domingo, 31 de octubre de 2010

Las 'prácticas violentas' tienen nombre y apellido


Patota "Tuto", policías y gobierno unidos contra los trabajadores

Las maniobras de Moyano para despegar a los K y las de éstos para despegar a Moyano

El accionar de la patota criminal de Unión Ferroviaria, en coordinación con la policía, no ha sido un rayo en un cielo sereno.
En un octubre como éste, de 2006, la patota del puntero kirchnerista Muhamed le sacaba la gorra a un policía después de golpear a los enfermeros y médicos en lucha del Hospital Francés.
Un año después, el grupo de choque del kirchnerista "Caballo" Suárez, del Somu, golpeaba a los delegados y trabajadores del Casino flotante, con el apoyo logístico de la Prefectura del puerto.
Dos meses después, los matones del Smata, de José Rodríguez, aliado de la cúpula moyanista de la CGT, golpeaba a los despedidos de Dana en lucha; en VW Pacheco, la misma burocracia golpeaba a compañeros del PO en la puerta de fábrica.
No habían pasado treinta días, cuando la UTA de Palacios y Fernández -moyanistas como pocos- entraba a los tiros al interior de la Línea 60 para pudrir una elección de delegados, ganada por el clasismo.
En diciembre de ese 2008 hubo un muerto en la acción de una tropa armada de centenares de patoteros que asaltaba la seccional rebelde de los lecheros de Rosario. Luego vinieron las agresiones varias de la patota de la UTA en el subte, que siguieron a la paliza que recibió incluso el diputado transversal Ariel Basteiro, de la CTA.
En mayo de 2009, elementos armados en varias camionetas pertenecientes al kirchnerista Chaco Segovia -cuyo paso franqueó la Gendarmería-, atacaban a obreros petroleros de la Patagonia encuadrados en la Uocra.
En febrero de este año, en Atucha II, la patota del "independiente" de la CGT Gerardo Martínez atacaba una lista opositora en la seccional, corolario de infinitas salvajadas entre fracciones de ese gremio cristinista, que acompañó a la Presidenta a la OIT. En este momento, la patota de Guillermo Moreno, que atacó repetidas veces a los trabajadores del Indec, sigue controlando el Instituto, apenas contenida por la permanente movilización democrática de sus trabajadores y organizaciones populares.
Antes de todo eso, en tiempos de Duhalde, la patota de Hugo Curto hería a numerosos compañeros del Partido Obrero que repartían una declaración en la puerta de Peugeot.
Esta estructura sindical fascistoide es la que aparece también para dirimir conflictos de intereses y de poder entre las distintas camarillas que pueblan la burocracia sindical. Es así que Madonna Quiroz es filmado tirando sobre los rivales de Moyano en el traslado de los restos de Perón a San Vicente; que al tesorero de camioneros de Rosario lo haya mandado a matar por encargo su secretario general; que en los albores de la actual conducción de la CGT, el moyanismo haya defendido su lugar a tiros en los predios de Empleados de Comercio en Ezeiza frente a los de la Uocra, o que Moyano haya asumido la conducción del PJ ante una patota, separada por un cordón policial, de los matones del duhaldista "Pata" Medina. Este es el sistema de patotas que gobierna los grandes gremios de la CGT, con Moyano a la cabeza. Mal que le pese a "6,7,8".
Moyano ha dicho que hay que "cambiar estas prácticas violentas". Pero no se trata de ‘prácticas', sino de un régimen burocrático, de una burocracia sindical que ha desarrollado intereses propios, ajenos a los de la clase obrera, mediante un entrelazamiento con las patronales y el Estado.
Moyano está maniobrando para despegar a este régimen de burocracias y al gobierno del crimen contra Mariano, o sea para salvar las bases de las ‘prácticas violentas'. No puede siquiera soltarle la mano a Pedraza, porque correría el riesgo de perder su propio brazo -atado al de la burocracia ferroviaria y al del conjunto de la burocracia sindical. Moyano, como los K, sólo atina a ganar tiempo. Las patotas son el emergente de la crisis de dominación del movimiento obrero ante el crecimiento de los que luchan por la independencia organizativa y política de la clase obrera.
El crimen de Barracas ha hecho emerger la enorme lucha contra la tercerización, el trabajo precario, las cooperativas truchas, los monotributos, el desencuadramiento, los contratos basura, las pasantías que sufren capas enteras de la juventud están sumergidos. En las vísperas del crimen, la huelga triunfante de 1.500 trabajadores de Action Line, contra el despido de sus representantes sindicales de base puso de nuevo en evidencia que Foetra tiene un pacto cómplice con las telefónicas que controlan el servicio tercerizado. La dirección de Foetra es un frente entre moyanistas y burócratas de la CTA.
Emerge también otra enorme realidad: el manejo creciente del ingreso y "egreso" de personal por parte de las mafias sindicales. Naturalmente, el ‘egreso' se hace por medio de la delación de activistas y el ingreso es arreglado entre las burocracias y las patronales, como una tentativa de controlar los lugares de trabajo y hasta para delatar activistas. Las antiguas bolsas de trabajo de Luz y Fuerza y otros gremios han dado paso al reclutamiento de mano de obra condicionada a los designios de la burocracia sindical. La radicalización en las bases obreras ha acentuado esta tendencia de las patronales y de la burocracia.
Por mucho que la UIA cacaree contra Moyano o Recalde, la patronal es una de las patas de apoyo de la burocracia sindical. Para hacer el acto en River, a la una de la tarde, las patronales y el gobierno pagaron las horas que los concurrentes dejaban de trabajar -y hasta con premios-, desde las automotrices hasta las camioneras. El mismo método con el que se otorgaron 120 permisos a la banda criminal para el antipiquete del 20 de octubre, que atacó a los tercerizados del Roca y a los militantes que los acompañaban. En las paritarias, la contribución económica que las patronales otorgan a las burocracias, con el pretexto de la ‘capacitación laboral', supera los porcentajes de aumento salarial.
Días antes de que se derramara la sangre de los compañeros, la Presidenta había saludado a la nueva Juventud Sindical y se había lamentado por la ausencia de una actividad común con ella en los '70. Es decir que los que luchaban en aquellos años debían colaborar con los verdugos.
Este pensamiento informa sobre la conducta del gobierno en la actualidad -los nac & pop reclaman la colaboración con Moyano- precisamente, por ejemplo, lo que ha obtenido de Yasky y de los pichones de burócratas que la burocracia yaskista ha logrado cooptar. Los métodos de este sector para quedarse con el Suteba La Plata, con el apoyo del intendente Bruera, no difieren de los de Moyano.

Cárcel y castigo a los asesinos y a Pedraza. Por la derogación de la ley de asociaciones sindicales, por la inscripción de todos los nuevos sindicatos, por la soberanía de las asambleas obreras, por convenios únicos de rama para todas las empresas, por la expulsión de la burocracia sindical, por una CGT democrática e independiente.

Néstor Pitrola

La última:

BRUTAL AGRESION DE UNA PATOTA DE LA UOCRA A MILITANTES DEL PARTIDO OBRERO EN SANTA CRUZ

En la tarde de hoy, 28 de octubre de 2010, una patota de la UOCRA de Santa Cruz atacó a militantes del PO en las puertas del sindicato de Comercio de Río Gallegos. La delegación del PO se encontraba acompañando a una lista opositora que reclamaba su legalización, pocas horas antes del comicio.
La patota de UOCRA actuó con completa impunidad, identificada con sus colores y banderas. Dos militantes del PO, Luis Díaz y Jonathan Amerio, debieron ser atendidos en el Hospital local, a raíz de los golpes recibidos.
Los dirigentes del PO de Santa Cruz Miguel del Plá y Ada Vivanco realizaron la denuncia ante la Comisaría 1ª de Río Gallegos y se presentarán mañana ante la fiscalía.
Repudiamos esta nueva agresión de la patota sindical, a sólo una semana del crimen de Mariano Ferreyra. Exigimos el juicio y castigo a los responsables, que fueron filmados y fotografiados por numerosos medios de prensa de la ciudad.

