lunes, 31 de agosto de 2020

“Buenos aires opulenta”

La Casa Rosada y Puerto Madero.

La riña entre el oficialismo y el macrismo acaba de parir una nueva polémica. A Alberto Fernández se le ocurrió, esta vez, describir a la Ciudad de Buenos Aires como “bella y opulenta” - ofreciendo, de paso, una redefinición de la belleza. “Buenos Aires es bella porque la gobernamos nosotros”, fue la respuesta de los macristas. ‘Nacionales’, por un lado, y ‘liberales’, por el otro, se han anotado una coincidencia.
Se trata de una operación de encubrimiento de las flagrantes contradicciones sociales de la Ciudad. Medio millón de personas viven en villas, pensiones u ´hoteles´ indignos – es el 20% de la población porteña. Otra inmensa legión de personas o familias vive en departamentos minúsculos y condiciones de hacinamiento ´civilizado´. La expropiación del espacio público y los espacios verdes refuerza el agobio de la vida en espacios reducidos. Al contrario de lo que dicen unos y otros el territorio porteño se encuentra privado de aquello que hace a la belleza de un espacio urbano.
En sus veredas y demás equipamientos urbanos, la Ciudad es hostil a las personas.
‘Ciudad opulenta’ significa un suelo caro y un enorme patrimonio inmobiiario. Los trabajadores no pueden pagar el alquiler de la vivienda, menos adquirirla. En las modernas metrópolis capitalistas, el desarrollo urbano no es un factor de arraigo, sino de expulsión. Trabajar en la Ciudad y vivir en el conurbano agrega dos o tres horas de extensión implícita de la jornada laboral - viajes agotadores en tren, colectivos y subtes.
El salario promedio en la ciudad ´opulenta´ apenas cubre el 40% de la canasta familiar actual. Pero es aun menor en el sur y sudoeste de la Ciudad, donde domina el empleo en negro. La penuria salarial envuelve a sus maestras y enfermeras, como lo ha puesto en evidencia la pandemia.
Pero no es un accidente que kirchneristas y macristas vean a la Ciudad de Buenos Aires con el mismo lente – el del desarrollo inmobiliario de lujo. El acaparamiento capitalista de los recursos de la Ciudad es el resultado de pactos legislativos entre los actuales y pasado protagonistas de la ´grieta´. El desarrollo inmobiliario que privatizó parte de la costa ribereña y las instalaciones portuarias fue llevado adelante por el menemismo y las administraciones aliancistas y progres de la Ciudad, de De la Rúa a Ibarra. Más recientemente, y con Macri como Jefe de Gobierno, sus pactos con el kirchnerismo en la legislatura permitieron la privatización de tierras en Palermo y Liniers, y otros negociados que sólo no prosperaron a causa de la crisis económica (Isla Demarchi).
Como parte de esa colaboración, el kirchnerismo le salvó la ropa a Macri, en la tentativa de juicio político por la red de espías que comandaba el Fino Palacio (2010). El demiurgo K de los pactos inmobiliarios con el macrismo fue Juan Cabandié, el actual ministro ambiental que está ciego, sordo y mudo frente a los incendios rurales instigados por el capital agropecuario.
Con seguridad, la declaración de opulencia de Fernández apunta a algún regateo impositivo en la coparticipación. Pero los beneficiarios de estos recortes no serán las provincias rezagadas sino, en primer lugar, los grandes capitalistas y enseguida los fondos internacionales y el FMI. Los acuerdos para pagar la deuda reforzarán los impuestazos y la asfixia a las provincias.
El “peronista porteño” Fernández ha salido hacer demagogia “federal” lejos de su cuna. Pero si “Dios atiende en Buenos Aires”, lo hace desde Puerto Madero.

Marcelo Ramal
31/08/2020

Bariloche: la marcha fachista y el gobierno contra la comunidad mapuche


Empresariado, junto al gobierno provincial y nacional contra la comunidad mapuche.

Durante la jornada del sábado 29/8, una caravana partió por la ruta 40 hacia las inmediaciones de Villa Mascardi. La movilización repudiaba unos supuestos hechos de violencia que habrían sido provocadas por miembros de la Lof, contra “vecinos” que viven en las cercanías del lugar. Esta caravana estaba integrada por una fuerte cantidad de automóviles, algunos de ellos sin patentes, que quedarían varados en la zona del camino viejo a villa Los Cohiues por un cordón de la policía que les impidió el paso. Al mismo tiempo en la Plaza de los Pañuelos se concentró parte de este mismo sector en apoyo a los “vecinos” de Villa Mascardi.
Tras unas horas y momentos de tensión, entre los cuales se destacan la quema de neumáticos sobre la ruta, cruces verbales contra personas que se encontraban en el lugar y cantos patrióticos, este grupo desistió de concentrar luego de la llegada de la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, quien les prometió una solución al “conflicto mapuche”.
Esta movilización de carácter fachista había sido promovida por las redes sociales en los días previos, con consignas xenófobas, tales como al desalojo “a sangre y plomo”, incitando a la violencia, la discriminación y al patriotismo para desalojar a la comunidad de la Lof Lafken Winkul Mapu, que actualmente se encuentra asentada en el lugar.

Los “vecinos asustados” del sector empresarial inmobiliario

En los meses previos se ha promovido una campaña en los medios de comunicación a nivel nacional para, en primer lugar, instalar la idea de que la zona aledaña a Villa Mascardi es tierra de nadie, donde grupos de mapuches salen a cometer delitos contra “vecinos”, hechos que nunca fueron probados hasta el día de la fecha. Y por al mismo tiempo presentar a un sector empresarial inmobiliario como “vecinos asustados” por estos supuestos delitos.
La empresaria Clarisa Montenegro, vocera del Camping Relmu Lafken ubicado en Villa Mascardi, ha sido una pata fundamental en la promoción de esta marcha contra la Lof que se encuentra en el lugar. Entre notas y declaraciones en los medios barilochenses, en una ferviente campaña para demonizar a la Lof, la empresaria comete el falaz intento de autoproclamarse mapuche. Es de público conocimiento el negocio turístico que realiza utilizando la cultura y la cosmovisión del pueblo mapuche, en comanejo con Parques Nacionales.

Juntos Somos Río Negro, Sergio Massa y el gobierno nacional a la orden de los “vecinos”

Poco después de pasado este episodio cayeron declaraciones tanto del bloque del gobierno provincial, como del Frente de Todos. El exgobernador y actual senador por Río Negro, Alberto Weretilneck, realizó declaraciones a favor de la marcha xenófoba pidiendo mayor presencia del Estado y acusando a los miembros de la Lof de robos, destrozos, quemas, amenazas y lesiones contra los “vecinos”.
Desde el oficialismo no se quedaron atrás. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y líder del Frente Renovador en el Frente de Todos, Sergio Massa, declaró que “se debe cumplir la ley y las tomas del Mascardi se deben desalojar”. Sus declaraciones revelan el fuerte vínculo del FdeT con el sector empresarial inmobiliario. Habla de hacer cumplir la ley contra la comunidad de Villa Mascardi, pero nada dice sobre los fraudes en la compra de tierras por parte de los terratenientes como Joe Lewis, que además ocupa parte del sector limítrofe con Chile en Río Negro, algo que no está permitido en la Constitución Nacional. Además planteó que el oficialismo podría avanzar en una medida para que aquellos que participen de las tomas se le caigan los beneficios como la Asignación Universal por Hijo o el IFE. Terminó por expresar una bienvenida a una propuesta similar del bloque del PRO, o del Radicalismo.
Juntos Somos Río Negro tiene toda una data de cooperación con el oficialismo, recordemos el proyecto de ley de Emergencia del Turismo, donde Silvia G. Larraburu (Frente de Todos) y Alberto Weretilneck (Jsrn) fueron oradores del proyecto. Un proyecto que pretende salvar al empresariado turístico con toda una serie de medidas financiadas por el Estado. Asimismo Magdalena Odarda (FdeT), hoy al frente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, no solo no se declaró contra esta caravana, sino que además se ha lavado las manos en distintas ocasiones por el hecho de que la comunidad de la Lof no está registrada como tal en el Inai, una muestra más de donde se encuentran las prioridades de las distintas variantes que gobiernan y sus instituciones. Hasta el momento ningún funcionario de estas variantes condenó los términos de la convocatoria.
Este conflicto pone de relieve el compromiso del Estado y sus gobiernos para con el sector inmobiliario. El acceso a la tierra para la clase trabajadora es inalcanzable en muchos casos, debido al alto costo de los lotes y todo el negocio que hay en torno a la tierra. Solo el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad plantea en su programa un proyecto de loteo social, para garantizar el acceso a la tierra y a una vivienda digna.
No al desalojo. Defendamos a la comunidad y a las familias de la Lof Lafken Winkul Mapu. Repudiemos estas convocatorias fascistas promovidas por el sector inmobiliario y del turismo. Fuera Lewis, fuera Benetton. Exijamos justicia por Rafael Nahuel. No a la represión.

Pablo Leuquén

Las voces ignoradas en más de 100 días de cuarentena Argentina



Un documento audiovisual ineludible: imágenes y testimonios exclusivos de La Izquierda Diario Multimedio, que se fueron multiplicando durante los más de 100 días de cuarentena, en vivo por Alerta Spoiler, Se Tenía que decir y Antes que sea tarde.
Cámara, móviles y coberturas: Lucho Lucero, Javier Brat
Cámara y fotos: Kresta Pepe
Realización audiovisual: Violeta Bruck, Javier Gabino, Julián Emerott
Las imágenes corresponden a solo una parte de la cobertura que se realizó para los noticieros centrales, pero hay muchas más realizadas por los cientos de corresponsales en todo el país y que están expresadas en muchos programas de la grilla de La Izquierda Diario Multimedia.

Balza versus Duhalde: una acusación a todo el régimen político



El excomandante en jefe del ejército de Menem denunció que las dictaduras fueron gestadas por los empresarios

Las declaraciones de Duhalde (sobre quien Alberto Fernández señaló el año pasado «que si hiciéramos un monumento al bombero, debería tener la cara de Eduardo Duhalde, porque sacó al país del incendio y allanó el camino para volver a crecer») no solo deschavaron la preocupación de la burguesía de que la brutal descarga de la crisis que está haciendo sobre los trabajadores genere una rebelión popular.
Los dichos del responsable de la Masacre de Avellaneda volvieron a colocar en evidencia pública la acción genocida de las fuerzas armadas, obligadamente reconocida por el actual jefe del estado mayor conjunto que a modo de descargo apenas atinó a decir que «constituyen comentarios fuera de época».
Llevaron también a un desencajado Martín Balza, jefe del Estado Mayor General del Ejército entre el 4 de noviembre de 1991 y el 10 de diciembre de 1999, y exembajador en Colombia y en Costa Rica de los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández, a denunciar la responsabilidad principal de todo el régimen político capitalista en lo que denominó «esa obra maestra del terror que fue la última dictadura militar».

La clase capitalista gestora del golpe​ genocida

En su respuesta a Duhalde, a quien le profesó el máximo de los respetos, Balza, el general que posó de democrático reconociendo los crímenes de la dictadura videlista en 1995 para luego llamar a la reconciliación nacional con los genocidas, reconoció que fue un golpista «de aquellos» durante toda su vida: «en el siglo pasado hubo seis golpes cívico-militares, que los viví como cadete, teniente, teniente primero y teniente coronel «. Pero luego, le retrucó «que no se puede olvidar que en esos golpes militares hubo un compromiso de sectores políticos, empresariales, sindicales, mediáticos y hasta religiosos, que gestaron, apoyaron y fomentaron la inconducta militar» (Radio La Red, 27/8). El demócrata Balza volvió así a reivindicar la «obediencia debida», que inició el curso de impunidad para rescatar al aparato represivo, iniciado por el gobierno de Raúl Alfonsín, y luego completado por el indulto a Videla y cía de Menem y Duhalde.

