jueves, 23 de febrero de 2017

7 de marzo: vamos por un paro activo nacional ya



Para el próximo 7 de marzo, la CGT convoca a una movilización de los gremios industriales, pero con acompañamiento de todo el movimiento obrero. A ella se ha plegado la CTA y, en particular, movilizarán los gremios docentes, en el marco de un paro en todo el país al inicio de las clases reclamando la paritaria nacional. Para ese entonces AGR Clarín llevará 49 días de ocupación y nuevos sectores entran en lucha contra los cierres de plantas. Es el caso de Atanor en Baradero, lo que ha motivado la movilización de la CGT local.
La situación social está marcada por miles de despidos y suspensiones, por el tope a las paritarias -incluída la persecución a los jueces que defendieron lo firmado por La Bancaria-, por los tarifazos reforzados, la ofensiva contra los convenios colectivos en la línea de Vaca Muerta, la nefasta ley de ART, el decreto de expulsión de inmigrantes y el anuncio de una nueva Reforma Laboral, sea por ley o por decreto. Todo ello, tras la perpetuación del impuesto al salario que logró el gobierno a fin de año, con expreso apoyo de la CGT. Desde luego, hay que integrar a este listado toda la escalada inflacionaria, que contrasta con la miseria jubilatoria y la deflación general de los ingresos de la población trabajadora.

Un canal para los luchadores

En este cuadro de ofensiva general contra el movimiento obrero, la movilización será un canal insoslayable para quienes están en lucha. Pero, por sus características y preparación previa, la CGT la piensa como un nuevo 29 de abril pasado, es decir como un movimiento de descompresión para salvar la tregua de fondo con la cual viene acompañando la política de ajuste del gobierno de Mauricio Macri, los gobernadores y el conjunto de la patronal y el arco político que le responde.

Programa patronal

Por lo pronto, y al ser sin paro, algo que los gremios del transporte se han encargado de reafirmar expresamente, se presenta como una movilización de aparatos sindicales que no convoca a la masa fabril y laboral, que seguirá obligadamente en sus lugares de trabajo. Quieren evitar que un abandono de tareas se transforme en un plebiscito de centenares de miles en todo el país contra la ofensiva en curso.
Por otro lado, la CGT ha convocado a sectores empresariales de pymes y hasta a sectores de la UIA. Con el argumento de la “defensa del trabajo nacional contra las importaciones”, le confiere a una movilización obrera un programa de demandas patronales como “las compensaciones” que ha pedido Juan Carlos Sacco, el negrero de la patronal gráfica en la UIA.
Esta perspectiva confunde y subordina al movimiento obrero detrás de la patronal, obviando el aspecto central del momento: que el proteccionismo de la clase patronal –muchas veces ella misma importadora- es una coartada para promover un ataque al movimiento obrero, en nombre del “costo argentino” o la “competitividad”.
El mismo contenido tienen los planteos devaluatorios de algunos sectores empresariales. Por eso, la patronal y toda la coalición política del ajuste acompañó, incluso en medio de una severa crisis política del gobierno Macri, las leyes del ajuste. Fue el caso bochornoso de la ley de ART, donde Massa, el PJ de Bossio y el Smata y el FPV, se las ingeniaron en Diputados para que salga, cuando se conocía al mismo tiempo el fallido decreto de rebaja de la movilidad jubilatoria.

Objetivo: evitar el paro

Las reuniones del triunvirato cegetista, pidiendo apoyo del PJ de “Barrick” Gioja, Pichetto y Scioli; el de Massa y su socia gorila y apoyatura de Vidal que es Stolbizer, el de los socialistas del ajustador Bonfatti e incluso el de los radicales y PRO, tienen el mismo carácter y son indicativas de que la movilización, es usada como recurso para evitar un paro. La burocracia que se fotografió en Olivos para despedir con Macri el 2016, ahora se coloca en una postura diferente para salvar la misma política.
Tal vez todo el corolario de la supuesta “ruptura” con el gobierno sea pedir un voto opositor, a favor de los socios políticos del ajuste. Por lo pronto, le entrega a los Massa y los Pichetto un terreno de demagogia con las luchas populares.
En vez de preparar un paro nacional, la burocracia maniobra para que éste no ocurra, o, si la crisis social lo impone, para que constituya una medida aislada y sin perspectiva.

Subordinación del kirchnerismo

Un párrafo especial merece el kirchnerismo sindical que se ha subordinado a la CGT. La Federación Gráfica pasó un mes entero sin mover un dedo por AGR Clarín hasta la marcha del 22, que se concretó sin paro y cuando se siguen haciendo las revistas en distintos talleres. Sólo la tenacidad de la ocupación y las permanentes medidas de lucha que la acompañan han arrancado la marcha a Plaza de Mayo de una FGB, que sigue la política de la UOM y los gordos en torno al 7 de marzo.
Lo mismo vale para la CTA Yasky, que tiene a la enorme Ctera en el centro de la escena por la paritaria docente y el impacto que puede tener para el conjunto de las negociaciones paritarias. Baradel fue a anunciar el no inicio a la CGT, sirviéndose de la adhesión al 7 de marzo, para evitar la organización de una huelga general docente en defensa del salario.
El clasismo tiene que desenvolver una política propia frente al 7 de marzo. Separar a los trabajadores del planteo patronal proteccionista que se funda en subsidios, ataques a las conquistas obreras y un devaluacionismo que pagan los trabajadores. Llamamos a movilizarnos con un programa de defensa del salario equivalente a la canasta familiar y la ocupación de toda fábrica que cierre y despida masivamente, por el reparto de las horas de trabajo sin afectar los salarios, por un aumento de emergencia a los jubilados, por comisiones obreras de higiene y seguridad contra las ART de la muerte, por la anulación del decreto antiimigrante y contra toda represión a las luchas del movimiento obrero.

Paro Activo Nacional Ya

Para nosotros, no se trata de “embretar” a la burocracia sindical para que finalmente haga un paro aislado, que sería un eslabón más de la política de acompañamiento del ajuste en un nuevo contexto. Nuestra política es una acción decidida del movimiento obrero para llevar las luchas a la victoria y para que una irrupción de la clase obrera con toda su fuerza, quiebre el ajuste.
Se trata de impulsar asambleas en los lugares de trabajo, con la política del cese de tareas donde sea posible, para movilizar masivamente en una columna independiente, encabezada por los gráficos de AGR Clarín, la gran lucha obrera de la etapa. Esto, con una consigna central: Paro Activo Nacional Ya.

Néstor Pitrola

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