miércoles, 31 de octubre de 2018

Tras el triunfo de Bolsonaro, la burguesía local quiere mayor flexibilización laboral



Unidad de los trabajadores brasileros y argentinos para enfrentar los planes de guerra capitalistas

El empresariado brasileño prepara una ofensiva histórica contra las conquistas de los trabajadores del país. Como ya lo hizo explícito en su campaña, el triunfante Jair Bolsonaro y su ministro de Hacienda Paulo Guedes procurarán una profundización de la reforma laboral aprobada por Temer; la principal iniciativa en este sentido es la creación de una nueva tarjeta de trabajo, “verde y amarilla”, que habilitaría la consumación de contratos individuales por fuera de los actuales Convenios Colectivos de Trabajo; así como la eliminación o limitación del aguinaldo. En sus planes de gobierno se halla también en agenda la baja de aranceles a la exportación de otros países, lo que golpearía a la industria argentina beneficiada por los acuerdos de exportación del Mercosur –en particular la automotriz, que representa el 40% del comercio con el país vecino y destina a este 7 de cada 10 unidades que produce.
En este escenario, la burguesía argentina ha redoblado su reclamo de una mayor flexibilización de los trabajadores locales, arguyendo que se hace necesaria para garantizar la “competitividad” frente a Brasil. Desde la UIA agitan que, de no avanzarse en este sentido, las inversiones se desplazarán al país vecino, y por tanto seguirán aumentando la recesión industrial y el desempleo (acicateados por las elevadísimas tasas de interés del gobierno de Macri). Es, justamente, el chantaje que viene levantando el fascista Bolsonaro en su país, quien insistió una y otra vez en su campaña, ante un país con 13 millones de desocupados, que “la opción [es] entre tener más derechos laborales y menos empleos o menos derechos y más empleos” ((Estadão, 30/10)).
Este planteo extorsivo de que la clase obrera se “apriete el cinturón” se despliega luego de grandes golpes contra los salarios, como efecto de las devaluaciones del peso y el real: “A nivel regional, la Argentina redujo su costo laboral un 50%, mientras que Brasil también mejoró su competitividad gracias a la desvalorización del real” (Alfil, 31/10). Y cuando los planes ajustadores no pueden exhibir “reactivación” alguna a su favor: tras la reforma laboral flexibilizadora de Michel Temer, en el último año crecieron en Brasil un 2,1% la suma de desempleados, subempleados o personas que desistieron de buscar empleo. Finalmente, el telón de fondo es la crisis mundial, en una etapa signada por la retracción de capitales hacia los países centrales y por la guerra comercial entre las principales economías, que tiende a cerrar mercados de exportación.
Los capitalistas ligan esta extorsión al intento de cebar la competencia entre los trabajadores de ambos países, para dividir sus fuerzas. La burocracia sindical de la CGT contribuye a esta orientación doblemente, mediante su política de tregua frente a los despidos y el ajuste y al no haber movido un dedo contra el ascenso de Bolsonaro, que amenaza la propia existencia de las organizaciones obreras de Brasil.
Contra el intento de volcar la crisis sobre nuestras espaldas e imponer un retroceso histórico de nuestras conquistas, planteamos la necesidad de acuerdos entre los sindicatos de ambos países para luchar contra el ajuste y la reforma laboral. Que los trabajadores opongamos una salida propia, mediante la nacionalización de la banca, el comercio exterior y los recursos estratégicos de los países y un plan de industrialización bajo control de los trabajadores.
Es necesaria una acción unificada, internacionalista, de los trabajadores argentinos y brasileños contra ambos gobiernos y por una transformación social de raíz.

Tomás Eps

"Bolsonaro plantea un gobierno fascista para avanzar contra las mayorías" // Romina Del Plá

“Para ‘gastar lo que tenemos’ hay q romper con el Fmi” // Pitrola en A24

Elisa Carrió: entre la dictadura genocida y el Grupo Clarín



En las últimas semanas estuvo en el centro de la escena. La eterna diputada, autodenominada “fiscal de la República” denuncia compulsivamente. Pero, ¿por qué nunca dio explicaciones sobre su rol como funcionaria judicial durante la última dictadura militar? ¿Y el silencio cómplice sobre la masacre de Margarita Belén?

Elisa Carrió se jacta de ser la que “armó” Cambiemos y amenaza constantemente con “romper” la coalición oficialista, integrada por el partido que ella dirige, la Coalición Cívica ARI, el PRO y la UCR.
Más allá de ocupar una banca en la cámara baja, el terreno donde más cómoda se mueve es el de los medios hegemónicos. Su última jugada para captar la atención de los mismos y echar más nafta al fuego (autogenerado por la crisis económica) fue el intento de juicio político al Ministro de Justicia, Germán Garavano.
¿Cuáles son los vínculos que le permiten a Carrió manejarse con tal impunidad? Dejar en ridículo al presidente Mauricio Macri, desafiándolo a que “la eche” o a la “imperturbable” Ministra de Seguridad Patricia Bullrich con declaraciones como “A Bullrich le ponen droga para que encuentre, pero el negocio sigue”.

Funcionaria judicial durante la última dictadura militar

Corrían los últimos días de abril de 1976, cuando el general de brigada salteño Antonio Facundo Serrano asumió como gobernador de facto en la provincia de Chaco. Poco y nada se sabía de este militar que en poco tiempo se transformó en uno de los “baluartes” de la dictadura genocida en el norte del país.
Quien asumiría como Subsecretaria de Educación de la Provincia en 1978 era una persona muy cercana a Serrano, María Elisa Rodríguez, ni más ni menos que la madre de “Lilita”.
Pero los vínculos de Elisa Carrió también se extienden por “filiación paterna”.
Según algunas crónicas, su padre, Rolando “Coco” Carrió, militante de la Unión Cívica Radical, había heredado junto a su hermano una estación de servicios, ubicada en el pueblo Quitilipi (Chaco) sobre la Ruta Nacional 16. Durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983) esa estación fue una de las principales proveedoras de combustible del distrito militar que comandaba Héctor Rodolfo Ormaechea, desde su rol como Jefe del Regimiento del Chaco. Actualmente, la estación trabaja para la petrolera anglo-holandesa Shell.
Hasta el momento nada para reprocharle a la fundadora del ARI, nadie es culpable del accionar de sus progenitores. Pero a partir del año 1978 la misma “Lilita” iba a “sacar provecho” de sus vínculos familiares.
El 7 de enero de dicho año y mediante el decreto provincial 72, que lleva la firma del Gobernador de facto Serrano, Elisa Carrió iniciaría su carrera dentro de la función pública nombrada como “Asesora de fiscalía del Estado”. Para su cargo del puesto debió jurar por los estatutos del Proceso de Reorganización Nacional
En tiempos en los que las fiscalías se inundaban de pedidos de hábeas corpus y reclamos por desapariciones de personas, “Lilita” se dedicaba a hacer la vista gorda en los juzgados.
Quien sacó a la luz, hace algunos años, el pasado oscuro de la “garante de la República” fue su hoy socio político dentro del oficialismo gobernante, el diputado Eduardo Amadeo, en una columna de opinión en el portal La Política Online en el año 2010: “Obviamente, ello no la hace responsable de los crímenes de la dictadura, salvo que se tome en cuenta que una de las peores masacres de ese tiempo, la de Margarita Belén, en el que se asesinaron 22 militantes políticos, estaba en trámite en su jurisdicción, y Elisa Carrió guardó un silencio cómplice que seguramente facilitó la impunidad de sus autores. (…) Carrió fue en ese momento -cuando muchos de quienes ella agrede cotidianamente se jugaban la vida- una colaboracionista; de aquellas que eran rapadas al final de la II Guerra Mundial por su apoyo a los nazis”.
La de Margarita Belén, una de las mayores masacres conocidas en la provincia de Chaco en la cual se asesinaron 22 militantes políticos, estaba en trámite en su jurisdicción. Elisa Carrió guardó un silencio cómplice facilitando la impunidad de sus autores. Consultada en su momento, la respuesta llena de cinismo de Carrió (como nos tiene acostumbrados) fue que “necesitaba de la obra social”.
Pero la carrera de “Lilita” dentro del Poder Judicial en plena dictadura no se detendría allí. El 21 de agosto de 1980 a partir de la Resolución 522 del Superior Tribunal de Justicia, Elisa Carrió accede al cargo de Secretaria de la Procuración del Superior Tribunal de Justicia del Chaco, con jerarquía y nivel de Juez de Cámara. Desempeñaría ese cargo durante los últimos años de la dictadura, renunciando al mismo en 1983.
Mucha agua corrió bajo el puente, pero quizás este pasado oscuro explique algunas de las posturas que tiene en la actualidad la diputada oficialista respecto a los genocidas.
Recordemos que se ausentó en la votación por el 2x1 en Diputados, pero justificó la domiciliaria para los represores: “No creo que responda al derecho humanitario que gente de 80 años esté detenida en cárceles comunes”. Esbozó con total impunidad.

Los Carrió y el grupo Clarín

Uno de los aspectos más aberrantes de la última dictadura argentina, fue el secuestro y desaparición de bebés de los detenidos-desaparecidos y la apropiación de los mismos por familiares de los militares o cercanas a los mismos.
El caso más resonante fue el del matrimonio de los fundadores y propietarios del diario Clarín Roberto Noble y Ernestina Herrera de Noble.
El caso, lejos de esclarecerse, sembró más dudas cuando en el 2015 la Jueza Federal de San Isidro (y viuda de Nisman) Sandra Arroyo Salgado dictó el sobreseimiento de Herrera de Noble.
Vale recordar que en el año 2011 ante la posibilidad de una extracción compulsiva de sangre a los hijos del matrimonio Noble varios políticos manifestaron su repudio, entre ellos, Eduardo Duhalde, Francisco de Narváez o Margarita Stolbizer. Pero Elisa Carrió fue más allá y manifestó “los hijos de Herrera Noble son nuestros hijos”.
Además de “sus hijos”, Felipe y Marcela Noble Herrera eran clientes de su primo-hermano, el abogado Alejandro Carrió.
Alejandro Carrió, primo-hermano de Lilita fue abogado de Clarín y expuso durante la audiencia pública del año 2013 defendiendo los intereses del monopolio ante el proyecto de la Ley de Medios, aduciendo que la misma no respetaba la sustentabilidad del negocio y (paradójicamente) la libertad de expresión.
El caso de los hijos de los Noble-Herrera fue más que resonante en los medios de comunicación. No así el de los hijos del histórico CEO de Clarín, Héctor Magnetto, donde Carrió esta denunciada de ser participe directa.
A mediados de 2010, en la radio La Voz de las Madres entrevistaron a José Pirillo, ex director del extinto diario La Razón, y ex socio de los diarios Clarín y La Nación en la empresa Papel Prensa S.A. En dicha entrevista Pirillo se despachó: “Cuando rompo con ellos, decido publicar en La Razón, todo esto que está saliendo en la luz hoy: la apretada a los Graiver, la colaboración con los militares, cómo era el tema de los hijos de (Ernestina Herrera de) Noble. E inclusive de los hijos de Magnetto, que nadie habla”.
A continuación, el entrevistado no dudo en asegurar que Carrió se encargó, desde su puesto en la justicia chaqueña, de ayudar al empresario de Clarín, Héctor Magnetto, en los papeles para la adopción de sus herederos: “Comenzábamos (en La Razón) a publicar el tráfico de chicos y robos de bebes en el Chaco. En ese momento, Magnetto me llama y me pide que por favor no publique eso. Entonces le digo: ‘Héctor, pero ¿qué pasa?’. Y me dice textual: ‘Es que José, esto me afecta a mí y a mi esposa. Porque a mis hijos me los consiguió Elisa Carrió. Y entonces no quiero que se publique esto’”.
Carrió, dirigente histórica del ala conservadora de la degradada Unión Cívica Radical, construyó su carrera política bajo el manto y el amparo de los estrechos vínculos entre el centenario partido político y la última dictadura militar.
Desde el aval de Ricardo Balbín y Francisco Manrique para con el golpe del 76 hasta los 310 puestos ocupados (sobre todo en intendencias) de funcionarios de la UCR durante el período 1976-1983.
Hoy Carrió es una militante activa de la reconciliación con los genocidas. Y a la vez goza de un blindaje mediático por parte de los medios hegemónicos que intentan brindarle un “manto de transparencia” a Cambiemos.
Ahondando un poco en el pasado de la diputada resulta indignante que se llene la boca hablando de republicanismo y moral, siendo cómplice y partícipe de la época más oscura de nuestra historia.

