la retórica de las cúpulas empresariales travestidas de “políticos” y sus escribanos de gatillo editorial fácil. Argentina dio pasos enormes en su soberanía comunicacional con leyes anti-monopolios de raíz histórica espléndida y valor estratégico en la revolución comunicacional que necesitamos todos. Ese es uno de los blancos donde se concentra el odio oligarca para arrebatarle al pueblo argentino una de sus más preclaras conquistas. El pueblo tendrá la palabra. Para ellos éste tema es intratable. ¿Nos negarán el derecho a opinar sobre esto libremente?

Fernando Buen Abad Domínguez

"Por primera vez en 100 años el gobierno va a estar atendido por sus dueños"

Entrevista a Eduardo Lucita de Economistas de Izquierda (EDI)

-M.H.: Tema obligado, el triunfo de Mauricio Macri. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
-E.L.: Era un triunfo anunciado después del 25 de octubre, había crecido una ola macrista que se atemperó en la última semana. Inclusive los resultados finales, con una diferencia muy exigua de 700.000 votos, demostró que en el último momento Scioli, contra todo, incluso contra el fuego amigo, se puso la campaña al hombro y descontó muchísimo la ventaja que tenía Macri.
Yo creo que estaban derrotados antes de tiempo, porque salió muy temprano a reconocer la derrota, cuando la diferencia era de 7 puntos y terminó siendo de 3. Con tan poca diferencia nadie sale a reconocerse abatido hasta que se recuente el último voto. Creo que había una sensación de derrota desde antes.
La situación que se abre es la que veníamos viendo, Argentina ha pegado un viraje conservador, ya era así con los 3 principales candidatos de la primera vuelta, se ha confirmado que es el más derechista de todos el que va a gobernar los destinos del país por los próximos 4 años.
Ahora está todo en discusión, cada vez que la Argentina llega a una encerrona de este tipo, con restricción externa, deflación, déficit fiscal, etc., otra vez entran en debate el tipo de cambio, las retenciones, el ajuste monetario y fiscal. Esto es común desde la mitad del siglo pasado hasta ahora, periódicamente en las crisis aparecen estas situaciones y las soluciones son siempre para el mismo lado, en la medida que los ajustados no frenen el ajuste esto va a funcionar así. De todas maneras, las realidades con las que se va a encontrar el nuevo gobierno a partir del 10 de diciembre, más este resultado electoral tan exiguo hacen que el gradualismo se establezca cada vez más. Me da esa sensación.
-M.H.: Se da un hecho casi inédito de la política argentina, al menos en los últimos cien años, ya que deberíamos remontarnos al gobierno de Luis Sáenz Peña, a comienzos de siglo pasado, que una formación de centroderecha liderada por un empresario haya triunfado con los votos populares, a diferencia de lo que fue en el pasado, ya que siempre llegaron al poder a través de golpes de Estado o bien de representantes, pero no de una manera tan directa como el gobierno que representa Mauricio Macri.
-E.L.: Más que centroderecha yo diría derecha. Porque en la alianza con el radicalismo, han ganado todos los sectores conservadores, del alfonsinismo no queda nada. Es un hecho histórico porque por primera vez el gobierno va a estar atendido por sus dueños, Macri no es un representante de la clase empresarial, es uno más de ellos. Es una suerte de combinación entre el italiano Berlusconi, sin lo promiscuo, y del chileno Sebastián Piñera, un gerenciador, pero el punto a favor de Macri es que ya tiene experiencia de gestión y de relaciones políticas, cosa que Piñera no tenia y así le fue.
No es solo un empresario, sino que es un hombre de la política, aunque a veces lo niegue. Por otro lado, se ha negado a un gobierno de coalición, va a ser un gobierno del PRO, lo cual no quita que pueda haber algún radical o peronista en el gobierno, dijo claramente “no creo en las coaliciones”. Yo creo que es parte de las diferencias que hay con el radicalismo, por algo hoy el radicalismo ha declarado que va a tener bancada propia en Diputados.
La otra cuestión es que va a ser un gobierno partido, porque a diferencia del último período de Cristina Fernández que controlaba completamente la Cámara de Diputados y parte de la de Senadores, el Ejecutivo no va a controlar al Legislativo. Es un gobierno muy partido, con un Congreso en Diputados muy dividido. La coalición Cambiemos con la división interna que tiene, sumada, controla el 25% de la Cámara de Diputados y el 20% de Senadores, sobre 24 provincias solo ganó 4 gobernaciones, es cierto que son muy importantes, Capital, Provincia de Buenos Aires, Mendoza y Córdoba, que son los principales distritos electorales pero no dejan de ser 4 gobernadores. Va a ser un gobierno que va a tener que negociar todo en el Parlamento y por fuera del mismo y eso significa concesiones de algún tipo, veremos cómo evoluciona esto.
La contrapartida favorable que tiene es que el peronismo también está muy dividido en las cámaras, entre el kirchnerismo puro, el Frente Renovador y los que responden al Partido Justicialista. Incluso entre las gobernaciones hay algunas propiamente kirchneristas y otras que son del Partido Justicialista no kirchnerista, está todo muy mezclado.
-M.H.: Una de las primeras definiciones tajantes en la conferencia de prensa de ayer del presidente electo, fue en contra de Venezuela, planteando que iba a proponer la separación de Venezuela del Mercosur.
-E.L.: En principio creo que Macri es coherente, siempre se asumió como una especie de Capriles local, le dio todo su apoyo tanto a él como a López, siempre fue opositor al chavismo. Creo que es una declaración ideológica, pero supongo que no va a tener ningún plafón en el Mercosur aunque el viraje que está dando Brasil es muy importante.
En esto el macrismo se diferencia del kirchnerismo, pero hay que ver que el Mercosur está estancado hace años y para lo único que sirve es para los negocios de las multinacionales automotrices. Además Brasil y Uruguay hace tiempo que están mirando hacia el Pacífico. A nivel internacional se ha iniciado un retroceso de lo que podemos llamar muy genéricamente, de los gobiernos llamados “progresistas”, con excepción de Bolivia hay un proceso de retroceso en todos ellos y de dificultades económicas y políticas cada vez más notorias.
El problema de la izquierda es avanzar en un reagrupamiento claramente anticapitalista y aportar a la organización sindical para la etapa que se abre
-M.H.: ¿Podríamos decir que el llamado a votar en blanco o nulo fue un fracaso?
-E.L.: Sí, creo que es el porcentaje de voto en blanco más bajo desde que hubo elecciones, 1.2% es sumamente bajo, lo que desmiente a quienes acusan a la izquierda de la derrota del kirchnerismo, no saben hacer cálculos, porque si perdió por 700.000 votos y el voto en blanco, que no todos son de izquierda, sacó 300.000 entonces no dan los números, lo que significa que tienen que buscar las causas de la derrota en el interior del kirchnerismo y no afuera.
Ha sido un fiasco, yo voté en blanco, pero me diferencié de las organizaciones políticas que querían hacer una campaña por el voto en blanco, porque sostenía que no había ambiente para el voto en blanco y creo que así fue.
-M.H.: ¿Cuáles son las tareas que se le plantean a la izquierda en particular hacia el futuro?
-E.L.: A mí me parece que lo primero es hacer un esfuerzo por leer sin apresuramientos el nuevo mapa político que se abre en el país, porque ha cambiado. Organizar la resistencia o un reagrupamiento político no es lo mismo en el ciclo kirchnerista que ahora. No en vano el macrismo sacó los votos que sacó, si bien parte de esos votos son prestados, no creo que todos los votos sean de derecha, al menos la diferencia entre la primera y segunda vuelta no son todos de derecha.
De la misma manera que tampoco creo que sean todos votos kirchneristas los que votaron a Scioli a último momento con la idea del “no a Macri”. El problema de la izquierda creo que es el que teníamos antes, pero hay que resituarlo, es por un lado avanzar en el reagrupamiento de la izquierda claramente anticapitalista y, por otro lado, aportar a la organización sindical que va a ser absolutamente necesaria para la etapa que se abre. Podríamos decir que en sentido amplio, entre los sectores de izquierda que plantearon el voto en blanco y los que plantearon el voto “no a Macri” y se sumaron al voto a Scioli hay, más allá de la coyuntura una diferencia de estrategia, por un lado, están los que quieren construir en la perspectiva anticapitalista y, por otro, están los que quieren construir con estos sectores del kirchnerismo que no se plantean una perspectiva fuera de los marcos del sistema, creo que por ahí viene la cosa.

El papel que está jugando Turquía en la crisis de Medio Oriente es nefasto

-M.H.: En la entrevista que hicimos el miércoles pasado, analizamos la situación de los atentados en Francia. Ayer se produjo un hecho acerca del cual me gustaría conocer tu opinión, el derribo por parte de Turquía de un avión ruso en el escenario del conflicto en Medio Oriente.
-E.L.: Yo te planteaba la semana pasada que lo más preocupante de todo esto es que se exacerban las tendencias a una confrontación bélica de grandes proporciones. Creo que Turquía haya derribado un avión ruso es un hecho gravísimo y la respuesta que le da hoy Rusia, que dice “esto no va a quedar así”, es un tema muy delicado. El papel que está jugando Turquía en la crisis de Medio Oriente es nefasto y me parece que es muy delicado lo que ha sucedido. Sin ser un experto, me parece que se trata de una situación muy delicada, por la crisis mundial que no remonta, la cuestión en Medio Oriente que se ha complicado muchísimo, el Isis que se ha autonomizado totalmente y que implica una guerra en gran escala, la situación que se vive en Bruselas paralizada hace 4 días, la gente no puede salir a la calle, no se puede asomar por las ventanas. Es una situación que en este contexto aumenta tremendamente el nivel de xenofobia, va a beneficiar a todos los partidos de derecha, empezando por el de Marine Le Pen en Francia, con lo cual las tendencias a la confrontación aumentan permanentemente.
-M.H.: ¿Qué lectura hacés de la visita del Papa a África, en particular a República Centroafricana?
-E.L.: Todos los viajes del Papa tienen que ver en líneas generales, más allá de que en cada zona que va hay intereses específicos, queda claro que está dispuesto a jugar un rol político muy importante y así lo está haciendo. Por un lado es el reposicionamiento de la Iglesia como actor político de primer nivel en el conflicto mundial, queda claro con ver el papel que jugó para incentivar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, o cuando vino a Bolivia para sumarse a los movimientos sociales para encausarlos y que no se desborden, o cuando fue a Israel a plantear el conflicto con Palestina, etc. Es un jugador de primer nivel internacional y en ciertos aspectos tiene alianzas con Obama.

