sábado, 9 de mayo de 2015
Violencia institucional: 2014 fue el peor año del ciclo kirchnerista
Así lo afirma el CELS en su informe anual sobre violaciones a los derechos humanos cometidas por policías, pernitenciarios y demás funcionarios estatales en Argentina. El organismo afín al gobierno nacional a su vez alerta que si Scioli es presidente la cosa puede empeorar.
La semana pasada en la Feria del Libro el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) presentó su informe 2015 sobre derechos humanos en Argentina, editado por Siglo XXI. Allí estuvieron el periodista y presidente del organismo Horacio Verbitsky junto al director ejecutivo Gastón Chillier, la Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora Vera Jarach, el profesor de la Universidad Nacional de Lanús Víctor Abramovich y la referente de Memoria Activa Diana Malamud.
El informe de este año coincidió con el 35° aniversario de la creación del organismo, fundado por Emilio Mignone y Augusto Comte. Como planteó Verbitsky en la charla, publicado desde el año 1994, cada informe es una actualización y revisión de estado de los Derechos Humanos en Argentina.
La edición 2015 del estudio cuenta y analiza gran parte de las violaciones a los derechos humanos que se prepetraron desde el Estado, a través de sus múltiples instituciones, a lo largo de 2014, haciendo a su vez una comparación histórica y estadística con las ediciones anteriores.
Las conclusiones a las que llegan desde el CELS permiten demostrar que las detenciones ilegales, las torturas, el armado de causas, las desapariciones forzadas de personas, las ejecuciones sumarias, los abusos en cárceles y comisarías y otras formas de represión institucional son una constante que se mantiene más allá de discursos sobre derechos humanos y políticas que sólo tienden a reformas menores.
Víctor Abramovich, director de la Maestría en Derechos Humanos de la UNLa, fue categórico en la presentación al afirmar que lo que demuestra el informe es que el de la violencia ejercida desde las organizaciones del Estado “es uno de los temas en los que menos se ha avanzado en la Argentina. Continuamos con datos de violencia policial y carcelaria que son incluso más altos que algunos de los países de la región”. Abramovich, a su vez exdirectivo del CELS, remarcó que existe una práctica persistente, que afecta a grupos determinados como los jóvenes de los sectores populares, que llevan a tener que hablar de un “patrón sistemático” y estructural que prefigura violaciones a los derechos humanos que, aunque se quiera, no pueden considerarse aisladas unas de otras.
Por su parte Gastón Chillier criticó “la falta de una reforma estructural democrática de las estructuras de seguridad y las consecuencias que eso genera, tanto en violaciones por parte de las fuerzas de seguridad como en las instituciones de encierro”.
Gestiones kirchneristas
Es sintomático que una de las organizaciones de derechos humanos más afines al gobierno nacional, frente a los datos objetivos, no pueda evitar concluir que en todos los indicadores negativos aparece siempre la Provincia de Buenos Aires, donde justamente las gestiones políticas de los últimos 10 años son mayoritariamene kirchneristas, desde la gobernación hasta las pricipales intendencias.
El mismo Chiller, para mostrar las características del Informe, eligió compartir un dato lapidario, que detalla que “2014 fue el año con más muertes ocasionadas por las fuerzas federales desde el año 2003”, es decir desde que asumió la presidencia Néstor Kirchner. Y que, justamente, esa evolución histórica se evidencia sobre todo en la Región Metropolitana de Buenos Aires, gobernada en su gran parte desde hace ocho años por Daniel Scioli, el referente kirchnerista con más chances de ser el próximo candidato presidencial del Frente Para la Victoria, y los barones del Conurbano fieles al “proyecto nacional y popular”. Los números no dejan lugar a dudas, entre 2003 y 2014 el organismo contabilizó en la RMBA 1223 muertes de civiles a manos de uniformados, sean policías, gendarmes, prefectos, penitenciarios o miembros de las Fuerzas Armadas. Las 154 muertes registradas el año pasado representan un crecimiento importante respecto a los años anteriores. Algo que, objetivamene, choca con el balance positivo en materia de derechos humanos que pretenden contagiar algunos ultrakirchneristas en este final de ciclo.
Horacio Verbitsky, reconocido opositor a Daniel Scioli dentro del propio oficialismo, dio un paso más en la crítica y se metió de lleno en la interna del PJ. Luego de hablar sobre la larga historia del CELS, quiso dejar en claro que el kirchnerismo, tal como él lo concibe, se termina definitivamente el 10 de diciembte. “Ante la posibilidad de un cambio político y los amagos de regresión en esta materia, tenemos que ser concientes de que la regresión no va a ser posible en tanto y en cuanto no decaigamos en esta batalla y recordemos que, si bien lo que se hizo a partir de 2003 fue muy importante, se construyó sobre el terreno abonado previamente. No es que termina el ciclo del kirchnerismo y se acaba esto. Esto empezó antes y va a continuar después.” El sabor a despedida fue socegado con aplausos de parte de la concurrencia.
Por último no faltó la referencia obligada al teniente general César Milani, el jefe del Ejército favorecido y defendido por el gobierno de Cristina Fernández y a su vez comprobado partícipe del genocidio perpetrado en Argentina entre 1976 y 1983. Vale recordar que el CELS fue uno de los importantes organismos de derechos humanos que impugnó públicamente el último ascenso de Milani en el Congreso, ése que le posibilitó al genocida alcanzar la cumbre de las Fuerzas Armadas.
Así el CELS aprovechó la oportunidad para plantar su bandera en un contexto político que, cada vez más, está corrido a la derecha, tanto por el oficialismo como por la oposición. En ese sentido, el propio Chiller, sin hacer distinción de partidos, defenestró “los distintos discursos de ‘mano dura’ de distintos representantes políticos que, ejerciendo esos discursos, se catapultan para mejorar su situación política”.
Pero más allá de las reflexiones compungidas de quienes vaticinan una grave crisis hacia dentro del kirchnerismo, la importancia del Informe del CELS radica en que se constata un crecimiento sostenido de las muertes, represiones, desapariciones, hechos de tortura, vajaciones y demás ataques desde el Estado hacia la población trabajadora, con un ensañamiento particular sobre la juventud pobre. Un dato objetivo que no puede taparse con maquillaje ni con discursos alquilados referidos a la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Daniel Satur
@saturnetroc
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