Martín Leonardi

Gobernabilidad vs lucha en las calles

Panorama político-sindical

Luis Bruschtein señalaba en su habitual columna de Página 12 : “Otro mito que se derrumba. El peronismo en la oposición resultó más amigable de lo que fue el antiperonismo supuestamente republicano cuando los peronistas fueron gobierno con el kirchnerismo. Durante todos los años posteriores a la caída de Perón en el 55, el peronismo fue el único obstáculo para que los gobiernos que le siguieran no destruyeran las conquistas sociales, la educación, la salud pública y el aparato estatal. Eso cambió. Hubo mucha gente en la calle, manifestaciones y actos, pero en el Congreso hubo dispersión”.
Así analizaba lo acaecido en oportunidad del tratamiento parlamentario del Presupuesto 2019. Mientras un sector de los diputados peronistas que responden a gobernadores provinciales votaba afirmativamente el Presupuesto exigido por el FMI, en la calle miles de personas se manifestaban en contra.
El rechazo al tratamiento del presupuesto 2019 no se limitó a las puertas del Congreso de la Nación. Con cortes, piquetes y ollas populares, organizaciones políticas, sociales y sindicales se movilizaron en distintos puntos del país.
No obstante, el gobierno de Cambiemos logró luego de una extensa sesión, que incluyó una vez más la represión callejera, los votos necesarios para sancionar el Presupuesto 2019. Fueron 138 los diputados que acompañaron la iniciativa, en tanto que 103 los que se opusieron, 8 abstenciones y 7 ausencias. Una vez que se aprobó en general, el titular de la Cámara baja, Emilio Monzó, hizo aprobar en una sola votación todo el articulado a pesar del airado reclamo de la oposición. Ahora le tocará al Senado debatir y votar el proyecto que garantiza el ajuste que para la Casa Rosada es el único camino para enfrentar el proceso de estanflación que vive el país fruto del modelo económico que implementa el presidente Mauricio Macri desde que asumió en 2015.
El oficialismo consiguió apenas el quórum que exige el reglamento. Lo hizo con 129 diputados, el número justo que alcanzó gracias a la presencia de 13 diputados de Argentina Federal; el bloque Evolución Radical de Martín Lousteau; tres monobloques; y Unidad Justicialista, el espacio que corresponde a los representantes peronistas de San Luis.
También logró otorgarle media sanción en la Cámara de Diputados al proyecto de reforma del régimen de Bienes Personales, que incluye un alza progresiva de la alícuota a medida que sube el patrimonio declarado.
Sin embargo, los inmuebles rurales (campos) quedaron exceptuados de esta norma, lo que era una exigencia del sector agropecuario. El campo ya tuvo un aumento muy leve de retenciones, en pesos, que se licuará a medida que suba el dólar.
Asimismo, se bajó el techo del porcentaje máximo de retenciones que deberá pagar el sector, pasando del 33 % del proyecto original al 30 %.

Salud y Educación serán las áreas más afectadas por el Presupuesto que impone el FMI

Así surge del informe que difundió el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas en base a la propuesta enviada al Parlamento por el Poder Ejecutivo, elaborada a partir de las directivas del Fondo Monetario Internacional.
Según este informe privado, “ el recorte real del gasto social alcanzaría el 10% en tan solo dos años ” de acuerdo a lo estipulado en el proyecto.
En ese sentido, se advierte que “se consolidará un esquema de redistribución del gasto social entre pobres en el cual para cumplir con la movilidad jubilatoria se recortan a otras funciones sociales”.
El programa de asignaciones familiares caerá un 3,7% en términos reales, mientras la pensión universal para el adulto mayor lo hará un 6,4%, según las estimaciones.
La educación será “de las partidas más afectadas” ya que “se invertirá 5.863,8 millones menos en infraestructura y equipamiento, 3.416,9 millones menos en fortalecimiento edilicio de jardines infantiles”.
El sector de la salud también será perjudicado. Allí “se invertirá 1.022,6 millones menos en el programa de Atención a la Madre y el Niño y 512 millones menos en Salud Familiar y Comunitaria”.
También se explica que “se efectuará un recorte en el financiamiento real destinado a los hospitales públicos nacionales ” que representará una caída de 13,9% para el Hospital Posadas, de 19,2% para el Hospital Nacional Baldomero Sommer y de 18,7% para Colonia Montes de Oca.
Se invertirá 1.872 millones menos en abordajes territoriales por parte del Ministerio de Desarrollo Social , y habrá un recorte de 587 millones en promoción y asistencia a espacios de primera infancia.
A pesar que estiman hacia finales de año que el desempleo se acercaría a 11% y con tal número, la pobreza volvería a la zona del 30% y el salario real podría caer hasta 8% en el segundo semestre, según Ecolatina, los principales programas destinados a la generación de empleo también serán recortados : “Se invertirá 136,4 millones menos en acciones de capacitación laboral, 414,8 millones menos en formulación y regulación de política laboral y 83 millones menos en fiscalización del trabajo no registrado”.

El Presupuesto declara la guerra a las jubilaciones

En el detalle denominado “Venta de Acciones y Participaciones de Capital” de Empresas Privadas Nacionales del anexo del Presupuesto referido a ANSES, lo que pretenden obtener el año próximo con la venta de acciones del Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) alcanza un valor de $ 73.661 millones.
Ese es exactamente el mismo valor que acordó en junio con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para liquidar el FGS en 20 años, a una tasa de 0,4 % del PBI por año. En el Memorándum de Entendimiento con el Fondo se señala que “por el momento, el valor de los activos de los fondos de pensiones transferidos en 2008 se distribuirá a lo largo del tiempo como ingreso para compensar parcialmente el gasto futuro en pensiones. En particular, el monto se dividirá por la expectativa de vida promedio de los contribuyentes a esos esquemas en 2018, es decir, 20 años. El límite en el importe a reconocer como ingresos será del 0,4 % del PBI por año”.
Pero además, en el Presupuesto 2019 se consigna un nuevo ataque a las y los abuelos. Se trata de otro intento por recortar el gasto en pensiones, degradando cada vez más a los jubilados a la miseria. Así, luego de sacar la moratoria que otorgaba una “jubilación mínima” ($ 8.637) y reemplazarla por el 80 % de su valor mediante la “Pensión Universal para el Adulto Mayor” ($ 6.909), también creada por la Reparación Histórica, el gobierno empieza a limitar su acceso.
En primer lugar, elimina la posible compatibilidad de dicha pensión con el trabajo, obligando a quienes no llegan a fin de mes a buscar un trabajo precario e informal. En segundo lugar, habilita a la Anses a hacer “evaluaciones socioeconómicas y patrimoniales (…) a fin de asegurar el acceso a las personas que presenten mayor vulnerabilidad”.
Por último, el Presupuesto incorpora articulados que reducen las bonificaciones que recibirán los nuevos jubilados, pensionados y beneficiarios de Asignaciones Familiares en las zonas patagónicas por ser zonas desfavorables.

Brutal represión contra la protesta

Pasadas las 14:00 del miércoles pasado se desató la represión contra la multitudinaria protesta contra el Presupuesto 2019.
Se repitieron los lineamientos de “seguridad” que desde el gobierno macrista, y en particular la ministra Patricia Bullrich, buscaron instalar desde un primer momento: operativos de dimensión desproporcionada, de “saturación” y violencia excesiva para instalar el miedo y desalentar sucesivas protestas.
La represión tuvo dos tiempos: un ataque inicial contra la movilización pasadas las 14:00, empujando a los manifestantes desde Congreso hacia la 9 de Julio, y una cacería por las calles laterales extendida hasta muchas cuadras de distancia con policía motorizada y de civil. Hubo al menos 27 detenidos, entre los cuales se contaron trabajadores de prensa y referentes de organizaciones como La Poderosa.

La CGT convocaría a un paro general en noviembre

La dirigencia sindical limitó las medidas de lucha contra el Presupuesto. De hecho no se cumplió el paro general con el que amagaron en los días previos. La CGT se borró directamente. Los gremios cercanos al moyanismo y al kirchnerismo se dividieron entre quienes pararon y movilizaron y aquellos que ni siquiera llamaron a parar, aunque hayan movilizado, como es el caso de Aeronavegantes.
Mientras, la CGT confirmó que el miércoles tendrá su postergada reunión de Consejo Directivo en la que se analizarán, entre otras cuestiones, las posiciones adelantadas públicamente por el binomio de conducción, Héctor Daer y Carlos Acuña, que virtualmente lanzaron un nuevo paro general.
“Estamos en la calle y con los compañeros para reclamarle a la CGT que el paro de 36 horas lo haga la semana que viene porque es tarde hacerlo después”, expresó Sergio Palazzo de La Bancaria.
La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que conduce Juan Carlos Schmid, anunció que llamará a un plenario general en noviembre para retomar su actividad y adelantó: “Habrá protestas por la situación económica”.
Schmid explicó, a través de las redes sociales, que en el pliego de reivindicaciones de los transportistas están: Aumento de Emergencia a Jubilados; Apertura de #Paritarias; Revisión de Cuadro Tarifario; Plan Suspensión de #Despidos; y Ganancias.
Sin un consenso absoluto sobre la duración de la potencial huelga, los principales popes gremiales empiezan a coincidir en la idea de un paro general en la semana en que el G-20 se reúna en Buenos Aires.
Como respuesta, el Gobierno busca impulsar “una suerte de pacto anti despidos en el sector privado”, y así reconstruir el vínculo con los gremios peronistas e intentar neutralizar el paro”.
El Secretario General de la UTA, Roberto Fernández, quien se proclamó reelecto como Secretario General por los próximos cuatro años, fue el primero en recoger el guante oficial al declarar que “si el Gobierno llama al diálogo, vamos a analizar si vamos al paro”.