El sistema represivo

I. La estrategia del sistema capitalista consiste en preservar su dominación en una situación de consenso de las clases oprimidas y explotadas. El consenso de los explotados (que Gramsci llama fase hegemónica del capitalismo) facilita el aumento de la rentabilidad del capital y reduce los costos políticos de la opresión.
Para lograr el consenso el capitalismo cuenta con sus “aparatos ideológicos”: las elites políticas, el sistema educativo, los “especialistas” de todo tipo (economistas, juristas, académicos, “politólogos”, sociólogos, historiadores, filósofos, periodistas y los medios masivos de comunicación que vehiculizan, como información, seudoanálisis, debates, entretenimientos, etc., las distintas variantes de la ideología de las clases dominantes).
Pero las clases dominantes, que son muy previsoras, tienen preparado un vasto arsenal, que incluye lo jurídico (estado de sitio, leyes antiterroristas, incriminación de la protesta social, etc) hasta el recurso puro y simple a las fuerzas armadas y policiales, a grupos paramilitares y parapoliciales, a bandas armadas de desclasados, a espías y provocadores infiltrados en los movimientos sociales, etc., para los momentos en que el consenso de “los de abajo” se resquebraja, crecen las protestas y las luchas y el sistema no quiere o no puede seguir haciéndole concesiones reales o vendiéndole espejitos de colores.
Son múltiples los ejemplos que se podrían dar de distintas épocas y países.
II. Argentina no es una excepción. No hay discontinuidad, hayan sido gobiernos conservadores, radicales o peronistas, desde la ley 4144 de residencia de 1902 y las diferentes variantes de leyes “antisubversivas” que siguieron a dicha ley hasta la actualidad, como la ley antiterrorista aprobada por el gobierno de Kirchner en julio de 2007. Ahora espera tratamiento en Diputados un proyecto de la oposición para “mejorar” la ley antiterrorista de 2007.
Otras formas “institucionales” de represión fueron, en el seno de la Policía, Orden Social y la Sección Especial de represión al comunismo, creadas en el decenio del 30. La última, célebre antro de torturas, continuó funcionando durante todo el primer gobierno de Perón y por sus mazmorras pasaron estudiantes, profesionales y militantes sindicales, hombres y mujeres.
Las formas de represión directa variaron según las épocas: represión policial o militar (matanza de trabajadores en Plaza Lorea el 1º de mayo de 1909 (presidencia de Figueroa Alcorta), semana trágica en Buenos Aires en 1919 y matanzas de la Patagonia en 1921 (primera presidencia de Hipólito Yrigoyen); sucesivas dictaduras militares : 30-32, 43-45, 55-58, 66-73 y 76-83; bandas armadas como la Liga Patriótica Argentina, que actuó en el decenio del 30, la Alianza Libertadora Nacionalista, que durante el primer gobierno de Perón se especializó -con total impunidad- en el asesinato de militantes comunistas y socialistas, la Triple A del período peronista 73-76, las barras bravas (un fenómeno relativamente nuevo) y, desde el primer gobierno de Perón hasta ahora, los pistoleros de la burocracia sindical.
Los orígenes de la burocracia sindical se remontan a 1946. Cipriano Reyes fue uno de los artífices del 17 de Octubre de 1945 contribuyendo decisivamente desde su liderazgo en los Frigoríficos, a movilizar a los trabajadores de todo el cinturón industrial de Buenos Aires. En las elecciones que ganó Perón en 1946, el Partido Laborista, fundado el 24 de octubre de 1945 por sindicalistas de todo el país de diversos orígenes y del que formaba parte Reyes, fue la base orgánica que permitió el triunfo peronista. No obstante, el 23 de mayo de 1946, antes de asumir la presidencia el 4 de junio, Perón decidió la disolución del Partido Laborista y de los otros partidos que contribuyeron a su elección y su unificación en un partido único, origen del Partido Peronista. Reyes fue uno de los pocos que resistió la orden y se mantuvo en su banca de diputado nacional durante dos años criticando en diferentes aspectos la política del Gobierno.
Perón no podía aceptar la autonomía de un Partido constituido sobre bases casi exclusivamente sindicales de distintas procedencias, que lo apoyaría pero también controlaría el cumplimiento del programa político.
Reyes fue objeto de un atentado en el que murió su chofer hasta que su resistencia terminó abruptamente en setiembre de 1948 cuando fue acusado de tramar un atentado contra Perón y su esposa, encarcelado y salvajemente torturado, hasta que recuperó su libertad al ser derrocado Perón en 1955.
El proyecto de Perón era el de un movimiento político-sindical totalmente domesticado y controlado desde el Estado.
“Las masas obreras que no han sido organizadas presentan un panorama peligroso, porque la masa más peligrosa, sin duda, es la inorgánica. La experiencia moderna demuestra que las masas obreras mejor organizadas son, sin duda, las que pueden ser dirigidas y mejor conducidas en todos los órdenes (...)” Por el contrario, “esas masas inorgánicas, abandonadas, sin una cultura general, sin una cultura política, eran un medio de cultivo para esos agitadores profesionales extranjeros. Para hacer desaparecer de la masa ese grave peligro, no existen más que tres caminos, o tres soluciones: primero, engañar a las masas con promesas o con la esperanza de leyes que vendrán, pero que nunca llegan; segundo, someterlas por la fuerza; pero estas dos soluciones, señores, llevan a posponer los problemas, jamás a resolverlos. Hay una sola forma de resolver el problema de la agitación de las masas y ella es la verdadera justicia social, en la medida de todo aquello que sea posible a la riqueza de su país y su propia economía, ya que el bienestar de las clases dirigentes y de las clases obreras está siempre en razón directa de la economía nacional. Ir más allá es marchar hacia un cataclismo económico; quedarse muy acá es marchar hacia un cataclismo social. (...)” (Perón, 1944, discurso a los patrones en la Cámara de Comercio).
Con ese objetivo, Perón aplastó, por todos los medios cualquier intento de autonomía del movimiento obrero, originado dentro o fuera del peronismo y durante su primer gobierno reprimió con dureza, incluidos asesinatos y desapariciones, las huelgas obreras: de gráficos, ferroviarios, azucareros de Tucumán, bancarios, etc.
Así, bajo la égida directa de Perón, se gestó la burocracia sindical, con vertientes mafiosas, criminales y empresariales que subsiste hasta hoy como un cáncer, no sólo en el seno del movimiento obrero sino en la política argentina en general.
Por ejemplo, al presidente Illia (1963-1966), que salió de la casa de Gobierno (echado por la Policía) tan pobre como entró, que anuló los contratos de concesión de áreas petrolíferas firmados por Frondizi, que durante su gestión logró reducir la desocupación del 8,8% al 5,2%, producir una significativa redistribución de los ingresos basada en un crecimiento del PIB del orden del 9 por ciento anual y que tuvo el presupuesto de educación más elevado de la historia argentina (25%), la burocracia cegetista le hizo una guerra total.
La misma burocracia que estuvo presente, con la luz verde de Perón, en la asunción de Onganía, el dictador que sucedió a Illia.
Después de la dictadura militar 66-73, el 25 de mayo de 1973 asumió Cámpora , que duró 49 días en el Gobierno, hasta el 13 de julio de 1973. Durante las presidencias de Lastiri (13/7/73- 12/10/73), Perón (12/10/73-1/7/74) y sobre todo durante la presidencia de Isabel Perón (1/7/74-24/3/76) la represión siguió un ritmo creciente contra peronistas de izquierda, líderes sindicales antiburocráticos, activistas gremiales de las grandes empresas, abogados, periodistas, etc. La CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) en su informe “Nunca Más” contabilizó 458 asesinatos durante ese período (19 en 1973, 50 en 1974 y 359 en 1975), obra de grupos parapoliciales, que actuaron principalmente con el nombre de “Triple A” dirigida por José López Rega, ministro, sucesivamente, de Cámpora, Lastiri, Perón e Isabel Perón y secretario privado de los dos últimos.
Entre los primeros atentados atribuidos a la “Triple A”, se cuentan el perpetrado contra el senador radical Hipólito Solari Yrigoyen el 21 de noviembre de 1973, que le ocasionó graves heridas, y el asesinato del abogado del peronismo de base Antonio Deleroni y de su esposa, el 27 de noviembre del mismo año. Solari Yrigoyen había hecho pocos días antes de sufrir el atentado una larga exposición en el Senado criticando las reformas a la ley de asociaciones profesionales de trabajadores, destinadas a consolidar el control de la burocracia sindical sobre el movimiento obrero. Pocos días antes del atentado, un notorio representante de esa burocracia, Lorenzo Miguel, había calificado a Solari Yrigoyen como “enemigo público número uno”.
Ya antes había comenzado la represión contra el movimiento obrero: el 17 de julio de 1973 fue intervenida la CGT de Salta y en esos días se produjeron ataques armados contra la CGT, SMATA y Luz y Fuerza de Córdoba.
En agosto de 1974 el Gobierno le retiró la personería gremial a la Federación Gráfica Bonaerense y en octubre fue detenido su secretario general Raimundo Ongaro.
También en agosto de 1974 el sindicato SMATA Córdoba, en conflicto con la empresa Ika Renault, fue intervenido por la dirección nacional del gremio. La mayoría de sus dirigentes y activistas fueron encarcelados y muchos de ellos fueron asesinados durante la dictadura 76-83, entre ellos su secretario general, René Salamanca.
En octubre de 1974 la policía allanó el Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba y detuvo a varios militantes. Su secretario general, Agustín Tosco, consiguió eludir la detención y pasó a la clandestinidad hasta su muerte, el 5 de noviembre de 1975. Ya instalada la Junta Militar , el Secretario general adjunto del mismo sindicato, Tomás Di Toffino, fue secuestrado el 28 de noviembre de 1976 y fusilado en un campo militar en Córdoba el 28 de febrero de 1977 en una “ceremonia militar” presidida por el general Luciano Benjamín Menéndez.
En marzo de 1974, fue derrocado el Gobernador de Córdoba, Obregón Cano por el Jefe de Policía provincial, coronel Navarro. El presidente Perón, en lugar de reponer en su cargo al Gobernador Obregón Cano y al vicegoberndor, Atilio López, que también era secretario general de la CGT de Córdoba, intervino la Provincia. Atilio López fue asesinado seis meses después en Buenos Aires, el 16 de setiembre de 1974.
El 20 de marzo de 1975 el Gobierno peronista realizó un amplio operativo represivo con 4000 efectivos militares y policiales en Villa Constitución, Santa Fe, donde había varios conflictos gremiales, deteniendo a muchos ciudadanos y a 150 activistas y dirigentes sindicales. La filial de Villa Constitución de la Unión Obrera Metalúrgica fue intervenida por el Gobierno, con el aval de la dirección nacional del gremio, encabezada por Lorenzo Miguel.
La represión antisindical en grandes fábricas transnacionales como Ford, Fiat, Mercedes Benz, Peugeot, Renault, etc. antes de la dictadura del 76-83 y durante ella se llevó a cabo en varios casos con la colaboración de personal superior de las empresas y de algunos dirigentes de las centrales sindicales, que denunciaban a los activistas sindicales a las fuerzas represivas. Uno de ellos, José Rodríguez, fue señalado como cómplice en el juicio por la desaparición de trabajadores de Mercedes Benz durante la dictadura. El mismo José Rodríguez que en 1974 intervino la seccional Córdoba de SMATA y que siguió dirigiendo SMATA hasta poco antes de morir en noviembre de 2009.
Se puede afirmar que la burocracia sindical, corrupta, mafiosa empresarial y prebendaria, en asociación de interés mutuo con las sucesivas cúpulas peronistas, ha sido y sigue siendo, junto con otros aparatos represivos y también ideológicos, uno de los principales y más eficaces reaseguros de la persistencia de un sistema exacerbado de explotación, de opresión y de sumisión al capital transnacional. Ya sea neutralizando las luchas y la organización de los trabajadores con medios más o menos pacíficos y, si se hace necesario, a punta de pistola. “Haciendo tronar el escarmiento”, como decía Perón.

Las “barras bravas”

