viernes, 11 de marzo de 2016

Los Macri, el golpe de 1976 y la deuda externa



El grupo Macri fue uno de los grandes beneficiados de la estatización de la deuda llevada adelante por Cavallo en 1982. Los orígenes de su fortuna y su crecimiento.

La caída del fascismo en Italia significó para la familia Macri el inicio de una nueva y exitosa etapa, pero fuera de Europa. Franco Macri, nieto de un ministro de Obras Públicas del gobierno de Benito Mussolini, emprendió viaje a Argentina producto de la separación de sus padres en el marco de la caída del gobierno. Y es en este país donde termina construyendo un emporio.
Lejos de los lujos que la familia supo ostentar en Italia, recién llegado tuvo que trabajar de albañil. Hábil para los negocios y para establecer relaciones se casó con la hija de una familia de la aristocracia agrícola de Tandil, los Blanco Villegas, lo que le permitió ingresar a un nuevo mundo.
Durante el gobierno militar de Juan Carlos Onganía se inició en lo que luego sería su especialidad: realizar millonarios negocios a expensas del Estado. Asociado con su familia política, comenzó haciendo negocios ganaderos ligados a la exportación de carne, facilitados por el Estado, que decidió transferir este monopolio a una empresa mixta entre el Estado y su familia.

La Patria Contratista

Pero rápidamente encontró otra veta que le reportaría más ganancias: convertirse en contratista del Estado.
Durante la década del 60 surge Impresit-Sideco, la asociación entre Macri y la empresa constructora de Fiat. A través de ella construyen la primera central nuclear argentina y de América del Sur. Logra, a partir de relaciones con varios funcionarios y amigos de la dictadura militar, tener incidencia en las decisiones de la Comisión de Energía Atómica (CNEA) y se queda así con varias de las licitaciones para el diseño de plantas industriales, eléctricas, puertos, viviendas y distintos tipos de obras.
Con la llegada del gobierno de Perón su suerte no cambia, sus socios lograron una afinidad especial con José López Rega, lo que le permitió quedarse con licitaciones para la construcción de viviendas. Entre los años 1973 y 1976, el grupo Macri creció considerablemente, creando varias empresas y expandiéndose a otras áreas como los bancos.
En enero de 1976, unos meses antes del inicio de la última y más cruel dictadura militar, Franco Macri presenta en sociedad con bombos y platillos al holding Socma, que será un gran beneficiario de importantes licitaciones durante la dictadura, entre ellas: la represa Yaciretá, la construcción del puente Misiones-Encarnación, la central termoeléctrica de Río Tercero y de Luján de Cuyo, la recolección de residuos de la Ciudad de Buenos Aires, mediante la creación de Manliba, entre otras. Durante esa época compra Fiat, esta venta terminó siendo un acuerdo para llevar adelante el cierre de plantas y despidos.
Pero lo mejor aún estaba por venir: la estatización de la deuda decretada en 1982, cuando Domingo Cavallo estaba al frente del Banco Central. Fiat-Sevel y Socma fueron 2 de las empresas beneficiadas. El mecanismo incluía, además de la trasformación en deuda pública de sectores privados, la generación de un sistema utilizado por los empresarios para fraguar autopréstamos. La estatización de la deuda del grupo fue por 170 millones de dólares.
En 1973, el clan Macri era propietario de 7 empresas, finalizada la dictadura esa suma ascendía a 47. Como lo planteó claramente Myriam Bregman, diputada nacional del PTS en el Frente de Izquierda, es de un cinismo total que el jefe de “la revolución de la alegría” nos quiera hacer creer que va a luchar contra la corrupción. La construcción de su emporio familiar nos demuestra lo contrario.

Celeste Vásquez

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