Conflictos laborales

La fábrica de harinas Lagomarsino-La Caserita ubicada en Avellaneda suspendió a unos 40 trabajadores y peligra la continuidad laboral de otros 140 molineros.
La patronal ha tomado la decisión de hacer recaer la crisis en el hombro de sus trabajadores que vienen padeciendo suspensiones rotativas y descuentos en los salarios con el cierre de varias de sus plantas como la de Mar del Plata, la de Isidro Casanova y la planta de fideos.
Los trabajadores están en alerta y con la preocupación de perder su fuente de trabajo. “No es momento de que haya despidos y mucho menos de que nos quieren bajar los salarios con la excusa de la crisis nosotros tenemos familia que mantener y todo viene subiendo”, manifestó un trabajador.
El municipio de Avellaneda conducido por el intendente kirchnerista Jorge Ferraresi viene padeciendo cierres de fábricas como Gaelle (industria del calzado) y despidos como en Siam, otro emblema del municipio. Los trabajadores de Lagomarsino no quieren ser uno más de los miles de trabajadores que terminan en la calle.
Desde el 1° de octubre cerca de 200 empleados de la empresa textil Algoselan fueron suspendidos por un mes con la posibilidad de que el parate se extienda a dos meses. En ese período el pago será del 87,5 % del sueldo.
Las multinacionales cerealeras salieron a oponerse a los incrementos tributarios que avanzan en la Legislatura rosarina y que tienen la finalidad de duplicar las partidas provinciales para el transporte urbano e interurbano de pasajeros. Como ha ocurrido otras veces, posicionaron en el medio la continuidad laboral como forma de negociar.
Quien salió a contestarles fue el diputado por el Frente Social y Popular, Carlos Del Frade, quien entiende como una “absoluta justicia cobrarles a los que más tienen”. “La Cámara Aceitera y la Bolsa de Comercio de Rosario se comportan como extorsionadores y dueños de la provincia. Amenazar con despedir trabajadores es un acto que revela su bajeza humana”, sostuvo.
Luego detalló que entre veinte empresas facturaron el año pasado 388.000 millones de pesos. “Si se les cobrara un 5 % deberían pagar 19.000 millones de pesos. Pero amenazan porque ahora solamente les cobrarán 800 millones de pesos. Se creen semidioses. A 35 años de la recuperación de la democracia, una vez más la consigna es democracia o mercados”, finalizó.
Las patronales aceiteras vienen siendo algunas de las grandes favorecidas por la política del gobierno de Macri. Las grandes exportadoras y formadoras de precios multiplicaron sus ganancias con la disparada del dólar. Sin embargo, las empresas no se contentan con eso. A pesar de que la megadevaluación licuó el salario de todos los trabajadores, sin importar qué porcentaje sacaron sectorialmente en las paritarias, vienen sucediendo despidos en diferentes fábricas, como Bunge Ramallo. Desde el conflicto por los despidos en Cargill es evidente que los ataques a los aceiteros es netamente político. Tengamos en cuenta que en el sector los sueldos representan menos del 1% de las ganancias.
Luego de cesantear 9 empleados en Catamarca, Longvie confirmó 26 cesantías en su planta de 240 trabajadores en Paraná, Entre Ríos.
Hace un año, el secretario de Trabajo entrerriano, Oscar Balla, manifestó su preocupación sobre la crisis laboral en la provincia, que para esa fecha y había perdido más de 8.000 empleos.
Confirmó que la más afectada fue la construcción, con unos 2.000 trabajadores menos. Sin embargo, marcó que el ajuste se observa en el sector comercial, hotelero y turístico. "La obra pública, que genera dinamismo en el resto de los sectores de la economía, en Entre Ríos está sostenida solo por el Estado provincial", explicó.
Por la crítica situación que atraviesa el sector industrial, que tuvo especial impacto en las plantas industriales de Tierra del Fuego, se siguen destruyendo puestos de trabajo. Ahora fue en Telecomunicaciones Fueguinas, donde el jueves culminaron sus tareas la mayoría de los operarios y aparentemente sólo cinco continuarían desempeñando algún tipo de tarea.
Según publicaron los medios locales, hasta el mes de junio eran unos 45 trabajadores los que todavía estaban activos. Luego el plantel se redujo a 23 empleados. Ahora, avanzada la crisis, la empresa que fabrica celulares propuso desvinculaciones voluntarias y sólo cinco conservarían su puesto de trabajo.
Un grupo de trabajadores despedidos de la fábrica textil Alpargatas de Tucumán, cortaron el tránsito en la vieja traza de la ruta 38, a la altura del Río Chico. Los empleados reclaman el pago de los subsidios de desempleo y el incremento de los montos, los cuales ascienden a $ 4.000 por beneficiario.
El Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia realizó un paro de 24 horas ante “la situación en la que se encuentran las cooperativas de servicios públicos” y la “falta de pago de salarios que en algunos casos llegan hasta cuatro meses” en la provincia de Chubut.
“En caso de no tener respuestas oficiales continuará con un paro de 48 horas a partir del lunes 5 de noviembre y otro de 72 horas a partir del próximo lunes 12”, señaló Héctor González, secretario General del gremio.
La CICOP prepara otra medida de fuerza por 48 horas. Los trabajadores de la salud exigen al gobierno provincial que los convoquen a paritarias para debatir aumento salariales y mejores condiciones en los hospitales públicos.
Luego de un paro de dos días la semana pasada, el sindicato llamó a otro similar para el martes 30 y miércoles 31 en “reclamo a la gobernadora María Eugenia Vidal de apertura de la paritaria de la Ley 10.471, ya que no tuvieron acuerdo en ese marco en todo 2018, y con perspectivas inflacionarias de entre un 45 y 50 %”.
La medida afectará a 80 hospitales provinciales, hospitales municipales, centros de salud y el Hospital Posadas. Con esta huelga, CICOP completará con un total de 28 días de medidas de fuerza en 2018, solo con atención de urgencias por guardia y a pacientes internados.
Seis trabajadores fueron despedidos de la Sociedad Anónima del Estado de Transporte Automotor (SAETA) en Salta, luego de diez días de interrupción del servicio nocturno. El motivo de los despidos fue por “recorte de personal”.
Quebró la avícola Criave y Roque Pérez está al borde del colapso social. La avícola procesaba 100.000 pollos por día y daba unos 3.000 empleos para una población de 10.000 habitantes.
La caída de la rentabilidad también afecta a las multinacionales. Arcor tuvo su peor performance en 67 años de existencia: sólo en la primera parte del 2018 perdió casi $ 3.000 millones. La última vez que tuvo rojo en sus cuentas fue en 2002, en donde había perdido $ 50 millones.
Otro caso es el de Molinos Río de la Plata, que vio derrumbarse su rentabilidad con un balance negativo en el primer semestre de casi $ 1.100 millones aunque su performance ya había sido negativa el año pasado.
Se suma a este escenario Mastellone Hnos., que perdió $ 1.042 millones en ese período. Las tres alimenticias desactivarán los contratos temporarios y dejarán sin efecto los proyectos de inversión, al menos, hasta el segundo trimestre del año próximo.

Crecimiento de las muertes en el trabajo

Fallecieron 743 trabajadores durante 2017 en accidentes laborales. La información elaborada por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo representa un incremento del 5 % frente a los registros del año anterior. El informe anual de la dependencia oficial refleja por primera vez en seis años un aumento en el índice de accidentes mortales.
Las modificaciones introducidas por el gobierno de Mauricio Macri al sistema de riesgos del trabajo estuvieron en línea con el histórico reclamo de las cámaras empresarias y las aseguradoras: restringir la capacidad de los trabajadores para iniciar acciones legales, minimizar sus riesgos y reducir los costos que deben asumir los empleadores. Implementadas en un escenario de deterioro de la estructura laboral, las medidas no buscaron mejorar las condiciones de seguridad e higiene de los trabajadores.
En el transporte (línea 60, subte, ferrocarriles), en la industria minera, del neumático, del petróleo, en las acerías, en las metalúrgicas, en la construcción, en el campo, las muertes obreras son una constante.
El informe del Ministerio de Trabajo también arroja que el 2016 en Argentina se notificaron más de 600.000 "accidentes" laborales, en los que hubo 560.000 obreros que tuvieron días de baja por haber sido víctima de algún accidente laboral.
Los números solo hablan de los sectores registrados, pero adelantan el agravante de que si se consideran los sectores en negro (no registrados, que superan el 34 %, es decir casi 4,5 millones de trabajadores) las muertes obreras se multiplican.
El 17% de las ausencias laborales se debe a los accidentes en los propios lugares de trabajo. A estos números hay que agregarle los más de 600 casos al año de trabajadores que quedan incapacitados para seguir cumpliendo funciones luego de haber padecido un accidente laboral.
Los llamados “rotos” son trabajadores que padecen todo tipo de enfermedades laborales (cervicalgia, lumbalgia, hernias de disco, tendinitis, túnel carpiano, pérdida de falanges) que luego no les permite conseguir otro trabajo.
Para el Gobierno analizar estos números significa: “Desbaratar la industria del juicio” o “las mafias de los juicios laborales”. Las reformas de las leyes de ART se sucedieron en los últimos años con el objetivo de bajar la litigiosidad y que se llegue a juicio para ahorrar costos laborales.
Lo que nunca se detienen a analizar y prevenir los empresarios con la complicidad del Gobierno y los representantes sindicales, es en erradicar los "accidentes" y tener un serio plan de higiene y seguridad. Lo que ellos llaman accidentes no lo son por ser evitables, es lisa y llanamente desidia patronal, por falta de mantenimiento, herramientas necesarias o por extenuantes horas de trabajo. Para ellos la vida obrera no vale nada, lo único que les importa son sus ganancias.
La construcción y el sector agrícola son los principales sectores donde se producen accidentes laborales que terminan en muertes. Además son dos de los sectores de la economía en los que hay mayor cantidad de trabajadores en negro, sin ningún tipo de seguro (ART) y cobertura social.

Pensiones por discapacidad en la mira

Desde que explotó en los medios la baja de pensiones por discapacidad, mal llamadas por “invalidez laboral”, en junio del año pasado, desde distintos sectores y principalmente desde el gobierno nacional se afirmó que la mayoría eran “truchas”, y por eso se recortaron alrededor de 130.000, quedando muchas personas con discapacidad en total situación de vulnerabilidad.
Al llamar a las pensiones no contributivas destinadas a personas con discapacidad, pensiones por invalidez laboral, se deja fuera a los nenes y nenas que necesitan su pensión para acceder a apoyos por los que muchas veces el Estado no brinda cobertura: asistencia personal, movilidad, gastos familiares que devienen de la discapacidad, además del acceso a la cobertura de salud provista por Incluir Salud, que con todas las dificultades que atraviesa debe garantizar el acceso a medicación, terapias y tratamientos.
El aumento de las pensiones luego de 2008 tiene que ver con que nuestro país ratificó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, con rango constitucional por Ley 27.044. Es por eso que se flexibilizaron los criterios de otorgamiento, aplicando de manera laxa el decreto 432/97, que resulta inconstitucional por ser previo y contrario al tratado internacional mencionado y que debiera derogarse.
Lejos de hacerlo, actualmente se evalúan las pensiones y sus posibles incompatibilidades sobre la base de este decreto que resulta regresivo para las personas con discapacidad y pone al Estado argentino en la mira del Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que monitorea el cumplimiento de este tratado y ya realizó observaciones a nuestro país al respecto.
Este decreto, tal como está establecido, impide contar con una pensión a niños y niñas porque, por definición, los menores no pueden trabajar, y difícilmente podrán demostrar una incapacidad laboral del 76%; a aquellas personas que tienen un auto, aunque sea viejo y sea imprescindible para su movilidad, teniendo en cuenta la inaccesibilidad en el transporte; a aquellas personas que están casadas y su pareja percibe un salario sin importar el monto, o una pensión, sin considerar la autonomía de las personas con discapacidad; a las personas que tienen vivienda, aunque sea precaria y de uso familiar. Cabe señalar que la pensión actualmente es de $ 5.667,42.

Niños desprotegidos

Hay 1,6 millón de niños en el país que no reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) a pesar de que se encuentran en el universo de potenciales titulares de ese derecho, según los cálculos de Unicef. Esa cifra equivale al 40 % de los actuales titulares de la AUH, unos 3,9 millones de chicos. Este grave déficit en la aplicación del programa afecta a las familias más vulnerables y se explica en buena medida por el castigo que impone la no presentación de certificados de escolaridad y de vacunación, que luego de un tiempo hacen que el niño o la niña automáticamente pierdan el estipendio.
En un contexto en donde la pobreza infantil por ingresos asciende al 47,7 %, Unicef advirtió que la AUH genera más beneficios que costos e instó al Gobierno a desplegar algún tipo de respuesta.
La AUH está destinada a menores de 18 años que no tengan otra asignación familiar y cuyos padres están desocupados, son trabajadores temporales, monotributistas sociales, personal de casas particulares o no registrados. “A casi 10 años de su implementación, se han registrado impactos altamente positivos en la reducción de la pobreza y en mejoras del bienestar de las niñas, niños y adolescentes”, indica Unicef.
El organismo planteó al Gobierno la necesidad de eliminar el carácter punitivo de los requisitos y al mismo tiempo “fortalecer el apoyo social con programas intensivos en recursos humanos que ayuden a identificar y responder a la vulnerabilidad y la privación”.
Recordemos que el informe del INDEC sobre la pobreza en Argentina da cuenta que el sector de la población que más la sufre son los niños de hasta 14 años. En ese segmento de la población los índices de pobreza llegan hasta un 41,4% y los de indigencia al 8%.
El informe del semestre anterior había arrojado un nivel de pobreza para ese segmento de un 39,7% y de indigencia de un 7,6%.
Un dato que sirve para mostrar el trato que el Estado ofrece a la niñez surge de comparar el monto de la Asignación Universal por Hijo ($1.350) con los valores que el INDEC considera que necesita un niño para afrontar los gastos de la Canasta Alimentaria que para mujeres y varones de hasta 9 años equivale a $ 1.864 y para varones de 14 años llega hasta los $ 2.543.

Mario Hernandez

Fuentes: www.infogremiales.com.ar, Página 12, Clarín, La Nación, La Izquierda Diario, Resumen Latinoamericano, Red Eco Alternativo, Argentina Indymedia, El Destape, Anred, APU, Tiempo Argentino.

Trotsky y una política para vencer al fascismo



En medio del fervor reaccionario y xenófobo en Brasil a causa del balotaje entre el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro y el candidato del PT Fernando Haddad, reseñamos aquí los escritos de Trotsky, el revolucionario ruso que propone el único camino para enfrentar a la derecha y con el mejor método: el de la lucha de clases.