El 10 de octubre de 2007 se publicó en el sitio de la Deutsche Welle World (http://www.dw-world.de) una entrevista al periodista alemán Ronny Blaschke, que realizó una amplia investigación y escribió un libro sobre el vandalismo y la violencia en el fútbol.
Blaschke afirma que en algunas regiones de Alemania (y en muchos lugares del mundo) hay seres humanos que apenas tienen una perspectiva, muchos son jóvenes de 17, 18 ó 19 años, desempleados, que salen de la escuela a buscar una nueva comunidad que les de confianza y fortaleza. En la órbita del fútbol se encuentran con otras personas que tienen sus mismos problemas. Así que a través de lo que sucede en el deporte compensan esta falta de perspectiva. A la pregunta de qué paralelismo puede haber entre lo que sucede en Argentina y el hooliganismo en Alemania Blaschke respondió:
“Casi no existe ninguno. Estuve el invierno pasado (en 2006) en Buenos Aires, y uno puede comparar lo que ahí sucede con la situación de los estadios polacos y parte de los italianos. Ahí se combina la criminalidad con una corrupción rampante. No quiero menospreciar los problemas que tenemos en Alemania, pero aquí la situación es prácticamente inocua si la comparamos con Argentina. En ese país, los capos, quienes dirigen a las barras, se coluden con fuerzas de seguridad a fin de ingresar droga y permitir la venta de estupefacientes en los estadios. Así se ha podido producir un enorme negocio en torno de los ultras y los más violentos. Algo parecido, aunque no tan extremo, ocurre en Italia. En Argentina y otros países, la ideología de estos grupos es básicamente la de la guerra; defienden sus territorios, sus mercados para la cocaína. Por ello, las batallas en los estadios son muy similares a las que se ven en los barrios problemáticos en Argentina. Yo diría que las "Barrabravas" de Argentina son el caso más grave de hooliganismo en todo el mundo, y no sólo en Sudamérica. Durante mi viaje estuve también en Rio de Janeiro, y ahí existen fenómenos similares. Pero uno mira la estadística y ve que cerca de 250 personas han muerto en o alrededor de los estadios de fútbol en Argentina. Eso no pasó en ningún otro lado, ni siquiera en la Inglaterra de los años setenta”.
En 2009 el Gobierno argentino financió el desplazamiento a Africa del Sur y la estadía de unos 300 miembros de las barras bravas.
Las barras bravas de Argentina son las más numerosas del mundo y la media de la edad de sus miembros es bastante superior a la de otros países.
Hay que concluir pues que las barras bravas argentinas no son un mero fenómeno de marginalidad social, sino que se han “profesionalizado” y forman parte del universo de negocios ilegales, violencia y represión promovido y financiado por empresas del “capitalismo de amigos del Gobierno” y por el mismo Gobierno para que actúen cuando se los requiera como fuerza de choque contra los trabajadores y los movimientos sociales.
III. El asesinato de Mariano Ferreyra proyectó a la luz del día todo este nefasto entramado y el Gobierno y Hugo Moyano centraron su estrategia en “despegarse” del hecho, así fuera sacrificando algunos peones, consciente del enorme costo político de aparecer directa o indirectamente involucrados.
La Presidenta Cristina Kirchner declaró: “Algunos buscaban un muerto, pero como no lo pudieron lograr, pasó lo que pasó”. No explicó quiénes podían ser esos “algunos” pero el mensaje estaba implícito: oposición “destituyente”, “zurdos” y otros “agitadores”.
Pero en materia de víctimas de la represión parece que la Presidenta conoce sólo estadísticas tipo INDEK, pero no las que publica CORREPI en base a minuciosos estudios.
En el informe de noviembre de 2009 de CORREPI, (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) se dice, entre otras cosas: « Los números confirman que en la Argentina “democrática”, una vez finalizado el trabajo encomendado a los militares de la última dictadura, la represión cambió de forma para adaptarse a las necesidades del nuevo sistema político. A partir de 1983 ya no se reprimiría tanto en forma abierta y selectiva, sino silenciosamente, con masividad y sin repercusión pública. La dictadura cumplió la tarea, iniciada años antes, de aniquilar la resistencia de trabajadores organizados altamente combativos, de organizaciones revolucionarias y de grupos políticos radicalizados. Reemplazados los gobiernos militares por los “presentables” gobiernos “democráticos”, cobró central importancia esta “represión preventiva”, cuyo objetivo es disciplinar a la clase de cuyo seno surgen la resistencia y la confrontación. Así, los gobiernos que administran el estado argentino tratan de garantizar que “Nunca Más” el sistema de explotación capitalista sea cuestionado seriamente en el país. Qué mejor, para alcanzar ese fin, que atemorizar al pueblo por medio de castigos ejemplares aplicados cotidianamente, potenciados por un alto grado de naturalización hacia el interior de la clase reprimida y de invisibilización hacia afuera.
El informe de CORREPI proporciona las siguientes cifras sobre las víctimas directas (asesinados) de la violencia estatal: 2826 casos desde 1996 hasta 2009. 51% víctimas del gatillo fácil, 33% en la cárcel, comisaría o bajo custodia, 2 % en protestas sociales y el resto en diversas circunstancias. Y el informe agrega: “Desde el 25 de mayo de 2003, el gobierno peronista de los Kirchner, que gusta definirse como “EL GOBIERNO DE LOS DDHH”, ha matado con el gatillo fácil, la tortura, en cárceles o comisarías, a 1.320 personas: 928 entre el 25/05/2003 y el 10/12/2007 y 392 desde entonces”.
La baja proporción de los asesinatos estatales en protestas sociales está explicada en el mismo informe: “Párrafo aparte merecen las estructuras de seguridad, custodia o vigilancia privadas, generalmente dirigidas por miembros de alto rango del aparato represivo oficial, en retiro o en actividad. Sus integrantes, en la mayoría de los casos, son también personal de las fuerzas, incluyendo exonerados, disponibles o suspendidos por delitos diversos, lo que hemos probado una y otra vez, desmintiendo lo que declama la letra de las leyes y reglamentos. A ello se suma el accionar cada vez más visible de patotas paraestatales, en general dirigidas o compuestas por elementos de choque vinculados a la estructura del partido de gobierno (punteros barriales, “batatas” sindicales o miembros de barras bravas de fútbol), que toman en sus manos, en apariencia “privadas”, la represión a los trabajadores organizados por fuera de las burocracias. Este mecanismo, que ha usado con particular predilección el gobierno asumido en 2003 y reelecto en 2007, tiene la enorme ventaja de poner al aparato represivo oficial a resguardo de eventuales críticas, al tiempo que sirve para anatemizar la organización independiente de los trabajadores. Siempre que pueden, ante los ataques de las patotas, los medios titulan “batalla entre sectores sindicales”, sin distinguir, deliberadamente, entre las burocracias oficialistas y los delegados o comisiones internas no burocráticas».

Alejandro Teitelbaum (especial para ARGENPRESS.info)

El Salvador: a 30 Años del nacimiento del FMLN


Hace treinta años las cinco organizaciones guerrilleras se unificaron y fundaron el FMLN con el objetivo de tomar el poder por medio de la lucha armada e iniciar la transformación socialista de la sociedad. Esto dio inicio a la guerra civil que duró 12 años, con un saldo de decenas de miles de muertos donde la clase obrera y el campesinado pagaron un precio muy alto.
En 1992 se firman los acuerdos de paz en los cuales se desmonta la dictadura militar que se había convertido en una casta privilegiada, pero no se tocan las causas fundamentales de la guerra y además el frente se transforma en partido político electoral y desde este momento comienza a participar en elecciones. Durante todos estos años hemos visto un ascenso en el apoyo electoral hacia el partido ganando más alcaldías y más diputados. Esto ha implicado un crecimiento del aparato y por lo tanto una lucha interna por su control a veces muy encarnizado. El partido ha tenido muchas crisis internas que han terminado en escisiones de grupos que querían derechizarlo, las bases hemos mostrado un instinto revolucionario al apoyar al ala que se ha situado más a la izquierda. Todos recordaremos el enfrentamiento entre renovadores y ortodoxos, donde los primeros claramente pretendían convertir al FMLN en un partido socialdemócrata al mejor estilo de los partidos reformistas europeos y los otros que luchaban por mantener los ideales de lucha revolucionaria.

EL GOBIERNO DEL CAMBIO

Tenemos más de 16 meses del gobierno del cambio, este es un hecho histórico que representa un punto de inflexión muy importante en nuestro país. Por primera vez un partido de izquierda que tiene como ideal el socialismo gana las elecciones presidenciales. Este triunfo tiene su origen en varios factores, por un lado, el desgaste de 20 años de gobiernos de derecha que aplicaron políticas económicas neoliberales cuyo resultado ha sido el aumento del desempleo, la migración y la delincuencia. Por otra parte las contradicciones entre importantes grupos de la burguesía reflejado esto en la crisis interna de su principal partido (ARENA) que culminó con un rompimiento y la fuga de mas de diez diputados de su fracción legislativa; esto puede representar una crisis de las “alturas” donde la clase hegemónica ya no puede seguir dominando como antes.
La desgracia del triunfo electoral del FMLN es haber ganado la presidencia en medio de una de las peores crisis del capitalismo mundial después de la gran depresión de 1929. Nuestra perspectiva económica es que tendremos un período bastante largo de bajo crecimiento económico y por lo tanto de mucha inestabilidad política y social. Nuestra economía está atada a la estadounidense, la cual, según los últimos datos económicos como el desempleo, no se recuperará luego y algunos economistas temen una doble caída. No por gusto el presidente Obama está impulsando un programa millonario de obras públicas entre otras medidas. También podemos observar el comportamiento de las bolsas de valores mas importantes del mundo las cuales caen y se recuperan para luego volver a caer, esto nos demuestra el carácter muy inestable de la economía mundial.

LAS BASES CUESTIONAN

Entre la base de nuestro partido hay un ambiente de mucho cuestionamiento hacia Funes y su comportamiento en el gobierno. Por ejemplo, la negativa del presidente de entrar al ALBA, cosa que los militantes considerábamos normal que se hiciera, en cambio lo que vemos es todo lo contrario: la alineación con los EUA. Nuestros dirigentes del partido han tenido en no pocas ocasiones muchas dificultades para explicar esta situación en asambleas a los militantes. La dirección nos dice que este es un gobierno de Unidad Nacional, que la tarea fundamental en este momento era sacar a ARENA del gobierno. Todo esto justificado con la teoría de la revolución democrática con rumbo al socialismo, es decir, que esta es la etapa en la que nos encontramos actualmente y la siguiente etapa es la revolución socialista. En la práctica lo que ocurre es que el socialismo se deja para un tiempo indefinido y se convierte nada mas en un bonito ideal al que hay que aspirar pero que no se puede concretar por falta de “condiciones”.
Los marxistas del FMLN pensamos que es necesario iniciar un proceso de debate sobre estas cuestiones teóricas. Partimos de que un error en la teoría provoca tarde o temprano un desastre en la práctica. Por lo tanto, una claridad teórica nos permitirá tomar las mejores decisiones en la lucha de clases donde nuestro partido juega un papel de primer orden. Además, los debates deben servir para elevar el nivel político de los militantes del partido y ese debe ser uno de los objetivos más importantes. Nuestra intención no es en ningún momento desprestigiar o descalificar a nadie sino dar nuestro aporte al momento histórico que estamos viviendo y que ha puesto el debate acerca del socialismo en el orden del día.

¿QUE ES EL GOBIERNO DE UNIDAD NACIONAL?

Esto ha sido explicado tanto por Funes como por muchos dirigentes del partido. La unidad nacional implica un gobierno de coalición donde participan diferentes fuerzas políticas que representan intereses distintos. En el caso nuestro el FMLN representa los intereses de la clase trabajadora y los Amigos de Mauricio los intereses de la burguesía, más que todo de aquel sector que durante los gobiernos anteriores estuvo marginado de las ventajas que significa controlar el aparato del Estado. Esto significa que el FMLN es el partido de gobierno, pero no el partido que gobierna. En otras palabras este es un gobierno de colaboración de clases donde hay que tratar de quedar bien con todo mundo para no alejar o molestar a los aliados. Esta es una vieja táctica conocida como Frente Popular.

