martes, 11 de septiembre de 2007

La guerra de los símbolos



Por: Joel Mayor Lorán

No renuncia a las armas y sus descargas letales, mas el imperio sabe que destruir símbolos puede ser la clave del éxito. Hace unos 20 años, proclamaron: la historia no vale, los héroes son nada más que hombres. Y Occidente ganó la guerra fría. Cayeron las estatuas de Lenin y con ellas el Socialismo en Europa Oriental.

La nueva estrategia consiste en desmontar los elementos que componen la obra y el sostén histórico de la Revolución cubana, afirma Eliades Acosta

Pero en América palpita aún una Revolución. Por eso la emprenden contra un país que no arría sus banderas. Procuran despojar a Martí de sus cualidades como ser humano excepcional, apagar la figura del Che, desacreditar a Fidel, hacer que revisemos nuestras convicciones.

Eliades Acosta, escritor, ensayista y jefe del Departamento de Cultura del Comité Central, comparte sus opiniones sobre esta estrategia.

— El plan desmontador de símbolos surtió efecto en la Unión Soviética, a finales de la década de los ’80 e inicio de los ’90. ¿Será que vuelven a intentarlo, ahora contra Cuba?

"Lo han intentado siempre, y continuarán haciéndolo. Tras el 11 de septiembre, Gianni Vátimo, gran filósofo italiano de la postmodernidad, comentó: ‘esta guerra va a ser terrible’, porque no solamente es militar y cultural, sino peor¼ simbólica.

"Las Torres Gemelas no eran un objetivo militar, sino simbólico, representaban la bonanza de un sistema global que se creía eterno. La imagen de las torres cayendo lleva consigo un mensaje sobre la vulnerabilidad del sistema, que fue fabricado, o aprovechado, para justificar un gran programa intervencionista contra las últimas barreras de resistencia al desborde del imperialismo norteamericano.

"Y en la guerra contra la Revolución cubana, el Socialismo y nuestra nación, lo simbólico ha tenido siempre un espacio. Quizás el clímax de este nuevo enfrentamiento esté frente a la SINA. Recurren a la tecnología digital para tratar de influir sobre la opinión pública, mediante un mural electrónico por el cual envían sus mensajes.

"Sin embargo, este recurso fue derrotado igualmente con el empleo de símbolos. El Monte de las Banderas demuestra que una nación pequeña, con espiritualidad y cultura, puede vencer un alarde tecnológico del país más rico de la Tierra.

"Acuden a la literatura y a la música. Usan cualquier arma. Están conscientes que en el terreno de los símbolos, de la cultura, de las ideas, es donde en última instancia se va a dirimir la batalla".

— Con esa intención recurren a artículos publicados en blogs como los del libelo miamense El Nuevo Herald.

"En el panorama enrarecido de la política de Miami, estos diarios electrónicos pretenden presentarse como moderados. Pero entre ellos hay redactores de los que, se demostró, recibían pagos del gobierno.

"Realizan una labor sistemática de tanteo de límites, para saber cuánto consenso hay entre sus lectores, en Miami y el mundo, sobre temas como la vigencia o no de José Martí, la excelencia o no de la música cubana, la importancia o no del Che, la relevancia de Silvio Rodríguez, la intransigencia de Maceo, la magnitud de la Protesta de Baraguá.

"Hacen una relectura de las certezas que comparten los cubanos del archipiélago, con la intención de demoler las bases de nuestra cultura. Es la función que cumplen. Para eso aparentan reconocer pequeños méritos de Cuba revolucionaria, tan obvios que no los pueden negar, pero se percibe su rechazo a la forma en que estamos organizados.

"No suelen criticar a organizaciones del exilio que tienen una actitud anticubana o inmoral, como la llamada Fundación Nacional Cubano Americana. No se enfrentan al sistema, a lo más profundo, que es el contubernio de ese exilio apátrida con el imperialismo norteamericano. Por lo tanto, están descalificados como objetivos o moderados".

— También publican libros con igual finalidad.

"En su afán por desmontar los elementos que componen la obra y el sostén histórico de la nación, unos critican las transformaciones revolucionarias, las misiones internacionalistas, la Revolución Energética... y otros la emprenden con el pasado.

"Cada cierto tiempo publican libros que intentan cambiar la imagen que aprendimos desde niños en la escuela, ya sea sobre la República o las guerras por la independencia. Actualmente, se está escribiendo una especie de novela biográfica sobre Fulgencio Batista.

"Otro volumen trata de desmentir nuestra versión sobre el asalto al Moncada. Y ahora acaba de salir uno de Historia de Cuba, con dos flagrantes mentiras: que debido al incidente en Santiago fue demovido de su cargo el general Shafter, y que luego los norteamericanos organizaron un acto de desagravio a Calixto García en esa ciudad.

"Ambas afirmaciones son absolutamente falsas, como se demuestra en la papelería de Shafter que está en la Biblioteca Nacional, procedente de la Universidad de Stanford, California. En las cartas al general Alger, secretario de la guerra, puede verse que lo ocurrido con Calixto García fue el cumplimiento de una política trazada en Washington".

— ¿Acaso pudieran objetar que no se trata de una estrategia sino de algo espontáneo, de coincidencias?

"Existe un modo sencillo de percatarse de que no es así: la extraña sincronización en temas, enfoques, conceptos, a veces hasta en las palabras que usan, lo cual denota un origen común. Esa rara unanimidad de quienes escriben desde diversos puntos del planeta, de ningún modo puede ser espontánea.

"De pronto, a personas que viven en España y en Miami, o en Suiza, se les ocurre abordar un mismo hecho, e incluso emplean similares calificativos. Por supuesto, hay quienes poseen su agenda particular, pero en general son personas muy bien pagadas. Algunos reciben la orden de escribir sobre un tema; con otros la sugerencia es más sutil".

— ¿Qué armas empleará Cuba en defensa de símbolos como Martí?

"La prédica contra el Maestro ha provocado que nos unamos más. Ahora lo primero es luchar por la Revolución, la que ha permitido percibir a Martí en su grandeza. Para mantenerlo vivo, debemos defender la Revolución, porque Fidel, la Revolución y Martí son uno.

"Muchos se suman a la convocatoria. Ya fue digitalizado el periódico Patria, el Centro de Estudios Martianos tiene su página web, se han creado blogs... Puesto que quieren enterrar al Apóstol, hemos de promoverlo más que nunca.

"En este mundo de desigualdades e injusticias, su obra mantiene vigencia, sobre todo con los cambios en América Latina. A los enterradores les sucederá como en aquel verso: ‘Los muertos que vos matáis gozan de buena salud’. No solo está vivo, sino como Fidel, al frente de su pueblo batallando".

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