martes, 27 de junio de 2017

INCAA: la comunidad audiovisual vuelve a las calles



Jueves 29, a las 15, en el INCAA contra el cierre de Artecinema, los despidos y los recortes. Necesitamos un plan de lucha para enfrentar el ajuste.

Tras el desplazamiento de Cacetta y de otros gerentes heredados de la gestión anterior –y que estaban a cargo del manejo de las cajas del INCAA–, el gobierno avanza con el ajuste.
Se ha valido de las denuncias de la Oficina Anticorrupción, a cargo de Laura Alonso –la defensora del carácter “secreto” de los acuerdos firmados por Kicilloff y Chevron– que ha revelado una corruptela que compromete a dos presidencias de la gestión kirchnerista y a la primera presidencia propia, la de Cacetta, por las condiciones de contratación de la sala Artecinema, que pertenece al Grupo Aleph. Pablo Rovito, el desplazado rector de la Escuela del INCAA, es socio del grupo propietario de la sala, situada en el barrio de Constitución.
Esto ha sido empleado para justificar el cierre de la sala. A la producción cinematográfica nacional, que el Estado no apoya en su lanzamiento y exhibición, le han quitado ahora la sala adonde la mandaban a morir.
El Artecinema, por su ubicación, en una zona de tránsito y que se vuelve insegura por la noche, se había manifestado como una inversión capitalista estéril. El Estado la rescató y la empleó como cobertura de la ausencia de una política de distribución. A la actual gestión no le interesa ni siquiera disimularlo, prefiere el ajuste.

¿Dónde está la plata?

Las denuncias tienen dos objetivos: justificar la aplicación de un mega-ajuste y recuperar el manejo de las cajas del Instituto.
Entre tanto, el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, informó en el Congreso que el presupuesto del INCAA es de $2.800 millones; pero el nuevo presidente del instituto, Ralf Haiek, les dice a los realizadores que el monto es de $1.600 millones. Por ley, la mitad del presupuesto debe ser destinada al fomento a la producción cinematográfica. Las “mitades” de lo que afirman uno y otro funcionario son bien distintas. La nueva gestión, que reivindica la “transparencia”, inaugura su mandato con una “diferencia” de $1.200 millones.
La nueva gestión es oscura en el manejo de los fondos y perversa en la aplicación de su sub-ejecución. Tiene prácticamente paralizada la actividad cinematográfica y la del propio instituto.
Actualmente, dos compañeros que el INCAA sostuvo en relación de “proveedores” durante años están reclamando su reincorporación y su pase a planta. Pero el próximo 30 de junio vencen más de trescientos contratos, cerca de la mitad de la planta de trabajadores. La burocracia de UPCN le da la espalda a los reclamos y contribuye con la regimentación de los trabajadores.

Poner de pie el movimiento

Tras el levantamiento sin precedentes de la comunidad audiovisual en el mes de marzo, el movimiento fue llevado hacia el reclamo de la apertura del proyecto de ley de Convergencia Digital en defensa del fondo de fomento y desviado de su reclamos de democratización del INCAA y modificación del Plan de Fomento creado por Cacetta a la medida de las majors.
Primero, los estudiantes, que reclaman una apertura al acceso al fomento para la ficción y, más tarde, los documentalistas que defienden sus conquistas en el acceso al fomento y en la conformación independiente de los comités de evaluación de proyectos han vuelto a reunirse en asambleas y a planteado una gran movilización para el 29 de junio, a las 15 horas, frente a las puertas del INCAA.
Para parar el mega-ajuste al fomento, para defender a los trabajadores del instituto, para rechazar la censura económica y política a la producción independiente y abrir el fomento a los estudiantes, seamos miles en las calles, nuevamente.

Julián Morcillo - Ojo Obrero

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