ORIGEN DE LA TÁCTICA DE LOS FRENTES POPULARES

En 1933 Hitler tomó el poder en Alemania y se jactaba diciendo “he llegado al poder sin romper un cristal”. Esto fue posible por la división del proletariado alemán causada por la política aplicada por los comunistas bajo las directrices de la Internacional Comunista (IC) estalinista. La IC había proclamado el tercer período que significaba la crisis final del capitalismo y por lo tanto no era posible ningún acuerdo con los partidos socialdemócratas a los cuales se calificaba de socialfascistas. Juntos comunistas y socialdemócratas sumaban mas del doble de votos que los nazis, sin embargo, con la política del socialfascismo se dividió al proletariado alemán, uno de los mas poderosos y mejor organizados de la época, lo cual permitió el ascenso de Hitler al poder. Stalin esperaba llegar a un acuerdo con los nazis, sin embargo cuando fue desairado por Hitler se aterrorizó ante la perspectiva de una invasión de la URSS por la Alemania nazi. Entonces la IC dio un giro de ciento ochenta grados y proclamó la política del Frente Popular que consiste en alianzas entre partidos obreros y partidos burgueses, algo totalmente en contra del método de Lenin y Marx quienes siempre insistieron en una política de independencia de clase aún en los momentos en que era muy improbable una situación revolucionaria. Por supuesto que esto no descarta la posibilidad de llegar a acuerdos temporales en cuestiones secundarias con algunos partidos burgueses pero sin alianzas programáticas.

¿CUAL ES LA ALTERNATIVA?

Todos los programas sociales que ha implementado el gobierno son muy buenos y nosotros somos los primeros que nos situamos en la primera línea de defensa. No cabe duda que miles de personas están siendo beneficiados, sin embargo, los problemas del pueblo son muy profundos y no se solucionaran con medidas las cuales a pesar de las buenas intenciones tienen un efecto muy temporal. Además ya hemos explicado en otras ocasiones que todos los programas sociales dependen de préstamos y por lo tanto no son sostenibles en el largo plazo. Ya hay señales de alarma por el nivel de endeudamiento de nuestro país. Tarde o temprano el gobierno se verá obligado a aumentar sus ingresos por la vía de los impuestos y la eliminación de gastos considerados innecesarios como los subsidios. La focalización del subsidio al gas licuado es una muestra de ello y significará un golpe bastante fuerte a un sector muy importante de la clase trabajadora. La consigna de Unidad Nacional significa en la práctica someter los intereses de la clase trabajadora a los de la burguesía. Es como la unidad entre el jinete y su caballo. Para que el pueblo sienta el cambio es necesario implementar medidas mas profundas, por ejemplo un aumento de salario que contrarreste el aumento de los precios de las mercancías. Estamos seguros que los trabajadores apoyarían y defenderían estas decisiones de su gobierno.
En los márgenes del capitalismo es imposible terminar el caos que tenemos en nuestros países, la única alternativa es comenzar la transformación socialista de la sociedad con un régimen de economía planificada y democracia obrera. Estamos seguros que esto serviría de inspiración a la clase trabajadora de los demás países y veríamos movimientos en la misma dirección tal y como la revolución venezolana ha inspirado a la clase obrera a nivel mundial.

¿HAY CONDICIONES PARA EL SOCIALISMO?

Siempre escuchamos frases como: “el pueblo no esta preparado”, “no hay condiciones para el socialismo”, “no es el momento”, “primero debemos profundizar la democracia”, etc. Siempre hay justificaciones para no luchar por el socialismo. Cuando Marx y Engels escribieron el Manifiesto del Partido Comunista (MFC) hace más de 150 años ya planteaban que el desarrollo de las fuerzas productivas estaba en un nivel que permitirían el inicio de la construcción del socialismo. Hoy en día los avances en la tecnología son tan espectaculares que las fuerzas productivas se han desarrollado a un nivel muy superior lo que haría mucho más fácil esta tarea. En El Salvador no hay condiciones para el socialismo, pero si las hay nivel mundial. En 1917 Rusia era un país muy atrasado, 90% de la población era campesina y analfabeta y la clase obrera era una pequeña minoría. Era un atraso espantoso, sin embargo, el partido bolchevique con Lenin y Trotsky a la cabeza lograron con una táctica correcta ganarse a las masas y ganaron la mayoría en los soviets que permitió tomar el poder e iniciar la transformación de la sociedad. Ellos sabían que por el atraso del país el peligro de contrarrevolución era muy grande y por lo tanto su perspectiva inmediata era el triunfo de la revolución en otros países mas avanzados como Alemania para que los obreros alemanes fueran en ayuda de la clase obrera rusa. Esta perspectiva se cumplió parcialmente porque se desencadenaron procesos revolucionarios en muchos países incluido Alemania pero por la falta de una dirección adecuada fueron derrotados. Esta situación jugó un papel muy importante en la degeneración del estado obrero ruso unos años después.
La calidad de la dirección en una situación revolucionaria es el factor más importante que puede significar una derrota sangrienta o el triunfo revolucionario. El socialismo en un solo país no es posible, por eso es incorrecto hablar de socialismo al estilo salvadoreño, cubano o chino. Eso no significa, como dicen muchos dirigentes, que no hay que plantear la lucha por el socialismo. Al contrario, debemos comenzar la tarea con una perspectiva internacionalista
Aquellos que dicen que no hay condiciones para el socialismo es un auto engaño consciente o ignorancia. Si así hubieran pensado Lenin y Trotsky la revolución rusa jamás hubiera existido. Hoy en día la clase obrera salvadoreña es mucho más numerosa proporcionalmente hablando que la rusa en 1917 y existen condiciones revolucionarias más favorables a nivel internacional que en aquellos años.
Si los trabajadores en El Salvador tomaran el poder y expropiaran las principales palancas de la economía esto aun no sería socialismo, pero significaría en lo inmediato una mejora en los niveles de vida de las masas y sería un importante ejemplo y polo de atracción para el resto de trabajadores venezolanos, ecuatorianos, bolivianos, centroamericanos, etc. se construirá la Federación Socialista de América, esta revolución se extendería y amenazaría al propio imperialismo porque más temprano que tarde la revolución estallaría en el corazón de los EEUU y si los trabajadores toman el poder ahí, el capitalismo estará acabado de por vida. Hoy no existen condiciones para el socialismo en El Salvador pero si a nivel mundial, el establecimiento de una economía planificada democráticamente por los trabajadores en El Salvador sería el inicio de la revolución socialista mundial.

¡Viva la revolución salvadoreña!
¡Viva la revolución socialista mundial!

Luis Valle, BPJ-CMI El Salvador
Miércoles 20 de Octubre de 2010

"Che la eterna mirada" (2)

El asesinato de Mariano Ferreyra y su significado político

Una marcha de unas 60.000 personas repudió el jueves pasado en las calles de Buenos Aires el asesinato de Mariano Ferreyra, un joven militante sindicalista de 23 años. Otros miles se manifestaron en las principales ciudades de Argentina.
Mariano ingresó el miércoles 20 de octubre en esa larga lista de víctimas del terror estatal o paraestatal que durante más de un siglo –con distintos grados de intensidad y frecuencia– ha pretendido silenciar la protesta social, el grito de los trabajadores democráticamente autoorganizados y de los oprimidos. Elsa Rodríguez, una luchadora social y política de 60 años, se halla también entre la vida y la muerte, con una bala alojada en el cerebro, consecuencia del mismo ataque criminal que segó la vida de Mariano Ferreyra.
Desde el gobierno y desde la oposición, desde todos los grandes medios de comunicación –los proguberbamentales, lo mismo que los antigubernamentales–, y superando milagrosamente diferencias coyunturales, parecieron ponerse de acuerdo a la hora de unificar el mensaje: Ferreyra había muerto como consecuencia de un enfrentamiento entre "bandas sindicales". O sea, reaparece la tesis de los dos demonios. Idéntico mensaje se quiso pasar cuando, no muy lejos geográficamente de dónde esta vez ocurrieron los hechos –en el Puente Pueyrredón, el 26 de junio de 2002—, la policía acribilló a los jóvenes Maximiliano Kosteky y Darío Santillán. Precisamente: la participación en aquella movilización del puente Pueyredón y el impacto que le provocaron aquellas cobardes ejecuciones marcaron los primeros pasos de Mariano en la lucha social y política, según cuentan quienes lo conocieron.
El discurso oficial, lo mismo que el de la oposición establecida, fue entonces como el de ahora: "bandas enfrentadas". Y ahora como entonces, no ha tardado en desbaratarse el premeditado ideologema de los dos demonios en que tienden a confluir los mensajes del poder del gobierno y los del poder de la oposición establecida. Pues la cosa está clara como el agua: de un lado están quienes protestan y se enfrentan a las injusticias establecidas, que son muchos; del otro, los establecidos, que no son muchos ni están muy bien avenidos, pero que, a lo que se ve, no han perdido el instinto de unirse cuando de lo que se trata es de acallar el griterío de las victimas y defender como sea el "orden". Un "orden" manifiestamente propicio a los victimarios.

¿Cómo fueron los hechos?

Existe un inveterado conflicto en la línea del ex Ferrocarril Roca con los trabajadores llamados "tercerizados". Muchos, por reclamar el fin de contratos infames, han sido despedidos; otros persisten en pedir su incorporación al trabajo formal.
No era la primera vez que los "tercerizados" se disponían a tomar medidas o a emprender acciones para hacer visibles sus elementales exigencias laborales, a manifestarse en las estaciones o atravesarse con piquetes en las vías. En esta ocasión, cuando intentaban una nueva protesta, fueron rechazados por un grupo de choque de la burocracia de la Unión Ferroviaria, una casta corrupta adueñada del sindicato con el beneplácito y aun el sostén de todos los ministros de Trabajo desde hace décadas. Tanto la policía de la provincia de Buenos Aires, como la Federal –con competencia en las instalaciones ferroviarias— fueron impávidos testigos de los acontecimientos. Cuando los tercerizados se replegaban ante la embestida de la "patota", aparecen, según varios testimonios, dos tiradores que, no sin pericia, abren fuego a discreción sobre los manifestantes desarmados. Tres de ellos son alcanzados por los disparos: Mariano, en la región hepática, Elsa Rodríguez, en la cabeza, y otros dos, en las piernas.