«Ningún político de ningún signo puede tirar la primera piedra»

Balza se quejó amargamente de que los que instrumentaron, dirigieron y financiaron la dictadura genocida, jamás hicieron la más mínima autocrítica de ello, cuando «cientos de políticos ocuparon importantes cargos durante la dictadura militar en el país y en el extranjero. La Unión Cívica Radical tuvo más de 300; el Partido Justicialista, más de 200; el Movimiento de Integración y Desarrollo, 100, etc., y «todos juraron por el Estatuto del Proceso de Reorganización Nacional, no por la Constitución».
Una primera conclusión de las confesiones de este jerarca militar plantea la necesidad de llevar a todos los empresarios, burócratas, curas y políticos patronales involucrados al banquillo de los acusados.

Por una segunda derrota de los Duhalde

El responsable político del asesinato de Maximiliano Kosteki y de Darío Santillán dio un grito de alerta para avanzar hacia un régimen de unidad nacional contra la clase obrera, reforzar todos los canales represivos que resulten necesarios. Él más que ninguno sabe de qué habla, porque fue la lucha del movimiento piquetero, con el apoyo de la mayoría de la población, la que terminó con sus ambiciones presidenciales, que reposaban en su capacidad de ahogar en sangre el Argentinazo del 2001.
Vamos por una segunda derrota de los Duhalde a manos del pueblo, para quebrar el actual plan de guerra, que tiene como impulsora a la misma clase capitalista que puso a los milicos en el poder, ofensiva sostenida en la misma complicidad con los mismos partidos patronales, con la misma burocracia sindical, con la misma iglesia. Son los sectores con los que los Fernández buscan poner en pie el pacto social post-pandemia para avanzar con las reforma laboral y jubilatoria.
Ello exige la ruptura de las organizaciones obreras con el gobierno peronista de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner, que quiere erigirle a Duhalde un monumento y apela a sus consejos para salir de la crisis, sostiene a los Berni como funcionarios destacados y plantea la restauración política del papel de las fuerzas armadas.

Daniel Sierra

La lucha de Latam en Plaza de Mayo

Luego de intensos debates dentro del frente de lucha que se constituyó a partir de la toma del hangar de aeroparque por los técnicos de Ustara, se realizó una concentración en las puertas del Ministerio de Transporte donde les trabajadores entregaron una nota reclamando la intervención del Estado para garantizar los 3000 puestos de trabajo en riesgo.
La cuestión de dónde debían dirigirse las caravanas que culminaron en el obelisco generó resistencia en la conducción de Ustara (técnicos de Latam) que bajo ningún punto de vista quiere -como sí la mayoría de los trabajadores autoconvocados- manifestar sobre los centros del poder político, para no aparecer criticando al gobierno y sus planes de ajuste que hoy también tienen como objetivo la destrucción de los convenios en la estatal Aerolíneas-Austral. En esto la conducción de Ustara (moyanismo) coincide con el resto de los gremios aeronáuticos que le dan la espalda al conflicto.
Sólo el anuncio de que la empresa se retiraba de las operaciones de cabotaje, planteando la desaparición de Ustara, forzó a esta burocracia a iniciar la toma, una medida apoyada por los trabajadores, con el objetivo de lograr una negociación que ya está en marcha. Así se abrió el camino para los autoconvocados de otros gremios que iniciaron sus cortes y caravanas.
La lucha comenzó a romper el aislamiento . Se fueron sumando trabajadores de Avianca, que no cobran sus salarios hace un año, los de Gate Gourmet, ahora acampando en la planta elaboradora del catering en Ezeiza, los tercerizados de Aeroparque GPS, Arribos y la presencia de activistas de Aerolíneas Austral de diferentes gremios, amenazados por la desaparición de sus convenios.
El exitoso festival solidario y la última caravana, con presencia masiva de tripulantes y personal de tierra, planteaba objetivamente ir por más. La determinación de los autoconvocados para movilizarse sobre el Ministerio de Transporte frente a Plaza de Mayo es un importante paso adelante.
Se plantea volver con una masiva caravana para pedir respuestas, esta vez convocando a organizarla a todos los sectores afectados por la ofensiva de las patronales aéreas y aeroportuarias, privadas y estatales. Y sumarse a la movilización votada en el Plenario del Sindicalismo Combativo para la primera quincena de septiembre, que tendrá como una de sus principales banderas, el triunfo de les trabajadores de Latam.

Prensa Obrera

Aporte de grandes fortunas y canje de deuda pública

El mes de agosto cierra en la Argentina con dos grandes temas de la economía que ocuparán el debate ideológico político en el próximo tiempo, más allá de lo que realmente puedan expresar en su capacidad de modificar la recesión.
Uno de los temas remite al cierre del canje de la deuda pública en divisas de legislación extranjera. El otro a la presentación para el debate en el Congreso del proyecto de Ley: “Aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia”, más difundido como impuesto a las grandes fortunas personales.
La próxima semana sabremos el porcentaje de adhesión al canje, estimado en torno al 90% o más. Un “éxito” dirá el colectivo de inversores y especuladores, ya que se aleja la cesación de pagos, algo reiterado en el corto plazo desde el re-perfilamiento de la deuda oportunamente dispuesto por el gobierno Macri y sostenido hasta el presente. Ahora habrá nuevos títulos y con ellos, a seguir contabilizando ganancias que pueden apalancar nuevas y jugosas operaciones especulativas en el mercado financiero local y global.
Por ello, los acreedores felices, cuya acreencia, por ahora, no resulta investigada, y aún con rentabilidad a la baja respecto de la que tenían hasta antes del canje, el horizonte del impago se esfuma. Es una buena noticia para ellos en el escenario mundial de recesión, caída de las ganancias y escasa previsión de reversión, según todos los organismos especializados en el ámbito mundial.
Localmente se analiza la noticia como la habilitación a un proceso de inversiones. Una conclusión a contramano del informe de la UNCTAD que señala una merma de las inversiones en la región latinoamericana y caribeña por encima del promedio mundial. Si en el mundo, la caída oscilará para el 2020 del 30 al 40%, para nuestra región el desempeño es a la baja entre el 40 y el 55%.[1]
No es este un tiempo de impulso a la inversión, menos a la productiva. Incluso el titular de la Reserva Federal de EEUU explicó este jueves 27/8 el balance de la política monetaria de su país por 40 años y los cambios desde ahora, consensuado desde el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés).[2] Dice Powell que “…las evaluaciones de la tasa de crecimiento potencial o de más largo plazo de la economía han disminuido. Por ejemplo, desde enero de 2012, la estimación mediana del crecimiento potencial de los participantes del FOMC ha caído del 2,5 por ciento al 1,8 por ciento”, tal como se presenta en el cuadro que sigue, donde compara las previsiones propias del FOMC, con la consultora privada Blue Chip y la data del Congreso (CBO).

Julio C. Gambina

Notas:

[1] UNCTAD. La producción internación más allá de la pandemia en 2020, en: https://unctad.org/en/PublicationsLibrary/wir2020_en.pdf (consultado el 29/08/2020)
[2] Jerome H. Powell, presidente de la FED, “Nuevos desafíos económicos y revisión de la política monetaria de la Fed”, 27 de agosto de 2020, en: https://www.federalreserve.gov/newsevents/speech/powell20200827a.htm (consultado el 29/08/2020).

Julio C. Gambina. Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISY

domingo, 30 de agosto de 2020

#21S Por una gran jornada de enfermería y toda la salud

La “apertura” de la cuarentena a pedido de las grandes patronales de la industria y el comercio ha disparado los contagios, agravando el colapso del sistema sanitario del país. Los números hablan por sí mismo. Hospitales y servicios cerrados. Pabellones y guardias atendidos por un solo trabajador. El personal que se ha incorporado no tiene relación alguna con las necesidades y se hace a través de contratos por tres meses como monotributistas. El sector más golpeado de la salud, entre la falta de personal en general, es el de enfermería.
Ante esta situación, centenares de trabajadores autoconvocados de toda la provincia de Buenos Aires a través de algunos grupos de WhatsApp y asambleas por Zoom están coordinando una iniciativa en el Día de Sanidad, el 21 de septiembre. La jornada, que comenzó con la idea de una campaña de visibilización por redes sociales ante la cantidad de compañeros de enfermería fallecidos por covid, viró a la convocatoria de una movilización de Congreso a Plaza de Mayo con cortes de ruta en el interior, para entregar al jefe de gabinete Santiago Cafiero un programa amplio de reclamos.
El presidente Alberto Fernández niega los contagios en los lugares de trabajo, pero ya son 17.000 los trabajadores de la salud infectados. De los 50 fallecimientos registrados en el sistema público -no hay registros del sistema privado- la mayoría es personal de enfermería.
El gobierno nacional, en lugar de abrir un reclutamiento masivo de personal, ha emitido una resolución conjunta del ministerio de Salud y el de Trabajo del 12 de agosto que bloquea los licenciamientos hasta marzo del 2021. El gobierno pretende obligar a los trabajadores a resistir todo el peso de la pandemia sin reforzar en lo más mínimo el sistema sanitario. La lucha contra la pandemia es, para el personal de salud, una lucha de vida o muerte.
En los municipios, para contener esta situación, se están pagando horas extras al 100% y bonos por jornadas de 40 horas. La presión por aceptar esta sobreexplotación se debe a que, además, las paritarias están congeladas. Con enormes contingentes de trabajadores enfermos, afectados por el estrés y salarios de pobreza, la situación se hace insostenible. Muchos compañeros piden licencia psiquiátrica.
La pandemia ha dejado ver con claridad que en los hospitales el rol de los sindicatos es el de cogestión con las patronales y autoridades públicas. Muchos trabajadores, sin protección por parte de los sindicatos, han iniciado cautelares para asegurarse los insumos necesarios. Frente a esto, las autoridades han tomado represalias, negando a los trabajadores días de descanso o enviándolos a cumplir tareas en hoteles y clubes, donde las ART no cubren enfermedades por no figurar esos lugares como razón social de origen.
El programa comienza con el reclamo de una cobertura económica y la manutención de obra social para las familias damnificadas por el fallecimiento, hasta la mayoría de edad de los hijos del hogar. La apertura de las paritarias y el reclamo de un salario básico de 70.000 mil pesos para todo el personal de enfermería. El pase a planta del personal contratado. El reconocimiento de profesionalidad para todo el personal que permita el concurso de nuevos cargos. La reducción de la jornada del personal a 6 horas. Pase a convenio del personal domiciliario para terminar con el monotributo. Retrotraer la situación jubilatoria a los 55 años de edad, con 25 años de servicio.
La convocatoria ya se ha hecho eco en algunas provincias, como Santa Fe, San Juan y Jujuy, y despierta gran entusiasmo entre los trabajadores de enfermería. Desde la Tribuna de Salud saludamos la iniciativa y alentamos a la participación y organización de la jornada.
Todo el movimiento de salud debe sumarse a través de asambleas, reuniones, indistintamente de su profesión o gremio, en defensa de la salud pública, de los derechos laborales y de la vida. Por una coordinadora nacional de salud.

Maxi S. Cortés
29/08/2020

Santa Fe: los contagios crecen - fábricas, super y hospitales

En Santa Fe, una provincia literalmente en llamas, los casos de coronavirus no paran de crecer. Desde mediados de junio, a la par que se liberaron gran cantidad de actividades no esenciales, los contagios crecieron día a día. Según las proyecciones del Gobierno, no se espera un panorama bueno. Estiman que habrá 400 infectados por día aún en noviembre.