Mario Hernandez

Otros que no esperan ni un día

Defensores de procesados por crímenes cometidos en la dictadura ya empezaron a pedir postergaciones en los juicios con el argumento de que la asunción del nuevo gobierno “exige analizar cómo se continúa”. El caso mendocino de los ex jueces Luis Miret y Otilio Romano.

Tampoco ellos esperaron un sólo día. Durante la primera audiencia posterior a las elecciones del domingo 22 de noviembre, el abogado de los ex jueces juzgados en Mendoza pidió diez días de postergación de las audiencias porque “el cambio de signo exige que se analice cómo continuar”. Ese martes 24 de noviembre debían empezar los ya demorados alegatos en un juicio que lleva 22 meses de debate marcado por una abrumadora presencia documental de pruebas de más de 200 expedientes que está mostrando que los integrantes del sistema judicial no movieron un sólo papel para buscar a los desaparecidos y que –dicen las querellas– “fueron la garantía del funcionamiento del aparato represivo porque cualquier operativo terminaba llegando a manos de ellos a través de esos expedientes que se archivaban en cuestión de días”. Los primeros en alegar iban a ser los representantes del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), pero el pedido del abogado Juan Day logró postergarlo. El Tribunal Oral Federal se dio tiempo hasta hoy, lunes 30 de noviembre, a las 9.30, para contestar el insólito pedido.
Los querellantes creen que el objetivo no es sólo dilatar, sino dejar fuera de la escena de alegatos a las querellas de las secretarías de Derechos Humanos de Nación y de Provincia, cuyas presencias se extiende –de momento– sólo hasta fin de mes.
El juicio que comenzó en febrero de 2014 es uno de los de lesa humanidad de características históricas. Entre los 38 acusados hay integrantes del Ejército, de la Fuerza Aérea y de la Policía, pero cuatro de ellos son ex integrantes del sistema judicial de la dictadura: entre ellos, Luis Miret y Otilio Romano, juez y fiscal federal de la etapa represiva por los que pasaron decenas de expedientes que se analizan como parte de las pruebas de este juicio. Y premiados con una carrera judicial en ascenso que los llevó a integrar hasta hace muy poco la Cámara Federal de Mendoza, máxima autoridad de la Justicia Federal de la provincia. Una de las áreas más sensibles a las responsabilidades de los crímenes de lesa humanidad, que continúan en investigación pese al lobby constante desde usinas como los editoriales del diario La Nación, que hace una semana clamó especialmente por los magistrados.
Durante la dictadura, las familias de los detenidos desaparecidos de Mendoza presentaron hábeas corpus ante la Justicia Federal para averiguar el paradero de sus seres queridos, pero también denunciaron sistemáticamente esos secuestros ante las comisarías de sus barrios. Esta modalidad permitió una producción de numerosos sumarios policiales que hoy son uno de los datos centrales de esta causa. Bajo análisis hay más de 200 expedientes judiciales que nacieron del paso de esos sumarios desde la Policía de la Provincia a la Justicia Federal. La serie muestra dos puntos claves. Que a contramano de lo que dicen los acusados, la Justicia Federal era competente en estas causas. Y que los expedientes se terminaban en cuestión de días sin ordenar una sola medida de prueba y con “sobreseimientos provisorios”, que en la práctica eran el archivo de la causa. Los números apabullantes de documentos están relevando para querellas y fiscalía que ni un integrante del sistema de Justicia movió un solo papel para investigar decenas de crímenes de las fuerzas de seguridad. “Esta multiplicación de expedientes archivados era lo que garantizaba la mecánica de impunidad”, dice el abogado Pablo Salinas, querellante del Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos.
En ese sistema de justicia, Miret y Romano eran parte central de las poleas. Uno estaba en la fiscalía y otro en el juzgado. Uno recibía los sumarios de la Policía, los abría, sugería el sobreseimiento y el otro confirmaba ese sobreseimiento días después.
En la audiencia del martes 24, el abogado Juan Day, a cargo de la representación formal de Miret, invocó dos tipos de cuestiones para pedir el aplazamiento de los alegatos. Una, más técnica, vinculada a la necesidad de revisar la producción de prueba, herramienta usual entre los defensores para extender estos juicios donde la celeridad es vital. Y la otra, mas insólita, al introducir el resultado de las elecciones. “La verdad es que el ánimo de los defensores parece ser sostenerse en este triunfo del macrismo para avanzar con el mismo tipo de pedidos que realizan desde hace meses”, señala a Página/12 la abogada Viviana Beigel, también del MEDH. “En este caso el planteo de Day incluyó una cuestión política diciendo que el cambio de signo exigía que se analizara cómo se continúa”.
Day también pidió la prisión domiciliaria de Otilio Romano. De acuerdo a la información de la querella, el TOF, sin embargo, aún no aceptó el pedido. Evitó el comienzo del alegato pero convocó a una audiencia para hoy en la que se espera que respondan el reclamo.
Otro de los elementos en juego es el futuro de los apoderados de las secretarías de derechos humanos de Nación y de la Provincia. Por Mendoza, está Sergio Bonsague, subsecretario de Justicia, y por Nación, el abogado Fernando Peñaloza. Estaba previsto que ellos comenzaran con los alegatos después del MEDH, pero en este nuevo contexto serán ellos quienes irán en primer turno.

La producción de las pruebas

La producción de pruebas en juicio fue tan abrumadora que los acusadores entienden que están mostrando un mecanismo destinado a garantizar la impunidad desde el aparato de Justicia. “Una vez que las familias hacían la denuncia en las comisarías provinciales, las comisarías enviaban el material con todo el relato a la Justicia Federal –agrega Pablo Salinas–. En ese momento, la fiscalía federal abría un expediente con una declaración de ‘competencia’ que aparece repetida hasta con un sello que estampaban en la primera página y ahí nomás lo elevaban al Juzgado Federal con la recomendación del ‘sobreseimiento provisorio’, que significa el archivo. El juzgado aceptaba ese sobreseimiento y todo terminaba ahí. Eso se repetía todo el tiempo.”
Los más de 200 expedientes siguieron ese camino. Uno de los más emblemáticos es el de Virginia Adela Suárez, una joven de 22 años, estudiante de periodismo, militante del PRT, secuestrada el 13 de mayo de 1976. El día del secuestro, en la casa estaba su madre, Haydeé Moreno, y su hermano. La patota no encontró armas, dice la denuncia original del MEDH, “sin embargo se llevaron la máquina de escribir, un proyector de diapositivas y todos los artículos de oro que encontraron”. Haydeé radicó una denuncia en la Comisaría 7 de Mendoza y en el Comando de la Octava Brigada de Infantería de Montaña. Después presentó dos hábeas corpus ante el juez del Primer Juzgado Federal de Mendoza. Los hábeas corpus fueron rechazados. Pero entre los documentos de la causa, un expediente muestra el derrotero que siguió esa paradigmática denuncia policial (ver imagen):
- El 27 de mayo de 1976 ya estaba en el Juzgado a disposición de Miret y de Romano.
- El 28 de mayo, Romano asumió la competencia por el artículo 48 y tres líneas más tarde, entiende que atento a las características de las causas debe hacerse lugar al “sobreseimiento provisorio”.
- El 8 de junio, Miret confirmó el sobreseimiento provisorio.
Entre uno y otro momento, habían pasado 12 días. Virginia Adela Suárez continúa desaparecida.
Con el paso de las audiencias, esos documentos se fueron leyendo como parte de las pruebas más importantes sobre el rol de los jueces. La lógica que ya había sido visualizada durante la instrucción planteó una novedosa forma de entender el rol de la Justicia durante la dictadura, donde la supuesta “inacción” alegada por algunos jueces en realidad fue efectivamente una “acción” destinada a obturar el camino de la justicia.
“Por supuesto, que (los ex jueces) estuvieron en los centros clandestinos –dice Salinas–. Miret dijo que había ido a ver a uno de los detenidos en la Compañía de Comunicaciones, y cuando yo le pregunté si había visto cómo estaban los prisioneros, me dijo: ¿qué podía hacer yo contra las fuerzas militares? Hay testigos que hablan de la presencia en los D2. Pero todo eso –agrega–, no es tan relevante como esta cantidad de prueba documental que indica que ellos fueron la garantía del funcionamiento del aparato represivo porque cualquier operativo terminaba llegando a manos de ellos a través de ese camino y ellos lo iban a archivar. Esto garantizaba que no hubiera ninguna responsabilidad para ninguno de los que actuara en estos secuestros porque inexorablemente lo cerraban.”
“Cuando le pregunté a Miret por qué se declaraba competente, cuando otros se declaraban incompetentes, me dijo que era porque quería quedarse con los expedientes, quería guardarlos –agrega el abogado–. Yo interpreto que no quería que cayeran en manos de alguien que sí pudiera hacer algo distinto. Esto fortaleció en los hechos la carrera judicial de ellos. Le fue tan bien con todo esto, fueron tan aplicados, que a Miret lo nombró Videla y llegó hasta 2010.”
Durante el debate, los ex jueces efectivamente intentaron defenderse. Dijeron que cerraban los sumarios porque ignoraban quiénes eran los autores, pero en realidad en las denuncias había datos que identificaban por lo general a algún sector responsable. También dijeron que la información de la época era confusa. Pero querellas y fiscales se preguntan si también era confuso cuando una familia llegó a dar cuenta hasta del modelo y patente de un auto en el que se llevaron a un hijo y los expedientes no tienen atisbo de investigación. Quienes siguen el juicio a diario están convencidos de que recién cuando se vieron cercados por los expedientes, los ex jueces comenzaron a buscar otros argumentos. Entre ellos, empezaron a plantear el problema de competencia. Dijeron que no eran competentes en aquel momento. Pero la postura se cae a poco de leer un expediente que comienza con un sello en el que ellos mismos admiten competencia, como dice Salinas. “O cuando al seguir el recorrido de un sumario desde una comisaría al juzgado federal, lo que se lee es que la policía entendía que sí tenían competencia.”
Los jueces también dicen que el sobreseimiento no significaba cerrar una causa. O que se quedaban con el expediente para sumar eventual nueva prueba. Pero también eso parece caerse. El código viejo no contemplaba la figura del “archivo” de una causa, sino el sobreseimiento provisorio, señalan los acusadores. Y además, el cúmulo de documentos demuestra que las causas jamás se movieron.
La contundencia de los papeles es tan alta –dicen querellas y fiscales– que uno de los jueces acusados inquietó a la sala durante el debate con un comentario. “Cómo será que no fuimos cómplices, que no hicimos desaparecer los expedientes”, señaló en este caso Guillermo Petra Recabarren, palabras más, palabras menos, el tercero de los “jueces” juzgados. Pero también acá, la acusación tiene otra postura: no hicieron “desaparecer” expedientes –señalan– porque nunca pensaron que se iba a juzgar su intervención en el terrorismo de Estado.

