sábado, 19 de marzo de 2016

Las barras bravas y la dictadura



La última dictadura cívico-militar fue posible por el silencio cómplice de los medios de comunicación, la iglesia y la pérdida de los espacios públicos. En las calles ya no se podía manifestar y en la canchas se dejó de cantar. Los grupos de tareas del para-avalancha aparecieron por primera vez y junto con ellos, las verdaderas hinchadas quedaron eclipsadas.

La violencia en el fútbol no arranca con la dictadura militar. El primer muerto se dio en 1924 en un enfrentamiento entre argentinos y uruguayos. Lejos de los negociados, que ya comenzaban a ver sus oportunidades de existencia, este deporte gozó de una relativa salud amateur por varias décadas siendo los clubes de futbol un lugar donde las clases populares encontraban un espacio de recreación y descanso. En 1951 Enrique Discépolo dejo un documento fílmico en la película “El Hincha” en donde interpreta a un joven mecánico que encuentra el sentido de su vida en alentar, seguir y colaborar con el club de sus amores. Si bien es una película, refleja la percepción popular que se tenía de esos “locos” que seguían a su club a todas partes, como bien dice la película:
“¿Y para qué trabaja uno si no es para ir los domingos y romperse los pulmones a las tribunas hinchando por un ideal? ¿O es que eso no vale nada?”..."¿Que sería del fútbol sin el hincha?...El hincha es todo en la vida...”

Los grupos

El tiempo pasó y luego del papelonazo que sufrió la selección nacional al ser eliminada contra Checoslovaquia 6 a 1 en la primera ronda del Mundial ´58, los presidentes de los clubes Alberto Jacinto Armando (Boca) y Américo Vespucio Liberti (River) se decidieron a reinventar el fútbol-espectáculo como forma de atraer público a la cancha. Las hinchadas dejaron de ser espontáneas y efímeras, surgidas de la pasión del fútbol para convertirse en grupos organizados que garantizaban la murga, el baile y los cantos. A medida que pasaban los torneos, esos “grupos” se comenzaron a volver más adictos a la gestión de turno. A finales de los sesenta, Julián William Kent, presidente del club River Plate (1968-73) avaló la creación de “Los Borrachos del Tablón” con la intención que el grupo presionara a los jugadores cuando estos disputaran mal un partido. En Boca, en 1967, bajo la presidencia de Alberto J. Armando, se formó “La Barra de Cocusa”. En esta banda estaban el famoso Negro Bombón, "Jorge Corea" y Cocusa.
Otro ejemplo de cómo avanzaba este tipo de organizaciones fue el caso del “Negro” Thompson. Sobre este personaje se podría escribir una novela, pero vamos a remarcar los hechos más destacados de su carrera: fue el histórico fundador de la barrabrava de Quilmes. Andrés Klipphan menciona en su libro “Fútbol, violencia y política” una entrevista en donde Thompson cuenta cómo fue convocado a una reunión junto a otros reconocidos “hinchas” por el comisario general de la Policía Federal Alberto Villar (cuadro fundador de la triple AAA designado a su cargo en enero del 74 por el general Perón). El comisario los recibió en su despacho para prevenirlos “sobre el peligro de la infiltración extremista” en las hinchadas. “Tienen que estar muy atentos y colaborar con la policía y el gobierno”, solicitó.
También se desempeñó un tiempo como chofer de Julio Cassanello, quien fue presidente del club Quilmes cuando salió campeón en el ´78, y que a partir del 1ro de Octubre del ´79 se convirtió en intendente de facto de Quilmes durante la dictadura (hoy es Juez de la cámara civil y comercial de ese municipio).
A Thompson se le adjudica además, a partir de la investigación de Klipphan, ser el responsable del primer asesinato futbolístico por “aguante” cuando mató a dos hinchas de Boca desde un auto al grito de “¡Aguante Quilmes!”. La Federal lo detuvo, pero lo soltaron a la brevedad.
Para el año ´76 la dictadura ya había desembarcado con tanques y todo; el estado de sitio se impuso y junto con ello las desapariciones forzadas y la tortura. Para que semejantes horrores puedan pasar se tuvo que callar a los medios y a las voces independientes, también se prohibieron las manifestaciones públicas y reunirse de a tres ya era considerado un delito. Pero mientras la Argentina se convertía en un gigantesco campo de concentración, el único entretenimiento que permitió fue el fútbol y su televisación en directo por el canal 7, pero con la contradicción de que las tribunas de la popular seguían siendo potenciales focos de manifestación y denuncia de los crímenes que se estaban cometiendo. Un caso emblemático de esta situación es la historia del Polaco, un hincha de Morón secuestrado que apareció en una comisaria de Villa Ballester a partir de la intervención de la hinchada con cantos de denuncia y banderas con consignas durante los partidos.

