Con despliegue de cronista, Clarín se tomó el trabajo de grabar mi discurso de cierre del acto de la Coordinadora Sindical Clasista y el Polo Obrero, frente al Ministerio de Trabajo: “Para nosotros, la campaña política es un instrumento de lucha de los trabajadores que van a la huelga de transportes en Córdoba, que ocupan Pepsico o como ustedes que vienen a luchar por un salario mínimo vital y móvil equivalente a una canasta familiar que sirva para sostener a nuestras familias. Ponemos la campaña política al servicio de la lucha de la clase obrera. Ese es el significado de las candidaturas del FIT”.
En su versión digital, el matutino publica la cita pero con el título “La izquierda admitió que los cortes de calles se vinculan con el arranque de la campaña”. Lisa y llanamente, la inversión del concepto. Como lo explica la cita “ponemos la campaña al servicio de la lucha de la clase obrera”. Luchas que ocurren, como la huelga general de los choferes cordobeses que también tuvo expresión en 60 líneas de la provincia de Buenos Aires por la inseguridad, la ocupación de Pepsico, los retornados paros docentes del Suteba, las huelgas y cortes de ruta por toda la provincia de Buenos Aires (Ingredion, Gotelli, etc.) o, en este caso, la movilización multitudinaria de la que el Polo Obrero, con sus banderas, formó parte por la duplicación del salario mínimo, vital y móvil, ante la convocatoria del Concejo del Salario.
La línea del editor es que hay movilizaciones sociales porque hay elecciones, lo que constituiría una maniobra política de tales o cuales grupos opositores. La realidad es que la ocupación de Pepsico allí citada ocurre porque la patronal cerró con un cartelito, dejando a 690 familias en la calle de un día para otro, lo que desencadenó movilizaciones y, al cabo, la ocupación de la planta; la huelga de las y los choferes cordobeses se desató por una paritaria a la baja repudiada por la base del gremio de 4 mil choferes que salieron a la huelga, y así de corrido.
Es decir que hay luchas sociales a pesar de que hay elecciones, porque el movimiento obrero y el movimiento popular rechazan los ataques que derivan del ajuste, y no al revés. Se trata de todo un dato de la situación política, porque el deseo de la burguesía y sus partidos es que los trabajadores no se expresen sino por medio de las urnas, donde calculan tener mayor capacidad de manipulación y extorsión política.
Por otro lado, ¿de dónde sacó Clarín que las manifestaciones traerían votos como para que nosotros o cualquier otro grupo político las realice como instrumento electoral? Por otro lado, que un barrio o un colectivo de jóvenes, mujeres o trabajadores agraviados en sus derechos, se manifiesten buscando que sus reclamos formen parte de la agenda política que los ignora sistemáticamente es totalmente legítimo. Lo que sí caracteriza al Partido Obrero es que no escapa de las luchas populares y sus manifestaciones callejeras especulando con los votos.
Por eso reafirmamos con todas las letras que el PO pone la campaña política al servicio de todas las luchas y reclamos populares, edificando un programa de salida desde el campo de los trabajadores. Que nuestros candidatos serán tribunos de las luchas y que haremos docencia política socialista preparando a los trabajadores para las grandes luchas que vendrán inevitablemente como resultado del agravamiento del ajuste que vendrá después de las elecciones gane o pierda el gobierno. Porque si el gobierno pierde, otras fuerzas políticas serán convocadas a un pacto de gobernabilidad del ajuste como lo fueron este año y medio. Votar contra el ajuste es votar al Frente de Izquierda.
Néstor Pitrola
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