El Ministerio del Interior desarrolló un acuerdo para utilizar Office 365 como servicio de correo y alojamiento de información. ¿Qué implica esto en la estrategia informática del gobierno?
La decisión del Ministerio del Interior de alojar tanto sus correos como la información pública en servidores de Microsoft constituye un grave acto de entrega de información. El hecho se enmarca, además, en un acuerdo a gran escala entre el Estado y esta corporación tecnológica que tiene un alcance mucho mayor.
En agosto de este año se publicó un decreto mediante el cual la Jefatura de Gabinete de Ministros dispuso la compra, mediante la modalidad de contratación directa, de varios sistemas integrados de gestión de relaciones con el cliente (son sistemas que permiten el tratamiento y seguimiento de consultas o reclamos por parte del cliente de una organización) por un monto de casi 4 millones de dólares. Adicionalmente, se conoció un plan de la empresa norteamericana para vender la plataforma de servicios Azure al Banco Central, lo que fue rechazado por el equipo de seguridad informática de la entidad financiera que solicitó una evaluación técnica pública (algo que el macrismo viene rechazando en distintas áreas).
En suma, estamos ante el desarrollo de un negociado monumental en materia de sistemas informáticos y tratamiento de datos públicos. No solamente por los altos costos que implica utilizar software de código cerrado por parte de una empresa monopólica que se arroga el derecho comercial de modificar o discontinuar su producción en una o varias líneas sin liberar la documentación o el código de la misma.
Pero aún peor que esto es el hecho de que se entrega a una empresa privada extranjera el control de datos internos de la administración nacional. La migración de los correos del Ministerio del Interior de servidores propios a la nube de Microsoft significa, concretamente, que toda la información que se trafica por esta vía se aloja en los servidores de la nube de Microsoft.
En lugar de establecer un programa de desarrollo propio, basado en la abrumadora cantidad de herramientas libres y la vasta comunidad de desarrolladores del país, que podría incorporar, incluso, todos los beneficios de la computación en la nube, pero con seguridad y sin deslocalizar los servidores y los datos, el gobierno macrista desplegó un negociado que compromete la integridad de las comunicaciones internas a distintos niveles de la administración pública.
Carlos Mandra
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