La burocracia sindical y el Estado

La muerte de Mariano, un muchacho particularmente querido por quienes lo conocían, un militante empeñado en entender y cambiar a mejor el mundo, un aplicado estudiante de historia con formación de obrero metalúrgico – ahora desocupado – y miembro del Partido Obrero (de orientación trotskista), vuelve a colocar en el centro del debate público argentino un viejo y decisivo problema político de nuestro país.
La cristalización de excrecencias burocráticas en la vida sindical o política no es un fenómeno ni nuevo ni endémico de la Argentina. Pero el desarrollo de la burocracia sindical argentina presenta unas particularidades muy llamativas, que tampoco cabe asociar necesaria ni, menos aún, exclusivamente al peronismo de Perón.
Fue el dictador Juan Carlos Onganía quien, a mediados de los 60. provocó la primera distorsión con la Ley de Asociaciones Profesionales, una disposición legal nacida del acuerdo con un sector de los viejos dirigentes para frenar el ascenso de una nueva generación obrera combativa. Esta norma preparó el caldo de cultivo para el nacimiento de un nuevo tipo de burócrata sindical, desconocido hasta entonces: el burócrata sindical convertido en empresario. La legislación y el modelo de ella dimanante persisten hasta el día de hoy. Por la vía así abierta en los años 60, ocurrió en los 70 que varios dirigentes sindicales se transformaron en delatores; primero, al servicio del terrorismo de la ultraderechista Triple A; luego, a las órdenes de los grupos de tarea de la dictadura militar. Cuando tuvieron que ir a declarar en el juicio democrático contra las Juntas militares, ya no recordaban nada. Ahora sólo quedan en actividad algunos que en aquellos días eran pichones implumes y de vuelo corto. ¿Cómo reprocharle al Papa su juvenil paso por las juventudes hitlerianas, o su posible fascinación intelectual de entonces con el nazi Heidegger o con el nazi Carl Schmitt, que ahora, encima, y vaya usted a saber porqué, fascinan a cierta confusionaria izquierda académica más amiga de la inane vanidad mediática o del rentable enredo cortesano que de la lucha abierta en la calle o del trabajo honrado y discreto en la biblioteca o en el laboratorio?
Pero alguna memoria hay que tener. Y es lo cierto que se dio un cambio cualitativo en varios dirigentes gremiales durante el gobierno de Carlos Menem. Todavía existía entonces una estructura clásica que, quieras que no, se atravesaba en el camino del proceso de desguace del Estado, de las contrarreformas neoliberales, de las privatizaciones y las desregulaciones. No era suficiente contar con las oprobiosas leyes de la Reforma del Estado y de la Emergencia Económica, esas leyes que la mayoría de peronistas y radicales aceptaron sin decir ni mu, con la honrosa excepción de un pequeño grupo de resistentes. Pese a que la hiperinflación había hundido en la miseria a los más pobres, subsistían todavía fuerzas dispuestas a oponerse al shock neoliberal. Para erradicarlas, la llave maestra fue transformar a los jefes de los principales dirigentes de los sindicatos en socios del desguace, en cómplices activos de las privatizaciones y en beneficiarios directos de las desregulaciones. Era un negocio en el que había para repartir. Y esa fue la táctica descubierta por el ingenio truhanesco de Menem, quien contó, para llevarla a cabo, con varios "expertos" en diseño de institucional amalgamador de bribones: Domingo Cavallo, Caro Figueroa, Horacio Liendo, entre otros.
Los burócratas sindicales, hasta aquel momento corrompidos, si así puede decirse, por pasiva, pasaron entonces, por activa, a ser emprendedores dueños de supuestas cooperativas o Pymes, cuyo "negocio" consistía en "tercerizar" las tareas y recontratar a precio vil a los mismos trabajadores que, relativamente bien pagados y mejor formados, habían sido despedidos de las empresas públicas privatizadas o concesionadas. También había algunos dólares de esta fiesta para el sector privado: joint-ventures con bancos y financieras, nacionales y trasnacionales, negocietes con la previsión social, con las ART (Aseguradores de Riesgo de Trabajo) y emprendimientos tan variados como daba a entender la rebosante imaginación de unos novoempresarios penetrados de la ambiciosa avidez de una época sin escrúpulos.
Empresas y empresitas de tal espurio origen pueden reconocerse hoy en los ferrocarriles, en el transporte en general, en lo que quedó de YPF, en Yacimientos Carboníferos, en la flota Petrolera del Estado –que pasó enterita a la burocracia novoempresarial—, en el sector telefónico (en todas y cada una de las provincias)… En fin, la lista es muy larga; pero todos y cada uno de los trabajadores de esas empresas saben quiénes son los dueños y cómo llegaron a serlo…
Y si entre tantos casos criminales hubiera que elegir una perlita, hay que decir que en los ferrocarriles se encuentra una verdadera joya. José Pedraza es uno de los socios concesionarios del Belgrano Cargas, una empresa que ayudó a destruir, labor por la que sigue recibiendo jugosos subsidios: desde los tiempos de Menem, y sin interrupción alguna. Otro de sus socios en el control de la Unión Ferroviaria es el actual subsecretario de Transportes de la Nación. Pedraza fue también procesado por ilícitos de una empresa en la que había puesto como titular a su mujer. Y en ese caso, como en otros, fue defendido por un gabinete jurídico del que es socio el actual procurador de la Nación, Esteban Righi, jefe, a su vez, de todos los fiscales. Casi una costumbre la del hoy funcionario kirchnerista: hace un tiempo fue el defensor del los burócratas del Smata, acusados de haber promovido en la época de Isabel Martínez de Perón –y en connivencia con la patronal— la desaparición forzada de los trabajadores que formaban parte de la Comisión Interna de Mercedes Benz. Para seguir la historia de José Pedraza y sus amigos resulta muy recomendable la lectura de El Ferrocidio, el excelente libro de Juan Carlos Cena, o ver La última estación, el imponente documental de Fernando "Pino" Solanas.
La criminalidad de estos burócratas sindicales trocados en empresarios ha traspasado en la Argentina límites que ni siquiera habrían podido soñar algunos de los mayores mafiosos de la historia universal. Un solo ejemplo (mero ejemplo): la causa que se sigue por falsificación de medicamentos y por la que está preso el legendario dirigente de los bancarios José Zanola. Su especialidad era adulterar los fármacos oncológicos, particularmente los de mayor valor en el mercado, que se distribuían entre las obras sociales sindicales. Tal vez se intente argumentar en su defensa –y en la de sus colegas de asociación ilícita– que sus fines en última instancia han sido humanitarios, una suerte de propiciador de la eutanasia para el caso de los enfermos de cáncer terminal. En este juicio también tendrá algo que decir Pedraza.
Entre todos estos burócratas empresarios y sus protectores se halla el autor intelectual del asesinato de Mariano Ferreyra.

El mundo de la tercerización

Pero hay otro asunto que esta muerte pone también sobre el tapete. Argentina, tras un crecimiento económico espectacular en los últimos años, padece una calamitosa situación social y laboral. Es decir, sigue en pie, con algunos retoques más o menos cosméticos, la teoría neoliberal del derrame. Largos años de dictadura y ajuste neoliberal trajeron consigo la generalización del empleo precario, la pobreza abundante y la fragmentación extrema del mercado laboral. (Véase al respecto la excelente entrevista con Susana Torrado reproducida en la entrega anterior de SinPermiso.) Algo se recuperó en relación con el momento de mayor depresión del año 2001, aunque resulta difícil de cuantificar por la manipulación de las estadísticas del INDEC en 2007. De todas maneras, se admite que en varios sectores se habría recuperado el nivel de 1968, anterior a la larga crisis nacional. Pero aún admitiendo los datos oficiales, se constata que sólo un cuarto de los jóvenes menores de 30 años tiene un empleo en blanco. Y en el caso del empleo en negro e informal, que es el caso de quienes trabajan en las empresas tercerizadas, paradójicamente reciben un tercio del salario de quienes están en blanco, es decir en el trabajo formal. Ese es el origen del reclamo y de la lucha de los obreros "tercerizados" de la ex línea Roca, una causa justa –eminente y hasta elementalmente justa— por la que murió Mariano Ferreyra.

La tesis de las bandas o los dos demonios

La tesis, farisaica hasta la indecencia, de las bandas extremistas pugnazmente enfrentadas fue siempre el primer reflejo del gobierno, de este gobierno y de todos los gobiernos anteriores. Es también el primer titular que acomoda a los medios; pero en este caso, como en otros, se estrella enseguida con hechos tan palmarios como sencillos. Y el esbozo de "argumento" , apenas incoado, queda pulverizado y aventado en el acto, sin siquiera necesidad de soplar: una de estas pretendidas "bandas" pone las balas; la otra se limita a poner los muertos y los regueros de sangre.
Tampoco se tiene el guión preestablecido de la supuesta neutralidad de la policía o de las fuerzas de seguridad. La policía no tiene credibilidad ninguna para investigar estos casos. Ni siquiera cuando muere un chico atacado por un "patovica" en la puerta de una discoteca. No es imposible que, en algún momento, los testigos superen el temor y se resuelvan a decir lo que saben ante fiscales y jueces probos. Mientras tanto, el crimen de Mariano Ferreyra quedará impune, mas allá del "perejil" que encuentren esta vez para cargarle el muerto.

Carlos Abel Suárez

George Carlin - El Sueño Americano - Subtitulado

Biografía de Miguel Hernández

sábado, 30 de octubre de 2010

Noticiero Popular: la muerte de N. Kirchner

El asesinato de Ferreyra en los medios 1/2

El asesinato de Ferreyra en los medios 2/2

Muere el líder histórico antifranquista Marcelino Camacho


El histórico líder de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, ha fallecido este jueves a los 92 años tras una larga enfermedad.
Camacho llevaba ingresado en un hospital madrileño desde el pasado 26 de octubre, cuando entró gravemente enfermo. Su fallecimiento se ha producido a las 1,30 horas.
La capilla ardiente se instalará en la calle Lope de Vega, 40, en Madrid, desde las 10,00 horas de este viernes hasta las 11,30 horas del sábado.
Su féretro se trasladará a la Puerta de Alcalá, donde habrá un acto de despedidaa las 12,30 horas. Su entierro será a las 14,00 horas del sábado en el Cementerio Civil.

"El dirigente obrero y comunista"

La Comisión Ejecutiva de CCOO ha lamentado, en un comunicado, la muerte de su primer secretario general, del que asegura que "contribuyó decisivamente a que CCOO sea hoy el sindicato más fuerte del país".
"Ha muerto Marcelino Camacho. El dirigente obrero y comunista, el representante más cualificado de los derechos de los trabajadores. Toda una vida dedicada a la causa de los más débiles, a la conquista de una sociedad más justa y solidaria", ha anunciado el sindicato.
CCOO ha recordado cómo tanto en la guerra, en el exilio, en la dictadura y en la libertad Camacho "siempre luchó al lado de los trabajadores" y por ello fue detenido varias veces y encarcelado durante varios años.
Destaca que Camacho contribuyó "decisivamente a transformar el primer sindicato del país". "Un sindicato que modernizó y transformó, a partir de una apuesta decidida y valiente por la autonomía sindical, autonomía que ya es la expresión de identidad más sólida de CCOO".

"Compromiso con la libertad"

Señala que "su compromiso con la libertad y el socialismo" le llevó a ingresar en el PCE, y "a protagonizar la lucha política y sindical con el mismo empeño y generosidad".
En 1985 formó parte del grupo que fundó IU, organización a la que perteneció hasta el final de sus días.
CCOO destaca que Marcelino Camacho era un hombre "abierto, firme, coherente y defensor de un sindicalismo de presión-negociación, que desde hace muchos años simboliza la estrategia del movimiento sindical".
"Marcelino Camacho estará siempre presente en el proyecto sindical de CCOO, en la reivindicación y en la propuesta, en la negociación y en la movilización. Nos ha dejado Marcelino Camacho, un hombre irrepetible", concluye.

