martes, 7 de febrero de 2017

Un blanqueo que no “repara” a los jubilados, pero sí a Dujovne y Macri



El gobierno presentó al “sinceramiento fiscal” (blanqueo) como un recurso para ´reparar´ la deuda del Estado con los jubilados, por los haberes mal liquidados durante toda la década kirchnerista. En esos años, la plata de la ANSES se utilizó generosamente para el presupuesto público, el cual honró serialmente a los acreedores de la deuda usuraria. Ahora, bajo el gobierno de Cambiemos, el generoso perdón a la clase capitalista fue presentado como un “mal necesario” para pagarles a los jubilados. ¿Cuál es el balance de este ´toma y daca´, seis meses después?
En su edición del viernes, “El Cronista” da cuentas de una operación del Tesoro macrista que parece un copie y pegue de los años de Cristina-Kicillof: nos referimos a la colocación compulsiva de deuda, por parte del Tesoro, contra los recursos del Anses. En este caso, se trata de tres letras (pagarés) por 107.000 millones. Según se informa, los fondos del blanqueo en manos del Anses ascienden a 114.000 millones. O sea que el Tesoro se quedó con el 94% de esos fondos. En contrapartida, la misma fuente señala que el Anses destinó hasta ahora 2.000 millones para los jubilados, o sea, el 1,7% de lo recaudado. ¿Qué ha ocurrido, mientras tanto, con la reparación histórica? En este mismo portal, informábamos en noviembre pasado que los primeros arreglos judiciales representaban entre un 10 y 20% de las acreencias que los jubilados con haberes mal cobrados debían efectivamente cobrar. Mientras tanto, quienes eran obligados a renunciar a iniciar un juicio a cambio de un reajuste en sus haberes, recibían incrementos del 8 al 15%. Y para quienes contaban con sentencia favorable en primera instancia, las ofertas de reparación oscilaban “entre un 10 y 20% de lo que falló la Justicia”.
Según los voceros oficiales, el Anses le presta al Tesoro porque los fondos del blanqueo están ociosos y “a la espera de que la justicia homologue el resto de los trámites (de la ´reparación´)”, lo cual ocurriría entre 2017 y 2018. Por eso, el gobierno aclara que las Letras que le enchufó al Anses son “de corto plazo y fácil realización”. Pero la “tradición” indica otra cosa: hasta ahora, la deuda que el Tesoro contrajo con la caja de los jubilados no sólo ha sido compulsiva, sino de renovación automática e indefinida. En este punto, no sería extraño que el macrismo reitere otro mecanismo característico de la “década ganada” –el bicicleteo administrativo y judicial contra los jubilados que deben ser resarcidos. De ser así, los arreglos y las homologaciones de la “reparación” no sólo serían confiscatorios sino que también los estirarían en el tiempo, para que la plata de los jubilados siga financiando a un Tesoro que, como contrapartida, exime de impuestos al capital agrario, a los monopolios mineros y a otros grupos capitalistas. Y paga intereses usurarios al capital financiero que lucra con su déficit.
En resumen: los jubilados han sido sólo la coartada del blanqueo. El dinero de este indulto generoso a la clase capitalista está yendo a financiar…a los propios capitalistas, a través del Estado y de su organización fiscal.

Marcelo Ramal

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