A la empresa, gobierno, sindicatos y opinión publica:
Los trabajadores del subte junto a sus delegados de base lograron en los últimos años numerosas conquistas: terminaron con los despidos arbitarios, impusieron la reducción de la jornada de trabajo a 6 horas, eliminaron la tercerización y la precarización contractual, aumentaron sus salarios, y fundamentalmente construyeron una organización participativa y democrática en los lugares de trabajo con la que han conseguido hacer valer sus derechos laborales y sindicales y ganarse la admiración de miles de trabajadores que los toman como ejemplo.
Por eso son odiados por la empresa, los gobiernos y el propio sindicato, quienes ahora se han conjurado para atacarlos. En un hecho sin precedentes la empresa Metrovías S.A. exhibe desde la semana pasada en todas las carteleras de los andenes del subte un aviso injurioso contra los delegados gremiales y publicó costosas solicitadas en los diarios, responsabilizándolos por los problemas en el servicio. Acto seguido, en un acto ilegal y prepotente, envió telegrama de despido a un delegado, Néstor Segovia, avanzando en su agresión contra el personal y sus derechos sindicales.
El gobierno hizo propia la versión empresaria, afirmando que los trenes están en perfecto estado (contrariando informes técnicos de organismos públicos y privados), acusando a los delegados de hacer campaña electoral a favor de ciertos partidos políticos, y amenazando con iniciar acciones judiciales. El sindicato UTA, hace su parte, distribuyendo un comunicado y enviando telegramas, con la amenaza de expulsar a los delegados. Mientras tanto, varios delegados han recibido amenazas, y un grupo de desconocidos irrumpio en el domicilio de Segovia, haciendo destrozos y golpeando a uno de sus hijos.
La actitud confrontativa de la empresa y sus aliados, que busca salvar sus culpas trasladándolas en forma irresponsable a quienes deben dar la cara todos los días ante los usuarios, es sumamente peligrosa y en nada contribuye a resolver los serios problemas de seguridad que amenazan actualmente a trabajadores y pasajeros.
Durante años la empresa no ha cumplido con sus compromisos como concesionaria, no invierte ni en mejoras ni en mantenimiento, y se beneficia con subsidios millonarios que nadie sabe a dónde van. Los trabajadores y sus delegados vienen denunciando los accidentes y el mal estado del material rodante e instalaciones desde hace años, sin que nadie se haga cargo.
La empresa busca ahora que el descontento y la ira de los usuarios se descargue contra los trabajadores, echándoles la culpa por las incomodidades y demoras que sufren al viajar, para confundir a la opinión pública y justificar su intención de doblegar al Cuerpo de Delegados.
Nos sumamos al repudio de este comportamiento empresario reaccionario e irresponsable y nos solidarizamos con los trabajadores del subte y sus genuinos y honestos representantes.
TALLER DE ESTUDIOS LABORALES
Buenos Aires, 17 de Septiembre de 2007
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