viernes, 8 de mayo de 2015

Cristina Fernández: escenas de pejotismo explícito



La presidenta redefine su estrategia para la campaña electoral. La Cámpora asegura la derrota en la ciudad de Buenos Aires y el kirchnerismo a los pies de Scioli. El congreso nacional del PJ: un sello formal para un giro que ya empezó.

El lunes pasado la presidenta Cristina Fernández se reunió con un grupo importante de gobernadores. Allí realizó una solicitud que adoptó la forma de una advertencia: "a todos les pido que la campaña no sea agresiva, evitemos los ataques personales".
En la cadena nacional que realizó este jueves desde la provincia del Chaco especificó algunas definiciones para el rumbo de la campaña hacia las PASO.
“A la fuerza política quiero pedirle un baño de humildad y una mirada más atenta”, dijo con un moderado tono sciolista.
La solicitud fue acompañada por un pedido explícito para que comiencen a bajarse los múltiples candidatos que se subieron a la disputa en el FpV, especialmente para la presidencia y para la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
El premio consuelo para la hermenéutica progresista fue la frase en la que afirmó “gobernar el país no es para blandos ni para tibios”, que algunos quisieron interpretar como un ataque a Scioli.
Sin embargo, luego explicó que “es bueno y legítimo querer ser presidente y gobernador (…). Pero “les pido a los compañeros de nuestro espacio que reconozcan y acompañen a quien está mejor capacitado para una función". Una forma elegante de describir al "mejor posicionado", que hoy es el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Luego de la derrota histórica del candidato de La Cámpora en la Ciudad de Buenos Aires (Mariano Recalde), y aplicando el clásico pragmatismo peronista que reza que “el que gana tiene razón y el que pierde está equivocado”; Cristina comenzó a reorientar su estrategia. El laboratorio mendocino también dejó sus lecciones. Allí en las primarias a gobernador, el candidato kirchnerista (Guillermo Carmona) apenas rondó el 10% y la candidata de este espacio en las primarias a intendente de la Capital (“Pinty” Saba) arañó el seis. El peronismo quedó finalmente debajo del Frente de Izquierda en las generales de la intendencia.

Recalculando

La nueva fórmula para la encarar la campaña parece simple. Mientras Daniel Scioli “kirchneriza” su campaña hacia las primarias, Cristina “scioliza” el discurso y llama al orden a sus “imberbes” contemporáneos.
En la reunión del lunes estaban presentes Daniel Scioli (Buenos Aires), Martín Buzzi (Chubut), José Alperovich (Tucumán), Daniel Peralta (Santa Cruz), Lucía Corpacci (Catamarca), Claudia Ledesma de Zamora (Santiago del Estero), Luis Beder Herrera (La Rioja), José Luis Gioja (San Juan), Oscar Jorge (La Pampa), Maurice Closs (Misiones), Eduardo Fellner (Jujuy) y Gildo Insfrán (Formosa).También estuvo invitado el decaído Florencio Randazzo.
La nueva fórmula para la encarar la campaña parece simple. Mientras Daniel Scioli “kirchneriza” su campaña hacia las primarias, Cristina “scioliza” el discurso y llama al orden a sus “imberbes” contemporáneos.
Aunque al kirchnerismo le disguste la definición, la escena fue típica de un “fin de ciclo”. La cumbre se pareció mucho a la clásica “liga de gobernadores” que cobra protagonismo en las coyunturas históricas en las que se licúa el poder presidencial y llega la hora de la transición.
En la cadena nacional, la presidenta además sentenció que “uno puede llegar a pensar también que es el más capacitado para esa función (presidente o gobernador NdR), pero no olviden que el resto de la sociedad tiene que creer que es el más capacitado”.
Parecía un mensaje directo a Mariano Recalde, quien ese mismo día en la fría mañana porteña -con un acto no menos frío en las puertas de la facultad de Derecho-, reveló quien será su acompañante en la fórmula para la jefatura de gobierno en las generales de junio. El elegido fue el ilustre desconocido Leandro Santoro, miembro de una secta autodenominada “Los Irrompibles”, parte de una de las tantas rupturas del radicalismo, la que responde a Leopoldo Moreau (tío del flamante candidato), y que apoya al kirchnerismo.
Mientras Cristina define la gran estrategia para el país, inclinándose ante los llamados “barones” del peronismo, deja a los muchachos de La Cámpora jugar en el “pelotero” de la ciudad perdida, repitiendo como farsa una transversalidad tardía. “Recalde quiere asegurar la derrota”, afirmó alguien en Twitter. El escenario de la presentación del candidato fue ilustrativo, la “batalla cultural” se redujo a los ámbitos universitarios, adonde nunca terminó de penetrar y de donde jamás verdaderamente salió. El poder real en la Argentina profunda siempre estuvo en manos del peronismo “feudal” que va en busca de ocupar el centro.
No fue casual el protagonismo de "Wado" de Pedro en la cadena de este jueves, el más sciolista de los dirigentes camporistas.
En el mismo sentido, Cristina reivindicó el presunto sacrificio heroico de Jorge Capitanich, que fue dos veces gobernador pero ahora compite por la intendencia de Resistencia. Afirmó que “no hay cargos menores, sino responsabilidades mayores”. Lo mismo había reivindicado de Oscar Jorge, gobernador de La Pampa, que también “bajó” a pelear por la intendencia de la capital de su provincia. "Hay que reconocer que es bueno que decidan aportar compitiendo por cargos electivos", habría afirmado la presidenta en la reunión con los gobernadores, mientras les aseguraba que cuenten con ella para apoyar las campañas. Con la presencia en el Chaco –cadena nacional incluida-, comenzó a cumplir su promesa.
Muchos leyeron un gesto en esta referencia a los cargos menores y las responsabilidades mayores, junto a la intencional mención de la posible carrera política de su hijo Máximo, el que “corre solo” según describió la Presidenta. Podrían significar la eventualidad de colocar sus candidaturas a disposición para algún cargo “menor”.
Más allá de todas las especulaciones, este viernes se reunirá el congreso nacional del PJ. El “Chino” Zannini se había postulado como redactor del documento que en los marcos de la peculiar democracia que caracteriza la vida partidaria del peronismo ya está aprobado antes de que empiece la reunión. El último gesto de Cristina fue negarle el honor literario y proponer que lo escriba el gobernador Eduardo Fellner, actual titular del partido.
Para completar la simbología del momento peronista, el Congreso estará presidido por Gildo Insfran, el gobernador que hizo de la represión a los pueblos originarios de Formosa una de las prácticas habituales de su “gestión”.
Los 900 delegados que se reunirán en Parque Norte emitirán una nueva declaración formal que certificará lo que ya es una orientación evidente en los hechos: el país kirchnerista se rinde a los pies de Scioli que va en busca del gobierno, para que el pejotismo retenga del poder.

Fernando Rosso
@RossoFer

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