viernes, 27 de noviembre de 2015

Gabinete macrista: Bullrich, privatización y desmantelamiento de la Ciudad al país



El nuevo ministro de Educación nacional, el Opus Dei Esteban Bullrich, debe ser caracterizado a partir de su gestión en la Ciudad de Buenos Aires. Desde ese lugar, Bullrich acompañó los recortes presupuestarios, condenando a la escuela pública al derrumbe edilicio, a los bajos salarios y la degradación de sus contenidos mediante la reforma de la educación secundaria. En la Ciudad, y con Bulrrich a la cabeza, el macrismo eliminó las funciones históricas de las juntas de clasificación, aplicó una inscripción “on line” que dejó a 9000 niños sin vacante -revelando la falta de construcción de escuelas y jardines- y avanzó en un instituto de evaluación externo de escuelas y docentes con el fin de introducir el denominado “salario por mérito”. O sea, la política de colocar en el banquillo al docente y absolver al Estado de su responsabilidad en la crisis educativa. Bullrich generalizó la creación de centros de primera infancia para “cuidar” y “contener” destruyendo el nivel inicial, y avanzó en el vaciamiento de los equipos de orientación escolar. Recientemente, sancionó y separó de sus cargos a dos maestras del Jardín de Flores –nuevamente, haciendo responsable del crimen de un niño a trabajadoras y no al régimen social que produce la descomposición que rodea a la escuela.
En el debate presidencial, Bulrrich y el propio Macri se solazaron por la “falta de conflicto con los docentes” en la Ciudad. No mencionaron, claro está, el rol clave que jugó en esa “paz social” mentirosa, como resultado de una labor en equipo y de políticas de mejoras educativas y salariales la dirección kirchnerista del gremio docente, Ute- Ctera.
Esa directiva aceptó los aumentos por debajo de la inflación, las cuotas, las diferenciaciones salariales, el avance de la reforma NES y el conjunto de medidas antieducativas. Pactando y apelando a la desorganización y desmovilización del gremio, el sindicato UTE dirigido por la lista celeste K, fue el vehículo para introducir esta orientación reaccionaria.
La falta de independencia política de las organizaciones obreras juega un rol fundamental para frenar la lucha de los trabajadores de la educación por los más elementales derechos. El sindicalismo kirchnerista en la ciudad le ha pavimentado el camino a Macri – Bullrich para que lleguen al gobierno, ya que durante estos años le han garantizado al macrismo una “gobernabilidad” cimentada sobre la destrucción de la escuela pública. Ha sido la oposición antiburocrática la que ha movilizado contra cada medida anti educativa del PRO, al amparo de una política nacional - reforma, evaluación, terminalidad, precarización- del propio kirchnerismo que no transitó por un rumbo diferente.
Con la designación en educación de Bulrrich y su segundo en provincia de Buenos Aires, Alejandro Finocchiaro, no se viene la “modernización”, sino que se seguirá profundizando la crisis educativa.
Tomemos en nuestras manos la Marcha Educativa Nacional del 3 de diciembre convocada por los sectores educativos combativos, para plantar una bandera frente al ajuste.

Amanda Martín

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