Circulación

Al interior de la provincia hay ciudades completamente cerradas y aisladas, persecución a profesionales de la salud y pocas respuestas. La mayor cantidad de casos se concentran en el sur provincial, que ya cuenta con circulación comunitaria. El departamento Rosario acumula más de 3.669 casos del total de 6.737 confirmados, le siguen Caseros y General López, con ciudades como Venado Tuerto y Casilda que contabilizan gran cantidad de enfermos por día. En el centro provincial y la ciudad capital, comenzó un rápido proceso de contagios, con varios fallecidos. En tan sólo dos semanas se determinó la circulación comunitaria en Santa Fe y las ciudades aledañas, lo que presagia una extensión hacia el norte. Ya hubo casos en los departamentos del norte, con localidades completamente aisladas y muertos.
Los contagios se multiplican en los lugares de trabajo. Comenzaron tempranamente en el Cordón Industrial, con casos en Cofco, de Timbúes; en Bunge de Puerto San Martín y en Pampa Energía, de San Lorenzo. Rápidamente el Covid-19 avanzó también en empresas de Ricardone, Oliveros, Andino y Capitán Bermúdez. A la fecha, hay 22 trabajadores de Acindar Villa Constitución aislados por haber estado en contacto con positivos.
En Rosario, Electrolux, Bambi y La Virginia ya contabilizan casos. Esto se suma a los reclamos por testeos masivos, por ejemplo en Gemplast. En Villa Gobernador Gálvez, se registran casos en Swift, Paladini y Metalsur. En la ciudad capital se registraron contagios en la Cervecería Santa Fe, que tuvo que ser cerrada y desinfectada, en el Correo y en Pollos San Andrés. En Rafaela, por su parte, cinco fábricas tuvieron que cerrar.
Los contagios continúan prendiendo en supermercados como La Gallega de Rosario o Jumbo, Carrefour, y en el supermercado Kilgelman de Santa Fe. También en Supermercados EBE, con sucursales en las localidades de Granadero Baigorria e Ibarlucea. Lo mismo puede observarse en los trabajadores del transporte público, tanto al sur como en el centro de la provincia. Actualmente, se están expandiendo los contagios en los agentes penitenciarios también.

Colapso sanitario

Otra de las consecuencias de este proceso es el contagio en hospitales y centros de salud. En el Hospital Cullen, de Santa Fe, ya se registraron varios casos y quedan muy pocas camas de internación. La reducción del personal de salud imposibilita cubrir a los enfermos que van quedando. Lo mismo en un sanatorio privado de Santo Tomé, en el que ocultaron el contagio de dos enfermeras y se contagió una persona mayor, que murió. En Venado Tuerto, un sanatorio emitió un comunicado advirtiendo el colapso y denunciando la ineficiencia de los comités de emergencia.
En los sanatorios privados de Rosario los casos proliferan hace bastante. Ipam, Sanatorio Británico, Hospital Español, Sanatorio de la Mujer y Grupo Oroño indicaron que tenían personal que había dado positivo para Covid-19 hace más de un mes. Lo mismo ocurrió en el Pami II y en el Hospital Centenario. Al momento, en Rosario, los profesionales de la salud infectados representan al menos un 13% del total de contagios.

Crisis

El desarrollo de los casos se genera en un contexto en el que el gobierno de Omar Perotti amaga con retroceder de fase pero continúa liberando actividades. El gobierno destinó 500 millones de pesos a una ‘emergencia en seguridad’ aunque canceló las paritarias e impuso un bono miserable de 3.000 pesos a docentes y trabajadores estatales. El gobierno convoca a los profesionales de la salud a trabajar ¡ad honorem!, gratis y sin los recursos necesarios, aun considerando que el 60 por ciento de los trabajadores de la salud está precarizado mientras los de planta permanente cobran debajo de la línea de pobreza.
Los compañeros del Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria continúan reclamando por los EPP y por la recomposición salarial para los trabajadores de la salud en toda la provincia. Pero, sobre todo, denuncian el colapso del sistema sanitario provincial ante la desidia y la falta de presupuesto, prevención y respuestas. La unificación de los reclamos desde Algodonera Avellaneda hasta Acindar Villa Constitución, deberá potenciar la deliberación y la organización en la defensa de la vida y del trabajo.

Sofía Menna
29/08/2020

TikTok, Big Data y 5G: la tecnología detrás de la disputa entre Estados Unidos y China



¿Qué pasó con la promesa de democratización que muchos asociaron al desarrollo de Internet? Algunos auguran hace años el fin del trabajo, un escenario donde la robótica reemplazaría el trabajo humano. ¿Estamos en ese camino?
Las empresas tecnológicas, la relación con el Estado, la competencia de Estados Unidos y China por el 5G, TikTok , inteligencia artificial y el fin del trabajo. De todo esto vamos a hablar en este nuevo programa de Claves Internacionales. Entrevistamos a:
Natalia Zuazo, politóloga y periodista especializada en comunicación política digital, redes y tecnologías y a Paula Bach, economista, columnista de La Izquierda Diario y miembro del staff de la revista Ideas de Izquierda.

sábado, 29 de agosto de 2020

Frenemos las quemas y desmontes // Redoblemos la movilización popular y ambiental en todo el país

Récord de contagios: ¿Encuentros sociales o ir al trabajo?



Mientras el discurso oficial habla de "responsabilidad individual" frente al aumento de contagios, Zona Industrial te muestra lo que pasa en los lugares de trabajo.
Entrevistamos a Macarena del #Observatorio de contagios del AMBA y a Ronal, trabajador de #Pilkington.

Aporte extraordinario solidario: ¿por qué tardó tanto el impuesto a las grandes fortunas?



A casi 5 meses de su anuncio, en la tarde de este viernes se presentó en el Congreso el impuesto que grava por única vez a los individuos más ricos del país.

La iniciativa de Carlos Heller y Máximo Kirchner finalmente comenzaría a ser tratada en comisiones en los próximos días. Largos meses pasaron desde que el impuesto fuera anunciado por primera vez en los primeros días de abril. En esos primeros borradores lo denominaban “Impuesto Patria”.
El mismo Alberto Fernández más de una vez manifestó públicamente en estos meses su acuerdo con dicho impuesto, que en sus primeros borradores, se planteaba alcanzar tanto a personas físicas como jurídicas. Es decir, no sólo a la riqueza de los mayores multimillonarios, sino también a los bancos, los grandes grupos económicos, las empresas agropecuarias, etc.
Cuarentena y crisis económica mediante, los índices de pobreza alcanzan hoy a casi la mitad de la población. Son también 5,5 millones los trabajadores que sufrieron despidos, suspensiones o algún tipo de ataque sobre sus salarios.

Entonces, ¿por qué este impuesto tardó tanto en llegar?

Durante todos estos meses de sufrimientos cada vez más agudos para amplios sectores de la población, el Gobierno fue tomando una larga serie de medidas en función de los intereses de los más poderosos. Desde aquel acuerdo que el propio Presidente denominó como “histórico” para que las empresas suspendan masivamente pagando apenas el 75 % del salario, pactado entre la UIA y la CGT, hasta la ley de “economía del conocimiento” con la cual benefició a empresas como Mercado Libre (hoy la empresa más cotizada del país).
En su afan de conciliar con los grandes empresarios, estos fueron marcando la agenda con sus demandas. Luego, lógicamente, aprovecharon para ir por más. Parte de esto explica que cuando el Gobierno amagó con expropiar al gigante agropecuario Vicentín, la derecha salió a manifestarse, y el oficialismo finalmente tomó la opción de retroceder. Como resultado la empresa acusada de defraudar al propio Estado no se vio afectada. Es más, en la noche de este jueves la Policía santafesina comandada por el peronista Perotti desalojó a los trabajadores que acampaban reclamando por el pago de sus salarios.
De la mano del agravamiento de la situación económica y sacando lecciones de que “cuando presionan, desde el Gobierno ceden”, la propia derecha se fue envalentonando. Parte de esto es lo que venimos viendo en los “banderazos” de las últimas semanas.

Llega el impuesto, ¿pero cual?

Ahora el Gobierno sale, a contragolpe, a intentar recobrar alguna iniciativa. Parte de esto es la presentación de este Proyecto de Ley a los más ricos. Pero, a tono con cederle tanto a los que tienen todo, llega devaluado.
Cambió incluso su denominación. Ahora se trata de un Aporte extraordinario solidario, "así lo llamamos con toda prudencia" dijo el propio Heller. Lejos de cualquier intento, siquiera discursivo, de afectar a los dueños del país. En la misma sintonía desencantada los propios medios vinculados al oficialismo daban cuenta este viernes del enorme retraso con que llega. También afirman que a los ricos esto “no les cambiará nada”.
Lejos está, también, de tratarse de un impuesto que pueda dar respuesta a varias de las necesidades más urgentes. La iniciativa apenas será un aporte por única vez, sin incluir a las empresas, sino únicamente una carga a las fortunas personales.
En la misma serán incluidos alrededor de 12.000 personas, aquellos que posean más de 200 millones de pesos. La alícuota será de nada más que un 2 %, siendo apenas un poco superior (hasta 3,5 %) solamente para las 300 personas que tienen una riqueza aún mayor.
Entre los objetivos de los recursos extraordinarios que se obtengan, se incluye (incluso), destinar una parte para financiar a PyMes. También se destinaría a comprar equipamiento en salud y urbanizar barrios populares.

Afectar a los dueños de todo

Si el objetivo es evitar que la crisis recaiga sobre las espaldas del conjunto de la población trabajadora, de amplios sectores de las clases medias empobrecidas, se vuelve más urgente que nunca tocar sus intereses.
Medidas elementales como un salario de cuarentena de $ 30.000, un fuerte financiamiento al golpeado sistema de salud, así como un plan de obras públicas para dar respuesta al urgente problema de la desocupación, podrían comenzar a discutirse con un impuesto que afecte realmente sus intereses.
El Proyecto presentado por el Frente de Izquierda, que en estos meses tanto el peronismo como la oposición se negaron a tratar, apunta en esa dirección. Un proyecto que parta de tocar tanto las riquezas individuales como los beneficios bancarios y las ganancias empresariales, así como cobrando un impuesto especial sobre la gran propiedad de la tierra, entre otras medidas.
Es ahí donde existen los recursos disponibles para dar respuesta a esta situación.

Diego Iung
Viernes 28 de agosto | 21:28

La pandemia, cómo abordarla y una pérdida de rumbo que no termina

Unos seis meses atrás, cuando Argentina dio cuenta de la circulación interna de este virus, se inició un debate que no solo no acabó sino que se va haciendo cada vez más complejo y difícil de sintetizar.
Se trata de los requerimientos planteados por los sanitaristas -adoptados por el gobierno-, junto a la grave situación económica que había heredado de Mauricio Macri y a la que debía responder el gobierno de Alberto Fernández instalado el 10 de diciembre de 2019.
En su momento, el gobierno ordenó que a partir del viernes 20 de marzo se iniciaría una estricta “cuarentena” que se extendería por dos semanas. Tal decisión se reiteró en otras nueve oportunidades, con algunas variantes y flexibilizaciones formales llega hasta nuestros días.
Vista desde la realidad esas “estrictas medidas” oficiales se fueron aflojando. Algunas por decisión oficial y otras al compás del cansancio psicológico-social y de las graves consecuencias económicas que acarrearía su continuidad. En toda esta relajación hay que señalar la existencia de algunas irresponsabilidades personales.
Progresivamente –en el conjunto de la sociedad- fue creciendo la angustia por la situación que se estaba viviendo, particularmente por la condición que atravesaban los sectores más vulnerables y los daños al conjunto de la economía.
En ese marco fueron apareciendo algunas críticas sobre las medidas planteadas en las diversas etapas de la cuarenta. Ellas han crecido ante el importante aumento de contagiados y fallecidos en las últimas semanas. Frente a esta nueva situación, el gobierno respondió que el responsable de tal circunstancia es la pandemia y no las cuarentenas.
De este modo quedó configurado el marco actual donde es necesario vincular la evolución de la pandemia y sus perspectivas de abordaje e integrarlo con lo que pasa en el ámbito de lo económica y social.