Muchos hablan de Bolsonaro como un “fascista”. Lo cierto es que el fascismo como tal es mucho peor que eso. El nazismo en Alemania, en las puertas de la Segunda Guerra Mundial son la confirmación de este fenómeno aberrante y despreciable. Aquí reseñamos brevemente los escritos de León Trotsky reunidos en el volumen La lucha contra el fascismo en Alemania. El dirigente de la Revolución Rusa de 1917 junto a Lenin y fundador del Ejército Rojo, en los escritos que reúne este volumen de Obras Escogigas del CEIP y la Casa Museo “León Trotsky” no solo analiza, sino que propone una línea política de combate, mediante la lucha de clases, para derrotar al fascismo.

¿Qué es el fascismo?

Los textos que comprenden este volumen incluyen innumerables lecciones de estrategia y táctica así como también diversos conceptos teóricos y lecciones programáticas a la luz de un nuevo fenómeno de la época: el fascismo.
Pero ¿qué es el fascismo o mejor dicho que fue el nacionalsocialismo alemán? Veamos: “la llegada al poder de los ‘nacionalsocialistas’ significará sobre todo el exterminio de la flor y nata del proletariado alemán, la destrucción de sus organizaciones […] el trabajo infernal del fascismo italiano aparecerá, probablemente, como un experimento pálido y casi humanitario en comparación con el trabajo del nacionalsocialismo alemán” (p. 89), advertía el revolucionario ruso año y medio antes de la toma del poder por parte de Hitler en 1933.
El capitalismo alemán había llegado tarde a la escena internacional, porque el mundo ya había sido repartido en colonias y mercados a manos de las demás potencias imperialistas de Europa. Así, una desenfrenada carrera por superar ese retraso y la derrota militar sufrida en la Primera Guerra Mundial, supuso un impulso sin precedentes del capitalismo alemán hasta convertirlo en el más pujante de todo el continente europeo. Justamente en ese dinamismo económico y su choque con las consecuencias de aquella derrota expresada en el Tratado de Versalles que imponía el pago de las reparaciones de guerra que condicionaban al capitalismo alemán, se manifestaran las convulsiones violentas de la Alemania de entreguerras.
“El capitalismo ruso resultó ser [a comienzos del siglo XX, N. de R.] debido a su extremo retraso, el eslabón débil de la cadena imperialista. El capitalismo alemán aparece en la situación actual como el eslabón más débil por la razón opuesta: es el capitalismo más avanzado en una Europa que se encuentra en una situación sin salida” (p. 106).
El dominio creciente de EEUU en la economía mundial contrasta con la decadencia de Europa. La pauperización de la pequeñoburguesía, la degeneración de sectores de la clase obrera en lumpen proletariado serán el caldo de cultivo de las fuerzas crecientes del fascismo alemán. La socialdemocracia llevó al proletariado alemán, el más numeroso y organizado al exterminio de la Primera Guerra, pero su misión continuó no ya en la administración de los planes capitalistas y la búsqueda de reformas sino en la entrega abierta de las viejas conquistas del proletariado. Sin embargo, a las fuerzas del capitalismo alemán esta situación le era insuficiente para sacarse el chaleco de fuerza que contiene su necesidad de expansión.
“Así comienza la misión histórica del fascismo. Este moviliza a las capas sociales situadas inmediatamente encima del proletariado y que temen ser arrojadas a sus filas; las organiza y las militariza con los medios del capital financiero, bajo la cobertura oficial del Estado, y las orienta hacia la destrucción de las organizaciones obreras […] El fascismo no es solo un sistema de represión, violencia y terror policíaco. El fascismo es un sistema particular de Estado basado en la extirpación de todos los elementos de la democracia proletaria en la sociedad burguesa. La tarea del fascismo no es solo destruir a la vanguardia comunista, sino también mantener a toda la clase en una situación de atomización forzada” (p.108).
La traición del Partido Comunista Alemán (KPD) y la Tercera Internacional (o Internacional Comunista) que se negó al frente único obrero, darán lugar al éxito del fascismo; y la consecuencia no será, claro está, la realización de las ilusiones pequeñoburguesas sino la concentración del poder en una enorme fuerza reaccionaria para la realización del programa de los monopolios, es decir el camino a una nueva guerra que solo podría evitarse si se imponía la revolución socialista.

El Frente único obrero: ¿Cómo romper cabezas nazis?

Tal vez así de simple se resume la política planteada por Trotsky para que el Partido Comunista Alemán encabece una lucha seria, física y hasta el final contra el ascenso de Hitler y los nazis al poder.
Si bien el partido nazi, tiene su origen a inicios de los años 20, será recién a partir del crack de 1929 donde el impacto de la crisis mundial empujó a millones de personas a la miseria de la noche a la mañana. La hiperinflación, actuó como un ácido corrosivo sobre los ahorros de la pequeñoburguesía y ni que hablar de los magros salarios de los trabajadores y campesinos pobres. Sobre esa levadura, la desesperación de las clases medias, se levantaba el partido nazi y Hitler era cada vez más visto como un salvador, con sus ansias imperialistas y xenófobas.
Ante esta situación, León Trotsky planteaba una línea política de combate para intervenir, conocida ya en los primeros cuatro Congresos de la Internacional Comunista, dirigidas por él mismo y por Lenin, como el “Frente único obrero”. Política que solo conocía un método, el de la lucha de clases.
Veamos como planteaba la cuestión: “El Partido Comunista debe llamar a la defensa de aquellas posiciones materiales y morales que la clase obrera ha logrado conquistar en el Estado alemán. Me refiero directamente al destino de las organizaciones políticas obreras, los sindicatos, periódicos, imprentas, clubes, bibliotecas, etc. Los obreros comunistas deben decir a sus compañeros socialdemócratas: ‘Las políticas de nuestros partidos se oponen inconciliablemente; pero si los fascistas vienen esta noche a destruir el local de tu organización, vendremos corriendo, con las armas en la mano, para ayudarlos. ¿Nos prometen que si nuestra organización es amenazada correrán a ayudarnos?’. Esa es la quintaesencia de la política del período actual. Tenemos que afinar así toda nuestra agitación” (p. 45).
Sin embargo, la capitulación cobarde del estalinismo en Alemania se encargaba de inventar una “teoría” a tono para cubrir su política y entregar las posiciones conquistadas sin luchar. Esa pseudo teoría decía que la Socialdemocracia alemana se había convertido en “social-fascista”, poniendo un signo igual entre el reformismo y el fascismo. Dice Trotsky sobre los estalinistas: “ellos reducen todo el problema a saber si es mejor morirse de hambre con Brüning o con Hitler. Nosotros no planteamos el problema de cómo y en qué condiciones es mejor morir, sino de cómo luchar y vencer […] es necesario lanzarse al combate general antes de que la dictadura burocrática de Brüning sea reemplazada por el régimen fascista, es decir, antes de que sean aplastadas las organizaciones obreras” (pp. 123-124).
Lejos de ello, la Socialdemocracia era el partido mayoritario entre el proletariado industrial y era el más importante de Europa, ya que desde la época de Marx y Engels venía educando en las ideas socialistas a generaciones enteras de trabajadores. Por lo tanto, la pelea que proponía Trotsky mediante el Frente único obrero, era que a través de la experiencia las masas obreras terminen por darse cuenta de que con su partido tradicional no iban a superar los límites de la democracia capitalista, que ya ahogaba a la clase obrera mediante la crisis económica por un lado y que por otra parte no era una dirección seria a la altura de enfrentar al ascenso del fascismo.
Pero, luchar juntos contra el fascismo; ¿significa subordinarse políticamente a los reformistas? Trotsky responde claramente a esta cuestión: “¡Ninguna plataforma común con la socialdemocracia o los dirigentes de los sindicatos alemanes, ninguna publicación, ninguna bandera, ningún cartel común! ¡Marchar separados, pero golpear juntos! ¡Ponerse de acuerdo únicamente sobre la manera de golpear, a quién golpear y cuando golpear! Uno puede ponerse de acuerdo aún con el mismísimo diablo, con su abuela e incluso con Noske y Grzesinsky, con la única condición de no atarse las manos”. Y más adelante agrega que “cada fábrica debe transformarse en una fortaleza antifascista con su propio mando y sus destacamentos de combate. Es necesario contar con un mapa de los cuarteles y de todas las otras fortalezas fascistas en cada ciudad, en cada distrito. Los fascistas intentar sitiar los bastiones revolucionarios. Hay que sitiar al sitiador”. (p. 102). Como vemos, la política de Trotsky estaba muy lejos del pacifismo charlatán que imponía la dirección del Partido Comunista Alemán, dirigido por Stalin desde la URSS.
Sin embargo el Partido Comunista Alemán quería evitar el combate y Trotsky plantea que “desde septiembre de 1930, es decir, desde hace un año y tres meses, venimos proponiendo un programa práctico de acuerdos con los obreros socialdemócratas. ¿Qué se hecho en este sentido? Casi nada. El CC del KPD se ocupó de todo menos de lo que constituía su tarea central” (p.103).
Así y todo Trotsky a través de cartas y artículos tenía la esperanza de enfrentar y vencer, y planteaba que había que querer la victoria. Esa esperanza no era “romántica” sino que estaba basada en la experiencia de la revolución rusa de 1917, cuando mediante el frente único obrero se derrotó el intento de Kornilov de aplastar a los soviets, y luego de la victoria sobre el reaccionario general, se puso en marcha la locomotora de la revolución con destino hacia la toma del poder en Octubre y entonces la victoria fue definitiva.
El tiempo pasaba y la predicción de Trotsky se iba a cumplir lentamente. Allí decía: “Obreros comunistas: ustedes son cientos de miles, millones, que no tienen ninguna parte a donde ir, no habrá suficientes pasaportes para ustedes. Si el fascismo llega al poder, pasará como un temible tanque sobre sus cráneos y sus espinazos. Su salvación se encuentra en una lucha sin cuartel. Solo una lucha unitaria con los obreros socialdemócratas puede conseguir la victoria. ¡Apresúrense, obreros comunistas, porque les queda poco tiempo!” (p.105).
Hacia 1933, el ascenso al poder de Hitler, sin lucha ni resistencia por parte de las masas era un hecho. Lentamente la maquinaria de guerra se ponía en marcha para la carnicería humana conocida como la Segunda Guerra Mundial.
En el plano de la política hacia los comunistas, la lección que Trotsky saca de Alemania no dejan dudas sobre la incapacidad de la Internacional Comunista como dirección a la altura de luchar contra los agentes del capital financiero, sean fascistas o “democráticos”. No había más que hacer en el seno de la Tercera Internacional fundadapor él junto a Lenin y un puñado de revolucionarios que ya por ese entonces se encontraban o en el destierro por el mundo, en un planeta sin visado, o muertos en los campos de concentración estalinistas.
Ante semejante traición en Alemania, Trotsky y sus camaradas ponen manos a la obra para la construcción de una nueva internacional revolucionaria, la Cuarta Internacional.
Hoy, en el siglo XXI, cuando la situación mundial está atravesada en la actualidad por múltiples contradicciones, disputas comerciales, crecimiento de nacionalismos de derecha y xenofobia de un lado y de neo-reformismos por otro, los escritos reunidos en el volumen aquí tratado son de indispensable lectura para la formación y reflexión sobre los problemas candentes que enfrentaran los trabajadores. Aún no se manifiestan en las dimensiones que sí lo hicieron cuando se escribieron los textos de este libro, pero sus reflexiones y lecciones programáticas son un acervo indispensable para los revolucionarios a fin de prepararse para situaciones de mayor convulsión política, que estallarán más tarde o más temprano ante nuestros ojos.

Daniel Lencina
Marco Pollo
Trabajador MadyGraf (ex Donnelley)

A 35 años del triunfo de Alfonsín



Alfonsín recibe el mando de manos del dictador y genocida Bignone

Con la asistencia de su hijo Ricardo, la figura de Raúl Alfonsín fue homenajeada por Macri inaugurando una muestra en el Museo de la Casa de Gobierno. El llamado “padre de la democracia” fue el que posibilitó la transición de la dictadura militar al gobierno de la burguesía en su versión democrática.

