domingo, 23 de septiembre de 2007
¿Socialismo del Siglo XXI?
NADA NUEVO BAJO EL SOL
:: Mario Rossi Garretano ::
Secretario Político del MRO
El análisis del socialismo como sistema opuesto y en lucha al sistema capitalista está regido, a nuestro entender, por el instrumento de análisis científico, el materialismo dialéctico e histórico que da respuestas a los problemas de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Estos dos sistemas (capitalismo-socialismo) son integrales dado que abarcan todos los aspectos de la actividad humana (sociedad, economía, política, estado, normas jurídicas, moral, ética, etc.) y que en el actual desarrollo de las fuerzas productivas atacan la naturaleza, es decir, la existencia del mundo en el cual vivimos.
Un debate acerca de las premisas del socialismo en el siglo XXI, para nosotros, no puede soslayar la aplicación de la ideología de los trabajadores en la formulación de aportes y a ello recurriremos.
"Sin teoría revolucionaria no puede haber práctica revolucionaria" (Lenin) y de la misma manera se puede parafrasear que "sin teoría del socialismo no puede haber construcción de socialismo".
Nos abocaremos, entonces, aplicando la ideología de los trabajadores, a la investigación de las ideas guías para el socialismo, válidas para el pasado, el presente y el futuro, aunque no hubiera existido un proceso de construcción del socialismo.
La contradicción fundamental de nuestra época es la unidad y lucha del capitalismo con el socialismo. Por ser fundamental rige desde el principio hasta el fin de la contradicción.
Esta contradicción es de carácter antagónica e irreconciliable, por lo que se resuelve por la violencia (que puede tomar diversas formas tales como guerras mundiales, guerras locales, guerra fría, etc.). Significa que lo nuevo el socialismo que se engendra en el capitalismo, solamente puede desarrollarse a expensas de la muerte del capitalismo.
Primera conclusión ideológica: El socialismo no puede construirse desde el capitalismo, reformándolo, mejorándolo, evolucionándolo, sino a partir del salto revolucionario de su destrucción. No se puede conciliar el socialismo con el capitalismo. Si bien en un país capitalista se van desarrollando áreas socialistas (partidos clasistas, sindicatos clasistas, cooperativas, etc.) la hegemonía burguesa delimita claramente los campos a su favor; lo mismo debe pasar en la construcción del socialismo donde persisten áreas burguesas (mercado, dinero, etc.) donde la hegemonía socialista en todos los planos delimita claramente las fuerzas económicas y sociales a su favor.
Analicemos ahora el capitalismo como polo negado en la contradicción fundamental de nuestra época. El capitalismo es una contradicción, por lo tanto, en su seno se desarrollan dos opuestos unidos y en lucha que son fundamentales.
La contradicción económica fundamental del capitalismo es entre el carácter social del proceso de producción y la forma de apropiación privada de los medios de producción. Es una contradicción antagónica, que se manifiesta de diferentes formas (organización y anarquía de la producción, producción y consumo, trabajo y sobretrabajo, precio y ganancia, sobreproducción y crisis, etc.).
Lo contrario de esa contradicción fundamental del capitalismo lo genera el socialismo, siendo, entonces, la apropiación socializada de los medios de producción y la apropiación privada individual de la producción directa (planificación del consumo para atender las necesidades de cada ser humano) una decisión económica fundamental de construcción de socialismo. La producción de fábricas que producen fábricas corresponde al primer polo o sea la apropiación socializada de esos productos fábricas.
Segunda conclusión ideológica: El socialismo se construye con los medios de producción socializados y no puede construirse con la apropiación privada de medios de producción. Son intereses antagónicos.
Una derivada de esta contradicción fundamental del sistema capitalista es la ley del valor y que se manifiesta con la plusvalía o sobretrabajo, después que un trabajador recompone el valor de su fuerza de trabajo en la jornada, esta relación económica basada en la compra de la fuerza por parte del dueño de los medios de producción y la venta de su fuerza de trabajo de un obrero, es lo que se denomina explotación del hombre por el hombre, que es origen de la desigualdad social (burgueses-trabajadores), con todos los estratos intermedios sociales correspondientes (capataces, profesionales, administradores, funcionarios, etc.)
Lo opuesto a esta constatación para la construcción del socialismo es la eliminación de la explotación del hombre por el hombre.
Tercera conclusión ideológica: En el plano social el socialismo se construye eliminando la venta de la fuerza de trabajo a particulares, por lo tanto las estructuras económico-sociales deben dar paso a cooperativas, empresas estatales, empresas socializadas y autogestionadas, etc., lo que permite ir eliminando la desigualdad social heredada.
