miércoles, 13 de mayo de 2015

El salario en disputa



Gremios del transporte llaman a un paro nacional para junio, y convocan a sumarse a todas las centrales sindicales. Paritarias, impuesto al salario y jubilaciones, entre las principales demandas. Cristina Kirchner respondió poniendo límites a los reclamos. La posición de la izquierda.

Después de una tregua que le dio fuerza a los empresarios y al Gobierno para endurecer su política de ataque al salario, los gremios del transporte que llamaron junto a Moyano y Barrionuevo al último paro nacional del 31 de marzo convocaron a nuevas medidas de fuerza.
El mes y medio de paz social que ofrecieron hasta el momento las cúpulas sindicales fue aprovechado por el Gobierno nacional y los empresarios para intentar imponer techos salariales por debajo de la inflación, tensando la situación hasta el punto de que, mediando el mes de mayo, las paritarias están trabadas en muchos gremios importantes.
El acercamiento de las PASO presidenciales le agrega un condimento extra a la situación. Sin ir más lejos, en el mismo día de ayer se conoció que la cúpula de los sindicatos del transporte recibirá el próximo lunes al precandidato presidencial Sergio Massa. El sector ya se había reunido previamente con Mauricio Macri y con Margarita Stolbizer, también anotados en la carrera hacia la Casa Rosada. Por su parte, el Gobierno nacional, en un difícil equilibrio, intenta hacer pasar un ajuste pero tratando de evitar escenarios de mayor conflictividad laboral y pérdida de base social, en un año electoral. Con este objetivo, anunció cambios menores en el impuesto al salario la semana pasada, pero no logró con los mismos despejar el panorama.

El anuncio de las medidas de fuerza

En ese marco, los gremios del transporte terrestre, aéreo y marítimo nucleados en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), llamaron ayer a un paro nacional de 24 horas para la “primera semana de junio”, y convocaron a sumarse a las cinco centrales sindicales.
El anuncio lo realizó ayer el titular de la CATT, Juan Carlos Schmid, tras una reunión de la cúpula del sector. Schmid justificó la convocatoria a la medida de fuerza afirmando que “hay situaciones que se han agravado por el desarrollo de las discusiones paritarias en varios gremios”. Su par de la UTA, Roberto Fernández, se explayó sobre los motivos del paro diciendo que “el gobierno no debe intervenir en las discusiones paritarias, se deben corregir las escalas del impuesto a las ganancias, se debe aprobar una nueva reforma tributaria, reclamamos el reparto de fondos de las obras sociales, un aumento de emergencia para los jubilados, además de la seguridad laboral sin despidos ni suspensiones”.
En los próximos días los dirigentes del sector iniciarán una ronda de consultas con las centrales obreras, en el intento de sumar al paro las adhesiones de las organizaciones que lideran Hugo Moyano, Luis Barrionuevo, Antonio Caló, Pablo Micheli y Hugo Yasky. Sin embargo, desde el anonimato, un dirigente sindical del transporte afirmó a la agencia DyN que el llamado a las cinco centrales sindicales es “puramente formal, porque sabemos quiénes van a parar y quiénes no”.

Cristina Kirchner, otra vez atacando el salario

Al igual que en su respuesta al paro nacional del 31 de marzo, y en sintonía con la política de ajuste y de techos a las paritarias que viene llevando adelante su gobierno, Cristina Kirchner respondió ayer por Cadena Nacional a los reclamos sindicales. “En qué mundo viven”, se preguntó la mandataria, tras comparar el incremento salarial de 1,5 % que el ministro de Economía de España, Luis de Guindos, proyectó para todo el período 2015-2018. “Cuando uno escucha ciertas cosas y ve determinadas cosas se pregunta en qué mundo viven”, insistió la Presidenta.
Cristina Kirchner “olvidó” mencionar en su discurso que la inflación en España en el año 2014, en el marco de una profunda crisis económica y desocupación masiva, fue de -1 %, mientras que en Argentina la inflación acumulada del año pasado fue del 37 %, y la proyectada para este año es de alrededor del 30 %. Es sintomático también que Cristina Kirchner haga la comparación con un gobierno de derecha, como es el del Partido Popular español. El discurso de la Presidenta solo se explica en el marco del intento de hacer pasar un ajuste que paguen los trabajadores, mientras los empresarios siguen haciendo fabulosas ganancias y las rentas financiera, minera y del juego no están gravadas.

Un paro convocado con presión desde abajo

Si distintos sectores de las cúpulas sindicales no aceptaron hasta el momento los pobres ofrecimientos para las paritarias por parte del gobierno y los empresarios es, centralmente, para que las bases no “los cuelguen del Obelisco”, como explicó el líder de la UOM, Antonio Caló, quien es símbolo de la crisis que hay en la CGT oficialista, en la que diversos sectores no pueden cerrar aplicando la línea del Gobierno.
La política de ajuste que desearían aplicar el Gobierno nacional, los principales candidatos presidenciales y los empresarios es “regulada” en pleno año electoral, pero por otro lado también choca con un movimiento obrero que tiene la expectativa de mantener sus condiciones de vida, y está dispuesto a defenderlas.
En ese marco, el llamado a las medidas de fuerza por parte de los gremios del transporte fue precedido por la lucha de los docentes de la Provincia de Buenos Aires por la falta de cobro de sus salarios, por el paro nacional de los bancarios del día de ayer, por los aeronáuticos y telefónicos que luchan contra la precarización laboral, por los aceiteros que exigen el 42 %, por los obreros de Worldcolor que enfrentan los despidos masivos, por los trabajadores de Madygraf que luchan por la expropiación y estatización de su planta, entre muchos otros. De algún lado salen los temores de Caló.

La posición de la izquierda

Desde la izquierda y el sindicalismo combativo, que vienen siendo la avanzada en la lucha contra los despidos, como en Worldcolor, y en defensa del salario, vienen exigiendo que el 31M se continúe con un paro activo nacional de 36 horas. Frente al nuevo llamado, desde este sector exigen que se impulsen asambleas en todos los lugares de trabajo, tanto de sindicatos oficialistas como opositores, para que las medidas de fuerza sean votadas desde las bases y se incluyan no solo las demandas planteadas por las cúpulas sindicales sino los reclamos de todos los trabajadores, por paritarias libres y sin techo por un salario igual a la canasta familiar, por la anulación del impuesto al salario, la lucha contra la precarización laboral y el apoyo a las luchas en curso, entre las principales. Los referentes del sector exigen también que los delegados paritarios sean elegidos en asambleas, para que los acuerdos no los firmen las cúpulas sindicales a espaldas de los trabajadores. Es algo de lo que puede suceder en los largos 20 días que faltan para la “primera semana de junio” para la cual están convocadas las medidas de fuerza.
“Golpear juntos, marchar separados”, es el lema de la izquierda, que pega junto a las cúpulas sindicales cuando éstas llaman a medidas de fuerza por reclamos justos, pero desde una perspectiva independiente, luchando por las demandas de todos los trabajadores, con métodos democráticos desde las bases y por una salida independiente de los trabajadores y no junto a los distintos candidatos del ajuste con los que se alinean las cúpulas sindicales oficialistas y opositoras.

Fernando Scolnik
@FernandoScolnik

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