sábado, 19 de marzo de 2016

Las consecuencias sociales del ajuste



Con la devaluación y la inflación el salario se deteriora aceleradamente. Otro tanto ocurrirá con el tarifazo eléctrico. La receta del oficialismo para bajar la inflación es la recesión que ya se cobró al menos 100 mil puestos de trabajo.

Cambiemos se muestra cada vez más ostensiblemente como un gobierno de extorsionadores contra el pueblo trabajador. El presidente Mauricio Macri dijo que si no hay acuerdo con los buitres habrá “ajuste o hiperinflación”. Pero esa amenaza pierde efectividad porque el ajuste ya está en curso y la inflación se come el salario.

El salario compra cada vez menos

La inflación pegó un salto enorme con el nuevo gobierno, gracias a la devaluación y el envalentonamiento de las patronales que remarcan los precios a piacere.
Según la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la inflación pasó de ser 2 % mensual en noviembre de 2015, antes del recambio presidencial, a 3,9 % en diciembre, 4,1 % en enero y 4 % en febrero.
Pero hay números más elevados. El Índice Congreso, que recoge información de consultoras privadas, señala que el aumento de precios fue 4,8 % en febrero.
Si se anualizan los últimos meses la inflación anual puede superar el 60 %. Está lejos de la hiperinflación del tramo final del gobierno de Raúl Alfonsín, pero la tendencia es claramente alcista.
La inflación sube por ascensor mientras la mayoría de los salarios están congelados desde las paritarias del año pasado. Según un informe de la consultora Ecolatina, el salario real caerá en promedio un 3,5 % en el primer trimestre (enero-marzo) del año.
De acuerdo a una estimación realizada por los trabajadores del INDEC que, organizados en ATE enfrentaron la manipulación del kirchnerismo y denuncian la actual “emergencia estadística”, la canasta familiar para un hogar constituido por una pareja con dos hijos menores es de $ 16.437,24 a enero de 2016.
La mayoría de los trabajadores están lejos de cubrir la canasta. Los últimos datos oficiales del INDEC señalan que el 70 % de las familias tenía ingresos totales menores a $ 15.000 en el segundo trimestre de 2015.
La mayoría de los aumentos paritarios se aplican durante la primera mitad del año, por lo cual esta situación no debe haber variado significativamente desde entonces. Incluso, el salario mínimo oficial se encuentra en $ 6.060 desde enero de este año.
Hay 6,3 millones de jubilados que con el 15 % de incremento que recibieron cobran desde marzo una mínima de $ 4.959 mensuales. Es un poco más de la mitad de lo que cuesta la canasta que para los jubilados está estimada en alrededor de $ 9.000.
Con la pérdida de poder de compra del pueblo trabajador por el trabajo incesante de la inflación, la pobreza hoy debe estar mucho más lejos del nivel “cero” que prometió Mauricio Macri durante la campaña.

La recesión pega sobre el empleo

La única receta a mano del oficialismo para contener la inflación es la recesión que está contrayendo el consumo popular: se habla de una baja de entre 3 y 4 % en los supermercados para el primer trimestre del año.
El método de la extorsión que repitió Macri esta semana fue inaugurado hace unos meses atrás por el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat-Gay. En aquel entonces llamó a no canjear salario por puestos de trabajo.
Pero el poder de compra del salario se diluye a la par que se incrementan los despidos. Que ya suman unos 100 mil entre la “cacería de brujas” a los empleados públicos y la caída de la actividad en el ámbito privado.
El macrismo quiere disciplinar con miles de desocupados a la clase obrera para imponerle la rebaja del salario que le reclama el capital financiero internacional.

Más ajuste

Al contrario de la lluvia de inversiones y el crecimiento que promete Cambiemos, el acuerdo de sometimiento dictado por el buitre Paul Singer y Thomas Griesa agudizará los desequilibrios económicos y traerá más ajuste. Solo hay que buscar los archivos de lo que prometía Fernando de la Rúa con el “blindaje” y el “megacanje”. Decía que vendrían miles de millones de inversiones y crecimiento. Trajo un ajuste brutal y una debacle económica.

Pablo Anino

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