martes, 4 de septiembre de 2007

Chile: grandes movilizaciones contra Bachelet y otra vez la represión





En una jornada convocada por la Central Unitaria de los Trabajadores chilena, cientos de miles de personas recorrieron el centro de Santiago y diferentes partes del país en protesta a la continuidad de las políticas neoliberales de la presidenta Michelle Bachelet. Al igual que en otras protestas callejeras, las instituciones chilenas respondieron con represión: el saldo, más de 400 detenidos.

La jornada comenzó entrado el amanecer con acciones descentralizadas que ya son un clásico en la periferia santiaguina: clavos miguelitos, barricadas y cócteles molotov para interrumpir el tránsito. Estos hechos se dieron a pesar de la convocatoria ciudadana de la central mayoritaria de trabajadores, la que no se esmeró en acompañar los recientes reclamos laborales y sociales que golpearon la capital trasandina. Bajo la consigna “¡No al neoliberalismo! A conquistar un estado social, democrático y solidario”, denunciaron la continuidad neoliberal de la política económica del actual gobierno socialista, producto de la presión de las bases sindicales que de por sí preparaban convocatorias para esta semana.

Poco importó que fuese un espacio de estas características el que lanzara la convocatoria. El centro de Santiago amaneció bajo un impresionante operativo policial ya que el gobierno se negó a autorizar la protesta. El dispositivo represivo se puso en marcha hacia la media mañana cercando los diferentes puntos de concentración. Las columnas debieron evitar los retenes policiales para intentar confluir frente al Palacio de La Moneda, cosa que no lograron por las embestidas policiales.

A las 12 del mediodía, cuando los detenidos ya sumaban el centenar, la presidenta afirmó que “en mi gobierno los trabajadores podrán siempre expresar pacíficamente sus demandas y defender sus derechos”, mientras aseguraba que “hay espacio en la democracia para expresarse pacíficamente, así que cuidemos lo que tenemos". Simultáneamente y a pocas cuadras del palacio presidencial, los carabineros disolvían las columnas de manifestantes, incluso fue atacado en la cabeza por los `pacos´ el senador socialista Alejandro Navarro, miembro del oficialismo.

Al caer la noche, se confirmó que la cantidad de detenidos superaba los 400. De igual manera, se evidencia que el actual gobierno chileno no sólo está dispuesto a perseguir y encarcelar mapuches y estudiantes sino que ha tomado la firme decisión de sostener mediante la represión la continuidad de políticas antipopulares, incluso a costa de atacar a los suyos, tal el caso de Navarro, e impedir el libre funcionamiento de estructuras de dudosa legitimidad obrera.

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