lunes, 16 de enero de 2017
Lof Cushamen: liberaron a los tres detenidos
Quedaron procesados pero sin prisión preventiva. Uno de los liberados relata cómo fue el salvaje momento en que los detuvo la Gendarmería Nacional por orden del juez federal Guido Otranto.
Pasada las siete de la tarde liberaron a Ricardo Antihuel, Ariel Mariota Garzi y Nicolás Hernández Huala, los últimos detenidos tras la salvaje represión de Gendarmería Nacional y Policía del Chubut el pasado martes en el Lof de Resistencia Cushamen, quienes se encuentran hace casi dos años recuperando territorio a Benetton.
En un comunicado de prensa el juez federal Guido Otranto manifestó que los liberados “fueron consideraros coautores de los delitos de impedir el normal funcionamiento del servicio de transporte por tierra, en grado de tentativa, resistencia a la autoridad, lesiones y daño agravado”.
Además, señala que “se prevé una pena de tres meses a cinco años de prisión para los delitos por los que se procesó a los imputados, y que además es posible observar que una eventual condena tendría un monto más próximo al mínimo que al máximo de esa escala”. Los militantes mapuches se encontraban detenidos en la Unidad nº 14 del Servicio Penitenciario Federal.
Otranto advierte que “se les impuso la obligación de fijar un domicilio en el que puedan recibir notificaciones judiciales, aportar un teléfono de contacto en el que puedan ser ubicados a los fines procesales que correspondan, comunicarse telefónicamente con el Juzgado Federal de Esquel cada treinta días para informar su paradero y avisar en caso de que varíen sus lugares de residencia”.
Los detenidos fueron liberados luego de la gran presión social a lo largo y ancho del país, que incluyó la visita a la localidad de Esquel de una delegación ayer del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia integrada entre otros por Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, María del Carmen Verdú de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), Nicolás del Caño dirigente nacional del PTS/FIT, Margarita Cruz de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, Diego Morales del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) y Pablo Pimentel de APDH La Matanza.
La Izquierda Diario entrevistó a Nicolás Hernández Huala inmediatamente recobró la libertad. El miembro del lof de Resistencia dio detalles de cómo lo detuvieron el pasado martes: “Les dijimos a la Gendarmería que no los íbamos a dejar pasar, se formaron en fila y empezar a ingresar al territorio”, comienza su relato. “Una vez ingresados al territorio comenzaron los disparos y nosotros nos defendimos con piedras como nos defendemos nosotros. En ese momento nos hicieron retroceder como cincuenta metros.
Tuvimos que empezar a correr. Yo me quedé atrás de un compañero, y me empezaron a correr a caballo, sentí un par de golpes en la cabeza, seguí corriendo y después me tropecé y ahí me agarraron”, describe. Obviamente, la feroz secuencia continuó: “Cuando me caí, el caballo se me vino encima y empecé a sentir golpes por todos lados, y cuando quiero mirar estoy abajo del caballo, me levanto y empiezo a recibir golpes por la cabeza, por las piernas, por las costillas. Eran como tres o cuatro gendarmes, dos a caballos”.
Empecinados en su visceral racismo, los efectivos dan rienda suelta a su represivo accionar: “Cuando me ponen las esposas me empiezan a pisar la cabeza y a dar patadas en la cara. Y cuando me levantan, en el traslado hacia el móvil caminando en mi postura agachado, con las manos atrás esposado, me golpeaban la cara y las costillas con cachiporras.
Me dejan tirado afuera del alambre, y ahí viene un hombre y me golpea la cabeza y me deja un rato con la nariz sangrando y la boca lastimada”. Para ese entonces los golpes terminaron, sin embargo, una vez que lo suben a una trafic lo dejan “toda la mañana ahí adentro descalzo. Me trasladaron a Gendarmería En Esquel, atrás de la Unidad 14 hasta más o menos la siete. Ahí me dieron zapatillas y alimentos porque pasé todo el transcurso del día sin comer hasta las ocho de la noche más o menos”.
Luego de semejante testimonio resulta irrisorio aceptar las siguientes palabras del comunicado de Otranto señalado más arriba: “(…) se consideró comprobado que el día 10 de enero de 2017, a partir de las 7:30 hs. de la mañana, un grupo de integrantes del Lof en Resistencia del Departamento Cushamen que actuaba con el rostro encapuchado atacó con piedras lanzadas con boleadoras a los miembros de Gendarmería Nacional Argentina que se presentó en el lugar a cumplir con el procedimiento ordenado por este Juzgado Federal para remover los obstáculos colocados sobre las vías férreas de circulación”. Más desopilante aun resulta la descripción de que entre los heridos de Gendarmería se computa a una “yegua”. Recordemos que, se según testigos, eran más doscientos efectivos contra unos pocos miembros del lof, entre ellos mujeres y niños.
Nicolás adelantó que se trasladará inmediatamente al lof a reencontrarse con sus compañeros de lucha. Además, se refirió a los dos heridos que se encuentran en el hospital de Bariloche producto de las heridas recibidas en la represión del día miércoles en manos de la Policía del Chubut: “Vamos a ver qué vamos hacer con nuestra gente que está en terapia, porque ese es un caso de provincia. A mi hermano le dieron un balazo de goma que le entró en el oído y le hicieron un coagulo en el cerebro, y le lastimó el oído. Y al otro muchacho le dieron un disparo, le molieron la mandíbula y le arrancaron un pedazo de la cara. Eso es lo más preocupante en estos momentos”.
No debe dejar de señalarse que la liberación de todos los detenidos de esta causa es un triunfo del campo popular ante la avanzada de los gobiernos nacional de Mauricio Macri y provincial de Mario das Neves (aliado a Sergio Massa) contra los sectores que luchan. Quisieron comenzar el año mostrando los dientes para medir la relación de fuerzas y quedó claro que un amplio sector de la sociedad no está dispuesto a dejar pasar sus conquistas sin luchar.
La provincia del Chubut en particular se encuentra en una situación de crisis económica, con cientos de suspendidos y decenas de despidos en el sector textil, en particular en el parque industrial de Trelew, además de la amenaza de cientos de despidos en el sur producto de la crisis petrolera.
Iván Marín
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