Piedra libre: detrás de la Unidad Ciudadana están los barones del conurbano.
Aunque es habitué de los discursos extensos, el que pronunció Cristina Kirchner en Arsenal se distinguió por la brevedad. El tiempo relativamente corto estuvo asociado a la ausencia de definiciones de fondo sobre la situación política y, en especial, a la necesidad de contraponer un programa alternativo al que está aplicando el macrismo desde el gobierno nacional.
En el escenario Cristina Kirchner se hizo acompañar al final del acto por personas que personificaban a los perjudicados por el ajuste. Los 48 intendentes pejotistas que han pactado con ella la formación de la Unidad Ciudadana fueron prolijamente escondidos. Se entiende por qué. Durante el año y medio que lleva Macri en el gobierno, estos intendentes formaron parte del aparato político que le votó a Macri en la Nación y a Vidal en la provincia de Buenos Aires las leyes ajustadoras. Entre ellas el presupuesto y el pacto con los fondos buitres. Estos intendentes ahora recurren a la candidatura de Cristina Kirchner como un medio para asegurarse el control de sus Concejos Deliberantes. Detrás de la Unidad Ciudadana se esconden los barones del conurbano.
En las pocas referencias concretas que realizó Cristina se puso de manifiesto su inconsistencia. Cuestionó de pasada el endeudamiento llevado adelante por el gobierno actual, pero no propuso ninguna medida para rechazar la hipoteca que la deuda pública representa para el país y sus trabajadores. Después de todo los gobiernos kirchneristas se caracterizaron por incrementar la deuda, que se incrementó en más de 100.000 millones de dólares entre el 2013 y el 2015, esto a pesar de haber pagado casi 200.000 millones de dólares. El pacto con los fondos buitres suscripto por Macri fue anticipado por el acuerdo que Kicillof y Cristina Kirchner sellaron con el Club de París para reconocer una deuda ilegítima y fraudulenta, que con punitorios superó los 10.000 millones de dólares.
En relación a la situación social Cristina Kirchner habló del crecimiento de la pobreza, pero nada dijo que al momento de abandonar el gobierno existían en el país casi 11.5 millones de pobres. Otro tanto ocurrió con los trabajadores, cuyos salarios promedio no superaban los 7.000 pesos mientras casi el 40% estaba en negro o precarizado.
Cuando la concurrencia empezó a cantar para que se vaya Macri, Cristina Kirchner los paró señalando que las próximas elecciones son legislativas y aclarando que no está en juego la alteración del mandato presidencial. Dejó en claro que su propósito no es ir por la derrota de Macri sino negociar en el parlamento determinados proyectos de ley, que de todos modos no especificó. La ausencia de un programa alternativo al del macrismo se puso otra vez de relieve.
Cristina Kirchner terminó el acto sin anunciar su candidatura, estirando hasta el final una definición al respecto. Aunque muchos la dan ya como un hecho, lo cierto es que continúan las negociaciones para una mayor integración en las listas del pejotismo ajustador.
Piedra libre a los ´barones del conurbano´.
Gabriel Solano
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