El covid 19 y la forma de abordar el problema

Durante varias semanas, algunos meses, el Presidente utilizaba su reiterada presencia en los medios de prensa para ratificar la eficacia de su dura política contra esta peste. Los objetivos eran bastante claros: Reducir al máximo la circulación del virus y aprovechar ese tiempo para acondicionar el sistema hospitalario, el equipamiento del mismo y la capacitación del personal.
Más allá de los exagerados autoelogios o críticas demasiado politizadas, durante un tiempo esos objetivos fueron cumplidos y amortiguado el avance del mal, lo que permitió desarrollar las líneas señaladas. Pero con el transcurso de las semanas se mostrarían tres problemas que se fueron generando.
La adecuación de las estructuras, equipamientos y capacitación no alcanzaron los niveles suficientes, aunque preservaron a la población –hasta ahora- de un generalizado colapso del sistema. Otro efecto no querido, aunque muchos advirtieron sobre dicho peligro, fue que ello generaría un grave problema en la economía de los sectores más vulnerables y en el funcionamiento del aparato productivo en su conjunto.
Por último, no daba cuenta de los daños que se producirían en el tratamiento de las cuestiones de salud ordinarias. La suspensión de muchos tratamientos y la imposibilidad de asignar recursos a otros fines sanitarios que no fueran destinados al corona virus es una cosa cotidiana. Estos problemas fueron produciendo desgaste en la población.
Cuando los casos comenzaron a crecer el gobierno no encontró respuestas adecuadas a la nueva situación. Ahora está titubeando, procurando reordenar objetivos y estrategias. En ese camino cometió algunos errores que son sobreactuados por buena parte de la oposición.
Uno de ellos está referido a los informes sobre los números. En este sentido el gobierno procura disminuir los efectos negativos de esa información refiriendo que la fecha de carga de los datos es distinta a la de la producción del hecho. Eso no solo no mejora la información, sino que genera condiciones para la desconfianza respecto a lo que se trasmite y reduce el valor de una planificación y decisión tomadas sobre números cuyo origen es indescifrable.
Por otro lado el gobierno pretende defenderse de las críticas planteando que el problema es la pandemia y no la o las cuarentenas. Ello es poco lo que aclara y mucho lo que confunde, en momentos que arrecian los problemas económico-sociales y crece la bronca en la población y la falta de confianza sobre las actuales políticas estatales.
A pesar de la mencionada insuficiencia de los datos existentes se puede afirmar que, en materia de fallecimientos, Argentina está por encima de la media mundial. Para mediados de agosto tenía un promedio de un fallecido cada 8.200 habitantes, mientras que el promedio mundial es de 10.500. Esto revela que la estrategia seguida es merecedora de algunas observaciones más allá del exagerado optimismo que tenían algunos informes y discursos oficiales.

La economía desacelera su caída desde un piso muy bajo

Que la economía está en el piso no quedan dudan. Hay varios números que, aunque sean de origen distinto, coinciden en la descripción de esta realidad y sus perspectivas inmediatas, al menos hasta fin de año. La cuestión se vuelve mucho más oscura cuando recogemos las opiniones sobre las tendencias más allá de esa fecha. Allí comienza a tener más peso el modo que se para cada uno de los analistas.
Hay coincidencias que la caída del PBI será entre el 10 y el 13%, que el desempleo rondará el 15%, el salario real perderá no menos del 10% y la pobreza no estará lejos del 50%, llegando al 66% para los menores de 17 años. La inflación cerraría con cifras anuales que van entre el 40 y 50%, mientras que la inflación mundial, por este coronavirus, bajaría del 3 al 1.5%.
La perspectiva sobre el número de empresas cerradas, en medio de esta peste, oscila entre las 20 a 30 mil. Los datos también indican que cuando –a partir de junio- se comenzaron a flexibilizar los requisitos para circular y desarrollar más actividades empezó a desacelerarse la caída y antes de fin de año comenzaría un proceso de reactivación.
Hasta ahí los datos crudos, brutos y preocupantes. A partir de allí se abren diferentes consideraciones. Desde las usinas liberales, los economistas monetaristas, absolutamente opositoras al gobierno ven el riesgo de un agravamiento de las condiciones actuales. En ese marco, aunque lo estimen improbable, no descartan los peligros de una hiperinflación.
Desde el oficialismo, sin negar las dificultades actuales, tienen una visión menos agorera. Vislumbran que durante el 2021 se recuperará la mitad de lo perdido este año. Con ese panorama esperan afrontar las elecciones de medio período para octubre del año próximo. Para fines del 2022 confían que Argentina estará en mejores condiciones que en los momentos previos al inicio de esta pandemia, cuando Alberto Fernández asumió el gobierno.

En 1974 se inició una pérdida de rumbo que no termina

En esta semana se conoció un artículo publicado por Carlos Leyba -economista y docente universitario- quien fuera Subsecretario de Economía del ministro José Ber Gelbard (mayo 1973 a octubre 1974). Algunas de sus consideraciones dan cuenta de lo que nos pasa.
Dos son los temas centrales de sus reflexiones. Una vinculada a la evolución de la pobreza y la otra a la ausencia de medidas que apunten a las causas de la misma y no solamente a sus consecuencias, como suele ocurrir.
Leyba recuerda que desde 1974, en estos últimos 46 años, la cantidad de pobres creció un 7% anual acumulativo. En concreto, en ese período, la población total del país se duplicó, pero la cantidad de pobres se multiplicó por 20.
En ese año 1974 falleció el presidente General Juan Perón. También fue el inicio de la acción paraestatal de la “Triple A”, organización terrorista dirigida por el ministro de Bienestar Social de Perón –José López Rega- dedicada a perseguir y asesinar a militantes de las organizaciones populares, tarea que completó la dictadura militar iniciada con el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
Con la muerte de Perón y la destrucción de las organizaciones populares y sus proyectos de cambio el país perdió el rumbo, sin que lo haya podido encontrar hasta la fecha. Hubo algunos períodos que dieron la impresión que ello sería posible. Lamentablemente todos ellos terminaron en frustraciones por no ir a fondo en las medidas adoptadas.
En todos estos 46 años, la pobreza -con algunas relativamente cortas excepciones- no dejó de crecer. Del 4% de pobreza que había en 1974 estamos hablando de la perspectiva que la misma esté rondando el 50% para fines del corriente año.
En los ocho meses del actual gobierno parecen repetirse -al menos hasta ahora- esas mismas características, exacerbadas por esta pandemia. Las principales medidas de gobierno siguen apuntando a paliar las consecuencias y no adentrarse en resolver las causas.
La medida más importante del gobierno ha sido la renegociación de la deuda. Con ella, efectivamente está reduciendo el pago de intereses y capital durante su propio mandato. Pero lo que han hecho ha sido “patear para adelante” los problemas y darle mayor legalidad a una deuda ilegítima, fraudulenta y odiosa, construyendo los escalones para que ella se vuelva a poner critica a partir del 2028.
Ahora tendrá que enfrentar la negociación con el FMI, donde la discusión central no pasa por los intereses a pagar, sino por las llamadas “condicionalidades”. Es decir aquellas medidas o programas que se adecúen –según los criterios del FMI- al cumplimiento de los compromisos asumidos. De una u otra manera estamos cediendo gran parte de nuestra soberanía y la posibilidad de decidir por nosotros mismos.
Tal vez sea por eso que el Presidente insiste que no le interesa tener un Programa. ¿No será que éste se lo están imponiendo, desde ahora y con vistas a las negociaciones para el pago de esa deuda, los capitostes del FMI?
El Ministro de Economía Martín Guzmán planteó, en una reciente presentación en la estadounidense Universidad de Columbia, un Plan hasta el 2030. El mismo suponía un crecimiento anual del 1,7%. Asumiendo ese objetivo como cierto, la duplicación del PBI per cápita, base para terminar con esta pobreza, se alcanzaría en 116 años. Parece pedir demasiado…
Por eso, siguiendo la mencionada nota de Leyba, habrá que pensar en soluciones que ataquen las causas y no se agoten en el mero asistencialismo actual. Para ello, más que hablar de números habría que diseñar otro modelo de país y de su organización económica, social e institucional.

Juan Guahán. Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Messi: “Hemos iniciado nuestro descenso”

Los pasajeros de cualquier viaje de avión escuchan mucho antes de arribar a destino el anuncio tradicional de una azafata señalando “hemos iniciado nuestro descenso”. Aunque el pasajero no lo haya percibido aún, sabe que es el comienzo del fin del recorrido.
Algo así acaba de ocurrir con la mentada goleada del Bayern Múnich al Barcelona que desató la actual situación de retiro de Messi del equipo y el virtual desmantelamiento del club catalán. Con 33 años, Messi ha comenzado el descenso de una carrera futbolística que indudablemente alcanzó -redes sociales y de comunicación por medio- una fama mundial posiblemente superior a las alcanzadas por Pelé o por Maradona.
Las ofertas en millones de euros que ahora aparecen para atraer a Messi ya más tienen que ver con los negocios que con el futbol. El Manchester City le ha ofrecido al jugador un contrato por cinco temporadas (hasta los 38 años), con tres años en la Premier League y otros dos en el New York City (una franquicia del club inglés que juega en la MLS de Estados Unidos). De este modo, le está ofreciendo al avaricioso papá de Messi -su mánager- seguir haciendo negocios juntos, con independencia de que Messi sea el eje futbolístico del Manchester o del New York City.
La oferta -más económica que futbolística- del Manchester o de cualquier equipo que lo compre no es nueva. Ya la recorrieron Pelé -que terminó su carrera en el Cosmos de Nueva York, como parte de una inversión para promocionar el fútbol norteamericano- y también Maradona en sus pasajes por los Emiratos como jugador, técnico o mánager porque el “producto” era Diego.
Se hicieron millonarios negocios con las imágenes de estos grandes jugadores que también habían iniciado, en cada caso, “el descenso”. Messi hoy, en la era de Twitter, Instagram, Facebook y todo lo que gira alrededor de los programas deportivos del mundo, es una máquina de vender imagen y, posiblemente, ese, “su producto”, se proyecte aún mucho después del fin de su propia carrera como futbolista.
La felicidad, dicen, nunca es completa. Messi comienza su descenso cargado de fama, dinero y títulos con el Barcelona, pero con el sabor amargo de no haber revalidado esa enorme calidad con títulos con la camiseta de su país como sí lo hicieron Maradona o Pelé para Brasil.
No tiene en esto una gran responsabilidad. Le tocó vivir el peor momento institucional del fútbol argentino y distintos técnicos que le quisieron armar sin éxito un “modelo Barcelona” para una selección que nunca pudo ni acercarse al club de Cataluña. Tampoco tiene la responsabilidad de tener un público deportivo al que, por tener a Messi, le hicieron creer que la premisa era para la selección “la gloria o la nada”. La selección argentina, finalista en dos mundiales dos Copa América, sin embargo, carga la pesada cruz de no haber alcanzado esa “gloria”, la de alzarse con el título de campeón.
Dicen que el estilo es el hombre. Hay que ver si el chiquitín que se fue de Newell”s Old Boys a las inferiores del Barcelona le da a su carrera un final volviendo a las fuentes, con independencia de los contratos, o si sigue el derrotero que le marque el circuito económico de la voracidad capitalista. Para los hinchas argentinos, sería una reconciliación con sus orígenes. Así se lo hicieron saber a Tëvez en su retorno.
Como hinchas de futbol nos quedamos con la imagen de la foto, pero sabemos que la función continua. Hasta la próxima.

