El tradicional festival de Jesús María confirmó su carácter retrógrado, luego de que premiara con una cocina a la jineta que ganó el concurso de doma "Criolla Femenina". Consultada por el contraste entre la actividad por la cual había sido destacada y el premio, Noelia Ponce terminó de confirmar que no estaba pensado para ella: "No me gusta cocinar", aclaró, y contó que le solicitó al presidente del festival cambiar el obsequio por otra cosa porque el año pasado le habían regalado lo mismo...
La competencia femenina de doma dura menos que la masculina (3 noches en lugar de 10) y no tiene carácter de campeonato debido a que no hay representación de todas las provincias, informaron los organizadores en un comunicado que intentó aclarar el contenido del premio que recibió Noelia. La joven también recibió $6500 y una estadía en un hotel, lo que hizo más evidente el contraste con el torneo masculino cuyo ganador recibió "$45.000 y una rastra de plata con apliques de oro y cinto de cuero". (La Voz, 12/01). Bien pensado, la jineta tuvo que atravesar una carrera de obstáculos mayor que la de cualquier jinete varón, como lo marca que haya menos competidoras, por lo que desde esa lógica la recompensa debiera ser mayor y apuntar a fomentar que más mujeres participen del torneo. La cocina simboliza el grillete que ata a la mujer a las tareas domésticas y su rol tradicional como esclava del hogar.
"Ni lo habíamos pensado. Quizás ahora que me lo dicen lo podemos pensar", dijo el presidente del festival, Nicolás Totti, quien además prometió que Noelia podrá cambiar el premio. Una reflexión motivada por el impacto del debate respecto de la situación de violencia que azota a las mujeres y que este año tuvo otros efectos en el campo de lo simbólico como sucedió con la suspensión del torneo "Miss Cola Reef".
En otro orden cosas y dado el afán por pensar mejor las cosas, también debería revisarse el maltrato animal que entraña la doma con fines comerciales.
CD
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