miércoles, 4 de noviembre de 2015
Cambiemos: la estrategia de la hipocresía
Cinismo y demagogia en color amarillo. Macri visitó el acampe qom en la Ciudad de Buenos Aires. Prometió recibirlos si llega a la presidencia, pero es un firme defensor del modelo sojero, que expulsa de sus tierras a los pueblos originarios.
Mauricio Macri estuvo este martes por la mañana junto a Félix Díaz en el acampe que la comunidad qom mantiene en la Avenida 9 de Julio de la ciudad de Buenos Aires, desde hace casi 9 meses. La promesa que surgió del encuentro fue que, de llegar a la Casa Rosada, los recibirá y atenderá sus demandas.
Curioso interés la del jefe de Gobierno de la Ciudad que, a lo largo de estos meses, nunca se acercó ni se preocupó, por ejemplo, por el hecho de que no haya agua potable en el acampe o que los niños jueguen sobre una de las avenidas más transitadas de Buenos Aires.
Pero esa es solo la punta del ovillo del cinismo macrista.
Soja y algo más
Como es ampliamente conocido, una de las raíces de los ataques que sufren los integrantes de diversos pueblos originarios, entre ellos de la comunidad qom en el norte argentino, tiene que ver con el avance de la frontera agrícola, impulsado por el brutal crecimiento del negocio de la soja.
Ese crecimiento se contrapone con los reclamos por territorios ancestrales de las comunidades originarias. Esos mismos pueblos son los que, en muchas ocasiones, sufren las consecuencias de la fumigación con pesticidas, también relacionado con el avance de la frontera sojera.
Pero es precisamente el PRO el que ya está anunciando que, de llegar al gobierno, impulsará la baja de las retenciones para ese producto. Este martes Rogelio Frigerio, uno de sus referentes económicos, señalo que se trata de “un impuesto tremendamente malo” y que debería bajar a cero. Un mensaje que suena a música celestial para las grandes patronales del campo.
Esto obviamente se corresponde con las alianzas políticas que tejió el macrismo en cada una de las elecciones provinciales de este año. Los radicales Cano en Tucumán, o Aída Ayala en el Chaco, son también claros defensores de ese modelo “productivo”. Sus cuestionamientos al “feudalismo” de los gobernadores peronistas no critica el avance creciente de la frontera agrícola por la soja.
Republicanismo de cartón
Cambiemos ha hecho de la defensa de “las instituciones” una bandera contra el kirchnerismo. Las críticas constantes a las cadenas nacionales o a los manejos del poder político del oficialismo son una constante del macrismo y sus aliados.
Sin embargo, ya las elecciones de Tucumán, donde la UCR y el PRO Cano aceptaron el fraudulento sistema de los acoples; o en Jujuy donde Gerardo Morales utilizó la Ley de lemas; ponen de manifiesto su poco interés hacia la “transparencia” institucional. Los cargos por encima de todo. Un republicanismo de cartón.
Pero si faltaba algo para confirmar que lo institucional no es, precisamente, el ámbito del PRO, en la ciudad que gobierna, Mauricio Macri ha hecho del veto a las leyes votadas por la legislatura, una suerte de deporte.
Desde que asumió en la jefatura de gobierno de la ciudad hasta junio de 2013, Macri vetó casi 120 leyes sancionadas por la Legislatura de CABA. Muchas de ellas incluso impulsadas por su propio bloque en el recinto. Lo que se dice un ejemplo de “respeto” a la voluntad popular.
Un registro rápido indica que ese veto tubo por función favorecer a los grandes empresarios que operan en la ciudad, muy lejos del “espíritu igualitario” que habría empujado a Macri hacia el acampe qom este martes. Vale la peña repasar solo algunos casos, tal vez emblemáticos:
- En 2007 Macri vetaba (decreto n° 2135) la creación de un Laboratorio estatal de producción de medicamentos en la ciudad. Así, lo que podría haber permitido la producción de medicamentos a bajo costo, pasaba al olvido. El motivo real: no afectar los intereses de los laboratorios privados. La excusa formal: falta de presupuesto. Curiosamente la misma que utilizó Cristina Fernández, tres años después, para vetar al 82% móvil para los jubilados.
- En el año 2009 Macri vetó una Ley de emergencia habitacional. La misma prohibía los desalojos a familias en situación de emergencia, que habitaran en propiedades del Estado.
Aunque desde 2004 la Ciudad se encontraba bajo emergencia habitacional, en 2011 el macrismo vetó esa norma sin que se resolvieran ninguno de los grandes problemas habitacionales. El crecimiento de la población que vive en villas miserias no ha dejado de avanzar. El PRO no es ajeno a la situación: el análisis muestra que en cada presupuesto de los últimos años es menor el monto destinado a funciones relacionadas con Vivienda.
Ahora, en plena campaña hacia el balotaje, el macrismo plantea el proyecto de “urbanizar 100 villas y asentamientos por año durante dos períodos de gobierno, llegando a un total de 800 asentamientos, algo menos de la mitad de los que existen actualmente”. Pura demagogia en color amarillo.
- En 2011 Macri vetó parcialmente la Ley de Protección y garantía integral de los derechos de las personas en situación de calle. El artículo vetado se refería al derecho a la ciudad como “una atribución de libertad sobre el uso igualitario y no discriminatorio del espacio público”.
El veto tenía su razón de ser. Por ese entonces, las patotas de la UCEP “imponían orden en la ciudad”. A pesar de que la misma fue disuelta, la brutalidad del macrismo contra quienes viven en situación de calle no cesó. Por estos días se conoció el juzgamiento de 3 policías de la Metropolitana por golpear salvajemente a una persona en situación de calle.
La realidad y la demagogia
Si el macrismo pudo hacer acto de presencia este martes en la carpa que tiene la Comunidad qom en la Avenida 9 de Julio es porque el kirchnerismo, lejos de resolver esa demanda, le dio la espalda.
La presidenta Cristina Fernández, a pesar de los insistentes pedidos de Félix Díaz y otros líderes, nunca aceptó recibirlos. La realidad detrás de esa negativa tiene que ver, precisamente, con la continuidad del modelo de “sojización”, criticado en las palabras algunas veces pero impulsado activamente durante toda la llamada “década ganada”. En ese marco hay también que inscribir la alianza con gobernadores de carácter semifeudal en el terreno político, como Insfrán, Capitanich o Urtubey, entre otros. Son ellos quienes atacan directamente a las comunidades originarias en sus provincias, reprimiendo abiertamente cuando éstos reclaman.
Por estos días, la campaña hacia el balotaje abunda en promesas de todo tipo, desde el FpV y desde Cambiemos. La demagogia y la hipocresía ocupan cada pantalla y cada aparición pública de Scioli o Macri que, como afirman desde la izquierda, preparan un ajuste sobre las condiciones de vida del pueblo trabajador. Como ya señaló Nicolás del Caño, la única opción es el voto en blanco el próximo 22 de noviembre.
Eduardo Castilla
@castillaeduardo
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