martes, 10 de enero de 2017
De los “trastornos de ansiedad” a los “trastornos depresivos”: de Cristina a Macri, el capitalismo enferma
Una reciente investigación alerta sobre el impacto de los despidos en la salud física y mental de la población
En los primeros días de 2017, distintos portales web difundieron una reciente investigación realizada por investigadores del CONICET, Universidades Nacionales y el Centro de Política Económica Argentina –de cuño kirchnerista– que alerta sobre el impacto de los despidos ejecutados entre finales del gobierno de CFK y el primer año del gobierno de Macri en la salud de la población trabajadora afectada de los sectores público y privado.
Los datos difundidos resultan esclarecedores en lo referente al impacto del ajuste sobre la salud mental en diversas franjas de la clase obrera de nuestro país.
Según el estudio "Despidos Masivos en Argentina: Caracterización de la Situación y Análisis del Impacto sobre la Salud Física y Mental 2015-2016"1, realizado en base a datos primarios recolectados a partir de una encuesta autoadministrada que realizaron 450 despedidos de distintos sindicatos y gremios entre septiembre de 2015 y junio de 2016, se han “triplicado los problemas de salud mental y deteriorado en un 20.5% el indicador de salud física” de diversos sub-grupos poblacionales nacionales, principalmente entre la población trabajadora “femenina, de mediana edad, con elevado nivel educativo, jefas de hogares monoparentales y a cargo de familias”. Afinando el análisis, la publicación también informa que “los/as trabajadores/as del sector público han sido los mayormente afectados en términos de salud mental (218% de deterioro entre diciembre del 2015 y septiembre de 2016)”.
Los aspectos cuantitativos en Salud Mental se relevaron sobre los ítems de SRQ, las variables de análisis en Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud. “Al analizar de manera desagregada los ítems de SRQ (salud mental) se visualiza con claridad que los despedidos se sienten particularmente infelices e incapaces de disfrutar de las actividades diarias, se perciben incapaces, han perdido interés en las cosas e incluso han pensado en terminar con su vida. Todos estos ítems están estrechamente vinculados a la vivencia depresiva esperable luego de despidos compulsivos, violentos y humillantes. No obstante ello, resulta de particular importancia epidemiológica el hecho de que, en la muestra examinada y luego de los despidos, casi 1 de cada 6 encuestados reportan tener ideaciones suicidas”.
En lo referente al padecimiento subjetivo de la población trabajadora durante el gobierno kirchnerista, a fines de 2014 salió en Prensa Obrera el artículo “Clase Obrera y Década Insalubre” en base a una investigación publicada en la Revista Topía, donde demostrábamos el incremento de los llamados “trastornos de ansiedad” en amplias capas de la población trabajadora de nuestro país, medido en el aumento exponencial del consumo (y autoconsumo) de medicamentos ansiolíticos y sedativos, y del pedido de licencias psiquiátricas laborales. La principal variable epidemiológica como causa del padecimiento subjetivo del trabajador durante la “reactivación económica” del mercado del trabajo del kirchnerismo resultó ser la polivalencia y precarización laboral (tercerización, empleo informal).
Las condiciones de existencia del régimen social capitalista son un factor patógeno importante en las llamadas “psicopatologías” entre los explotados, que absorben de manera más directa los embates del capital, sus ciclos y sus crisis (desempleo y súper explotación). Para el caso, la alternancia de los ciclos económicos capitalistas, el pasaje de de las “reactivaciones” a las “recesiones” y viceversa, también se expresan epidemiológicamente en una alternancia de sufrimientos y padecimientos del explotado.
El trabajador ocupado precarizado y flexibilizado durante la “Década Ganada”, sufriente de los llamados “trastornos de ansiedad”, ha devenido al desocupado “deprimido” de hoy, con el gobierno de Macri. De la precarización a la desocupación, de la ansiedad invasiva a la depresión absoluta, el denominador común y la línea de continuidad resulta ser el arrasamiento subjetivo manifestado en diferentes modalidades en la epidemiología y la Salud Mental de los trabajadores.
El capitalismo “mata”. También aliena. Y sobre todo, enferma.
Hernán Scorofitz
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