14 años en prisión

Fue detenido el 24 de junio de 1972 en la reunión de la Coordinadora Estatal de CCOO y condenado a veinte años de prisión por dentro del conocido como sumario 1.001, juicio iniciado el día que mataron a Carrero Blanco, en diciembre de 1974.
Le fue rebajada esta sentencia por el Tribunal Supremo en febrero de 1975, a seis años, siendo puesto en libertad definitivamente en mayo de 1976. Así pues, pasó cerca de 14 años en las prisiones y campos de concentración.
Camacho fue elegido secretario general de CCOO en 1978 y un año antes diputado por Madrid del PCE, cargo que revalidó en 1979, si bien acabaría dimitiendo por discrepancias con su partido antes de romper con la disciplina de voto.
El carismático sindicalista dirigió CCOO hasta 1987. De aquellos años destaca la primera huelga general convocada al gobierno de Felipe González en 1985. Cuando abandonó la dirección del sindicato, con Antonio Gutiérrez como sucesor, Camacho fue nombrado presidente honorífico, pero dimitió en 1996 por el distanciamiento del sindicato con el PCE.

PCE y CCOO

Hasta la fecha, Camacho había militado en el PCE y había conservado el carnet nº1 de CCOO. Además, posee la Gran Cruz del Mérito Civil, concedida por el Jefe de Estado, el 25 de junio de 1983; la Orden Lázaro Peña de primera clase, concedida por el Consejo de Estado de la República de Cuba, el 6 de julio de 1984; la Medalla de Oro de la FDGB de la República Democrática Alemana, el 26 de enero de 1988 y, la Orden de Primera Clase de la República Popular Búlgara, concedida por el Consejo de Estado, en enero de 1988.
El 18 de noviembre de 1988 obtuvo también la Orden del Mérito Constitucional. El 12 de enero de 1989, fue nombrado profesor honorario por la Universidad Complutense de Madrid.
En marzo de 2008, sus compañeros le rindieron un homenaje en el Auditorio de CCOO, que hoy recibe su nombre, un emotivo acto que finalizó con miles de afiliados a CCOO cantando a coro La Internacional.
Camacho compartió la mayor parte de su vida con su esposa, Josefina Samper, con la que se casó en 1948 y tuvo dos hijos, pero, sobre todo, se dedicó por entero a la lucha obrera y por las libertades, algo que él mismo plasmó en sus memorias 'Confieso que he luchado', publicadas en 1990.

miércoles, 27 de octubre de 2010

NI DIOS NI AMO.

Reflexiones sobre la epopeya minera de Copiapó

“Hay un asunto en la tierra
más importante que Dios.
Y es que nadie escupa sangre
pa que otro viva mejor”.

(De Preguntitas sobre Dios. Atahualpa Yupanqui)

El rescate de los 33 mineros de San José de Copiapó ha adquirido el carácter de una epopeya. Y no es para menos tras permanecer atrapados 69 días –17 de ellos incomunicados– a casi 700 metros en las profundidades oscuras de las entrañas de la tierra. Cientos de millones de personas en todo el mundo pudieron verlo en directo, emocionadas, a través de la televisión e Internet.
Es justo, por lo tanto, que este suceso consiguiera una relevancia universal. Incluso, no faltaron quienes extendieron más allá el alcance de este acontecimiento, con referencias apasionadas a la intervención de Dios en esta historia; claro está, sólo después de que todo terminara de manera feliz.

La responsabilidad patronal y el cinismo de los políticos burgueses

Pese al manoseo agotador de los medios de comunicación burgueses, que trataron de convertir este acontecimiento épico en un asunto de chismes y frivolidades, y en un negocio para la compra-venta de relatos exclusivos, no pudo ocultarse lo esencial: la responsabilidad patronal en el accidente producto de las malísimas condiciones de seguridad y de trabajo causadas por la escasa inversión, con la complicidad de funcionarios del gobierno. Como dice Don Atahualpa en la canción que nos sirve de Prólogo: “¡Color de sangre minera tiene el oro del patrón!” (Íbid.).
Y qué decir de la presencia obscena de Piñera y de otros miembros de su gabinete en las escenas del rescate. Casi todos ellos son pinochetistas confesos y convencidos; y además son representantes e integrantes de la clase capitalista, de los grandes empresarios – incluidos los empresarios mineros – que lucran con la explotación obrera y los cientos de muertos anuales a causa de los llamados accidentes laborales, como el ocurrido en la mina de Copiapó.
Pero el objeto de nuestro artículo no es tratar los aspectos mencionados en los párrafos anteriores, que han sido desarrollados magníficamente en cientos de trabajos y contribuciones. Queremos exponer algunas reflexiones que nos genera el griterío aturdidor que se ha abalanzado sobre esta historia en relación a la intervención divina, la patria y la unidad nacional; como usualmente sucede en todos los países en situaciones similares a ésta.

¿Unidad nacional? Sólo se accidenta la clase obrera para rendir ganancias a los patrones

Lo cierto es que por mucho que se hable de la patria y de la unidad nacional – sea en Chile, en Argentina o en la China – solamente la clase obrera de cada país está expuesta a este tipo de sucesos y calamidades. Sus condiciones laborales específicas, la concentración de decenas y centenas de trabajadores en un espacio común y acotado para desarrollar una labor productiva, son las que abonan este tipo de situaciones. A esto debemos añadir que el trabajo de los obreros, bajo el capitalismo, tiene como único fin generar ganancias para los dueños de las empresas. De ahí que éstos traten de economizar todo tipo de gastos para maximizar sus ganancias, y en esa economía de gastos incluyen también las referidas a las medidas de seguridad e higiene para los trabajadores.
En suma, como es evidente a primera vista: los llamados accidentes laborales son una consecuencia directa de las relaciones sociales de producción obrero-capitalista, relaciones entre explotadores y explotados; sólo afectan a los trabajadores asalariados y tienen su fundamento último en las ganancias empresariales; es decir, en la propiedad privada de los medios de producción: fábricas, minas y extracción, transporte, explotaciones agropecuarias, etc. Sólo los trabajadores pueden morir en las minas o en los accidentes de la Construcción; y sólo trabajadores pueden morir abrasados en incendios en los talleres textiles clandestinos de Buenos Aires, más específicamente trabajadores de origen boliviano, como aconteció más de una vez en estos años.
Esta verdad elemental, que los medios de comunicación burgueses tratan de velar a toda costa, muestra a las claras la esencia del sistema capitalista en el que vivimos.
La apelación a la llamada “unidad nacional”, cuando suceden casos como éstos, es un engaño consciente de los patrones y sus lacayos políticos que tiene como fin tapar la responsabilidad que les cabe a todos ellos por los accidentes laborales y borrar las diferencias de clase de la conciencia de los trabajadores.
No es completamente cierto que el accidente de Copiapó fuera causado por la negligencia de un empresario codicioso, como si existieran empresarios buenos y malos. La historia ha demostrado suficientemente que todo paso adelante en la mejora de las condiciones laborales y de seguridad de los trabajadores ha sido arrancado con lucha y con sangre; como fue ahora el caso. No es casualidad que sólo unas semanas más tarde de este accidente el gobierno chileno decretara la clausura de 18 explotaciones mineras ilegales en la misma zona, y anunciara cambios en la legislación minera.

¿Dios? Por la mina no pasó tan importante Señor

Como dice la famosa canción, ya mencionada, de Yupanqui: “Por su casa no ha pasado tan importante señor” (Íbid.). El salvamento de los mineros no debe nada a Dios ni al amo de la mina, que se mostraron ausentes, antes y después del derrumbe. La propia Iglesia no estaba muy segura al principio de la presencia de tan importante señor en San José de Copiapó ya que no se atrevió a hacer ninguna misa en ese lugar en los días y semanas posteriores al derrumbe. Temía, con razón que, si los mineros morían en el socavón, la imagen de un Dios inoperante encontraría un eco entre los obreros y con ello podría extenderse el escepticismo religioso. Por eso esperaron hasta ver salir vivo al último minero para organizar una misa junto a la mina y así “agradecer a Dios” sus desvelos para que todo terminara bien.
Pero todas las preces de los curas y de los gobernantes no podrán ocultar que fue el poderoso instinto de supervivencia de los mineros atrapados, su sentimiento profundo de solidaridad y cooperación, y el trabajo y el conocimiento humanos, dentro y fuera de la mina, lo que hizo posible la supervivencia de los mineros y su rescate.

Los trabajadores mostraron su auténtica naturaleza

33 hombres aislados y atrapados, sin ayuda de nadie, no tienen más opción que cooperar y cuidarse los unos a los otros para no perecer. Es en estas situaciones cuando el ser humano muestra su auténtica naturaleza. Esta naturaleza humana nada tiene que ver con la competencia, el individualismo ni el “aplastar al otro”, marca registrada de la mentalidad enferma del capitalismo y de sus aduladores.
Abajo, en la mina, el fuerte ayudó al débil, el alegre hizo brotar la sonrisa del triste; y los más decididos se sintieron reconfortados por el ánimo recobrado de los pesimistas. La habituación de los mineros al trabajo en equipo y su adiestramiento en la disciplina de una labor muy dura, facilitó su organización y que cada uno se hiciera cargo de sus tareas y aceptara voluntariamente las limitaciones de la vida en la mina en condiciones extremas, como fue resistir más de dos semanas comiendo una cucharada de atún cada 48 horas.
Arriba, fue el sentimiento profundo de hermandad proletaria y de solidaridad humana el resorte vital que movió a decenas de trabajadores mineros a no cejar en la búsqueda de sus compañeros.
El mismo ser que fue capaz de poner un hombre en la Luna demostró igualmente su capacidad para descender hasta el infierno en las profundidades terrenales.
Una vez conseguido el contacto con los mineros atrapados, y de asegurar su supervivencia durante semanas con ayuda material y con el sostén anímico de sus compañeros y familiares, entró en escena todo el bagaje del conocimiento acumulado y la cooperación internacional que permitieron diseñar y construir los artefactos que hicieron posible sacar vivos a los mineros atrapados.
La única función que tienen las referencias a Dios en esta historia –en la boca de Piñera, de los curas y de los medios de comunicación burgueses– es la de empequeñecer al ser humano y a los trabajadores en particular, para que sigan sintiéndose chiquitos, insignificantes, desvalidos, y necesitados de un padre y, ¡cómo no!, de un patrón. ¿Acaso tiene importancia en esta historia mencionar que fue un super taladro el que horadó la dura roca hasta encontrar a los 33 mineros? ¿O la cápsula diseñada con ayuda de técnicos de la NASA que trajo hasta la superficie a los mineros, uno a uno? ¿Y los más de 100 técnicos y personal de rescate, no tuvieron algo que ver? ¿Y el hospital de campaña que se montó para atender a los mineros rescatados? Todo ello fue fruto del esfuerzo, del ingenio y del trabajo humanos.