Alejandra Dandan

domingo, 29 de noviembre de 2015

Respaldando el ajuste por venir



Scioli, Cristina y el kirchnerismo garantizan la gobernabilidad a Macri y Cambiemos. Peleas a tropel en la gran casa peronista. Anuncios concretos de ajuste.

Por estas horas no cesan los gestos del kirchnerismo para garantizar las gobernabilidad a Mauricio Macri, quien era definido hasta hace días nomás, como quien iba a aplicar un ajuste brutal.
Esto no implica que ese ajuste no vaya, efectivamente, a producirse. Por el contrario, a cada momento, son más claros sus contornos. Así, en el día de ayer el periodista Marcelo Bonelli dio a conocer lo que vendría a ser el plan que propone el macrismo para aplicar, de manera inmediata, al inicio de su mandato: llevar al dólar a 13 o 14 pesos, al tiempo que impulsar una modificación importante en el mínimo del Impuesto a las Ganancias.
Macri buscaría así lograr una base social más firme para su naciente gobierno en las franjas obreras de más altos ingresos, mientras lanza una medida que golpeará el salario del conjunto de la clase trabajadora.
Esa devaluación es el pedido “urgente” que lanzó el gran capital. Pedido que, como ilustra el periodista Alejandro Bercovich, ya se traduce en hechos, con sectores de las patronales aumentando los precios en función de la medición del dólar que Cambiemos anunció durante la campaña.
Son las razones del país burgués las que empujan en el camino del ajuste, no los deseos neoliberales del macrismo y el nuevo presidente. Si el peronismo en su conjunto se ve obligado a reiterar, a cada momento, su rol de “colaboración” y garante de la gobernabilidad, es porqué debe responder ante ese mismo país burgués, pero desde el llano y golpeado por la derrota.

Cada quien forja (o intenta) forjar su futuro

El kirchnerismo construyó su poder sobre la polarización discusiva con actores de un ciclo político y social previo y golpeado duramente por el 2001.
Durante la década pasada, el “pejotismo” se subordinó a esa fracción política, por el doble látigo del prestigio político y la caja centralizada desde el poder nacional, de la que dependía parte vital del funcionamiento de las provincias. Un sistema de “premios y castigos” que, dicho sea al pasar, tiene mucho que ver con la gigantesca votación anti-sciolista en Córdoba.
Luego de la derrota, la nueva escena política obliga a todos en el peronismo a buscarse un futuro. Eso se hace, como no podía ser de otra manera, en base a golpear a los rivales internos. Junto a la guerra de fracciones, conviven los objetivos personales de cada dirigente, obligados a pelear por su lugar.
Allí, en ese terreno de fango, Scioli juega por estos días la carta de “gran estadista”, buscando mostrar un horizonte político que, paradójicamente, nunca desplegó en estos años. Este viernes afirmó que aceptó rápidamente la derrota “porque percibía una tensión, una expectativa muy grande” y “no iba a poner en vilo a la Argentina y generar situaciones que podían tener algunas características violentas”. Así la derrota electoral intenta ser revestida de cierta “heroicidad”. Una suerte de Relato personal, que difícilmente logre conmover a nadie. Su aviso de que “va a colaborar” con Macri y que entendió “el mensaje de cambio” van en el mismo sentido de ubicarse por encima de las "pequeñas reyertas".

Guerra de facciones

La pelea al interior del peronismo es también por la facción que tendrá protagonismo a la hora de “jugar” el juego parlamentario en el Congreso. Este viernes se asentó con fuerza el rumor que decía que José Luis Gioja sería el líder del bloque peronista en diputados. Carlos Kunkel, espada del kirchnerismo en esa cámara, salió a afirmarlo. Las versiones que se conocen dicen que el kirchnerismo sangra por la herida. Hubiera preferido la continuidad de Juliana Di Tulio.
Pero en el nuevo esquema del poder político que se delinea en el país, los gobernadores tiene un peso sustancialmente mayor al Congreso. O para decirlo más precisamente, ellos son quienes pueden digitar el funcionamiento del Congreso. El kirchnerismo se ve desplazado del centro de la escena parlamentaria por el peronismo más tradicional, el de los caciques territoriales que dirigen un 33% del territorio nacional y numerosos distritos. La enorme mayoría de los parlamentarios del bloque del FpV pertenecen a ese sector, el kirchnerismo tiene poco más de una veintena. Una simple comparación permite entender de donde sale el poder para imponer a Gioja.
No hay, como se imaginará el lector, ninguna contradicción de principio entre ambos sectores. Tanto Cristina Fernández como Scioli respaldaron a Gioja durante estos años. El gobernador de San Juan fue una de las mejores inversiones de la Barrick Gold y las grandes multinacionales mineras. Su gobierno -y sobre todo su policía-estuvieron puestos en pos de garantizar esas rentabilidades.
En la misma línea de tensiones se inscribe dos peleas más. La que defina las autoridades del PJ y la pelea por la Auditoría General de la Nación, que pasará a manos del peronismo dentro de días. Este viernes, ese amigo íntimo de las grandes patronales agrarias que se llama Julián Domínguez, afirmó que la derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires se debe a que el espacio "se aburguesó" y agregó que es necesaria “una renovación”. Paradójica afirmación de quien reviste en las filas de esa fuerza desde hace décadas y pasó por el menemismo, el duhaldismo y el kirchnerismo.
Al mismo tiempo dio dos definiciones. La primera, esperable: “de ninguna manera” apoyará a Aníbal Fernández como titular de la Auditoría General de la Nación. La segunda contundente: el lugar de Cristina Fernández en el futuro del PJ “dependerá de lo que diga la gente”. Un buen eufemismo para decir que ahora todos tendrán que remarla, incluida la (pronto) ex presidenta.

Facilitando la transición

Este viernes se produjo el encuentro esperado entre Aníbal Fernández y Marco Peña. No fue en un bar como había bromeado el actual jefe de Gabinete, sino en la misma Casa Rosada. “Hannibal” se justificó en el “pedido expreso” de la presidenta. No cabe duda. Ya hace varios días Cristina afirmó que “no pondrán palos en la rueda” a la transición.
Así, “asegurar la gobernabilidad” es la consigna de todas las alas del peronismo. Cada quien buscará luego canalizar el descontento hacia el macrismo hacia su propia quinta. Mientras tanto, ayudar al nuevo gobierno, “pedirle a Dios que lo ilumine” y entregarle un ministro, son parte de mostrar seriedad ante la clase dominante.
El kirchnerismo ayudó al salvataje del país burgués luego de la crisis del 2001, aportando a recomponer el prestigio de las dañadas instituciones; colaboró en la gobernabilidad del macrismo durante casi una década en la Ciudad de Buenos Aires, garantizando las normas a favor del gran capital que impulsaba el PRO; respetó a rajatabla la gran propiedad capitalista, más allá de su Relato contra las “Corporaciones”.
Nada indica entonces que ahora jugará la carta de desestabilización. No está inscripto en sus genes. Por el contrario, la genética le dicta el más estricto apego a las normas capitalistas cuando lo que está en juego son las ganancias de sus jefes. Los dirigentes campeones de denunciar el “ajuste macrista” ya muestran de qué material están hechos.
La transición en curso muestra que el “cuco de los ajustadores salvajes” era solo demagogia. Scioli en el poder hubiera actuado de igual manera. Por eso ahora colaborará con Macri.
Solo la izquierda clasista, que en estos 12 años estuvo en las calles junto a la clase trabajadora, enfrentando a la burocracia sindical peronista-kirchnerista y a las grandes patronales, puede ser una alternativa que sea parte activa de enfrentar el ajuste que se viene.

Eduardo Castilla
@castillaeduardo

Quién es y qué piensa Avelluto, ministro de Cultura de Macri



Pablo Avelluto, el actual coordinador del sistema de medios públicos de la Ciudad de Buenos Aires, será el titular del Ministerio de Cultura de la nación.

Estudió en el colegio Carlos Pellegrini y luego en la UBA Ciencias de Comunicación. Viene de una trayectoria en el ámbito privado, fue jefe de Prensa y Comunicación de Espasa Calpe (1993-1995), y gerente de la editorial Planeta (1995-1999). También trabajó para Torneos y Competencias, y luego como gerente de la editorial Estrada. Y por último, antes de la función pública en la ciudad, fue entre el 2002 al 2005 director editorial de la Región Sur de Random House Mondadori Argentina.
Tiene el discurso de los macristas del “reencuentro de los argentinos después de la grieta” y reconoce que siendo poca diferencia por la que ganó la coalición Cambiemos “hay que tender puentes” con el otro 50% que no los votó, o votó por el “otro modelo”.
Y en ese tender puentes plantea que “Hay cosas que se hicieron muy bien y deben continuar”, y admitió que podría sentarse a hablar hasta con Horacio González, de quien reconoce que hizo un buen trabajo en la Biblioteca Nacional.
Pero también, el nuevo Ministro de Cultura piensa que la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, a cargo del intelectual kirchnerista Ricardo Forster, no tiene una función relevante y sí excluyente, además de un nombre pomposo.
Por el contrario, le parece bien el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA), que fue creado bajo el kirchnerismo por la gestión José Nun (2004-2009, hoy muy crítico del oficialismo).
El nuevo ministro cree que es útil para "medir y evaluar el impacto de las industrias culturales en nuestra economía" y aseguró la continuidad de este trabajo.
Avelluto en el gobierno de la Ciudad, primero fue asesor en programas culturales del Ministerio de Cultura para luego transformarse en coordinador general del Sistema de Medios Públicos. Es decir que estuvieron a su cargo el Canal de la Ciudad, las radios AM1110 y FM2x4, la Agenda Cultural y la AgendaBA.
Desde su puesto en ciudad y durante la campaña electoral intentó formar el Grupo Manifiesto en oposición al de Carta Abierta kirchnerista. Se basa en la única idea de que hay que mirar para adelante y que es una antigüedad buscar una retórica “setentista” como también oponerle un discurso gorila, en referencia al grupo Plataforma.
Más allá de esta definición que se parece a un “vacío ideológico” dice nutrirse de diferentes vertientes y no provenir de ningún programa histórico preexistente. En un camino cercano al pragmatismo “empresarial” y con una impronta liberal clásica, podemos catalogar al PRO/Cambiemos como la “nueva derecha”.
El gabinete de Macri ya muestra que Avelluto hará en Cultura equipo con gente difícil de reciclar, con personajes como el privatizador de la educación Esteban Bulrich (Ministerio de Educación) o Lombardi quien operará en el espacio del Ministerio de Medios Públicos y quien tiene el mérito de haber desalojado con una brutal represión la Sala Alberdi del CC San Martín, y más recientemente de haber llevado adelante los cierres masivos de Centros Culturales.
No nos olvidemos que fue el mismo kirchnerismo quien le abrió paso a la derecha de amarillo. En los años de gobierno de la ciudad todas las leyes salieron de común acuerdo con los legisladores del FpV. Y ahora hasta le hace aportes al gabinete de Macri con el titular de Ciencia y Tecnología.