Este lunes 29 de octubre, comenzaron una serie de homenajes a Raúl Ricardo Alfonsín, a 35 años de su triunfo electoral, el 30 de octubre de 1983. Macri inauguró la muestra "Alfonsín x Alfonsín" en la Casa Rosada, donde participaron dirigentes radicales y macristas. El presidente dijo "su figura es fuente de inspiración para construir una Argentina más justa".
Para conocer un poco la historia, las elecciones 1983 fueron acordadas por el gral. Bignone y la Multipartidaria un año antes, luego de lograr una “transición ordenada” de la crisis militar provocada por la guerra de Malvinas y la crisis económica entre los militares y los partidos patronales tradicionales, sobre todo el PJ y la UCR.
La UCR se presentó con la fórmula Raúl Alfonsín-Víctor Martínez (52,75%); el PJ a Ítalo Luder-Deolindo Bittel (40,16%); el Partido Intransigente (PI) con Oscar Alende-Lisandro Viale (2,3%); también el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) con Rogelio Frigerio-Antonio Sajonia (1,19%); la Alianza Demócrata Socialista, el Partido Demócrata Cristiano, el Partido Socialista Popular, el MAS (0,28%, 42.500 votos) y el Partido Obrero (0,09, 13.087 votos).
La pcia. de Bs. As, quedó en manos de la UCR, junto a Chubut, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, Misiones y Río Negro; el PJ con 12 pcias. y 3 con partidos provinciales.
“La derrota de las tropas argentinas en la guerra de Malvinas, en junio de 1982, aceleró la crisis de la dictadura militar e impidió a las fuerzas armadas condicionar el proceso de transición a la democracia exigido por la mayoría de la sociedad”. (http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=14747).
La primera afirmación es correcta. Sin embargo la segunda niega que fue la Multipartidaria formada luego de la guerra (PJ, UCR, PI, PC, etc.) y la caída militar de 1982 la que sostuvo un año más al gobierno militar (nombrando al genocida Bignone) para permitir que sus partidos se recompusieran ante la población y hacer una transición ordenada hacia la democracia de la burguesía. Es que unos y otros habían participado con intendentes (por ej. el radicalismo mantuvo 310) y otros cargos durante la dictadura militar. Lo mismo que la burocracia sindical. Su desprestigio en la población era muy importante. El bipartidismo que jugaron luego del levantamiento de la proscripción del PJ fue impulsado por Perón y Balbín. El mismo Balbín antes del golpe dijo que había que actuar contra la “guerrilla fabril”. De hecho, Alfonsín recibió el bastón presidencial del genocida Bignone.
Alfonsín tuvo que “renovar” el discurso en 1983, con su prestigio ganado por fundar la APDH, para ganar el sector esperanzado con su promesa que “con la democracia se come, con la democracia se educa, con la democracia se cura”, lo que se demostró falaz durante su mandato. A pocos días de asumir, presentó la ley Mucci que favorecía la multiplicación de sindicatos por gremios, favoreciendo la injerencia del Estado y dividiendo artificialmente las bases. La burocracia y las bases se enfrentaron a este proyecto que los debilitaba.
Con respecto a los Derechos Humanos dijo: “El país ha vivido frecuentemente en tensiones que finalmente derivaron en la violencia espasmódica del terrorismo subversivo y una represión indiscriminada con su secuencia de muertos y desaparecidos. (…) La lucha entre sectores extremistas, así como el terrorismo de Estado, han dejado profundas heridas en la sociedad argentina. (…) La manera de restañar esas heridas no puede girar en torno a venganzas o resentimientos que serían innobles en sí mismos, cuando no inmorales en muchos casos, en cuanto pudieran comprometer al destino del país en estériles fijaciones sobre el pasado. (…) Esto no exime de tremendas responsabilidades al terrorismo subversivo, que debió haber sido combatido con los medios que la civilización actual pone en manos del Estado y no a través del empleo de medios similares a los condenados por el conjunto de la comunidad nacional”. (Alfonsín, Discurso de asunción) Esta posición conocida como “teoría de los dos demonios” fue la que se plasmó en el Nunca Más y la CONADEP y que luego fue base de la Obediencia Debida (otorgada en el levantamiento de Semana Santa de 1987) y el Punto Final.
Por otro lado, ya en 1985 aplicó el Plan Austral: congelamiento de precios, tarifas y salarios primero y luego aumento de las exportaciones y la privatización de empresas públicas (antes que Menem). La UOCRA de Gerardo Martínez interviene la combativa seccional Neuquén que había emprendido duras huelgas. El SMATA persigue a los delegados que dirigen la lucha de Ford en 1985. La UOM, el Sindicato de la Carne y la UTA también expulsa a delegados combativos elegidos por sus compañeros. Las bases se pronuncian en defensa de sus representantes y levantan campañas democráticas junto a organizaciones de izquierda y derechos humanos.
En el PJ del 83 había renunciado a su candidatura Antonio Cafiero. Luego de la oposición a la ley Mucci, la “normalización sindical”, el proceso antiburocrático del 84-85 (especialmente con la burocracia que venía de apoyar la dictadura) y las huelgas generales de Ubaldini fue canalizado por Cafiero quien salvó al PJ a través de la Renovación ganándole a Alfonsín en las elecciones legislativas del 87). Alfonsín empezó una rápida caída. Uno de los mayores conflictos que debió enfrentar fue el maestrazo de 1988. Aunque logró derrotar el conflicto, el desgaste estaba en marcha. La democracia no había garantizado la educación y en 1989, con la hiperinflación enfrentó un alzamiento de los pobres (la democracia no dio de comer) contra los precios de los supermercados con 14 muertos por la policía. Los hospitales públicos estaban derruidos (la democracia tampoco curó).
Es que Alfonsín venía para desviar las aspiraciones democráticas de las masas (una contrarrevolución democrática), no a desarrollarlas.
En la próxima presidencial con el verso del “salariazo”, pero también con un gran sector de la clase media que apoyó las privatizaciones generalizadas ganó Menem. Alfonsín tuvo que adelantar el traspaso a quien acompañando la política mundial, terminó en la aplicación del neoliberalismo de Menem, totalmente entreguista a las potencias imperialistas. Alfonsín, no se opuso a este curso. En la Asamblea Constituyente restrictiva de 1994, Alfonsín acordó la reelección presidencial por cuatro años, apoyando a Menem.

Gabriela Liszt
@gaby_liszt

martes, 30 de octubre de 2018

Un feriado para recibir al G20



El gobierno decretó un feriado para el 30 de noviembre en la Ciudad de Buenos Aires con el propósito de apuntalar el operativo de militarización y vaciamiento de la ciudad que marcará la reunión del G20. Ese día, más de 20 mil efectivos de seguridad custodiarán la cumbre de mandatarios en un virtual estado de sitio. “Si alguien tiene la posibilidad de pasar unos días fuera de la Ciudad, sería bueno que lo hiciese”, le confió un funcionario porteño al diario La Nación (29/10).
El despliegue incluirá un triple anillo de seguridad alrededor del complejo Costa Salguero, donde se desarrollará el cónclave. A la protección de los mandatarios estarán abocados efectivos de Gendarmería, Prefectura, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, la Federal, la Bonaerense y la Policía de la Ciudad, así como miles de custodios personales. Habrá aviones de combate, aviones-radar de la Fuerza Aérea yanqui, helicópteros y también barcos, buzos y lanchas sobre el Río de la Plata.
Para facilitar el trabajo de las tropas, se restringirá fuertemente la circulación. No podrá haber vuelos en un radio de 45 kilómetros y cerrarán los aeropuertos de El Palomar, Morón y San Fernando. Los trenes no podrán llegar a Retiro.
En estas condiciones, la promesa de Patricia Bullrich de que se respetará el derecho a la protesta es un desatino. Al revés, el gobierno se prepara para la represión: las fuerzas locales recibieron capacitación extranjera para el operativo, el Ministerio de Seguridad recibió todo tipo de vallados como donativos y adquirió cinco tanquetas blindadas de origen belga que están equipadas para el lanzamiento de gases lacrimógenos. Las fuerzas de seguridad vienen de reprimir las protestas contra el presupuesto.
A su vez, las fuerzas de inteligencia han coordinado un listado de 2000 “violentos” a los que no se les permitirá su arribo al país. En él figuran los nombres de personas que se han manifestado contra cumbres previas del G20. La coordinación entre fuerzas represivas en la persecución de opositores caracterizó a las dictaduras del continente.
La cumbre del G20, que reúne a las principales potencias capitalistas y algunos países en “vías de desarrollo” como Argentina, no podría sesionar sin este gigantesco operativo de intimidación. Son los máximos responsables de la guerra que ha devastado el Medio Oriente y Africa, de las catástrofes migratorias que atraviesan Europa y ahora también a América Central, y de la miseria y la superexplotación de cientos de millones de seres humanos.
El gobierno de Macri ha acelerado el tratamiento del presupuesto y espera la votación favorable del Senado para llegar a la cumbre con ese regalo para sus mandantes. Las vísperas del cónclave, en tanto, podrían coincidir con un nuevo paro aislado convocado por la burocracia de la CGT, aunque ya han aclarado que no habrá movilización alguna bajo el pretexto de los “incidentes” en el Congreso durante el debate presupuestario. Es decir, en caso de concretarse, sería un nuevo paro matero para descomprimir la bronca popular ante el ajuste.
Es importante que las organizaciones obreras, estudiantiles y de mujeres deliberen y se movilicen durante los días de la Cumbre en rechazo a las políticas imperialistas y al pacto de Macri, los gobernadores y el FMI.

Prensa Obrera

Raúl Alfonsín



La victoria de Raúl Alfonsín, 35 años atrás fue un hecho inédito, aunque no por ello inesperado.

Superó holgadamente al candidato del peronismo, Ítalo Luder, y obtuvo un triunfo plebiscitario, con una votación superior incluso a la obtenida por Cámpora en el 73. Se impuso también en la provincia de Buenos Aires de la mano de un candidato prácticamente desconocido, Alejandro Armendáriz, sobre el ex intendente de Avellaneda, Herminio Iglesias.
Alfonsín recogió el voto no sólo de la pequeña burguesía, sino también de grandes franjas de trabajadores, porque supo capitalizar el repudio a la camarilla peronista que había gobernado entre 1974-1976. Por caso, Luder, como presidente provisional del Senado durante una licencia de Isabel Perón, fue quien firmó el decreto de “aniquilamiento de la subversión”, llevando a un nuevo nivel el asesinato de activistas a manos de la Triple A y la represión militar, iniciada en el Operativo Independencia, en Tucumán, en lo que fueron los prolegómenos de la dictadura. Supo explotar la denuncia de la amnistía pactada por el PJ con los militares y del matonismo de la burocracia sindical, encabezada entonces por Lorenzo Miguel.
Su victoria aplastó electoralmente tanto a la derecha como a la izquierda. El Partido Comunista y la izquierda peronista habían apoyado la candidatura de Luder, con la expectativa de recoger los despojos de una eventual crisis del peronismo.
La candidatura de Alfonsín había sido bendecida por un ala del imperialismo, partidario de jugar a fondo la carta “democrática” frente a la crisis de las dictaduras militares, incluso antes de que se definiera la interna radical. Alfonsín conquistó ese apoyo con su oposición pro-imperialista a la aventura militar en Malvinas. Ocurrida la derrota, fue uno de los arquitectos del relevo ordenado de un régimen que se caía a pedazos y del reaseguro de todos los compromisos coloniales asumidos por éste con el imperialismo, especialmente, el pago de la deuda externa.
“La burguesía ha modificado su régimen político, pero la clase social que está en el poder es la misma clase de explotadores”, resumía Prensa Obrera en un artículo donde caracterizábamos el gabinete del flamante gobierno de Raúl Alfonsín, dominado por banqueros e industriales.