Liberar a la humanidad del capitalismo

La gran lección de esta epopeya minera es la gran capacidad adquirida por el ser humano para intentar superar sus limitaciones físicas, no para satisfacer necesidades individuales o egoístas; sino para dar rienda suelta a sus sentimientos más auténticos: el amor al prójimo, la cooperación, la fraternidad. Sentimientos que, en absoluto, son atributos religiosos, sino fieramente humanos, para utilizar la expresión del gran poeta vasco Blas de Otero.
Dejemos que los cínicos, los moralistas y los “obreristas” se lamenten por la religiosidad expresada por algunos de los mineros, o porque varios de ellos se hayan sumado al reality-show de la TV. La clase obrera no necesita ser idealizada ni adulada.
No importa lo que cada trabajador individual haga, piense o crea de la realidad que lo rodea; sino de lo que la clase trabajadora representa realmente y del papel que históricamente está llamada a desempeñar, como lo demostró muchas veces en los más de 150 años de explotación capitalista.
El ser humano anida dentro de sí mismo posibilidades infinitas, a través de la fuerza de su acción colectiva, y de la colaboración y de la fraternidad que desde los tiempos más remotos lo acompañaron y lo hicieron emerger como especie.
El proletariado, la clase obrera, expresa de manera más sublime que ninguna otra clase actual, y como ninguna otra clase oprimida lo expresó jamás en la historia, las mejores cualidades y sentimientos del ser humano, a causa justamente de no ser una clase poseedora y de portar el estandarte de la sociedad futura, la sociedad socialista.
Una vez liberado del grillete del capitalismo, de este espantoso sistema de explotación, opresión y violencia que genera las peores aberraciones contra sí mismo, el ser humano avanzará con botas de siete leguas, libre de dioses y de amos, de oscurantismo religioso y de patrones; para alcanzar su estatura verdadera; sobre la cual, a través de las generaciones, nuevas cimas se elevarán.

David Rey

NO NOS OLVIDEMOS: QUE LOS ASESINOS DE MARIANO FERREYRA PAGUEN POR SU CRIMEN


La declaración de Juan Carlos Pérez comprometió a Pablo Díaz y a Cristian Favale en el asesinato de Mariano Ferreyra

Una investigación que mira para arriba

El acusado que declaró ayer sostuvo que Pablo Díaz fue quien lo convocó para ir a “despejar las vías” y que Favale había dicho “yo lo puse, le di”. La Justicia busca subir por la cadena de mandos del sindicato.
Juan Carlos Pérez, el tercer detenido por el crimen de Mariano Ferreyra, acusó a Pablo Díaz, el hombre fuerte de la Unión Ferroviaria en el ramal, de haberlo convocado a ir a Avellaneda, “porque nos iban a cortar las vías”. Pérez, que trabaja en los Talleres de Remedios de Escalada, comprometió así aún más la situación del dirigente del sindicato, al que todos señalan como quien comandó la patota. Por otra parte, reconoció a Cristian Favale como uno de los barrabravas que participaron de los incidentes y, aunque aseguró no haber visto quién disparó, sostuvo que oyó que los tiros venían “desde detrás mío donde él estaba”. “Y al día siguiente (del asesinato) en los talleres todo el mundo contaba que Harry (así le dicen a Favale) se había jactado de lo que pasó, diciendo ‘yo lo puse, le di’.” Tras tomarle declaración, la jueza Susana Wilma López lo dejó detenido. Una de las líneas de la investigación apunta a reunir elementos que permitan ascender en la cadena de responsabilidades en el sindicato. Los abogados defensores de los dirigentes se ven venir una imputación por asociación ilícita. El eslabón que está por encima de Díaz en la Unión Ferroviaria es el Gallego Juan Carlos Fernández.
Aunque la pesquisa se mantiene bajo secreto de sumario, a esta altura está claro que Díaz reclutó a la patota de ferroviarios y barrabravas y que la comandó y que además hubo reuniones previas para hacer el apriete a los tercerizados. Los sospechosos de haber disparado son tres: Favale abrió el listado. Tras entregarse, el barrabrava se declaró inocente y acusó de haber hecho los disparos a Gabriel Sánchez, un guarda de Constitución. El tercer sospechoso es el encargado de coches de Remedios de Escalada, Aldo Amuchástegui, quien fue identificado por uno de los damnificados directos, pero que todavía no fue detenido.

La previa

Pérez trabaja en los Talleres de Remedios de Escalada, donde es portero con un sueldo de seis mil pesos. Su función le permitió observar los movimientos que hubo en el taller en los días previos. El lugar es clave porque de ahí salieron la mayoría de los ferroviarios reclutados para la patota.
Cuando le mostraron los videos de los incidentes, Pérez identificó a Favale. Aunque no lo vio tirar, todo su testimonio complicó la situación procesal tanto de él como la del jefe de la patota, Díaz. Por ejemplo, aseguró que el día de los incidentes, Favale se fue con Díaz en el mismo auto, un vehículo gris. Agregó que el barrabrava parecía tener entrada libre a los talleres, donde lo vio “por los días en que se hizo el acto de River” (al que no concurrió el titular de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, pero sí el secretario administrativo del sindicato, el Gallego Juan Carlos Fernández).
Ante una pregunta del juzgado, Pérez habló de reuniones previas que se hicieron en los talleres, en las que habrían participado Favale, Díaz y el propio Fernández. El portero mencionó incluso a Fernández como alguien vinculado con la organización de la campaña para romper la protesta de los tercerizados. En una de esas reuniones se habría planteado abiertamente: “No podemos dejar que nos corten las vías”. Según algunos testigos, el día de los incidentes, Díaz, el jefe de la patota, se mantuvo en comunicación con Fernández a través de un Nextel.
Esta línea de la investigación es importante porque se sabe que en los días anteriores a los incidentes, la Unión Ferroviaria hizo una campaña pegando calcomanías en los trenes que decían “los ferroviarios no cortamos las vías”. El propio Pedraza reconoció que en el sindicato sabían que los tercerizados junto a agrupaciones de izquierda iban a tratar de hacer ese día un corte en la estación Avellaneda. En los allanamientos que se hicieron a la Ugofe (el ente que administra el Roca) y la sede del sindicato, la Gendarmería buscó un mail que la Unión Ferroviaria mandó a la empresa, solicitándole que les diera el día a los trabajadores de los Talleres de Remedios de Escalada para que pudieran movilizarse y evitar el corte, es decir que hay una serie de elementos que permiten indagar sobre el rol del sindicato y de la empresa en lo sucedido.
El imputado reconoció, finalmente, a otros cinco integrantes de la patota, entre quienes estarían Aldo Amuchástegui –uno de los sospechosos de haber disparado– y otros delegados de la UF.
Pérez pasó por una rueda de reconocimiento, pero no fue señalado por nadie, aseguró su abogada María Benítez Morel. La defensora afirmó, de la misma manera, que en el allanamiento que se realizó a la casa de su cliente los instructores no encontraron armas.

La mejor defensa

Otra de las novedades es que como parte de la estrategia para su defensa, los imputados acusaron a las agrupaciones de izquierda de también haber disparado. El primero en plantearlo fue Favale, quien sostuvo que escuchó tiros que provenían del sector del PO.
Díaz hizo una descripción similar. Según su abogado, otro empleado del ferrocarril le dijo que había visto también a una persona con una mochila negra sobre el pecho disparar desde detrás de un basurero (se supone que uno de los containers puestos en las esquinas para volcar la basura).
Finalmente, Pérez abonó la misma versión: dijo que vio a “un tirador del otro bando, con una mochila negra y en cuclillas. Tiró dos veces y guardó el arma en la mochila”. Hasta ahora, todas las evidencias reunidas en el expediente señalan que sólo disparó un grupo, el de la Unión Ferroviaria, mientras que los otros usaron piedras y palos (ver aparte).
Durante la jornada también declararon seis nuevos testigos del Partido Obrero. Todos participaron de la protesta y estuvieron en la primera línea, cuando chocaron con la patota de la Unión Ferroviaria para dar tiempo a que las mujeres que participaban de la movilización pudieran correr. Dos de estos testigos identificaron a una segunda persona armada, al que vieron apuntando desde detrás del espacio entre dos patrulleros
El dato tiene importancia porque todavía no está establecido si sólo hubo una persona haciendo fuego o si los tiradores son más.
Anoche, en el juzgado se analizaban los primeros informes sobre las comunicaciones telefónicas de varios números intervenidos como parte de la investigación. Las escuchas son parte de las medidas dirigidas a buscar responsabilidades hacia arriba. Apuntarían, por supuesto, a dirigentes del sindicato, pero también a establecer cuál fue el rol de la empresa en el sostenimiento de las patotas armadas para frenar los reclamos de los tercerizados.

Milonga del Tartamudo - Alfredo Zitarrosa (Sur-Fernando Pino Solanas)

Paulo Freire

Paulo Freire - Ética - Utopía

Estreno de NEWEN MAPUCHE 2010, la historia de la resistencia mapuche

Unión Europea no tiene autoridad moral para criticar a Cuba, afirma Canciller


El tema de los cambios en Cuba es asunto de los cubanos y no le pediremos opinión al gobierno de Estados Unidos, afirmó hoy aquí el canciller de la isla caribeña, Bruno Rodríguez.En una intervención en el ejercicio del derecho de réplica ante la Asamblea General, el ministro dijo que “cambiaremos todo lo que deba ser cambiado para bien de los cubanos, pero no le pediremos opinión al gobierno de Estados Unidos”.
Escogimos libremente nuestro destino, para eso hicimos una revolución. Serán cambios soberanos no gestos, agregó al responder a delegados norteamericano y de la Unión Europea (UE) durante el debate de una resolución de condena al bloqueo contra Cuba.
Para Estados Unidos lo único suficiente sería instaurar en Cuba un gobierno pro-yanqui, pero eso no va a ocurrir, aseveró.
Rodríguez apuntó que el bloqueo es un acto de guerra económica y de genocidio que viola todas las convenciones sobre la materia, como la de genocidio.
Rebatió lo dicho por el representante de Washington y subrayó que las razones de Cuba no son argumentos ideológicos del pasado y que el bloqueo es un viejo témpano que queda de la guerra fría.
“El asunto no es la retórica sino la agresión al pueblo cubano”, sentenció y agregó que “si se quisiera ayudar o apoyar al pueblo cubano (como señaló el funcionario de Estados Unidos) lo único que hay que hacer es levantar el bloqueo”.
El ministro enumeró una serie de pretextos utilizados por Washington a lo largo del tiempo para tratar de justificar el cerco a Cuba, desde la supuesta pertenencia al eje sino-soviético hasta la manipulación sobre los derechos humanos.
Asimismo, reclamó a las autoridades estadounidenses el levantamiento de las medidas que impiden avanzar en materia de telecomunicaciones y el cese del “robo de fondos cubanos en bancos norteamericanos”.
Eliminen las medidas que restringen severamente el acceso de los cubanos a Internet, las restricciones a los intercambios académicos, estudiantiles, científicos y culturales y permitan establecer acuerdos entre esas instituciones, puntualizó.
También reclamó respuestas de Washington a las propuestas hechas por Cuba en los campos de lucha contra el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de personas y los desastres naturales, así como con respecto al correo postal.
El gobierno de Estados Unidos cambió, pero el financiamiento a la subversión interna en Cuba se mantiene igual, aseveró y citó a una autoridad de ese país quien anunció el suministro de 15,6 millones de dólares a individuos en el terreno en Cuba, es decir a mercenarios.
Más adelante, se refirió a los cinco luchadores antiterroristas cubanos presos en cárceles norteamericanas y denunció que recientemente se sometió sin motivo a uno de ellos (Gerardo Hernández) a confinamiento solitario y sin atención médica.
En cambio, destacó, terroristas internacionales confesos como Orlando Bosh y Luis Posada Carriles se pasean libremente en Miami y hacen actividad política.
Añadió que “hay conversaciones migratorias, pero la manipulación política de la migración continua con la ley de ajuste cubano y la política de pies secos-pies mojados”.
El bloqueo es abusivamente extraterritorial y afecta a todos. No es un hecho bilateral, aseveró Rodríguez.
Con respecto a la Unión Europea (UE), declaró que “no le reconocemos autoridad moral ni política alguna para criticar en materia de derechos humanos”.
En esa línea invitó a la UE a ocuparse de su brutal política antiemigrantes, de la deportación de minorías, de la violenta represión contra los manifestantes y de la creciente exclusión social de sus desempleados y sectores de menos ingresos.
El ministro cubano también criticó al Parlamento Europeo, el cual “con toda desvergüenza y de manera infame se dedica a premiar a agentes pagados del gobierno de Estados Unidos en Cuba”.
Se dice que la llamada posición común quedó superada. Ya veremos, los hechos dirán, pero la UE sueña si cree que podrá normalizar las relaciones con Cuba existiendo la llamada posición común, concluyó.

