domingo, 7 de febrero de 2016
El paro de ATE del proximo 24
Discutamos una politica para poner en pie al movimiento obrero
El 24 de febrero habrá un paro nacional de ATE. Al ser la única medida de un sindicato, tras 20 mil despidos en el Estado en dos meses, será sin duda importante. De hecho, la movilización de ATE Capital del día 4 de febrero congregó unos 7 mil trabajadores, donde no se observaron columnas masivas de reparticiones, pero sí delegaciones de decenas de trabajadores por cada una de ellas.
ATE no ha organizado la huelga en las infinitas reparticiones que sufren despidos, algunas de ellas de centenares de compañeros, como Justicia, Cultura y otras. Tampoco un auténtico plan de lucha en el CCK, donde 600 trabajadores están directamente en la calle -la situación de Cresta Roja, que en las mismas condiciones desarrolló una enorme lucha obrera. O por caso los trabajadores del Grupo23. La excepción fue Fabricaciones Militares, donde la mitad de los compañeros están en la calle.
Es una política. Al igual que UPCN, se han centrado en las “mesas de diálogo” que no producen resultado alguno y otorgan tiempo a la patronal estatal, sea en el Estado nacional, provincial o municipal, sean macristas, kirchneristas o massistas. El pequeño Sindicato Municipal de Coronel Suárez, dirigido por el clasismo, dio un ejemplo revirtiendo 60 despidos mediante una actitud huelguística decidida, aún de compañeros contratados.
Los sindicatos que han consentido y hasta apoyado fervientemente al gobierno kirchnerista, responsable de 65 mil contratos precarios solamente en el Estado Nacional, hoy muestran su completo divorcio con la organización de lucha de los trabajadores, mientras ejercen la perorata “antineoliberal”. Otro caso opuesto notable es el de ATE Mendoza, que logró en los últimos años miles de pases a planta permanente y han permitido que los trabajadores enfrenten el ajuste desde otro lugar.
El kirchnerismo ficciona estar en la “resistencia”, como maniobra política funcional al “volveremos” (en 2019), pero es ajeno y opuesto a una perspectiva de organización de los trabajadores. Iniciativas como la “marcha de los ñoquis”, agravan el aislamiento relativo en una población bombardeada por la información de que son todos ñoquis. Ninguna asamblea obrera defenderá ñoquis, pero sí trabajadores. Sólo que hay que hacerlas para que ese proceso se clarifique y se refuercen las filas del movimiento obrero.
La identificación de las luchas obreras con la gran secta K de las plazas truchas de la resistencia, desprestigia las luchas.
Por otro lado la descomposición de ATE que reproduce el desgranamiento de la centroizquierda ha llevado a que el paro del 24 no cuente con la convocatoria a paro nacional de la propia CTA Autónoma, que no tiene ya cuerpo alguno, pero que además está fuertemente dividida. Yasky, también “adheriría” a la medida, pero sin parar sus sindicatos.
Moyano se lavó las manos mandando a resistir a los gremios del Estado, lo cual demuestra que no hay CGT. Viviani de la CGT “Alsina” los mandó directamente “a laburar”. Pero además los despidos en el Estado son la señal para el despido de los capitalistas privados, estimado ya por el Observatorio de la CTA en la friolera de 22795 trabajadores.
El gobierno macrista, acompañado de provincias y municipios masistas y kirchneristas, está explotando la tregua de las burocracias y probando un terreno, que de no encontrar resistencia, irá agravando la supuesta “racionalización”laboral dictada por el capital financiero, buitres incluidos.
En el escenario del movimiento obrero se combinan también las paritarias. Especialmente la docente, y más aún la de la siempre explosiva provincia de Buenos Aires. La propuesta miserable de Vidal, en línea con el presupuesto de ajuste que votó su legislatura, con la sola oposición de Guillermo Kane, del FIT-PO, ha empezado a fermentar entre los docentes convocados a laburar todavía sin clases.
Los sectores combativos, el clasismo y la izquierda del movimiento obrero tienen el desafío de intervenir con una política frente a este cuadro. Conaduh convocó congreso para adherir al paro nacional de ATE, así lo impulsó nuestra corriente. El ATE combativo de Mendoza jugará muy fuerte.
Pero en Buenos Aires, la jornada puede y debe ser un punto de reagrupamiento para todos los sectores combativos, bajo un programa de conjunto: ningún despido ni suspensión, paritarias libres ya, abajo el impuesto al salario, fuera la represión y la criminalización, marcando una perspectiva independiente de la burocracia de ATE que convoca una medida aislada y no organiza las reparticiones. El método de la huelga general y/o la ocupación de los lugares de trabajo ante despidos masivos, es una perspectiva de lucha para que la crisis la paguen los capitalistas y no los trabajadores. Lo mismo que la reivindicación de la canasta familiar -en la línea de aceiteros- y la actualización mensual de salarios.
El 24, el sindicalismo de izquierda tiene la oportunidad de movilizar de manera independiente, a sectores de todo el movimiento obrero, donde los Sutebas combativos, pueden jugar un gran papel. Ser convocantes de luchas masivas como Grupo 23 y Cresta Roja, ayudando a sus procesos. La movida puede tener réplica en todo el país, por ejemplo frente a las luchas metalúrgicas y estatales que se desarrollan en Córdoba y otras provincias.
Nestor Pitrola
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