Elizabeth Yang
@Elizabeth_Yang_

sábado, 28 de noviembre de 2015

Macri al Gobierno, las grandes multinacionales al poder



Ayer Marcos Peña, futuro jefe de Gabinete, anunció los nombres de los ministros que ocuparán sus cargos con el gobierno de Macri. El team del ajuste está compuesto por empresarios, ex-CEO, representantes del campo y políticos reciclados.

El futuro jefe de Gabinete, Marcos Peña, develó el misterio y dio a conocer los nombres de los ministros que serán parte del gobierno de Macri. El equipo es integrado por ex gerenciadores de multinacionales, empresarios, y políticos que pasaron por distintas alianzas ahora reciclados en el “cambio”.
Algunos de los nombres eran conocidos como ex gerente de Shell, Aranguren, para energía, Prat Gay, el ex New Man, y hubo sorpresa con la “piba” Bullrich en Seguridad y, con el aval de Cristina, mantienen en Ciencia y Tecnología a Lino Barañao.
La incógnita todavía es la cartera de Trabajo, con un gabinete del mundo empresarial, deberán estar evaluando quién será el mejor gerente de RRHH para asignar al puesto vacante. En los próximos días, afirmó Marcos Peña, que se dará a conocer, así como los cargos restantes. El Ministerio de Planificación, que estuvo a cargo de Julio de Vido por 12 años, dejará de funcionar.
Macri, luego del portazo de Sanz, sumó algunos dirigentes del radicalismo, como el riojano Julio Martínez en Defensa, Oscar “El milico” Aguad (amigo personal y uno de los primeros en bregar desde Córdoba con el acuerdo con el PRO) en Comunicaciones, Ricardo Buryaile en Agricultura, y José Cano, a cargo del Plan Belgrano de infraestructura para el Norte, donde manejará alrededor de 30.000 millones de pesos.
Los ministros serán: Rogelio Frigerio (Interior); Alfonso Prat Gay (Economía); Susana Malcorra (Relaciones Exteriores); Esteban Bullrich (Educación); Jorge Lemus (Salud);Gustavo Santos (Turismo); Ricardo Buryaile (Agricultura); Germán Garavano (Justicia); Julio Martínez (Defensa); Patricia Bullrich (Seguridad); Francisco Cabrera (Producción); Guillermo Dietrich (Transporte); Juan José Aranguren (Energía y Minería); Carolina Stanley (Desarrollo Social); Pablo Avelluto (Cultura); Sergio Bergman (Ambiente). Además el nuevo gobierno creará el Ministro de Modernización, quién ocupará el cargo es Andrés Ibarra, quien ocupaba el mismo puesto en el gobierno porteño.

Hay equipo…empresarial y pro campo

Como señalamos en los PROntuarios del gabinete macrista, varios de los ministros designados son ex gerenciadores de empresas.

Juan José Aranguren: ministro de Energía y Minería. Ex presidente de Shell, compañía a la que ingresó en 1977. Fue un gran garante de las ganancias de esta multinacional que aumentó los precios de los combustibles sin tapujos. Se encargó de despedir y perseguir a sus trabajadores combativos y evadir todo lo que pudo las cautelares de reinstalación de los despedidos.

Alfonso Prat Gay: ministro de Hacienda y Finanzas. Fue asesor de la princesa Máxima Zorreguieta, de Amalia Lacroze de Fortabat, director de la J.P. Morgan. Estuvo al frente del Banco Central en los gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.

Ricardo Buryaile: ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca. Dirigente de Confereraciones Rurales Argentinas (CRA), ganadero formoseño y de extracción radical. En el conflicto por la resolución 125 era vicepresidente segundo de Confederaciones Rurales Argentina (CRA). Buryaile mantiene buenas relaciones con las patronales del campo, con la dirigencia de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), CONINAGRO, y Federación Agraria Argentina (FAA).

Susana Malcorra: ministra de Relaciones Exteriores, es la actual jefa de Gabinete de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Trabajó catorce años en IBM en el área comercial, hasta que en 1993 dejó la compañía norteamericana para trabajar en Telecom Argentina. En marzo de 2001 se puso al frente de la iniciativa de ampliación de Telecom, y llegó a ser Directora General de la empresa. Durante su paso como gerenta general de Telecom, resolvió un recorte del 10 por ciento en los sueldos de los trabajadores telefónicos y realizó 400 despidos.

Francisco Cabrera: ministro de Producción. Fue el encargado de llevar adelante la política de Distritos Creativos, como el Distrito Tecnológico de Parque Patricios que fue creado en 2008. Fue fundador y CEO de la compañía de Fondos de pensiones Máxima AFJP. Desarrolló la mayor parte de su carrera en el holding financiero Grupo Roberts, y luego en el Grupo HSBC donde fue miembro del Directorio de La Buenos Aires Seguros, de Docthos y dirigió el sector minorista del banco. También fue Director Ejecutivo del diario La Nación e integró el directorio de los diarios del interior: Los Andes y La Voz del Interior.

Guillermo Dietrich: ministro de Transporte. Es economista egresado de la Universidad Católica Argentina, con un postgrado en Negociación de la misma casa de estudios y MBA Magna Cum Laude del IAE Business School de la Universidad Austral. Gran parte de su actividad se desarrolló en el sector privado. Es el ideólogo del Metrobus y las denominadas bicisendas.

Pablo Avelluto: ministro Cultura. Fue el coordinador del Sistema de Medios Públicos del Gobierno porteño. Fue Director Editorial de la Región Sur de Random House Mondadori Argentina. Antes fue Jefe de Prensa y Comunicación de Espasa Calpe, gerente de la editorial Planeta y responsable de la unidad de negocios de publicaciones periódicas de Torneos y Competencias (2000-2002). También fue gerente editorial de Estrada.

Carolina Stanley: ministra de Desarrollo Social. Fue Directora Ejecutiva de la Fundación Grupo Sophia, dirigida por Horacio Rodríguez Larreta. En 2007, Macri la asigna como Directora General de Fortalecimiento de la Sociedad Civil del Ministerio de Desarrollo Social, cargo que ocupó hasta fines de 2009.

Hernan Lombardi: Medios Públicos. Fue empresario de turismo, manejando varios emprendimientos como el complejo Torres de Manantiales de Mar del Plata. Luego, estuvo a cargo de la Secretaría de Turismo de la Nación durante el gobierno de Fernando De la Rúa. Desde el 2008, se desempeñó al frente del Ministerio de Cultura de Buenos Aires.

Andrés Ibarra: Modernización. Ministro de Modernización de la Ciudad, hizo carrera en el Grupo Macri, estuvo en Boca y ahora integra la mesa chica de Macri. Trabajo para Franco Macri y acompañó al presidente electo durante su paso por Boca Juniors. Declaró ante el juez Norberto Oyarbide, y fue sobreseído, por la causa de las escuchas ilegales.

También, nombró al ex CEO de LAN y ex funcionario bonaerense de Felipe Solá Gustavo Lopetegui y al titular fondo Pegasus, con oficinas en Buenos Aires y Bogotá, Mario Quintana, como Secretarios Generales que dependerán de la Jefatura de Gabinete, para coordinar los ministerios económicos.

Cambio o reciclaje, la piba a seguridad

La designada ministra de Seguridad del próximo gobierno, Patricia Bullrich, fue una de las sorpresas del anuncio. Lejos de todo cambio, Patricia supo reciclarse por varios gobiernos.
Bullrich fue diputada de Carlos Menem, Ricardo López Murphy, Elisa Carrio y Mauricio Macri, además de ser la primera ministra de Trabajo mujer en el gobierno de la Alianza UCR-Frepaso. También formó parte de la Coalición Cívica, Unión por todos, el menemismo y el macrismo, reemplazará a la ministra Cecilia Rodríguez, quien se desempeña en esa posición desde diciembre de 2013.
Los trabajadores recuerdan bien su paso por el Ministerio de Trabajo durante la presidencia de Fernando de la Rúa, ya que fue la encargada de aplicar el decreto que estableció la reducción del 13 por ciento de los haberes de los trabajadores estatales y de las jubilaciones, en el contexto de la llamada ley de déficit cero, cuyos montos fueran mayores a los 500 pesos argentinos convertibles a dólares estadounidenses al mismo valor.

La continuidad Barañao en Ciencia y Tecnología

El macrismo decidió dejar en manos del kirchnerismo el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación donde su titular, Lino Barañao, seguirá a cargo de esta cartera. Según informaron desde las redes sociales del ministerio, el funcionario "cuenta con el aval de la presidenta Cristina Fernández de Kichner" para aceptar la designación de su sucesor, Mauricio Macri. También indicaron que "es un reconocimiento a la política científico tecnológica que ha llevado a cabo este gobierno" saliente.

Un gabinete para el ajuste que vendrá

El macrismo designó un gabinete con ex gerenciadores de empresas y amigos de las patronales agrarias. Las multinacionales pueden celebrar porque sus ex CEOs harán todo lo posible para resguardar sus ganancias y por sus PROntuarios lo harán a costa de golpear sobre las condiciones de vida de los trabajadores con devaluación, mazazo a los salarios, tarifazos de los servicios públicos y transporte y nuevo endeudamiento. Si pueden cumplir sus planes o no, dependerá de la relación e fuerzas, pero no se puede dudar de sus intenciones.
La Argentina que se viene, es un país “atendido por sus dueños” o por los CEOs de sus dueños.

Mónica Arancibia
@monidi12

Triaca ministro de Trabajo: otro heredero del sindicalismo menemista



El flamante ministro de Trabajo de Macri tiene una trayectoria particular. Estudió en el distinguido colegio Cardenal Newman, pero además es un heredero del sindicalismo de la “pizza y el champagne”.