Del conjunto de países capitalistas surgirá la calidad de países nuevos hacia el socialismo. La aplicación de la segunda ley de la dialéctica (saltos cuantitativos a cualitativos y viceversa) nos ilustra que del total de países capitalistas surgirán uno o varios países hacia el socialismo al principio (una calidad) para irse desarrollando al calor de la lucha de clases mundial una cantidad de países construyendo socialismo.
Cuarta conclusión ideológica: El proceso de construcción del socialismo a escala mundial será a partir de uno o varios países hacia el todo. La concepción de que no es posible la consolidación de la revolución socialista en un solo país o en pocos países no se condice con las leyes de la dialéctica. El ejercicio de la construcción nacional o regional va unido y en lucha con la práctica del internacionalismo proletario. Significa que al interior de cada proceso socialista es preciso destinar ideología, hombres y recursos materiales en la solidaridad militante con otros procesos de construcción socialista y de pueblos en lucha por su liberación. Es uno de los caminos más eficaces de la consolidación del socialismo en países aislados, rodeados, hostigados o bloqueados por el imperialismo.
La democracia no existe en general, por lo que existen democracias en función de la lucha de clases: hay democracias burguesas y democracias obreras. A su vez éstas son contradicciones: la democracia burguesa está unida y en lucha con la dictadura burguesa (dictadura de una minoría de explotadores), lo mismo que la democracia obrera está unida y en lucha con la dictadura del proletariado (dictadura de la mayoría de los explotados).
Estas democracias (burguesa y obrera) son antagónicas, por el carácter irreconciliable de las clases, la burguesía engendra un estado (instrumento de opresión) y la clase obrera engendra un estado (lo opuesto al de opresión, o sea un instrumento de liberación que se debe ir convirtiendo en un instrumento participativo, autogestionario y administrativo) pues se tiende a la eliminación de las clases. En el seno de la democracia burguesa se van generando áreas de democracia obrera (fruto de las luchas obreras) y de la misma manera sobreviven áreas de democracia burguesa (de tipo representativa) en la etapa de la construcción del socialismo que deben tender a ser eliminadas por el avance de la democracia directa. El carácter antagónico e irreconciliable de la lucha de clases (en toda sociedad de clases germina mas tarde o temprano la guerra civil y toma especial consideración la guerra de liberación y defensa de la revolución en los países dependientes en su lucha contra la agresión imperialista) obliga a que el estado como instrumento de opresión debe ser destruido violentamente por la clase oprimida.
Quinta conclusión ideológica: la democracia socialista se instaura mediante la destrucción del estado burgués, instrumento de opresión por medio de la revolución socialista y esa democracia obrera lleva unida y en lucha la dictadura de clase obrera. La creación del estado obrero es necesaria, para la planificación y defensa de la construcción del socialismo, que partiendo de pocos países sufrirá el cerco capitalista.
La clase trabajadora junto a sectores populares son los llamados a hacer la revolución y construir el socialismo. Las masas son los protagonistas históricos de los cambios sociales. En las mayorías liberadoras con determinado nivel de organización y conciencia se generan en su seno las minorías de calidad (frentes o partidos con la finalidad de conducir los procesos revolucionarios), por la aplicación de la segunda ley de la dialéctica (calidad-cantidad y viceversa).
Sexta conclusión ideológica: el frente o partido revolucionario ligado a las masas es necesario para conducir en aprendizaje mutuo la revolución y la construcción del socialismo.
Si la contradicción fundamental de la época es capitalismo-socialismo, del haz de contradicciones que de la fundamental se generan, es preciso ubicar la principal que incide por su mayor antagonismo en el resto. En su desarrollo el capitalismo llega a su fase superior el imperialismo, donde su polo unido y en lucha son las naciones dependientes. Esta relación de carácter antagónico por intereses encontrados, como toda contradicción antagónica e irreconciliable se resuelve por la violencia.
Séptima conclusión ideológica: la independencia de los pueblos subyugados por el imperialismo en su proceso de liberación nacional y social tarde o temprano será mediante la utilización de la violencia justa revolucionaria.
Resumiendo estas ideas guías, tendremos:
1) El socialismo se construye a partir de la destrucción del capitalismo (a nivel mundial y en cada país).
2) En el plano económico el socialismo se construye con la socialización de los medios de producción.
3) En el plano social el socialismo se construye eliminando la explotación del hombre por el hombre, produciendo para satisfacer necesidades sociales y no con el objetivo de la ganancia y satisfacción de mercados.
