viernes, 16 de diciembre de 2016
Según la UCA, la desocupación fue de 9,9 % en el tercer trimestre
El informe muestra que en 2016 el 54,1 % de los trabajadores ocupados tiene un empleo de baja calidad (empleo precario y subempleo inestable).
El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer hoy el informe sobre "Empleo, precariedad laboral y desigualdades estructurales (2010-2016)", que revela que el desempleo fue del 9,9 % para el tercer trimestre de 2016, un punto y medio porcentual mayor a lo estimado por el Indec.
El estudio fue realizado en base a una muestra en 17 conglomerados urbanos con más de 80.000 habitantes, en el cual se relevaron 5.700 hogares por año desde 2010 a 2016.
El informe muestra que en el tercer trimestre de 2016 sólo el 41,4 % de la población económicamente activa urbana tiene un empleo asalariado o no asalariado con calidad plena de derechos laborales; 30,7 % un empleo regular pero sin vinculación con la seguridad social (empleo precario), 18 % está subocupada en actividades de baja remuneración, alta inestabilidad y/o participan de programas de empleo; y el 9,9 % está desocupado.
En tanto, el 54,1 % de los trabajadores ocupados tiene un empleo de baja calidad (empleo precario y subempleo inestable).
La desocupación en el tercer trimestre de 2016 afectó más a las mujeres y a la juventud (18 a 34 años) 14,4 % y 17,3 % respectivamente. Las mujeres también tienen un mayor porcentaje de empleo precario en el mismo período que es de 32,2 %.
La UCA señala que entre el cuarto trimestre de 2015 y el tercer trimestre de 2016, sin que se hayan registrado modificaciones importantes en la tasa de actividad, se confirma una baja del empleo pleno (1,6 pp.), incluso en el empleo precario, teniendo como correlato un incremento en el subempleo inestable y en la tasa de desempleo abierto.
Además, comparando el mismo período, hubo una suba significativa en el riesgo de desempleo (haber estado desocupado al menos una vez en el último año) pasando de 24,9 % a 27,7 %; y la percepción de los ocupados de considerar altamente difícil conseguir un empleo similar en caso de perder su actual trabajo (de 84,5 % a 88,1 %).
El informe estima que las retribuciones al trabajo varían de manera significativa según la calidad del empleo al que acceden los trabajadores. El mayor ingreso medio laboral mensual en el tercer trimestre de 2016 se observa en los ocupados con empleo pleno ($ 15.099), en menor medida los que tienen un empleo precario ($ 9.426) y, finalmente, los trabajadores con subempleo inestable ($ 3.724).
El documento advierte que entre 2010 y 2016 la media de ingresos mensuales cayó 7,9 % (de $ 11.832 a $ 10.897) y “esto se debe, básicamente, al decrecimiento de los ingresos de los trabajadores con subempleo inestable ya que el promedio del resto no presenta variaciones significativas”.
En 2016, hay una ampliación de las brechas de ingresos que llevó a que los trabajadores con empleo de baja calidad percibieran un 51,5 % menos que los de empleo pleno de derechos.
Presentación de la investigación
Agustín Salvia, director del ODSA sostuvo que “durante el último año, las medidas que buscaron resolver desajustes macroeconómicos, a la vez que crear un clima de confianza para lograr una reacción favorable de los mercados, no han tenido la respuesta esperada", y agregó que "aunque venga una lluvia de inversiones, no habrá derrame hacia los sectores menos dinámicos si no hay políticas activas" del Estado.
El informe señala que "persisten barreras productivas estructurales que impiden la inclusión de los núcleos de marginalidad y descartados sociales" y que creció "la percepción de los ocupados de considerar altamente difícil conseguir un empleo similar en caso de perder su actual trabajo".
Salvia explicó a DyN que “la desigualdad persistente y la pobreza estructural son resultado de un modelo económico-productivo desequilibrado, con efectos de exclusión y desigualdad a nivel socio-laboral".
El director de ODSA advirtió que "estamos muy lejos de garantizar los derechos laborales de casi la mitad de los argentinos. Las pocas mejoras las experimentaron los trabajadores de estratos medios y medios altos, y no los de más bajos recursos educativos. Las mejoras, además, tendieron a estancarse y revertirse en los últimos dos años".
La investigación de la UCA muestra un deterioro del mercado laboral en 2016, pero este deterioro no es casual es producto de las medidas económicas que implementó el macrismo como la devaluación, los tarifazos, la inflación y la recesión, que afectaron el empleo y el salario. Así, como también se observa un nivel alto estructural de empleo precario y bajos ingresos que dejó el gobierno anterior.
Redacción LID
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