viernes, 10 de febrero de 2017
El papa dice que los abusos de menores en la Iglesia son una “enfermedad” y obra “del diablo”
Con esas palabras se refirió Bergoglio sobre los escándalos por los abusos sexuales de curas contra niños. También hablo sobre los casos de corrupción en el Vaticano.
Tibias y esquivas fueron las declaraciones de Bergoglio sobre dos temas centrales que golpean a la Iglesia católica. En una conversación y respondiendo a algunas preguntas de los superiores de las órdenes y congregaciones de religiosos, cuya transcripción se verá en la revista "Civiltà Católica" en su próximo número y algunas partes ya fueron publicadas por el diario "Corriere della Sera", el Papa admitió, algo vox populi: que en el Vaticano "hay corrupción".
Pero si sobre los conocidos casos de corrupción, no paso de confirmar lo sabido, respecto a los abusos sexuales por parte de religiosos, Bergoglio fue aún más cínico. "En el caso de que estén implicados curas o religiosos está claro que está presente el diablo, que destroza la obra de Jesús a través de quien la tendría que anunciar", aseguró. Y continuó diciendo que sobre la pederastia hay que tener claro que "es una enfermedad" y pidió "atención al recibir a candidatos a la formación religiosa sin verificar su adecuada madurez afectiva".
El diablo o el encubrimiento eclesiástico
Bergoglio no ha escatimado ataques contra cualquier avance y conquista en derechos sociales que cuestione las conservadoras y reaccionarias creencias de la Iglesia católica. Así ha pedido una y otra vez terminar con el derecho al aborto o el matrimonio igualitario. No pocas veces “alerto” sobre una “guerra total” contra el matrimonio tradicional y la familia donde las principales “armas de ataque” son el divorcio o la teoría de género.
Pero al referirse a los casos de abusos sexuales, la mayoría contra niños y niñas, perpetrados por curas el Papa prefiere buscar la explicación en causas más metafísicas como deslindar la responsabilidad en “el diablo”.
Lo que no ha respondido Bergoglio es sobre la complicidad y el encubrimiento por parte de las autoridades eclesiásticas para ocultar estos abusos. Será también obra del “diablo” que a tramado una verdadera red de impunidad.
Como muestra de esta red de impunidad se encuentra la investigación que la Red El Abuso de Italia envió a los fiscales argentinos que siguen el caso Provolo. Entre otras cosas considera “indiscutible” que la diócesis de Verona, el Instituto Antonio Provolo de esa ciudad italiana y la propia “cumbre” del Vaticano sabían, por lo menos desde 2009, no actuaron para evitar continuaran los abusos de más y más niños en el Instituto Provolo de Argentina.
La guerra non sancta dentro del Vaticano
Bergoglio se refirió también a la crisis interna que se ha destapado por los cosas de corrupción dentro del Vaticano. El papa señaló que en las estructuras de la Iglesia se puede encontrar "una atmósfera mundana y principesca". Y Agregó "Y no hay necesidad de convertirse en cardenales para creerse príncipes. Basta ser clericales. Esto es lo peor en la organización de la iglesia" para concluir que "Existe corrupción en el Vaticano, pero estoy en paz”.
Más allá de la “paz” que dice tener Bergoglio, lo cierto es que en el Vaticano la disputa entre camarillas llego este último fin de semana pasado a las calles de Roma. Carteles con la cara del Papa Francisco junto a una leyenda que reza: “A Francisco, has comisariado congregaciones, removido sacerdotes, decapitado a la Orden de Malta y a los Franciscanos de la Inmaculada, ignorado cardenales. ¿Dónde está tu misericordia?”.
Las disputas dentro de la jerarquía eclesiástica no es nueva y Bergoglio ha dado muestras de estar dispuesto a negociar hasta con los sectores más conservadores y corruptos. Basta recordar que a finales del año 2015 le dio la indulgencia papal a la Legión de Cristo, una orden católica acusada de abuso de menores, estafas y negocios turbios.
Lo cierto es que si Bergoglio ha buscado en base a un discurso social con tintes progresistas, la reconstrucción del prestigio institucional de la Iglesia católica con el fin de convertirla en un factor de contención, en especial ante aumentos de descontentó social. Pero no ha pasado de los gestos mientras se mantienen los aspectos más reaccionarios del Vaticano y la Iglesia católica como institución.
Diego Sacchi
@sac_diego
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