Juan Ferro
28/08/2020

Teoría del derrumbe y estrategia política



Un legado imprescindible a 80 años del asesinato de León Trotsky

Es claro que son innumerables los aportes realizados por León Trotsky y la vigencia y la actualidad de todo su legado. En esta ocasión en particular, nos interesa reivindicar un aporte fundamental e imprescindible que en los últimos años ha sido motivo de una intensa polémica, que puso de manifiesto la existencia de fuertes tendencias revisionistas al interior del movimiento trotskista.Se trata del concepto desenvuelto por León Trotsky en el III Congreso de la Internacional Comunista en 1921. Nos referimos a la unidad dialéctica entre el ingreso del capitalismo a su fase de declinación histórica y de crisis recurrentes cada vez más profundas, por un lado, y el perfeccionamiento, por el otro, de las aptitudes de la burguesía para articular una clara y premeditada estrategia contrarrevolucionaria, a través de ofensivas anti-obreras, acuerdos y tácticas políticas e incluso maniobras para persuadir a sectores de las masas, con el objetivo de perpetuarse como clase dominante.
El desarrollo de esta contradicción fue el eje del discurso de León Trotsky en el III Congreso de la Internacional Comunista (IC), que luego fuera transcripto y plasmado en el folleto titulado Una escuela de estrategia revolucionaria. En aquel discurso, Trotsky sintetizó el concepto de la siguiente manera: “El período que Europa y el mundo entero atraviesan en este momento, por un lado, es el de la descomposición de las fuerzas productivas de la sociedad burguesa, mientras que, por otra parte, es el del desarrollo más alto de la estrategia contrarrevolucionaria burguesa. Es necesario comprenderlo claramente. Jamás la estrategia contrarrevolucionaria, es decir el arte de la lucha combinada contra el proletariado, tuvo la ayuda de todos los métodos posibles, desde los sermones dulzones de los curas y de los profesores hasta el fusilamiento de los huelguistas por las ametralladoras, alcanzó la altura de hoy” (1).
En su intervención, Trotsky dedicaba toda su primer parte a desarrollar “las premisas materiales de la revolución”, es decir, a demostrar que las condiciones objetivas para la lucha por el socialismo estaban maduras. El ingreso del capitalismo a su fase imperialista, con la emergencia del capital financiero, el proceso de exportación de capitales y el surgimiento de los grandes monopolios, con el gigantesco desarrollo burocrático y militar de las principales potencias capitalistas y el estallido de la Primera Guerra Mundial, y con la victoria del Octubre ruso y el desarrollo de numerosos procesos revolucionarios, daban cuenta del arribo del régimen capitalista a su período de declinación histórica. Se consumaba, de esta manera, la tesis fundamental sintetizada por Marx en el prólogo a su Contribución a la crítica de la economía política, en donde se señala que en tanto y en cuanto las relaciones sociales de producción existentes dejan de ser un factor de impulso para el desarrollo de las fuerzas productivas y pasan a ser una trabas de ellas, se abre una época de revolución social.
Trotsky citaba en Una escuela de estrategia revolucionaria una frase del famoso prólogo de Marx: “Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua”. Y reforzaba el concepto señalando que “esta crisis marca hoy la ruina y el desastre de las fuerzas productoras de la sociedad burguesa. Acaso concurran todavía ciertos altibajos; pero, en general, como expuse a los camaradas en la misma sala hace mes y medio, la curva del desarrollo económico tiende, a través de todas sus oscilaciones, hacia abajo, y no hacia arriba” (2).
No es casual el punto de partida elegido por Trotsky en aquel discurso. Pues el reconocimiento de la tendencia inmanente del capital a su autodisolución es lo que despoja a la lucha por el socialismo de un contenido moralista o meramente romántico y le otorga una base material científica y una viabilidad histórica. La teoría del derrumbe o del colapso es, en definitiva, el punto de partida para el desarrollo de una política verdaderamente revolucionaria.
Sin embargo, a renglón seguido, Trotsky llamaba la atención del auditorio del III Congreso de la IC y el eje de su intervención pasaba a concentrarse en la polémica fundamental de aquel Congreso. Luego de reafirmar su adhesión a la teoría del derrumbe, Trotsky se introducía directamente en la polémica a través de una pregunta retórica “¿quiere decir esto que el fin de la burguesía llegará automática y mecánicamente? De ningún modo. La burguesía es una clase viva que ha retoñado sobre determinadas bases económico-productivas. Esta clase no es un producto pasivo del desarrollo económico, sino una fuerza histórica, activa y enérgica”(3).
La reflexión de Trotsky en torno a la burguesía como una “fuerza histórica, activa y enérgica” que es capaz de desarrollar “el arte de la lucha combinada contra el proletariado” apuntaba a llamar la atención del movimiento comunista en torno a las dificultades de la lucha emprendida. La existencia de una fría y calculada estrategia contrarrevolucionaria de la burguesía, más aún en los momentos de mayor profundidad de la crisis capitalista, obligaba a los revolucionarios a refinar su propia estrategia revolucionaria, es decir su propio “arte de la lucha combinada” contra el capital y su Estado. Fue así que surgió, en aquel Congreso, la táctica del frente único proletario, como un arma fundamental del comunismo para conquistar un ascendiente mayoritario entre la clase obrera. A su vez, en las Tesis sobre las tácticas aprobadas en el III Congreso, se señalaba la importancia de la lucha por las reivindicaciones parciales, planteando que “en lugar del programa mínimo de los reformistas y centristas, la IC plantea la lucha por las necesidades concretas del proletariado, por un sistema de reivindicaciones que en su conjunto destruyan el poder de la burguesía, organicen al proletariado y constituyan las etapas de la lucha por la dictadura del proletariado” (4). Se sentaba así el concepto fundamental sobre el que se basaría el Programa de Transición elaborado por León Trotsky 17 años después.
Todos estos aspectos de la estrategia y la táctica revolucionaria desarrollados en el III Congreso apuntaban a armar políticamente a los partidos comunistas. La liviandad con la que los enviados del Comité Ejecutivo de la IC habían abordado los problemas de estrategia política en el proceso alemán derivó en la catastrófica “acción de marzo” de 1921 y abrió una crisis al interior del Partido Comunista de ese país. Era necesario tomar conciencia de los obstáculos que enfrentaba el comunismo para hacerse de la dirección de la mayoría aplastante del proletariado y consumar la toma del poder político. La batalla política librada por Trotsky y Lenin en aquel III Congreso de la IC, apuntaba a terminar con los desvíos ultraizquierdistas, que habían empujado, nada más y nada menos que al PC alemán a protagonizar un putsch que lo llevó a enfrentarse con un sector mayoritario del proletariado, aún no ganado a la causa revolucionaria.

Negación de la teoría del derrumbe

Las tendencias a revisar la teoría del colapso de Marx tuvieron lugar entre numerosos teóricos del marxismo e incluso en la propia Unión Soviética. La tendencia revisionista, sin embargo, había surgido antes, a principios de siglo XX, en el seno de la socialdemocracia. El cuestionamiento de la teoría del colapso vino de la mano de Bernstein y fue el punto de partida de una política revisionista que llevaba a la conclusión lógica de que la superación del capitalismo se procesaría por la vía de reformas sucesivas en los marcos de la democracia capitalista, y no por la vía de la acción revolucionaria del proletariado contra el capital y su Estado. La Primera Guerra y la revolución de Octubre, y más en general todo el posterior desarrollo catastrófico del siglo XX, constituyeron un revés ilevantable para la tesis bernsteiniana. Es necesario tener en cuenta, sin embargo, que el revisionismo surgido en la socialdemocracia se producía en momentos donde la civilización capitalista se encontraba en su etapa culminante, en la víspera de su ingreso a su fase imperialista.
En cambio, el revisionismo en la URSS surgió como respuesta al coyuntural repunte económico posterior a la crisis económica de 1920-21. A pocos años de concluido el III Congreso de la IC, el economista soviético Kondratiev desarrolló la teoría de los “ciclos largos y los ciclos cortos”. Planteaba que los ciclos de boom y crisis del capital, que son inherentes al metabolismo de desarrollo del capitalismo y duran entre 7 y 10 años, planteados y explicados por el propio Marx, se reagrupaban a su vez al interior de “ciclos largos” u “ondas largas”, de un promedio de 50 años de duración, con su propia fase ascendente y descendente. De esta manera, una gran crisis era el inicio de un largo período de relativa estabilidad. La “teoría de la estabilidad” de Kondratiev representaba el cuestionamiento de raíz de la caracterización del ingreso del capitalismo a su fase de declinación histórica. En una carta de 1923 dirigida a Kondratiev, titulada «La curva del desarrollo capitalista», Trotsky emprende tempranamente una defensa de la teoría del colapso contra la teoría de las “ciclos largos y los ciclos cortos”, planteando que “Épocas enteras de desarrollo capitalista existen cuando un cierto número de ciclos están caracterizados por auges agudamente delineados y crisis débiles y de corta vida. Como resultado, obtenemos un agudo movimiento ascendente de la curva básica del desarrollo capitalista. Obtenemos épocas de estancamiento cuando esta curva, aunque pasando a través de parciales oscilaciones cíclicas, permanece aproximadamente en el mismo nivel durante décadas. Y finalmente, durante ciertos períodos históricos, la curva básica, aunque pasando como siempre a través de oscilaciones cíclicas, se inclina hacia abajo en su conjunto, señalando la declinación de las fuerzas productivas” (5). Finalmente, el crack del 1929 y la Gran Depresión de los años 30, el fracaso de los New Deal y la Segunda Guerra Mundial, vinieron a confirmar los pronósticos catastrofistas de León Trotsky.
Quien muchos años después pretendió compatibilizar el planteo de las “ondas largas” con el pensamiento de Trotsky fue Ernest Mandel, dirigente del Secretariado Unificado (SU) de la IV Internacional hasta su muerte (1995), a través de su libro El capitalismo tardío. Pero la compatibilización de la teoría del equilibrio con la teoría del derrumbe “es lógicamente imposible”, como bien señaló Richard Day en su artículo «La teoría de las ondas largas: Kondratiev, Trotsky, Mandel» (6). El revisionismo de Mandel se encontraba determinado por la contención que se le había impuesto a diversos procesos revolucionarios una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, y que se había logrado por la acción del imperialismo y la colaboración estratégica del estalinismo. En 1953, en el III Congreso Mundial de la IV Internacional, Michel Pablo, con la colaboración del propio Mandel, había logrado imponer sus tesis, que establecían la teoría de los “bloques” (países capitalistas vs. países bajo el dominio estalinista), que pasaba por alto los antagonismos de clase y que significaban en lo práctico la disolución política de los partidos de la IV en los partidos estalinistas o nacionalistas. Más tarde, la elaboración de la teoría de las “ondas largas” ofició como el sustento teórico de toda la orientación política de adaptación que había orientado a la IV Internacional luego de la muerte de Trotsky.
En su extenso artículo, Richard Day concluía que “O el capitalismo se desarrolla de acuerdo con un patrón evolutivo suave, en cuyo caso se puede hablar de ondas. O, alternativamente, la teoría de las ondas sólo mistifica el desarrollo desigual del capitalismo, como sostenía Trotsky. Ninguna cantidad de sutileza puede superar el hecho básico de que, en opinión de Trotsky, las ondas largas, o los ciclos largos, eran incompatibles con una periodización marxista de la historia del capitalismo” (7). Pablo Rieznik, en su artículo «Catastrofismo, forma y contenido» (8), y Pablo Heller, en su libro Capitalismo Zombi (9), retoman el debate y profundizan en torno a las contradicciones y limitaciones insalvables de Mandel y su intento de conciliar las “ondas largas” de Kondratriev y el catastrofismo de Trotsky.
El planteo revisionista de Mandel frente a la teoría del derrumbe es lo que explica también su cuestionamiento a la famosa afirmación de Trotsky en el Programa de Transición de 1938, que reza “Las fuerzas productivas de la humanidad han cesado de crecer. Las nuevas invenciones y los nuevos progresos técnicos no conducen a un acrecentamiento de la riqueza material” (10). Numerosas fuerzas que se reclaman del trotskismo, aunque en muchos casos ubicadas a la izquierda del mandelismo, han hecho propio sus planteos anticatastrofistas. Sin ir más lejos, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), tiene una larga literatura de oposición al catastrofismo en polémica con el PO y su dirigente Christian Castillo viene de cuestionar, en una charla-debate por el 80 aniversario del asesinato de Trotsky organizada por el Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad, la tesis catastrofista del Programa de Transición.
Con la disolución de la URSS y la restauración capitalista terminó por abrirse paso una profunda desmoralización de vastos sectores de la izquierda mundial. La confirmación de uno de los principales pronósticos históricos de Trotsky, el que anticipaba que de no triunfar las revoluciones política en los ex Estados obreros burocratizados la perspectiva planteada era la de la restauración capitalista, fue un retroceso concreto para la clase obrera internacional. Aunque siempre fue clara la imposibilidad de los ex Estados obreros de escapar de los marcos de la economía capitalista mundial, es evidente que el proceso restauracionista amplió geográfica y socialmente la dominación directa del capital y acentuó la competencia al interior de la clase obrera internacional. Este proceso fue un punto de apoyo fundamental de la burguesía mundial para declarar el fracaso definitivo del socialismo y el comunismo, el triunfo del capitalismo y proclamar el “fin de la historia”. Los partidos comunistas, que disimulaban su orientación capitalista enarbolando formalmente la defensa de la URSS, caracterizaron el proceso restauracionista como “la victoria del capitalismo frente al socialismo”. Ya antes, sin embargo, se habían volcado al eurocomunismo y a integrar gobiernos imperialistas. En las filas del trotskismo, el mandelismo y el morenismo pasaron a levantar la consigna “socialismo con democracia”. De conjunto, el retroceso concreto sufrido por el proletariado, en combinación con la profusa propaganda imperialista, empujó a la mayor parte de la izquierda, incluida gran parte de la que se reclamaba del trotskismo, a una mayor adaptación e integración política al sistema.
En este escenario, la reivindicación de la teoría del derrumbe representó un anclaje fundamental para la defensa de la perspectiva revolucionaria. La caracterización del Partido Obrero, de que la restauración capitalista en los ex Estados obreros lejos de ofrecer una larga vía de desarrollo y estabilidad para el capital planteaban, por el contrario, una agudización de todos los antagonismos precedentes, se vio confirmada por todo el desarrollo posterior. Una profusa literatura del Partido Obrero, que lo llevó a ser catalogado por propios y extraños como “catastrofista”, fue destinada a mostrar la actualidad de la teoría del derrumbe, claramente constatada con la bancarrota de 2007/08 y con la depresión de 2020, y a rebatir el revisionismo existente en las filas de la izquierda mundial.

