lunes, 12 de diciembre de 2016

Córdoba: el movimiento estudiantil ante la Asamblea Universitaria

Abajo la contrarreforma reaccionaria. Por una Asamblea democrática.

La Asamblea Universitaria convocada por las autoridades de la Universidad de Córdoba (UNC) para el próximo jueves 15 de diciembre reviste un interés para todo el movimiento estudiantil argentino.
En primer lugar, porque Córdoba es el laboratorio de la contrarreforma que el gobierno y las camarillas universitarias están impulsando en todos los ámbitos de la educación superior. En segundo lugar, porque el proceso permite ilustrar sobre el carácter de la nueva conducción de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), que este año pasó de manos de Franja Morada a un triunvirato integrado por La Bisagra (MPE, kirchneristas), La Mella (Patria Grande) y Libres del Sur, y que es una especie de réplica estudiantil del triunvirato pseudo-piquetero que acaba de firmar la tregua con el gobierno hasta el 2019.

Contrarreforma

Este año asumieron en la UNC nuevas autoridades. El rector Hugo Juri, radical-macrista, desplazó a la anterior gestión kirchnerista, que a través de las gestiones de Scotto y Tamarit había gobernado durante la última década. A tono con la línea del Ministro/“gerente de recursos humanos” (sic) Esteban Bullrich, el nuevo rectorado se propuso encarar una serie de reformas, a saber: 1) desmantelar la unidad de las carreras de grado avanzando el sistema de créditos que rige en la mayor parte de las universidades del mundo; 2) introducir a las cámaras empresariales en los órganos de cogobierno de la UNC; 3) sancionar la elección directa de autoridades, ponderada por claustros, tal cual establece la Ley de Educación Superior menemista.
El tema de los créditos y el consecuente recorte de las carreras y sus contenidos específicos es el centro del nuevo sistema de acreditación que Bullrich lanzó hace unas semanas (ver Prensa Obrera nº 1439). Juri fue un vocero entusiasta de este avance mercantilizador, al que también se acopló buena parte de los rectores del PJ y el FpV. En efecto, en el Consejo Superior de la UNC tanto radical-macristas como kirchneristas votaron en común la convocatoria a Asamblea Universitaria para el mes de octubre con el objetivo de tratar estos tres puntos en cuestión.

Fractura

La fractura posterior no está relacionada con el contenido privatista de la agenda de Juri, sino con el reparto de las cuotas de poder al interior del futuro régimen universitario. De hecho, el kirchnerismo hizo escuela en la UNC de privatización educativa. Los rectores K fueron los artífices de los convenios de colaboración de Monsanto (mientras el pueblo de Malvinas Argentinas se levantaba contra la instalación de una planta de esa multinacional yanqui), de la acreditación de la carrera de Psicología a la CoNEAU (que consumaron en una sesión especial a 26 km de la Ciudad de Córdoba) y de la injerencia, incluso, de la ultra-represiva policía provincial al interior de los predios de la universidad.
La desavenencia se produjo cuando, al momento de precisar el mecanismo de elección directa del rector, la gestión de Juri rechazó la doble ponderación (por claustro y por facultad), que permitía resguardar la representación de las facultades más pequeñas, conducidas en su mayoría por decanos K. Fue entonces cuando estos decanos promovieron la intervención de sus agrupaciones estudiantiles, que ocuparon el Pabellón Argentina e impidieron la consumación de la Asamblea.

