sábado, 6 de febrero de 2016

La resistencia con aguante



Se multiplican las movilizaciones y conflictos en todo el país. La burocracia sindical prepara un pacto con el Gobierno. La batalla estratégica que se juega en cada pelea contra los despidos.

Mientras cada vez retumba más fuerte el secreto a voces que confirma que el grueso de la burocracia sindical se prepara para pactar sin lucha con el Gobierno en las paritarias, la verdadera resistencia la llevan adelante los trabajadores que enfrentan los despidos.
Este jueves, desde la madrugada hasta cerca del mediodía los trabajadores del subterráneo de Buenos Aires interrumpieron el servicio en la Línea D para reclamar por la reincorporación de 27 trabajadores despedidos que están sin cobrar los salarios. Pertenecen a las empresas Briefing, Comahue y Murata, que prestan servicios de seguridad y uno de ellos incluso tiene un fallo de la justicia que ordenó su reinstalación, medida que la empresa no cumple.
Al mediodía, un grupo de obreros de la empresa Cresta Roja, quienes protagonizaron el primer conflicto destacado de la era Macri, se movilizó hasta las puertas del Juzgado Comercial Nº 18 en el centro de la Ciudad y sostuvo un corte en la puerta de esa dependencia para reclamar la recuperación de todos los puestos de trabajo. El dos de febrero vencía el plazo fijado por la jueza Valeria López Casado al Grupo Rasic para considerar el levantamiento de la quiebra o la alternativa de mantener el nuevo consorcio de empresas que desde hace un mes está a cargo de la avícola. Esta fue la resolución de la jueza (mantener la quiebra con continuidad) y el grupo de obreros que se movilizó dejó planteada su exigencia de mantener todos los puestos y condiciones de trabajo.
Por la tarde una nutrida manifestación de unos cuatro mil trabajadores estatales organizados en ATE Capital, se movilizaron hasta las puertas del Ministerio de Modernización (el “Ministerio del Ajuste”) para protestar contra los despidos masivos. Los estatales lograron arrancar a la conducción un paro nacional para el próximo 24 de febrero y demuestran que están dispuestos a enfrentar el ajuste que afecta a los miles de precarizados que dejó el gobierno saliente.
Los trabajadores del Grupo 23, que vienen llevado adelante una dura pelea contra un grupo que fue amigo del kirchnerismo, se movilizaron por la tarde al Ministerio de Trabajo de la Nación, junto a los empleados de Radio América que tenían una audiencia y arrancaron un cronograma de pago de salarios adeudados. Los trabajadores de Tiempo Argentino (que presuntamente fue adquirido por los mismos dueños que Radio América) lograron una “audiencia espontánea” y la orden del Ministerio para que el viernes se abonen también los salarios de quienes se desempeñan en el diario. Igualmente se mantienen en asamblea permanente hasta obtener una solución definitiva.
También durante la tarde se realizó una masiva manifestación que congregó a unas tres mil personas por las calles de la ciudad de Córdoba para rechazar los despidos que se produjeron en el Estado (en áreas como Violencia Familiar, Trata de Personas, Complejo Esperanza, Secretaría de la Niñez o Cultura), así como en empresas privadas como las autopartistas Sturam, Valeo, RAR o Allevard Rejna (ex Ligget). En esta última empresa, la resistencia obrera ganó el primer round porque impusieron la conciliación obligatoria con los despedidos adentro de la fábrica.
Hubo paro de los trabajadores del casino de Mendoza contra los despidos, asambleas de los telefónicos de Telecom y Personal por el salario y movilizaciones también de los estatales de La Plata contra el ajuste por el aumento salarial en paritarias.
En Menoyo, la conocida fábrica de aderezos, vinagres y especias, que está ubicada en la zona norte del Gran Buenos Aires, también denuncian despidos.
El mismo día jueves se conoció el escandaloso despido persecutorio de la excandidata a gobernadora por el Frente de Izquierda en Jujuy, Natalia Morales, sobre el que informamos en otras notas de esta edición. Inmediatamente comenzó a recibir la solidaridad de organizaciones y dirigentes de todo el país y se preparan acciones por su inmediata reincorporación.
Los diputados y legisladores, así como la militancia y los dirigentes obreros del PTS y del Frente de Izquierda y de los Trabajadores son protagonistas o participan de estas luchas brindando todo su apoyo.
El objetivo estratégico que busca el macrismo mediante el ajuste es avanzar sobre el empleo y disciplinar con un aumento sustancial de la desocupación al conjunto de la clase trabajadora para arrancarle conquistas, tanto salariales como de condiciones de trabajo.
En cada lucha por evitar los despidos se juega una batalla estratégica que debe tener a la izquierda a la cabeza codo a codo con los trabajadores, para evitar que debiliten a las fuerzas de la clase trabajadora de conjunto.
La mayoría de la dirigencia sindical burocrática es funcional a este plan con la tregua de hecho que le están otorgando al Gobierno y las negociaciones por el impuesto al salario, además de los fondos de las obras sociales. El reclamo por la eliminación del impuesto es una demanda justa, pero afecta a una minoría de la clase obrera.
La oposición del PJ y el kirchnerismo sigue sus divisiones, peleas y roscas por arriba, mientras Macri lleva a este plan de ajuste adelante con prisa y sin pausa.
El paro nacional de ATE del próximo 24 es una oportunidad para intervenir de manera ofensiva en el sector que está sufriendo los despidos masivos. Una huelga contundente de los estatales, con movilizaciones y piquetes será una señal para ponerle un freno al ajuste.
Hay que exigir a las centrales sindicales el fin de la tregua y la preparación de un plan de lucha nacional, con asambleas en los lugares de trabajo para, en primer lugar, rechazar los despidos. Reclamar por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario en aquellas empresas que quieran descargar su crisis con cesantías. Para pelear contra los tarifazos e imponer en todas las negociaciones paritarias la eliminación del impuesto al salario, el 40% de aumento de piso y la “cláusula gatillo” que actualice el salario de acuerdo a la inflación y el fin de la precarización laboral.
La resistencia a la que hay que apoyar con aguante pasa por estas luchas, para unificarlas y contraponer una salida desde los trabajadores al plan empresario de la “Ceocracia” amarilla.

Fernando Rosso
@RossoFer

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