¿Qué intereses están en disputa en el conflicto por la tierra en Chubut? Los antecedentes del juez y su esposa. La campaña de desinformación.
Detrás de cada incursión criminal del Estado suele existir una motivación económica. Así se puede comprobar en el caso de la represión a la comunidad mapuche Lof, en el departamento Cushamen, de Chubut, que recuperó y ocupa unas tierras cuyo título de propiedad posee el grupo multinacional Benetton bajo la razón social Tierras del Sud Sociedad Anónima. El origen de la empresa es italiano, por eso no sorprende la celeridad con la que actuó la justicia para ordenar el desalojo de los mapuche: Gladys Carla Rossi, esposa de José Colabelli -juez federal de Esquel que entiende en la causa y que ordenó el desalojo-, es la encargada de la misión consular italiana en la región. En una historia en la que los mapuches son expulsados de sus tierras y el racismo y la opresión pluricentenaria se manifiestan, no resulta extraño que se elija defender intereses foráneos frente a los de los verdaderos dueños de la tierra. Estos días, el Estado, la justicia y su brazo armado volvieron a actuar de conjunto para servir a los intereses de Benetton, a bala y fuego, contra los mapuche.
El origen de la disputa por las tierras de los mapuche se remonta a la época de la así llamada "conquista del desierto" por parte de las tropas del general Julio Argentino Roca, que siempre giró en torno a intereses extranjeros. Capitales ingleses proveyeron de armas y fondos para realizar la matanza de los aborígenes que habitaban esas tierras no alcanzadas por el hombre occidental. En 1896, y en pago por los servicios prestados, donó 900 mil hectáreas a diez ciudadanos ingleses que conformaron la empresa Argentinean Southern Land Company Limited, con sede en Londres. Se trataba de las mejores tierras, ubicadas en las adyacencias al trazado del ferrocarril patagónico, y se usaban para la ganadería y la producción lanera, que se trasladaba al puerto para ser exportada en esas mismas rieles. La Compañía de Tierras del Sud Argentino -tal su nombre en español- estaba asociada a otros cincuenta emprendimientos cuyos directorios coincidían en la composición societaria y varios de los cuales tenían sus oficinas centrales en el mismo domicilio londinense, un edifico denominado The River Plate House. El conjunto empresario llegó a tener, tan solo en la provincia de Chubut, 2.300.000 hectáreas de campos. Es decir, los británicos poseían en Chubut tierras usurpadas a los pueblos originarios que las habitaban que equivaldrían a más de cien veces el tamaño de la ciudad de Buenos Aires.
En 1982 la empresa se transformó en la Compañía Argentina de Tierras Sociedad Anónima y en 1991 los Benetton adquirieron su control mediante su firma Edizioni Holding International. En la actualidad, la empresa posee 884.200 hectáreas en Santa Cruz, Río Negro y Chubut y cuenta con 260.000 cabezas de ganado y una capacidad de producción de 1.300.000 kilos de lana que se envían a Europa para su manufacturación. Se trata de uno de los más extensos emprendimientos patagónicos y se puede aseverar que los Benetton son dueños de gran parte de las tierras del sur argentino. En 2002, la empresa realizó cateos que detectaron yacimientos auríferos y argentíferos y en 2003 se creó la firma Minera del Sud Argentino para explotar esos yacimientos. No llegan a 600 las hectáreas reclamadas por la comunidad mapuche Lof que invoca su propiedad ancestral para denunciar la usurpación cometida por la empresa de los Benetton. Es en este marco que la justicia le da la razón a los empresarios extranjeros y, en una réplica de otras ocupaciones mapuche de tierras en el territorio de los Benetton, defiende la "propiedad" apelando a la violencia y la represión.
Antonia Torrebruna
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