Feinmann "el bueno" es el peor


Hace ya muchos años —puedo demostrarlo, pero tendría que hurgar en papeles vetustos— que yo considero que Feinmann "el bueno" es peor que su primito, y así lo he escrito. "¿Cómo, cómo?", saltan siempre los lameculos. Si hay una cosa que me puede intranquilizar terriblemente es coincidir con los lameculos, así que cuando los veo indignados yo sé que me hallo en el buen camino. Me refiero a "mi" buen camino, el cual seguro que no es el buen camino para algunos otros.
El asunto merece una explicación, sobre la cual no me extenderé, por supuesto, porque ya la he escrito de mil maneras, como que es lo único que escribo, de un modo u otro y con distintos motivos. Pero corresponde, al menos, tirar al voleo dos de sus claves:
a)No hay un lugar "universal" para mirar la realidad, particularmente, la socioeconómica. Por lo tanto, lo que es bueno o es malo depende del lugar donde uno se encuentre. Es falso que "lo que es bueno para la General Motors es bueno para el país, y viceversa", como dijo en 1953 Charles Erwin Wilson, el presidente de esa empresa, cuando Eisenhower lo convocó para ocupar la Secretaría de Defensa; y siguió siendo falso cuando lo repitió Perón —sin mencionar a la GM—, o cuando una propaganda del Ministerio de Economía durante el gobierno de Néstor Kirchner (septiembre de 2006), con consejos a los productores de soja, terminaba diciendo: "Porque su beneficio nos beneficia a todos"; o cuando este mismo presidente dijo en un acto el 28-3-07, "la gente ya sabe que cuanto mayor sea la rentabilidad de nuestras empresas, mayor inclusión y mejores sueldos van a tener"; o como ha dicho hace pocas semanas: "A mayor rentabilidad empresaria va a haber mayor crecimiento del poder adquisitivo de los trabajadores"; o como repite nuestra presidenta prácticamente todos los días, aunque se entera sólo quien tiene riñones para escucharla. En resumidas cuentas, todo eso es mentira, y sobran aquí y en el mundo los ejemplos para demostrar que mis intereses y los de mi patrón no corren juntos;
b)Planteado que se ha en el punto anterior el rechazo a que nadie pueda atribuirse una suerte de ecuanimidad u objetividad para expresarse en nombre del provecho de todos, corresponde refutar la idea de que se pueda juzgar a los primitos Feinmann situándolos en un plano ideal de igualdad: ellos no pontifican desde el mismo púlpito ni se dirigen al mismo auditorio. Para ser breve: lo que preconiza Eduardo Feinmann prácticamente no tiene influencia en el medio en que yo me muevo; se dirige a otra gente y es incapaz de confundir o torcer la voluntad ni de los trabajadores ni de los sectores medios con alguna inquietud social, se identifiquen o no con el “progresismo” (sea esto lo que ustedes quieran). Muy distinto es el caso de José Pablo Feinmann, quien emite su discurso desde, y se dirige hacia este sector de la intelligentsia que luego irradia sus ideas hacia los estratos no privilegiados de la sociedad. Dicho sea esto con pinceladas gruesas —pero correctas en lo esencial—, Eduardo es un comunicador de derecha —se sitúa afuera y por encima de quienes aspiran a un cambio; previene y orienta a los que toman partido por los poderosos—, y José Pablo es un contrarrevolucionario que se sitúa —o lo intenta— en nuestro campo, realizando sabotaje ideológico, modificando nuestras coordenadas y haciendo la labor de infiltrado en función de los intereses a los cuales sirve.
Voy a avanzar un poco más, mediante esta pregunta: ¿quién creen ustedes que contribuye más a la derrota y a la opresión de los trabajadores, Macri o Moyano? Si alguien responde “Macri” tiene, a mi modo de ver, y con todo respeto, una forma grave de osteoporosis neuronal, lindante con la flatulencia intracraneana. Quiero decir, por si no se notó, que, en órdenes distintos, Macri es a Eduardo Feinmann lo que Moyano es a José Pablo.
Feinmann, J. P., justificaba denodadamente, por ejemplo, la utilidad de construir con bosta, los latrocinios de los gobernantes (cuando son amigos) y el acatamiento a los dictados de los poderes fácticos. Pero ahora* se ha superado con creces: utiliza el argumento del PC durante el Proceso para apoyar a Videla (ojo, “lo que sigue a esto es un enemigo mortal”); suscribe rabiosamente la teoría del fin de las ideologías (no es posible hacer otra cosa que “capitalismo”, “políticas burguesas”), avala el mil veces canalla dictamen de la presidenta (es el muerto que andaban buscando, “el cadáver esperado”) y, todo esto, tras acusar de absolutista a Mariano Ferreyra (no quería dialogar, estaba incurso, como todo el PO, en una “interpretación totalizadora del campo enemigo”). Sí, lectora, lector: Feinmann acusa de absolutista —y, si bien se lee, de totalitario— a Mariano. ¡Feinmann “el bueno”, quien a la vez nos está diciendo, de todas las formas posibles, que “esto, o nada”! O, mejor dicho, que “esto o la muerte”.
Que se lo vaya a contar a Mariano Ferreyra.

* http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-155610-2010-10-24.html

Juan del Sur

Todo pasa


Todo pasa: glorias, muertes,

Revoluciones, miserias,

Líderes, credos, proclamas,

Martirios, héroes, poetas,

Odios, fracasos, victorias,

Fes, entusiasmos, ideas,

Desolaciones, tiranos,

Hazañas, cruces, banderas,

Maquinarias, tradiciones,

Gritos, puños, sables, fechas,

Ruegos, himnos... ¡Todo pasa!

Todo pasa, el pueblo queda.


Alvaro Yunque

martes, 26 de octubre de 2010

Las malas compañías del matrimonio K (y un crimen que "incomoda" al gobierno)

"La verdad de la milanesa"

Las alianzas en política tienen siempre sus consecuencias, y por estos días los Kirchner viven esta “ley de hierro” en carne propia: quienes la semana que pasó asesinaron a un militante de izquierda en una marcha de apoyo a los trabajadores ferroviarios tercerizados son parte de un sindicalismo mafioso y enriquecido aliado del gobierno. Por eso es que en la Casa Rosada hay “ansiedad y tensión” y sus asesores y publicistas ya buscan traducir la sensación de repudio ante el crimen que recorrió a gran parte de la sociedad argentina en aritmética electoral.
Es obvio que el gobierno no tiene nada que ver con el crimen. El escenario de la muerte de Mariano Ferreyra fue un acto en el que trabajadores precarios del ferrocarril –que trabajan en empresas subcontratadas- pedían ser incorporados como personal de planta al ferrocarril. La rancia burocracia sindical primero colgó carteles en los trenes rechazando el corte de vías de los trabajadores –afiliados de prepo al sindicato de la construcción y no al ferroviario para pagarles menos-. Y el “no vamos a permitir…” los piquetes se traducirá luego en una emboscada donde barrabravas de clubes de fútbol contratados por las empresas y la burocracia sindical atacaron a tiros a los manifestantes. Resultado: un muerto y una herida al borde de la muerte. Ambos militantes del Partido Obrero. Además, se sospecha que la policía, en lugar de impedir el crimen “liberó a la zona”.
Pero la historia no acaba ahí: al menos una de las empresas que se benefician de las subcontrataciones y de tercerización pertenece al capo mafia, atornillado al sindicato ferroviario, José Pedraza, un dirigente que cuenta su fortuna en millones: tiene decenas de negocios y propiedades. “Apoyé a Menem como lo hizo todo el peronismo, del mismo modo que ahora apoyo a Kirchner”, dijo alguna vez por si alguien dudara de su pragmatismo. En febrero de 2009, se hizo célebre por unas onerosas vacaciones tomadas en Brasil, en el Sheraton Río Hotel, uno de los más caros del elegante barrio carioca de Leblón, a un costo de 400 dólares diarios.
El "Gordo" Pedraza –como llaman en Argentina a los “pesados” caciques sindicales, muchos de ellos anti K- adhirió hace pocos días al acto de River, en el que el no menos pesado líder de la CGT Hugo Moyano, llenó el estadio para apoyar y mostrar fuerza propia frente a la Presidenta, que fue la oradora estrella. Moyano es también “empresario” y no menos audaz a la hora de defender su poder con métodos no precisamente republicanos. El monopolio sindical los ayuda: hace años que la CTA pide ser reconocida como central sindical en el marco de un nuevo pluralismo sindical, pero la CGT lo ha bloqueado con apoyo del gobierno.
De todos modos, en el oficialismo buscan ligar a Pedraza con el ex presidente y peronista antikirchnerista Eduardo Duhalde. Incluso mostraron la foto de una entrevista entre ambos hace un año como si fuera reciente. En el espacio de Factbook de la Lista Verde de Pedraza pueden encontrarse mensajes contra los "comunistas de mierda", y un fotógrafo de Clarín escuchó decir a los patoteros que mataron al joven Ferreyra (23 años) “un zurdito menos”.
La presidenta Cristina aseguró por Twiter, su nueva arma comunicacional, que “habrá justicia” y que se acabó el país de la impunidad. Pero la pregunta, que no es nueva aunque sí más acuciante, resuena en medio de quienes quieren presentar las disputas políticas argentinas como un simple clivaje progresismo vs. derecha: ¿es posible hacer progresismo de la mano de todo tipo de mafias, sin renovar mínimanente la forma de hacer política? La líder de las Madres de Plaza de Mayo y otros “setentistas” entusiastas creen que sí. Por eso ocupan las primeras filas de los actos oficiales cada vez que la presidenta anuncia alguna nueva batalla con un cuadro del Che atrás. La realidad dice que las cosas son algo más complicadas: que los K no son el pueblo ni todos los que los critican son representantes de la oligarquía.

Pablo Stefanoni
El libertario