martes, 4 de septiembre de 2007
“Me decía que no teníamos que odiar cuando nos torturaban”
31/08/2007
EL TESTIMONIO DE VELASCO EN EL JUICIO A VON WERNICH
La audiencia del 27 de agosto en el juicio al ex capellán de la policía de la provincia de Buenos Aires estuvo signada por ciertas particularidades. La presencia de Von Wernich en la sala para hacer una declaración y el testimonio de Luis Velasco, quien viajó de España para estar allí, son algunas de ellas.
Cristian Von Wernich declaró en primer lugar, para acusar a Luis Velasco de haber pertenecido “al batallón 601 de inteligencia del Ejército argentino”, según dijo que le contó el represor Miguel Etchecolatz. En una conferencia de prensa posterior al juicio, Velasco resaltó que “30 años después se acuerda de que soy un agente de las Fuerzas Armadas... Evidentemente mi testimonio es importante”, y agregó que “darle respuesta a la acusación de Von Wernich es darle más bombo de lo que se merece”.
En su testimonio, además, relató que el cura estaba obsesionado con el tema de la tortura. En primer lugar, contó que hacía bromas sobre las consecuencias de la picana: “Me decía que en la tortura me habían quemado todos los pelitos del pecho” y agregó que en varias oportunidades les dijo: “Ustedes no tienen que odiar cuando son torturados”. Cuando Velasco replicó “me gustaría verlo a usted con cinco tipos encima suyo torturándolo a ver si no odia”, Von Wernich respondió que “tiene que pagar por lo que le hicieron a la patria”. También relató cómo Néstor Bozzi, otro detenido, se arrodilló y le pidió que no lo mataran, a lo que el ex capellán respondió “la vida de los hombres depende de Dios y de tu colaboración”. En otra oportunidad, Von Wernich le dijo a Velasco: “Sos un boludo, porque te hacés quemar en la parrilla y después resulta que hablás con tus compañeros en la celda, ya mandaste a muchos en cana”. Ante su respuesta negativa, continuó: “Ah... entonces no dijiste todo en la tortura?”.
Hacia el final de su declaración, el testigo aprovechó la presencia del cura en la sala para hacer referencia a sus compañeros de celda. “¿Dónde están Gustavo Pérez Monsalve, Marcelino Pérez Roig?” ¿Dónde está Ana Libertad Baratti? Una niña nacida en la Comisaría 5ª de La Plata, hija de Elena Baratti.
Durante la conferencia que el testigo dio posteriormente contó cómo fue el encuentro con Von Wernich en Carlos Casares, una vez liberado. “Cuando abrí la puerta y lo vi, me corrió un frío por la espalda”, pensó que lo llevaban de nuevo y recordó: “saqué la cabeza a ver dónde estaba el patrullero”. En ese encuentro, Velasco le preguntó al ex capellán si había tenido algo que ver con su liberación (dada la relación de parentesco: Von Wernich es primo de la mujer de un tío). Pero no había sido así, de hecho el cura le afirmó en ese momento: “Yo lo único que les dije es lárguenlo ya o mátenlo ya. No lo tengan tres meses y lo largan porque éste nos mata a nosotros”, a lo que Velasco recalcó que ha esperado pacientemente durante 30 años.
También hizo referencia a la desaparición de López, el consecuente temor de los testigos, y el horror con que se vio esa situación en España.
Finalmente, expresó su deseo de justicia: “espero la condena... espero que Von Wernich diga dónde están esa lista de compañeros que dije, él los veía”, y se refirió también a su presencia en la sala: “lo que me despierta Von Wernich es espíritu de lucha”.
La audiencia contó también con las declaraciones de Blanca Rossini y Adriana Archenti. La primera relató sus traslados entre la Brigada y la Comisaría 5º de La Plata, el Pozo de Banfield y Arana. De este último recordó que les decían “acá no tenés que dormir, acá tenés que sufrir”, y que las pocas veces en que los dejaban dormir, no se podía porque oír las torturas “era desgarrador”. También contó un episodio en la Comisaría 5º en el que varios oficiales las hicieron poner contra la pared a ella y a otras compañeras de celda y se preguntaban “¿Esta te gusta?”. Se llevaron a una, y “cuando volvió pidió por favor que no le pregunten nada. Estaba destruida”.
La última en testimoniar recordó que hubo dos mujeres embarazadas durante su cautiverio en la Brigada de Investigaciones de La Plata. A una de ellas, Marta, la amenazaron: “¿te pensás que te vas a salvar de la tortura porque estás embarazada?”. Mientras que de la otra, Liliana Galarza, recuerda que comenzó el trabajo de parto en la celda, se la llevaron y “en condiciones deplorables nació una beba”, a quien pudo conocer cuando una vez Liliana le levantó el tabique para que la viera. Posteriormente Liliana se descompuso (había tenido pérdidas durante el embarazo por la tortura), ambas fueron trasladadas y nunca más supo de ellas.
(La hija de Liliana fue entregada más tarde a sus abuelos y es querellante en este juicio)
También hizo mención a una inspección que realizó el genocida coronel Camps y a la presencia alguna vez del doctor Bergés.
A Von Wernich lo oyó en algunas ocasiones hablar de la salvación y del “compromiso de colaborar para lograr esa salvación”.
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