Ilusiones y desilusiones

Las expectativas democráticas en el alfonsinismo chocarían rápidamente con la realidad.
El aparato represivo de la dictadura fue preservado. Alfonsín quiso negociar que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas juzgara a los genocidas –una depuración necesaria para restablecer el rol de los militares–, pero éste lo rechazó. Bajo la presión de una enorme movilización democrática, tuvo lugar el Juicio a las Juntas, en manos de tribunales civiles, en el que fueron condenados sólo cinco de los nueve miembros que integraron las tres Juntas Militares. La capitulación alfonsinista ante los levantamientos carapintadas daría lugar a las leyes de obediencia debida y punto final. Los indultos de Menem coronarían la impunidad de los represores.
La renegociación de la deuda culminaría en un fracaso completo y en un nuevo recule; le seguiría el Plan Primavera, que planteaba un plan de privatizaciones a gran escala, pero el gobierno de Alfonsín ya se encontraba políticamente liquidado y se mostraba impotente frente a una desorganización económica imparable. En el último tramo, Alfonsín recurriría a la represión y al militarismo (masacre de La Tablada, encarcelamiento de la dirección del Partido Obrero, declaración del estado de sitio), pero de todos modos tuvo que anticipar el traspaso del mando a Menem.
La trayectoria posterior del “padre de la democracia” incluiría el Pacto de Olivos, que habilitaría la reelección de Menem; el padrinazgo de la Alianza y la arquitectura de un pacto de “unidad nacional” para sustentar la presidencia interina de Eduardo Duhalde, el masacrador de Puente Pueyrredón.
El triunfo electoral de Alfonsín fue conmemorado esta mañana en la Casa Rosada.
Mauricio Macri le dedicó un discurso de cinco minutos que leyó de un teleprompter. Se reunieron para escucharlo Fernando De la Rúa y Eduardo Duhalde; Enrique Nosiglia y Daniel Angelici, dos radicales “expertos” en operar servicios y jueces. Los miembros de la Corte Suprema asistieron en pleno. También estuvo presente Patricia Bullrich, por el ala “bolsonarista”. A su turno, Ricardo Alfonsín, que explora la creación de una variante “progresista” dentro de Cambiemos, dijo haberse emocionado con las palabras de Macri.
Un homenaje a la medida del régimen que Alfonsín inauguró 35 años atrás.

Jacyn

Piedras, masas y votos en Argentina

Con 138 votos a favor la Cámara de Diputados aprobó el miércoles 24 el presupuesto nacional para el año próximo. Hubo 103 votos en contra, 8 abstenciones y 7 ausentes. Todo indica que en tres semanas el Senado completará la sanción del Presupuesto.
Previsible victoria oficialista (ver Cómo evoluciona la coyuntura en Argentina , texto fechado 40 días atrás). Primó otra vez el frente amplio burgués (Fab), el cual pese a duras luchas internas sostiene y proyecta al gobierno de Mauricio Macri. La votación en Diputados es doblemente importante para el oficialismo porque Argentina ingresa en un trimestre de extrema crisis económica y creciente tensión social, cuyo desenlace está todavía en cuestión. El saldo de votos en la cámara baja muestra una correlación de fuerzas inalterable en favor del gran capital.
Al igual que en este resultado legislativo, el Fab y todos los sectores que se le subordinan serán clave para la evolución y resultado de la fase de saneamiento capitalista en curso. Macri cuenta además con respaldo de países decisivos, como se verá en pocas semanas más, cuando desembarquen en Buenos Aires los mandatarios del G-20. Por su parte, las fragmentadas cúpulas sindicales transforman medidas de lucha en medios para desarmar y desviar a los trabajadores. Hay que recordar –porque pasó al olvido mientras estaba ocurriendo- la huelga general del 25 de septiembre, cuyo resultado más evidente es la aprobación del Presupuesto. Con el mismo sentido se programa ahora otra huelga general, esta vez por 36hs, para la segunda quincena de noviembre.

Significado de la media sanción

La votación sobrevino tras una movilización frente al Congreso. Aunque en cantidad notoriamente menor a las registradas desde diciembre pasado, hubo una concentración importante. No participaron los principales sindicatos. Los llamados “movimientos sociales”, organizaciones de izquierda y fragmentos de quienes acompañan a Cristina Fernández (principalmente destacamentos movilizados por intendentes del conurbano), marcharon contra la aprobación del Presupuesto. Cuando algunas de las columnas se aproximaban al Congreso, un grupo de entre 50 y 100 personas tomó la vanguardia y comenzó a lanzar piedras y palos contra los policías resguardados tras una imponente valla de hierro que impedía avanzar sobre el edificio. Enseguida aparecieron bombas molotov y otros dispositivos ruidosos que caldearon la situación. Del Congreso salió un grupo de diputados alineados con la Sra. Fernández y, además de oponerse a la salida de un camión hidrante, derribaron desde dentro algunas vallas de contención, lo cual recrudeció la ofensiva del grupo atacante. Mientras tanto, las columnas de izquierda y los mal llamados “movimientos sociales” detuvieron su marcha. “Son los kirchneristas –se oyó- no les hagamos el juego”. Drones de algunos medios de comunicación permitieron ver un escenario claramente fracturado, en el que algunas decenas de personas redoblaban los ataques, la policía esperaba y el conjunto de los manifestantes se mantenía a distancia.
Mientras tanto en el recinto de Diputados la bancada identificada con la ex Presidente apelaba a todos los recursos para impedir la sesión.
Todo lleva a pensar que el gobierno demoró al máximo el momento del contraataque. Comenzó con un camión hidrante. Algunos minutos después, apeló a las escopetas con cartuchos de un gas lacrimógeno aparentemente perfeccionado respecto del usado tradicionalmente en estos casos. A continuación hubo disparos de balas goma.
A esa altura ocurrieron tres hechos a resaltar: las columnas principales sobre la Avenida de Mayo comenzaron a retroceder y en un punto hicieron media vuelta y marcharon en sentido contrario. También la mayoría de quienes habían asumido el enfrentamiento directo retrocedió. Sólo un grupo menguado pero de redoblada beligerancia continuó lanzando bombas molotov y otros objetos, trajo contenedores de basura de calles aledañas y los incendió, aunque a demasiada distancia del vallado policial. Allí terminó la capacidad de acción de ese grupo no identificado.
Llegó el momento entonces de la policía. Salieron motos que persiguieron a rezagados de la retirada masiva. Ocuparon el espacio total de la Plaza de los dos Congresos y dejaron fuera de ese perímetro a todo eventual manifestante. Mientras tanto, con excepción de las organizaciones de izquierda, todos emprendían la retirada definitiva hacia los ómnibus y hacia la estación Constitución. La jornada había terminado. Durante esa retirada hubo 28 detenidos, 24 de los cuales fueron liberados esa misma noche. Los cuatro restantes, extranjeros, salieron al día siguiente, pero se les amenaza con la expulsión del país. En el recinto se restablecía la calma y comenzaba un maratón de naderías que duraría 14 horas, antes de levantar la mano para aprobar el Presupuesto.

Resultados inmediatos

Hasta aquí, los hechos. La interpretación da lugar a conclusiones rotundas:
# Macri tuvo un importantísimo triunfo político: un tercio de los votos obtenidos provienen de diputados peronistas;
# el bloque de Unidad ciudadana (Fernández) sufrió una triple derrota: en la calle, en el recinto y ante el grueso de la opinión pública, convenientemente intoxicada además por los medios de comunicación;
# se quebró en la calle la insólita alianza entre kirchneristas y organizaciones de izquierda, aunque en gran medida se mantuvo dentro del Congreso;
# estas últimas actuaron con tino y consecuencia, puesto que una vez terminadas las refriegas rodearon la Plaza y volvieron con sus banderas a las cercanías del Congreso (algunas de ellas, ubicadas sobre la Avenida Callao, fuera del foco de enfrentamiento, se mantuvieron todo el tiempo allí);
# el gobierno recompuso la eficacia de un aparato represivo capaz de neutralizar manifestaciones de este tipo con costo cero o incluso saldo político positivo: no se reportaron heridos, los detenidos fueron liberados de inmediato;
# el activo militante pudo observar la conducta de quienes pusieron en marcha un enorme aparato logístico y en pocos minutos, como queda dicho, retrocedieron y usaron ese mismo aparato para regresar a sus lugares, cuando en realidad se había convocado a “una vigilia” en torno al Congreso, a fin de presionar con presencia masiva a los diputados que debían votar;
# quedó así comprobado que por parte de los fragmentos del kirchnerismo el llamado a movilización tenía como objeto respaldar un intento de impedir la sesión del Congreso y, cuando el propósito fracasó, abandonaron el terreno y dejaron sólo a las organizaciones de izquierda, que al final tampoco hicieron la “vigilia”;
# las posteriores denuncias a la “feroz represión” mostraron a algún sindicalista fallido al borde de la desesperación, escudándose en la defensa de dos de las personas detenidas. Pero mostraron ante todo que: 1) estos pseudo dirigentes no tienen la menor noción de lo que significa “feroz represión” y, 2) no parecen comprender -y por ende no pueden educar a la clase trabajadora- la existencia y función del Estado burgués. Parecen creer que en un sistema democrático burgués no hay represión y que ellos pueden implementar situaciones como las vistas el 24 frente al Congreso sin ninguna consecuencia. La ex presidente tenía a Alemania como país modelo para Argentina. Sería interesante que alguno de sus seguidores intentara hacer ante el Bundestag en Berlín lo que hicieron en el Congreso en Buenos Aires. Sus lamentos por la “feroz represión” adelantan demasiado: vendrán razones de mayor fuste para sus quejidos como sindicalistas sometidos al Estado;
# todo esto redunda en capital político para la burguesía y su gobierno, que tiene así más base de apoyo para afrontar un pico crítico en los próximos meses.

Balance

Sea que se lo mire desde una batalla puntual, desde la perspectiva de educación y organización de masas, o incluso desde una pedestre mirada electoralista, el 24 de marzo fue un fracaso para sus organizadores y una frustración para cualquier participante consciente.
Piedras en ínfima proporción si se tiene en cuenta lo ocurrido en el mismo lugar en diciembre del año pasado; masas sin comparación cuantitativa y cualitativa con las participantes en aquella ocasión; proyección de votos inversa a la esperada por quienes intentaron hacer fracasar la aprobación del presupuesto. Todo en sentido inverso al previsto por la sofisticada “teoría del helicóptero”.
El aparato policial y de seguridad mostró que es infantil pretender doblegarlo a piedrazos, con un grupo de avanzada y un país como espectador a distancia. La táctica desestabilizadora de la protoburguesía opositora se reveló ilusoria. Y las izquierdas que la acompañaron tienen ante sí la certeza de que sin la participación activa de las masas, desde sus organismos reales y con dirigencias genuinas, no se le doblará el brazo al Fab. Esto desemboca inexorablemente en un fracaso electoral de la oposición capitalista en 2019 y una barrera para la acumulación parlamentaria de fuerzas antisistema.
El saldo viene a ratificar algunas interpretaciones y enseñanzas de los últimos años. Queda claro que no existe una genuina movilización social contra el gobierno, pese a que en esta fase puede inferirse un rechazo amplio y creciente, aunque pasivo.
Es verdad que algún hecho excepcional podría detonar la carga explosiva alimentada por ese rechazo. Frente a tal hipótesis, caben dos respuestas netas: en las actuales condiciones, no sería usufructuada por las hilachas del gobierno anterior ni podría ser conducida por una fuerza antimperialista y anticapitalista. Por el contrario, favorecería aún más al gran capital, con éste u otro gobierno de la misma naturaleza.
Queda señalado el significado positivo de que, esta vez, al menos un sector de las organizaciones de izquierda no se haya involucrado con los grupos de choque ostensiblemente dirigidos desde dentro del Congreso por diputados peronistas-cristinistas. Ese distanciamiento no se vio dentro del recinto: allí se mantuvo el frente único anti-Macri de la izquierda con la burguesía advenediza y en función de una táctica inmediata de derrocamiento del gobierno. Concluir con esa política putschista es condición primera para afirmar una estrategia de la clase obrera, inseparable de la construcción de una organización revolucionaria de trabajadores.
Están planteadas entonces tres condiciones urgentes e insoslayables para responder a la coyuntura estratégica en la que está empantanado el movimiento obrero y el conjunto del pueblo argentinos: romper con la subordinación a la táctica putschista-golpista de los restos desesperados del gobierno anterior; convenir un programa de acción con reivindicaciones transicionales y con la propaganda de un gobierno obrero y popular; apelar a todos los recursos organizativos necesarios y posibles –bajo el concepto general de frente único de clase- para alcanzar la unidad social y política de las grandes masas y dar base social a la existencia de un nuevo y poderoso partido de trabajadores y jóvenes urbanos y rurales.