No digan que no avisó. Mauricio Macri no podría haber encontrado un mensaje más claro de lo que piensa hacer con el movimiento obrero que nombrar al heredero de Jorge Alberto Triaca como “árbitro” entre los trabajadores y los empresarios.
Los más jóvenes no deben conocer a Don Jorge. Fue el símbolo más obsceno del sindicalismo amarillo. Durante la dictadura, fue “participacionista”: encabezó la Comisión de Gestión y Trabajo para dialogar con el gobierno militar, en contra de quienes emprendían las primeras medidas de oposición. Fue tan amigo de los milicos que lo invitaron a la asunción del genocida Mario Benjamín Menéndez como gobernador de las Malvinas. Peor: cuando declaró en el Juicio a las Juntas, negó conocer “casos de trabajadores desaparecidos”. Durante los 80, siguió siendo participacionista: no quiso saber nada con las medidas de fuerza que convocaba Ubaldini contra el gobierno de Alfonsín.
Pero su época de oro llegó con Menem, de quien fue el primer Ministro de Trabajo. Desde allí fue parte fundamental del proceso de privatizaciones, que dejó en pocos meses 570 mil trabajadores estatales en la calle. Para entonces ya cargaba con juicios por malversación de fondos y sobrepagos.
Semejantes favores arruinaron a miles de familias obreras pero beneficiaron a la suya. En los 90 Triaca era propietario de un haras y costosos caballos de carrera. Hasta llegó a gerenciar el restaurant del aristocrático Hipódromo de San Isidro. El punto cúlmine fue cuando en 1992 se convirtió en el primer dirigente sindical en ser aceptado por el super exclusivo Jockey Club Argentino, el mismo que las masas peronistas identificaron con la revolución fusiladora de 1955.
Pero nadie puede decir que Don Jorge caía en aquella tentación que Amado Olmos denunciaba en muchos sindicalistas: “esos dirigentes que han adoptado las formas de vida, los automóviles, las casas, las inversiones y los gustos de la oligarquía a la que dicen combatir”. Don Jorge nunca ocultó a qué clase aspiraba a servir. Lo aclaró un día en una entrevista televisiva: "el verso de la marcha peronista que dice ’combatiendo al capital’ es sólo una licencia poética".

Un fiel heredero

Usted se puede preguntar qué culpa tiene el flamante ministro Jorge Triaca, heredero de Don Jorge, de semejante trayectoria. Bastante.
Gracias a la esforzada entrega de Don Jorge, su hijo pudo estudiar en el Colegio Cardenal Newman, donde estudian los chicos bien de la burgesía “nacional”. Como Mauricio. Siguiendo las costumbres de las familias bien, se graduó en la Universidad de San Andrés como Licenciado en Ciencias Económicas, para más tarde realizar un posgrado sobre “Regulación de Mercados”. Faltaba más.
Sus antecedentes le permitieron ingresar como consultor en el programa “Reforma de la Administración Pública” entre 1996-1998 (léase privatizaciones y desguace del Estado), respondiendo al Ministerio de Economía de Domingo Cavallo.
Hoy, Jorgito hace una lectura nostálgica de aquellos años, a los que llama “de la reconstrucción nacional”. Como plantea en su página personal, fueron “tiempos difíciles para el país, el sindicalismo argentino buscó en aquel momento articular con las fuerzas de la producción y el gobierno en busca de una concordia y una paz social que se pusiera al servicio de la reconstrucción nacional”.
También de las enseñanzas de su mentor. “Mi padre, sindicalista del plástico desde su juventud, luego Secretario General de la CGT, y posteriormente Ministro de Trabajo los años 89, 90 y 91, solía decir que hay que saber cuando golpear, cuando es hora de medir fuerzas, cuando negociar, y cuándo acordar, y que esta sabiduría intuitiva era precisamente la que distinguía al Movimiento Obrero argentino, que siempre supo cuándo llegaba cada momento”.
Más tarde, su carrera lo llevaría a integrar la Jefatura de Gabinete durante el gobierno de Duhalde, en la Coordinación de Créditos con Organismos Internacionales.

El elegido

Fue en ese momento, 2003, que decidió integrarse al proyecto que empezaba a trazar Mauricio Macri, otro conocido ex alumno del Cardenal Newman. Si Don Jorge había atravesado una larga transición entre el gremio del plástico y el Jockey Club, Jorgito comprendió temprano a qué clase social pertenecía.
De 2005 a 2009 fue Director Ejecutivo de la Fundación PensAR, el think thank de donde surgieron muchos de los cuadros del PRO, formados por los gerentes de empresa que hoy componen el gabinete de Cambiemos.
Como mayor logro político, Triaca se jacta en su página de haber comandado en Santa Fe la postulación del humorista misógino Miguel Del Sel como figura del PRO.
Con estos antecedentes personales y algunos antecedentes políticos que poco hablan de los derechos de los trabajadores, se convertirá a partir del 10 de diciembre en el próximo ministro de Trabajo. Reemplazará al amigo dilecto de José Pedraza y el sindicalismo peronista, Carlos Tomada.
Le ganó la pulseada al funcionario cordobés, Jorge Lawson. Macri tuvo que dar marcha atrás ante la presión sindical, que consideró al preferido del PRO como un "soldado de la Unión Industrial Argentina".

Primeros chispazos

Hugo Moyano fue el primero en quejarse del nombramiento del heredero de Don Jorge. En realidad Jorgito era el candidato que impulsaba el sector de "los Gordos", encabezado por Héctor Daer, Carlos West Ocampo y Armando Cavalieri.
No sabemos qué esperaba Moyano del heredero del Clan Macri, ¿que nombre a un defensor de los obreros como ministro de Trabajo?

Lucho Aguilar

Informe anual de la CORREPI sobre la situación represiva en Argentina



Como cada año, este jueves se llevó a cabo en Plaza de Mayo la presentación del informe sobre la situación represiva.

En un contexto en donde la clase política de conjunto se prepara para fortalecer el aparato represivo del Estado, tal como quedó expresado en la campaña presidencial y lo que se empieza a gestar con el nuevo gobierno de Macri, se torna imperativo hoy más que nunca denunciar y dar a conocer los actos de represión.

"Los gobiernos pasan la represión queda..."

Con este lema retumbando en los rincones de la plaza comenzó el acto pasadas las 18:00, como es habitual se hizo un repaso de los casos más paradigmáticos de gatillo fácil, desaparición de personas y represión a los sectores populares y de trabajadores. Mientras el primer informe elaborado en el año 1996 contaba con 262 casos desde diciembre de 1983, hoy esa cifra ha crecido exponencialmente, llegando a 4644 casos, de los cuáles 3000 corresponden a la gestión kirchnerista.
Pasando por el caso de Walter Bulacio hasta Luciano Arruga o Lucas Cabello, el informe da cuenta de la escalada represiva de los gobiernos pos dictadura desde 1983 en adelante.
Mientras en 2003 el kirchnerismo inauguraba su propia escalada con el caso de Marcelo Cuellar, asesinado en Jujuy y silenciado su caso, recién con el caso de Fuentealba se puso en conocimiento público estos asesinatos. Este mismo silencio e invisibilidad es contra el que se revelaron los familiares de Darío Santillán cuando subieron al escenario a dar cuenta de la lucha que siguen llevando adelante para que los responsables políticos de su muerte sean castigados: "estamos acá para que sepan que existimos, para que no nos invisibilicen". Siguiendo una línea de tiempo, luego vinieron los casos de Mariano Ferreyra, y los conflictos obreros de: El Casino, Kraft, Lear, docentes, Donelley, Gestamp, línea 60 y muchos otros.
Como bien plantea el informe hoy hay mas de 5000 luchadores criminalizados, 5 trabajadores petroleros condenados a cadena perpetua y recientemente un juicio a 17 docentes y 16 camioneros en Tierra del Fuego. La responsabilidad del gobierno que se va también es por la desaparición de Julio López, con una causa impune paralizada y sin avances que como bien mencionó Enrique “Cachito” Fukman, otro de los oradores que se hicieron presentes hoy, referente de la Asociación de Ex detenidos desaparecidos. Pero esta desaparición no fue la única, además de todos los casos de los cuales los medios no dan cuenta, también hay que mencionar a Daniel Solano, Iván Torres, Facundo Rivera Alegre y Luciano Arruga. Fue sin duda uno de los momentos más fuertes de la tarde cuando la madre de Luciano contó su incansable lucha y dejó un mensaje para toda la clase política: "mientras haya un pibe desaparecido yo voy a seguir en pie luchando", los aplausos que se produjeron no hicieron más que remarcar esas palabras.
Los antecedentes del nuevo gobierno dan cuenta de la continuidad represiva, como bien menciona el informe no hay que olvidar la UCEP, las escuchas del fino Palacios, la represión de la sala Alberdi, el Borda y el terrible caso resiente de Lucas Cabello en donde la Metropolitana muestra su verdadero carácter criminal. La tarde se fue apagando con las últimas voces en el escenario: "los gobiernos pasan, la represión queda...la lucha también".

Paolo Zaniratto
CeProDH

El gabinete de guerra de Macri y las luchas por venir



El resultado del balotaje fue más parejo de lo que muchos esperaban. La desesperada demagogia de Scioli en los últimos días tuvo su efecto.

Hasta la primera vuelta no había dicho una sola palabra sobre el ajuste que preparan para el pueblo trabajador, ni sobre los planes de Macri. En gran medida porque los compartía. Que había que devaluar, “sincerar las tarifas”, endeudarse con los mercados, ponerle techo a las paritarias. Solo nosotros lo denunciamos, en los spots, en la calle y en ese debate al que Scioli no fue. Quería hacer la “gran Dilma”: ganar con el voto anti-ajuste para después aplicarlo.
Desde el Frente de Izquierda habíamos llamado a votar en blanco o nulo. Más de 600.000 personas nos acompañaron en esa primera medida de resistencia, a pesar de la polarización. Esperábamos dar un mensaje más contundente a los empresarios y al próximo gobierno. Pero hay una explicación. Esa desesperada campaña hizo que en los últimos días muchos trabajadores decidieran utilizar el voto contra Macri como una forma de rechazar el ajuste. Como otros votaron a Macri rechazando las políticas del gobierno. No compartimos esa votación al “mal menor”, pero sabemos que con muchos de ellos pronto nos volveremos a encontrar en las calles luchando por nuestros derechos.
Es cierto que el balotaje entre dos hijos políticos de Menem y este resultado nos dejan un escenario político más a la derecha. Pero también es cierto, como dije la noche del domingo, que “el triunfo de Macri no es un cheque en blanco para el ajuste contra el pueblo trabajador”. Las fuerzas de quienes no estamos dispuestos a retroceder ni entregar nuestras conquistas están intactas.

