domingo, 11 de junio de 2017

Jujuy: niño crucificado en celebración religiosa avalada por el Estado



Sucedió en Humahuaca. Debieron descolgarlo porque el nene de 9 años estalló en llanto.

Un niño de 9 años crucificado (atados sus brazos a un poste, junto a otras personas más en la misma situación) en la plaza de Humahuaca marcó el tono de una ceremonia religiosa católica auspiciada por el cura local, la escuela del distrito y el Ministerio de Educación de la provincia de Jujuy. Después de tres horas, el niño tuvo que ser bajado de la cruz ya que estalló en llanto. “Fue un acto hermoso, todos quedaron encantados”, fue la reflexión del párroco Jesús Olmedo, organizador del evento.
La crucifixión se realizó en el marco de una Marcha por la paz y la justicia, organizada por el cura Olmedo, y que contó con el apoyo estatal, que dio asueto a los estudiantes de todas las escuelas de la ciudad para que participaran de la movilización, que intentaba concientizar sobre los sufrimientos de las guerras (pura demagogia de parte de una institución que avala al imperialismo y apoyó dictaduras criminales como la de Videla) . En total, se instalaron cinco cruces en la plaza y allí se colgaron a cinco personas, entre ellas un adolescente y el niño de 9 años. “Me están diciendo que el niño está derramando lágrimas de dolor y me preguntan si ya lo pueden bajar”, dijo el cura, que luego preguntó al nene: ¿Quieres decir algo?”. Y ante su silencio, remató: “No quiere decir nada. ¡El silencio es más fuerte que el grito!”.
Las costumbres religiosas barbáricas que plantean que mediante la autoflagelación se expían los pecados del mundo son comunes en el catolicismo y una demostración de su atraso cultural estructural. El apoyo del Estado a este tipo de actos sólo pone de manifiesto su propio retraso y oscurantismo, ya que ata la educación de los niños y la juventud a los diseños religiosos de la Iglesia. La oposición a la educación sexual, al pensamiento científico y ni hablar de la oposición a métodos anticonceptivos y a la legalización del aborto convierten a la Iglesia católica en un actor político reaccionario cuya infuencia nociva se esparce entre la niñez y la juventud en complicidad con el Estado. Se debe recordar que la materia "Religión” es obligatoria en la provincia de Salta, vecina de Jujuy. En esta oportunidad, la Iglesia de Humahuaca lleva al paroxismo su carácter ultramontano y regresivo al exhibir un acto de autoflagelación protagonizado incluso por un niño. Una vez más es necesario levantar la bandera de la separación de la Iglesia y el Estado.

Antonia Torrebruna

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