martes, 2 de febrero de 2016

Con Sabor a ajuste



El viceministro de Trabajo Ezequiel Sabor salió a ponerle un techo de 26% a las paritarias, y justificó los despidos en el Estado. El rol de algunos medios de comunicación apoyando el ajuste. Las cúpulas sindicales siguen en la tregua y la izquierda propone organizar la resistencia.

Como introducción a un nuevo y decisivo capítulo del plan económico de ajuste, ayer el viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor, afirmó sobre las paritarias que “la expectativa es que los gremios puedan acompañar la nueva pauta inflacionaria que marca el equipo económico, que es del 20% al 26% para el 2016”.
Los números del viceministro, luego de la escalada inflacionaria de los últimos meses, a la cual se suman los tarifazos en los servicios públicos y las remarcaciones de precios que continúan, parece muy difícil que vayan a volverse realidad. Es más probable que se deban interpretar sus declaraciones como un intento de poner un techo a las próximas negociaciones paritarias, por debajo de la inflación, aprovechando que, al igual que el kirchnerismo, el macrismo no ofrece ningún índice estadístico confiable.
Ese fue el pedido que, por ejemplo, realizó ayer desde Infobae el asesor empresarial Julián de Diego, un fiel representante de los CEO que abundan en el gabinete de Cambiemos. "Los salarios tienen que estar detrás de la inflación y no delante", fueron sus explícitas declaraciones.
No conforme con lo dicho sobre las paritarias, Ezequiel Sabor justificó también los despidos en el sector público, con un clásico discurso neoliberal de achicamiento del Estado. "No todos los despidos son de empleados ñoquis, también hay un desvío de un Estado sobredimensionado”, dijo el funcionario nacional en declaraciones a radio Belgrano.
Cabe señalar que cuando habla de “Estado sobredimensionado”,
el funcionario no se refiere a la necesidad de reducir los fabulosos salarios y prebendas de ministros, funcionarios y legisladores para que ganen lo mismo que cualquier trabajador estatal, como plantea el Frente de Izquierda, sino a despedir a los que verdaderamente sostienen la educación, la salud o la administración del Estado.

Con una ayudita de los medios amigos

A tono con el discurso macrista, que intenta justificar sus medidas más antipopulares excusándose en la “herencia recibida” del gobierno anterior, algunos medios de comunicación se han puesto en campaña para intentar lograr la aceptación de algunas de las medidas de ajuste económico. Acompañan así el relato oficial sobre un necesario “sinceramiento” de la economía.
Por estos días, no es raro entonces encontrarse con líneas editoriales que intentan convencer, por ejemplo, de que los tarifazos de luz son una buena medida que no sólo “corrige” las distorsiones dejadas por el gobierno anterior, sino que también “hacen justicia”, dado que en el interior del país se pagaba mucho más que en Capital y Gran Buenos Aires.
El “paquete” mediático va acompañado de múltiples notas con consejos sobre cómo enchufar la heladera o de qué color se deben pintar las paredes para aprovechar mejor la luz natural, y así consumir menos energía eléctrica. Tampoco falta en algunos portales el “mapa del asado” para encontrar los mejores precios de la carne, el alimento de consumo popular cuyo precio más se disparó. A su vez, el grupo Clarín se destacó también durante este verano por algunos titulares que invitaban a “volver al ventilador” como mejor forma de enfrentar la crisis energética, o lo bueno que es cambiar de un trabajo a otro en lugar de tener estabilidad.
Estos “consejos” para rebuscársela frente al ajuste, no sólo ocultan la responsabilidad del gobierno y las ganancias empresarias que surgen de las medidas económicas, sino que también vienen como anillo al dedo para que “la gente” sepa cómo llevar adelante lo que el presidente pidió la semana pasada: que los trabajadores le “pongan el hombro” al crecimiento de la economía. Las paritarias por productividad que también desea el gobierno nacional buscan que los trabajadores pongan no sólo el hombro, sino todo el cuerpo y la salud al servicio de las ganancias empresarias.

Las cúpulas sindicales hablan mucho y hacen poco

Las declaraciones de Ezequiel Sabor resultaron tan provocadoras, que hasta las cúpulas sindicales tuvieron que salir a responderle.
El coordinador del Observatorio de Datos Económicos de la CGT que conduce Hugo Moyano, Jorge Sola, rechazó la previsión inflacionaria dada por el viceministro, pero también dijo que “decir que el INDEC no va a poder funcionar hasta octubre o noviembre nos parece una barbaridad. Es una excusa”.
El propio Hugo Moyano dijo ayer que debe ser que a Macri “no le caerán simpáticos los trabajadores”, al ser consultado sobre por qué el presidente recibe a los empresarios pero no a los sindicalistas.
Moyano advirtió también que las medidas de aumento de tarifas dispuestas por el Gobierno "no son nada simpáticas", y afirmó que "si el Gobierno no da respuesta y sigue con esta iniciativa, tomaremos las medidas que tenemos que tomar y, para esto, no va a ser necesario que nadie nos diga qué es lo que tenemos que hacer", aunque a la vez señaló que "cuando empezamos a pelear contra Menem y todos los que peleamos no lo hicimos a los 50 días, lo hicimos después”.
¿Cuánto habrá que esperar? Aparentemente, los miles de despidos y la escalada inflacionaria que tuvieron lugar durante los primeros 50 días de gobierno macrista (profundizando lo que venía del gobierno anterior), aún no son suficientes para que Moyano se decida salir a luchar. Un curso parecido al del resto de los burócratas sindicales, que no han convocado a ningún paro general ni lucha seria, a pesar de la magnitud del ajuste y criminalización de la protesta social. Sólo la izquierda se propone llevar hasta el final cada lucha, y organizar la resistencia en todo el país. Como parte de eso, La Izquierda Diario se propone llegar a cada rincón con una voz independiente de los capitalistas, y ha puesto en pie una herramienta interactiva de la resistencia.

Fernando Scolnik
@FernandoScolnik

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