Un gabinete de guerra

Desde que Macri fue elegido, no hizo muchas definiciones sobre el futuro económico. La diferencia más ajustada de lo esperada, la falta de una mayoría en el Congreso, la relación con las cúpulas sindicales peronistas, han abierto una etapa de negociaciones para llevar adelante sus planes de gobierno.
Pero el anuncio de su próximo gabinete y sus asesores dejan claro que estamos ante un gobierno al servicio de los grandes empresarios. La Argentina capitalista será atendida directamente por sus dueños. Gerentes y ex directivos de LAN, Shell, Telecom, Monsanto y General Motors ocuparán importantes cargos. También ex funcionarios de Menem. El equipo de gobierno de Macri es un alerta que no podemos dejar pasar.
Por si alguien tuviera dudas, antes de asumir ya dijo que “los que usen piquetes como extorsión van a estar en problemas”.
El líder de la “revolución de la alegría” se empieza a sacar la careta.

¿Quién se va a oponer al ajuste?

Las cúpulas sindicales ya empezaron a acomodarse, como siempre. “Vamos a actuar con responsabilidad y garantizar la paz social” dijeron.
El peronismo sufrió un golpe durísimo que puede reabrir las internas. Por ahora Cristina y Scioli intentan dirigir la transición. El primer gesto fue cederle uno de los ministros “nacionales y populares” al gabinete de guerra de Macri. Lino Barañao seguirá en Ciencia y Tecnología.
A pesar de semejante gesto algunos sectores del kirchnerismo dicen que harán una “dura oposición a Macri”. ¿Cómo creerles a quienes colaboraron con la gestión del PRO estos ocho años en la Ciudad de Buenos Aires, y les votaron todas las leyes? ¿Cómo creerles a quienes desalojaron juntos el Parque Indoamericano matando a trabajadores sin techo?
Desde el Frente de Izquierda podemos decir con orgullo que somos los únicos consecuentes en pelear por los derechos de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Fuimos quienes estuvimos al frente de la lucha contra la tercerización, contra el techo en las paritarias, por el pase a planta de los contratados, contra los cierres y despidos que dejan familias en la calle, contra la criminalización de la protesta, por los derechos de las mujeres, contra el gatillo fácil y el saqueo de nuestros recursos.
Este año hemos conquistado nuevas bancas en el Congreso Nacional, y ya tenemos 14 diputados provinciales del FIT en la Ciudad, Mendoza, Neuquén y Córdoba. Todas esas bancas seguirán estando al servicio de estas luchas y nuestra organización.

La resistencia ya empezó

Macri no quiere hablar de su plan pero nosotros lo conocemos y denunciamos. La situación económica internacional, con la caída del precio de las materias primas y el éxodo de los inversores a “mejores negocios”, llevará a que el gobierno y los empresarios quieran descargar el costo de la crisis sobre nuestras espaldas.
Y no estoy hablando solo del futuro. Como viene reflejando La Izquierda Diario, ya hay muchas empresas que están haciendo ajustes. Los despidos en Cresta Roja o las autopartistas de zona norte son solo un adelanto de lo que viene. En otro terreno, los trabajadores de La Nación rechazaron una editorial de los dueños del diario a favor del genocidio.
Desde la izquierda y el sindicalismo combativo tenemos una responsabilidad. Así como ellos preparan sus gabinetes y sus pactos con las cúpulas sindicales, nosotros tenemos que prepararnos para las próximas batallas. Las acciones unitarias como las que hicieron hace pocos días trabajadores despedidos en el Gran Buenos Aires, o el Encuentro Obrero que preparan los trabajadores de la zona norte, son un camino a seguir. A la coordinación entre Macri, Moyano o el empresario Ratazzi, hay que oponerles nuestra coordinación, con un programa para que la crisis la paguen los capitalistas.
Se inicia una nueva etapa de resistencia. No tengo dudas de que nos vamos a encontrar nuevamente en luchas por venir. Con quienes apoyaron al Frente de Izquierda en octubre y respondieron nuestro llamado a votar en blanco o nulo, pero también con muchos de aquellos que optaron por Scioli o Macri como el “mal menor”, nos encontraremos en las calles. Pero a la par, junto al Frente de Izquierda, seguiremos construyendo una herramienta política propia de los trabajadores, independiente de los partidos de los capitalistas. Es el único camino para luchar por una salida de fondo, un gobierno de los trabajadores.

Nicolás del Caño

La Argentina que encuentra Macri: Una sociedad organizada y movilizada

La sociedad que recibe a Macri es bien distinta a la que encontró Menem a fines de la década de 1990. Su gobierno deberá lidiar con una nueva conciencia social y con miles de organizaciones de base que ya empezaron a ponerle coto a su gestión.
La reacción de los trabajadores del diario La Nación al editorial publicado el lunes 23 titulado “No más venganza”, donde se justifica el terrorismo de Estado como respuesta “al pánico social provocado por las matanzas indiscriminadas perpetradas por grupos entrenados para una guerra sucia”, muestra que el gobierno de Mauricio Macri no va a tener respiro si intenta implementar su política de revisión de todo lo hecho por kirchnerismo.
El editorial agrega que “la elección de un nuevo gobierno es momento propicio para terminar con las mentiras sobre los años 70 y las actuales violaciones de los derechos humanos”, señala el texto.
Una masiva asamblea de trabajadores del diario conservador se paró con firmeza ante la dirección y emitió un comunicado donde afirma que “decimos sí a la democracia, a la continuidad de los juicios por delitos de lesa humanidad y decimos no al olvido”. Los trabajadores rechazan, en particular, la pretensión de la empresa de “igualar a las víctimas del terrorismo de Estado y el accionar de la Justicia en busca de reparación en los casos de delitos de lesa humanidad con los castigos a presos comunes y con una 'cultura de la venganza'".
Dos miembros de la comisión interna del periódico explicaron a Lavaca que fue una asamblea histórica de 300 trabajadores en la que había votantes de Scioli y de Macri que conviven y sienten que “hay cosas que no tienen que volver a pasar y deben ser juzgadas correctamente”, dijo la diagramadora Irene Haimovichi. Años atrás la redacción también se paró ante un editorial que comparó el kirchnerismo con el nazismo. Antonio Soriano, de la gerencia comercial, destaca que la asamblea masiva fue posible porque “hay cambios que se instalaron en estos 12 años que fueron más allá del mismo kirchnerismo”.
Los gobiernos hacen, la mayor parte de las veces, lo que pueden más que lo que desean. Las sociedades suelen atemperar o acelerar propósitos y programas, marcar límites o abrirse a cambios. Más aún en una Argentina que en los últimos 25 años pasó por situaciones traumáticas, como la crisis de 2001, que no dejó nada en su lugar.

EL PAÍS POSDICTADURA.

Carlos Menem asumió el mando antes de lo previsto, el 8 de julio de 1989, por la crisis terminal del saliente gobierno de Raúl Alfonsín, despedido por la hiperinflación que lo forzó a un retiro anticipado. A lo largo de ese año el peso se depreció 2.038 por ciento con picos inflacionarios del 75 por ciento mensual. La pobreza trepó del 25 por ciento de la población hasta el 47 por ciento, en medio de las secuelas de la crisis de deuda externa que llevó a la moratoria de pagos en abril de 1988.
La hiperinflación fue un drama político, que llevó a Menem al gobierno, pero también social y económico, que destruyó el aparato productivo y las economías familiares. Más dramático aún porque el país estaba saliendo del trauma de la dictadura militar (1976-1983).
La Argentina que encuentra Menem en un año clave a escala mundial como 1989, es una sociedad deshilachada, con heridas abiertas y cicatrices profundas; adolorida, quebrada y desconcertada. Ese año los partidos de izquierda y los sindicatos muestran sus límites y algunos entran en crisis irreversible, sobrepasados por el descalabro económico y político.
En aquella sociedad, había pocos grupos organizados. Madres de Plaza de Mayo era el núcleo de la resistencia y reorganización del movimiento social, pero se había dividido tres años antes entre Línea Fundadora y la Asociación que encabezaban Marta Ocampo y Hebe de Bonafini respectivamente.
Las rondas de los jueves en la plaza, que en la década de los 80 alcanzaron un promedio de 300 a 400 personas, eran la cita obligada de quienes seguían peleando por la memoria. Las anuales Marchas de la Resistencia fueron el principal evento donde se concentraban el grueso de los militantes sociales, no sólo aquellos que recordaban a los 30 mil desaparecidos, sino todo el espectro político de izquierda del país.
Además de Madres, había un puñado de iniciativas que recién despuntaban. En el invierno de 1989 un grupo de estudiantes universitarios formaron FM La Tribu, en lo que era un centro cultural alternativo. Durante el gobierno de Menem la radio sufrió un ataque con bombas molotov que no dejó víctimas ni heridos. Pronto se convirtió en una de las principales referencias de una nueva generación de activistas, ya que enarbolaba modos de hacer bien distintos a los partidos y las agrupaciones estudiantiles.
En el Hospital Neuropsiquiátrico Borda, Radio La Colifata fue la primera radio del mundo hecha por los internados, desde agosto de 1991. Atrajo la atención de periodistas y estudiantes y fue durante largo tiempo un punto de apoyo de experiencias alternativas en el terreno de la psiquiatría.

UNA SOCIEDAD ORGANIZADA.