Revisionistas de otro tipo

En el movimiento trotskista internacional, el Partido Obrero se destacó por liderar en las últimas tres décadas una intensa lucha teórica y política contra las fuerzas y tendencias revisionistas que cuestionan la teoría del derrumbe. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido en el seno del Partido Obrero un revisionismo de otro tipo: el que asimila la teoría del derrumbe con una incapacidad absoluta de la burguesía para desenvolver iniciativas estratégicas. Los precursores de este nuevo revisionismo, Jorge Altamira y Marcelo Ramal, consideran que en la época de la declinación histórica del capitalismo todas las medidas adoptadas por la burguesía no son más que “manotazos de ahogados” ante la profundización de la crisis (11). Marcelo Ramal, llegó a afirmar que “El fascismo es un producto de la catástrofe capitalista, y no la ‘sagaz estrategia’ del capital para derrotar a las masas” (12). La confusión no podría ser mayor, pues se confunde la caracterización del período histórico con la estrategia política, que la burguesía tiende a ‘perfeccionar’ en los momentos de agudización de la crisis capitalista. Para los nuevos revisionistas, la burguesía no sería “una fuerza histórica, activa y enérgica” capaz de desenvolver en forma perspicaz la “lucha combinada contra el proletariado”, tal cual lo afirmara Trotsky en Una escuela de estrategia revolucionaria.
Esta nueva concepción, transformada en matriz teórica, es lo que los empujó a abandonar la lectura dialéctica del proceso histórico concreto para pasar a una lectura mecanicista. Así, las crisis capitalistas serían sinónimo de rebeliones populares, y las rebeliones populares sinónimo de iniciativa estratégica de la izquierda revolucionaria. Sin embargo, el desarrollo de la lucha de clases en América Latina en 2019 fue un mentís al mecanicismo revisionista. Esto, porque se puso en evidencia la posibilidad de acción política y estratégica de la burguesía, no solo en el marco de la bancarrota capitalista sino particularmente en un cuadro de ascenso de los movimientos de masas, como los que tuvieron lugar en Chile, Ecuador, y Puerto Rico. En esos proceso, quedó de manifiesto la audacia del capital para sostenerse en el poder, sea a través de un “acuerdo nacional” que incluyó a todos los partidos del régimen, incluida su extrema izquierda, como en Chile; sea a través de una concesión completamente parcial a las masas y estableciendo un principio de cooptación de la cúpula de la organización dirigente de la rebelión, como en Ecuador; o sea a través de un cambio gatopardista de las autoridades de gobierno, como en Puerto Rico. El golpe de Estado perpetrado en Bolivia, entre la burguesía boliviana y la derecha fachistoide de Santa Cruz de la Sierra, el imperialismo yanqui, el presidente brasilero Jair Bolsonaro y el expresidente argentino Mauricio Macri, fue una expresión clara y nítida del armado de una estrategia contrarrevolucionaria de la burguesía de alcance continental. Pues el golpe, no sólo venía a barrer del poder político al nacionalismo indigenista, con el objetivo de establecer un régimen de abierta sumisión a los preceptos imperialistas y de ofensiva directa contra las masas bolivianas, sino también apuntó a poner un coto a la ola de rebeliones populares desatadas en el subcontinente.
Es claro e irrefutable que la bancarrota capitalista y las rebeliones populares abren enormes posibilidades para el desarrollo de la izquierda revolucionaria. Pero es evidente que los grandes procesos de 2019 pusieron en evidencia la ausencia de una izquierda que cuente con una estrategia política revolucionaria y que, al mismo tiempo, cuente con una autoridad ganada entre la vanguardia del movimiento de masas. Fue lo que tempranamente anticipamos en los debates desarrollados al interior del Partido Obrero (13). La segunda ronda de rebeliones populares que se incuban en América Latina, mientras se desarrolla la rebelión popular en Norteamérica, le plantean a la izquierda revolucionaria un gigantesco desafío político. Sería un grosero error considerar, como lo hacen los nuevos revisionistas, que la izquierda debe dedicarse a menospreciar la capacidad de acción política de la burguesía. Por el contrario, la izquierda debe analizar y comprender la estrategia contrarrevolucionaria burguesa en toda sus dimensiones y en toda su magnitud, no para inhibir a la vanguardia obrera sino para colaborar con ella a que tome conciencia de la grandeza de los desafíos históricos planteados, que reclaman la elaboración de un programa y una estrategia obrera y socialista y la puesta en pie de partidos revolucionarios. Es a lo que apuntó el documento elaborado por el Partido Obrero junto a otras organizaciones latinoamericanas, y que fuera presentado en la Conferencia virtual latinoamericana y de los EEUU.
Así como la compresión de la capacidad estratégica de la burguesía llevó a León Trotsky y a la Internacional Comunista a la necesidad de perfeccionar la estrategia proletaria, desarrollando la táctica del frente único proletario y revalorizando la lucha por las necesidades concretas e inmediatas de la clase obrera, la negación de la capacidad estratégica de la burguesía lleva a su contrario. Es así que, la nueva organización fundada por Altamira y Ramal reniega del frente único, como lo expresa su oposición al Frente de Izquierda, su rechazo a la Conferencia latinoamericana y de los EE.UU. o al Plenario del Sindicalismo Combativo. Se sabe, sin embargo, que el ultraizquierdismo ha sido siempre, en nuestro país, la pantalla para operar una sigilosa adaptación al peronismo.
Es significativo que quienes pretendieron erigirse como “los guardianes” del catastrofismo, hayan pasado por alto a quien fuera, probablemente, el principal polemista y exponente del Partido Obrero en la defensa de la teoría de derrumbe: nuestro compañero Pablo Rieznik. Sucede que si hubieran recogido su legado, también hubieran tenido que ofrecer una respuesta a una contradicción flagrante. Los tres principales artículos teóricos de Rieznik, en polémica con los anti catastrofistas contemporáneos, titulados «En defensa del catastrofismo» (14), «Catastrofismo, forma y contenido» (15), «Equilibrios, desequilibrios y catástrofe capitalista» (16), tienen como una de sus fuentes basales a Una escuela de estrategia revolucionaria. Jorge Altamira y Marcelo Ramal hicieron propia la caricaturización del catastrofismo que los detractores de la teoría del derrumbe le achacaron históricamente al PO, y que Rieznik se encargó insistentemente de ‘descaricaturizar’ reivindicando la adhesión de nuestro partido a los conceptos de Trotsky volcados en Una escuela de estrategia revolucionaria. A saber, que la tendencia del capitalismo al colapso no equivale al inmediato fin del dominio del capital, pues la burguesía actúa y ha pulido y refinado enormemente sus estrategias contrarrevolucionarias. Ese fin vendrá de la mano de una acción consciente de la clase obrera, que encuentra en el derrumbe del capital el terreno fértil para ejecutar su misión histórica.

Conclusión

A 80 años del asesinato de León Trotsky y a 99 años de aquel III Congreso de la Internacional Comunista la obra de Trotsky guarda una actualidad inconmensurable. La nueva gran depresión a la que ha ingresado el capitalismo mundial en este 2020 le otorga una renovada actualidad a la caracterización trazada por Lenin, cuando sentenció el ingreso del mundo a “una época de guerras y revoluciones”.
En la historia, al igual que en la naturaleza, la podredumbre es el laboratorio de la vida. En ese laboratorio, los discursos y elaboraciones de Trotsky compilados en Una escuela de estrategia revolucionaria representan un legado imprescindible, que debe ser asimilado integralmente por el marxismo-leninismo-trotskismo de nuestro tiempo. Pues la superación de la crisis de dirección del proletariado es la condición sine qua non para transformar la descomposición del régimen capitalista en el preámbulo de la revolución socialista internacional.

Pablo Giachello

1) Trotsky, León: Una escuela de estrategia revolucionaria, Ed Del Siglo, Buenos Aires, 1973 2) Ídem. 3) Ídem. 4) Tesis, manifiestos y resoluciones adoptados por los Cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista, 2da Ed. digital Edicions Internacionals Sedov, Valencia, 2017. 5) Trotsky, León: Una escuela de estrategia revolucionaria, Ed Del Siglo, Buenos Aires, 1973 6) Day, Richard: La teoría de las ondas largas: Kondratiev, Trotsky, Mandel, New Left Review, 1976. 7) Ídem. 8) Rieznik, Pablo: Catastrofismo, forma y contenido, En Defensa del Marxismo nº 35, Ed Rumbos, Buenos Aires, 2008. 9) Heller, Pablo: Capitalismo Zombi, cap. 10, De “ondas” cortas y largas, Ed Biblos, Buenos Aires, 2016. 10) Trotsky, León: Programas del movimiento obrero y socialista, cap. La agonía del capitalismo y las tareas de la IV Internacional, Ed Rumbos, 2013. 11) Ramal, Marcelo: Respuesta a Pablo Giachello, En Defensa del Marxismo nº 53, Ed Rumbos, 2019. 12) Ramal, Marcelo: Mi respuesta a Eduardo Salas, pag. 194, En Defensa del Marxismo nº 53, Ed Rumbos, 2019. 13) Giachello, Pablo: Crítica a Panorama Mundial, En Defensa del Marxismo nº 53, Ed Rumbos, 2019. 14) Rieznik, Pablo: En defensa del catastrofismo, En Defensa del Marxismo nº 34, Ed Rumbos, 2006. 15) Rieznik, Pablo: Catastrofismo, forma y contenido, En Defensa del Marxismo nº 35, Ed Rumbos, 2008. 16) Rieznik, Pablo: Equilibrios, desequilibrios y catástrofe capitalista, En Defensa del Marxismo nº 36, Ed Rumbos, 2009.

