A 30 AÑOS del secuestro y desaparición de EMILIO VEGA Y MARIA ESTHER RAVELO.

1977 – 17 de Septiembre - 2007


"Las mismas banderas, los mismos sueños, la misma lucha"

ACTO - FESTIVAL

sala "HAMLET LIMA QUINTANA"


VICENTE FELIU

Aurora de los Andes Feliú

Paula Ferre

Jueves 20/9 - 19 Hs.

Casa de la Memoria

Santiago 2815 - Rosario


AYER: SITIO DE MUERTE E IMPUNIDAD.

HOY: PROYECTO POR LA VIDA Y LA MEMORIA

"17 de Septiembre de 1977. Una fecha que todos los argentinos debemos recordar hasta el fin de nuestros días. 17 de Septiembre de 1977, Rosario: comandante de la represión es el inefable general de división Leopoldo Fortunato Galtieri; su mano derecha el torvo comandante de Gendarmería Nacional, Carlos Augusto Feced.

17 de Septiembre de 1977: esa noche es asaltada la casa de dos ciegos por fuerzas combinada de represión. El operativo ha sido preparado con una precisión que hubiera hecho palidecer al propio mariscal Rommel y al general Montgomery juntos. Se cierra la manzana, se establecen nidos de ametralladoras frente y detrás de la casa-objetivo.

Nuestros valientes militares-gendarmes-policías se dan ánimo al atacar a los gritos. El resultado es perfecto: secuestran a dos jóvenes ciegos –marido y mujer- y a un bebito de un año. Los tres temibles subversivos quedaron a disposición del comandante Feced (alias "el turco"), calificado en el "NUNCA MAS" como torturador y asesino de metralla fácil. Los dos ciegos fueron torturados para obtener el paradero de un jefe montonero, hermano del joven secuestrado. Los no videntes nunca más aparecieron. Se presume que "se quedaron" en la tortura. El no vidente se llamaba Emilio Etelvino Vega, de 33 años, quien había perdido la vista en un accidente; su esposa, ciega, María Esther Ravelo, de 23 años, quien por una enfermedad virósica se vió privada de la vista ya en la adolescencia. Los dos se conocieron en una escuela para ciegos y se casaron. El tercer subversivo secuestrado era Iván Alejandro Vega, de un año." (de la nota periodística publicada en diario Página 12 por el escritor Osvaldo Bayer el 5 de Diciembre de 1992).