Los primeros 90 fueron años de crisis de las viejas formas de organización (verticales y patriarcales), y de búsquedas a tientas de nuevos modos de hacer. En 1985, de cada cien organizaciones populares, 47 eran partidos de izquierda y sus respectivas juventudes, o sindicatos. Menos del 5 por ciento eran grupos de mujeres o de homosexuales, y otro tanto eran colectivos barriales. Las agrupaciones estudiantiles (17 por ciento) estaban en su mayoría ligadas a los partidos.
En 1998, en el Encuentro de Organizaciones Sociales el panorama es bien distinto: 24 de cada cien son agrupaciones estudiantiles autónomas, 19 por ciento son colectivos barriales, el 17 por ciento son medios alternativos, casi el 10 por ciento grupos culturales, y los demás son cooperativas, grupos de derechos humanos como HIJOS, de mujeres, de infancia y salud, desocupados y alguna agrupación sindical de base.
Este amplio abanico es el que realizó las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, que voltearon al gobierno de Fernando de la Rúa y abrieron espacios para la era kirchnerista. En una década, la cultura política en el mundo popular se modificó de forma radical. Una de las novedades es la capacidad para hacer de modo autónomo, sin depender del Estado ni de los partidos. Esa cultura inspiró a los trabajadores de La Nación a responder a la dirección de la empresa, sin que mediaran dirigentes políticos.
La primera fábrica recuperada nace en los 90. Entre 2003 y 2007 pasaron de un puñado a más de cien. Hoy son más de 350 gestionadas por sus obreros y empleados, pero lo más notable es que la mayoría fueron recuperadas entre 2007 y 2011, en el momento de mayor crecimiento de la economía, lo que evidencia que la gestión obrera se convirtió en sentido común de la cultura popular.
Desde 2007 se instalaron decenas de bachilleratos populares en los barrios y en algunas fábricas recuperadas, vinculados a movimientos sociales territoriales. En los 20 años posteriores al nacimiento de La Tribu y La Colifata, se crearon más de 4.000 radios comunitarias (muchas comerciales y religiosas), buena parte no regularizadas, que muestran el empuje de una sociedad organizada y movilizada.
Desde 2010, cuando la ocupación del Parque Indoamericano por miles de necesitados de vivienda, este movimiento se ha reactivado y renovado. Sólo en 2015, hubo 300 mil en la marcha Ni una menos en junio en Buenos Aires; 65 mil en el 30° Encuentro de Mujeres en Mar del Plata, en octubre; y más de 20 mil en la 9ª Marcha de la Gorra contra la represión, en Córdoba.
Con este archipiélago tendrá que vérselas Macri. Una galaxia de islas y arrecifes que le van a dificultar la navegación, le impondrán cautela y tiempos distintos a los que desearía imponerle a su gobierno. Si las desafía, si las pretende aniquilar, debe pensar en una larga y profunda tradición que atraviesa la historia del país, desde la Semana Trágica de 1919 hasta el Cordobazo de 1969. Los argentinos de abajo acuñaron el concepto de pueblada, para nombrar una práctica convertida en recurso colectivo ante el autoritarismo.

Raúl Zibechi

El Hotel Bauen, definitivamente para los trabajadores

Victoria para la empresa recuperada

El Congreso argentino aprobó este jueves la expropiación del Hotel Bauen y su entrega a la cooperativa de trabajadores que lo recuperó y lo autogestiona desde 2003, año en que sus propietarios cerraron el negocio tras la crisis de 2001 en Argentina.
El 26 de noviembre –con el boicot de asistencia de la mayoría de los parlamentarios conservadores–, la Cámara de Diputados argentina aprobaba de forma unánime la expropiación del inmueble de la empresa recuperada Hotel Bauen por una deuda que el titular mantiene con el Estado por créditos no atendidos.
La resolución incorpora, además, la transferencia de propiedad de dicho edificio a la cooperativa de trabajo Buenos Aires Una Empresa Nacional (Bauen), la cual está conformada por los 130 trabajadores que desde hace 12 años explotan de forma cooperativa y “sin patrón” dicho emprendimiento hotelero.
Con dicha expropiación terminan las reiteradas amenazas de desalojo que año tras año se sucedieron sobre dicho inmueble, lo que hubiese significado a la postre el cierre de dicha empresa recuperada.
Según el diputado Carlos Heller, impulsor de dicha resolución, "desde que los trabajadores se hicieron cargo de la gestión del hotel abandonado por sus dueños, el Bauen es un ámbito donde las organizaciones populares de distintos signos, sin discriminaciones de ninguna naturaleza, tuvieron un espacio".
El kirchnerismo, quien gobierna en Argentina desde el 25 de mayo de 2003, permitió que durante años esta propuesta se mantuviera bloqueada en la legislatura porteña. Sin embargo, tras la victoria de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales del pasado 22 de noviembre, el bloque kirchnerista aprobó un paquete de medidas entre las cuales destacan, además de la expropiación de dicho inmueble, el sistema de reparto de ganancias entre los empleados telefónicos y las empresas, así como las indemnizaciones para los extrabajadores de firmas privatizadas.

La historia del Hotel Bauen

El hotel fue construido en 1978, en momentos previos al Mundial de fútbol que se realizó en Argentina. El presidente de la entonces empresa Bauen S.A., Marcelo Iurcovich, era un reconocido empresario argentino con sólidos nexos con la dictadura militar en el poder.
Dicha condición permitió la financiación por parte del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE) para la construcción del hotel. Dicho préstamo nunca fue devuelto y es el motivo legal sobre el cual se sostiene la actual expropiación.
Esta gestión empresarial se desarrolló inicialmente entre 1978 y 1997, otorgando suculentas ganancias a Iurcovich. Con posterioridad sería el grupo económico Solari S.A. –de origen chileno– quien se apropiaría del hotel mediante una operación de compra-venta.
Solari gestionaría el hotel hasta el año 2001, cuando, previo concurso de acreedores, se decretaría su quiebra económica el 28 de diciembre del 2001. Más de 100 empleados quedarían entonces en la calle.
Sin embargo, unas pocas decenas de trabajadores llevarían a cabo el 21 de marzo de 2003 la recuperación del hotel con el apoyo del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas.
Poco a poco, los trabajadores pusieron nuevamente en marcha este emprendimiento hotelero, el cual había sido saqueado por dentro y carecía de gas, agua, luz e infraestructuras para el desarrollo de su actividad. Tras arduos esfuerzos de autogestión y solidaridad por parte de otras empresas recuperadas de Buenos Aires, a mediados del 2004 el Hotel Bauen volvería a abrir sus puertas al público.
El Bauen se convirtió en unas de las referencias nacionales e internacionales de lo que significa una empresa “sin patrón” y autogestionada por sus trabajadores. Sus instalaciones son también de uso para actividades culturales alternativas en el centro bonaerense, democratizándose así el espacio destinado al desarrollo no empresarial de este tipo de actividades.
Sin embargo, la lucha entre la cooperativa conformada por los trabajadores y la familia Iurcovich ha sido una constante durante todos estos años. Las amenazas de desalojo por parte de los juzgados argentinos han sido frecuentes, ignorándose por parte de las autoridades judiciales que el conjunto de los ingresos generados por la explotación autogestionada del Hotel Bauen ha sido durante todos estos años reinvertida en mejorar las infraestructuras de un negocio que había sido abandonado por parte de sus antiguos propietarios.
La resolución del Congreso argentino pone fin a la incertidumbre que durante 12 años acompañó a los operarios del Bauen, reforzándose así un espacio donde las organizaciones populares de distintos signos gozan de un lugar donde desarrollar sus respectivas actividades.
Hoy, pasados 14 años del crack argentino, aún se mantienen más de 200 empresas recuperadas y autogestionadas por sus trabajadores. Hoy, este conjunto de empresas implicadas en la construcción de un modelo de gestión alternativo por fin sonríen…

Decio Machado
Diagonal

Un fallo que dejó un sabor agridulce

La fiscalía apelará la decisión del tribunal, pero destacó que se trató de un proceso con todas las garantías de la ley. Los familiares de las víctimas leyeron las bajas condenas y absoluciones como parte de un “contexto político”.

Catamarca concluyó su tercer juicio oral por delitos de lesa humanidad. Las investigaciones se hacían por la desaparición forzada de cuatro jóvenes, ocurridas entre abril de 1976 y enero de 1977. El debate analizó responsabilidades de cinco imputados, cuatro militares del Regimiento 17 Aerotransportado y un jefe de la policía provincial. Fiscalía y querellas habían pedido perpetua para todos al considerar probadas las ejecuciones porque sus nombres aparecen como “DF” o Destino Final en Tucumán. Pero para sorpresa de buena parte de la sala, el Tribunal Oral Federal de Catamarca absolvió a tres imputados y condenó a dos con penas más leves, de 9 y 12 años de prisión. El fallo generó angustia entre los familiares de las víctimas y organismos de derechos humanos. La fiscalía adelantó que va a apelar el resultado, aunque rescató que el juicio se hizo con todas las garantías de la ley y que no se trata de una venganza donde los acusados están condenados antes de sentarse en la sala.
El fiscal Rafael Vehils Ruiz señaló: “El juicio sumó dos condenas por delitos de lesa humanidad. Además está diciendo que Catamarca no era un oasis y que la vida no era de color de rosa acá. El monto de las penas tiene también una doble lectura. Estamos esperando los fundamentos, desde ya no estamos conforme y vamos a apelar. Pero es importante para que los que son juzgados no crean que acá hay una caza de brujas, ni que estos juicios son resultados de vencedores ni de vencidos, sino que son procesos que se llevan adelante en el marco democrático dándoles las opciones de un juicio justo. Están las garantías de la Constitución y los jueces actúan libremente”.
Para familiares y sobrevivientes las condenas contienen una clave distinta. Mirtha Argañaraz de Clerici, presidenta de la Casa de la Memoria de Catamarca, dijo que no puede hacer un análisis sin tener en cuenta “el contexto político”. “Nosotros creemos que sí había elementos para condenarlos, pero resulta que además salen sueltos. Es cierto que se puede apelar, ¡¿pero cuánto tiempo nos lleva?!”
El debate que concluyó el viernes pasado era el segundo que se hacía por los hermanos Francisco y Griselda Ponce, militantes de la Juventud Obrera Católica; el sobrino de ellos, Bruno Genaro Burgos, de 19 años y menor de edad para la época, y por Nelly Yolanda Borda, una estudiante de bioquímica que militaba en el PRT. Con condenados en el juicio anterior, este debate se inició en las responsabilidades pendientes de otros imputados. Darío Otero Arán, oficial de Inteligencia (S2) del RI Aerotransportada 17 de Catamarca, que resultó condenado a 12 años de prisión. Enrique Henzi Basso, Oficial de Operaciones (S3) de la Plana Mayor de la misma compañía, a cargo del control de rutas y del censo poblacional de Belén durante el cual se produjo el secuestro de Yolanda, que fue condenado a 9 años. Entre los absueltos, estuvo Jorge Isaac Ripoll, quien reemplazó a Otero Arán en febrero de 1977 como oficial de Inteligencia (S2). Hugo además otros dos absueltos, que fueron los que más preguntas generaron entre las víctimas. Uno es Carlos Ruiz, que era jefe de la Policía de la Provincia de Catamarca cuando desapareció Francisco Ponce. Y otro, Roberto Sergio Mujica, jefe de la Sección Tiradores de la misma compañía RI Aerotransportada 17.
Para los acusadores, Mujica fue uno de los responsables del secuestro el 15 de diciembre de 1976 de Griselda y de su sobrino Julio Genaro Burgos, que estaba de paso por Catamarca. La patota volvió a la casa un día más tarde. En esa ocasión quemó libros y papeles, pero además robó máquinas de fotos y filmadoras. Entre los rastros que dejó el grupo operativo, existe un acta burocrática que aparentemente llenaban después de cada operación, y que lleva la firma de Mujica. Un vecino también lo reconoció y dio testimonio en la audiencia. Y una persona mayor, dueña de casa, aunque lo describió más alto de lo que es, identificó la voz.
El TOF de Catamarca está integrado por Julián Falcucci, Jaime Díaz Gravier y Carlos Julio Lascano. Aunque aún no dieron a conocer los fundamentos de la sentencia, se cree que no tomaron en cuenta la acusación por homicidio. El planteo se había repetido en el juicio anterior, pero aquí se daba por resuelto. Los imputados estaban acusados por secuestros y tormentos porque las víctimas están desaparecidas. Sin embargo, la declaración de un sobreviviente de Tucumán, Juan Carlos Clemente, que aportó listados con tres de los nombres y la sigla DF, y la declaración de sobrevivientes que los habían visto en Tucumán ya en el juicio pasado, permitieron probar el traslado a Tucumán y constatar los asesinatos. Cuando, en el juicio pasado, querellas y fiscales incorporaron esta prueba el TOF (con otra integración y un voto en disidencia) no hizo lugar al planteo con el argumento de la “congruencia”: un acusado no puede ser condenado por un hecho por el que no fue acusado antes del juicio. Sobre esto hay y hubo debates, pero las acusaciones viene sosteniendo ahí y en todo el país que no se trata de acusaciones o hechos nuevos sino de un hecho que concluye con el asesinato y lo que cambia es sólo la calificación legal. El último 29 de octubre un fallo de la Sala II de Casación Penal de la Nación integrada por Alejandro Slokar, Angela Ledesma y Pedro David entendió viable el reclamo, validó la ampliación de la acusación en el alegato, entendió que no se violó el principio de congruencia y pidió a los jueces que revisen la condena. Así, los pedidos de condena para este juicio –aún sobre otros imputados– se realizó siguiendo esa misma lógica habilitada ya por Casación, porque entendieron que no había hechos nuevos sino cambio de calificación legal. Por eso, la sorpresa.