Luis Bilbao
@BilbaoL

Claudia Cinatti: "Bolsonaro expresa un fenómeno político mundial, que es el hundimiento de los partidos tradicionales"



El Círculo Rojo entrevistó a Claudia Cinatti, columnista internacional de La Izquierda Diario, sobre el triunfo de Bolosnaro y su relación con el avance de "las derechas" en el mundo, la relación con Trump y las disputas con China en la región.

¿Cómo ves el avance de esta derecha en Brasil en el marco del desarrollo de las derechas en el mundo?
Evidentemente tienen varios elementos en común, con una tendencia que viene profundizándose, sobre todo, a partir de la crisis en 2008 y de una licuación del centro político que había sido hegemónico en el momento pico de la globalización y el neoliberalismo. Entonces lo de Bolsonaro tiene mucho en común con el ascenso electoral de esas variantes de extrema derecha. El fenómeno político es el hundimiento de los partidos tradicionales, en el caso de Brasil el PSDB que era lo que hegemonizaba por derecha el espacio antipetista, y que ahora pasó a ocupar Bolsonaro.
Ahora bien, el bolsonarismo no es un fenómeno hegemónico, y creo que si solo lo leemos como un giro a la derecha o como un ascenso de la extrema derecha nos vamos a equivocar, porque el fenómeno más profundo es de polarización política y social.
La extrema derecha no es igual en todos lados. En Europa las variantes de extrema derecha tienen un perfil soberanista y nacionalista. El propio Trump es una combinación de conservadurismo social y proteccionismo económico. Bolsonaro por su parte tiene un programa extraño para este tipo de derecha que es un programa de apertura, casi neoliberal clásico. Entonces se ve que son fenómenos heterogéneos, pero es una tendencia que se viene imponiendo, por lo menos en esta primera etapa, donde la crisis de los partidos tradicionales es capitalizada por estas variantes de extrema derecha.
Sin embargo, no se puede leer como algo lineal, donde por ejemplo si tomamos el caso de América Latina, y vemos a México que es el segundo país en importancia de la región, la tendencia es la opuesta, donde ganó López Obrador, que es una tendencia contrapuesta a la de Bolsonaro.
¿Qué relación puede haber entre el triunfo de Bolsonaro en Brasil y un posible triunfo del trumpismo en las elecciones de medio término en Estados Unidos?
El alineamiento, al menos en principio, del gobierno de Bolsonaro se ubicó en el campo del trumpismo, inclusive haciendo declaraciones en cuanto a la relación con China. La relación es con ese sector de la derecha.
El problema que tiene Bolsonaro con su aliado estadounidense, es que Trump no es un Gobierno muy estable y que ahora va a disputar una elección de medio término muy complicada. Esto es así porque Trump se basa en una división muy profunda, es un Gobierno polarizador, no es un Gobierno con políticas hegemónicas. Lo que tiene a favor es que la economía estadounidense lo viene ayudando. Pero no es un presidente muy popular y se ha puesto en el centro de la campaña, convirtiendo en los hechos a las elecciones de medio término estadounidenses en un referéndum sobre su Gobierno.
Es una jugada peligrosa porque, como señalan todas las encuestas, es muy probable que los demócratas ganen la mayoría en la Cámara de Representantes, lo que debilita su posición y su gobernabilidad. Es decir que a Bolsonaro no le garantiza en si mismo estabilidad estar con Trump, en una situación muy volátil y con una situación económica en la que todos los analistas señalan que el crecimiento no es sustentable en el largo plazo.
Por eso para Bolsonaro ser “amigo” de Trump no le garantiza ni estabilidad ni gobernabilidad.
¿Cómo juega el triunfo de Bolsonaro en la disputa que hay entre China y Estados Unidos en la región?
Evidentemente América Latina está en el foco de esta guerra comercial entre Estados Unidos y China. La posición de Bolsonaro es del lado del Trump. Ahora bien, la participación de China en la economía de la región y en particular de Brasil es muy importante.
La relación de la economía brasileña con China es fundamental, es el principal destino de sus exportaciones de soja y de mineral de hierro, forma parte de los BRICS… Entonces no parece que eso se resuelva de una manera sencilla, por más que Bolsonaro haga declaraciones en contra de China y tome el bando de Estados Unidos. Eso tampoco quiere decir que estando con Estados Unidos vayan a llegar automáticamente inversiones para Brasil, si no se generan las condiciones y el Gobierno de Bolsonaro no es capaz de pasar todas las reformas y privatizaciones que le convenga a Estados Unidos. Entonces yo creo que en este punto Brasil y la región, va a seguir siendo un terreno de disputa.

lunes, 29 de octubre de 2018

La doctrina Bolsonaro



El gobierno y Pichetto continúan la campaña contra los extranjeros detenidos y discuten una nueva ley contra los migrantes.

El curso del operativo oficial contra los extranjeros detenidos la semana pasada, en la represión a la movilización contra el Presupuesto, ratifica que nos encontramos ante un salto cualitativo en materia de xenofobia de Estado y de ataque a la movilización popular.
Clarín, uno de los protagonistas del operativo, publica el sábado 27 que la tentativa gubernamental de deportar a los detenidos sería el puntapié de una “reforma migratoria integral” para acelerar los procesos de expulsión de migrantes, que buscarían tratar el año próximo. La norma contendría los lineamientos del decreto 70/2017 –actualmente suspendido por la justicia por inconstitucional-, que permitía avanzar en esa línea incluso en base a penas menores y con condenas que no estén firmes, quitando instancias de apelación, habilitando detenciones arbitrarias e instaurando trámites de expulsión exprés. Pero se espera que la ley “vaya más a fondo en otros temas”.
Se trataría de una iniciativa común entre el macrismo y “un sector del peronismo que [la] ve con buenos ojos”, encabezado por el senador del PJ Miguel Ángel Pichetto –quien, desde sus tiempos como figura clave del kirchnerismo en el Congreso, viene insistiendo en una ley en este sentido. Para no dejar lugar a dudas, Pichetto brindó una entrevista en la que volvió a ligar migración con delincuencia –algo que desmienten con fuerza las estadísticas-, llamó a crear una policía migratoria y a profundizar el control de los servicios de inteligencia sobre los extranjeros, protestó por “este esquema hipócrita de los Derechos Humanos, que dicen ‘pobrecitos los inmigrantes’” y señaló que “no me preocupa que me digan Bolsonaro” (ídem)
El gobierno no ha podido sumar una sola prueba de algún delito a su campaña por el destierro de los detenidos, que no cuentan con antecedentes ni condena; y hasta Clarín debe reconocer que “las pruebas que recolectó la Policía de la Ciudad -y analiza la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N°15 porteña- no resultan contundentes”. En ese marco, insisten con su demonización pública en clave macartista: hoy el medio vuelve a tomar como elemento de acusación las publicaciones de Facebook del turco Anil Baran, uno de los detenidos: “se declara abiertamente admirador de Fidel Castro y Hugo Chávez (…) De ideología marxista-guevarista (…) cercanía con los movimientos de izquierda (…) admirador de expresiones artísticas de izquierda o ‘revolucionarias’”, etcétera (ídem). Se pretende instaurar virtualmente el delito de opinión para justificar la persecución gubernamental y judicial.
Con esas citas se busca poner en tela de juicio las declaraciones de Baran de que se encontraba allí haciendo un trámite y que era ajeno a las protestas, sin que haya motivo fehaciente para hacerlo. Pero si los detenidos hubieran sido activos manifestantes, la persecución gubernamental reviste una doble gravedad. Las propias estadísticas oficiales (Ámbito, 1/10) muestran que las y los migrantes cobran un 20% menos en promedio, cuentan con más informalidad laboral que los argentinos, trabajan para las patronales más flexibilizadoras -desde la gastronomía, la construcción y la limpieza hasta las nuevas apps de delivery y remisería, donde son amplísima mayoría- y están expuestos a mayores índices de accidentabilidad (el índice para las mujeres extranjeras es un 46% más que el de las argentinas). La tentativa de deportación busca el silenciamiento forzado de este sector superexplotado, amenazándolo con la expulsión en caso de que se organicen en sus lugares de trabajo o se movilicen contra resoluciones que empeorarán su situación, como es la sanción del Presupuesto de ajuste dictado por el FMI. En la medida en que tales condiciones de superexplotación presionan todos los salarios y condiciones a la baja, el ataque a los migrantes es un tiro por elevación contra todo el movimiento obrero.
Tras “felicitar” al ultraderechista Jair Bolsonaro por su victoria electoral, el gobierno (junto a sus socios opositores) suben sus apuestas xenófobas. Quebrar el intento de deportación y los planes de asedio contra los migrantes es una causa de primer orden para toda la clase obrera.

Tomás Eps

“La victoria del fascista Bolsonaro es un desafío para la clase obrera de toda América Latina”

Néstor Pitrola, dirigente del Partido Obrero, se refirió al balotaje brasilero.

"Se trata de un gobierno formalmente electo pero copado por una camarilla militar, lo cual altera el sistema político en Brasil. Los 72 diputados del lobby militar-policial, la virtual intervención militar en Río de Janeiro, los grupos de tareas parapoliciales que ya están en acción – como el que mató a la Concejal Marielle Franco –, muestran que el golpismo militar encontró en Bolsonaro un representante directo, que apunta a los métodos de guerra civil para imponer la ofensiva contra los trabajadores que no pudo culminar Temer”.
“Bolsonaro es fascista aunque para imponer el régimen que sugiere deberá enfrentar contradicciones explosivas, económicas, sociales y políticas. La reforma previsional no contó ni cuenta con aprobación popular, lo mismo que el desmantelamiento de los planes asistenciales que acompañaron el Brasil de los últimos quince años. Un verdadero ejército de desocupados de más de 15 millones de almas, plantea choques sociales gigantescos para quien pretende la disciplina social mediante la represión. En este cuadro, pretender resolver la inseguridad con las fuerzas armadas es la receta que ya fracasó en Rio de Janeiro."
"Brasil tiene una deuda de casi un billón de dólares y un déficit fiscal que no tienen nada que envidiarle a los que llevaron a Macri a la presente crisis. El ´Chicago Boy´ que Bolsonaro coloca como superministro sólo acelerará debates en torno a las privatizaciones de Embraer, Petrobrás o Electrobrás que plantearán choques internos en las propias Fuerzas Armadas. Una crisis de deuda y fuga de capitales -que castigan a todos los países emergentes- pueden poner en aprietos anticipados al presidente que reivindica a las dictaduras."
"El voto que le dio la victoria fue empujado por la descomposición social, la crisis capitalista y el fracaso y la pasividad del PT que se negó a liderar la lucha contra el golpismo y contra las reformas laboral y previsional. La disolución del régimen político precedente por la corrupción que emergió con la causa Odebrecht, como la desmoralización entre los trabajadores provocada por los gobiernos del PT, pavimentaron el ascenso del ex capitán. Algo que aparece patente en la victoria de Bolsonaro por más del 60% en el ABC paulista donde nacieran Lula y el PT."
"Los trabajadores argentinos tenemos que reforzarnos en la lucha contra los planes del FMI y las tendencias a la bolsonarización de Macri, basados en la unidad continental de los trabajadores contra la perspectiva fascista de Bolsonaro y por la Unidad Socialista de América Latina. Las luchas que se avecinan plantea la necesidad de superar las experiencias nacionalistas y de centroizquierda cuyo fracaso abre el camino de las derechas. El Partido Obrero incorpora esta lucha internacionalista fundamental a los ejes de intervención del Frente de Izquierda y los Trabajadores, en conexión con el movimiento de resistencia que ya prefiguraron durante la campaña electoral las mujeres con el #EleNao.”