Hugo Sigman: de la izquierda a la farmacéutica

El dueño de la vacuna

¿Quién es el empresario argentino que producirá la vacuna contra el covid-19 para América Latina? Sus lazos históricos con el Partido Comunista, su ingreso al mundo empresarial, su mirada de la política: el perfil de un personaje peculiar.
El pasado 12 de agosto, el gobierno argentino anunció la coproducción con México de la vacuna contra el coronavirus AZD1222, diseñada por la Universidad de Oxford. El acuerdo permitirá fabricar 250 millones de dosis de esta vacuna (que se encuentra ahora en fase experimental) y abastecer a toda América Latina (excepto a Brasil) con vacunas que costarán entre 3 y 4 dólares.
Se trata de un acuerdo de transferencia de tecnología entre el laboratorio británico AstraZeneca, dueño de la fórmula, el argentino mAbxience, que fabricará el principio activo, y el mexicano Liomont, que se encargará de la estabilización, fabricación y envasado. La Fundación Slim financiará todo el proyecto. Detrás de esta trama empresarial hay dos personas: Carlos Slim, el quinto hombre más rico del mundo, y el mucho menos conocido Hugo Sigman, el argentino dueño de un imperio farmacológico que se extiende desde Vietnam hasta Barcelona, desde Marruecos hasta Paraguay, desde Rusia hasta la Patagonia argentina.
El misterio de Sigman radica en su «exterioridad interna» al capitalismo farmacéutico: formado como psiquiatra en Argentina, progresista de pasado comunista, amante del arte y la intelectualidad, comenzó su carrera empresarial en Europa y nunca deja de definirse como alguien ajeno a un mundo de los negocios que, por otra parte, maneja con maestría: aprovechando los vacíos legales de la industria farmacológica, tejiendo alianzas con el Estado y rentabilizando de una u otra manera sus variados mecenazgos.

La acumulación originaria

La historia de Sigman es inseparable de la de su esposa y socia, Silvia Gold. Doctora en Bioquímica, es hija de Roberto Gold, dueño de los laboratorios Sintyal y miembro del «directorio» del Partido Comunista Argentino (PCA), una comisión auxiliar creada en la década de 1940 para financiar al partido (tal como lo indica Isidoro Gilbert en su libro El oro de Moscú). Sus integrantes eran empresarios no afiliados como el propio Gold, Samuel Sivak o José Ber Gelbard, quien llegaría a ser ministro de Economía del tercer gobierno de Juan Perón en 1974.
A través del «directorio», el PCA, que fracasó como partido revolucionario, tuvo un éxito notable como empresa capitalista: llegó a controlar constructoras, agencias publicitarias, la embotelladora de Coca Cola y ChemotécnicaSintyal, adquirida por Gold en 1959. Luego del golpe de Estado de 1976, el grupo se desbandó y muchas de las empresas pasaron a estar bajo control de sus propios miembros. Gold se asentó en Barcelona y se asoció con capitales italianos en una nueva farmoquímica. Luego llegaron su hija y el esposo, Hugo Sigman, un bohemio psiquiatra becado. «Aquella decepción inicial con la que llegué a España después de haber tenido que dejar mi país me facilitó el cambio de mentalidad. Fue decisiva la inteligencia de mi suegro, que me llevó de la mano lentamente, sin que yo me diera cuenta. Yo creo que él pensaba en su hija, en sus nietos y se diría: ‘Este, como psiquiatra, ¿qué futuro tiene?’. Con preocupación de padre me fue llevando sin que yo me diera cuenta, tranquilamente, hacia la actividad empresarial», aseguró en el libro Los que dejan huella: 20 historias de éxito empresarial.
Gold les propuso a su hija y a su yerno colocar en el mercado europeo los principios activos que él desarrollaba. Un medicamento está compuesto por dos tipos de sustancia: los excipientes, que ayudan a la absorción pero no provocan efectos medicinales, y los principios activos o API (ingredientes farmacéuticos activos), que son los que permiten prevenir, tratar o curar. En 1977, Sigman y Silvia Gold fundaron Chemo, la empresa española dedicada a la comercialización de API. En 1984 pasaron a la producción y adquirieron Industriale Chimica, una pequeña fábrica en Italia.
El mercado farmacéutico no era amigable, pero Sigman confiaba en su mirada no empresarial: «Nos diferenciamos de los demás porque los bróker tradicionales eran comerciantes sin formación científica (…) me entusiasmaba la idea de adelantarme a las prácticas estrictamente comerciales y tratar de ver con años de anticipación los productos que podrían necesitarse en el mercado».
Sin embargo, la suerte empresaria de Sigman conoce otras causas. Una es el padrinazgo de Gold, quien les prestó su prestigio y contactos farmacéuticos en Europa y Sudamérica. Algunos iban más allá de la cortina de hierro: los lazos de Gold con el PCA le dieron a Sigman acceso a laboratorios de Cuba, China y la Unión Soviética.
Otra causa la relata el propio Sigman: «Hasta 1978 Italia no tuvo una ley de patentes. Italia era en esa época el gran suministrador mundial de materias primas para la industria farmacéutica (…) Al implantar Italia la Ley de Patentes en 1978, España, sin norma de patentes, pasa a ocupar el lugar que Italia tenía hasta ese momento. Y nosotros estábamos en España…». Sigman operaba sobre los vacíos legales de una Europa que se unificaba muy lentamente, como más adelante hará con los laboratorios de China y el ex-bloque oriental. Esa práctica lo vincula, pese a su «mirada no empresarial», a una de las más arraigadas prácticas del capitalismo farmacéutico argentino.

El capital que no teme al vacío

La industria farmacéutica argentina se desarrolló de manera casi salvaje, antes que el resto de la industria local, en un estado de vacío legal casi constante. A fines del siglo XIX se asentaron en el país distribuidores europeos de medicamentos que pronto comenzaron a producir. Así empezaron algunas de las dinastías que aún hoy controlan el mercado, como Bagó o Roemmers. Bajo un marco legal mínimo, los laboratorios consolidaron una posición de mercado dominante, que a lo largo de todo el siglo XX supieron defender de cada intento gubernamental de regulación. Tan tarde como en 1992, y ante la epidemia de cólera, que afectó sobre todo al noroeste del país, se creó un ente destinado a regular la producción y distribución de medicamentos: la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
Hoy el mercado farmacéutico argentino es un enclave asimétrico y cartelizado, con fuerte presencia de capitales locales: 20 laboratorios (de los cuales 13 son nacionales) que concentran 67% de la facturación total pero participan modestamente del crecimiento económico (1% del PIB, 6% del sector industrial), en parte debido a su carácter de punta (empleo calificado, capital intensivo), que aísla al sector de su entorno subdesarrollado; en parte, debido a su deficitaria dependencia de insumos importados.
Uno de los vacíos legales que más duramente defendieron los laboratorios fue su negativa a pagar patentes por el uso de fórmulas extranjeras, pese a los reclamos de laboratorios e incluso gobiernos de otros países. Recién en 1995 fue aprobada una ley de patentes y aun así los laboratorios nacionales pudieron prorrogarla por cinco años, mantener el control del mercado interno y forzar a los laboratorios internacionales a importar directamente o a dedicarse a vender patentes.
En ese mercado salvaje desembarcó Sigman a la vuelta de su exilio, durante las reformas neoliberales de los años 90. Asociado con la familia Sielecki (de laboratorios Phoenix) y al resto de la familia Gold (de Sintyal), adquirió Elea, una empresa especializada en productos hormonales de alta complejidad, que desde entonces provee a compañías como Merck, Pfizer y AstraZeneca.
La campaña antiaftosa de 1994 fue la siguiente oportunidad de Sigman para formar un consorcio. La fiebre aftosa asolaba al ganado de la región desde principios del siglo XX, con grandes epidemias locales en 1942 y 1966. A fines de los años 70 se optó por reemplazar las vacunas tradicionales por otras de tipo oleoso, que fueron obligatorias a partir de 1994. Para fabricar la nueva vacuna, los laboratorios debieron encarar una costosa reconversión. Chemotécnica Sintyal se fusionó con Biogénesis y dio a luz Biogénesis Sintyal, que pronto exportó la vacuna a toda la región.
En 1998 murió Roberto Gold. La empresa de Hugo y Silvia había alcanzado la mayoría de edad. Era hora de saltar al mundo.

La metástasis de un imperio

«Siempre tuve la convicción de querer tener una empresa internacional. No tenía el dinero para que lo sea», aseguró Sigman en su día. En 1986 Chemo adquirió Química Sintética de España, su primera planta aprobada por la Food and Drug Administration de Estados Unidos, que les daba acceso al mercado de ese país. Al año siguiente, el grupo empezó a operar en China, que atravesaba un momento crítico de sus reformas económicas. Pero fue recién en el nuevo milenio cuando Sigman se globalizó.
Entre 2003 y 2015 Chemo se lanzó a un raid de adquisiciones en Brasil, México, Rusia, Estados Unidos, Marruecos y Turquía, además de la formación de consorcios regionales como Altian (América Central), Ladee Pharma (Europa Central), Gold Pharma (China) y Exeltis (India), la marca que desde entonces engloba a toda la red de empresas y su centro de investigación, el Ladee Pharma Research Institute, centrado en la salud femenina.
En medio de ese despliegue, Biogénesis Sintyal se fusionó con Bagó y nació Biogénesis Bagó, un ciclópeo trust de biotecnología y sanidad animal, habilitado para exportar a Europa y Estados Unidos, a los que provee de antígenos. En 2009 la planta de Biogénesis Bagó, con un predio de 10.000 metros cuadrados en Garín, al norte de la provincia de Buenos Aires, fue incluida entre los 300 lugares del mundo que el Departamento de Estado de Estados Unidos debía proteger de un ataque terrorista. En 2013 Biogénesis se asoció a la china Hile Biotechnology en una joint-venture que provee al gobierno chino de 90% de las vacunas antiaftosa.
Hoy Chemo tiene 5.000 profesionales en más de 12 centros de alto rendimiento en Investigación y Desarrollo que proveen a una red de fabricación propia con puntos de contacto comercial en más de 95 países. «Siempre quise que mis hijos conocieran otras culturas. A casa venían hindúes, chinos, asiáticos…». La periferia es el espacio vital de Chemo: América Latina, Oriente Medio, Sudeste asiático y la ex-Unión Soviética. La marginalidad que Sigman se atribuye en el mundo de los negocios se tradujo en su predilección por hacer negocios en los márgenes del mundo.

