El micro que desbarrancó transportaba pasajeros parados y no contaba con cinturones de seguridad.
Estudiantes de seis colegios secundarios de las localidades misioneras de Posadas, Oberá, Puerto Piray y Wanda, viajaban a Camboriu, cuando el ómnibus de la empresa Río Uruguay desbarrancó en la ruta 285, a la altura de Santo Antônio das Missões, en el Estado de Rio Grande do Sul, producto de lo cual murieron tres de los jóvenes. Alrededor de quince pasajeros permanecen internados en estado de gravedad.
Leandro Feldnik, egresado Instituto Mbororé, declaró que cinco pasajeros viajaban de pie, ya que no había disponible asientos, y que en la parte superior del micro las butacas no tenían cinturones de seguridad. El joven también declaró que durante el viaje había cierta preocupación porque el ómnibus iba “muy rápido” en una ruta “llena de pozos”. Nuevamente, la precarización de la seguridad en el transporte en aras del lucro empresario se cobró vidas humanas.
Las víctimas fatales son Rocío Fabiana Martínez y Luana Micaela Centurión, de 18 años, y Agustina Szervaty, estudiante universitaria y una de las coordinadoras de Turismo Tobay Tours (Upgrade Turismo Estudiantil), que subcontrató a la empresa transportista para que realizara el traslado.
El chofer, de 30 años, declaró que la causa del accidente fue una falla mecánica, y que a consecuencia de esto perdió el control del vehículo. La policía brasileña, en cambio, sostiene que el conductor se quedó dormido y lo detuvo por “homicidio culposo”.
El micro partió de Posadas a las 14, presumiblemente para cumplir su recorrido durante la noche y “ahorrarse” los viáticos y alojamiento de los choferes.
En contraste, el propietario de la empresa Río Uruguay, que viajó al lugar del accidente, no está siendo investigado. Por su parte, el gerente de la empresa, Roberto Navas, aseguró que en el ómnibus viajaban 62 pasajeros, acorde a la capacidad del transporte, contradiciendo los testimonios y las pericias.
Los padres denuncian que el micro cambió el recorrido que habían estipulado en el contrato con la empresa; una madre afirmó que este cambio fue "para evadir los controles y los peajes y tomó una ruta llena de camiones, sin banquina, y muy peligrosa” (Télam, 16/12). ¿Pudo haber tomado el conductor una decisión de este tipo por su cuenta, so pena de recibir graves apercibimientos? Los vehículos disponen de GPS tanto para evitar robos como para controlar a los choferes.
Los accidentes recurrentes en los viajes de larga distancia se deben, en primer lugar, a la voracidad del lucro empresarial, en la súper explotación de sus trabajadores –empezando por la falta de descanso de los choferes–, el mal estado de las rutas y el escamoteo de las medidas de seguridad.
Carla Deiana
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