4) El proceso de construcción del socialismo a escala mundial será a partir de uno o varios países hacia el todo. El ejercicio de la construcción socialista nacional o regional va unida y en lucha con la práctica del internacionalismo proletario.
5) La democracia socialista se instaura mediante la destrucción del estado burgués, instrumento de opresión por medio de la revolución socialista y esa democracia obrera lleva unida y en lucha la dictadura de clase obrera junto a la creación de un estado obrero.
6) El frente o partido revolucionario ligado a las masas es necesario para conducir en aprendizaje mutuo la revolución y la construcción del socialismo.
7) La independencia de los pueblos subyugados por el imperialismo en su proceso de liberación nacional y social será mediante la utilización de la violencia justa revolucionaria para la toma del poder y la defensa del proceso en caso de llegar por otras vías al gobierno.
Estas consideraciones teóricas, que fueron asumidas por los grandes teóricos del movimiento obrero, deben soportar el rigor de la práctica o sea el materialismo histórico hasta nuestros días.
Los procesos revolucionarios que se plantearon la construcción del socialismo a partir de la Comuna de París, Revolución Rusa, Revolución China, de Vietnam, de Albania, Yugoslavia, Cuba, etc. y los procesos de liberación nacional de Asia, África y América Latina han transitado por esas premisas dialécticas.
1) Han llegado a la construcción de vías al socialismo por la toma del poder en forma violenta.
2) Han destruido el aparato burocrático militar de la clase dominante u opresora y lo han sustituido por un estado obrero
3) Han desmantelado la democracia burguesa, que es una embozada dictadura de clase burguesa, por una democracia obrera con aplicación de la dictadura del proletariado.
4) Han socializado los grandes medios de producción y nacionalizado-estatizado grandes áreas de la economía.
5) Han eliminado la explotación del hombre por el hombre con empresas estatales, autogestionarias, cooperativas, etc.; fijando límites constitucionales de ingresos salariales.
6) Han construido un partido o frente de liberación que condujo los procesos de masas de la revolución.
7) Desde la segunda mitad del siglo XX, la lucha violenta antiimperialista de los pueblos dependientes ha sido la contradicción principal para el avance del socialismo en su lucha contra el capitalismo. De la misma manera que las guerras inter-imperialistas fueron la contradicción principal para los procesos de la Comuna de París, Revolución Rusa, China, Vietnamita, Yugoeslava, Albanesa, etc.
Todos estos procesos muestran que algunos sufren desviaciones burocráticas, otros asumieron restauraciones capitalistas, otros muestran caminos de regresión capitalista, no resolvieron el tema de las nacionalidades, en casi todos los procesos, las contradicciones no antagónicas en el seno del partido, el estado y la sociedad fueron resueltos por métodos violentos (incorrectos), otros apenas defienden las conquistas del socialismo, etc. Lo que, sin duda, todos ellos han demostrado en la práctica, que la clase burguesa parasitaria y explotadora con su modelo capitalista de mercado y superproducción y de crisis periódicas, no es necesaria para la humanidad. Han demostrado que vastos sectores de la humanidad pueden producir y consumir sin que el objetivo sea la ganancia, que los trabajadores pueden acceder al conocimiento de la naturaleza para transformarla sin que la motivación sea el dinero o el enriquecimiento; han demostrado que la emulación, la solidaridad, el internacionalismo proletario, el trabajo voluntario son palancas del desarrollo de las fuerzas productivas teniendo al hombre como el centro de todas las cosas. Y no es poca cosa, surge de allí, de la confluencia de la teoría y la práctica, la fuente inagotable de consecuencia y coherencia revolucionaria para la actual y las próximas generaciones de luchadores socialistas. Se crearon vías hacia la construcción del socialismo que duraron decenas de años mas allá de sus deformaciones, teniendo en cuenta que es un sistema nuevo de apenas un siglo de vida. Nos corresponde, entonces, encontrar las vías para que recrear y consolidar esos y nuevos procesos. Nos han legado la teoría y la práctica, donde aparecen crudamente aciertos y errores, no existe ninguna razón dialéctica para desmerecer el materialismo dialéctico e histórico, no existe ninguna razón dialéctica para conciliar con el imperialismo y las grandes burguesías, no existe ninguna razón dialéctica para reformar el capitalismo, no existe ninguna razón dialéctica para negar los frentes o partidos de vanguardia y rebajar el programa histórico de liberación nacional y social.
Nos han legado una lucha legitimada por la teoría y la práctica, nos han legado la lucha más hermosa que haya engendrado la humanidad que es la eliminación de las clases para salir de la prehistoria humana, nos han legado una lucha que no admite claudicaciones por la revolución y el socialismo.
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