La victoria de Bolsonaro abre otra etapa en la crisis brasileña



Jair Messias Bolsonaro se consagró ayer presidente electo de Brasil, con una ventaja de once millones de votos sobre el candidato del PT, Fernando Haddad. La ola derechista de los comicios quedó también en evidencia con la victoria de Joao Doria, del PSDB, para gobernador del estado de Sao Paulo, que logró sobrellevar el retroceso que le marcaban las encuestas, con un apoyo declarado a Bolsonaro. Lo mismo ocurrió en otros estados representativos, como Río de Janeiro y en Río Grande do Sul – un ‘bastión’ del PT –, o en Minas Gerais, donde un advenedizo derrotó en el primer turno al gobernador del PT y se quedó con el estado en la segunda vuelta.
Bolsonaro ha llegado a la presidencia montado en una crisis económica y política de enorme envergadura, que primero liquidó al gobierno de Dilma Rousseff y luego al de su vicepresidente, Michel Temer, convertido en titular de gobierno mediante un golpe de estado. El interinato de Temer acabó con todos los partidos tradicionales que integraron su gobierno, como consecuencia de la acentuación de la crisis en marcha. La crisis industrial ha dejado un ejército de desocupados formales que se aproxima a quince millones de personas – un tendal que se suma a un desempleo fluctuante, no registrado, de proporciones enormes. El derrumbe del PT antecede mucho en el tiempo al ascenso de Bolsonaro, porque quedó de manifiesto en la violenta política de ajuste que aplicó como gobierno desde 2012 y que se manifestó en multitudinarias manifestaciones.

Una crisis política a toda velocidad

Es oportuno recordar que los llamados ministros y banqueros ‘neo-liberales’, que ahora están apuntados para integrar el gabinete de Bolsonaro, hicieron sus primeros oficios bajo los de Lula y Rousseff – Henrique Meirelles, del Banco Boston, designado en el Banco Central, y Joaquim Levy, otro banquero, como ministro de Economía en 2015. La desmoralización política que los gobiernos petistas provocaron en la masa trabajadora se expandió a partir de las pruebas de corrupción perpetradas por su gestión, en beneficio de grandes capitales – en especial las poderosas empresas de la construcción. El período de reacción política que pretende imponer Bolsonaro y la camarilla de militares pasivos y activos que lo ha promovido, no se funda en una derrota explícita de la clase obrera en lucha contra las patronales y el capital sino en la bancarrota política y moral de su dirección. De otro modo no se explica que en las ciudades del ABC paulista, el centro de la industria automotriz y metalúrgica de la periferia de Sao Paulo, y cuna simbólica del PT, Bolsonaro se haya podido acercar al 70% de los votos en el reciente balotaje.
La velocidad del ascenso de Bolsonaro, que todavía a principios de año orejeaba un 20% de la intención de votos, es un testimonio de la velocidad de la crisis política. Al inicio de la campaña por la primera vuelta, la inmensa mayoría del capital financiero apostaba por el Macri paulista, Gerardo Alckmin, del PSDB (un animador del golpe contra Rousseff y sostenedor del gobierno Temer) que nunca pudo levantar vuelo a pesar de sus ‘calificados’ apoyos. La pulverización de la ‘vieja política’ pavimentó el camino de Bolsonaro, no al revés; Bolsonaro desfiló con todos los corruptos del Congreso brasileño (se calcula que abarca a un 65% de sus miembros) en el operativo de destitución de la presidenta de entonces.

Militares y banqueros

Bolsonaro mismo logró explotar el vacío político en su beneficio, no por su destreza; se vale de un lenguaje propio del bajo fondo. El pilotaje de la crisis, en especial el golpe contra Dilma y el encarcelamiento de Lula, estuvo a cargo del alto mando del ejército y de su comandante Eduardo Vilas Boas. Lo hizo incluso en forma desembozada, a lo Trump, por medio de Twitter. Fue el alto mando el que operó el pasaje de Alckmin a Bolsonaro, incluso cuando observó que no arrancaba la candidatura del ‘laborista’ Ciro Gómes, un ‘desarrollista’, que gobernó el estado de Ceará. Varios especialistas han subrayado que la campaña de Bolsonaro en las redes sociales, supone una infraestructura altamente sofisticada. Se ha configurado, en consecuencia, la junción entre el alto mando militar y un demagogo fascista, que viene de ninguna parte, de naturaleza contradictoria, en especial porque el advenedizo tiene ahora 55 millones de votos.
Para dejar en evidencia aún más estas contradicciones, Bolsonaro ha anunciado desde el inicio un gabinete compuesto, por un lado, de banqueros asociados a la actividad de fondos especulativos, como Paulo Guedes, ex mandamás del Banco Itaú, el mayor de Brasil, y por el otro, de la burocracia tecnocrática-militar, que encara la economía desde la seguridad nacional. Figura fundamental, que ocupará el ministerio de Defensa, Antonio Heleno, ha sido comandante de las tropas de ocupación de Haití, donde los ejércitos latinoamericanos se han ejercitado en el combate urbano, mientras sus estados les tenían prohibida la inteligencia interna. Viejos zorros del capital brasileño, como Delfim Neto, ministro de Economía de la dictadura, o reputados economistas, como Nogueira Batista, se han adelantado en asegurar que este mejunje ministerial no tiene posibilidades de durar. De todos modos, The Wall Street Journal ha festejado el triunfo de Bolsonaro con la certeza de que “drenará el pantano” ‘populista’ – la consigna de la campaña de Trump.

Fascismo

El nuevo presidente ha sido reclutado en el bajo fondo fascista, pero esto no alcanza para que su victoria establezca un régimen político fascista. Para esto hay que reunir todavía condiciones apropiadas. El crecimiento electoral le da la oportunidad de formar una bancada fuerte en el Congreso y de obtener adhesiones de los terratenientes, evangélicos y militares que han entrado por medio de otros partidos. Desarrollar una fuerza organizada propia es condición para el fascismo. Ha ganado una base electoral masiva, pero de ningún modo disponible para ser movilizada contra la clase obrera o para imponer un ajuste mediante aprietes extra-parlamentarios. La posibilidad de un ascenso fascista es todavía un asunto del futuro – que se será determinada por la crisis económica y la lucha de clases entre el capital y el estado, de un lado, y los trabajadores del otro. Obligado por las condiciones políticas objetivas a establecer un régimen de arbitraje con características autoritarias. Bolsonaro debería conquistar una autonomía respecto a sus mandantes, el ejército y el capital financiero. Se trata de un desenlace incierto, pavimentado de crisis políticas de diversa naturaleza.
De conjunto, sin embargo, el pasaje del régimen pseudo democrático que se estableció en 1985 a un régimen bonapartista potencial, compartido por el Ejecutivo y el alto mando militar, constituye un retroceso histórico – una expresión de la incapacidad de la burguesía para gobernar con métodos que disimulan su dominación (democracia) y la obligación al recurso de regímenes de excepción, que ponen al desnudo la violencia política del Estado.
Como muy bien recuerda nuestro compañero Hernán Gurian desde Río de Janeiro: “En 1990 Fernando Collor de Melo se convertía en presidente del Brasil, derrotando a Lula del PT en segunda vuelta. Collor, un político aventurero y casi desconocido hasta ese momento, repetía incansablemente que el Brasil no se iba a transformar en un país comunista, que ´nuestra bandera jamás será roja´ y nunca se iba cambiar el himno nacional por La Internacional. Entre 1991 y1992 el pueblo brasilero salió masivamente a las calles para poner fin a un gobierno privatizador, hambreador y represor mediante una rebelión popular. El 29 de diciembre de 1992 el gobierno de Collor CAYÓ”.

Guerra de clases

Brasil atraviesa por una crisis económica descomunal, que la burguesía quiere abordar por medio de una cirugía mayor. De ahí que plantee privatizaciones en gran escala, por unos 200 mil millones de dólares, para rescatar en forma anticipada una deuda externa bruta que supera el billón – y creciendo. Entran en el paquete numerosas empresas estatales, empezando por Petrobrás y sus satélites, Electrobras, empresas de los estados federales, incluso la joya aeronáutica, Embraer.
Para ir por la eliminación del déficit fiscal, el capital financiero pretende liquidar el régimen público de reparto por otro de capitalización, de modo de convertir a los fondos privados en fuente financiera barata. Esta reforma ha llevado, en todos lados, durante la transición, a mayor déficit y mayor endeudamiento internacional. El aumento de la edad jubilatoria, otra pieza del ataque, se aplicaría a un población sin protección social: la reforma laboral impuesta bajo Temer ha impuesto el trabajo intermitente (lo que supone menores aportes previsionales) y la liquidación del derecho laboral. El equipo de Bolsonaro propone sustituir los convenios colectivos por la emisión de una tarjeta verde, donde se anotarían salarios y prestaciones, en una suerte de contrato individual – de aquí sale el ataque que los bolsonaristas han emprendido contra el aguinaldo. El movimiento obrero enfrenta el desafío de prepararse para colisiones gigantescas. Los apologistas del nuevo rumbo denuncian que Brasil tiene una economía “cerrada” y una industria incapaz de “competir”, lo cual anuncia una liquidación gigantesca del patrimonio industrial y tecnológico. La guerra de clases que desataría un plan de esta envergadura, pondría en la agenda de la burguesía un pasaje al fascismo – y en la del proletariado, obligado a una lucha histórica, un pasaje a la revolución. La deforestación y sojización de la Amazonia acentuaría el régimen fascista que existe ya en el campo, bajo los gobiernos democráticos, incluso petistas.
Trump apenas le deseó “suerte” a Bolsonaro, sin que quede claro si encogió el apoyo por la proximidad de las elecciones norteamericanas, o si por el convencimiento de que Brasil no se distanciará de China – por lejos su principal socio comercial y hasta financiero. El centro del choque entre EEUU y China, en América Latina, es Brasil, donde la ‘prosperidad’ del capital agrario depende del mercado de China. Detrás de Bolsonaro opera un lobby yanqui, dirigido por el senador Marcos Rubio, jefe del anticastrismo y partidario de atacar a Venezuela. Por de pronto, las fuerzas armadas brasileñas están negociando la instalación de bases norteamericanas en la frontera norte del país.
La burguesía yanqui, sin embargo, no está unida en esta aventura. Macri, por su lado, a través del brasileñista Dante Sica, ministro de Industria, le ha dado un apoyo contundente al fascismo ultra-fronteras: “Dará estabilidad, dijo, a Brasil” (Ámbito, 13.10). Paulo Guedes, el candidato a dirigir Economía, ha adelantado, sin embargo, que congelaría el Mercosur, a favor de una “economía abierta”. La prensa ha pasado por alto que el petista Fernando Haddad, en este ambiente privatizador, había anunciado la preferencia por Persio Arida, como ministro de Economía, un Sturzenegger brasileño. La penetración de la banca norteamericana ha crecido sustantivamente en Brasil, lo que explica los candidatos que se mencionan para el gabinete y los planes económicos. Trump posiblemente no pretenda anular la relación comercial China-Brasil, pero sí valerse de esa penetración financiera para profundizar su guerra económica con China por otros medios y otras vías.

Transición política

Brasil se encuentra en una transición política que deberá mutar sucesiva y explosivamente su régimen político. El fascismo está planteado en esta transición; “hay que barrer a los rojos”, “a la cárcel o el exilio” – son las consignas de Bolsonaro. El PT y las burocracias sindicales, sumidas en una crisis profunda, han anunciado su adaptación política a la nueva situación con el planteo de la batalla parlamentaria. La izquierda brasileña, el Psol, subida ayer en el ‘palenque’ del PT, junto a Haddad, dejó claro que no es alternativa a nada. Es necesaria otra estrategia política; no pueden haber partido obreros o de trabajadores con direcciones y aparatos pequeño burgueses, que es el núcleo explicativo de este derrumbe político ante un aventurero sin escrúpulos. No harán frente a las grandísimas batallas de clase que tendrán lugar en este período explosivo. En estas condiciones, la convocatoria a una deliberación de la clase obrera, por medio de asambleas y congresos de delegados electos, ocupa un lugar estratégico, porque introduce la necesidad de un planteo de conjunto y de un plan de lucha debidamente preparado, en consonancia con el desafío que ha quedado planteado.
América Latina ha quedado conmovida por el desarrollo de la crisis brasileña, que no es una crisis local sino de conjunto. Lo muestra el derrumbe de Centroamérica y la migración en masa por diversos territorios. Las luchas contra la reforma previsional llevó a una prolongada huelga general en Costa Rica y a un levantamiento popular en Nicaragua, en tanto que ha abierto una lucha enorme en Argentina. La crisis brasileña, como parte de la crisis mundial y de la crisis de gobernabilidad en América Latina, está presente, en forma harto deformada, pero presente sin duda, en la batalla política que se libra en las elecciones norteamericanas del próximo 8 de noviembre. La crisis brasileña interpela a la crisis capitalista mundial, por un lado, y al conjunto de la vanguardia obrera en el mundo entero, por el otro, atravesada por una gran crisis de dirección.

Jorge Altamira