Con el “pacto social” los trabajadores pagamos el “pato”. Kristina, la candidata, llama a los patrones, a la burocracia sindical (en nombre nuestro) y al propio gobierno a firmar un pacto social.
Pero... ¿Qué es pacto social?
El pacto social es un acuerdo entre distintos sectores de la sociedad de respetarse mutuamente, no agredirse, no armar disturbios, no reclamarse nada; que las relaciones queden estables y armónicas por el tiempo pactado. Es decir para que nos dejemos explotar sin chillar. El pacto social es el intento de reconciliar lo irreconciliable: trabajadores y explotados.
Normalmente los que armamos el reclamo somos los trabajadores cuando no nos alcanza el sueldo porque las cosas que necesitamos para vivir: la carne, el pan, la leche, etc., aumentaron y nuestros sueldos quedaron estables. Ya no nos alcanza para llegar a fin de mes.
Los patrones aumentan el precio de los productos sin pedir permiso a nadie, lo que consumimos aumenta todo los días, los sueldos tienen valores máximos determinados por “convenios” y esto conduce al defasaje y al conflicto.
Y si no lo armamos, no logramos ese aumento necesario, pues nunca se da por iniciativa del patrón o de su gobierno, siempre comienza con un reclamo nuestro hacia el patrón. Como generalmente no hay respuestas positivas, comenzamos medidas de fuerza, quitamos colaboración, trabajo a reglamento, no hacemos horas extras, hasta que llegamos a la huelga.
Entonces aparece el Ministerio de trabajo con la “conciliación obligatoria”, es decir, a recordarnos que las burocracias que nos roban nuestros sindicatos firmaron un “pacto social” que no es más que una mordaza a los trabajadores. La “conciliación obligatoria” nos obliga a retrotraer el conflicto al comienzo, a veces sirve, pero generalmente es para que los patrones ganen tiempo y armen con el sindicato traidor respuestas engañosas y dilatorias.
El pacto social es un intento de los patrones, de sus gobiernos, de su injusta Justicia y de la burocracia sindical que se ha adueñado de nuestros sindicatos, de acallar nuestros reclamos a plazo fijo.
Pero... ¿Es posible un “pacto social” dentro del sistema capitalista?
No, no es posible, porque de la misma forma que las huelgas no se pueden hacerse por la simple opinión de algunos pocos, sino hay una razón objetiva, un descontento generalizado, o algún problema en concreto, tampoco se le puede parar por decreto o por acuerdos, por “pactos sociales”. La lucha de clases se da porque hay explotados y explotadores, porque los patrones se llevan una parte importante del valor de lo que nosotros producimos, y cuando se excede de lo “acostumbrado”, de lo que es la media “normal”, aparece el conflicto.
¿Por qué entonces “nuestros” representantes de los sindicatos firman el pacto social?
Porque la burocracia sindical son los agentes de los patrones que han copado nuestros sindicatos, que en nombre nuestro, pero sin consultarnos, nos ponen el lazo al cuello. Cuando los trabajadores comenzamos a utilizar nuestro propio criterio, llevamos todo a la asamblea, hacemos que los delegados los elijan los compañeros y no el sindicato, cuando las cuestiones se discuten ampliamente, cuando se pueden confrontar las distintas posiciones y se vota, se termina con la burocracia como lo mostraron los compañeros de FATE. Hoy se empieza a ver en distintas fábricas y lugares de trabajo. Esto es el primer paso en la conciencia e independencia de clase de los patrones, su estado, su justicia. Conciencia que deberá desarrollarse hasta comprender e iniciar la lucha no ya contra los pactos sociales, sino contra el mismo sistema de explotación.
Los “pactos” no son nuevos
1952: Perón, al lanzar el 2° Plan Quinquenal, dice que los aumentos de salarios deben estar sujetos al aumento de la productividad del trabajo.
1955: la CGT convoca al Congreso Nacional de la Productividad y el Bienestar Social: lo abortó el golpe.
1973: se hizo un pacto social entre la CGT y la Confederación General Económica donde se congelarían precios y salarios: lo liquidó el golpe del ‘76.
1994: con el gobierno de Menem se estableció un pacto social entre la CGT y la Union Industria Argentina para controlar precios y salarios.
Siempre, siempre los controlados fueron los salarios y no los precios. “Los salarios suben por la escalera y los precios por el ascensor”.
Equipo El Roble
AGENCIA DE COMUNICACION RODOLFO WALSH
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