miércoles, 12 de septiembre de 2007

Von Wernich bendecía los vuelos de la muerte.


Santo hombre de Dios

El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, declarará las circunstancias en que el ex capellán de la policía federal Christian Von Wernich decía que los vuelos de la muerte "se hacían para salvar a la patria del comunismo internacional".

Así lo anticipó el fundador del Servicio Paz y Justicia, quien prestará su testimonio en la audiencia del juicio que el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata sigue al sacerdote por delitos de lesa humanidad, cometidos durante la última dictadura militar.

El testimonio de Esquivel se sumará a anteriores que ponen en evidencia el papel de la iglesia durante la dictadura militar, con distintos matices y grados de responsabilidad.

Pérez Esquivel declarará como sobreviviente de los vuelos de la muerte y por el relato que le hiciera el ex militar Adolfo Scilingo, quien se encuentra detenido en España, condenado a 640 años de prisión por delitos de lesa humanidad.

"Scilingo me confesó que participó en dos vuelos de la muerte arrojando cerca de 30 personas y que al llegar con los aviones a la base, el ex capellán los esperaba y les daba misa", recordó.

Según el Premio Nobel, Scilingo dijo que Von Wernich tranquilizaba a los represores diciéndoles que "habían dado una muerte cristiana" a los detenidos que arrojaban a las aguas del Río de la Plata adormecidos.

También hará mención de sus encuentros con el nuncio apostólico Pío Laghi, a quien veía para pedir ayuda y para que denuncie los secuestros cometidos por la dictadura.

"¿Qué quiere que haga? Aquí estuvieron los comandantes y yo les reclamé por la vida de las personas, pero no puedo hacer lo que los obispos argentinos no quieren hacer", le señaló Laghi ante el pedido de Esquivel. Sin embargo, reconoció que "no todos los obispos ni todos los religiosos están conformes. Hay quienes han alzado su voz, quienes luchan y comparten el derecho del pueblo a un juicio justo, pero no a una situación de secuestro y desaparición de personas", dijo.

Pérez Esquivel, ingresó en los '60 al Movimiento Cristiano No Violento y en 1973 fundó el Movimiento Ecuménico Paz y Justicia que derivó luego en el Servicio Paz y Justicia que preside.

Su lucha denunciando el secuestro y la desaparición de personas en Latinoamérica le valió su primera detención en 1975 por la policía brasileña y más tarde en Ecuador, junto a otros religiosos.

En abril de 1976 fue secuestrado en Buenos Aires, y trasladado a la Superintendencia de Seguridad Federal, donde permaneció durante 34 días y luego puesto a disposición del Poder Ejecutivo, permaneciendo detenido 14 meses en la Unidad 9 de La Plata.

Durante su cautiverio fue sometido a tormentos físicos y psicológicos hasta que debido a la presión internacional fue puesto en libertad vigilada.

En 1980, recibió el Premio Nobel de la Paz por su activa lucha en defensa de los derechos humanos.

Con la declaración del Premio Nobel, finaliza la etapa de audiencias en el juicio que desde el 10 de julio tiene como acusado a Christian Von Wernich de siete homicidios, 41 privaciones ilegales de la libertad y tormentos.

Además de Pérez Esquivel está previsto que declaren los civiles Roberto José María Durrieu, Roberto Julio Arturo Bullrich, Alberto Rodríguez Varela, Jaime Lamont Smart, Juan Torino, Edgardo Frola, Héctor Munilla Lacasa, Rubén Oscar Páez y Darío Delfín Rojas.

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