Scioli visitó Rosario y prometió “plagar” la ciudad con fuerzas federales, impregnándose de discurso macrista. La Rosario que el candidato del Frente Para la Victoria quiere saturar de uniformes represivos, todas las semanas se asquea con un caso nuevo de brutalidad policial. El macrismo copando la agenda.
La militarización es la nueva demagogia
Scioli vino a Rosario e hizo anuncios. No propuso estatizar los poderosos puertos cerealeros, que son la plataforma de lanzamiento de miles de millones de dólares que huyen al planeta lejano de las “casas matrices”. No. Tampoco prometió que pelearía por Justicia por las 22 víctimas de la explosión del edificio de Salta y Oroño, ni que estatizaría el Banco de Santa Fe, regalado a los Hermanos Romm por el candidato macrista, Lole Reutemann, y por el senador electo kirchnerista, Omar Perotti. No prometió resolver el problema habitacional que afecta a más de 200 mil personas que viven en barrios de emergencia en Rosario, ni terminar la precarización laboral que afecta a miles de jóvenes trabajadores, ni menos terminar con la fumigación con Flifosato, legalizada por la Legislatura. No hablo de mejorar escuelas. No. Prometió plagar la ciudad con tropas federales. La militarización es la nueva demagogia.
La muerte se viste de verde y de azul
A Scioli y a los suyos no les importa. Pero las fuerzas represivas, como nunca antes, se presentaron este largo año como un verdadero estigma contra el pueblo trabajador, y particularmente contra la juventud. La aparición de jóvenes muertos en el imponente Río Paraná, la vuelta de la figura de la desaparición forzada, son los contornos dolorosos de una realidad que se cobija a la vera del discurso de saturación policial: la persecución, tortura, desaparición y muerte de jóvenes. Estas semanas, como si no alcanzara con el conteo punzante de muertes jóvenes, salió a la luz el caso de la desaparición de un niño de 15 años, presumiblemente una fría y premeditada vendetta policial contra el padre del chico. La plaga en su acción letal.
Scioli no conoce y además no le importa: pero Franco Casco, Jonatan Herrera o Pichón Escobar son los nombres propios de un accionar represivo estatal y para estatal que implica a cientos de casos más, un modus operandi que afila su faca contra los jóvenes trabajadores que salen a divertirse, que arreglan una moto, que caminan por la calle, que están, que simplemente son y que, por eso mismo, son asesinados.
Pero los asesores de Scioli, calcados a los del macrismo, no le pasan esta “data”, sino que le sugieren que pelee el “voto de Macri” en la cancha de la derecha, y ahí lo tenemos al candidato kirchnerista, el ex menemista, el ex procesista, diciendo que va a “plagar” Rosario con el color verde oliva. O azul. O Caqui. Nunca menos milicos.
La plaga del hambre y la plaga represiva
Plagar. Qué palabra paradigmática. Las plagas ocupan, avanzan, abusan. Disponen de un territorio ajeno y lo vuelven propio y, en el medio, arrasan con la vida. Buen eufemismo utilizó Scioli para respaldar la presencia de fuerzas federales, de gendarmes, de prefectos, de policías federales que, junto a los agentes de la Policía Santafesina y de la Policía de Acción Táctica, forman una paleta de colores de muerte y mano dura, de narcotráfico y crimen organizado, que protegen y que utilizan los “artistas” del peronismo, del PRO y del Socialismo del gobierno provincial.
El Estado alista más sabuesos y chacales para sus fuerzas del orden, que custodian las cajas fuertes en este imperio de la desigualdad que es Santa Fe.
Uno de los receptorios de la burbuja inmobiliaria más impresionante, ve como se construyen complejos que hacen parecer a Puerto Madero un monoblock proletario, y a la vera de esas construcciones egipcias vacías, montan sus chozas trabajadores desocupados, changarines, obreros. El hambre es una realidad palpable en los barrios de la provincia, mientras los barcos huyen por el río con cereales como para alimentar continentes enteros. Esta es la silueta, asqueante y dolorosa, que defienden progresistas, peronistas y derecha. Así se entiende que a la plaga del despojo le sumen la plaga de los palos, como brama Scioli.
Incomoda un poco que, ante tamaña escenografía, sectores, referentes u organizaciones que todos los días se movilizan, junto el Frente de Izquierda, contra las secuelas letales de estas fuerzas represivas, hoy apoyen a una de las dos variantes que nos proponen que las plagas que mataron a Franco, a Jonatan y a Pichón, van a tener sustento estatal, más aún que hoy. Las declaraciones de Daniel Scioli en Rosario, que viajan en la misma longitud de onda que el discurso macrista, ratifica el fundamento de la izquierda que, mayoritariamente, llama a votar en blanco: gane quien gane atacarán el bolsillo de los trabajadores y para ello llenarán las ciudades con la plaga represiva.
Octavio Crivaro
No hay comentarios:
Publicar un comentario