mAbxience: el reseteo biotecnológico

«Si me voy ahora, me voy, porque si me quedo, no vamos a trabajar bien, tendremos conflictos, porque vos tenés tu estilo y yo el mío, vos tenés una formación y yo la mía… ¡Así que me voy!». El que habla es Hugo Sigman. El que escucha es Leandro, su hijo. Había empezado a trabajar para su padre durante la adolescencia, como visitador médico, usando otro apellido. Se formó como economista y llegó a CEO de Chemo Group España. El choque generacional fue inevitable.«A pesar de mi voluntad, los primeros años no fui capaz de retirarme totalmente –admitió Hugo más tarde– y, consciente o inconscientemente, no llegué a renunciar del todo. Se produjeron algunos cortocircuitos con Leandro por culpa mía».
En 2007, el patriarca por fin se retiró de Chemo y concentró su energía en otro rincón del capitalismo farmacéutico: la compra y capitalización de pequeños emprendimiento biotecnológicos, un nuevo vacío legal en donde innovar: «Las agencias de regulación todavía están confundidas respecto a los productos biotecnológicos».
Los fármacos biológicos son sustancias medicinales producidas a partir de seres vivos: una hormona, una enzima o un anticuerpo monoclonal. Se emplean para tratar enfermedades complejas y su costo es muy elevado. «Los productos biotecnológicos son pocas unidades a altísimo precio y son de uso perentorio para enfermedades donde el paciente se juega la vida», dice Sigman. Un biosimilar en un clon de un fármaco biológico. Su costo es sensiblemente menor y su mercado, prometedor: hoy representan 15% del mercado mundial de medicamentos, más de 600.000 millones de dólares, y se prevé que lleguen a ser 25% en los próximos diez años, especialmente por la expiración de patentes.
En 2009 Sigman creó mAbxience, una división de Chemo especializada en anticuerpos monoclonales, o mAbs, biosimilares empleados para neutralizar objetos extraños como tumores. En 2012 inauguró la planta piloto en Munro, viejo polo industrial semiabandonado al norte de la provincia de Buenos Aires. La empresa pronto hizo acuerdos con laboratorios de Rusia, Irán, Turquía y el Sudeste asiático.
Las aventuras biotecnológicas de Sigman en América conocen dos hitos. El primero es el desarrollo de una vacuna para tratar el cáncer de pulmón. Un proyecto que Sigman comenzó a mediados de la década de 1990 en Cuba, con el desarrollo del antígeno NgcCM3, y culminó en 2013 con la presentación de Racotumomab, la primera vacuna que logra cronificar el cáncer pulmonar, transformando un mal mortífero en una enfermedad tratable, como la diabetes o la hipertensión. Los 18 años de investigación y desarrollo involucraron a las empresas de Sigman, universidades nacionales, centros de investigación cubanos y argentinos (incluyendo al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) y el respaldo de dos ministerios.
El segundo hito fue la creación de Sinergium Biotech. Durante la pandemia de gripe A H1N1 de 2009, Sigman le propuso al gobierno argentino, a través del entonces ministro de Salud Juan Manzur, un proyecto de transferencia de tecnologías farmacéuticas a cambio de la concesión de un monopolio provisorio, inspirado en un proyecto similar del gobierno brasileño. La licitación se presentó privilegiando a Sigman como «autor de la iniciativa», con el compromiso de adquirir todas las vacunas producidas. El acuerdo se hizo con la multinacional Novartis, que tendría un monopolio de tres años sobre la vacuna antigripal, mientras transfería la tecnología a Elea y Biogénesis Bagó, a través de una empresa creada a tal fin: Sinergium Biotech. Pasados los tres años, Sinergium sería la fabricante exclusiva.
En 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desconoció a la gripe A, como pandemia pero el negocio mundial ya estaba hecho. Sinergium siguió operando acuerdos de transferencia de tecnología con Pfizer para la vacuna neumocócica y con Merck & Co para la vacuna contra el papiloma, ambas incluidas por el gobierno argentino en el calendario de vacunación obligatorio. El mismo tipo de acuerdo que hoy alcanzó con AstraZeneca para la producción de la vacuna contra el covid-19.

Coleccionista y mecenas

En oposición a buena parte de la alta burguesía argentina, más proclive al fútbol, el turismo de alta gama y la evasión fiscal, Hugo Sigman profesa una devoción por el mundo de la cultura que lo posiciona como mecenas. Quizás por su pasado comunista, quizás por el volumen que representan las industrias de contenidos a escala mundial, una serie de proyectos e iniciativas se encadenan como gemas incrustadas en su corona.
La cadena de producción de valor cultural de Sigman como mecenas empieza por la «sustentabilidad». Más allá de poseer miles de hectáreas utilizadas por sus empresas de ganadería bovina y ovina, agricultura y producción de madera –su cabaña Garruchos tiene 75.000 hectáreas dedicadas a la siembra directa y al pastoreo en San Luis, y Sigman posee más de 200.000 hectáreas dedicadas a estos mismos fines en la Patagonia, rankeando apenas detrás de Lázaro Báez y Luciano Benetton–, al mecenas le gusta mostrar sus emprendimientos sustentables con valor agregado a base de diseño.
Solantu, por ejemplo, diseña, produce y exporta las materias primas tanto de sus estancias australes como los cueros y la carne de los yacarés que se crían en la provincia de Corrientes. Cuencos, floreros, cajas y tablas de maderas nobles son comercializados tanto en internet como en locales europeos de diseño. La sustentabilidad de Solantu tiene un tercer vértice: el hotel boutique Puerto Valle, instalado sobre una estancia construida en 1868, localizado en los Esteros del Iberá, en la provincia de Corrientes. Una construcción de tan solo 13 habitaciones, también orientada al mercado del lujo. Galerías, pequeños livings, proximidad a las playas y oferta de turismo ecológico, que incluye avistaje de especies en los esteros y visitas al criadero de Yacaré Porá, una granja modelo donde se trabajan el yacaré overo y el yacaré negro, especies locales en peligro de extinción.
En una época en que la sociedad occidental no ve con buenos ojos la matanza de animales salvajes para producir objetos de lujo, ni la deforestación para confeccionar habaneras que cotizan en euros, este impacto negativo es licuado por las estrategias de sustentabilidad y el desarrollo socioeconómico de las regiones donde intervienen. Como si esto fuera poco, Solantu posee en su plantel a una empleada de lujo: Lucía González, hijastra de Felipe, ex-presidente del gobierno y hombre influyente en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se encarga del marketing y la comercialización de la firma.
El particular mecenazgo de Sigman se completa con la creación de empresas culturales y de la producción de películas. Es dueño de la franquicia argentina de Le Monde diplomatique y de la editorial Capital Intelectual (en España, Clave Intelectual). En la producción audiovisual, a través de Kramer & Sigman, produjo desde 2005 films como El perro, El último Elvis, El pasado, Relatos salvajes y El clan, entre otras. Fue pionero en el mundo de las revistas periodísticas progresistas con Tres Puntos y TXT. Circulan diversos rumores sobre los motivos del cierre. El primero y el más fuerte es que se trataba de publicaciones que iban a pérdida. Y como los emprendimientos culturales dependen exclusivamente de su voluntad, un día Sigman se cansó. Al cansancio habrían contribuido los frecuentes llamados de políticos, muchos de ellos socios, amigos o conocidos suyos a lo largo de su ajetreada historia empresaria.
Esto no logró que Sigman dejase de disfrutar de rodearse de figuras del mundo de la cultura, un puñado de elegidos para frecuentar su cuartel del palacio Díaz Vélez, sede corporativa de Insud, el grupo que engloba sus empresas argentinas. Una construcción de estilo francés ubicada en el Barrio Norte porteño, forjada en 1900, con más de 1.000 metros cuadrados cubiertos restaurados. Cerca de la entrada, el palacio posee una monumental escultura del alemán Anselm Kiefer, uno de los artistas europeos más cotizados en la actualidad. La colección de Sigman posee también obras de Guillermo Kuitca, Jorge de la Vega, Juan Carlos Distéfano; esculturas del británico Tony Cragg y pinturas de los españoles Pablo Palazuelo, Jaume Plenza y Sevilla. Apoyó también los envíos de Jorge Macchi y del mismo Kuitca a bienales de Venecia, e integra el comité del Museo Nacional de Bellas Artes.
Uno de los proyectos que más entusiasmó a Sigman fue el documental sobre el ex-presidente uruguayo José «Pepe» Mujica. Porque, cerca de los 75 años, el mecenas aún navega en busca de su identidad. «Tratamos de armar una compañía universal, globalizada y coherente en todas sus ramas, desde la ciencia a la cultura. Todo se integra, no tengo contradicciones al respecto. Pero tampoco soy un ser súper especialista en todas las ramas que tengo, sino que trabajo con grupos humanos que me revitalizan y me permiten conocer cosas distintas. Todavía tengo el sueño de ir armando mi propio personaje, es lo que busco en este momento de mi vida», supo declarar.

Sigman, el pharmakon

Amigo personal de Felipe González, Sigman no pierde oportunidad de ponderar el modelo europeo de cooperación público-privada como tercera vía entre un socialismo que ya dejó atrás y un neoliberalismo en el que nunca confió del todo. No se trata de una idea abstracta: el rubro farmacéutico necesariamente se articula con las políticas sanitarias de cada Estado y Sigman se maneja allí con la misma exterioridad interna que en todos lados, como un antígeno extraño pero influyente en los cuerpos que habita.
Durante el conflicto por la Ley de Patentes, Sigman hizo causa común con el proteccionismo de los laboratorios locales a pesar de ser dueño de un laboratorio multinacional e importar los principios activos para sus medicamentos. Sigman también fue parte de la resistencia de los laboratorios a la Ley de Genéricos, sancionada durante la crisis de 2002, que obliga a los médicos a recetar el medicamento genérico y no la marca, para permitirle al paciente elegir. Para 2014, solo 25% de las recetas cumplía con la ley.
Ese mismo año, ante un aumento generalizado de los precios de los medicamentos, la entonces presidenta argentina Cristina Fernández, quien nunca dejó de beneficiar a Sigman con contratos y licitaciones, denunció desde su cuenta de Twitter a Elea y Biogénesis como dos de las farmacéuticas de mayor facturación, sin olvidar consignar el nombre de sus titulares: Hugo Sigman, Luis Alberto Gold y la familia Sielecki (parientes políticos de su propio canciller de entonces, Héctor Timerman).
La crisis económica obligó a Elea a pedir un procedimiento preventivo de crisis en 2019, pese a las estrechas relaciones de Silvia Gold con el gobierno de Mauricio Macri. Con el retorno del peronismo, Sigman inauguró una nueva planta de mAbxience junto a la plana mayor del nuevo gobierno y reclamó menos impuestos para los laboratorios locales.
Hasta que llegó el covid-19. Paracelso, un alquimista del siglo XV, llamaba pharmakon a la enfermedad entendida como posible cura. El elemento externo que el cuerpo debe incorporar. En el otoño de su vida y al frente del que seguramente será su último consorcio farmacéutico, Sigman busca la oportunidad para salvarnos de la peste y reivindicarse como un ser exterior e interior al sistema, un pharmakon que invade el cuerpo social para inmunizarlo.

Alejandro Galliano, Hernán Vanoli

Alejandro Galliano, es docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y colaborador habitual de las revistas Crisis, La Vanguardia y Panamá. Publicó Los dueños del futuro. Vida y obra, secretos y mentiras de los empresarios del siglo XXI (con Hernán Vanoli, Planeta, Buenos Aires, 2017) y ¿Por qué el capitalismo puede soñar y nosotros no? Breve manual de las ideas de izquierda para pensar el futuro (Siglo XXI, Buenos Aires, 2020).
Hernán Vanoli, es investigador, editor y guionista. Escribe sobre literatura, política y tendencias culturales en la revista Crisis y coordina un espacio de escritura creativa. Publicó ensayo, novelas, traducciones y volúmenes de relatos. Sus últimos libros son El amor por la literatura en tiempos de algoritmos (Siglo XXI, 2019), Los dueños del futuro (en colaboración con Alejandro Galliano, Planeta, 2017) y Pyongyang (Random House, 2017).