Bajo el mando de Desarrollo Social, el macrismo financia con el patrimonio público el armado de una red de clientelismo "asistencial" y cooptación.
La edición de hoy del diario La Nación (20/2) comenta el despliegue de unos 200 jóvenes "Pro" en villas del conurbano bonaerense y de Rosario y Córdoba para tareas asistenciales, bajo el mando del Ministerio de Desarrollo Social.
Se trata de los muchachos enrolados en el programa "Acá estamos", que el mes pasado Pedro "Piter" Robledo (titular de la Subsecretaría Nacional de Juventud del ministerio, de la que depende el programa) presentó en sociedad a través de un video en el que se los veía colaborar con los inundados de San Nicolás. Una puesta en escena, pues los inundados del interior bonaerense fueron abandonados a su suerte por los gobiernos nacional y provincial.
Los enviados por el Pro buscarían, según la nota, "vincularse con instituciones barriales y sus referentes para abrir un canal de diálogo sin intermediarios con el ministerio [de Desarrollo Social] que dirige Carolina Stanley", especialmente en aquellas zonas que le son desfavorables al gobierno en las encuestas, "como en la tercera sección del conurbano, donde la imagen negativa del Presidente es de las más altas del país", aclara el diario.
La demagogia electoral de Cambiemos prometía una "renovación" de la política frente a la podredumbre de los partidos tradicionales, pero recrea el punterismo rancio de los partidos capitalistas históricos. En el pasado, el macrismo y sus corifeos periodísticos vapuleaban a la "militancia". Preferían llamar "voluntarios" a sus seguidores. En este caso, ni lo uno ni lo otro: las brigadas juveniles que se despliegan en las barriadas para repartir chapas, alimentos y colchones "no son militantes voluntarios, sino que son empleados del Estado. Cobran desde 8.000 pesos mensuales, dependiendo de la responsabilidad de cada uno" (ídem). El sueldo de estos muchachos con vocación de servicio pueden escalar hasta los astronómicos ingresos de los Robledo, que fue designado funcionario en diciembre de 2015 con un salario de más de 100.000 pesos. En una de sus primeras iniciativas políticas trascendentes, Robledo invitó al grupo nazi Bandera Vecinal a la Casa Rosada y, tras el escándalo, se excusó afirmando que los había confundido con una agrupación barrial.
En relación a las reservas expresadas por quienes manejan comedores y otras instituciones a la llegada de las brigadas juveniles por Robledo, el joven funcionario afirma que "se entiende que desconfíen de la política social de nuestro país porque siempre se la utilizó para manipular la pobreza. La gente era prisionera de punteros políticos", pasando por alto que Vidal dejó en manos de Cristian Ritondo, un puntero justicialista con base en Mataderos y amigo de la barrabrava de Nueva Chicago, ni más ni menos que el Ministerio de Seguridad de la provincia.
Rápidamente, el PRO reprodujo la misma metodología del kirchnerismo, armando una juventud a partir del Estado con fondos públicos, que contradice el carácter genuino de cualquier militancia o voluntariado, mientras se agrava la miseria social mediante un ajuste generalizado sobre la clase trabajadora.
Tomas Eps @tomaseps
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