martes, 27 de diciembre de 2016

"Primerear" para negociar como mecanismo del ajuste

Muchos hablan de empate en las negociaciones que encara el gobierno Macri con variados opositores, sin embargo, lo que se consolida es el ajuste.
Algo así como dos pasos adelante y uno atrás. Lo que queda es la intención originaria amenguada, pero ajuste al fin.

Impuesto a las ganancias

Un caso es el de la reforma de ganancias. La ley aprobada no es la que quería el gobierno con su proyecto de mínima (escasa actualización del mínimo no imponible y las escalas) enviado al Congreso, pero tampoco el que obtuvo media sanción en la Cámara de diputados, promovido por la alianza del arco opositor que solo excluyó a la izquierda en el Parlamento.
Finalmente, en acuerdo con la CGT, los gobernadores empujaron a los representantes de las Provincias a sumarse al nuevo proyecto, incluidos algunos referentes del kirchnerismo.
Se habló de empate, aun cuando la realidad es que el salario continúa siendo gravado como si fuera una ganancia, más allá de la denominación del impuesto.
La nueva ley no incluye la tributación a la renta financiera, excluye la reinstalación de las retenciones a las mineras y mantiene el carácter regresivo del sistema impositivo en la Argentina.
El IVA sigue siendo el estandarte de la recaudación tributaria y los de abajo financian el gasto del Estado capitalista.

Recorte en el CONICET

Otro caso remite al conflicto propiciado por los becarios del CONICET.
Por razones presupuestarias se dejaba afuera de la contratación a la mitad de los postulantes “recomendados”, casi 500. Estos reunían las exigentes condiciones de incorporación al sistema de ciencia y técnica.
La masiva protesta y creciente adhesión social a la demanda de los jóvenes científicos motivó el acuerdo a la propuesta de incluir hasta diciembre del 2017 a los “recomendados y no seleccionados” y discutir durante el año su reubicación en otros organismos de Ciencia y Tecnología, en las universidades o en empresas.
La dura medida inicial fue revertida vía negociación, aun cuando el achique del Conicet se pospone para la discusión durante el próximo año. Eso es lo que promovió el descontento en el interior, caso de Rosario.
Algunos hablaron de empate, pero el ajuste como proyecto en el área científica se mantiene e incluso se avanza en la privatización con la relocalización de los investigadores.

Más ajuste y control del conflicto

La salida de Isela Costantini de Aerolíneas Argentinas anima el mismo sentido del perpetuo ajuste.
No alcanzó con los retiros voluntarios y el achique del gasto, por lo que se designa a un ajustador convencido.
El objetivo apunta a disciplinar la estructura de personal y facilitar el ingreso de la competencia privada y extranjera de las rutas locales y hacia el exterior que monopoliza Aerolíneas.
En los tres casos que mencionamos se procesa la línea del ajuste fiscal intentando eliminar el conflicto explícito. Por eso la negociación privilegiada con el sindicalismo tradicional en el caso del impuesto a las ganancias; o la postergación por un año con promesas de relocalización de trabajadores científicos.
Algo que no terminó de satisfacer a todos los movilizados, pero cuya condición era el levantamiento de la toma del Polo Tecnológico, sede del Ministerio habitado en continuado por Lino Barañao, el titular designado por Cristina Fernández a comienzo de su primer mandato y seleccionado en el gabinete de Macri.
No solo es ajuste, sino al mismo tiempo búsqueda de consenso entre la oposición que disputa la gestión, junto a procesos de negociación con las mediaciones burocráticas capaces de contener el conflicto social.
La exclusión de las CTAs y otras organizaciones sociales de trabajadores en estas negociaciones queda clara para el objetivo del gobierno Macri. Se trata de suplir la debilidad parlamentaria y nula presencia en el movimiento social con conversaciones y concesiones que hagan viable el ajuste fiscal.

Reestructuración regresiva

Así, la táctica parece ser golpear primero, negociar después y promover una imagen de empate que esconde el logro de redistribución regresiva de los recursos fiscales.
No todo es ajuste, sino que el propósito apunta a consolidar la reestructuración regresiva del orden económico y social, por lo que sigue en perspectiva la reforma laboral y previsional.
Esta última sugerida desde el FMI con elevación de la edad jubilatoria y concentración de las actualizaciones de ingresos a una vez al año. Es parte de la ofensiva del capital contra el trabajo para reducir el costo de producción y mejorar la tasa de ganancia en tiempos de dificultades.
Desde el INDEC [1] se confirma el cuadro de una profunda recesión, con un -2,4% de evolución económica entre enero y septiembre, con un registro de -8,3% en la inversión, denotando problemas esenciales del orden capitalista local.
Se acaba de anunciar un próximo aumento de las naftas para enero y la continuidad de elevadas tasas de interés, lo que confirma una expectativa de inflación superior a lo imaginado en el Presupuesto 2017.

La revolución es un sueño eterno

La recesión y la inflación son condiciones para el descontento que puede motorizar el conflicto, por lo que para el gobierno Macri, controlar la conflictividad es un objetivo político estratégico.
Obturar esa posibilidad es un desafío para construir alternativa popular con la posibilidad de ir más allá de la gestión y reforma del orden vigente.
Desde esa concepción es que nos animamos a coincidir con el reciente desaparecido Andrés Rivera, sobre que “la revolución es un sueño eterno”.

Julio C. Gambina

Nota:

[1] INDEC. Informe de avance del nivel de actividad. Buenos Aires, 22 de diciembre de 2016, en: http://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/pib_12_16.pdf

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