sábado, 24 de junio de 2017
Esteban Bullrich, candidato del empresariado contra la clase trabajadora
El ministro de Educación encabezará la lista de candidatos a senadores nacionales por la provincia de Buenos Aires. Toda una declaración macrista contra la educación pública y quienes la sostienen.
En un pedido especial de María Eugenia Vidal, el ministro de Educación de la Nación Esteban Bullrich será quien encabece la boleta de senadores en la provincia de Buenos Aires.
Las trabajadoras y los trabajadores de la educación entendemos muy claramente el mensaje y objetivo de levantar esta candidatura: reafirmar el ataque a la docencia bonaerense y a la educación pública.
Bullrich es el responsable de que este año no se haya cumplido con la ley de paritaria nacional como una medida de tope salarial y ajuste sobre el sistema educativo.
Esa es la política de Vidal, que eligió de enemigos a quienes sostenemos día a día la educación pública, atacándonos junto a Alejandro Finocchiaro, a quien también premiarán nombrándolo en reemplazo de su amigo Bullrich en la cartera nacional.
Ajustadores seriales
Esteban Bullrich ha dado sobradas muestras no sólo de desmerecer la labor docente sino de atacar nuestros derechos elementales. No podemos olvidar que en medio del conflicto docente declaró suelto de cuerpo: “El curro es que a cambio de plata vos vas, tenés un dolor de cabeza y te dan quince días de licencia, entonces ahí tenés que pagar un segundo maestro por esos quince días”. Así es como redujo, según su óptica, el problema de la salud de la docencia en todo el país.
El ministro agregó en aquella oportunidad que “lamentablemente se malgasta mucho la inversión educativa en la Argentina en estas ineficiencias, como el ausentismo o el abuso de la licencia y demás”. Llama ineficiencia a las enfermedades laborales como las várices, la disfonía, las lumbalgias y hasta manifestaciones psicosomáticas como estrés, gastritis, hipertensión arterial, disfonía, llegando a la angustia y la depresión.
El síndrome de Burnout (o de “estar quemado”) es de lo más común entre la docencia, en su mayoría integrada por mujeres que trabajan entre dos y tres cargos para llegar a fin de mes.
Mientras tanto la gestión de Bullrich destinó millones de pesos a la educación privada e incluso subejecutó el presupuesto educativo en detrimento de la educación pública. Una receta aprendida por todos los gobiernos y sus ministros de Educación cuando se trata, año tras año, de reforzar los ataques en medio del debate sobre el aumento del presupuesto educativo.
Nada que sorprenda. La misma Cristina Fernández de Kirchner en la inauguración de las sesiones del Congreso Nacional de 2012 ya había manifestado que “con trabajadores que gozan de estabilidad frente al resto de los trabajadores, con jornadas laborales de 4 horas y 3 meses de vacaciones, cómo es posible que sólo tengamos que hablar de salarios y no hablemos de los pibes que no tienen clases”.
Esteban Bullrich es un caradura. Hace alarde de haber firmado un convenio con Finlandia para que docentes de ese país vengan a capacitar a la docencia argentina, con el supuesto objetivo de mejorar la calidad educativa. Pero oculta que en Finlandia la educación 100 % pública y gratuita, desde el nivel inicial hasta el universitario, y que quienes están frente a las aulas cobran salarios promedio equivalentes a $ 80 mil.
¿Legisladores del ajuste o de la clase obrera?
Como parte de sus polémicas declaraciones, y con un cinismo brutal, Bullrich afirmó que “los docentes son los funcionarios públicos más importantes que tenemos”.
Sin embargo, el ministro no explicó por qué, de ser así, él y todos los miembros del gabinete nacional ganan $ 183 mil mensuales, el presidente Macri $ 208 mil y la vicepresidenta Gabriela Michetti $ 192 mil, mientras que un docente que recién se inicia en provincia de Buenos Aires, por ejemplo, cobra $ 9.800 de bolsillo por un cargo.
Bullrich no explica por qué todos los diputados de Cambiemos (como también lo hicieron los del Frente para la Victoria-PJ y el Frente Renovador) se han opuesto al proyecto que presentaron en su momento Nicolás del Caño y Myriam Bregman para que “que todo funcionario público cobre como un docente”.
Se ve que el ministro tiene una curiosa manera de recompensar a “los más importantes”, con salarios bajo la línea de pobreza y flexibilizando las condiciones de trabajo, al igual que lo hicieron los referentes de su espacio en Mendoza con el nefasto “Ítem Aula”.
Todas y todos los candidatos del empresariado, ya sea el oficialista Bullrich o los falsos opositores como Massa, Randazzo y Cristina Fernández, tienen en su haber el ataque sistemático a la educación pública y a las y los docentes. Por eso somos nosotros mismos quienes tenemos que defender nuestros intereses.
Las listas del Frente de Izquierda en la provincia de Buenos Aires estarán plagadas de docentes combativos, como Gabriela Macauda de Suteba Tigre o Ariel Iglesias de Suteba La Matanza.
Las trabajadoras y los trabajadores de la educación nos hemos opuesto al ajuste en la gestión de Macri incluso en provincias gobernadas por la oposición, como la Santa Cruz de Alicia Kirchner. Por ello en estas elecciones tenemos el desafío de conquistar más bancas del FIT, como la que desde esta semana me toca ocupar en la Cámara de Diputados de la Nación (en el marco de los acuerdos de rotación del Frente de Izquierda en lugar de Pitrola) al servicio de fortalecer la pelea por la educación pública y por los derechos de la docencia y de la clase trabajadora de conjunto.
Nuestro lema “nuestras vidas valen más que sus ganancias” es una bandera de lucha, para conquistar la reducción de la jornada laboral a seis horas, cinco días a la semana, sin afectar el salario y que ningún trabajador cobre menos de lo que cuesta una canasta familiar. Para generar trabajo genuino, repartiendo las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. Y lograr, de esta manera, que la crisis la paguen los que la generaron: el empresariado y los políticos oficialistas y opositores que defienden sus intereses.
Nathalia González Seligra
Diputada nacional PTS/FIT - Dirigente de Suteba Matanza
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