Intervención estudiantil

La fractura de las camarillas profesorales quebró a la recién asumida conducción de la FUC. La Bisagra y La Mella protagonizaron la toma del Pabellón Argentina en nombre de la doble ponderación. Libres del Sur, por su parte, se adhirió al bloque de la decana de Psicología, Altamirano, solidaria con Juri. Lo interesante fue que la toma desencadenó una intervención masiva del movimiento estudiantil, como no se veía hace muchos años en la UNC.
Bajo la presión de las agrupaciones de izquierda, reunidas en el frente La Trinchera que interviene a escala de toda la UNC, se concretaron asambleas masivas que tomaron posición contra el sistema de créditos, contra la intromisión de los grupos capitalistas y contra la precarización laboral en la universidad, todos temas ajenos al bloque K. Suspendida la Asamblea Universitaria, 800 estudiantes deliberaron en asamblea sobre los pasos a seguir. 500 acompañaron la posición de La Bisagra y La Mella de levantar la medida para ingresar a una mesa de diálogo convocada por Juri; y otros 300 votaron a favor de la moción de La Trinchera de continuar la lucha hasta alcanzar el conjunto de las reivindicaciones. El desencadenamiento de la movilización estudiantil provocó esta rápida polarización entre las agrupaciones supuestamente “anti-macristas” y la izquierda, que apareció como una necesidad para el desarrollo del propio movimiento.

Elección directa

El repliegue de la pata K de la conducción de la FUC envalentonó al rectorado de Juri, que resolvió convocar a una nueva asamblea para este 15 de diciembre, cuando las aulas se encuentran vacías. Siguiendo el manual de procedimiento K, el rector trasladó la sesión de la Asamblea al mismo predio alejado donde se acreditó Psicología.
La nueva propuesta del rectorado consiste avanzar de a partes con el temario, tratando este jueves únicamente el punto de la elección directa. Como prenda de unidad, Juri propone votar la llamada “reforma política” en general, dejando para el 2017 el debate sobre las ponderaciones. El rector ya logró que varios decanos reacios se avinieran a esta propuesta. En tanto, el bloque K permanece en estado de silencio y negociación permanente con Juri.
El verso de la elección directa ponderada de autoridades unipersonales -otra forma de concentrar el poder en manos de las camarillas profesorales- sirvió para desarticular al movimiento. La confusión alcanza incluso a las agrupaciones de izquierda, algunas de las cuales ven en la posibilidad de votar sin mediaciones al rector un principio de “democratización”. En este cuadro, La Bisagra y La Mella levantaron una marcha y una asamblea que estaban convocadas para la semana pasada y se aprestan a continuar negociando su ingreso a la Asamblea hasta último momento.

El desafío de la izquierda

La transa entre Juri y las agrupaciones que conducen la FUC colocó en crisis a la coalición de la izquierda. Agrupaciones como Cauce o el Nuevo Mas rechazan la posibilidad de convocar a iniciativas independientes, con el cuento de que no se puede romper la unidad de acción con La Mella y sus aliados. Estas agrupaciones aseguran que “Juri no les dará nada a los K”, y eso provocará el retorno de las dos terceras partes de la FUC a una posición de boicot a la Asamblea del 15.
Lo cierto es que a la espera de esta expectativa, La Trinchera se somete a una auto-parálisis. Esta posición no contempla, además, que en el caso de que la fractura al interior del régimen volviera a emerger, los motivos por los cuales marcharían las agrupaciones K serían distintos -y hasta antagónicos- a los cuales movilizan a la izquierda. En estas últimas horas, el desafío que la izquierda debe encarar sin retraso es convertirse en un canal de lucha independiente para el movimiento estudiantil. Varias asambleas de base ya votaron impedir la Asamblea del jueves y es necesario darle al movimiento un plan de acción y un programa unificado. Esa es la conclusión de la experiencia que deja la recuperación hace quince años de la FUBA, que fuimos a Córdoba a aportar.
Opongamos a los pactos reaccionarios que presiden a la Asamblea del 15, la convocatoria a una Asamblea Universitaria realmente democrática, electa por el voto universal e igualitario de todos los estudiantes, docentes y trabajadores de la UNC. Sólo una dirección de este tipo estará capacitada para defender a la universidad pública de los ataques del gobierno y los opositores patronales. No le demos tregua al ajuste y la privatización de la educación.

Julián Asiner, presidente de la FUBA

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