Las tareas

Hacia el Mundial del 78, la dictadura ya había aplicado su plan económico a sangre y fuego. Ahora debía ganar prestigio y legitimidad: pensaba hacerlo con el campeonato mundial. Para lograr una victoria rotunda el gobierno de facto tenía que evitar que haya “infiltrados” en las canchas que canten o cuelguen carteles contra la dictadura. Para desempeñar esa tarea los militares reclutaron gente cuya tarea fue mantener la “paz” en las canchas y reforzar la imagen de un país en perfecto orden que alentaba a su selección con alegría en las tribunas. Estos grupos recibieron dinero, lotes de entradas y una caja como para financiar viajes y su “fanatismo”. Las barras a partir de ahí pegaron un salto cualitativo en su organización y funcionamiento: aprendieron que el fútbol deja plata, pero si está metida la política deja todavía más.

Derechos y humanos

Un año después, en 1979, los militares volvieron a usar la alegría popular provocada por el fútbol. Mientras el seleccionado juvenil de Argentina se consagraba campeón en Tokio de la mano de Diego Maradona y también con Menotti, en Buenos Aires José María Muñoz -un relator muy popular de esa época- instaba a marchar por la Avenida de Mayo para demostrar a “los señores de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que Argentina no tiene nada que ocultar”.
Para ese entonces la avanzada de la dictadura sobre el fútbol se cerró por completo cuando el vicealmirante Carlos Alberto Lacoste, que era quien tomaba las decisiones del fútbol en los años de plomo, encontró un civil a la altura de las circunstancias que podía ocupar la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino en esos turbulentos años. Don Julio Humberto Grondona pisó por primera vez la AFA como presidente (elegido a dedo) el 6 de abril de 1979, cargo que ocupó hasta su muerte en 2014.
La última misión que le encomendó la dictadura a los grupos de tareas del para-avalancha fue llevar el orden a los estadios de España durante el Mundial ´82, como un último intento de evitar que las denuncias de violaciones a los DD.HH. (que ya comenzaban a sentirse alrededor del mundo por los exiliados) estallen en los estadios del extranjero.
Con la vuelta de la democracia estos grupos no se disolvieron sino que se enquistaron más profundamente e institucionalizaron para volverse un eslabón más de la mafia en el fútbol, la fuerza de choque de la clase política y los sicarios de la burocracia sindical.

Javier M. Occhiuzzi
Docente | SUTEBA La Matanza

Fuentes consultadas:

1 http://barrabrava.net/post/historia-del-movimiento-barra-brava-en-argentina/
2 http://noticias.terra.com.ar/sociedad/los-barrabravas-de-moron-en-la-larga-noche-de-la-dictadura,e9e99348118b1410VgnCLD2000000dc6eb0aRCRD.html
3 http://www.cronista.com/3dias/Barrabravas-un-ejercito-silencioso-que-crece-a-la-sombra-de-la-politica-20150522-0009.html
4 http://www.mdzol.com/nota/339266-quienes-son-como-se-manejan-y-de-donde-sacan-la-plata/
5 http://sangreroja.com.ar/independiente/barrabravas-de-la-dictadura-la-pobreza-estructural-por-jorge-ossona-historiador-miembro-del-club-politico-argentino/
6 http://diariohoy.net/politica/grondona-de-la-dictadura-al-kirchnerismo-34317
7 http://www.clarin.com/opinion/Barrabravas-dictadura-pobreza-estructural_0_1129087136.html
8 http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-231609-2013-10-19.html
9 http://www.cronica.com.ar/article/details/19775/fadein
10 http://www.diariopopular.com.ar/notas/160795-un-mundial-y-30000-desaparecidos

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