Alejandra Dandan

viernes, 27 de noviembre de 2015

¡Bravo, trabajadores de "La Nación"!



Muchos de los que criticaron al editorial de La Nación del martes 24, que pidió terminar con "las mentiras de los años 70" ante la "elección de un nuevo gobierno", lo consideraron un exabrupto de los dueños de ese diario. En esa línea se anotó, por ejemplo, Horacio Verbitsky, quien, contraponiendo al nuevo presidente con los Mitre, celebra en Página/12 de hoy que "el propio Macri ha comprendido la evolución de la sociedad".
El editorialista de La Nación, sin embargo, no se arrojó a una pileta sin agua. En primer lugar, el reclamo por el fin del juicio a los genocidas está afincado al interior del propio macrismo. El legislador Iván Petrella, un hombre de la mesa chica del PRO, ha criticado los actuales juzgamientos porque, a diferencia de lo ocurrido en Sudáfrica, "no han permitido llegar a la verdad". La propuesta es conocida: cambiar absoluciones por información sobre el destino de los desaparecidos. El ala centroizquierdista que apoya al macrismo, donde militan la senadora juecista Norma Morandini (el editorial es "inoportuno", dijo) o la ex frepasista Graciela Fernández Meijide, ha formulado el mismo reclamo.
Pero el cuestionamiento a los juicios tiene otras razones bien más actuales. En la reciente campaña electoral, los "tres jinetes del ajuste" coincidieron, con sus matices, en el planteo de introducir al Ejército en la "lucha contra el narcotráfico", una orientación que conduce inevitablemente a la militarización de los barrios y que coloca a las Fuerzas Armadas en el primer plano de la regimentación de la vida social.
¿Quién fue el pionero en esta "revalorización" reaccionaria del Ejército? Pues nada menos que el gobierno "nacional y popular" cuando, en plena crisis de sus servicios de inteligencia, resolvió entregarle las tareas de espionaje a la cúpula militar en la persona del represor César Milani. Pocos han reparado que, si se cumplen los propósitos enunciados en La Nación de ayer, uno de sus beneficiarios sería el ex comandante preferido de la Presidenta, con graves imputaciones por su participación en la represión videliana. Pero Milani no es una excepción: en los actuales juicios a los genocidas, desfilan -y desfilarán por el banquillo- numerosos oficiales de la generación de Milani (y Astiz), que en los años del genocidio tuvieron intervención directa en el exterminio de miles de trabajadores y jóvenes. La relación con la actualidad es clara: si estos "Milani" serán investidos de protagonismo político y social, no pueden ser sometidos a la picota de los juicios.
La Nación, por lo tanto, no tiró una botella al mar. Su reclamo está inscripto en una tendencia de fondo del régimen político y hunde sus raíces en la impotencia de la "democracia" argentina para desmantelar el andamiaje político y económico de la dictadura. Los Mitre recogen la herencia de las "Felices Pascuas", del Punto Final y la Obediencia Debida. Los juicios actuales sólo se reabrieron después de una crisis impensada, cuando un juez extranjero (Baltasar Garzón) pidió la extradición de genocidas impunes (2005): sólo entonces, y para sortear ese paso, el Congreso votó la derogación de las leyes de impunidad. A partir de allí, tuvimos juicios a cuentagotas y con numerosas trabas burocráticas, como denuncian los organismos de derechos humanos.
El editorial de La Nación presenta el "inocente" reclamo de prisión domiciliaria para los genocidas de edad avanzada. Con toda razón, los abogados y organismos de derechos humanos que lucharon por estas condenas sostienen que esa semilibertad no corresponde a genocidas de Estado, con múltiples vínculos con los aparatos de represión actuales y que podrían incluso amedrentar a testigos o víctimas denunciantes. Recordemos el caso de Jorge Julio López. En su conferencia de prensa de ayer, Mauricio Macri señaló que "la Justicia tiene independencia para avanzar en los juicios". Pero la orientación de los procuradores fiscales, que instruyen sobre su marcha, no es independiente del poder político.

El lugar de los trabajadores

A partir de todo lo anterior, se agiganta la reacción de los trabajadores de La Nación, que en una masiva asamblea repudiaron el editorial redactado por los patrones del diario. Ha sido un extraordinario pronunciamiento, no contra un brulote aislado, sino contra toda una orientación política. La asamblea de La Nación entraña otra lección política: después de cinco años de palabrerío sobre la "democratización de la palabra", el escarmiento a las corpos no bajó de los impotentes "nacionales y populares", sino de los laburantes de prensa. En el primer día "hábil" de esta nueva etapa política, los trabajadores han hecho oír su voz y una advertencia de fondo que excede a los Mitre y a la propia agenda de los derechos humanos. Se ha producido la primera asamblea de todas las que enfrentarán los ajustes que se vienen.

¡Bravo, compañeros de La Nación!

Marcelo Ramal

La transición presidencial potencia la crisis política



El fracaso de la reunión entre Macri y Cristina Kirchner no es un episodio menor, ni responde a una incompatibilidad de "estilos". El fracaso plantea que la transición, el traspaso de un gobierno a otro, ha desenvuelto abiertamente la crisis política.
Cuando Macri consideró que la reunión con la Presidenta "no sirvió para nada", delató que no obtuvo lo que pretendía: la renuncia de los funcionarios kirchneristas abroquelados en lugares clave del Estado como es el caso de la procuradora general, Alejandra Gils Carbó, el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, o el del presidente del AFSCA, Martín Sabbatella, entre otros.
Macri, con una conducta típicamente kirchnerista, quiere forzar la salida de funcionarios que constitucionalmente tienen mandato hasta más allá del cambio de gobierno. El kirchnerismo le contesta con los argumentos que hasta hace unos días utilizaba la oposición: respeto a la institucionalidad.
Está planteado un conflicto de fondo que aclara el verdadero alcance de la afirmación del entorno presidencial de que el balotaje parió un empate. El kirchnerismo maneja lugares clave en el seno del Estado, al cual no sólo no está dispuesto a renunciar; se propone, además, erigir sobre ellos su rol opositor (y de autopreservación). Es muy probable que se vea obligado a entregar a Vanoli, porque sería insostenible un presidente opositor en el Banco Central.
Pero la crisis no se limita a Macri y CFK: se traslada automáticamente al PJ, al que Macri necesitará involucrar para lograr el desplazamiento de la camarilla K. El punto es a cambio de qué -o sea, evitar que ese acuerdo lo debilite. La crisis en el PJ ya tiene un punto de estallido por la negativa de la Corte de aceptar el juramento de los miembros K en la Auditoría General de la Nación, que debe estar en manos de un opositor, lo que la convierte en botín de disputa entre los K y los anti-K. La división del bloque del PJ ya está cantada.
Esta crisis política es la expresión de la crisis económica y fundamentalmente del vaciamiento financiero del país como resultado de la política de desendeudamiento, es decir, del traspaso de cientos de miles de millones de dólares a los acreedores internacionales.
Macri pasó de la política de "shock" al "gradualismo sciolista" (confirmando que ambos eran una copia), pero no como resultado de un nuevo plan de acción, sino de la certeza de que el shock lo coloca al borde del abismo: miró lo que venía y reculó. Pasó del plan de shock al no plan.
Estamos, luego del balotaje, en un agravamiento de la crisis que, sin embargo, debía ser superada por el proceso electoral.

El desafío del Frente de Izquierda

En este marco hay que analizar el papel que debe jugar el Frente de Izquierda, su acción parlamentaria y su intervención política. El Frente de Izquierda tiene por delante el más importante de los desafíos que se le han presentado.
La política de ajuste y de descargar sobre las masas los costos de la recuperación capitalista por parte de un gobierno de centroderecha planteará enormes luchas sociales. En el liderazgo de esas luchas, la izquierda revolucionaria tendrá ‘competidores’. El primer paso es la delimitación política de este intento, una cuestión es la unidad en la acción por reivindicaciones obreras y populares, y otra muy distinta el frente político con variantes centroizquierdistas. Allí se está jugando el destino del Frente de Izquierda. Sobre esto vale enteramente la polémica que hemos planteado en estas páginas sobre el planteo de formar una "mesa por el voto en blanco".
El Frente de Izquierda deberá actuar con mayor calidad y con fuertes bloques en los parlamentos para que cada una de sus iniciativas frente al ajuste, por las luchas de las masas, llegue a la población como una campaña política conquistando a los trabajadores a una salida propia e independiente de las fuerzas patronales cualquiera sea la vestimenta que éstas adopten.

Eduardo Salas